Capítulo 2 las consecuencias de mis acciones.
Shaina estaba atónica con la noticia.
-Hilia, la madre de Saga y de Kanon! No, eso es imposible, todos sabemos que murió hace más de treinta años y esta chica no debe tener más de veinte.-
-Es ella!- Así el Dios se dejó ir rumbo a la cama en donde la joven seguía reposando bajo el efecto de los calmantes.
-Ares reacciona, lo que Shaina dice es más que lógico, quizás se trate de otra persona, sabes dicen que todos tenemos un doble en alguna parte del planeta.-
Marín trataba en vano de hacer reaccionar a Marte quien ahora tomaba la mano de la joven decidido a despejar toda duda.
-Escucha Águila, el cosmos es único, nadie tiene uno igual, así que si se trata de ella ahora mismo lo averiguaremos.-
Encendió su cosmos para leer a la joven y lo que averiguo le desconcertó en demasía.
-Es ella, pero no está despierta. Es como si su cosmos se hubiese dormido. Como es posible que tenga inclusive los mismos códigos genéticos de cuando nos conocimos?-
Ángelo estaba convencido. -Pues lamento decirlo, pero la única respuesta yace en el inframundo, si Hades y Perséfone son quienes lo gestionan ellos deben de ser los responsables del retorno de tu mujer.-
Ares comenzaba a molestarse. –Porque harían ellos algo así, sin prevenirme?! Saben perfectamente lo que significa Hilia para mí.-
-Qué tal si no fueron ellos sino que… no se… quizás han tenido algún lio o rebelión en el inframundo. Yo que se?-
Las palabras del italiano comenzaban a calmar el calor del ambiente y Ares se detuvo un segundo a pensar contemplando el rostro dormido de ella. Ella estaba de regreso, quizás no bajo las perspectivas que él había contemplado, pero qué demonios, era ella y la tenía ahí junto a él. Quizás no fuese la mejor de las ideas, pero él nunca había creído en las coincidencias así que con una sonrisa, que puso de nervios a sus cuatro acompañantes, les hablo de frente.
-Ni una palabra de esto a nadie, al menos no por ahora. Esto incluye a mis hijos, a ellos se los diré yo mismo en su momento, y ni se les ocurra contactar con Hades.-
Mu solo hizo una mueca ante lo que él intuía que estaba por oír de los labios del Dios.
-Ella está aquí, y aquí se queda.-
El lemuriano intentaba en vano de persuadirse de lo obvio.
-Te refieres a aquí, en el hospital, verdad?-
-No! Me refiero a que está aquí en el mundo de los humanos, y se quedara en él.-
Ángelo solo se sobaba la sien aquello le olía a líos, un nuevo lio propiciado por otro de los olimpos. En ese momento se preguntó porque diantres le había tocado ser caballero de oro, de haberse imaginado lo penibles que eran los dioses habría escogido otra carrera, cocinero, si porque no, esa profesión como mínimo deja un buen sabor de boca. Segundos después observo de reojo a Marín, a ella le encantaba ser una amazona al servicio del bien mayor, y bueno solo sacudió la cabeza al darse cuenta de que por ella iría de regreso al Yomotsu. Shaina y Mu comprendían lo que una creatura era capaz de hacer por amor y ante lo evidente nadie dudaba que Ares estuviera loco de amor por Hilia. Así que después de cuatro suspiros de resignación, el Dios Marte lo había conseguido, de alguna manera u otra los había engatusado a los cuatro a guardar momentáneamente el secreto de la identidad de aquella hermosa chica.
…
Mientras tanto en el inframundo Hades y Perséfone deliberaban, sobre la mejor forma de reaccionar ante el desastre ocasionado por Alecto. Después de horas de discusión y pese a la resistencia del Dios, su reina termino de convencerle y él no tuvo más remedio que aceptar.
Salieron de su despacho y ahí sentada en el salón les esperaba impaciente su hija acompañada aun por el juez de Wyvern. Seria Perséfone quien tomaría la palabra ante su hija que se ponía de pie y el rubio que mostraba sus respetos arrodillándose ante ellos.
-Descansa Radamanthys.- El juez se puso de pie esperando el veredicto de sus señores.
- Alecto lo que has hecho no quedara sin su justo castigo, tu padre y yo estamos de acuerdo en el mismo. Hija la única forma de que aprendas a respetar las almas de los seres vivos es pasando un tiempo junto a ellos. Así que serás enviada a pasar una temporada con los humanos, no te preocupes que a diferencia del resto de los dioses encarnados, tu no nacerás de ninguna mujer, conservaras este cuerpo que ahora tienes y a partir de éste comenzaras tu proceso de vida.-
-Pero madre!-
-Pero nada! No creas que te enviaremos a vagar sola por ahí, serás enviada con una persona de nuestra entera confianza para que ésta se ocupe de educarte e instruirte en el arte del cosmos y de las energías.-
Radamanthys estaba frio, ante lo que la diosa les revelaba si ese era el castigo a su hija qué le esperaría a él?
