Disclaimer: League of Legends y sus personajes no me pertenecen… y si, estoy viva aun, y si, tambien los extrañe, mira que son intensos ¿eh?


Capítulo 16


La entrada


Caitlyn dio un brinco al escuchar el estruendo.

Su guardia se mantuvo en alto por varios segundos mientras analizaba el lugar en donde ahora se encontraba, que definitivamente para ella no era su departamento.

Un nuevo estruendo se escuchó acompañado del sonido de unos cristales rotos.

Su cabeza se puso en alto mientras miraba por atrás del respaldo del sofá en donde había dormido.

Jinx estaba en la mitad de la sala, se agarraba una mano mientras daba pequeños brincos en el lugar con una expresión de dolor, luego vio cómo se chupaba el dedo y repetía.

Caitlyn miró hacia arriba y se tragó el bufido que le dio verla golpearse sola, se tiró de nuevo en el sofá y perdió su mirada en el techo alto que tenía en frente.

Lo recordaba ahora.

Llevaba solo 4 días así, pero le parecían más.

Lo más difícil fue convencer al departamento de policía que la dejara ausentarse una semana.

No por la autorización, sino que sencillamente decir que quería unas cortas vacaciones era demasiado sospechoso.

La palabra clave fue "confidencial". La repetía cada vez que alguien quería saber más sobre lo que estaba haciendo.

No era difícil. Caitlyn se encargaba a menudo de los casos más turbios y complicados de Piltover, y sus hombres lo sabían, más que eso, confían en ella.

"Ridículamente" llegó a pensar en más de una ocasión.

Lo difícil era lidiar con Jayce y Vi. Ellos eran excepciones que no temían desafiar su autoridad y discutir lo que ella decía.

Sabía que no podría seguir ocultándolo por mucho más tiempo o seguir evitando una confrontación.

"Pero todo terminara pronto ¿No es así?"

Volvió a escuchar ruidos molestos de la sala, pero esta vez no se levantó a revisar. Siguió viendo el techo del lugar.

La luz de una tarde soleada que entraba del ventanal más próximo, junto con lo familiar que era todo, le trajo recuerdo de tiempos pasados.

Pudo hasta sentirse más pequeña cuando recordaba lo mucho que le gustaba tirarse en la alfombra del lugar y mirar el techo "no mirándolo" sino pensando en todo lo que había aprendido a desarmar ese día, y como las partes podían volver a juntarse para armar algo aún mejor.

Las cosas eran tan diferentes ahora.

Lo único que recordaba armar y desarmar, solo para volver a lo primero, era su preciado rifle. A veces el arma ni siquiera lo necesitaba, pero su cabeza sí.

Cerró los ojos sintiéndose cansada de nuevo. No era lo suyo las siestas, pero ya no recordaba la última noche que haya dormido más de 4 horas seguidas.

Ahora no era el ruido que hacia Jinx lo que la molestaba, era algo mucho más alarmante: El silencio.

Abrió los ojos con calma, y se mantuvo de ese modo pese a ver en frente suyo los iris de color violáceo y la enorme sonrisa que mostraba todos sus dientes.

—Hola.

El saludo debía de ser uno de los más perturbadores que haya escuchado en su vida, y aun así no hizo más que levantarle una ceja.

—Ay, perdón ¿Te interrumpí la siesta?

— ¿Qué quieres? — preguntó mientras se sentaba, acción que hizo que la de pelo celeste se alejara un par de pasos para darle lugar.

—Una noche desenfrenada llena de "amohor"— termino diciendo lo último alargando el sonido de la "o"— en Zaun con un paisaje de los bellísimos edificios putrefactos llenos de gas toxico… te diría de prender un par de velas en la cena al compás de la luna, que no se vería por las nubes de lluvia acida, pero correríamos peligro de que algo explote.

