Batalla
Así como todo corre en un tiempo y lugar, la fuerza de la noticia fue suficiente para congelar el tiempo. Amenadiel se incorporó observando el cuerpo inmóvil de sus acompañantes atrapados en ese espacio de tiempo e inconscientes de lo que estaba a punto de suceder. Ajenos al dolor que por un instante sintió. Porque todo lo que fue, es y será estaba en juego.
-Lo siento mucho Linda, sé que probablemente me reproches esta decisión, pero no deseo verlos sufrir sin importar el desenlace- Finalizo marchándose, dejando atrás esa alegría.
…
Al mismo tiempo Lucifer se despidió de Chloe, el mensaje era claro. Con el tiempo congelado en la tierra, sólo quedaban ellos para protegerla.
-El futuro de nuestras hijas está en juego, cuídalas- Murmuro sintiendo los brazos de su amada alrededor.
-Ambos las cuidaremos- Confirmo su detective ofreciendo apoyo. -Porque volverás a mi lado y todo estará como debe- Aseguro. La luz de esa sonrisa fue tan fuerte como la de él, Iluminando su alma antes de partir para combatir a ese enemigo.
No fue hasta que el cielo oscuro del infierno se encendió cual día soleado enunciado la partida de la estrella de la mañana a una batalla más, la más importante para él.
…
Michael voló ascendiendo, viéndose a sí mismo como un ente poco fiable. Sabía que su hermano mayor cumpliría su promesa si sabía que alguno de ellos estaba en riesgo por su causa. Sin embargo, no eran unas entidades jóvenes; entendía que en la guerra toda herramienta útil debe aprovecharse y si se convierte en un problema desecharse. Aun así, ese deseo de vivir y de no querer brindarle la satisfacción a quien fuese su carcelero le carcomió al pensar en las posibles resoluciones.
La oscuridad dejo de ser parte del mero paraje para convertirse en parte del futuro campo de batalla, donde se encontró con la presencia de su gemelo.
-Así que al final aquí estamos de nuevo- Comento Lucifer enfocando su atención hacia la oscuridad buscando al enemigo.
-Como al principio- Recalco Michael.
-O como el final- prosiguió su hermano distinguiendo al fin la distorsión a lo lejos; algo amorfo que se aproximaba a su posición mientras ambos se preparaban para lo que estaba por venir. A sus espaldas la presencia de Amenadiel con otros arcángeles se hizo presente, el viejo general le envío un gesto preocupado dando a entender sus intenciones. El puño de Dios no cedería terreno ante nadie.
-Que sea lo que debe ser- Exclamo.
…
Caos no era algo del todo tangible, no era un ente que un arma común pudiese penetrar, porque no había un verdadero objetivo, solo el cambio de presión y fuerza en los alrededores; una entidad experta en perderse en la inmensidad del espacio, acostumbrado a camuflajearse de todos con facilidad. Incluso la presencia tuvo que hacer uso de sus armas más poderosas para detenerlo originalmente.
Amenadiel se mantuvo firme al frente cuando la agresión se dirigió a su persona, deteniendo el ataque directo. Su puño se encontró con otro igual, pero compuesto de antimateria; como si esto fuese esperado una sonrisa apareció de la nada mientras el ente de mayor edad se divertía con la batalla, a lo lejos se apreciaban las figuras que acompañaron al joven dios desplegarse buscando alguna abertura ante la lluvia de agresiones que aparecían al azar con impulsos desconocidos dejando marcas claras en aquellos que se creían inmunes.
-Márchate, este no es más tu universo- Exclamo el Ángel del tiempo arremetiendo con su fuerza original sin percatarse de que estaba omitiendo todo lo nuevo que había ganado; algo que su enemigo ya daba por hecho.
