Disclaimer: League o Legends y sus personajes no me pertenecen. Y si pudiera elegir, viviría para escribir, pero como la comida que me gusta sale caro y me gusta comer bien y tener una buena conexión de internet para que mi Katarina haga pentas… pos… que toca trabajar y estudiar.
Capítulo 12
Si algo puede salir mal, saldrá mal
Caitlyn presenció como el techo de su habitación, blanco, pasaba de la oscuridad a los tonos más claros que podía darle esa mañana.
Miró el reloj de mesa con pereza, solo faltaban unos cuantos minutos para que este comenzara a sonar y eso ya le pronosticaba un día agotador hasta el momento que pueda encontrarse de nuevo con su cama.
Ya habían pasado 4 días desde la última vez que vio a Jinx en el museo, escampándose luego de que como nunca antes la tuviera a su merced.
Había pensando ya en todas las opciones que tenia pero una en particular, la más descabellada de todas ellas, era la única que su mente repasaba a cada hora, como si contemplar las demás fuera en vano. Como cuando uno ya eligió unos zapatos y ver otros es una pérdida de tiempo.
La alarma comenzó a sonar a un costado y con esto la sheriff sonrió, como si se tratara de una señal.
Ya lo había decidido. Ahora su mente buscaba un lugar en una agenda imaginario, eligiendo el momento correcto para volver a Zaun.
Sus armas estaban exactamente igual a como las recordaba ahora, inclusive con un extra de capa de cera lo que las hacía ver aun mas relucientes.
—Les prometo que mami no las volverá a perder nunca más— les decía mientras apoyaba una de sus mejillas contra su ametralladora— o por lo menos no este mes… quien sabe lo que pase el día de mañana… quizás nos trague un tiburón hextech y al hacer la indigestión yo salga primero por su ano y ustedes como tardara mas en disolver luego… y eso quizás nos separe un tiempo… pero si no pasa eso, les aseguro que estaremos juntos el resto de nuestras vidas… de la mía por lo menos.
Volvio a dejar el arma en la mesa de escritorio y se dirigió a la otra, la cual se encontraba en su cama.
A medida que avanzaba su bota hizo un ruido curioso. Levanto su pie y pudo ver en la suela una especie de pasta dura, celeste, pegada a ella.
Creyó que se trataba de alguna sustancia explosiva con las cuales experimentaban pero apenas tocarla y ver que se ensuciaba las manos supo que se trataba de otra cosa.
—Tiza grumosa— habló estando segura que había aplastado una barra de lo que ella usaba para dibujar en sus planos en vez del típico blanco.
Su vista encontró pronto algunos planos cortados sin cuidado en el suelo. Recordaba para quien y para que los había cortado.
Tomó el más próximo y vio el infantil dibujo de uno de los portales del campanario, podía distinguir a una chica alta con pelo celeste como la tiza, ella, y a otra con el cabello solo contorneado, el azul del plano le daba casi el mismo tono, solo que más claro, para el habitual cabello oscuro de Caitlyn. Una tercera figura, considerablemente más baja jugaba con Jinx y sus armas, una niña, mientras la figura de la sherrif parecía observarla desde lejos.
Estrujó el plano junto con los demás esparcidos sin mirarlos, una vez hecho una bola de papel se encamino hacia uno de los ventanales.
Todo lo que había sucedido respecto al portal del tiempo, su viaje, su viaje, Caitlyn del futuro, y la niña, mas allá de parecerle descabellado, la ponía de un pésimo humor.
Era extraño también, a medida que los días pasaban, los hechos vividos en los últimos, le parecían realmente lejanos y poco conciso, como si se tratara de un sueño el cual uno va olvidando a medida que pasaban las horas.
Pero habían pasado días y aun podía la piel de la sherrif, una más grande y diferente de cómo solía estar acostumbrada.
—Tan raro…— comentó sintiendo el mal humor desvanecerse de momento.