Caitlyn no le contestó, la otra tiradora no había hecho más que meterse con ella cada vez que tenía un minuto de distracción, estaba convencida de que se trataba de lo mismo ahora.

Pero había cosas que debía admitir, aunque sea solo para lo más profundos de sus adentros.

Jinx era realmente impresionante.

Ya lo era para ella cuando le sorprendía la capacidad que tenia de hacer volar parte de su ciudad y como siempre se escapaba de una u otra forma, pero verla trabajar había excedidos sus expectativas ampliamente.

La primera mañana en la mansión le presentó el antiguo depósito oculto en el sótano. El lugar estaba como lo recordaba la última vez que le puso el candado a la puerta, lleno de polvo, desordenado y con increíble olor a metal y pólvora.

Nada que le desagradara realmente.

Estaba lleno de todos los inventos y artefactos que haya podido crear su familia, y no era poco. También contaba con sustancias, no todas legales, que se guardaba con cuidado al fondo y herramientas, de todos los tipos.

Ni siquiera necesitó decir nada, solo le abrió la puerta a Jinx y la chica parecía una niña pequeña que había descubierto su regalo la mañana de navidad.

La tiradora trasladó lo que quiso a la sala principal de la planta baja.

La alfombra estaba vieja, pero ahora se encontraba totalmente arruinada por las maquinas, herramientas y aceite que Jinx tiraba sin ningún tipo de cuidado. Caitlyn sabía que también lo estaría el piso del lugar, pero ya no le importaba.

En los 4 días que habían pasado allí, tuvo que dejar el lugar en dos ocasiones. Sabía que Jinx no le hacía caso y se paseaba por las habitaciones que le había prohibido, pero también parecía que algo de respeto tenia, pues no las destruía.

"Quizás es simple curiosidad" pensó en una ocasión, y prefirió no volver a tocar el tema.

La mansión, ese lugar en donde estaba ahora de nuevo, era un tema que su mente no dominaba, se daba cuenta solo con estar metida ahí.

Aun cuando trataba de concentrarse en lo que debía hacer, era como si absorbiera su atención. Notaba en su acompañante algo parecido.

En más de una ocasión Jinx se quedaba viendo a la nada misma, pero sus ojos parecían seguir algo, como una línea… pero luego volvía a trabajar.

Y como trabajaba era lo sorprendente.

En tan solo unos cuantos días, la tiradora se las había ingeniado para llenar la sala con planos y construcciones, la mayoría explosivas y de detonación, que Caitlyn consideraba que un grupo de 10 personas expertas no podrían haber hecho lo mismo.

Estaba sorprendida.

Jinx se manejaba con mucha fluidez por los materiales que reciclaba del depósito, desarmaba todo y construía a una velocidad anormal.

Comía y bebía encima de los aparatos, los cuales saltaban chispas cuando se le vertía algo, pero no se detenía.

Y comía mucho.

En las dos ocasiones que había salido, Caitlyn se encargó de traer una nevera nueva, pues la que tenía la vivienda hacía años que no funcionaba, y llenarla, pero Jinx la había vaciado en ambas ocasiones.

Eso también debía admitir.

Jinx era entretenida, aunque no del modo que ella misma pensaría.

Era alguien muy curioso de observar.

Hablaba sola, más bien con objetos que ella parecía coger momentáneo cariño. También trabajaba como si en su cerebro los planos que dibujo no entraran, como si sencillamente la tiza hubiera dibujado la base, pero en su cabeza la idea se ramificara enormemente.

Caitlyn pudo comprobar esto cuando dio una ojeada a uno y luego analizó el artefacto. No se parecía en nada, pero si lo mirabas desde un ángulo en específico y en determinado momento, ahí estaba.

Era tan extraño y retorcido, como fascinante.

Cualquiera diría que Jinx, con lo recelosa que es de sus armas, como sabía que lo era, no dejaría que Caitlyn metiera sus narices en su trabajo, pero era lo contrario.

