Doble Filo

Lucifer

De todas las explicaciones esa era una que no imagino. Tal vez porque esas épocas eran las que había bloqueado de su mente después del dolor de su descenso; recuerdos que decidió dejar en el pasado, haciendo a un lado las consecuencias de cosas que para su ser perdieron significado. Su dolor personal y experiencias nuevas en ese reino que en antaño odió fueron la principal razón.

-¿Por qué preocuparte por una deidad supuestamente muerta cuando tu mundo acaba de tomar un giro de 360 grados, después de haber sido exiliado a las profundidades del infierno? -
Caos fue el nombre que algunas culturas le dieron al dios del vacío, el ser que no sólo enmarco el inicio de la creación; si no uno de los enemigos más poderosos que habían enfrentado. Todo para poder llevar a cabo la creación de papá en todo su esplendor.

En realidad, él fue uno de los pocos que enfrento batallas monumentales en nombre de la presencia, quien se convirtiese en el creador del todo.
Con un toque de resignación revivió esa lucha encarnada contra el ente de oscuridad, recordó esas sensaciones extrañas que después reconocería como odio cuando en media batalla la entidad declaro su necesidad de poseer la luz. El ente codiciaba su poder, buscando hacerse de él para su beneficio propio. De haber podido habría encarcelado a los gemelos un mundo personal manteniéndolos para sí mismo y ahora parecía que la pesadilla regresaba. Un escalofrío recorrió su cuerpo de sólo imaginarlo.

-¿Cuánto tiempo?- Cuestiono el caído a su hermano analizando su reacción.

-No el suficiente- Replico mostrándole las marcas de sus brazos. -Parte de él ya está aquí- Continuo incapaz de confesar la verdad, no había necesidad. Lucifer seguía sin percibir la presencia real de su hermano aún estando frente a él.

-Lo siento Lucifer- Dijo finalmente, -No pude detenerlo- prosiguió enfrentándolo finalmente.

-Soy un tonto por no haber pedido ayuda a sabiendas de que sólo no sería un rival, menos en mi estado; pero ¿Qué iba a decirles a todos que fuera creíble?, bien sabes que nadie tomaría como verdad mis palabras. No tuve más opción que ir sólo hacerle frente creyendo que tal vez ganaría algo de tiempo-Argumento cerrando el puño con frustración.

-Al menos Gabriel lo sabe- Finalizo derrotado

La estrella de la mañana lo observo incapaz de emitir juicio, ¿Qué podría decir que fuese suficiente para negar las palabras de su gemelo?, era obvio que nadie le creería siendo el mentiroso experimentado.

-Entonces es probable que Amenadiel este al tanto- Replico poco después poniendo atención a las palabras finales.

-Esa fue la intención- Confirmo la vieja espada sintiéndose más desgastado que en todo el tiempo que llevaba de existir.

-¡y esa energía es el residuo de tu enfrentamiento? , ¿Cómo escapaste de sus garras?- Le cuestiono el caído desconfiando un poco, regañándose por haber sido condescendiente con él sin saber si este seguía siendo del todo Michael.

-Yo…pude sentir por un instante…fue…estuve completo- Aclaro el Arcángel admirando sus manos llenas de tierra.

-La creación estaba de nuevo conmigo, y por un instante fui el yo de antaño; por un instante logré lo que en eones creí perdido- Explico riendo finalmente de un modo poco común con un leve toque quizá de locura, acompañando las frases con lágrimas casi imperceptibles pero presentes.

-Fui el gran General, el Arcángel Michael en toda su gloria; con el poder del demiurgo en mis manos. Por un instante fui nuevamente "La espada de dios"- Exclamo limpiando las lágrimas con el ante brazo.

-¡Y ahora mírame!- Grito mostrando las marcas, -no soy nada- prosiguió dejando atrás las carcajadas.

-Mi esencia, lo que me hacía ser yo…fue corrompida- Explico, -Así que tal vez ahora si sea adecuado que me mates, sin culpas. Es probable que ni siquiera siga siendo tu hermano- Aseguro abriendo sus brazos para ponerse de rodillas enseñando su pecho, recordando en parte la victoria en el viejo estadio años pasados.

-¡Eres un idiota!-Escucho el grito enfurecido del diablo, los ojos carmesíes resaltaron con esa ira mientras un golpe bien acomodado lo derribaba.

