Saint Seiya n me pertenece tampoco me pertenece clover (si asi fuera yo sería muy feliz ), los anteriores le pertenecen al señor Kurumada y las Clamp respectivamente, por lo que yo solo los he tomado prestados para la realización de esta fic con el cual no lucro en lo mas minimo sin mas a leer :)
Aridna
En medio de un pequeño bosquesillo ubicado en los limites del Santuario se pueden observar los cambios de color de los pocos rayos solares que se pueden filtrar de entre las ramas, las tonalidades amarillas pasan a un rosado y posteriormente a un rojo intenso para después terminar en cálidos rayos naranjas, de entre la hierva se puede observar una silueta iluminada ahora por los pálidos rayos de la luna llena que se levanta en el firmamento, esa silueta es la misma de aquel cuerpo que cayo hace no mas de 4 horas, este no se ha movido, cualquiera diría que se trata de un cuerpo inerte, solo que al observarle con mas detenimiento podremos percatarnos del movimiento acompasado que sigue su pecho, sin duda ella solo duerme.
- ¡ Atrámpele es una desertora ! - Grita un grupo de guardias los cuales persiguen a una aprendiz de amazona la cual les lleva la delantera por un considerable tramo, pero no mucho esta se percata que por fin se encuentra en los limites del recinto si logra salir de ahí habrá obtenido su libertad y los guardias nada podrán hacer para atraparle, esta sigue corriendo solo que su cerrera es interrumpida por un súbito tropiezo, al incorporarse puede ver que el culpable de la caía a sido una niña de su misma edad no la ve con claridad a falta de luz y la poca visibilidad que le da la mascara, una idea cruza por su mente.
- Tú me ayudaras, lastima pero no planeo dejar cabos sueltos. – Dice la aprendiz mientras retira la mascara y una pañoleta que lleva atada a la cintura, sé inca ante ella, tima la mascara y la pone en su cara, la pañoleta la deja en una de sus manos, retira los guantes de las manos de la niña, la cual por el repentino movimiento comienza a despertar, esta se da cuenta de ello, así como de la aproximación de los guardias, por lo que trepa un árbol dejando que los guardias se acerquen mas y a una desorientada Suu.
- No te muevas, te tenemos rodeada nada puedes hacer en contra de 5 guardias así seas una aspirante a un ropaje dorado. – Dice un miembro de la tropa en tono de advertencia.
Suu se ha despertado totalmente, siente una molestia en su hombro izquierdo, algo que jamás había sentido, pero aun así se incorpora solo ve al individuo que le ha hablado y a aquellos que le rodean.
- No dices nada.
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- Bien, creo te has dado cuenta que no puedes escapar, lo siento pero debemos llevarte ante el patriarca. – Le comunica el mismo guardia.
De lo alto de una árbol se puede ver una figura que observa satisfecha el cómo una comitiva de guardias escolta a la nueva aprendiz de amazona.
- Gran patriarca le traemos a la aprendiz que intento huir – Dice el jefe de la comitiva que se encuentra dentro de la sala del patriarca.
- Bien déjanos a solas.- Ordena un hombre alto de mirada violeta y cabellos verdes, ataviado por una túnica blanca, con bordes dorados y rojos.
- Sabes que lo que hiciste estuvo mal no es ¿así?. – Pregunta de forma neutra.
Suu solo mantiene la cabeza gacha y no responde.
- Deberías sentirte orgullosa de ti misma, no es fácil ser aceptado en la orden y tampoco es fácil reunir los requisitos para ser aspirante a una armadura sin importar el rango, sabes perfectamente que muchos de los que son aceptado jamás podrán obtener un ropaje, así sea de las de mas bajo nivel, pero tú, tú has sido elegida no solo para portar una armadura, sino para ser la que suceda a uno de los guardianes de las doce casas. – El patriarca se sitúa a un lado de ella esperando una respuesta, solo que no existe tal.
- Dime crees que estuvo bien lo que hiciste – Pregunta de nuevo.
Suu solo niega con la cabeza, en su mente se ha ido formando una pregunta que comienza a tomar fuerzas para salir al exterior.
- Ahora dime que fue lo que pasó para que tomaras esa decisión, créeme no es muy agradable que llegada la hora de conocer a un nuevo miembro de la orden me notifiquen que ha huido.
Suu por su parte sigue con la cabeza baja mientras aquella duda sigue cobrando mayor fuerza.
- Se que es difícil llegar a un lugar desconocido, pero recuerda que hiciste un juramento el cual debes de cumplir, dime ¿cumplirás con el?.
- Lo cumpliré – Se escucha una voz apenas perceptible por parte de ella.
- Bien, ahora dime tienes alguna inquietud, recuerda que apenas has llegado esta tarde y por ello no se pudo hacer la presentación pertinente con tu maestro, ¿Tienes alguna pregunta?.
- Podría decirme ¿quien soy? – Por primera vez Suu levanta la cabeza para encara la mirada del patriarca, solo que al hacerlo la molestia de su hombro se vuelve presente, ella solo coloca su mano para evitar el movimiento, mientras espera la respuesta.
Shion se ha quedado sorprendido por la pregunta hecha, ha visto el movimiento que ha hecho la niña y supone que tal vez sea una broma o algo.
- ¿No sabes quien eres? – Pregunta.
