Derechos: los personajes y la trama de Saint Seiya pertenecen al Sr. Kurumara y CIA, yo los uso sin retribuciones de ningún tipo, salvo unos ADORABLES review de unas somáticas personas nn
¡Gracias a la Dama Arual por su tiempo invertido en corregir este capítulo!
Capítulo 1
La llegada extraordinaria ¿Extraordinaria¡No!
Tomaron un autobús hasta la ciudad de Jönkoping.
— ¿Qué haces ahí parado? Llegamos tarde al aeropuerto, perderemos el avión.
—Es que me canso llevamos mucho tiempo andando¿está muy lejos?
— ¿No querrás que la primera impresión que se lleve el Patriarca de ti sea la de tardón¿Verdad?
En ese momento Carl se levanto y echó a correr con la rapidez del rayo.
Siguieron andando. El aeropuerto estaba a unos metros de ellos. Habían llegado justo para embarcar.
—Menos mal, porque si llegamos a perder el avión...— Carl echó un suspiro.
—Ya, pero si hubiésemos llegado tarde sería por tú culpa.
Carl la miró de un poco mal; con el ceño un poco fruncido, mientras que ella, en un acto juguetón, le sacó la lengua.
En Suiza pararon a comer, luego cogerían otro avión hacia Atenas.
— ¿Tú, que quieres?
—Mmm...—Carl pensó que suiza era la capital del chocolote y como a todo niño le gusta así que se decidió por eso.
—Chocolate
—Como quieras, a mi tráigame una ensalada de frutas, por favor.
Empezaron a comer y no tardaron mucho en acabar. Y de nuevo, se pusieron rumbo a Grecia.
Durante el trayecto, Claudia, le enseñó al pequeño sueco, ciertas palabras imprescindibles en griego (hola, soy Carl, y ese tipo de cosas)
Tras unas largas horas llegaron a Atenas pidieron un taxi y se dirigieron al Santuario.
Al llegar al Santuario Carl, estaba medio dormido pero, la Amazona le dio un golpecito en la espalda y abrió los ojos muy lentamente. Cuando los abrió por completo, vio unos templos enormes que subían hasta el último que era el mayor. Carl se supuso que era el del Patriarca. Miro cada casa unos seis segundos cada una, pudo contar doce. Adivinó que cada una era de un signo, y si mal no recordaba la primera casa estaba custodiada por el signo Aries.
Empezaron a entrar porque parecía no haber nadie, pero Claudia sentía la presencia de alguien pequeño.
De repente, delante de ellos, apareció un niño unos dos años mayor que Carl. Tenía el pelo violeta y los ojos verdes, tenía dos puntos en lugar de cejas.
—Buenas tardes Señora Claudia. Que alegría volver a verla— dijo educadamente el chico, Carl no entendió ni una palabra.
—Buenas tardes Mü. ¿Podemos pasar la casa de Aries?
—Claro que podéis, siempre que queráis tú y…—Mü miró a Carl, el cual estaba mirando el suelo.
—Es mi aprendiz. Se llama Carl.
—Hola, Carl —saludó con una gran sonrisa amistosa.
—Hola— Dijo con su recién aprendido griego, Carl levantó la cabeza y vio aquel cabello violeta
—Voy a plantar rosas con el color de tu pelo — Carl pensó en decirlo, pero prefirió estar callado; además de que no sabría decirlo en griego.
Los dos atravesaron el templo sin problemas.
Mü era un lemuriano. El aprendiz de Shion de Aries, el Patriarca.
La segunda casa es la de, Tauro que estaba completamente vacía, entonces pasaron sin riesgo alguno.
La tercera es del signo de géminis. Allí se encontraban un niño, entre doce y trece año. Tenía el pelo de color azul con reflejos azul cielo y unos ojos verdes, cuanto mas cerca de la pupila mas claro y cuanto mas alejado más oscuro, eso daba un efecto muy bonito. Iba vestido con una túnica marrón, por debajo unos pantalones blancos con unas botas por encima marrones, con un cinturón marrón oscuro por la cintura, y unas muñequeras echas con vendas.
Estaba estudiando un libro en inglés, Carl intento leer el título pero no entendió nada, ponía algo así como "Constellations" o algo así. Detrás de el se encontraba su maestro Kai de géminis.