La chica parecía hasta ansiosa de terminar algo para demostrarle a la sheriff lo que podía hacer lo que acaba de crear.

Y nunca se desanimaba pese a recibir comentarios vagos y miradas de poco interés de la oficial.

Seguía hablándole de los detalles de su nueva creación y anticipándole lo que tenía pensando luego.

Como si creyera que a Caitlyn le interesaba más allá del simple hecho de querer destruir el museo.

Como si supiera que esa cara de poco interés era solo para disimular.

Como si tuviera la convicción de que los papeles que traía la oficial para trabajar en casa no valieran nada a comparación de entender lo que trataba de hacer.

Y no se equivocaba.

—No sé de qué hablas— terminó de decir.

—Necesito un par de cosas que no tienes aquí.

— ¿De qué se trata?

—Extracto de sitoxina, amenacolina y metal hexaleno de helio toxico.

—Todas esas cosas son ilegales y no se consiguen en ningún lugar al que podamos acceder.

—"Y no se consiguen en ningún lugar que TU puedas acceder" querrás decir.

Caitlyn la miró con curiosidad. Sabía que muchas cosas ilegales se podían conseguir en Piltover, pero las que pedía Jinx, y en la medida que suponía lo necesitaba, no era tan sencillo, más allá de la dificultad de contrabandearlas, eran realmente costosas, aun para ella.

—Ay, no me pongas esa cara, hiciste un buen trabajo ahuyentando a las personas divertidas de Piltover que podían darnos un poco de sus jueguitos especiales.

— ¿Entonces como pretendes conseguir esas cosas?

—Te lo diré si prometes no delatar a mis amigos— confesó haciendo un pequeño puchero con los labios.

— ¿Con quién, Jinx? ¿Con la policía? Pffff, no, no se lo diré a nadie, en especial tendré sumo cuidado con la sheriff.

—Graciosa…

—Tú eres la que estás diciendo estupideces. En primer lugar, como si necesitaras mi permiso para conseguir algo. ¿Crees que no sé qué muchas cosas aquí que no son mías? Saliste de aquí cuando yo también lo hice. Compraste cosas y las pusiste con las demás.

—También eres observadora.

—Robaste una moto y la pusiste en la entrada. Tiraste las etiquetas y la boleta de las herramientas nuevas en el único basurero de la cocina. I-dio-ta.

—¿Las capacidades deductivas vienen junto al combo de detective o… se adquieren por separado?

—Y el bolso que trajiste contigo esta ligeramente menos llenos, eso sumado a que cuando fui a mi departamento para poder dejarlo listo para los encargados y que lo arreglen, no encontré ni un solo billete de los que robaste. Estas comprando todo con ese dinero, pero estas guardando mucho aun así. Así que dime, si no necesitas de ni económicamente ni tácticamente ¿Para qué demonios me dices que necesitas algo?

—Y lista… eres algo lista. Entonces supongo que sabes para qué necesito ese tipo de cosas.

—Algunas son indetectables para ciertos sistemas de seguridad que usamos.

—Y otras explotan cuando tratan de apagarlas, si, son geniales.

—Sí, son demasiado problemáticas y muy difícil de manipular, menos aun de controlar.

—Pero no es lo que buscamos, así que son perfectas… y las quiero de mi parte así que…

—Sigo sin ver cómo te puedo ser de utilidad.

—Se que a veces, por las noches, te vas a dormir preguntándote "Dios, ¿Por qué soy una buena para nada? ¿Por qué elegí este camino? Hubiera estudiado mejor medicina o abogacía ¿Por qué eso?" Pero resulta… que sí, necesito que vengas conmigo esta vez.

— ¿A dónde?

—Ya te lo dije.

—La policía de Piltover no es… bienvenida a ciertos lugares de Zaun.

—Tu menos que menos, corazón. Hay gente que solo con verte de lejos sacaría un palo y trataría de sacarte el relleno como piñata en carnaval.

