Capítulo 3 Conociéndonos. I parte.
En el pasillo del hospital Ares y Enio se discutían.
-Hilia?! Como que Hilia? Te refieres a tu amazona, a la madre de tus gemelos?-
-Pues si pendeja, a quien otra?-
-Está viva… y amnésica… y aquí?-
-Enio es que tu cuerpo humano te ha comido una parte de tu antiguo cerebro divino? Ya te dije que sí, que es ella, el cosmos no miente. Está en esa habitación con nuestro nieto.-
La peli plateada mirada disimuladamente hacia el vidrio de la habitación.
-Pero si es una niña no debe tener más de diecinueve años, es imposible que se trate de la misma.-
-Es ella, y esa era la edad que tenía cuando aquello paso.-
-Deberías hablar con Hades y preguntarle, porque de ser así en teoría ella debía reencarnarse desde bebe y no volver como antes de su asesinato.-
-De eso nada! Escúchame bien, si en algo aprecias los milenios que trabajamos juntos, deberás cerrar la boca al respecto. Nadie debe saber que ella está aquí.-
-Pero Kanon y Saga… digo…ella es su madre.-
-De ellos me ocupare yo mismo. Por supuesto que mis hijos recuperaran a su madre, pero primero debo asegurarme de que ella recupere su memoria.-
-Ares estas en la mierda, como vas a explicarle a una chica de 19 que sus hijos tienen 34 años, eso sin contar los seis años que estuvieron encerrados en el obelisco. Han pasado cuarenta años desde que ella murió.-
-Pero ahora está viva y es eso lo único que importa. Me da igual si fue obra de Hades o una broma diabólica. Ella está aquí, junto a mí y te juro que esta vez no habrá poder humano ni divino que me la arrebate.-
Enio hubiese querido seguir su discusión, pero él estaba más interesado en regresar a la habitación junto a su Hilia.
Gael no se cansaba de mostrarle su lado artístico a la peli azul.
-Y este dibujo lo hice hoy mismo. Mira esta bolita roja es mi abuelo, aquí se ven rayitos porque cuando se enoja suele explotar su cos…-
Menos mal que el abuelo llego a tiempo para interrumpir.
-Gael déjame presentar a tu tía con la señorita.-
Enio entraba a la habitación y observaba por primera vez el rostro de la humana que había logrado terminar con la Guerra convirtiéndola en el Impulso y el valor.
-Mucho gusto me llamo Enio y soy hermana de este ener…(Ares le pellizco) energético maestro de casos imposibles.-
La joven se sonrió, sin embargo el solo mirar a la peli plateada le creaba una sensación extraña había algo en ella que le inspiraba respeto.
-Mucho gusto señorita, por desgracia yo no sé ni cuál es mi nombre.-
-Si lo sé, mi hermano me comento lo que te ha ocurrido, pero no te preocupes has caído en buenas manos. Aquí hay personas especializadas en casos extraños, ya verás que todo irá bien.-
Ares aprovecho para hablar vía cosmos con la diosa.
-Como se te ocurre decirle que es un caso extraño?-
-Prefieres que le diga que es simplemente paranormal.-
-Dime qué diablos no es paranormal en la vida de los Dioses? Si hasta mis hijos humanos terminan por casarse con ángeles, cuando otros con mis ex enemigas.-
-Dirás medio hermana, te recuerdo que aunque Saori es humana su espíritu es el de nuestra hermana Athena.-
-Gracias! Para colmo mi hijo desea pasarse el resto de sus encarnaciones compartiendo su lecho con ella.-
-Resígnate tú le quitaste una amazona a Athena y ella te quito un hijo, así que me parece justo.-
Hilia solo los miraba un tanto extrañada, mientras que Gael volvía a ganar la atención de la chica.
-Discúlpelos señorita, sabe a veces se les olvida que no deben pasar tanto tiempo en telepa…-
Ares reacciono rápido.
-Quieres ver la televisión mi chico? Pero que buena idea seguro que una televisión le vendría muy bien a nuestra nueva compañera. Te gustaría Hilia?-
Ella le miro ahora sorprendida.
-Hilia, porque Hilia?-
Enio se burlaba vía cosmos del Dios.