—Buenos tardes, Claudia—
—Buenos tardes Kai— respondió ella — ¿podemos atravesar la casa de Géminis?
—Claro, siempre que queráis.
Kai, era de Hawai, tenía el cabello largo y dorado con leves toques rojizos, era muy moreno de piel y sus ojos eran verdes esmeralda.
Carl perdió la vista admirando al joven apoyado en una de las columnas de Géminis.
Pasaron el templa rápidamente aun que la casa de géminis es la más grande.
— Dentro de cuatro días tendrá que afrontar la prueba del signo de géminis— dijo Claudia con voz pausada.
La cuarta casa estaba custodiada por el signo de Cáncer.
Se oían fuertes estruendos como si estuvieran pegando golpes contra las paredes.
Los Piscinianos, pasaron cuidadosamente, hasta que un niño de cabello azul con una toalla de entrenamiento colgándole al cuello les interrumpió el camino, no era mucho más alto que el Pisciniano, tenía los ojos pequeños y un poquito alargados y negros.
— ¿Quiénes sois y qué queréis?— El chico habló con un tono arrogante.
—Soy la amazona de Piscis y el…— señalo al niño— es mi aprendiz.
A la Amazona no le caía bien ni el Santo de Cáncer, era muy presuntuoso para su gusto, a veces le entraban unas ganas de agarrarlo por el cuello…pero se contenía para no tener problemas aun que la verdad que el Santo de Cáncer no se llevaba bien con ningún Caballero, era demasiado orgulloso.
—Bueno¿y qué? yo soy el futuro Santo de Cáncer, Máscara de la Muerte. ¿Para qué queréis pasar?
¿Qué? Es que no se te entiendo V-O-C-A-L-I-Z-A.
—Bu-e-no¿y qué? Yo, soy, el, fu-tu-ro, San-to, de, Cán-cer, Más-ca-ra, de, la Muer-te. ¿Pa-ra, qué, que-ré-is, pa-sar?—El chico habla parando en cada palabrada que decía con un tono de burla.
— Para poder llegar a la decimosegunda casa, la de Piscis.
En aquel momento llego el Santo de Cáncer. Iba con su pelo hacia a tras lleno de gomina. Por su cara los dos supusieron que había estado más de dos horas frente a un espejo peinándose la cabellera.
—Pasad; pero que sepáis que no me gusta que me ensucien la casa unos blandengues que…— El Santo no sabía que decir porque no tenía vocabulario alguno.
—A mí tampoco me agrada vuestra presencia y si nos disculpa, nos vamos.
El pequeño se apiadaba de Mascara de la Muerte por tener un maestro tan presuntuoso, porque a Carl no le parecía tan mala persona, solo que se iba por ahí haciéndose el machote.
Cuando ya habían salido de la casa, Claudia pronunció unas palabras que el pobre Carl no pudo entender.
— ¿Qué has dicho? —Le picaba la curiosidad por saber que decía porque no parecía muy contenta.
—No nada, sólo que no soporto al Santo.
— ¿Cómo se llama el Santo?
—Se llama Quiuguer, y es una mala persona, no te acerques a el.
El pequeño afirmó con la cabeza. A Carl el nombre de Quiuguer le parecía el nombre perfecto para ponérselo a un cangrejo (como mascota)
Siguieron caminando ya la noche se iba acercando.
La quinta casa estaba custodiada por el signo de Leo.
En ella se encontraban dos aprendices, pero el mayor estaba entrenando al pequeño, cosa que nuestro pequeño no entendía mucho pero no le puso importancia al asunto como para preguntárselo a Claudia.
El mayor debía de tener unos doce años y el menor cuatro, dos menos que Carl.
—Hola Amazona Dorada de Piscis—
—Hola, Aioros. Me quedaría a hablar pero tengo prisa.
Al salir de la casa Claudia le dijo al pequeño.
—Ellos son, Aioros y Aioria, son hermanos.
Aioros, el mayor tenía el pelo castaño con unos ojos azules oscuros. Por otra parte su hermano, Aioria, tenía el pelo castaño al igual que su hermano pero un poco más claro y los ojos también azules pero más oscuros que su hermano. Aioros era uno de los aprendices más mayores junto con el geminario.
La Amazona y el pequeño siguieron su camino. Al pequeño no le había gustado mucho Aioría, su sonrisa de oreja a oreja no le hacía mucha gracia, casi le daba miedo aquella, le parecía demasiado perfecta.
