Prologo
El cielo azul de Gostovich se hizo notar aquella mañana cuando todos se levantaron, era un cielo despejado de nubes con un sol de Primavera que hacia a los pajaros cantar tan fuerte, que sus pequeños pulmones no podían con tanto, las ardillas correteaban de árbol en árbol buscando las nueces para alimentarse (a ellos y a su familia), los cerdos del campo se acercaban a sus dueños para recibir su comida de todas las mañanas, comida que usaban sus dueños después para llevarlos a la gran competencia de la Santi Primavera, en donde los chanchos de gran peso ganaban infinidad premios, tanto para su concursante, como para su dueño. Las mañanas son asi de mágicas en la zona rural de Gostovich, gente simple disfrutando de cosas simples, personas que se levantan para pastorear sus ovejas o para ir a la tienda del pueblo a hacer ganancias para sus familias.
- ¡Estampida! –
Bueno... No todo lo bueno puede durar para siempre...
A lo lejos se veía a un niño gordo de piel blanca, de ojos cerrados (posiblemente ciego), una cabellera marrón corta con cresta y cachetes inflados, corriendo de camino al centro del Pueblo con su remera celeste que le quedaba chico y unos pantalones cortos, los pueblerinos detuvieron lo que estaban haciendo y fijaron su mirada, con curiosidad, a la voz proveniente, una sola voz se hizo escuchar entre la multitud, era una voz femenina con cierto aire de grandeza y aspero como suelo de desierto, exclamando con molestia, como si aquello fuera algo de todos los dias:
- ¿Ahora qué diablos hizo este gordinflón? – La pequeña se llevo la mano a la frente.
- ¡Corran! ¡Son muchos y son feroces! – Exclamo con desesperación el pequeño.
Temerosos, los pueblerinos vieron hacia el horizonte expectantes a que seres tan malvados y salvajes podrían estar corriendo hasta el pueblo. Algunos pensaron, "Deben ser vacas.", otros dijeron, "No, deben ser Búfalos.", para suerte de ellos, no eran Vacas o Búfalos... Eran Chihuahuas.
Sus ladridos chillones no se hicieron esperar en el horizonte, algunos saltaban, otros hacían piruetas y se golpeaban entre sí pero todos tenían un objetivo, tratar de llegar hasta el niño. Eran muchos, si, pero el tamaño era la parte donde los hacían Tiernos o Feroces según la perspectiva, tan pequeños que podían entrar en una cartera. Los pueblerinos abrieron paso a la Jauria que no llegaban a ser 25 cabezas por perro, mientras los miraban curiosos y los mismos pasaban de forma galopada.
Si, la vida en la zona Rural de Gostovich es rara a veces.
La niña con sus ojos celestes igual que su madre, piel bronceada, pelo largo negro que le caia hasta la espalda, cubriéndole el lado derecho de su cara, giro los ojos y, como si fuera algo de todos los días, va en rescate de su mejor amigo, dejando a su madre, de tez bronceada igual que su hija con su pelo largo cubriéndole la mitad del rostro, atrás de ella quien recién salía del supermercado cuando vio la "conmoción". La pequeña corrió con todo lo que le daba su pies hasta el niño que seguía corriendo en Línea Recta, para ser un gordito, dice la niña, corre demasiado rápido, como si aquello no dejara de sorprenderla. Cuando la niña llego hasta el pequeño maratonista lo agarro de la remera y lo lanzo hacia un callejón, freno en brusco levantando un poco de polvo en el proceso y se metió con él. Ambos vieron pasar la galopada Jauría y se apoyaron contra la pared, la nena tratando de recuperar el aire perdido por correr tanto y el otro solo tomando unas bocanadas de aires leves, como si la carrera que hizo no fuera nada para él:
- Prima, yo... - Ella lo detuvo con un dedo mientras buscaba una posición cómoda para recuperar aire.