-Radamanthys hijo, en tu caso tu no serás castigado, ya que solo cumplías con tu deber que era vigilar aquella zona. Sin embargo deberás hacernos un favor e ir a la Tierra para hablar con el Dios Ares y ponerle al tanto de lo ocurrido. Nosotros te explicaremos todo.-
-Mi señora por favor, permítame acompañar a la señorita, el mundo de los mortales es peligroso hasta para ustedes.-
-No hijo, no quiero que te preocupes, Alecto ira a cumplir su sentencia de mi propia mano, yo sé con quién debo confiarla. Tú sin embargo debes buscar a Ares lo antes posible y entregarle la carta que Hades mismo acaba de redactar. Saldrás esta noche a la hora del crepúsculo, mientras tanto espéranos dentro del despacho que tenemos que ponerte al tanto de todo.-
-Pero…-
-Tranquilo Radamanthys, no olvides que Alecto es mi hija y no le pondría jamás en situación de peligro, pero ya va siendo hora que mi hija aprenda el arte de la humildad y que madure. La tierra es la mejor escuela que un dios puede tener, y eso lo digo por propia experiencia.-
El juez no tuvo más opciones que acatar las órdenes de los dioses.
-Si mis señores.-
La joven solo miraba al suelo, se sentía furiosa por la decisión de sus padres que ella juzgaba de injusta. Sin embargo no tenía argumentos para rebatir a sus progenitores.
-Alecto, mañana temprano partiremos así que despídete de tus hermanas y de tus amigos.-
Hades no quería ni mirar de frente a su hija, sabía que bastaría con verle derramar una pequeña lágrima para que él se arrepintiese de la sentencia. En el fondo sabía que su esposa tenía razón, aunque su amor de padre en muchas ocasiones le había llevado a perdonar todo y más de parte de cualquiera de sus tres princesas. La joven se dio media vuelta visiblemente molesta y sin siquiera proferir una disculpa por sus actos. El padre se inquietaba es que acaso aquella decisión era la correcta, en un segundo tuvo su respuesta de los labios de su reina.
-El amor también es corregir cariño, si no lo hacemos seria como recrear a las energías que en un pasado terminaron por corromper al olimpo entero.-
-Estas segura que podremos confiársela?-
-Dentro de todo, es una gran persona, tiene muchísima experiencia y no olvides que a pesar de todo lo que ha sufrido estuvo dispuesto a todo por protegernos.-
-Dirás por protegerte a ti. No soy ciego para no leer que ese humano estaba perdido de amor por ti.-
-Tal vez, pero en cualquier caso cuando estuviste en peligro él no dudo en ponerte en seguridad, sabemos de ante mano que si nuestra boda terrestre fue un éxito fue gracias a que él hizo malabares por distraer a mi madre.-
-Bueno en ese caso yo le daría más méritos al tigre.-
-Hades… no dejes que los celos te nublen el juicio. El caballero de libra fue puesto ahí por petición de él. Además que mejor muestra de nobleza que entregarlo todo para que la persona que quieres sea feliz.-
-Y dime mi reina, hoy eres feliz junto a mí? No se quizás en brazos de él hubieras podido…-
La Diosa se hecho directo al regazo de su esposo para después besarle con ímpetu.
-Mi alma es y será siempre tuya… por siempre tuya.-
Ni quien pudiese negarse ante esos ojos azules que cortaban la respiración de quien siempre fue considerado el más temido de todos los dioses.
-Está bien, adelante. Solo espero que mi princesita no termine por causar más problemas allá de los que ya ha hecho por acá.-
…
Mientras que en el lujoso hotel del Caribe, Kanon miraba con ojos de resignación el rostro frustrado de Camus.
-Bon, mi querido amigo yo creo que lo mejor es pedirle el favor al sirenito.-
Mitchelle había ido a por las primeras personas que vinieron a su mente y esos eran Camus y Aurora quienes como celebraban su aniversario por las mismas fechas habían decidido unirse al viaje con los de Géminis.
-A Sorrento?! Olvídalo el austriaco se va a morir de la risa en cuanto me vea, dirá que es justicia divina. Sabes por mi pasado con Poseidón.-
-Entonces mejor hablar directamente con Julián, sabes él y Gaby debieron irse a celebrar su aniversario a Atlantis y estoy seguro que… -
-Olvídalo! Julián se retorcería peor de la risa.-
Mitchelle estaba tan nerviosa que ya casi hasta lloraba, Aurora trataba de calmarle aunque la escena de ver a Kanon cubierto con esa ligera sabana y esposado a la cama le daban más ganas de reír que de consolar. Para colmo no era la única, hasta el serio de Camus se sentía que estaba sacando fortaleza desde lo más profundo de su cosmos, porque aquello era realmente ridículo. Kanon se sentía de más en más molesto contra su mujer y esta solo vio una sola salida.
-Está bien, yo iré a por la puta llave!-
Los tres se quedaron atónitos -Que?!-
Ninguno reacciono cuando la chica se arrojó sin más preámbulo por la ventana, fue en ese instante que el coraje de Kanon se fue por el retrete dejando paso a un sentimiento de miedo.
-Camus haz algo! Estamos a siete pisos de alto y al borde del mar abierto!-
El caballero de acuario reacciono tirándose por la ventana, para tratar de darle alcance a su impulsiva cuñada. Mientras que dentro de la habitación Aurora tuvo una idea un tanto cara pero que sería una solución a corto plazo.
-Kanon no te muevas!-
En un segundo el cosmos de la chica creo una bola de luz que se impactó contra el cabecero destrozándolo y dejando las manos libres de la madera, aunque aún con las esposas.
Kanon se puso de pie así desnudo, y sin pensárselo ni dos veces se hecho también por la ventana, Aurora alucinaba.
-Maldición, alguno sabe hacer otra cosa que no sea arrojarse por la puta ventana?!-
Luego se lo pensó dos veces.