-Y ahora quien es el pendejo? Creí que el no tener cuerpo humano te hacia conservar tu divino cerebro, pedazo de idiota.-
-Cállate!-
Entonces le hablo a la chica.
-Es un nombre bonito, no te gusta? Además no podemos pasarnos todo el tiempo llamándote niña bonita.-
-Pues es extraño pero el nombre me dice algo y si a ti te gusta pues a mí me va bien.-
La Diosa de la Destrucción para la creación no sabía dónde ponerse de la incomodidad, aunque la joven era amnésica se sentía su atracción por el Dios. Bastaba con verle el sonrojo en sus mejillas y esos ojos de hipnotizada con los que le miraba.
-Ok le gustas, pero en cuanto se entere que te has tumbado a medio Grecia seguro te larga. Eso te lo tendrías merecido por coscolino.-
-Oye no tiene por qué enterarse, además desde hoy eso es cuento viejo. Ella está aquí y el resto de las féminas, por mí, se pueden tirar al pozo.-
Antes de que Gael pudiese descubrirles Ares volvió a retomar la conversación con Hilia.
-Sabes Hilia una vez que te den de alta, podrías venir a vivir con Enio y conmigo.-
La Diosa sintió taquicardia y observo a su hermano dedicándole su sonrisa más forzada.
–Desde cuando vivimos juntos tu y yo?! Estás loco!-
-Te callas! Que si le propongo venir solo conmigo jamás aceptaría. Así es que mañana mudas tus cosas y te coges la habitación del fondo.-
-y ella donde dormirá?-
-En la mía.-
-Jejejejeje y tú? porque dudo que ella acepte compartir su lecho con un perfecto desconocido.-
-Yo dormiré con Gael.-
Enio solo trago saliva mientras que su mente le acosaba.
-Que Zeus nos ampare.-
-No puede, está ocupado negociando la paz en oriente.-
-Si ya decía que era mucho pedir.-
Hilia les miraba un tanto avergonzada.
-Qué vergüenza, no quisiera ser un problema para…-
Gael estaba emocionado, esa chica le caía muy bien, era hermosa, se sentía fuerte y tenía sus cabellos y ojos iguales a los de su papa.
-No diga eso señorita a mí me gustaría que se quedase con nosotros, si quiere podemos dibujar juntos y mi abuelito podría llevarnos a pasear en sus caballos. Tiene unos muy bonitos en su Santuario.-
Enio y Ares sintieron que se les caería la ropa interior, los niños siempre tan honestos. Hilia solo se sonrió mientras que las preguntas llegaban a su cabeza.
-Su Santuario?-
-Su finca, el señor Ares tiene una hermosa propiedad en Thareitas cerca de Esparta.-
Mu daba su última ronda antes de salir de turno y menos mal que el lemuriano tenía rápidos reflejos mentales, antes de que por inocencia, Gael terminase por revelar cosas de más. Los Dioses se relajaron mientras que Mu siguió con su última revisión.
-Muy bien todo está en orden, esta tarde si así lo desea podre darle de alta. Veo que mis superiores ya se ocupan de ayudarle a encontrar un lugar donde alojarse. No se preocupe créame que con nosotros usted estará en perfecta seguridad.
Mientras tanto el lemuriano se comunicaba con los dioses en silencio.
-Espero que sepan lo que están haciendo.
Ares estaba decidido.
-Tranquilo muchacho, te prometo que no forzare las cosas, pero comprenderás que no puedo ni quiero dejarla sola y menos en ese estado.
-Si aunque suene descabellado lo comprendo a la perfección. Ahora ustedes deben comprender que el cerebro humano es un órgano sensible y que si la despiertan de golpe podría sufrir algún tipo de choque psicológico irremediable.-
-Lo sé y no pienso ponerla en peligro, iremos poco a poco.-
Después el joven Aries les hablo a los presentes.
-Señor Ares, Shiana y yo ya nos vamos, no estaremos disponibles ya que es nuestro aniversario, pero Ángelo y Marín estarán operativos. Si necesitan algo no dude en contactarlos-
-Muy bien. Pasen buenas noches los dos y felicidades.-
-Gracias y nos veremos mañana a primer hora.-
…
En el campo de refugiados Shion le daba instrucciones a una jovial y sonriente Alecto.
