Disclaimers: los nombres de los personajes pertenecen a Rowling, no a mí.
Esta historia es Drinny, pero puede que no se vea como tal, puede verse como un drinny indirecto.
Este aporte es parte del Drinny-Con 2021, organizado este año por la página de Facebook DrinnyZone.
D30. Salto.
La suerte para Lucius nunca fue buena, porque el tiempo le demostró que sin importar nada, Ginny jamás sería de él como lo era de Draco, y así lo comprobó saber que el irse a Londres solo había sido una trampa para que sacara a Ginny de donde quiera que la tuviera, ella gritó su nombre en cuanto lo vio desde la ventana del cuarto de Draco, quiso saltar hasta él desde ahí mismo, así que la arrastró, la llevaría hasta las mazmorras, para que jamás la encontrara.
— ¡Ginny!— Gritó Draco desesperado golpeando la ventana una vez que estuvieron en el recibidor, enfureciendo a Lucius, que la arrastró.
— ¡Draco, vete de aquí!— Chilló desesperada, forcejeando para ir hasta la ventana donde el rubio los observaba mientras golpeaba la madera con desesperación, y la llamaba por su nombre.
—Parece que quiere que lo mate, una vez que te encierre de nuevo, lo haré.
— ¡Vete o él irá tras de ti, no lo dejes que te encuentre, vete! ¡Draco vete!
El hecho de que le advirtiera lo enfureció, no podía creer la clase de devoción que tenía por él, ¿por qué? ¿Por qué por Draco y no por él? Así que la llevó a un sitio donde su hermano no pudiese verlos, y una vez que se marchó, pudo hacerse cargo de la situación, volvió a besarla y a adueñarse de su cuerpo, pero el haber visto a Draco dejó a Ginny en un estado donde no se sometería, no de nuevo, no sabiendo que él la estaba buscando, así que sujetó el cuchillo y sin importarle nada, le cortó la lengua, se rió tan fuerte y como loco al verla manchada de sangre, sufriendo por lo que él le había hecho, bueno, eso era lo que merecía por no haberlo amado.
A Draco le tomó un mes más volver a la mansión, pero esta vez, Ginny se había sometido tanto a él, que la dejaba vagar por el lugar, siempre regresaba y que él volviera o no, ella era consciente de que no la amaría ahora que la habían mutilado.
— ¿Quién eres?— Le Preguntó Draco, confundido, ya que ella había estado cubriéndose la cabeza, impidiéndole verle el cabello, estaba tan delgada, que era obvio que no la reconociera, Ginny dejó de mecerse en el columpio se quedó quieto, su espalda golpeó el suelo y la pelirroja estaba sobre él, sus manos se colocaron en su cuello, estaba fría a causa de que iba descalza y sin suéter, su rostro estaba lleno de tierra, y su cabello alborotado y un poco sucio.
Ginny acercó más su rostro a él, quiso besarlo, pero no pudo así que sonrió, se quitó de encima de él y se sentó de nuevo en el columpio, comenzando a mecerse.
—Tenemos que irnos—. Le informó—. Dime ¿Dónde está?— La joven sonrió divertida y abrió la boca, para mostrar que le habían cortado la lengua, haciendo que el corazón de Draco se agitara, mientras ella se mecía tranquila en el columpio.
El hecho de que se dejara caer de rodillas frente a ella y la sujetara de las mejillas, mostrando que no le importaba en absoluto lo que le había hecho, la hizo llorar, desconsoladamente y negó con la cabeza, meciendo sus cabellos sucios.
—Te tocó ¿no es cierto?— Ginny asintió, dolida—. Dime ¿lo ha estado haciendo todo este tiempo?— Ella intentó hablar pero no pudo, mostrando su desesperación—. Te amo, Ginevra, no importa que pase, siempre voy a amarte, solo… no dejes de amarme ni un momento, no me dejes, espérame, espérame bajo el roble, y no te vayas sin mí ¿está bien? Pase lo que pase, no te vayas, iré por ti.
Ginny se negó al principio, pero el beso cálido de Draco y sus brazos la convencieron, así que se alejó corriendo, el rubio observó la mansión y entró, si había estado forzando a Ginny a estar con él, era seguro que había estado ensuciando todo lo que una vez los hizo felices a ellos.
Entró al ala donde había estado viviendo antes de que su hermano gemelo raptara y abusara de su novia por meses, lo encontró sentado en una silla junto a la ventana, lo escuchó reír cuando escuchó que abrió la puerta.
—Viste lo que le hice ¿no te parece más bonita aún?— Se giró hasta él—. Mi amor por ella, es tan grande, que le hice ver que no importa que esté mutilada, los dos seremos un monstruo, Draco.
El rubio observó a su hermano, su ojo estaba blanco y seco, como si hubiese tenido un accidente, ahora era más fácil reconocerlos, al menos para el resto, porque Ginny siempre había podido hacerlo, había sido un error pedirle que dejara que su hermano Lucius pasara un día con ella, sin que le dijera que sabía que no era él, que no era Draco, aquello había desencadenado todo esto, era lo que había necesitado Lucius para dar ese salto a la locura inmensa.