—¿Y si es tan problemático, por qué quieres que te acompañe?

—No lo quiero, lo necesito. De querer, te querría muerta.

—Cumplirán tu deseo si me meto, así como así en Zaun.

—¿Sabes, idiota? ya estuviste en Zaun, y se me ocurren pocos lugares más peligrosos que mi guarida requeté secreta como lugar turístico para ti.

—Yo sabía dónde ir.

—¡¿Cómo sabias eso?!— Preguntó recordando lo frustrante que había sido perderlo todo por eso— "Ni ti li diri"— se respondió ella misma, conociendo lo que diría la otra.

—Fue muy difícil llegar… y tuve mucha suerte también.

—Ahora será más sencillo, corazón, iras conmigo.

—… de repente creo que será peor que antes.

— ¡Oh, vamos! ¿Qué es lo peor que podría pasar?

No le contestó y Jinx simplemente le dio la espalda, volviendo a la maquina en la que estaba trabajando.

Se sentía curiosa por lo que podría esperar al ir, aun así sabía que Zaun era de los peores lugares donde podría meterse.

El recuerdo de una sala fría y un hombre con antiparras oscuras, clavando agujas en su brazo la hizo escarmentar.

—Salimos por la noche— comentó Jinx a modo de ultimátum— y no, no traigas visitas "inteligentes". Solo tú y yo— siguió hablando mientras tomaba sus herramientas— Sera divertido.


—Estás idiota si crees que vas a ir así.

—La última vez que fui, fue así.

—Esta vez no servirá.

Jinx desaprobaba enormemente la capa verde oscura, sucia que cubría la cabeza y cuerpo de la oficial. Podía aun así ver los ojos de azul brillante esperando a que le diera lugar para salir.

—No iras así.

—Entonces no iré.

—Agh… ¿Te malcriaban mucho de chica? — preguntó con frustración— quédate aquí.

Caitlyn siguió con la vista a la otra tiradora, quien desapareció por una de las puertas, tomándose su momento, y regresando a la par de ella.

—Sácate eso— le pidió poniendo algunas cosas en la mesa más cercana, pero Caitlyn solo le miró mal mientras se cruzaba de brazos— te doy mi palabra de asesina serial que no te hare nada… "malo"

Caitlyn suspiro de mala gana y, resignándose, procedió a sacarse el saco, pero nada más. Le dio una mirada dura y cruzo sus brazos para que la otra tiradora entendiera que era inútil insistir con otra cosa.

—Bien…bien.

Caitlyn llevaba un pantalón de jeans negro junto con una remera mangas largas con cuello del mismo color. El cabello recogido en una cola de caballo alta, y ese era su sencilla apariencia.

—Mírame— le pidió y Caitlyn alejo su rostro apenas las manos de Jinx se le acercaron— oh, vamos, Dios, quédate quieta. No te hare nada.

— ¿Qué quieres hacer? — le pregunto sin dejarla acercar.

—Arruinarte la cara un poco… y cubrir esa mirada tan… "desafiante" que tienes, que nos delatara.

—"Arruinarme la cara"

—Solo es esmalte trasparente, te lo pondré en las mejillas.

—¿Para qué?

—Si me dejas hacerlo, tú misma lo veras y… también necesito unas tijeras.


Caitlyn estaba desilusionada. Y no podía creer que eso significara el que Jinx no la haya llevado a la parte mas oscura y profunda de Zaun.

Estaban a escasos metros de una franja divisional de Piltover, inclusive hasta conocía el sitio: Un bar oscuro, tipo pub, donde los niños mimados de su ciudad iban para vengarse de sus padres, tratando de dárselas de rebeldes.

Bastaba solo con mandar dos o tres de sus hombres un par de veces a la semana para que se mantenga en margen, pese a no pertenecer a su distrito.

—¿Qué?