-¿Acaso crees que eso importa?, ¡Maldita sea, por mucho que te odie sigues siendo mi hermano!-Argumento Lucifer gritando al fin esas frustraciones. Porque siempre era él, Michael quien lograba exasperarlo de ese modo. Furioso lo tomo del cuello azotándolo contra el piso las alas blancas se alzaron revelando su sentir mientras abajo Michael sonreía con suavidad.

-Eso ya no es importante- Murmuro sin defenderse, -El pasado es sólo eso, ambos hemos tomado decisiones buenas o malas y sin importar los motivos debemos enfrentar el resultado-comento con una sabiduría más allá de lo acostumbrado. Porque no se puede ser un líder en batalla, sin ser analítico e inteligente. Pero a veces la envidia nos ciega impidiéndonos ver lo que en verdad somos.

-Hace mucho tiempo estaba listo para morir, pensé que era el castigo adecuado por todo lo que había hecho, pero ahora que no deseo hacerlo se que es lo mejor antes de que sea yo la fuente del problema- Afirmo.

-Bueno no seré yo quien lo haga- Recalco el Diablo levantando la mirada para toparse con Chloe quien había colocado su mano sobre la de él tranquilizándolo.

-No conozco de todo el concepto del que hablan, pero por lo que escuche creo que lo mejor será evitar esta clase de enfrentamientos por el momento- Dijo sin dejar de enfocar a su compañero haciéndole ver que estaba ahí para él, que no estaba solo y por lo tanto no debía permitir que las palabras llegaran a su corazón. No dejaría que las manipulaciones del Ángel del miedo llegarán a su alma para obligar a su gemelo hacer lo impensable.

-Como siempre mi querida detective tienes toda la razón- Confirmo la estrella de la mañana aflojando su agarre, percatándose finalmente de los sonidos que parecían volver al valle. Como si la vida regresará a ese punto antes maldito.

-¿Qué sucedió?- Se pregunto distinguiendo la forma familiar de su hermano Amenadiel el cual en medio del todo liberaba parte de esa nueva fuerza desconocida buscando remediar parte del problema.

-Solo retomando el camino -Comento el joven dios permitiendo al fin la luz del sol alcanzar ese lugar oscuro.

-Amen- Exclamo Lucifer liberado completamente a Michael, el cual al notar la forma del nuevo dios se guardo el sarcasmo buscando incorporarse para enfrentar a su juez nuevamente.
-Dios del hombre- Dijo de modo frío; dejando al descubierto que tal vez no sólo era el mayor de los hermanos el que guardaba ese toque de rencor, o podría ser simplemente la influencia del Caos la que le impulsaba hacer evidente ese desprecio común entre ambos.

-Michael- Replico el ángel del tiempo asintiendo. -Es bueno ver que lograste volver, Gabriel ha estado muy preocupada por ti- Explico atrayendo la atención del recluso, dejando al fin ver la preocupación que sentía desde que mando ese mensaje desesperado a su hermana.

-Entonces te lo dijo, ¿No hubo repercusiones?- Intervino buscando respuestas.

-Lo hizo, aunque esta algo molesta por no haber podido ir a buscarte de manera personal- Confirmo el joven dios.

-Ya veo- Fueron las palabras del antiguo general dejando bajar ese muro revelando al fin algo de lo que era él realmente. El cansancio invadió su voz cuando realizo la segunda pregunta.

-Y ahora que lo sabes, ¿Cuál es el veredicto?- La ironía de la situación fue única; siendo el juez ahora juzgado.

-No habrá aún un veredicto, no sin conocer de fondo todos los hechos- Aclaro el ángel de mayor edad, a sabiendas de que no se podía prejuzgar algo sin conocer del todo los acontecimientos que le dieron origen.

-Aún así debo hacer énfasis en los peligros que podemos correr- Aclaro.

-Estoy consiente; y si la necesidad de tomar medidas drásticas se da- Observo con seriedad a Lucifer asintiendo.

-Yo me haré cargo de manera personal- Finalizo aclarando el punto.

Michael podía aceptar eso; después de todo Amenadiel también era un guerrero y a pesar de los altibajos que tuvieron durante eras, sabía que era fiel a su palabra.

-Que así sea- Se dijo el Arcángel del miedo.

El tiempo estaba contado, pero al menos estaban unidos de manera temporal, no era el mejor momento para rencillas personales; todo eso podría arreglarse después, cuando la tempestad hubiese pasado. Una alianza temporal sería necesaria a pesar de los problemas que parecía presentas la vieja espada; cualquier ventaja sería acogida a pesar de ser una espada de doble filo.

Continuará…