Se acercó a él y lo golpeó, comenzaron a pelear, Lucius por el amor de Ginny que nunca había sido suyo y jamás lo sería, y Draco, por todo lo que le había hecho, no importaba que la hubiese mutilado, abusado, él la amaría hasta el final de sus días.
La demencia de Lucius ayudó demasiado en esa pelea, porque ganó, la risa fue tan fuerte que enfadaron a Draco, se quiso levantar pero su hermano se subió sobre él y colocó sus manos alrededor de su cuello, comenzando a asfixiarlo.
—Hay muchas posibilidades, he vendido mi alma por ser tú, solo te necesitaba aquí, para tomar tu cuerpo ¿sabías eso? Gracias por hacerlo tan fácil, me pregunto ¿si mi alma está en tu cuerpo, ella aun notará que no soy tú?— Sonrió, te he estudiado, sé todo de ti, tu manera de hablar, de actuar de caminar, solo ella podía distinguirnos, pero los demás no, pero ahora voy a ser tú, ella será mía, tu vida será mía y hermanito, vas a morir aquí.
Lucius observó su rostro, ahora era él quien estaba siendo asfixiado, así que aprovechó el momento de confusión de Draco, que ahora estaba en su cuerpo y lo empujó, lo golpeó en la cabeza y roció sobre él el combustible y arrojó el cerillo.
Se quedó ahí, viendo arder a su hermano, hasta que las llamas llegaron a las cortinas y la ropa de cama, sonrió encantador, sacudió la cabeza al notar que algunos de los recuerdos de su hermano, estaban en su mente.
La mayoría de Ginny, así que había estado pensando en ella cuando hizo todo esto, sonrió divertido, pero en cuanto las imágenes de la chica con Draco, de aquella manera, reaccionando a sus caricias como nunca lo había hecho a las de él, lo enfurecieron.
Avanzó hasta el roble donde siempre se veían, donde él siempre los espiaba a lo lejos, los había visto muchas veces entregarse a la pasión, deseando ser él quien la hiciera gemir, quien la llevara hasta él éxtasis, que pronunciara su nombre y no el de Draco al llegar al orgasmo.
Se detuvo cuando la vio, ella sonrió y corrió hasta él, con la cara llena de felicidad, lo sujetó de los brazos y solo le costó verlo a los ojos, para alejarse de él, aunque no quiso ser tan obvia, él la conocía a la perfección, ni siquiera ocupando el cuerpo de Draco, iba a poder amarlo, aquello lo enfureció más, tuvo dos opciones, alejarse de ella y dejarla ahí, o dar el salto a la perdición completa.
—Tenemos que irnos—. La jaló, intentando convencerla de que era Draco.
La joven se resistió, no podía escuchar de nuevo el bonito sonido de su voz, porque la había enmudecido, pero pudo leer su mirada, ella no iba a moverse de ahí sin Draco.
—Ginny, tenemos que irnos.
Ella negó efusivamente ante sus palabras, haciéndolo exasperarse cada vez más, así que la soltó.
—Ya veo, no vas a moverte de este espantoso árbol.
Dio el salto, todo se obscureció por un instante, la sujetó del cuello y la arrojó sobre el piso, se subió sobre ella, que se removió asustada, como siempre cuando la tocaba, enloqueciéndolo más, la sujetó del cuello con ambas manos y comenzó a impedir la entrada de oxígeno a sus pulmones, mientras abusaba de ella de forma más violenta que antes.
Ginny estaba aturdida, todo aquello parecía una pesadilla, solo sentía a Lucius, que extrañamente parecía él, Draco, salvo por la frialdad en sus ojos, y los actos que estaba haciendo con ella lo comprobaba, él no era Draco, su Draco, podría ser su cuerpo, su figura, pero lo que sea que residiera en su interior, no era él.
Abrió los ojos cuando todo estaba oscuro, se incorporó, pero todo a su alrededor era reducido, así que levantó la vista, estaba bajo el roble donde siempre se había encontrado con Draco, el lugar donde su amor se consagró, donde fue de él como no lo fue de nadie más en su vida, donde le juró que pasara lo que pasara, lo amaría hasta el final de sus días.
—Él no va a volver—. Dijo la voz de Draco, pero el tono era de Lucius—. Mi hermano no va a volver, lo he matado antes de venir por ti.
Las lágrimas de Ginny comenzaron a brotar, ante la información que le fue otorgada, se puso de pie y gracias a sus hermanos, salir de un hoyo así no era tan complicado, se arrastró, pero era bastante hondo, así que él la golpeó con la pala en la cabeza, no tan fuerte como para matarla, pero lo suficiente para aturdirla.
—Debiste amarme a mí, Ginevra, ahora, yacerás aquí, bajo el roble que tanto amaste, donde nadie va a encontrarte y donde nadie te escuchará gritar.