Lo escuchaste bien, aquella niña es la Prima del maratonista, media Prima, aunque esto no lo saben ellos por la influencia de sus padres quienes son mejores amigos desde hace tiempo y, llegado a un punto, pactaron que se llamarían Primos por un despiste de la Madre de la niña.
Fue cuando ellos tenían 3 años que se conocieron, ellos lo recuerdan bien, bueno... Desarrollaron la memoria a esa edad pero, insisto, ellos lo recuerdan bien. Era una cena Familiar en la que la Madre de la niña, Heather, había sido invitada a ella y a Helen, su hija, para celebrar las Navidades junto a David, Doctor de la zona Rural de Gostovich, Tio legitimo de Helen y hermano menor de Heather, Rody un científico famoso por crear la cura de la gran Depresión del 2040, mejor amigo de sus ya fallecidos abuelos jovenes Andrew y Cristin (Producto de la gran Depresión), y amigo intimo de los hermanos, Lucy, la esposa de Rody, una ex esclava que fue rescatada por el científico cuando descubrió una red importante de Trafico de personas, y bueno, nuestro pequeño maratonista, Bobby. Cuando la madre le presento Bobby a su hija, dijo sin pensar que era su primo, mas que nada por un despiste (como dije antes) y por como se sentía Heather con respecto a Rody quien fue una ayuda tanto para su Madre como para su Padre en sus ultimos momentos y lo llego a considerar como un Tio, David se siente igual.
Por lo que los niños, creen que son Primos o bien, Primos lejanos pero, Familia... Creando con ello un vínculo familiar en el que Bobby es un Barril sin fondo, inocente y Bonachon, y Helen una boca-floja con carácter fuerte y pelos en la lengua, quien se encarga de resolver los miles de problemas que causa su Primo accidentalmente, como el de hoy...
- ¡¿Por qué diablos te...?! – Helen no podía evitar respirar hondo, había corrido demasiado fuerte para su estandarte. - ¡¿...te estaban persiguiendo unos Chihuahuas?! –
- Le di de comer una galletita a uno y... Le siguieron los otros. – Bobby choco ambos dedos entre sí, la sola idea de pensar en la tontería que provoco lo avergonzaba.
La niña dejo de jadear y le encestó un puñetazo en el estomago a Bobby quien se tiro al suelo para recuperar el aire mientras abrazaba su estomago:
- ¿Qué acaso no puedes estar un segundo sin causar problemas? ¿Qué cuernos estabas haciendo con los perros de todas formas? – Se cruzo de brazos.
- Los había encontrado en una casa fuera del Pueblo, estaban en una chapa de acero y, bueno... Se veían tiernos durmiendo. – Se levanto en cuanto termino de decir esto, se sacudió el polvo y prosiguió. – Por lo que les di de comer en cuanto el dueño entro a su casa... -
- ¡Idiota, no puede darles de comer a los perros sin el consentimiento del dueño, porque si no los perros te siguen! – Le golpeo la cabeza con la palma abierta, Bobby se achico por la pena. – ¡Ahora hay que juntar a los perros uno por uno y llevárselo a su dueño! –
El niño se disculpo por causarle problemas a su Prima y ambos salieron del callejón con Helen como líder, y empezaron la búsqueda de los cachorros. Divisaron uno que estaba interactuando con un abuelo, el mismo lo tenia cargando de los hombros mientras lo acariciaba y le daba besos, a Helen le dio asco ver semejante escena pero a Bobby le parecía tierno ya que junto ambas manos y las puso en forma de almohada hacia un costado mientras se deleitaba con la imagen, Helen lo saco de su burbuja de un golpecito y fueron hacia él:
- Oh, hola niños, ¿Cómo pue...? –
- Denos el perro señor, no tenemos tiempo. –
La niña no se iba con rodeos, quería terminar con el problema de una vez por todas. El niño le susurro que le pida amablemente, hizo un quejido y volteo a ver al viejo:
- ¿Por favor? – Le molestaba decir eso.
- Eh, claro, ¿Es de ustedes el perro? – El viejo le entrego el perro chillón a la niña.