-Tonto, jamás podrán ganarme- Replico con altivez sintiendo su superioridad. Tanto Lucifer como Michael sabían que eso no podía seguir así; Amenadiel jamás lo vencería si se apegaba a su yo Angelical. Él era el nuevo dios de esa dimensión, su fuerza debía superar a la de todos con clara facilidad; pero esa batalla le estaba costando caro.
Sin pensarlo ambos gemelos arremetieron contra la deidad, las alas blancas de la estrella de la mañana brillaron antes de acertar un golpe que alejo al enemigo de momento. La voluntad buscando mostrar su superioridad fue seguida de cerca por la creación que siguiendo sus pasos ataco por el otro lado; las alas negras atravesaron la antimateria dañando a su creador. Khaos se denoto confundido al sentir el dolor, no era anormal para él experimentar nada; la soledad del vacío, la nada. Pero esto le éxito haciéndolo reaccionar con mayor agresividad.
-Si denme lo que tienen pequeños guerreros, demuestren que son dignos- prosiguió carcajeándose; para él era algo excitante y fabuloso. Los dos arcángeles mayores, los gemelos y orgullo del creador juntos trabajando como equipo. Se trataba de la luz y la oscuridad combinados.
Su hermano mayor retrocedió recuperándose para ver la furia reflejada en el gesto de ambos, los cuales como máquina trabajan a la perfección en sincronización. Con golpes combinados que lograron travesar la defensa del rival, acertando una y otra vez en la materia que cambiaba de formas constantemente. Lo desconcertante, sin embargo, era notar la reacción del señor del vacío el cual parecía disfrutar a pesar del daño recibido.
-He vuelto a existir- Exclamo extasiado, liberando más de su fuerza para presionar al resto de los ángeles. Michael conocía ese ataque; fue justo el que lo capturo originalmente. Si no eran lo suficientemente veloces sus hermanos terminarían igual que él.
-No, eso no- se dijo rompiendo formación para atravesar los tentáculos oscuros permitiendo que el grupo se dispersara cuando el ala corto las extremidades desintegrándolas en la oscuridad del espacio.
Caos sabía que su trasgresión anterior al filo de la vieja espada tendría repercusiones, pero valdrían la pena. Era justo lo que buscaba y el recibir daño de su propia creación no le importaba si al final eso garantizaría su victoria.
Adoptando una forma humanoide se hizo presente antes ellos cerrando sus puños para golpearlos juntos antes de abalanzarse sobre ellos. Lucifer dejo al fin ver el porque del título iluminador, su fuerza logro crear brillo incluso en la inmensidad el espacio. Sus alas atravesaron la cintura del ente manchando sus plumas con la materia oscura cual sangre.
Amenadiel arremetió aprovechando la oportunidad; pero no fue sino el movimiento de Michael el que lo dejo confundido al interponerse deteniéndolo. El ángel del tiempo no entendió de primera instancia lo que su hermano menor quería, y no fue hasta que vio el gesto aterrado de su armada cuando se percató de lo que estaba pasando. La mera presencia de la espada congelo a su grupo haciéndolos retroceder, escuchando u observando cosas que definitivamente no estaban ahí.
-Hazlo ahora- Susurro Michael levantando la cabeza para esperar el golpe mortal que acabaría con todo. Intento controlar y dirigir esa habilidad al enemigo; pero Caos había jugado bien sus cartas distrayendo y separando antes de hacer uso de su arma. En su interior se maldijo al verse atrapado en esa situación que sólo le hacía sentir cual objeto a disposición del mejor postor. Tal vez sólo los más afortunados tenían derecho a ser sus propias personas, como sus hermanos.
Lucifer viro apenas evitando un ataque de la entidad para ver lo que estaba a punto de suceder; recordó esa sensación que le embargo cuando pensó en perder a Michael. No eran los mejores hermanos, de hecho, se odiaban; pero el imaginar que Amenadiel fuese quien tendría que acabar con su gemelo le hizo retorcer sus entrañas.