-Bueno y porque no?Como dice ese refrán: A donde fueses haz lo que vieses.-
Así la otra pelirroja les dio alcance echándose ella misma por la dichosa ventana.
El agua se veía un tanto turbia las corrientes internas del Caribe a esa hora eran fuertes, Mitchelle encendió su luz tratando de llegar lo más rápido posible al fondo. Aunque tenía buena resistencia en el agua, ella no contaba con el poder de Gabrielle y por lo tanto no podría contener la respiración por mucho tiempo. En un instante llego al fondo y ahí la vio, era la famosa llave de las esposas, estaba en medio de aquel hermoso y frondoso arrecife de coral. Nado lo más rápido que pudo hacia ella cuando presencio como una extraña figura que se movía dentro de los corales. No quiso darle demasiada importancia y se acercó cuando en un instante sintió que algo le cogía de los tobillos jalándole hacia el interior entre unos huecos que tenía el arrecife. Extrañamente se vio atrapada y a la vez algo le pico en su mano derecha, poco a poco el dolor de su mano se volvió tenue y sintió que estaba cayendo en una especie de trance. Por más que pensó en usar su cosmos el aturdimiento de un extraño veneno la tenía totalmente mareada. Todo paso lento y de repente sintió que el agua comenzó a entrar por su nariz.
Estaba segura que algo la había atacado, probablemente estaba bajo el efecto de un veneno misterioso y sin poder evitarlo se dio cuenta de que quizás su momento había llegado. Tal vez esos últimos instantes junto a Kanon habían sido un regalo de la Fuente para ella, aunque le dolía no poder llegar a ver crecer a su pequeño Gael.
…
En el colegio el pequeño Gael perdía su mirada hacia la ventana, dejo aquellos cubos con los que construía, junto a sus amiguitos, una torre y sin más sonrió.
-Ve por ella y no la dejes partir.-
La profesora miraba un tanto confundida al pequeño, no era la primera vez que presentaba esos episodios en donde su mente partía a otros mundos.
-Gael, todo está bien?-
El no contesto y siguió con su mirada perdida en dirección al horizonte.
…
En el fondo del mar, Mitchelle sentía como sus últimos alientos estaban por partir cuando vio algo que le atrapo o mejor dicho alguien. Podría jurar que tenía el rostro de un niño o sería una chiquita, no estaba segura debía tener entre tres o cuatro años. Era hermoso con esos cabellos rubios casi blancos y sus ojos azules, parecía un angelito. El pequeñito acerco sus labios a los de la pelirroja y la beso extrayendo con su suave beso el agua que ella había ingerido. Después la chica pudo percatarse de que el pequeño tenía una hermosa cola de pez plateada, era un pequeño tritón o una sirenita. La pequeña mano de la criaturita le entrego la dichosa llave que la chica buscaba y justo cuando ella quiso entrar en comunicación vía cosmos con el pequeñín se vislumbró una luz oro rubí y el chiquitín salió disparado a una velocidad impresionante.
Después sintió cuatro manos a su alrededor y pudo reconocer a Kanon por las esposas, la resistencia de su esposo al agua era mayor que la de ella, no en balde era uno de los siete marinas de Poseidón. Sintió los labios de Kanon unirse a los suyos pasándole aire en un dulce beso, mientras que Camus y Aurora rompieron con sus rayos las ataduras que algunas algas habían hecho en los tobillos de la chica. Mientras se besaba con Kanon, ella aprovecho para abrir las esposas dejándole por fin sus manos libres, así ya resuelto el ensamble del problema los cuatro partieron a la superficie.
Aurora tumbaba a Camus en la arena para comérselo a besos, el francés estaba muerto de vergüenza. Todo esto era culpa del loco de Kanon, quien al tocar playa se tiro sobre su esposa arrancándole la ropa. Ante dicho espectáculo Camus había optado por llevarse a Aurora y dejarles intimidad a ese par de desquiciados, aunque no contaba que el calor del caribe ponía en ambiente no solo a los géminis.
-Aurora… cherie…-
-Que pasa cielo?-
El francés miro hacia todos lados y se dio cuenta de que no había ni un alma que los viera, sus cuñados estaban del otro lado de aquellas rocas y su mujer se veía realmente hermosa con esa ropa que se le pegaba a causa del chapuzón.
-Eres tremenda cherie.-
Así se quitó desesperadamente la ropa y ambos sucumbieron ante el llamado salvaje de sus hormonas y del amor.
…
En el hospital de Atenas, Hilia despertaba de los efectos de aquellos sedantes, aun se encontraba desorientada e intento ponerse de pie cuando una mano fuerte le detuvo.
-Tranquila preciosa, aun necesitas descansar.-
Se quedó pasmada al ver a aquel hombre hermoso de facciones perfectas, ojos negros y cabellos grisáceos. Sin embargo la joven tenía muy en claro que algo no estaba en su sitio.
-Quien es usted? Dígame en donde me encuentro? Y dígame si me conoce?-
-Me llamo Ares y soy…- La mirada un tanto suplicante y otro tanto reprobatoria de Mu le hizo contenerse.
-… y trabajo para esta Fundación. Estas en un hospital de la Fundación Solo en Atenas, Grecia, y porque me preguntas si te conozco?-
-Dígame sabe usted quién soy? Por favor ayúdeme. No sé qué hago aquí y no tengo ni idea de…-
La chica se echó a llorar presa del terror y de su frustración mientras que el Dios de la energía vital solo atino en acariciarle la cabeza para intentar tranquilizarle.