Siguieron subiendo escaleras.
La siguiente casa era de Virgo, pero estaba vacía, así que pasaron velozmente.
Carl pensó en preguntarle quien era el Santo de Virgo. Pero se le adelantó.
—El Santo de Virgo no está, probablemente halla ido a la India a meditar, lo hace muy a menudo junto con su discípulo. Se llama Salomón, y su pupilo...no se no me acuerdo, sólo se que es Indio, era un nombre que empezaba por "S" haber si me acuerdo...
― ¡Ya! Lo tengo, Sagacius...no ese no era. Sha-ge, Sha-gi, Sha-lo, Sha-gu...—
Claudia siguió probando nombres hasta que en el último escalón antes de llegar a Libra, gritó.
—¡Shaka!—Aquel nombre retumbó por todas partes, en acto seguido Claudia se llevo las manos a la boca para tapársela y puso cara de "yo no he sido"
—Muy bien Claudia lo has logrado seguro que ahora Carl te toma por una chica muy pero que MUY tronada y sale corriendo hasta abajo del todo.
Carl ni se in mutó, incluso se rió.
—Que suerte que tienes.
Esa era una de las muchas veces que Claudia se quedaba en babia hablando consigo misma.
Después de Virgo se encontraba Libra, la cual también estaba vacía. También la pasaron sin entretenerse.
La siguiente casa era de Escorpio.
Allí se encontraba un pequeño niño con una cabellera azul y unos ojos turquesas preciosos. El niño estaba rompiendo sacos de harina con un haz de luz que salía de su dedo. Iba vestido con una túnica de entrenamiento azul, un cinturón de cuero atando por la cintura con unos pantalones por debajo. Carl le miraba de reojo aquellas largas y finas pestañas negras sin que él se diese cuenta, pero lo que no sabía era que si se había dado cuenta, entonces Carl se giró para mirarlo, y el aprendiz se distrajo y falló el tiro contra el saco de harina que se calló por todo suelo. Puso una cara de terror, era como si le fuera a caer un castigo muy gordo.
Carl se sintió un poco culpable por lo ocurrido.
—Estupendo Carl, la has chafado como siempre...
—Jo...—El pobre niño agachó la cabeza y fue corriendo por una escoba.
En aquel preciso instante, apareció el Santo de Escorpio.
—Buenas tardes, Claudia.
—Buenas tardes, Nefer.
Nefer era el Santo de Escorpio. Era un egipcio bastante alto, de cabellos dorados y largos hasta la cadera, sus ojos eran verde esmeralda, muy bellos. El aspecto de Nefer era de duro pero seguro que detrás de tanta armadura había alguien sensible.
La voz de Claudia era dulce pero solo la había utilizado con su pupilo y con Nefer.
Claudia se quedó unos minutos mirando embobada a Nefer.
—A...Pero que guapo que es, no, no es guapo, es guapísimo. —Claudia echó otro de sus suspíros.
—Mm... ¿Qué quieren?— A Nefer le asustaban las miradas de Claudia… ni que andara desnudo…
— Ee... ¿Qué? A... ya¿Podemos atravesar la casa de de Escorpio? —Dirigiéndose al Santo
—Claro, ya sabes que tú siempre serás bien recibida aquí. Tu presencia nos agrada.
—Muchas gracias, pero tengo prisa.
—Te felicito Claudia es la cuarta vez que te embobas mirando a Nefer. ¿Qué pensará de mí ahora? Bueno pero es que es tan... guapo...— otro suspiro.
—Claudia está muy tronada lo que decía yo en Suecia, ja
A Carl le había gustado el niño aun que era menor que él. Le hubiera gusta haberse quedado con el a jugar pero no podía, también le hubiera gustado saber como se llama, le hubieran gustado tantas cosas...
— ¿Cómo se llame el pupilo de Escorpio?
—Se llama Milo, y es un buen chico, al igual que su maestro.
—Y tanto... ¿Pero en que pienso? Deberíamos apresurarnos.
Carl estuvo pensando en Milo todo el tiempo hasta que llegaron a la novena casa, la de Sagitario, la cual estaba vacía.