Ya había llevado su mano hacia atrás, con el manojo de papel en su mano, un mínimo de apego pasó por su cabeza, pero fue justamente ese sentimiento el que hizo que juntara más fuerza y lo lanzara con fuerza.
La bola deforme se perdió entre la noche y el humo toxico de Zaun. Con esto Jinx se dejo caer sobre la baranda del balcón del campanario.
—Sabía que tus planes apestaban, pero creía que tú no lo notabas.
Jinx se puso en guardia de un salto mientras miraba a un costado del balcón. Caitlyn la observaba de brazos cruzados, no se le paso por alto la pistola en una de sus manos.
Una vez pasada el asombro la de pelo celeste le dirigió una expresión llena de hastió, pero esto solo hizo que la sheriff sonriera más notoriamente.
—La idiota de los planes estúpidos eres tú— le apesto— ¿Qué demonios crees que va a pasar viniendo a Zaun? No, no, no, no viniendo aquí, a "mi" sitio. El sistema de seguridad te volara la cabeza apenas… espera… ¿Por qué aun llevas la cabeza en los hombros?
Observó atentamente a la oficial, esta tampoco parecía entender muy bien lo que pasaba.
— ¡¿Cómo demonios pasaste el buscador de cabezas 9000?!
— ¿El qué?
— ¡El maldito robot que destroza todo aquello que se meta al campanario que no tenga mi agraciado rostro!
—Ni idea de lo que estás hablando.
Jinx creyó que quizás la otra chica trataba de jugar con ella, que de alguna forma en las anteriores veces, cuando estaba encarcelada o antes, había estudiado su sistema de seguridad y ahora era inmune, pero dándole una nueva mirada de contemplación podía ver el desinterés que la sheriff tenía en lo que se le estaba diciendo
— ¡Ah!— exclamó cortamente al darse cuenta de su error— ¡La mudita!
Jinx había traído a la niña del futuro a su guarida, y al hacerlo notó lo inquieta que esta era. Creyó problemático que el robot encargado de la seguridad del lugar tratara de matarla y lo desactivo sin ponerlo de nuevo en funcionamiento durante todo ese tiempo, aun ahora.
—Agh, hazme un favor, apúntame y dispárame justo entre medio de las cejas, vamos, te lo hare fácil, no me moveré— ofreció alisándose la frente para que Caitlyn pueda verla con mayor facilidad.
—Muy tentador, de verdad que si— comentó Caitlyn acercándose unos pasos— pero con gran pesar… deberé declinar la oferta.
— ¿Eh?
—No he venido a matarte.
— ¿Capturarme?
—No… tampoco.
— ¿Violarme?
—Agh…
—Oye, no te juzgo, mírame, apuesto a que te mueres de ganas por meter una de tus manos debajo de mí…
—Juro que reconsiderare lo de meterte un tiro— la interrumpió de mal humor.
—Solo te pido que no se te haga costumbre venir aquí, veras… no tengo té, me parece la infusión más aburrida que existe, así que si vienes aquí a que te sirva uno y lo acompañemos con galletas pues lamento terriblemente desilusionarte porque…
—Solo he venido aquí a "ofrecerte" algo ¡Y no!— la interrumpió apenas la vio abrir la boca— no es para nada algo sexual o lo que sea que se te ocurra.
—Oye, yo no dije nada, la de la mente podrida eres tú. Y por cierto, no existe nada en este mundo que me "proponga" que haga que… lo que sea que estés tramando que haga.
—Quiero destruir el museo de Piltover.
—… eso… eso no me lo esperaba.
—Me he pasado todos estos días pensando un buen plan para evitar la muerte de Vi. Desde los más sencillos a los más complejos y créeme, uno es menos probable que el otro.
— ¿Y destruir el museo de Piltover es lo mejor que esa frente blanca pudo planear?— se burló sin poder evitar reír a lo que se le decía—a mi no me engañas, sientes placer en ver tu propia ciudad destruida.