- No señor, es de otro señor que estaba en una granja, fuera del pueblo. –
Bobby no era bueno para hablar, menos para formar una oración simple, la expresión molesta de su prima era una prueba de ello. El viejo frunció el ceño y se froto el bigote, tratando de recordar algo:
- ¿Acaso esta granja tenía una chapa de acero como techo? –
Helen vio a Bobby, expectante a su respuesta con una ceja levantada:
- Si, los perros estaban ahí arriba. –
- Espera, ¿Qué? – Helen se sorprendió con el comentario. - ¡Eso no me lo dijiste! –
- ... - Ambos se quedaron viendo a la niña. – Te dije que estaban en una chapa de acero... -
- ¡Pero NO que estaban en el techo! ¡¿Cómo llegaste ahí?! –
- No sé. – Se encogio de hombros con nervios.
Si hay una razón clara por la que Helen tiene ojeras en sus ojos, es por la inocencia de Bobby, es algo que no termina de perturbarla aun si ya se conocen desde hace bastante, eso y que no entiende como su Primo hace la mitad de las cosas sin que el sepa; el viejo lo tuvo bastante claro cuando noto esto de ella.
- Si no me equivoco niños, el dueño quien cuidaba los perros es un hombre muy malo. – El viejo les hablaba como si fuera sus nietos, no quería decirles que ese hombre era un mal-tratador de animales.
- Es un mal-tratador de perros, ¿Verdad? – La niña fue muy astuta, eso lo saco de su madre. El viejo estaba sin palabras.
- ¿Un Mal-trotador? – Arqueo una ceja. Ambos se quedaron viéndolo, la niña de forma despectiva y el hombre con curiosidad.
- No importa hijito, hay que avisarles a las autoridades ahora mismo sobre el tema. – Saco de su bolsillo su gorro de tela, parecía ser pescador.
Los niños y el perro le siguieron el paso, al mismo tiempo que miraban a los alrededores por si encontraban a los chillones animales. La mañana se había tornado en una catastrofre con la Jauria correteando a los alrededores, si bien no era un problema mayor para los pueblerinos, quienes los veian con cierta ternura, lo era para los dos pequeños y, ahora, el viejo quien se les unió en esta pequeña, pero simpática aventura.
Avisaron a las autoridades en cuanto encontraron el puesto avanzado más cercano, los Guardias ya estaban al tanto puesto que lo vieron correr a Bobby y a la "estampida" en la entrada según le reportaron a la autoría. Los pequeños y el viejo estuvieron buscando a los animales casi toda la mañana, pero terminaba en lo mismo siempre, el dueño terminaba encariñándose con el pequeño, pero chillon animal. Los perros parecían haber pasado por lo peor, ya que algunos parecían miedosos de aceptar una caricia, tal vez pensando que la persona (ahora dueña de él) le daría una golpiza, aunque no era asi.
En cuanto se dieron por vencidos con tema a tratar de conseguir a los perros, llegaron a la entrada del pueblo en donde un Guardia Imperial estaba charlando con los soldados del puesto de avanzada, parecía ser el líder ya que llevaba puesto una armadura semi-pesada de platino junto con un martillo grande que lo tenia agarrado en su mano izquierda (parecía ser zurdo), diviso a los dos niños, al perro en brazos de la pequeña y al anciano, y se quedo viéndolos con una sonrisa.
- Asi que ustedes dos son los causantes de TODO este problema. – Su voz armoniosa no le permitia a los niños discernir si lo que estaba diciendo era una broma o de verdad estaba enojado.