—Esta casa está vacía porque el Santo de Sagitario ha tenido que hacer una misión para el Patriarca y a su aprendiz, ya lo has conocido en la casa de Leo, es Aioros, hermano de Aiorias el aprendiz de Leo.
—Entonces¿porque estaba Aioros entrenando a Aioria?
—Porque el Santo de Leo, Víctor, recibió una orden del Patriarca hace más de dos años y todavía no ha vuelto de España.
La siguiente casa era la de Capricornio. En ella se encontraba un niño de cabello negro y ojos azules oscuros (casi negros). Estaba sentado en un sillón, leyendo un libro de biología en griego.
Cuando se adentraron un poco más en el templo, el chico noto su presencia, se levantó y dejó el libro sobre una mesita cercana.
Carl observó la gigantesca estatua que había en el interior del templo, era Athena entregando una espada a un caballero.
—Ospi cacho de estatua
—Mi maestro ha bajado al pueblo y no volverá hasta dentro de unas horas.
—De acuerdo entonces no tendremos problemas para pasar esta casa ¿verdad?
—Claro, pasad.
Cuando ya habían salido del templo, la Amazona se dirigió al pequeño.
—El es Shura, aprendiz de Capricornio, es español de Mérida. Su maestro es Alfonso, también español, pero gallego.
—Su maestro es BASTANTE propenso a la bebida pero sabe contenerse.
Ejem...claro sabe contenerse...dejémoslo así.
— ¿Y la estatua del templo? Era Ath...— Claudia le cortó
—Es Athena y lo que le entrega al caballero es la espada Excálibur.
— ¿Y que...?— Claudia le volvió a cortar.
—Es el regalo de Athena a su Caballero más fiel.
La noche estaba cayendo. Siguieron su camino.
La siguiente casa era la de Acuario, era la única casa redonda. Carl sintió un escalofrío con sólo mirarla.
—Cuidado con lo que haces y dices en esta casa—Claudia hablo con una voz seria.
—Espero que le caigas bien al Santo, al fin y al cabo será nuestro vecino.
—Si eso esperemos porque sino... tienes la guerra preparada.
Entraron cuidadosamente sin hacer ningún ruido. Carl sentía miedo por lo que le había dicho la Amazona. La casa estaba decorada en mármol. En cada columna había una fina capa de cristal. Cuando ya estaban casi en el centro del templo vieron a un pequeño niño que estaba intentando congelar una piedra con las manos agarradas. Aquel pequeño tenía los cabellos largos, un poco por debajo del hombro, y azules, aun que según los miraras también eran verdosos e incluso un poco pelirrojo. Sus ojos eran fríos como dos cristales, como el hielo, que con solo mirarlos te congelabas.
Carl lo miraba con cara de miedo, y no le pararía tan diabólico pero aun así no se confiaba, y menos todavía de alguien que esté congelando rocas.
En aquel momento apareció el Santo de Acuario, Bladimir. Es ruso, de una ciudad llamada Anadyr. Tenía el cabello azul verdoso, en sus ojos cristalinos, una mirada que congelaba e alma con solo mirarla. También tenía un fino bigote.
— ¡Ala!...lo que nos faltaba, como no me ponga a rezar...estamos listos.
—Buenas noches, Bladimir— Claudia agachó la cabeza como si estuviera haciendo una reverencia.
Carl, al verla, también agachó la cabeza.
—Buenas noches, Claudia.
Cuando Carl oyó aquella voz tan fría, tuvo un poco de miedo lo cual le hizo cerrar los ojos con fuerza, pero la curiosidad le venció y abrió lentamente un ojo para ver si había pasado algo, pero solamente, Bladimir se había acercado unos pasos a donde se encontraban.
¿Qué os trae por aquí? Hace años que no cruzas esta casa.
—Ya, ee...— Claudia miró de reojo a Carl para que Bladimir también lo viese.
—Ya lo he entendido, así que tienes un nuevo pupilo.
—Así es, y llegará a Santo, te lo aseguro.
—Permíteme dudarlo...tiene un cierto parecido a la Diosa Afrodita— El acuariano habló con voz de humillación hacia el pequeño, pero lo dijo en voz baja, sin que se diesen cuenta los Piscinianos.
— ¿Podemos pasar?
—Si, pero ya sabe que el transito asiduo es muy molesto. Espero que no bajen a deshora. Podría... no parecerme... AGRADABLE.