—No tiene nada que ver con eso, y si, el museo es una parte importante de la ciudad… pero creo que puedo organizar algo para que las piezas más importantes se exhiban en otro lado cuando… pase… las pérdidas no serían tantas y así… podría obligar al futuro… a que cambie.
—No… no suenas muy convencida que digamos, se nota que no tienes la mas pálida idea de que si destruyes el museo eso cambie las cosas.
—Las cambiara. Lo único que me trajiste fue la información de que Vi muere en el museo… no puede morir allí si no existe… así que destruiré el lugar… y vivirá.
—Puedo decir como una decena de cosas que pueden salir mal con tu plan y otras doce de mejores idea de que hacer, comenzando por ejemplo con la vieja y confiable "comunicación entre compañeros" pero… no lo hare.
—Bien, porque no me interesa.
—Claro, waho, destruir el museo de Piltover. Bueno… ¿Quién tiene hambre?
—Necesito tu ayuda— volvió a hablar con apremio cuando vio que la chica le daba la espalda y se dirigía adentro del campanario, pero esto no la detuvo.
Caitlyn siguió viendo como Jinx se movía y temiendo perder la ventaja que suponía estar armada y tenerla a la vista la siguió adentro también.
—El museo debe ser el tener lugar más seguro de todo Piltover— comenzó a hablar apuntándole a Jinx quien se movía en su lecho sin inmutarse— no conozco a nadie, tu incluida, que pueda destruirlo.
—Bien… entonces pierdes el tiempo conmigo.
—No te muevas— la amenazo cuando la vio desplazarse cerca de unos armarios en busca de algo.
— ¡Ay, por favor! Dispárame— le recomendó sabiendo que la amenazaba, sin embargo esto no evito que con tranquilidad abriera un refrigerador y sacara una lata fresca de este. La abrió y le dio un buen sorbo mientras se apoyaba en la puerta de metal, miraba a la sheriff esperando a ver qué haría ahora.
—Nadie puede destruir el museo de Piltover, ni siquiera yo con todo el conocimiento que tengo de él… pero tú.
—Oh ¿Esta es la parte en la que me halagas? Déjame que me ponga cómoda— comentó apurándose a sentar en el sofá cercano, dejando su refresco en la mesa ratona y poniendo ambas manos en su quijada, viéndola embelesada.
—Tú realmente eres un grano en el culo para toda la unidad especial de Piltover.
—Oh, vamos, detente— pidió sonriendo ampliamente— harás que me sonroje.
—Conmigo a la cabeza de los oficiales no puedes destruir el museo, lo has tratado bastante y por mucho tiempo pero no pudiste… pero sin mí, no… mas bien, conmigo de aliado… podríamos destruir el museo.
—Mira… de verdad, es "admirable" que hayas decidido dejar tu honor y rectitud como la querida sheriff de Piltover y venir a negociar con una pirómana que asesinó a mucho de tus colegas y posiblemente amigos, todo por un amor lésbico y desenfrenado hacia una rebelde falsa policía amante de los guates ridículamente grande ¿Si? Tu muy bien, ya se están demorando en el departamento de policía con una revisión psicológica del personal, pero tu muy bien.
—Existe un lugar confidencial— volvió a hablar sin hacer caso a las palabras de Jinx, la cual al escucharla volvió a poner atención— allí guardamos las armas más peligrosas de las personas que trataron de atentar contra la ciudad.
Caitlyn se tomó el tiempo de ver la actitud de la otra chica, la cual ahora parecía escuchar con atención lo que se le decía.
—Ayúdame a destruir el museo… y yo te mostrare ese lugar.
—Ok, mira, si, ese fue un interesante cuento, pero ese lugar no existe. De existir algo así no solo Zaun, toda Valoran trataría de saquearlo.
—Solo hay tres personas en Piltover que saben de él, yo soy una.
— ¡Es mentira! ¡Vamos oficial, no juegue conmigo! Está bien, estoy loca, pero no soy idiota... no la mayor parte del tiempo… bueno, a veces, esta es una de esas veces. No me tomes por idiota ahora.