El Lider se saco el casco, dejando destellar la perfecta quijada que tenia en su rostro, su cabellera de crestas con barba de candado y se puso a la altura de los niños quienes se sintieron intimidados por el tamaño grande que era, Bobby se puso atrás de su prima, ella inflo el pecho como queriendo mostrar valentía (aunque estaba igual de asustada que su primo) y el perro empezó a gruñirle como queriendo proteger a los dos jóvenes. El Guardia acaricio la cabeza del animal y pidió con voz suave que Bobby saliera detrás de su prima quien quería decirle que no lo hiciera pero estaba tan intimidada que no podía ni mover sus labios, timido pero decidido, el pequeño maratonista se acerco hacia el guardia con la cabeza abajo, como si fuera un perro castigado:
- Hijito, fuiste muy irresponsable en darle de comer a un animal sin el consentimiento de su dueño... - Hablaba en un tono serio, su voz armoniosa permitía hacérselo saber al pequeño quien, estaba al borde de las lagrimas por la culpa, su prima lo observaba atentamente. – Pero debo decir que, al mismo tiempo, hiciste un acto heroico que no muchos se atreven... -
El pequeño observo con atención:
- Liberaste a unos animales que se los reportaba maltratados. – Señalo al canino en los brazos de la pequeña. – Este pobre perro es un buen ejemplo de eso. –
Ambos miraron al animal y notaron que, en efecto, tenía una cicatriz en su único ojo ciego debido a un posible golpe con un látigo o con un objeto cortante, los niños no lo habían notado, el anciano que los acompañaba sí, pero no se atrevió a decirlo:
- Por lo que, te voy a pedir que por favor nos acompañes valiente soldado. – El Lider se levanto poniéndose su casco y ofreciéndole la mano en el acto. – A que nos digas donde se encuentra la casa en donde hallaste a los perros. – El pequeño, con miedo, asintió limpiándose las lágrimas.
Agarró la mano del líder y, como si tratara de una típica caminata con sus padres, fueron de la mano hacia donde les indicaba el pequeño maratonista; la prima les siguió el paso en cuanto insistió en acompañar a su primo dejando al perro con el anciano mientras que él le contaba detalles de lo sucedido a uno de los Soldados del Pueblo. Los soldados, de camino al lugar, jugaban con Bobby llevándolo a sus hombros, haciéndole columpiar en los brazos del Lider y de un soldado femenino que estaba acompañado del Guardia Imperial, Helen les seguía de atrás viendo con un poco de envidia a Bobby, quien la estaba pasando bien mientras indicaba el camino. A diferencia de la armadura semi-pesada de Platino del líder, las armaduras de los Guardias Imperiales son de plata con tonos azules, como si se tratara de una armadura normal, solo que se trata de un mineral un poco menos pesado que el platino, pero igual de resistente a los ataques. La armadura que suelen tener los Guardias de la Zona rural son de Hierro, un componente resistente a los ataques pero más ligero que el Platino o de Plata; aunque se estuvo charlando la idea de que se hagan armaduras de Bronce para la Zona rural.
En cuanto llegaron al lugar, el Lider le indico a la soldado Femenina que se quede cuidando a los dos pequeños a lo que ella obedeció con cierto encanto. Ella se arrodillo ante los pequeños y se saco el casco, revelando una bella mujer de tinte negro, de ojos verdes Esmeralda, con rastas que caían hasta la nuca, mostrándose amigable ante la presencia de los pequeños, quienes se mostraban más tranquilos después de lo vivido anteriormente, ante la presencia del Lider.
El Lider y un Soldado Imperial salieron con el responsable del maltrato a estos cachorros, gritando al son de los vientos que se trataba de Usurpación de Propiedad, la Soldado se acerco ante ellos con el casco puesto por si necesitaban, uno de los soldados que salió de la escena se le notaba nauseabundo, mas que nada por su forma borracha de caminar, la soldado hecho un vistazo adentro y simplemente cerro la puerta de un portazo mientras se alejaba hasta un árbol. Esto, por supuesto, trajo curiosidad en los dos pequeños, pero mucho mas curiosidad le trajo a Helen quien le pidió que lo acompañara hasta la puerta.
Los Soldados y el Lider estaban tan concentrados forcejeando con el Tirano que no se percataron a los niños acercándose a la puerta, llamándolo monstruo y demas Blasfemias. La pequeña le indico con la mano a su Primo que esperara, el obedeció y ella abrió de a poco la puerta hasta entrar sin que se dieran cuenta los Guardias.