El joven dios lanzo su ala hacia el cuello del aludido para cercenar la cabeza del viejo general cuando la distorsión se sintió envolviendo a ambos en una presión insoportable. El ala grisácea se levantó, pero no logró llegar al objetivo. Mientras observaba el gesto preocupado de Michael al verse incapacitado para terminar como acordaron.
El Arcángel oscuro se resigno a cometer pecado capital al verse obligado a terminar con su vida el mismo, sonrió con suavidad a su hermano mayor agradeciendo la intención antes de tomar una de sus primarias entre sus manos, arrancándola para dirigirla a su corazón.
-Lo siento Gabriel, pero no puedo permitir que me usen en contra de mis deseos- Rezó encajando la pluma en su pecho. Lucifer al verlo grito impactado; simplemente no podía creer lo que estaba viendo, iba en contra de todo lo que dictaminaba y describía a su hermano. No; Michael era el cobarde que se ocultaba en las sombras y las mentiras, no el que se sacrificaba por el bien de otros. Y fue entonces que lo recordó, que se vio si mismo observando el gesto resignado en el rostro de su hermano cuando le comandaron enfrentarlo, noto el dolor en su mirada al saber que no podría evitar hacer lo que dictaminaba su padre, pues a diferencia de él. Su gemelo era un arma creada para seguir órdenes. El estar ahí viéndolo atravesar su figura era prueba suficiente de ello.
-¡NO!, ¿Qué estas haciendo?- Pregunto consiente al fin de la onda de terror que recorría el lugar, el miedo a perder a sus seres amados, a sus hijas, a Chloe; el miedo a la soledad, el olvido. Todo llego de golpe, notando como todos parecían mantenerse atrapados en sus inseguridades.
-Siempre fuiste tan rápido para juzgar Samael, sin saber la verdad detrás de las acciones- Murmuro su hermano sacando la pluma para permitir que la sangre se drenara en el espacio que los rodeaba; congelándose lentamente mientras la forma se dejaba ir a la deriva. La estrella de la mañana no supo como reaccionar. Amenadiel negó para si a sabiendas de que los actos de "La espada de dios" no fueron en nombre de él.
-Pero que carajos- Gruño el diablo distinguiendo la mirada seria de su hermano mayor enfureciendo. abalanzándose contra su rival, dejando de lado todo juego o estrategia; porque a pesar de no poder sentir a su gemelo como antes, el suicidio era uno de los peores pecados que alguien podía cometer y que esto se aplicase a un arcángel era impensable. Cometer suicidio para salvarlos a ellos, quienes lo olvidaron y lo dejaron en un rincón del infierno, era una deuda que no deseaba cargar.
-Miserable, ¿Cómo pudiste hacer algo así?, ¿No podías esperar un poco más?- Refunfuño liberando parte de su poder, parte de lo que lo hacía la otra mitad del demiurgo acertando en más de una vez sobre la superficie que integraba a la entidad agresora. El señor del vacío no previo esas acciones, sabía que su espada buscaba sobrevivir a cualquier forma, que él mismo usara su poder para sesgar su vida fue simplemente inconcebible. Su plan se estaba desmoronando y la ira del iluminador no le facilitaba reaccionar.
-Mi espada no caerá tan fácilmente- Declaro. La energía oscura tembló en los alrededores, concentrándose en la forma alada que se alejaba lentamente.
-Levántate y pelea- Comando finalmente envolviendo la figura del caído re materializando la pluma perdida y cerrando el agujero que se divisaba en su corazón. Los presentes retrocedieron inseguros, porque ¿Cómo peleas con tus propios miedos?, ¿Cómo los derrotas?, ¿Cómo los enfrentas en medio de una batalla como esa?
-Blasfemia- Exclamo Amenadiel molesto por las acciones de la deidad, eso había llegado demasiado lejos.
-Debes detenerte; no dejare que sigas jugando con quienes no te pertenecen- advirtió.