Cailtlyn simplemente cambio su postura, cruzándose de brazos y mostrándole una mirada desafiante a Jinx, no agregó nada más.
—Si lo único que tienes para ofrecer es el cuento maravilloso que te acabas de crear para obtener mi ayuda debo decir que "no" No acepto la oferta, siéntete libre de irte, cierra la puerta del lado de afuera por favor, gracias.
—Estoy diciendo la verdad.
—Y aunque así fuera, primor, y ese maravilloso lugar existiera, no es suficiente para que quiera trabajar contigo. Te lo dije, no soy idiota. Si logramos destruir el museo te encargaras de matarme o peor, encarcelarme.
—No lo hare.
— ¡Oh! ¿Y quién me garantiza eso? Oh, oh, ya se, ya se ¿Me das tu palabra?— se burló desde el sofá, totalmente divertida por el asunto— tu palabra vale menos que una bala de… de… vomito de foca.
—Me dejas sin palabras ante tanta elocuencia.
— ¡No, tu me dejas sin palabra ante tanta elocuencia! No creo en ti. Y si, ambas tenemos millones de razones para no creer en la otra, pero yo tengo ese millón y una más. Tu, miserable sombrero de paja, me diste tu cochina palabra de que no volverías a pisar este lugar, y aquí estas, con tus horrendas botas arruinándome el tapizado.
—Ni siquiera tienes un…
— ¡Lárgate de aquí!
—Me iré— anunció con simpleza— ya vine a proponer lo que quería… solo te pediré que lo pienses bien.
—No necesito pensarlo. Yo destruiré el museo de Piltover, y me encargare que ambas, tu y manotas, estén adentro cuando lo haga.
—No podrás destruirlo sin mi ayuda.
—Y ahí vas de nuevo., no importa como lo pongas no hay forma de que…
Caitlyn pudo ver la reacción de inmediato, Jinx había girado su cuello tan rápidamente que pensó que se lo quebraría, clavaba su vista en unos enormes monitores a un costado de la sala.
— ¿Qué?— preguntó con curiosidad luego de que la otra tiradora permaneciera en completo silencio.
—Shhh, shhh— indicó Jinx mientras se ponía con cuidado de pie y se acercaba a los monitores.
Estaba segura de que había visto algo en ellos, pero ahora no era solo esa idea sino al sensación de que algo iba mal la que la alertaba.
—Tu… viniste sola de nuevo ¿No es así?
—Si— fue la contundente respuesta de Caitlyn.
—No te creo.
—Vine sola— le aseguró y ahora Jinx le daba la espalda a los monitores para verla.
—Mmm— murmuró aun dudándolo. Su vista volvió a los monitores, acercó una de sus manos al teclado para manipular la pantalla donde creyó ver la sombre pero antes de poder siquiera tocar algún botón su mano fue golpeada con fuerza al tiempo que un estruendo revotó por todo el campanario.
— ¡Jinx!
Caitlyn podía distinguir perfectamente el sonido de un disparó, justo lo que había impactado con la otra tirado, la cual se había encogido para caer al suelo.
Buscó con su vista al atacante y lo encontró de pie saliendo de una de las sombras de un portal a la izquierda.
—Oh no…— murmuró por lo bajo sin saber qué hacer.
Temblando, agarrando con ambas manos su pistola reglamentaria, se encontraba uno de sus oficiales menores, Sinjin, quien parecía estar haciendo uso de todo su valor para encarar la situación.
—No-n-no te mu-muevas— logró decir aun apuntando a Jinx— o juro que dis-disparare.
— ¡¿Qué haces aquí'!— preguntó su mayor y el chico pareció no escucharla, preso del miedo de ver a la de pelo celeste moverse, para mirarlo con odio.
Jinx logró moverse justo cuando el muchacho dio dos tiros en su dirección, errándolos.
— ¡No dispares!— le ordenó la mayor y el chico reaccionó a la orden— ¡Jinx!
Ahora era Caitlyn quien le apuntaba junto con el otro oficial.