-Vaya hija es una buena noticia saber que sabes cocinar, así podrás encargarte de preparar la comida para las personas del campo. Que te parece si hacemos una prueba piloto esta misma noche?-
-Cocinar? Pues claro que se cocinar. De hecho es mi pasatiempo preferido mi padre adora mis creaciones. Y por favor no me digas hija, aunque no lo aparento mi espíritu tiene milenios. Así que puedes verme como una hermosa diosa de cuerpo joven, pero de mente bastante madura.-
Al antiguo Patriarca le conmovía esa carita idéntica a la de Perséfone, además la peli negra tenía ese brillo tierno y natural en su mirada. Sin duda los dioses son seres perfectos, bueno al menos eso era lo que el lemuriano sentía.
Lo que Shion no sabía es que Alecto ni siquiera sabía preparar un huevo sin causar catástrofes mortales. En más de una ocasión había organizado, según ella, comidas para sus amigos, los jueces, dejándoles desde úlceras estomacales hasta días de descanso obligatorios a causa de extrañas intoxicaciones. Por supuesto que los tres jueces le querían tanto que siempre elogiaban sus exóticos platos. Y su padre… bueno Hades se comería un plato de lodo, siempre y cuando fuera uno de sus bebes quien se lo cocinara. Después de todo el Dios del inframundo era inmortal, así que fuera de inducirse discretamente el vómito, a escondidas de su hija, él no corría más riesgo que el de un ligero malestar estomacal.
Así, bajo la mirada feliz del antiguo patriarca y de su equipo de trabajo, la joven se dispuso a impresionar al peliverde, preparándole su gran especialidad.
…
En el hotel del Caribe un borracho juez Radamanthys compartía un momento de risas junto al matrimonio Géminis de Marte.
-De verdad que la boda de mis señores fue así de desmadroza?! Jejejejejejejeje –
Kanon seguía su relato.
-Ni digas, todavía me duele todo, entre las Drag Queens y Susana que en esa época estaba medio zafada, aquello fue estresante.-
-No me lo puedo creer el señor Hades y su hermana Deméter por fin llevan una buena relación, pero no sabía que eso también se lo debemos a los caballeros de Athena.-
-Óyeme inglesito no en balde Dokho de libra es un gran maestro viejo, sabio y…-
Mitchelle concluiría.
-Mañoso.-
Los dos hombres morían de la risa, las copas habían terminado por romper el hielo y ahora cada uno sacaba a la luz su verdadero yo. El juez miro a su reloj las horas estaban pasando rápido y no podía seguir la tan agradable velada, aún tenía una carta que entregar.
-Bueno chicos yo debo de partir, me urge entregarle esta carta de mi señor a tu padre lo antes posible.-
Kanon comenzó a tener curiosidad.
-Espero que no se trate de arreglar más problemas de los que ya tenemos. Sabes aunque no se ve, es todo un lio trabajar con todas esas personas. Mi padre está siguiendo una terapia de autocontrol, para aprender a canalizar sus arranques histéricos y la Fundación recibe de más en más casos de jóvenes problema.-
-Ares está siguiendo una terapia?-
-Pues sí, recuerda que su energía es el calor del impulso, por lo tanto él y mi tía Enio tienen fuertes arranques. Sabes no son muy pacientes que digamos, y Mitchelle les convenció a ambos para entrar en un grupo de terapia, creo que eso les ayuda bastante.-
-Vaya que los dioses han evolucionado, quien diría que un par de dioses tan fuertes y de gran reputación aceptarían tratarse con un psicólogo para aprender a controlarse.-
-Escucha, daño no les hace y creo que ambos tienen muchas cosas que sanar, emociones y sentimientos que llevan milenios guardando dentro de si mismos.-
-Pues sí, debo aceptar que tienes razón.-
Mitchelle daba un último trago a su copa de coctel, la pelirroja estaba pasando un buen momento, el juez de los infiernos había resultado un hombre bastante razonable y equilibrado.1Sin duda el destierro de Eris había cambiado el aura de todos los súbitos de los dioses y eso era reconfortante. Kanon le apunto en una hoja la actual dirección de su padre en Grecia, anexándole sus horarios y los sitios que solía frecuentar el peli gris. Así medio mareado y con un buen sabor de boca, el juez rubio partió llevándose consigo una imagen totalmente renovada de quien antes fuese su peor enemigo, Kanon de Géminis.