Jinx se había adelantado hasta la puerta, donde le había presentado algo que llevaba en la mano al sujeto que la custodiaba, ahora miraba a Caitlyn, esperando a que se acercara.

Le molestaba haber visto como la tiradora se paseo por Piltover hasta llegar a ese punto, solo con un abrigo con capucha y ahora usaba el mismo, y absolutamente nadie la detecto.

"Supongo que tampoco es que esté haciendo algo sospechoso" trató de razonar, se acercó a donde estaba la otra tiradora y esperó en la entrada.

El guardia la miró con desconfianza, pero al cabo de unos segundos entró, ambas lo siguieron.

—Si esta es tu idea de perder el tiempo…

—Calma— la interrumpió la de pelo celeste— si te vas a poner en modo agua fiesta severa nos delataras, agh… se puede disfrazar un poco tu apariencia, pero tu actitud de policías pulidor de placas, apesta.

—Llevo casi dos semanas lidiando contigo, si crees que esta es una forma de que nos "llevemos mejor" y con eso me refiero a que no amanezca con un puntero laser en tu frente todas las mañanas…

—Oye, a mi me gusta, siento tu cálida especial atención.

—Es una amenaza, idiota.

—Si, pero me amenazas especialmente, únicamente, románticamente, a mí.

—Como sea, lo único que quiero es que terminemos con esto, y perder el tiempo en un lugar como este, por diversión…

—Estamos trabajando, señorita oficial, tra-ba…jando— trató de puntualizar— que tu no te diviertas en tu trabajo, no quiere decir que los demás tampoco.

Caitlyn iba a reclamar de nuevo, pero alguien le chocó el hombro.

Su mirada se dirigió al chico con una bebida que pasaba a su lado, frunciendo sus labios hacia ella cuando cruzaron miradas.

—Ruda y con marcas, como me gustan— escucho decir al chico antes de que se perdiera en la multitud, diciendo algo sobre Zaun.

Odiaba a ese tipo de personas, adolescentes tratando de aparentar ser especiales por meterse en sitios como este, los primeros que desaparecían y hacían mover a varias patrullas en su búsqueda… y uno nunca sabia si de verdad había algo que buscar.

La distracción hizo que perdiera de vista a Jinx, lo que inesperadamente le dio un pico de frustración. No ayudaba la música, horrible para su gusto, retumbando en todo el lugar, y el abrazante calor que convidado con su sobretodo y lo apretado de algunos lugares por las personas, empeoraba todo.

Se las ingenio para dirigirse a un costado, donde una enorme columna de vidrio parecía separar la sala.

Llegó y pudo contemplarse en el reflejo del oscuro cristal, casi no se reconoció, confundiéndose con alguien mas, por eso tuvo que acercarse para contemplarse de cerca por primera vez.

Llevaba el pelo suelto, pesado y cayendo lacio como siempre le pasaba al no recogerlo, pero este se veía interrumpido por la venda en los ojos, una venda oscura, desprolijamente recortada que le cubría desde lo superior de la mejilla hasta por debajo de las cejas.

"Es tela trasparente, podrás ver hacia afuera, pero no te podrás ver los ojos, creerán que eres ciega… asi que actúa como tal, es importante, no lo olvides"

Recordaba las palabras de Jinx, pero en todo ese momento ni siquiera había interactuado con alguien como para aclarar ese punto.

Era verdad que podía ver a través de la tela, pero con la poca luz del lugar se hacía considerablemente difícil a comparación de afuera, donde la luz la orientaba más.

Sus mejillas parecían lastimadas por cicatrices viejas, ya sanadas, marcas que Jinx había conseguido al usar el esmalte y arrugar los sectores que quería que parecieran hundidos. Hizo el mismo detalle en una de sus cejas, realmente parecía que algo había lastimado sus ojos, cortando la piel.

No llevaba maquillaje ni nada que se le asemeje, y le constaba que su ropa, abajo del saco, seguía siendo igual, una camiseta larga negra y el pantalón del mismo color.