La tierra golpeó el rostro de Ginny, estaba demasiado aturdida, intentó ponerse de pie pero le fue imposible, no tenía fuerzas aunque tenía todas las ganas de salir de ahí, de volver con sus padres y sus hermanos.
—Tal parece, que esta cosa realmente nunca ayudó a protegerte, ¿no es cierto?
Ginny estiró la mano, intentando tomar el anillo que le mostró, el que era de su abuela, pero estaba un poco cansada, la tierra continúo cayendo sobre su cuerpo, mientras ella le pedía a su cuerpo que reaccionara, y no lo hacía.
—Ahora tomaré su lugar—. Le informó—. El mundo pensará que soy él—. Sonrió.
El mundo de Ginny terminó ahí, enterrada aún con vida, mientras Lucius se quedaba ahí de pie, observando el lugar donde había enterrado a la joven, esa era lo que merecía por no haberlo amado a él.
[O]
Blaise llegó hasta el roble donde algunas veces se reunió con sus amigos, Draco y Ginevra, pudo ver al rubio de pie, observando como el cuerpo de una joven pelirroja colgaba de aquellas enormes raíces, tuvo que estar a menos de dos metros para reconocer el rostro de Lily Potter, quien había sido reportada como extraviada hacia un mes, el último lugar donde se le vio fue en el estacionamiento de aquel karaoke donde fue la fiesta de cumpleaños de Scorpius.
Unos testigos le habían dicho que los había visto discutir, y cuando el chico rubio se fue, llegó un hombre, la sujetó del hombro y aunque intentó calmarla ella lo rechazó por completo, por eso la arrastró hasta un auto, pero como pensaron que era su padre y ella una adolescente haciendo drama por pelearse con el novio, nadie dijo nada ni intervino.
Se detuvo detrás del rubio, que no se dignó a girarse hasta él, simplemente se quedó observando su obra.
—Lucius—. Pronunció Blaise.
—Oh, ¿desde hace cuánto lo sabes?— Cuestionó.
—No soy tan bueno siguiendo pistas como tú—. Admitió—. Pero en realidad no había nada que seguir, sabías perfectamente cada detalle porque fuiste tú quien cometió esos asesinatos.
—Si es lo que dices, yo soy Draco…
—No, Lucius, no importa cuánto tu mente te juegue esos engaños, eres Lucius, quemaste esa ala de la mansión para hacerle pensar a todos que tú y Draco habían quedado atrapados y por lo tanto, tú, Lucius había muerto, te hiciste pasar bien por él, pero ahora dime ¿Dónde está Ginevra? ¿La has tenido secuestrada todo este tiempo?
Los ojos de Lucius se posó en la figura de Ginevra, de pie bajo el roble, con la ropa sucia y su rostro lleno de tierra, sobre su cabeza colgaba el cuerpo sin vida de la novia de su hijo.
—Está ahí—. Musitó, hipnotizado por la mujer que amaba y nunca correspondió sus sentimientos—. Bajo el roble, todo este tiempo esperando por él, y nunca por mí, se negó a irse sin él, porque se lo prometió.
Apretó la quijada y las manos en puños, furioso porque incluso en la muerte, no pudo arrancarles aquel sentimiento, aun muertos, ellos se seguían amando, y era algo que Lucius no podía deshacer.
—Necesitamos palas y perros—. Informó Blaise a alguien a sus espaldas.
Lucius se giró, observó a al menos una docena de policías y a su hijo, Scorpius había ido con Blaise hasta ahí, porque se había negado a la posibilidad de que su padre hubiese secuestrado a su novia, si él lo había aconsejado en buscarla, y no darle tiempo, entonces ¿por qué había hecho eso?
Lo dejaron ahí, aunque esposado, mientras escarbaban el lugar donde había señalado, los restos de Ginevra Weasley fueron encontrados por fin, después de veinticinco años, la habían encontrado, bajo el roble que tanto le gustaba, debajo de sus iniciales talladas junto a las de Draco Malfoy.
—Lo siento tanto, Ginevra—. Musitó Lucius—. Pero aun después de todo este tiempo, yo también siempre te he amado.
El fantasma de la chica lo observó un instante, y después elevó la vista hasta las hojas de los árboles, que se mecían por el aire.
—Le entregaremos los restos a tu familia, Ginny—. Musitó Blaise a los restos—. Y después de tu reencuentro con ellos, les pediré que te reúnan con él, con el gran amor de tu vida, ya puedes irte, si es que sigues aquí, te encontré, como se lo prometí a Draco esa vez, te encontré por fin, ya puedes estar tranquila, ve en paz, busca a Draco bajo otro roble en el más allá.
La figura de Ginny sonrió mientras derramaba lágrimas y desapareció ante Lucius.
Este aporte es más largo, porque estuve tentada a dejarlo sin aclarar mucho pero al final decidí darle este cierre espero les guste ya que este tipo de historias no son tana populares en el ship