-Debes sufrir de amnesia, escucha estas a salvo, aquí no hay nadie que quiera lastimarte. Todos los que estamos aquí queremos solo ayudarte.-
Desde la puerta Mu y Shaina daban un fuerte y profundo respiro por lo menos él no la había asustado. Ángelo y Marín dialogaban sobre el asunto.
-Ella esta amnésica y que diablos debemos de hacer? Decirle que han pasado cuarenta años desde su muerte y que además tiene dos hijos quienes se ven muchísimo más mayores que su propia madre.-
-Tranquilo Angelito ya se nos ocurrirá algo, por el momento creo que lo mejor es seguir el concejo de Ares. Además míralo, sus ojos se derriten de amor.-
-Si, pero si Hades se entera de que le hemos estado ocultando a un alma que en teoría…-
-Quizás ya lo sabe… hemos manejado la teoría de que Hades desconoce del caso, pero que tal si él mismo le ha enviado a Hilia a su sobrino. No sé, quizás sea para que tanto Ares como los Géminis tengan una nueva oportunidad con ella.-
-Tú crees?-
-Mira de ser así, no tardaremos en recibir a uno de sus emisarios, con suerte todo esto es más una bendición que otra cosa.-
-Ojala mi ragazza. Oye es tarde y muero de hambre, qué te parece si vamos a comer algo. Podemos invitar a los esposos frustrados para que vengan.-
-No, déjalos sabes hoy es su aniversario de boda y Shaina me dijo que Mu le invito a un sitio muy bonito del centro.-
-Bueno espero que Don Marte les deje ir.-
-Bromeas esta que se muere por quedarse a cuidarla él mismo, estoy segura que ya telefoneo a los del grupo de apoyo juvenil para ausentarse por algunos días. Y ya estará pensando en cómo organizarse con Gael.-
-Esto es una puta locura.-
-Bueno el amor siempre ha tejido sus redes de manera impredecible. No lo crees?-
El solo pudo suspirar y darle toda la razón y bueno con Ares cuidando a Hilia a ellos cuatro les dejaba tiempo de sobra para poder comer y festejarse como era debido.
…
Mientras que el juez del inframundo esperaba un tanto fastidiado a que Lune terminase de averiguar unas cuantas cosas antes de su partida.
-Bueno Wyvern, es oficial Ares ha cambiado en estos cuatro años más de quince veces de domicilio. Así que no tengo certeza de en donde habita actualmente.-
-Menudo servicio de búsqueda tenemos.-
-Oye es un Dios y no está encarnado, por lo tanto no podemos rastrearle como si fuese un mortal.-
-Y qué demonios se supone que voy a hacer?!-
-Pues podrías ir a ver a uno de sus hijos, sabias que los caballeros de géminis eran en realidad…-
-Si ya me entere! Gracias por recordármelo!-
-Oye deberías sentirte mejor al saber que no fuiste derrotado por un simple mortal, sino por un semi Dios.-
-Kanon de Géminis un semi Dios, ese cabron tiene una suerte. No solo se burló de los Dioses sino que para colmo todos lo perdonaron y hoy en día es el General del Atlántico del Norte, por si fuese poco está casado con una creatura mística que resulta ser muy querida por nuestros señores y su primogénito es ahijado de nuestra señora Perséfone.-
-Bueno puedes ir con Saga, si quieres, aunque él está ahora mismo en…-
-Si en Tokio, lo sé, otro puto con suerte. Ese no solo quiso matar a Athena sino que al final término casándose con ella.-
-Y están por ser padres, mi señora Perséfone nos contó que son gemelas, esta tan emocionada por su medio hermana.-
-Genial, por donde lo veamos lo tengo jodido.-
-Vamos rubio, los señores han sido muy claros en ese tema. Nada de rencores, así que deja ya el pasado atrás.-
-Y qué remedio… bueno en donde dices que puedo encontrar al cabron del Kanon?-
…
Por su parte Ares dejaba unos instantes descansar a la chica mientras que llamaba a alguien de manera telepática.
-Oye, loquilla andas disponible?-
Una voz un tanto arisca le contesto.
-Que chingados quieres Ares! Pareces que tienes radar para buscarme en los peores momentos.-
-No seas ridícula, que no es la hora de tus cursos y como supongo que sigues bajo esa actitud uraña.-
-Uraña! Óyeme hermanito que yo no sea una enferma sexual como tu… comprenderás, no me convierte en…-
-Ya cálmate Enio, que no vengo a juzgar tus frigideces. –
-Encima me insultas! Si serás cabron…-
-No mujer, cálmate no llamo para joderte, necesito un favor y uno verdadero.-
-Y porque había de hacerte cualquier favor?-
-Me lo debes de aquella vez, lo recuerdas?-
-Esta bien que quieres?-
-Necesito que vayas a recoger a mi nieto al Colegio, yo llamare para informarles.-
-Tú quieres que yo vaya por el chiquitín? Desde cuando dejas que alguno que no seas tú comparta tiempo con tu nieto? Dime la verdad ocurre algo malo?-
-No, pero es una emergencia, por favor ve por mi chico y tráemelo aquí. Estoy en el hospital de la Fundación?-
-En el hospital?! Dime le paso algo alguno de los chicos del centro?! Ho no! Se trata de los goldies Ángelo, Mu o las chicas es que están…-
-Ya cálmate no seas histérica, en serio que desde que te volviste humana has dejado aquella objetividad y frialdad que honestamente te hacían ver atractiva.-
-Oye eso deberíamos agradecerlo a la amnesica de tu gemela, mira que si no fuera por ella…-
-Bueno vas por mi chico?-
-Sí, si ya sabes que por el nene hago todo y más. Espero que cuando crezca no adquiera tus putas mañas.-
-Gracias hermanita, no sabes cuánto te lo agradezco.-
-Si claro eso ni tú te lo crees, en fin me pongo en marcha por el nene, no olvides llamar a la escuela.-
-Tranquila si ya lo hice y te esperan.-
-Ok te veré en media hora y espero que tengas una buena explicación para todo este misterio.-
-La tengo y créeme en cuanto llegues lo comprenderás todo.-
Así termino su conversación mental mientras volvía a la habitación con la chica de sus sueños.
