Disclaimers: los nombres de los personajes pertenecen a Rowling, no a mí.
Esta historia es Drinny, pero puede que no se vea como tal, puede verse como un drinny indirecto.
Este aporte es parte del Drinny-Con 2021, organizado este año por la página de Facebook DrinnyZone.
D12. Varita.
Draco tuvo que aguantarse mucho las ganas de soltar una risotada ante la mujer mayor frente a él, y es que le había levantado una rama de algún árbol y apuntado a él como si fuese un arma, suponía que hacía que sus fantasías compartidas con sus clientes creyeran en eso como una varita potente, o similar.
—Largo de aquí—. Se acercó a él—. Ya ha dicho que no es de la policía ¿no es así? No pienso decir nada más.
—Debería invertir más en su varita, señora Prewett—. Se burló Draco—. Pero en serio necesito hablar con su hija, veinticinco es mucho tiempo, era joven, supongo—. Se burló—. Todos hacemos tonterías a esa edad, solo quiero saber cómo llegó su anillo a ese lugar, me sería de utilidad para un caso que investigo.
—No pienso decirle nada más—. Dijo la mujer, con un tono duro en la voz.
—Bueno, si di con usted, no dude que la voy a encontrar.
La mujer bajó la mano con la que sujetaba la varita y le dedicó una sonrisa triste a Draco, que debió decir más que todas las palabras que había dicho hasta ese momento, pero el rubio que se vanagloriaba de ser muy inteligente y observador, no entendió nada.
—Entonces encuéntrela, y hasta que lo haga, no vuelva—. Ordenó.
Draco salió de aquella tienda enfadado, de nada le había servido que esa mujer reconociera el anillo olvidado en aquel lugar, ahora tenía que buscar a su hija, que posiblemente había sido toda una delincuente saltando el acordonamiento policiaco solo para ser popular con sus amigos.
Ahora eso le parecía estúpido, pero posiblemente a esa edad, él se hubiese aventurado a muchas cosas, si no hubiese estado viviendo en Bulgaria en ese periodo de su vida, en aquel maldito internado para varones "problemáticos" aunque él no era uno, solo era un cobarde, así que su padre lo había enviado allá, para ver si se le quitaba un poco lo afeminado. Los peores años de su vida, si podía decirlo.
Fue hasta su amigo Blaise, que estaba desesperado, le sonrió casi maniáticamente cuando se sentó, esperando las mejores noticias del mundo.
—La mujer reconoció el anillo—. Le informó—. Me dijo que se lo había dado a su hija hace veinticinco años atrás y que ella lo perdió, y no, no me quiso decir donde está su hija—. Terminó de dar la información.
—Esa mujer está arruinando mi vida, solo porque se coló en una escena del crimen, encuéntrala, Draco—. Ordenó.
—Sí, pero creo que necesitaré un poco más de tiempo, investigar a la mujer para más o menos saber dónde está la hija, aunque te apuesto, por donde encontramos el anillo, estará en la cárcel a estas alturas.
—Bueno, si está en la cárcel mucho mejor para mí—. Sentenció Blaise.
—Pero me debes una muy grande, me amenazó con una varita—. Se burló.