La pareja comenzó a besarse ya era tarde, y la idea de irse a la cama a descansar era simplemente deliciosa, luego se ocuparían de reponerle el respaldo de la cama al lujoso hotel.
Esa noche la luna llena bañaba las costas de aquel paradisiaco mar de los caribes, Julián y Gabrielle navegaban tranquilos sobre su yate privado. Habían tenido un día cansado reconstruyendo los cimientos de la mítica ciudad de Atlantis, estaban felices de contar con la ayuda de los Arcángeles, quienes tomaban formas humanas, y se sumergían en los fondos de las aguas, como buzos, ayudando a reconstruir cada pilar y cada centímetro de aquella civilización submarina. Sin embargo esa noche la pareja se desplazaba sola, Sorrento y Constanza aunque estaban cerca, no habían querido acompañarles, el flautista ofrecía una serie de conciertos esa semana en aquella ciudad paradisiaca y tenía la agenda llena.
Así que tranquilamente Julián tomaba, él mismo, el timón de su amado navío mientras su chica bañaba su piel con esa hermosa luz lunar permitiendo que sus piernas se transformasen en una hermosa cola plateada de pez y de su espalda brotaron alas enormes de un blanco puro. El joven millonario dejaba el piloto automático para sentarse junto a su sirena-angelical, justo cuando percibió una extraña perturbación en su cosmos. No fue el único, ya que su mujer dirigió de inmediato su mirada hacia el mar, algo estaba ocurriendo dentro de sus dominios.
-Querido lo has sentido?-
-Sí, y no es la primera vez, te dije que esto va de más en más. Desde hace 24 horas algo ha ocurrido que ha desestabilizado el cosmos de nuestro mundo marino.-
La rubia se percató de un extraño movimiento en la superficie del agua y por impulso abrió sus alas y se desplazó a toda velocidad dentro del mar sorprendiendo a su esposo.
-Dioses Gaby! Siempre eres tan rápida... espérame!-
Julián se arrojó al agua transformándose con el simple contacto de su elemento en un fuerte y hermoso tritón. Poseidón se desplazaba a toda velocidad en sus dominios en busca de su esposa y de una explicación para aquel extraño evento.
No tardó en llegar al fondo y encontrarla, la misma luz blanca que ella emitía le servía de guía. Los ojos del peli celeste se abrieron como platos al contemplar lo que había en el fondo del mar. Su sirena permanecía quieta hasta que él le dio alcance, desde ahí se podía divisar una familia de morenas, lo extraño era que estas eran de un tipo no común.
-Julián que es esto?-
-Gaby es increíble! Esos animales tienen más de un millón de años que se extinguieron.-
-Cómo?!-
-Gaby pronto quédate detrás de mí. Son una especie muy peligrosa, si te muerden te adormecerán el cuerpo hasta que su veneno termine por matarte.-
-Pero qué….?!-
-Tranquila intentare calmarles con mi cosmos, aunque sean una especie extinta deberán responder a su origen creador.-
Poseidón encendió su cosmos, emitiendo una fuerte onda de energía que en apariencia calmo los estados de aquellos extraños animales. Aunque las sorpresas no habían terminado del todo, Gabrielle se abrazó a la espalda de su esposo asustada al ver lo que había detrás de ellos.
-Eso es…-
Poseidón apareció en sus manos su poderoso tridente y dirigió un rayo de calma que abarcaria la integridad de ese mar.
-Gaby esos son los ancestros de los tiburones, algo anda mal, muy mal, en teoría estos animales estaba extintos. Debemos contactar a Kanon y a Sorrento cuanto antes. Son mis únicos dos Generales vivos y me temo que este problema vaya más allá de los Caribes.-
-Cariño puedo sentir la luz de Mitchelle, mi hermana esta borracha y lo más seguro es que Kanon también lo esté. Después de todo están celebrando su aniversario, como nosotros.-
-Maldición! Entonces hay que encontrar a Soren y lo más rápido posible.-
-Voy a mandar un mensaje a Constanza de inmediato.-
…
En el desierto Shion supervisaba algo cansado el estado de algunas tiendas en donde se reposaban las personas enfermas. Dokho llegaba detrás para brindarle una necesaria ayuda a su amigo.