-Dígame señor Ares que va a pasar conmigo?-
-Primero no me digas señor, si es por el cabello puedo cambiarlo de color.-
-Cómo cree, no haga eso, en verdad le queda bien.-
Le decía la chica sonrojándose un poco, cosa que le acelero el corazón a mil por segundo.
-Te gustan maduros?-
-Heee –
Bueno él nunca fue muy bueno con el uso de la diplomacia.
-Era una broma, solo quería romper el hielo. Dime pequeña en verdad no recuerdas nada de ti, absolutamente nada?-
La chica solo negó con su cabeza mientras que su frustración y miedo volvían a acongojarle. El no soportaba verla así de inquieta.
-No tengas miedo sabes si quieres puedo ayudarte a buscar un sitio en donde quedarte, sabes en lo que los recuerdos regresan.-
-Pero… qué va ser de mí?! No sé si tengo familia, ni si tengo algún trabajo, ni siquiera tengo ropa que ponerme.-
-De eso no te preocupes, yo te ayudare. Nada te faltara ya lo veras.-
-Y cómo voy a pagárselo si ni siquiera se…-
-Escucha trabajo para esta Fundación desde hace cuatro años, aquí nos ocupamos de muchos temas, el que a mí me atañe son los chicos problema. Ayudo a jóvenes rebeldes a canalizar de manera constructiva toda su ira y su frustración. Es bastante difícil, no todos los chicos son abiertos a ser dirigidos y no sé, quizás te gustaría trabajar conmigo. No sé pero te veo cierto aire de profesora especialista en casos difíciles.-
-Pero… Si ni siquiera sé si tengo algún tipo de estudios o…-
-Pruébalo si no te sientes bien, veré para acomodarte en algún otro sitio de la Fundación. Sino también está la que dirige mi nuera, estoy seguro que encontrare algo para ti. De todas formas la única manera de que recuerdes tu potencial es averiguando cuáles son tus aptitudes. Que dices aceptas?-
La chica lo miraba con sus hermosos ojos jade, estaba sorprendida. Aquella mirada, aquel brillo le hizo a él entrar en un trance hipnótico, como adoraba esos hermosos ojos, cuanto les había echado de menos.
-Porqué hace esto por mí, si ni me conoce?-
-Estas segura que no nos conocemos?-
-Qué quiere decir?-
-Sabes te sonara ridículo y cursi, pero quizás en otra vida y en otro tiempo.-
Ella solo se sonrió es verdad que él era un perfecto desconocido, pero había algo en esa mirada oscura, en esa energía que se respiraba alrededor de él. No sabía explicárselo pero la simple idea de permanecer cerca de él le daba tranquilidad y no solo eso además estaba esa extraña energía que se movía casi oculta en su corazón, la cual por el momento decidió que no era el momento de escuchar.
-Cuando comenzaría y como hare para…-
-En cuanto Mu, tu médico, decida que estas bien, podremos comenzar, sobre tu ropa y el hospedaje déjamelo a mí. Estamos?-
Ella solo asintió con una hermosa sonrisa mientras que Ares sacaba del bolso de su camisa una pequeña flor de jazmín blanco la cual le ofreció a la chica, ella instintivamente se la llevo a la nariz.
-Que aroma más delicioso, me hace sentir, como…-
La hubiese besado si en ese momento la puerta no se hubiese abierto dejando pasar a alguien que venía desesperado por verlo.
-Abuelito estas aquí?!-
La chica le miro sorprendida y pudo contemplar al pequeño de cuatro años que entraba a toda prisa pese a las negativas recibidas por parte de Shaina. Era hermoso realmente adorable, aunque la idea de que el niño le llamase abuelo la desconcertó del todo.
-Gael no debiste entrar así.-
Le decía Ares mientras lo abrazaba para levantarlo en brazos. El pequeño miro a la hermosa paciente y muy cortésmente le saludo.
-Buenos días señorita bonita.-
La chica se sonrojo mientras que el comentario del pequeño le sacaba otra sincera sonrisa. Aunque el pequeño no pararía así por así su conversación.
-Yo me llamo Gael, es usted amiga o novia de mi abuelo?-
Ares se ponía incomodo ante los comentarios directos de su nieto, mientras que Hilia comenzaba a sonrojarse y así el pequeño continuo su discurso.
-Sabe mi mama dice que mi abuelito necesita conseguirse una novia que le quite lo amargado y mal encarado. A usted le interesaría?-
-Gael!-
-Pero si eso dice, de verdad y si te contase lo que dice mi tía Saori de ti…-
Ares quería fulminar al chiquito con su mirada, pero antes la peliazul le haría olvidar ese tema.