Tal vez fue el peor error que cometió en su vida pero, ya saben como es el dicho, La curiosidad mató al gato, lo que encontró adentro fue catastrófico, perros de distintas razas mutilados de diferentes formas, una mas creativa de la otra, los gajos de Chorizo colgando de cada uno de sus estomagos con algunas marcas de dientes en ellos, colgados de patas abajo como si fueran vacas en el congelador de una Carniceria con Ganchos de la misma índole, sangre que chorreaba al piso de sus ya muertas cabezas, las paredes decoradas con la sangre de los fallecidos dando una sensación de estar en el mismo infierno (o incluso peor), cadáveres de animales esparcidos por todo el lugar como si fueran bolsas de Cemento hechas de sangre y una mesa en el centro con dos sillas, una que esta vacia y la otra que tiene a un perro de raza Alemana sentado de forma inclinada a la mesa como si fuera una persona, las piernas habían sido quebradas de tal saña que simulaban una pierna de hombre, con una ropa de mujer simple y un gorro. La pequeña estaba temblando, petrificada en la puerta, tratando de gritar a todo pulmon para sacar esa presión del pecho que se estaba acumulando por el horror de la escena, sintió gotas caer a su cabeza, rodeándola de sangre coagulante por toda la cabeza hasta cubrirle el rostro completo, era un perro que estaba tratando de moverse pero estaba agonizando, dando sus últimos movimientos como si estuviera imaginando que esta escapando de lugar, yendo a un lugar feliz, con una familia que la adopte. La niña se lo quedo viendo hasta fallecer y después vio a la mesa, donde estaba el perro inclinado en la silla, el golpe fuerte que dio contra la mesa fue razón suficiente (mas lo anterior dicho) para que saliera de la escena de un portazo, pálida, con sangre coagulante cayendo por su rostro, con una expresión fría de terror, y unas lagrimas cayendo por su rostro del miedo. Su primo, petrificado por verla de esa forma, le pregunto si estaba bien, a lo que ella contesto con un grito:
- ¡NO ENTRES! ¡ALEJATE! –
Cayo de rodillas al suelo mirando al cielo llorando, como si quisiera que el universo le sacara la imagen de la cabeza, los soldados no tardaron en darse cuenta que fue lo que paso, el Lider mando a hacer lagartijas a la soldado que se suponía, estaba a cargo de ellos, Bobby se largo a llorar por ver a su prima en ese estado tratando de querer abrazarla pero teniendo miedo de que su familiar lo golpee por ello.
Bobby no se separo ni un solo segundo de Helen, aun después de que sus padres vinieran, el Lider se disculpo con los mismos por su falta de consciencia de dejar que sus hijos los acompañaran, en compensación por ello, ofreció pagarle servicios de Terapia de por vida para Helen. Ella no quiso comer nada ese mismo dia, la imagen de los perros seguía clavada en su memoria, hostigándola con el olor a sangre, el liquido espeso goteando por los lados, las paredes pintadas de ese color tan feo y oscuro, las bolsas de cadáveres de los animales desparramados por el lugar y el perro con vestido, dándose un golpazo contra la mesa.
Este golpe no seria el único que iba a tener Helen a partir de ahora, pero es un comienzo. Lo bueno de todo esto, no solo que ella tiene Terapia pagada de por vida, sino que su compañero, llamémoslo Bobby, aun después de lo sucedido ese mismo dia, se quedo con ella para acompañarla insistiéndole en que tenia que comer algo mientras la Madre traia comida en un plato a su cama y quedándose durmiendo con ella para que no tuviera miedo, recibiendo ella, como si se tratara de una consolación celestial, el abrazo de su medio primo con sus manos abrazadas al pecho mientras dormían juntos en la misma cama, agradeciéndole en voz baja su presencia allí.
Fin del prologo.
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