El calor comenzó a hacer acto de presencia de nuevo y se veía envuelta en un olor asfixiante.

Vagamente su mente le trajo recuerdos de porque nunca salía a ese tipo de lugares y se tentó con sacarse la venda.

—No hagas eso.

Reconoció la voz de Jinx, tratando de encararla con fastidio, y ahí estaba.

—¿Y por que te alejas de mí? ¿Qué? ¿Viste algo interesante de hacer por aquí?

—No quiero estar aquí, vámonos.

—Acabamos de llegar y ya te lo dije, estamos trabajando.

—Pues mas te vale que termines tu trabajo rápido sino quieres volver caminando a la mansión.

—Tranquila, tranquila, sígueme… a mi tampoco me gusta lidiar con este lugar.

Jinx la tomó de la muñeca. El contacto el molestaba, pero no pudo evitar sentirse agradecida por el hecho de ser guiada, cada vez le era más difícil ver a través de la venda.

Cuando Jinx se detuvo lo hizo en un pasillo más deshabitado, allí, el guardia de antes las esperaba.

Sin decir nada, como en un principio, el hombre, de rostro deforme, tocó la pared a la altura de su codo y esta comenzó a correrse al costado, desvelando una pequeña habitación secreta.

—¿Damas primero? — invitó Jinx haciendo un ademan con la mano e inclinándose un poco en direcciona a Caitlyn, la chica no dijo nada y paso seguida de ella.

Por un momento la oficial creyó que el hombre las acompañaría, pero con inquietud pudo ver como se quedaba en el lado de un principio y tocando la pared en el mismo sector las encerraba de nuevo en ese vestíbulo.

—¿Qué es esto? — le preguntó de inmediato a Jinx y vio que la de pelo celeste se sacaba la capucha y respiraba ampliamente.

—Esto… "mi cielo" es como nos burlamos de la policía de Piltover…. Y te recuerdo que me diste tu palabra, lo prometiste con el meñique, que no nos delatarías.

—Te lo preguntare de nuevo ¿Te has dado cuenta que por arriba de mi no hay otra autoridad a quien delatarte?

—Por eso, por eso…

—No, idiota, me refiero a que… agh… olvídalo.

El calor no era diferente en esa habitación de lo que era afuera pero antes que pudiera siquiera preguntar en como seguir, Caitlyn sintió que el piso se movía.

—Ok, como nunca seré breve, debemos tener solo 3 minutos— comentó de inmediato Jinx mirando de frente a Caitlyn—yo se que te excita llevarme la contraria, a mi también me divierte, pero aquí yo digo lo que hay que hacer y por el bien de las dos: Haz-lo-que-te-digo.

—No te prometo nada y…

—No, no, no, no, no. Lo digo en serio. Si te digo que ladres como perra en celo, lo haces.

—Y es por estas cosas que nunca vas a conseguir que te tome en serio.

—¿Quieres algo en serio? Bien— la desafío— Estas viajando a un lugar donde podrás ver cara a cara a criminales que creías muertos, los cuales no les va a causar gracia ver como "la máxima autoridad" de sabuesos los descubre con vida. Van a hacer contigo cosas peores que matarte y a mi por traerte ¿De acuerdo?

—Y si era tan peligroso traerme, como ya te lo advertí antes, buena para nada ¿Por qué no viniste sola?

—¡Oh! ¿Qué es eso que escucho? Se oye como una gotera… ¿Te hiciste pipi del miedo?

Caitlyn simplemente apretó la mandíbula.

Ya sabia que era peligroso y estúpido meterse así por así en Zaun, pero mas impotencia y bronca le daba el haberle hecho caso a Jinx y meterse hasta el cuello con sus ocurrencias.

—Mira, cerebrito, no es que no disfrute viendo como esta a punto de darte una embolia o algo del estrés en este momento ¿Sí? Porque la verdad luces adorable cuando quieres matar a alguien, pero… lo tengo controlado.