Empezaron a cruzar la casa. Carl seguía rápido a Claudia porque tenía miedo de Bladimir y no quería quedarse allí.
La siguiente casa, la última, era la de Piscis. Carl miró detenidamente su futura casa al fin y al cabo viviría en ella.
Cuando la cruzaron, a Carl se la abrieron los ojos como platos al ver que había un jardín trasero, y lo que más le impresionó es que estaba lleno de rosas de todos los colores. Los que más le gustaban al niño eran; las blancas, las negras y las rosas.
—Luego podrás quedarte a verlas detenidamente, pero ahora debemos llegar hasta el Patriarca.
Carl afirmo con la cabeza.
—Rosas, rosas, rosas, rosas...—Carl cantaba para si mismo.
Siguieron su camino. Carl ya estaba cansado de subir tantas escaleras.
Por fin llegaron al último templo donde se encontraba el Patriarca, la casa etaba custodiada por numerosos guardias.
—Pedimos permiso para ver al Patriarca.
—Pueden pasar, no está reunido con nadie.
Pasaron discretamente. Estaba decorada en mármol y numerosas bóvedas. En cada pasillo que salía a derecha o a izquierda se encontraban estatuas de antiguos Patriarcas. Al final del pasillo principal se encontraba una enorme puerta de oscuro roble. Abrieron la puerta y se encontraron al Patriarca sentado en un majestuoso trono tapizado en terciopelo rojo y estampador dorado. Llevaba puesta una máscara dividida en dos colores; Rojo y azul marino. A su derecha se encontraba su hermano, Arles, el cual también tenía su rostro tapado.
Se acercaron cuidadosamente y se arrodillaron ante él.
—Aquí está, Señor, he encontrado a mi pupilo.
El Patriarca giro la cabeza en dirección al pequeño, cuando sus ojos hicieron contacto, Carl pudo oír en su cabeza como el Patriarca le hablaba.
— ¿Juras fidelidad a la Diosa Athena?
El pequeño afirmó con la cabeza, con una pequeña sonrisa pintada en la cara.
— ¿Qué¿Jurar fidelidad? Jeje, como mola.
—Amazona Dorada de Piscis, quedáis a cargo de vuestro nuevo aprendiz. Que Atenea guíe vuestros pasos.
— Bien Claudia lo has conseguido ahora vas a tener que soportar a un fanático por las rosas. Creo que hice mal en dejar las rosa más de tres años sin cuidado alguno, cuando Carl las vea en las malas condiciones en las que están...me llamará asesina, porque que menos esperarte de un niño que habla con las rosas, claro. Pero tengo que decirle que a quién se las hubiera dejado¿A Bladimir? las hubiera congelado¿Aioros y Aioria? mmm...no se no me llevo con ellos y además el pequeño anda siempre con su balón… ¿Milo y Nefer? Milo correría como un salvaje porque ese niño es más travieso… y me las pisaría todos, y por supuesto que a los de Cancer jamás, con lo toscos y sádicos que pueden ser… En fin que ninguno ya se lo explicaré.
Se dieron la vuelta y salieron del Templo del Patriarca. Bajaron las escaleras y entraron por la puerta trasera de la casa de Piscis.
¿Sabes...?
— ¿Qué?
—Te pareces a la Diosa Afrodita, la diosa de la belleza, además te gustan las rosas y son las flores sagradas de Afrodita.
Carl no respondió, solo se sonrojó y hecho una tímida sonrisa, porque… ¿eso era un piropo?
Comentarios de la Autora¡Ohhh!... que niñita es Afrodita, a que Sí xD
Jeje, me salió un poco miedica, pero sino... ¿dónde está la gracia?
Espero que os guste mucho y que mandéis unos bellos reviews.
Agradecimiento a: The Shade Ghost y la Dama Arual por animarme a escribir el primer capítulo mandándome rewiews y obre todo a The Shade Ghost por decirme el fallo.
Agradecimientos de la corrección: The Shade Ghost, FaNtaSiA dE uN AnGel, Little Nisa Pandora y la Dama Aureal.
¡Gracias chicas!
Jönkoping: La ciudad más cercana a Göterbog con aeropuerto.
Anadyr: Es una ciudad del este de Rusia (Asia). Ahí es donde nació Bladimir. Suele haber carreras de trineos tirados por perros.