- Solo deseo escucharlo de usted señor. Responde con tono neutro.
- Bien tu nombre es Ariadna aprendiz de caballero dorado, miembro de la Orden del Santuario, y peleas bajo el mando de la Diosa Athena. – Contesta esperando esto sea una presentación que sirva para olvidar lo sucedido.
- Entiendo. – Dice mientras su cerebro trata de asimilar la información proporcionada, pues no existe recuerdo alguno antes de su despertar.
El patriarca posa una de sus manos en el hombro de la niña el cual es sostenido, ella emite un ligero quejido de dolor, el se da cuenta del efecto de su tacto.
- ¿Los guardias han sido capaces de lastimarte? – Pregunta de una manera un tanto fría.
- No, he resbalado y la caída ha sido la causante del daño.
Él convoca parte de su cosmo, el cual ayuda a sanar el daño. Ella le ve sorprendida al sentir una corriente cálida que ha aliviado la molestia.
- El resto te toca a ti dice mientras se dirige a la salida de la sala y llama a un guardia.
- Llévale al recinto de las amazonas esta noche la pasará ahí y avisa a su maestro que la presentación será mañana a medio día. – El hombre llama a Ariadna y la conduce a donde se le ha indicado.
En otro espacio y tiempo paralelo a este, en un laboratorio se encuentran 4 hombres de edad mayor vestidos con uniformes militares los cuales están analizando la información de la culminación del proyecto Hoja de trébol.
- Entonces comandante Feil dice que el cuatro hojas cometió suicidio no es ¿así?. – Pregunta uno de los hombres ahí presentes.
- Así es señor.- Responde a esta un hombre de no más de treinta años ataviado con el uniforme de la milicia.
- Entonces dígame como es que no se han encontrado los restos del espécimen. –Pregunta otro miembro de la asamblea.
Feil comienza a disgustarle la forma en la que esos hombres se refieren a la niña.
- No lo sé. – responde con cierta dureza.
- ¿No habrá sido usted cómplice de una posible fuga.?
- Solo digo lo que vi, señor.
- Bien comandante Feil puede retirares.
El hombre se retira de la sala.
- ¿Que piensas de esto A? – Pregunta el hombre que parece presidir al grupo, a una figura que sale de las sombras, la cual a la luz se puede ver a un chico de no mas de 15 años con cabello negro y largo amarrado a una cola baja, vestido con pantalón y camisa manga larga negra, este a su vez mira al hombre y con una mirada maliciosa contesta.
- Ella dejo ver lo que quería – Responde mientras saca una computadora portátil y muestra una imagen que llena la pantalla, en ella se pueden ver una serie de cálculos meta físicos este señala la imagen donde se suponía tendría que haber impactado el cuerpo de Suu, la imagen muestra un circulo negro, el cual al ser visto por lo hombres de la asamblea solo dice.
- Ella creó un agujero de gusano.
Tuviste suerte en esta ocasión – Dice el guardia a la aprendiz – el maestro debe tenerte en alta estima, pues no te ha dado ningún castigo.
La niña solo le observa detrás de la mascara, mientras él prosigue.
Sabes desde mañana comenzará tu entrenamiento, debes de sentirte muy honrada – le comenta conforme se van acercando al recinto de las amazonas.
Si y por que debería de estarlo – pregunta Ariadna con cierta duda.
Ante esta pregunta tan inesperada el hombre le ve con incredulidad, pues se tiene por bien sabido que el ser elegido para aprendiz de un caballero dorado es un honor que pocos pueden recibir y aun más honor y privilegio debe sentir el elegido al tratarse de un guerrero femenino, el hombre solo atina a responder:
No solo tendrás el privilegio de ser parte de esta orden, sino que desde un inicio serás entrenada por un santo dorado, el cual te dará sus enseñanzas y posterior mente le sucederás y por último serías una de las pocas amazonas sino es que la única la cual portaría la investidura de... – el hombre es interrumpido por el grito de una amazona de cabellos verdes.
No puedes avanzar mas - le advierte la peliverde en tono d advertencia, el hombre se detiene al igual que su acompañante.
El patriarca me ha enviado para escoltar a esta aprendiz ella... el hombre no puede terminar la frase pues la amazona de la cobra le interrumpe.
No se nos notifico sobre la llegada de una nueva aprendiz.
Ella solo se quedará en el recinto por esta noche, mañana será presentada ante su maestro quien se hará cargo de ella- responde el hombre con cierto tono divertido.
- ¿Maestro, todos los guerreros femeninos son entrenados aquí. – La amazona espera alguna otra acotación.
- No ella, ella será instruida por un santo dorado – el hombre da media vuelta y comienza a caminar mientras sigue hablando – por lo que te recomiendo la trates de forma aceptable, pues parece tener mayor rango al que poseemos los dos.
Sheena ve como el hombre a desaparecido, posteriormente dirige su mirada hacia la niña que se encuentra frente a ella, comienza a examinarla, lo primero que nota es su extraño atuendo, pues nunca había visto a ninguna aprendiz vestida de esa forma, después de algunos minutos de intenso análisis rompe el incomodo silencio:
- Pues si que debes ser especial, para vestir de esa forma, dime ¿cual est u nombre?.
- Mi nombre es Ariadna.