-Listo Shion, te traje el pegamento para poder reparar las piezas rotas por la ventisca de arena de la otra noche.-
-Excelente déjamela aquí.-
-Oye a propósito y donde esta nuestra nueva colaboradora, no crees que deberíamos echarle un ojo.-
-Vamos Dokho es una jovencita quizás algo rebelde, pero se ve desde el cielo que tiene buen corazón. Creo que su madre se inquieta por nada, pero bueno no puedo juzgarla después de todo es su bebe.-
-Bueno y en donde está el bebe de buen corazón?-
-Está preparándonos la comida para esta noche, sabes le encanta cocinar y bueno para ponerle una prueba hoy cenaremos nosotros tres lo que ella nos cocine.-
-Si es tan buena porque no le pones a cocinar para todo el campamento?-
-Sabes me da la impresión que, aunque ella dice que tiene un buen sazón, debe ser algo soso para los gustos de los africanos. Hoy probaremos y después podremos adecuar sus recetas para el resto, qué te parece?-
-Bueno, si tú crees que es una buena idea?-
A unos escasos metros dentro de una tienda más airada, Alecto se daba gusto echando el bote entero de cayena y uno que otro pimiento súper matón a su espléndido arroz energizado. Mientras que una coqueta sonrisa adornada el próximo suspiro de la chica.
-Estoy segura que quedara encantado, aún recuerdo aquella vez que se lo cocine a Aiacos y a Radamanthys, nunca antes les vi tan dinámicos. Si es que cuando yo pongo mis manos en las sartenes hago aparecer maravillas.-
Flash back
En un salón del castillo de Hades…
Aiacos sonreía forzadamente mientras que vía cosmos le gritaba a su compañero, el juez rubio.
-Por Giudeca! Te lo suplico pásame uno de esos antiácidos que guardas en tus bolsas de la chaqueta!-
-Toma agua! Estas muy lejos y nos va a ver!-
-Ya me trague medio litro y todavía me arde!-
La chica sonreía toda emocionada al ver a los dos jueces tan… animados con sus platos.
-De verdad les gusto?-
Radamanthys trato de sonar lo más creíble posible.
-Es una delicia señorita Alecto.-
Mientras el rubio colocaba discretamente su mano derecha para taparse los labios simulando un pequeño eructo y así aprovechaba para tomar su pastilla antiácido marca INFIERNOS. La diosa estaba muy complacida.
-Lo sé chicos, sé que me lucí, pero ya saben que me encanta demostrarles mi cariño con obras. Papa siempre me dice obras son acciones y no buenas razones.
Aiacos estaba casi como un tomate, y sentía que casi no podía respirar, sin embargo seguía sonriendo y bebiendo disimuladamente otro vaso de agua. Mientras la chica continuaba charlándoles.
-Que lastima que Minos no pudo venir, le hubiera encantado, es más con decirles que fue él quien me paso la receta, me insistió en echarle pimiento y cayena al arroz sin miedo. Dijo que a Rada le fascinaria y que tu mi morenito no estarías defraudado. –
Los dos jueces se miraron adivinándose el pensamiento, y Alecto seguía elogiándose a sí misma.
-Tienen suerte de tener a una diosa que tanto les cuida y con un talento nato para la cocina como yo. Además hoy queda demostrado que Minos tambien se interesa por ustedes, si vieran como me insistió y apoyo en cada línea de mi estupenda receta. Saben eso se llama amor de hermanos y no tonterías.-
Aiacos y Radamanthys se gritaron vía telepatía al mismo tiempo.
-Ese hijo de la gran puta!-
Fin del Flash back
Alecto seguía revolviendo aquel arroz con pasión y emoción si había una cosa que su madre siempre le había dicho de los hombres era que a todos se les conquistaba por el estómago. Así que, aun cuando ella sentía que Shion la veía como a una jovencita estaba segura que solo era cuestión de mostrarle lo madura e inteligente que ella era y el Aries seguro caería loco de amor por ella.