Lucifer por su parte aprovecho la oportunidad para aproximarse a su gemelo, una herida de esa magnitud con la energía del señor del vacío actuando, corrompiendo lo poco que aún mantenía de su esencia; ¿Cómo se atrevía a violar de ese modo a un Arcángel creado por la presencia?
-No tienes el poder para comandarme, no tienes una fuerza real de combate y el demiurgo está completamente destrozado por tus malas decisiones- Argumento la entidad haciendo evidente las desventajas que el Ángel del tiempo enfrentaba.
-No hay salida- Finalizo desvaneciéndose para reaparecer al lado de su rival, el golpe recibido lanzo al puño de dios contra un pequeño asteroide destrozándolo.
La estrella de la mañana admiro la perfección con la que la herida sanaba, percibiendo la mirada vacía contenida en los ojos de su hermano.
-Michael- Exclamo buscando algo en esa figura, algún residuo de ese antiguo lazo; pero no hayo más que vacío y frialdad. La espada se recupero con creces, la fuerza se veía reflejada en el aura que emitía, llenando el espacio de esas sensaciones aterrorizantes. Un escalofrío recorrió al iluminado descubriendo al fin que no había más de esa esencia que en eras se le hizo tan familiar. Se había marchado para dar paso a lo que fuera que tenían frente a ellos, una nueva creación; una espada recién forjada y lista para la batalla.
Alas contra alas se enfrentaron, chocando con una fuerza tal que las ondas generadas por dicho contacto lanzo al resto del grupo alejándolo, dejando tan sólo a los dioses presentes.
Lucifer detuvo un par de ataques de Michael; pero este simplemente no detuvo sus avances, vicioso y mortal uso sus habilidades golpeando constantemente las debilidades del iluminador, un monstruo lo habían llamado en el pasado, una criatura terrorífica y mortal. Esa era la vieja espada de dios, ahora del vacío; con un filo renovado. Cada movimiento, cada impacto, venía acompañado de un pensamiento tan real que carcomía el alma del rival lentamente. Podía ver el alma de Chole desvaneciéndose del universo como lo hizo Uriel, podía ver a Trixie sufrir la peor de las muertes para quedar atrapada en una culpa que le destrozaría antes de siquiera encontrarla. Vio a su aurora caer ante el vacío transformándose en algo horrible e irreconocible, torturándolo.
Amenadiel lo sentía por su parte, Charlie , Linda, los oficiales del precinto, los otros ángeles, el universo entero sufriendo a manos de esa deidad. Todo por haber fallado. El dolor recorrió sus entrañas, la frustración de verse incapaz de hacer algo, el enojo que hacia eras no experimentaba; todo en un solo instante.
-¿Qué se siente eso gran dios del universo?- Se burlo el ser antiguo.
-NO hay salida, estan acabados- Finalizo envolviendo sus formas. Los Guerreros fueron capturados por su oscuridad, inmovilizándolos.
-No hay salvación puño de dios, el camino se ha terminado- Argumento, -Y como primer movimiento acabare con la tierra y todo lo que se relacione con ella- Afirmo sintiendo la desesperación de Lucifer, el cual forcejeo como lo hizo alguna vez su hermano. Decidido encendió su luz para evadir ese destino, pero el golpe directo del otro ángel le detuvo dejándolo inconsciente. El más viejo de los ángeles; el primogénito ahora dios se vio superado por la experiencia de su rival, no sabía de qué modo podría detenerlo, sufriendo por el destino de los que amaba.
-Michael, mi más hermosa creación. Es momento de obtener la venganza- Ordeno. El ángel del miedo voló sobre la forma de su nuevo dueño materializando un arma oscura en sus manos, creada del mismo elemento que su señor. Las alas se desplegaron alistándose para el ataque, el que determinaría el destino del universo.