—No te muevas— le recomendó, tratando de que su tono sonara confidente para la criminal, pero esta solo le sonrió con la mirada cargada de ira— Sinjin… no dispares.
—En-entendido.
— ¿Cómo llegaste hasta aquí?
—La vimos con… Jaxzy… cuando estábamos recogiendo información del robo de la zona… y… la seguimos… el ya fue a buscar refuerzos, debería de-de-de llegar aquí pronto.
— ¡Eso es genial!— comentó con sarcasmo y una enorme sonrisa dibujada en su rostro la de pelo celeste— ¡¿No es genial eso, Caitlyn?!
— ¡Ca-cállate!
Caitlyn entendía perfectamente lo grave de la situación, peor aún, veía la cantidad de sangre que Jinx estaba perdiendo pese a tener la muñeca fuertemente abrazada.
—Sinjin, pase lo que pase, no debes dispararle a matar, Jinx escondió algo sumamente importante para una misión secreta… si muere todo será en vano.
—Oh, Claro, entendido.
—Ella solo está inventando todo eso porque necesita destruir el museo de Piltover con mi ayuda y no le conviene que me muera.
— ¡Cállate!— le gritó el hombre, tratando de verse más confiado ahora.
La oficial no tenía idea de que tanto había estado escuchando su subordinado, menos desde que momento había estado siguiéndola.
— ¿Hace cuánto pediste refuerzos?
—Media hora, apenas distinguimos a Jinx.
Ahora por lo menos sabía cuando tiempo tenía hasta que los demás hombres llegaran. Era difícil para la policía de Piltover desenvolverse en Zaun, a un grupo reducido inclusive le tomaría un par de horas, pero no si se trataba de un escuadrón especial, aun peor, ella sabía que tenía ciertos individuo bajo su supervisión que podían llegar en cuestión de minutos.
—Mírala, está pensando cómo hacer para que pueda escapar. Pronto su cerebro razonara que debemos matarte para que no le digas nada a nadie sobre lo que está pasando aquí, porque tú le arruinaste todo el plan.
—Cállate, Jinx.
Pero Caitlyn era bastante consciente de lo que el chico ahí significaba y a medida que el tiempo pasaba era evidente para ella que sería aun más complicado dar explicaciones a un grupo de personas que simplemente encargarse de uno solo.
—Mira te ayudara a razonar junto conmigo ¿Si?
—Cállate.
—No, no, escúchame. Voy a invocar a tu cargo de conciencia. Me jodiste muchísimo viniendo aquí, y no hay vuelta atrás, el consolador con pilas que me apunta le acaba de decir a todo tu equipo de inútiles donde me escondo, me acabas de desahuciar, dejarme sin hogar, ahora moriré triste como un perro abandonado en el medio de la lluvia acida de Zaun.
— ¿Y por que eso le debería importar?
—Cállate, tarado, tú eres menos que un adorno barato que alguien consigue en un tienda de descuento en esta charla— le indicó con desdén y volvió a mirar a Caitlyn— ahora, pasemos a tu propuesta, esto también la jode enormemente. Van a venir y me van a arrestar si no haces algo al respecto, y ay me escape una vez hace menos de una semana ¿Cuántas crees que sean las posibilidades de que me dejen sola en la celda esta vez? ¿Ah? Está bien, tu eres la que manda, pero no olvidemos que por tu culpa me escape, bajo tu responsabilidad ¿Que tan idiotas son tus subordinados para que me escape de nuevo "con tu permiso"?
—Dios, ya cállate, he tenido suficiente con tus delirios— comentó Caitlyn, aparentando molestia— cúbreme Sinjin, me acercare a esposarla.
—Sí, claro, por supuesto… si— respondió el otro oficial, tratando de demostrar confianza ante la orden.
Caitlyn se recriminaba fuertemente el hecho de haber sido seguida sin notarlo. En su memoria recordaba que hace dos semanas dos de sus hombres estaban encubierto en Zaun por un caso de atracos, y ahora esto.