—Habla— accedió de mala gana, sintiendo que de los tres minutos que Jinx había contemplado ya se le había escapado un par.

—Ok. Primero y muy importante: No hables— comenzó mirándola fijamente— yo hablare y si se dirigen a ti, diré que eres muda. Aparte de destruirte la cara te arrancaron la lengua, tu-no-hablas.

—Bien.

—Segundo: No te quites la venda, si por alguna extraña razón se te cae o te la quitan mantén los ojos cerrados. Tu no tienes idea lo famoso que son tus ojos y la cantidad de gente que quiere tenerlos en un frasco en su "mesita de cama".

—¿No será sospechoso? Es como si tuviera un antifaz o algo así.

—A nadie le importa. Créeme que veras cosas mucho mas sospechosas y nadie se para a reparar, la gente aquí es muy reservada y tiene sus santas y buenas razones. Hay pocas reglas, pero claro, se pueden poner curiosos y si, adivinaste.

—Dijiste que hay gente que me quiere muerta.

—¿Qué con eso?

—Si a nadie le importa, es más fácil que la policía se meta ahí abajo.

—Ay, amor ¿Crees que no hay policías?

—¿Qué?

—Bueno, no que tu sepas, de seguro. Pero ¿Quién crees que vende los códigos de seguridad de algunos edificios por una buena bolsa de monedas de oro?

—Mentirosa.

—Eres un encanto. Tan inocente… el concejal del distrito 3 de tu ciudad, como se llamaba ¿Edwien? Se pasa seguido por aquí, les gusta… "ver" y siempre trae unas gafas de sol como si fuera el gran disfraz. Todos sabemos quien es, pero nadie tiene problema desde que paga muy bien por sus miraditas.

Caitlyn guardo silencio, desviando la mirada hacia una de las paredes, tratando de recordar si sus hombres habían hablado algunas veces del bar o los lados cercanos a la zona.

—Ah-ah— la interrumpió Jinx, atajándose— prometiste que no nos delatarías, así que no hagas planes para venir de espía o algo así luego.

—¿Y a ti que te importa?

—Cierto… cierto, la verdad puedes hacer luego una casa de té con este lugar, me da lo mismo, pero eso nos trae de nuevo a este preciso momento donde "si" que me importa lo que harás.

—Ya escuché. No hablo, no me quito las vendas, simulo ser ciega.

—Bien, y que no se te olvide algo muy importante— aclaró lo ultimo cuando el piso se dejo de mover y la habitación pareció llegar a su destino— Tu vienes conmigo.

—Eso es evidente.

—No, no, no me estas entendiendo. Tu vienes conmigo, porque eres "mía"

—Ahora si no nos entendemos.

—Eres mi compañía esta noche.

—… compañía como "dama de compañía"

—Es más común el término "perra" pero si quieres sonar más sofisticada.

—No soy tu perra.

—¡Bien! ¡Excelente! Entonces yo me pondré este collar— anuncio sacando un collar negro con su correa de cadena plateada— y tu me llevaras, te dirigirás a donde tú ya sabes dónde, hablaras con tu ya sabes quién, y dirás las palabras que tu ya sabes cuales son, pese a ser muda y ciega, y me presentaras como tu "dama de compañía" porque a ti si que te conocen aquí y no es para nada raro que vengas y sepas todo.

Jinx no necesitaba decir más, sabía que el mutismo de la otra chica era suficiente, así que le extendió el collar y esta lo tomó de mala gana.

—¿Por qué me tengo que poner un collar y simular que tu me llevas de la correa?

—¡Porque estoy loca! Todo el mundo lo sabe— explicó con obviedad— ¿Crees que alguien se va a parar ahí a decirme algo por esto? No, es más, estarás camuflada nivel 100. Me han visto hablar y defender a mis armas hasta la muerte… de ellos. ¿Crees que se meterán con mi perrita, bonita, chiquita? — decía lo último mientras le pellizcaba una mejilla.