-Son tus hijas?-
-Mis nueras, mis amadísimas y queridísimas nueras, un par de especímenes dignos de estudio.-
-Pero tu nieto esta hermoso.-
-Eso es porque heredo todo de su… su padre, de mi hijo. Bueno salvo el pelo mira nada más, mi pobre bebe tenía que salirle todo su cabellito rojizo como a la luciérnaga loca de su madre.-
-Ya abuelito, que mama pese a todo te quiere mucho y papa también.-
-Si bueno eso dicen.-
Hilia le interrumpiría –Debe ser así, los niños no mienten.-
Luego se dirigió al pequeño con ternura.
-Como alguien tan guapo como tu llego hasta aquí solito?-
-Me trajo la hermana de mi abuelito, pero se quedó en el estacionamiento peleándose con un agente que la multo. Dice que mi tía conducía demasiado rápido.-
Ares se inquietaba. –Y a cuánto iba?-
-Pues el agente dice que a 150 en zona escolar, en fin, espero que el pobre hombre sobreviva a la tía.-
La joven levanto una ceja en señal de asombro.
-Porqué dices eso?-
-Bueno es que cuando les deje ya estaba el señor ese tirado en el suelo mientras mi tía le aplicaba una de esas llaves que suele practicar contigo en el gimnasio, abuelito.-
Marte tenía ganas de arrancarse el pelo, pero bueno ni modo ya lo hecho, hecho esta.
-Hil… Pequeña puedo pedirte un favor?-
-Si diga… dime Ares?-
Él se sonrió triunfante, como mínimo ya se tuteaban.
-Podría dejar a mi nieto contigo un momento, en lo que voy a…( matar a mi hermana histérica, pensó para sí) a socorrer a mi hermanita querida?-
-Por supuesto, será un placer.-
Después se dirigió al pequeño mirándole firmemente.
-La dama necesita de un chico fuerte y responsable como tú que le cuide, Gael, puedo confiar en ti?-
-Por supuesto que si abuelito.- Le decía este cuadrándose como militar frente a su comandante.
Así el chiquitín tomo sitio en la orilla de la cama junto a ella, mientras que tranquilo le enseñaba sus cuadernos.
-Quieres ver cómo dibujo?-
-Me encantaría.-
…
Mientras que en el lujoso hotel del Caribe, Kanon se vestía después de una muy merecida ducha para quitarse toda la arena y sal que aquella odisea le habían dejado. Menos mal que siempre podía pedirle a su amada que les orbitara a ambos a su habitación, por Camus y Aurora ni de qué preocuparse la del rayo oro rubí tenia los mismos poderes de tele transportación que su mujer. La tarde estaba cayendo y ambos tenían ganas de una muy merecida cena para después porque no, unas copitas en el bar y disfrutar de otra nochecita apasionada, eso sí, esta vez nada de juguetitos que pudiesen ponerles en aprietos.
Camus y Aurora les habían acompañado durante la cena, bueno después su cuñada había convencido al francés a ir a un parque de atracciones que se encontraba no muy lejos del hotel. Mientras que Kanon y Mitchelle tomaron sitio en la barra de aquel encantador bar-terrasa que se encontraba al aire libre frente a la playa. Una suave música caribeña proveniente de un grupo local ambientaba la velada, mientras que la pareja no resistía las ganas de como muchas más de ponerse a bailar al ritmo en aquel espacio adornado entre palmeras y tenues faroles.
-Perdóname precioso, estoy más idiota que…-
-Shhh olvídalo mi muñequita lo importante es que estas ahora aquí conmigo. Por favor no vuelvas a repetir la pendejada de hoy, si te hubiese perdido me hubiera vuelto loco.-
-Mi precioso hay algo que no te he dicho.-
-Mhhh –
-Sabes cuando estuve en el fondo del agua creo haber visto algo, bueno más bien parecía alguien? Además creo que algo me lastimo mi mano derecha.-
El géminis detuvo por un instante su baile y jalo suavemente a su mujer con él, se dirigió tranquilo de vuelta a la barra.
-A ver muéstrame.-
Su esposa le mostro su mano y efectivamente podían apreciarse las marcas de un par de colmillos, aunque extrañamente no se veían recientes, parecían tener años de cicatrización.
-Pero y esto?-
-Te lo dije.-
-Espera parece claramente la mordedura de una morena, aunque es como si fuese antigua.-
-Escucha me dolió bastante, pero además sentí que tenía como una especie de sedante porque enseguida me sentí mareada y estoy segura que hubiese muerto si él no me hubiese besado.-
Claro que aquello último le cambio los colores a Kanon y el tono también.
-Que has dicho?! Quién demonios se atrevió a besarte?!-
Menos mal que la música camuflageo muy bien el acalorado tono del géminis, su chica solo soltó una risita.
-No seas tonto si solo era un bebe.-
-Que dices?!-
-Sí, tendría la edad de Gael cuando mucho o quien sabe quizás fuera más chiquito.-
Kanon estaba confundido y ya no sabía si enfadarse o llevarse a su chica a la enfermería por alucinaciones.