…
En Grecia Hilia se vestía con ropa que Enio amablemente le había ofrecido, unos jeans y una camiseta de manga corta que le acentuaba su pequeña cintura, unas sandalias de piel a tiras que además de bonitas eran bastante cómodas. Ahora ya lista podrían partir, si bien era cierto que no conocía a nadie, el hecho de partir cerca de ese hombre tan atractivo le hacía sentir en confianza. Algo había en el negro de sus ojos que a ella le orillaba a soltarse y dejarse llevar por él.
La casa de marte tenía un toque bastante mediterráneo, sus blancas paredes con algunos ladrillos rojos, en sus ventanas colgaban aquellas macetas llenas de hermosos jazmines, además de una vista al mar envidiable.
-Te gusta el lugar Hilia?-
-Es preciosa, de verdad me da algo de vergüenza con ustedes.-
Ares le hizo una seña a Enio para que entrase con Gael, mientras que su peli azulina caminaba fascinada observando aquellas macetas llenas de jazmines blancos y azules que olían de maravilla. Se acercó a las flores y se inclinó a olerlas mientras cerraba sus ojos perdiéndose en el tiempo.
-Ese aroma, me dice algo… ojala supiese interpretar lo qué…-
Sintió el fuerte y cálido agarre del peli gris en su brazo y se levantó de prisa para toparse a escasos milímetros de los labios de él. Ahora Ares estaba seguro que era el momento, nadie los veía, que podía perder, solo deseaba un suave beso, uno aunque fuese pequeño. Después de todo llevaba años esperándola, deseándola, amándola. Justo estaba decidido sobre todo al ver como ella perdía sus ojos en los labios de él, seguro que ella también lo deseaba, sin embargo siempre hay algo o mejor dicho alguien que cae del cielo o en este caso del antiguo infierno.
Se escucho un nervioso murmullo y Ares se volvió con una mirada asesina justo para encontrarse al juez Radamanthys quien llegaba con una carta en la mano derecha y una bolsa de hielo sobre su cabeza sostenida con su mano izquierda. No fueron necesarias las presentaciones, Ares conocía perfectamente la identidad del rubio.
-Déjame adivinar mi tío te envía a informarme de algo por correo certificado.-
Y después siguió vía cosmos.
-No la asustes ella esta amnésica.-
-Me lo imagino, fue un accidente y…-
-Ella se queda! No te la llevaras!-
-No pienso llevármela, solo me cercioro y ahora lo hago de mis propios ojos de que ella está bien y de que tu estas informado.-
Después rompieron el silencio.
-Hilia te presento a Radamanthys de Wyvern2, es medio hermano mío y trabaja para mi tío Hades.-
-Mucho gusto.-
Un placer señorita. Disculpe que me presente así, pero tengo una carta importante que debía darle en mano propia a Ares.-
Radamanthys le hablo vía cosmos al Dios.
-No vuelvas a llamarme hermano, no es nada contra ti, pero sabes que …-
-El viejo es un cretino, pero sigue siendo nuestro padre. Sabes deberías darle una oportunidad de…-
-Ni yo ni mis hermanos necesitamos de él, ya tenemos a Hades como figura paterna y créeme es un honor.-
Ambos se dedicaron una sonrisa de resignación y la chica les miro un tanto confundida.
-Creo que les dejare charlar…-
Ares la tomo del brazo para impedir que se le fuera, mientras que Radamanthys se despedía para regresar lo antes posible al inframundo, no sin antes llegar a alguna farmacia por unas aspirinas.
-No se preocupe yo debo irme, tengo obligaciones pendientes.-
Ares le sonrió a su medio hermano mientras que contuvo las ganas de reírse al verle en ese estado. Sabia de ante mano quien sería capaz de enviárselo a su casa y medio borracho resacoso.
-Mi Kanon, definitivamente es igualito a mí.-
…
En el campamento Shion, Dokho y Susana esperaban impacientes el gran plato de Alecto. Susana estaba especialmente ilusionada de probar comida preparada por las manos de su pequeña nieta. Sin embargo el tigre se sentía un tanto inquieto.