—Oh, sí, acercarte, dame esa valiosa oportunidad de morderte.
Vi llegó pasada las 2 de la mañana, el lugar era oscuro y por las calles la niebla espesa que hacia toser a algunos de los oficiales que estaban en la parte baja, paseaba por la calles como si las conociera.
Estaba en su casa cuando le llegó la noticia y, sin pasar por la jefatura, se internó en Zaun.
Adentro del campanario ya había un grupo reducido de oficiales, cargaban cajas pesadas de metal, metiendo adentro de estas todo lo que encontraban, reconoció el lanzamisiles de la famosa criminal en una caja.
Finalmente vio a Caitlyn, sentada con una toalla en la espalda, estaba siendo atendida por el único médico que había acompañado a la reducida caravana.
— ¿Qué fue lo que paso?— fue el modo de saludar de la de pelo rosa.
—Cuando trate de esposar a Jinx…— comenzó Caitlyn, mirando al oficial más cerca y al médico— esta saco un aturdidor y me desarmo, tomó mi arma y me amenazo… estaría muerta si no fuera por el valiente accionar del Sinjin.
El aludido, en una silla cercana se ruborizo y encogió en su lugar, asintiendo levemente.
— ¿Qué?— cuestionó Vi sin entender nada aun.
—Dije que…
—No, no, no, si, ya te escuche— la interrumpió de mala manera— lo que quiero que me digas es ¡¿Por qué demonios viniste sola hasta Zaun?! ¡¿Tu sabias que esta era la guarida de Jinx?! ¡¿Por qué no pediste refuerzos?!
—Oh, estaba en una misión muy importante… apremiante— habló Sinjin desde su lugar, pero al recibir la feroz mirada de Vi se hizo un más diminuto en la silla— iba a pedir refuerzos pero necesitaba tener bajo control primero a Jinx, ti-ti-tiene sentido para mí.
—Es como él dice— contestó con desdén Caitlyn— y no, no sabía que esta era la guarida de Jinx, la atrápate infraganti y la seguí hasta aquí. Iba a pedir refuerzos apenas descubra su paradero… pero entonces me descubrió. Tuve suerte de que el oficial y su compañero me vieran en un momento crucial. La situación se salió de mis manos y gracias a ellos no termino en una tragedia.
— ¡¿Qué dice?! Por favor, no. Usted parecía tener todo bajo control, yo solo… avise a los demás y erre mis tiros al momento… al momento de la verdad.
—Nada de eso… lo hiciste muy bien— término de halagar con una sonrisa hacia el muchacho que ya no hablo más. Pero al mirar el rostro de Vi sabía que la chica era otro cantar.
— ¿Dónde está?
—Logró escapar— explicó con simpleza la sheriff sabiendo a quien se refería— cuando trate de esposarla, como dije, me aturdió y me quito el arma, se vio en desventaja y solo atinó a golpearme antes de caer por el balcón.
—Ta-también la mordió.
Vi vio como automáticamente luego de ese comentario la sheriff se cubrió el cuello con una de sus manos, pero los dientes marcados en la piel eran demasiado vistosos.
—No es nada— anuncio quitándole nuevamente importancia al asunto.
— ¿Por qué no te mató?— pregunto ahora su compañera, cruzándose de brazos, acentuando lo más notoriamente posible la pregunta.
Caitlyn la encaró poniéndole una mirada dura.
— ¿Acaso preferías que me matara? Debemos estar agradecidos que Sinjin…
— ¡¿Por qué no te mato?!
— ¡¿Y yo como mierda voy a saberlo?!
Vi se acercó dos pasos y la tomó con brusquedad por uno de los brazos, jalando de él para que la sheriff se pusiera en pies.
—Suéltame— fue la embravecida orden de Caitlyn.
Para ese entonces ya todos los oficiales miraban la escena sin reparar más en su propia labor.
—Vamos a hablar.
—No tengo nada que decirte.
—Yo creo que sí.