-Mi amor, creo que la presión del agua te hizo tener una alucinación. Sabes es común hasta para las personas que practican el buceo. Créeme chiquita es imposible que un bebe de la edad de nuestro chico estuviese a esa profundidad solo y sin equipo de respiración.-
-No, no me entiendes dije que era un chiquito, pero jamás te dije que fuese humano.-
-Bueno ahora si me estoy preocupando, crees que Gaia haya mandado a alguno de sus hijos a socorrerte o Poseidón?.-
-No lo sé, pero de lo que estoy segura es que él pequeño tenía cola de pez.-
-Un tritón o una sirena, pero por estos rumbos, solo y de esa edad. Mi muñequita no te ofendas pero es casi imposible, insisto que la falta de oxígeno pudo producirte alucinaciones. Además seguro pensabas en nuestro chico y sin querer tu cerebro te jugo una mala pasada.-
-Entonces dime porque no tenía agua en mis pulmones, sabes que yo no soy Gabrielle, y pase más tiempo allá debajo de lo normal. Y como explicas que la llave estaba en mi mano y que la herida de mi otra mano fuese sanada?-
-Bueno eso sí que no tengo ni idea, de cualquier forma quiero que vayamos a ver a un médico en el hotel y le mostremos lo de tu mano.-
-Déjalo, no me crees?-
-Bésame.-
-Kanon!-
-Estuve a punto de perderte, así que te exijo que seas piadosa y que al menos por hoy no discutamos. Anda bésame. Si?-
Se besaron apasionadamente mientras que el bar tender les servía otro coctel regional. Aquel beso comenzaba a tomar otros tintes sobre todo cuando Kanon acariciaba con descaro el trasero de su mujer. Creyeron que sería la última copa justo cuando una voz con, por desgracia, un muy familiar acento inglés, le trajo a Kanon de regreso del paraíso.
-Vaya que tienes suerte, después de haber sido un tramposo-manipulador y todavía logras casarte con esta belleza. De verdad que los dioses son demasiado piadosos contigo.-
El rostro de Kanon se llenó de furia, mientras que el de Mitchelle de asombro.
-Radamanthys de Wyvern! Qué diablos haces aquí?!-
El Juez hizo como si no hubiese escuchado la pregunta desafiante de Kanon, y se dirigió a su esposa dirigiéndole un muy educado saludo.
-Mucho gusto señora de Géminis, mi señora Perséfone habla maravillas de usted, en verdad que es usted más hermosa de lo que la habíamos imaginado.-
La pelirroja se puso nerviosa y solo le quedo responder al saludo.
-Muchas gracias, señor juez, pero creo que ni mi esposo ni yo comprendemos la razón de su visita.-
Kanon se moría de ganas por plantarle un puñetazo en el rostro al Wyvern, así que antes de que se montase un escándalo, Mitchelle envió un muy disimulado rayo azul desde la palma de su mano que mantenía en contacto con el pecho de su esposo. El rayo solo fue percibido por el juez y por el géminis, mientras que en segundos el temperamento de Kanon logro tocar un punto de equilibrio. Radamanthys solo arqueo una ceja en señal de asombro.
-Impresionante. Así que ese es el poder de la luz, de la cual nuestros señores suelen hablarnos.-
La pelirroja fue directa. –De una milésima fracción.-
Kanon no disfrutaba al ver al juez mirando a su mujer con esa evidente fascinación.
-Heyyy rubio te recuerdo que esta rojita ya tiene dueño y a ti te suelen gustar más las morenas con pinta de Morticia. –
-No vuelvas a hablar de esa forma de la señorita Pandora, aunque ya no está entre nosotros su alma merece el mismo respeto que siempre!-
-Pandora no revivió?!-
-Si pero no se encuentra más en el inframundo.-
-Quieres decir que reencarno como humana.-
-El señor Hades la revivió al igual que a sus padres y hoy viven en lo que antes era el viejo castillo.1-
-Vaya ahí se debe adorar al inframundo con devoción.-
-Ni siquiera nos recuerda.-
Kanon estaba atónito con las revelaciones del juez.
-Pero cómo es posible, es que ella pidió que le borraran la memoria?-
-No, eso fue decisión de la señora Perséfone, dijo que la señorita Pandora había vivido muchas vidas atada como esclava por la absurda venganza de nuestro señor y que merecía una vida tranquila. –
-y?...-Kanon seguía intrigado mientras hacia una seña al bar tender para servirle una copa al juez, la conversación se ponía interesante.
El juez no se hizo de rogar.
-Un Johnnie Walker, por favor con poco hielo.-
-y bien?...-
-Pues hoy en día vive feliz junto a sus padres y los únicos recuerdos que lleva consigo son de haber vivido una niñez perfecta, misma que la señora Perséfone se encargó de diseñar e implantarle en su cerebro.-
El marine y su esposa solo se miraron asombrados y no pudieron evitar sentir algo de lastima por el juez, había un dejo de tristeza en su mirada cuando hablaba de ella.
Kanon suavizo su tono volviéndolo casi amigable.
-Vaya lo siento después de todo tu y ella han convivido por más de una encarnación debió ser difícil… Bueno volviendo a lo de antes, qué estás haciendo aquí y no me digas que vienes a pelear conmigo porque dudo que tus señores aprobaran eso.-
-No en efecto, no vengo a eso, vengo a preguntarte por el paradero de tu padre.-
-Te refieres a Ares? Vaya que rápido corren las noticas en el inframundo.-
-Bueno tomando en cuenta que Ares mando un comunicado después de aquella guerra contra Eris y la Sombra.-
-Un comunicado?-
-Si un documento oficial que mando hasta el mismo Olimpo ( o lo que quedo de éste) en donde les reconocía a ti y a tu gemelo como sus hijos legítimos, nacidos de la única creatura a la que él reconocería oficialmente como su esposa y consorte, la amazona Hilia de la constelación de géminis quien llevaba el símbolo del halcón como armadura de plata.-
-Que hizo que?!-
…
Mientras que en el inframundo Alecto recogía sus últimas pertenencias después de haberse despedido casi a la fuerza de sus hermanas. La joven estaba que echaba fuego de rabia, como era posible que ella fuese condenada de esa manera tan injusta. Ella quien era una de las tres hijas de uno de los dioses más poderosos del mundo. Su madre estaba triste y algo desilusionada, sin embargo esa era la última carta que podía jugar con el afán de hacer entrar en razón a su pequeña. Sin más la hora llego y ambas mujeres desaparecieron de aquel universo llamado inframundo y en un instante se vieron en el desierto caminaron a pie unos cuantos metros hasta entrar en aquel acampado custodiado por personas que Perséfone conocía de antaño.