-Soy el caos, el vacío y en él; nada más puede existir- Exclamo llamando la atención del iluminador; el mismo que imitando a su gemelo desplego sus alas liberándose de las ataduras que le aprisionaban, volando contra su rival. Buscando la victoria a como diera lugar. Michael descendió con una fuerza descomunal, encontrando al objetivo al igual que la estrella de la mañana. El grito ensordecedor recorrió los alrededores, destrozando pequeños cuerpos celestes con su intensidad; las ondas creadas por el dolor de esa muerte sacudieron el universo reescribiendo lugares y formas, creando Caos, mientras la forma moribunda del dios herido los miro estupefacto. La oscuridad se esparció por los alrededores, recorriendo cada rincón antes de desvanecerse; junto con esa conciencia que jamás se divisó perdiendo la batalla. Habían cumplido con su deber; ambos guerreros, el Demiurgo con sus faltas y carencias, pero listo para defender lo que habían creado.
El joven dios sintió como la otra deidad se extinguía, conociendo al fin la fuerza real de sus hermanos; mismos que podrían haber destrozado todo de haber querido en sus viejos enfrentamientos. Pero ninguno a pesar de las circunstancias lo permitió. Agradecido se elevo admirando el daño, donde cual supernova la explosión avanzaba comiendo todo a su paso; hasta que él la contuvo con un pensamiento. Finalmente, después de tanto comprendió la magnitud de trabajo y la fuerza que en realidad albergaba. El era Dios, el señor de ese universo, él corregiría los errores ocasionados por dicha batalla, restauraría los mundos destrozados y traería una nueva era de paz.
Concentrado sintió los hilos que construían su mundo entre los dedos de sus manos, Lucifer asintió incitándolo a intentarlo; Michael por su parte sólo se limito a suspirar sin intenciones de intervenir; porque ellos eran la creación y la voluntad de las viejas eras. Esta vez le correspondía al primogénito hacer el trabajo.
-A trabajar- Exclamo tejiendo los destinos, las estructuras reconstruyendo y creando un espacio propiamente suyo, porque él era su dios y ahora creador.
…
Michael se alejo permitiendo a su hermano mayor hacer el trabajo, seguido de cerca por Lucifer, el cual lo observaba con el rostro lleno de orgullo; era obvio que esos dos habían forjado grandes lazos. Un toque de nostalgia se hizo presente al recordar los que alguna vez tuvo, pero ahora ni siquiera podía sentir a Gabriel.
-Te noto preocupado- Comento la estrella de la mañana, sacándolo de sus pensamientos.
-Es sólo que yo… Parte de él sigue presente en mi- Susurro desconcertado, las marcas oscuras no se habían desvanecido con la muerte de su creador; al igual que sus habilidades.
-El esta muerto, esta vez puedo asegurarlo- Confirmo el diablo con un toque placentero. -Y antes de que sigas con tus argumentos querido hermano; creo que tú tomaste el lugar que el dejo- Aclaro con un toque desinteresado. Michael le miro sin decir nada, eso tenía sentido; pero si era verdad, lo que implicaba podía ser considerado como desastroso.
Oscuridad, miedo, caos, todos eran parte de lo mismo.
-Pero yo no quiero hacerlo- Comento poco después.
-Creí que querías ser un dios- Respondió Lucifer poco después observando con seriedad su reacción.
-Quería proteger, no pensé que fueras lo suficientemente responsable para hacerte cargo del puesto de nuestro padre- Gruño su hermano con un leve toque de molestia. -Al final no importó y ahora al parecer estoy malditamente destinado a seguir solo- Finalizo resignado. El caos no era bien visto y la existencia de esta entidad en los confines del universo, atrapado en su soledad y desdicha era un claro ejemplo.
Su gemelo asintió pensativo, las palabras de Michael eran verdad, algo que al parecer usaba con más naturalidad, pero como toda persona se dejaba llevar a la mentira si la situación así lo apremiaba.
-Lo siento por eso- Dijo al fin, consiente de que a nadie le deseaba ese destino a pesar del poder que esto representaba.
…
Continuara.