—¿Así que haces esto para protegerme? — preguntó poniéndose ella misma el collar, a continuación, Jinx engrapo la correa y su sonrisa se hizo amplia contemplándola así.

—Sí… no te voy a mentir, me hacía mucha ilusión verte así también.

—No lo dudo.

—No, no lo arruines ¡Dios! ¿Por qué sonríes? — se quejó viendo que Caitlyn no parecía humillada como ella hubiera querido.

—No es nada.

—No, dime.

—Solo creo que pensaste muy bien las cosas, es todo. Buen trabajo.

—¿Y qué demonios significa eso?

—Que tienes razón, creo que de esta forma nadie me descubrirá.

—Sí, es lo que yo dije… lo que no explica la satisfacción en tu rostro.

—¿Debería estar triste? Mi querida "secuas" se preocupa por mí.

Jinx levantó un dedo apunto de discutir, quedándose con la boca un poco abierta, justo cuando la puerta del compartimiento desvelo un pasillo con luces tenue a los costados.

—Las damas primero supongo— comentó por lo bajo Caitlyn, adelantándose un par de pasos— y te lo advierto, no me hagas tirar de la correa.

Para arruinar el repentino buen humor que traía, Jinx hizo justamente lo contrario, tirándola con fuerza hasta hacer que ella se metiera de nuevo en el compartimiento.

—Tu desearías que me preocupara por ti— le dijo muy cerca del rostro en una amenazante mueca que Caitlyn devolvió de la misma forma— y desearías que fuera tu "secuas" o algo así, pero la verdad es que no.

—Se que estas dementes y que quizás tengas trastornos peor que los de una persona bipolar, pero será mejor, si quieres vivir, que te pongas de una maldita vez de acuerdo contigo misma— la amenazo empujándola contra la pared sin dejarse intimidar por el agarre de su cuello.

—¿Ah sí?

—Si, porque hasta donde sé, la dos estamos hasta el cuello de mierda y nos necesitamos para salir de esta.

Dicho lo último, Caitlyn la empujó, tomando distancia la una de la otra para tratar de calmar los aires.

En el silencio de ambas comenzaron a escuchar pisadas en un suelo metálico, las cuales se acercaban.

—Bien— comentó Jinx aun en tono tosco— bien dicho… damita.


Nota del autor:

So… me corrieron de mi casa, de nuevo, y… tuve algunos cuantos problemas y distracciones, por eso me ausente un poco.

Voy a estar bien, eventualmente siempre lo estoy.

Como le dije a mi profe de ingles en la university.

Ai do nou hau, bat ai ll gona bi fain, dont mada uat. Ai m clever inaf and stronga inaf.

Sabias palabras u.u de mi para mí.

De hecho si hay algo que quiero pedirles, nunca les pido nada mas que un review o algún comentario pero esta vez si me gustaría que hicieran algo por mí.

Yo ya trabajo, pero quiero aspirar a otro trabajo, uno que es solo por las mañanas y me daría el suficiente dinero para vivir por mi cuenta y muy cómoda. Resolvería para mi muchos problemas el conseguirlo, sooo, a lo goku, envianme su ki :v

En un mundo donde uno aprende a nunca decir nada de sus proyectos porque la gente que te rodea es infeliz y quiere que fracases para sentirse un poco menos miserable, estoy aquí contando esto porque me gustaría tener un poco de "fuerza" ajena a la mía.

Algo así como el "fighting" de lo coreanos cuando le desean a los demás fuerzas.

No hace falta que me lo digan.

Pero… creo que me haría algo de bien que se me desee lo mejor para variar alguna vez.

Lamento no haber actualizado, debería ser mas responsable, tratare de que no se repita.

Que tengan lindo fin de semana :)