-Dokho de libra! – Grito la diosa del inframundo llamando la atención del caballero quien no daba crédito a lo que sus ojos le mostraban.
-Lady Perséfone!-
Ambos se unieron en un fraternal abrazo frente a la mirada fastidiada de la joven.
-Sabes que puedes tutearme después de todo casi y podría decirte papa.-
-Has venido a ver a tu madre?-
-Está aquí? Contigo?- El solo asintió y los ojos de la joven diosa quisieron salirse de su órbita, ahora para colmo la mandaban con la pesada de la abuela.
-Llego hace seis meses y la pobre no ha parado, aún nos quedan unas semanas antes de cambiar de base. Después tomaremos un par de meses fuera para descansar, creo que iremos a China. Milo y June nos cubrirán y será Shaka quien reemplace a Shion, creo que Ángela también vendrá.-
-Entonces esta él aquí?-
-Si te refieres a Shion la respuesta es sí, está en una de las tiendas que atienden a los heridos.-
-Podría hablar con él, solo será un momento?-
-Por supuesto, le vas a dar una gran alegría al verte. Y dime quien es la jovencita que te acompaña? Acaso es una de tus doncellas?-
-No Dokho mira te la voy a presentar. Alecto te presento al caballero dorado de libra, quien es el esposo de la reencarnación actual de tu abuela. Dokho ella es mi pequeña hija Alecto, la menor de mis trillizas.-
-Mucho gusto señorita.-
La chica solo le dirigió una sonrisa, tenía que aceptar que como mínimo su abuela tenía buen gusto, ese hombre estaba guapísimo. No tardó en aparecer Shion, ya que Dokho le hablo vía cosmos y éste se dejó venir contento para ver quién era la tan sorpresiva visita.
-Mi lady usted por aquí?! Esto sí que es una adorable sorpresa.-
Alecto sintió que todos sus sentidos se nublaban a ver a semejante creatura venir a saludarles, tenía que ser una visión o es que los ángeles, de los que su madre tanto solía hablar, también se habían encarnado como varones.
-Shion que gusto verte, ven a darme un abrazo!-
Y así lo hizo delante sin ningún pudor por fin podía aunque fuese abrazar a la creatura que él sentía que era la obra más magnifica que Zeus había creado.
-Pero que hacen ahí? Vengan tapémonos del sol en una de esas tiendas.-
Y así lo hicieron y no tardo en venir Susana toda contenta de que su hija y nieta estuviesen de visita. Pasaron algunas horas charlando frente a una curiosa y embobada Alecto que no podía dejar de admirar lo hermoso de las facciones del lemuriano. Después de esto Susana y Dokho se retiraron para continuar con sus obligaciones, no sin que antes esta llenase de besos a su pequeña y remilgosa nieta. Perséfone aprovecho para pedirle a su hija que ayudase aunque fuese un poco a su abuela, eso le seria de buena lección. Con un gesto de evidente molestia la chica fue a cumplir las órdenes de su madre mientras que ya a solas la diosa se confesó frente al caballero.
-Dígame mi lady que puedo hacer por usted?-
-Salvar a mi hija Shion.-
-La joven Alecto está en peligro?
La joven termino de ayudarle a Susana a asear y vestir a los pequeños cuando fue llamada por el cosmos de su madre y fue de inmediato en su encuentro. Perséfone le esperaba de pie y el caballero que la joven catalogaba como angelical le acompañaba.
-Dime madre aquí estoy.-
-Alecto de hoy en adelante estarás bajo la estricta tutela y cuidado del caballero Shion de Aries, antiguo patriarca de Athena. Deberás obedecerle en todo y respetarle siempre ya que…-
Bla, bla , bla fue todo lo que entendió la chica de las palabras de su madre, mientras que sintió que el corazón se le saldría del pecho.
-…y bien hija espero que algún día comprendas que esto lo hemos hecho tu padre y yo por el gran amor que te tenemos a ti así como a tus otras dos hermanas.-
-Ahhh- la chica estaba casi extasiada.
-Alecto me estas escuchando?!-
-Heee, si, si, si, si no te preocupes me portare bien y todo lo demás.-
Rápidamente le dio un beso casi efusivo a su madre quien estaba sorprendida de lo bien que la chica había tomado aquello. Y así con un dejo de tristeza de saber que estaría un tiempo separada de su pequeña, Perséfone se fue de regreso al inframundo dejando a su tercer desastrito en manos del único ser vivo a quien le confiaría su vida a Shion de Aries.
Ahora lo que Shion no sabía era que quizás él si necesitaría mucho más que la ayuda divina para poder sobrevivir a una joven versión en cabello negro de su hermosa Perséfone.
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1 Este capítulo se escribió un mes antes de que comenzara a escribir: Por una eternidad junto a ti.