—No me interesa lo que tus creas— comentó con advertencia la oficial, moviendo su brazo con fuerza para zafarse del agarre— ni siquiera estas de guardia y no nos sirves aquí para el trabajo de investigación y recolección de los objetos.
— ¿Me estas corriendo?
— ¿Quieres que te levante una orden o no estoy siendo clara?
—La verdad es que no, no estas siendo clara… desde hace días.
—Lo anotare.
Intercambiaron una mirada pesada, pero ya ninguna dijo nada más. La más alta bufó molesta y haciendo un ademan de mano se dio la vuelta y se perdió por el campanario.
Solo entonces Caitlyn suspiro pesadamente, pasando su mano por el cuello. El recuerdo de Jinx mordiéndola con fuerza y lo que hablaron en los pocos segundos que duro su "secuestro" la golpeo fugazmente.
Los demás oficiales volvieron a su labor, confiscando todo lo que sus ojos veían.
Los días siguientes habían pasado sin ninguna novedad significativa.
"Deberías dejar el papel de policía correcto y dedicarte a ser actriz… esto no quedara así, sombrerotes, nunca antes alguien me hizo enojar tanto como estoy ahora… y te aseguro que te lo hare entender"
"Puedes hacer lo que quieras, Jinx, pero te recomiendo tener mucho cuidado con la oportunidad que te estoy dando ahora… piénsalo bien."
"Oh, no te preocupes por eso… lo pensare bien, mejor de lo que tu sueles pensar tus fracasos"
Escarmentó al recordar que luego de esa pequeña charla, cuando Jinx la tenía aprisionada de espalda y Sinjin, lejos de escucharla, seguía apuntando en su dirección, los dientes de Jinx mordieron tan fuerte su cuello que tuvo que apretar sus propios dientes con fuerzas para no gritar.
Aún tenía los ojos cerrados esa mañana, pero la luz que entraba de su ventanal le hacía saber que ya era de día. Antes de abrir sus parpados quiso acomodarse el cabello, y fue cuando lo notó: No podía mover su mano, ninguna de las dos.
Abrió los ojos asustada y se encontró con las esposas de metal reglamentaria, la apresaban a la cama.
—No, no, no, no, eso está mal.
Reconoció la voz al mismo tiempo que su pelo se erizaba.
—Malo, bebé, aun no es tiempo de despertar— se burló Jinx, sentándose a un costado— ¿Qué es bebé? ¿Tienes hambre?
—Jinx… ¿Qué haces aq…?
La tiradora la tomó de las mejillas obligándola a abrir la boca hasta que la pistola aturdidora se hizo lugar.
—Oh, no te preocupes… te alimentare bien para que puedas volver a dormir.
—¡Mmmh! ¡Mmhh!
— ¿Qué? ¿Qué dices?— se volvió a burlar sosteniendo con fuerza la pistola dentro de su boca— ¿Qué soy increíblemente considerada con bebé Caitlyn? Awww, eres un encanto, ya… toma la lechita, que mamá no termino aun.
Caitlyn sintió el horrible ardor en su boca, como si le quemaran con brazas desde la lengua por la garganta, y luego nada.
La luz se apagó en frente de sus ojos y la oscuridad la envolvió, solo fue capaz de sentir el abrazante calor del choque eléctrico antes de perderse.
Nota del autor:
He estado estudiando y rindiendo en la Uni, y aun me queda una semana mas de examen, por eso no actualice nada.
Y nada, porque estudie un montón y aun así desaprobé uno de los exámenes, #MeCagoEnTo
La buena noticia es que a mi me gusta estar molesta o enojada, y les cuento por qué, porque es una fuente inagotable de inspiración sexual para mí. Enojarme y sentirme frustrada hace que vomite porno/lemon/zukulencia.
Estoy escribiendo un #wanyot AkalixEvelynn… me contaron que el ship es Akalynn, tiene lindo nombre, y es muy zukulento oye sí. Espero tenerlo listo very porno, digo pronto, es de KDA.
Y nada, ojala tengan todos un hermoso fin de semana.