-Querido cálmate, te aseguro que mi nieta saco mi buen sazón. Que emoción! Saben Core era malísima en la cocina, no en balde tuve que pagarle doble a las ninfas para que le cocinaran los días que yo estaba muy ocupada. –
Shion trataba de subir los ánimos de su amigo.
-Escucha Dokho, Hades adora los platos de Alecto que mejor referencia quieres.-
En unos segundos la chica llego toda contenta cargando una olla llena de su famoso arroz energético. Se veía que se había arreglado, ahora lucia unos pantalones oscuros y una blusa celeste que acentuaban el color de sus ojos turquesa.
De inmediato les sirvió a los tres muy satisfecha, mientras que al mismo tiempo ella saco un plato con ensalada cruda para acompañar. Deméter la miro un tanto preocupada.
-Hija no piensas comer?-
-Si claro, pero no quiero engordar así que lave con limón unas verduras frescas y las prepare como ensalada, si alguien quiere puedo servirle.-
La diosa acepto voluntaria, además estaba orgullosa de ver como su nieta cuidaba su cuerpo comiendo verduras crudas y no cayendo en los excesos. Vaya esa era la enseñanza que siempre quiso infundirle a su hija la rebelde.
-Tienes razón, es más creo que yo seguiré tu ejemplo y comeré solo tu ensalada.-
Los hombres se saltaron las verduras y fueron directo al arroz, en cuestión de segundos Shion sintió que su boca ardía peor que un volcán en plena erupción. Aunque el que peor la pasó fue Dokho quien comía demasiado rápido y no se percató del sabor sino hasta llegar a la quinta súper cuchara repleta de arroz.
Dokho sintió como si su tatuaje de tigre que llevaba en su espalda se transformara en gatito y este mismo salía corriendo maullando como loco. Así a esa misma velocidad salió el chino en busca de un sitio discreto para vomitar. Mientras que Susana reflexionaba en voz alta.
-Se lo dije, le dije que no debía beber agua de aquel rio, ahora seguro que le dio diarrea. De verdad que estos hombres son unos tercos.-
Después miro con cariño a su nieta y continúo.
-Mi pequeña tu ensalada esta deliciosa. –
Alecto busco los ojos casi rojos de Shion y a él le dedico su mirada más emocionada.
-Te gusta mi arroz Shion? Créeme di lo mejor de mí misma en esta receta. Ya sé que no debí molestarme, pero me encanta complacer a las personas que considero especiales compartiéndoles mis talentos.-
Shion no podía hablar, la garganta se le había cerrado del dolor y del ardor, sentía que le explotaría el estómago. La chica seguía hablando de sus talentos culinarios.
-Uno de estos días les preparare mi famosa tarta de limón. A papa le encanta, dice que sin duda soy una gran especialista de la comida orgánica.-
Shion atrapo un vaso de agua para poder bajarse el ardor y justo cuando recupero el aliento y pensaba decirle algo a la chica, se percató de la transparencia y emoción como ella le miraba. No podía dudarlo, realmente ella quería darles una grata sorpresa. Esa sonrisa de niña tierna le desarmo y decidió que aunque fuese por esa vez él debía darle placer a las damas. Después de todo él era un caballero y uno dorado.
Apenas y lo vio sonreír cuando Alecto le sirvió otro plato más a Shion y aunque él trato de excusarse, al ver que sus hermosos ojos, de niña dulce, se llenaban de lágrimas él termino por ceder.
Aquella noche Dokho y Shion iniciaron algo similar a la guerra de los mil días, simbólicamente claro está, pero esta vez por el mal compañerismo al que nos induce la necesidad cuando se tiene un solo baño y dos caballeros con diarrea.
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1 En la mitología Radamanthys es de los tres jueces del infierno, sus juicios eran de inflexible integridad. Por lo tanto si lo situáramos en nuestra realidad sería un hombre íntegro y honesto, chocando un poco con el personaje creado por Masami Kurumada.
2 Radamanthys, Minos y Aiacos o Eaco son hijos de Zeus en la mitología griega, los dos primeros con Europa y el último con Egina.
