Capítulo 14: De nuevo estamos juntos.
El vaso se llenó hasta los bordes, en esa ocasión solo se trataba de una tónica con limón, Shaina se sonreía con un aire de relajación mientras Mu llegaba con un par de sándwiches de jamón con queso. A su lado Ángelo bebía un buen trago de su cerveza bien fría mientras Marin se abría a si misma otra botella para acompañar a su pareja y a sus amigos.
En la sala de al lado ocurría una campal discusión una en la que estos cuatro no tenían ni el menor interés de participar.
…
-Quiero que ambos quiten esa cara de pendejos y reaccionen con algo de racionalidad! Joder, es vuestra madre!- Ares estaba bastante molesto con sus gemelos, mientras que Hilia permanecía sentada al lado de Mitchelle, quien le abrazaba en señal de apoyo.
-No se trata de ser racional o no, es solo que esto es tan repentino…- Saga no podía ocultar su incomodidad, pero sobre todo sus nervios.
-Yo si estoy contento de que estés aquí mama, es solo que… te ves… tan…- Kanon tragaba saliva sin saber si soltar o no sus comentarios.
Hilia tomo fuerza de dentro para responder.
-Tal vez debería de irme…-
Cinco voces se escucharon a coro, en total unanimidad.
-No!-
Saori tomaba fuerzas para ponerse de pie con semejante vientre que la jalaba por ley de gravedad, en aquel odioso sofá ultra suave que Ares adoraba ofrecerle para que evidentemente la joven quedase atorada entre tanta suavidad. Se agarró del brazo de su esposo y así agarrando impulso logro su cometido. Respiro profundo para reponerse del esfuerzo e ir directo al grano.
-Te queremos aquí, y estamos felices de que estés de regreso, Hilia. Sobre todo estos tres pendejos!-
Saga le objetaría.
-Amor…-
Saori reflexionaba.
-Perdona tienes razón, corrijo. Sobre todo estos dos inmaduros y el pendejo de Ares.-
Ares estaba por encenderse de coraje cuando Mitchelle le mando una indirecta.
-Oye abuelo, recuerda son gemelas.-
Ares bufo reteniéndose.
-Deja que nazcan mis nietas y ya verás…-
Saori continuaría.
-Hilia no es tu culpa, ni la de ellos, pero ahora deben trabajar los tres en conocerse. Seamos honestos tus hijos no tienen ningún recuerdo nítido de ti, pero creo que si la Fuente nos ha dado esta oportunidad no deberían de desaprovecharla, en realidad es una gran bendición.-
Ares continuaría.
-Sabes nos vendría bien aceptar la invitación del pendejete del Franck.-
Kanon y Saga le bufarían al expresivo de su padre.
-Papa!-
-Qué?! Me cae mal el puto! Además se tira a vuestra Tía!-
Saga trataba de hacerle entrar en razón. -Aun así quieres aceptar su invitación?-
-Veámoslo fríamente es Dionisio, y si alguien tiene buenos gustos, entre los Olimpos, y sabe divertirse ese es él. Así que nos vamos todos una semana con todo y niño.-
Mitchelle trataba de buscar otra salida, al menos para ella.
-Pero Gael es pequeño y no podrá ni acercarse a los casinos, escucha creo que mejor yo me llevare al chico a otro destino mientras ustedes cinco…-
A Kanon le quiso dar un ataque.
-Vamos todos, y todos somos todos! Necesito a mi esposa y a mi hijo conmigo y más ahora!-
Saori le hablaría por cosmos.
-Ha no! Ni de loca me tiro yo sola a Ares por siete días! Te vienes en mi auxilio, además como están las cosas Saga va estar insoportable y tú esposo igual. Enio y Franck…. No, no, no Mitchelle tu vienes!-
Ante la mirada fulminante de los cuatro y los ojos nerviosos de Hilia, la pobre Mitchelle estallo desesperada y sincera.
-No! Las Vegas siempre terminan por convertirse en un puto lio! Siempre salimos, drogados, borrachos, golpeados, robados, perdidos, embarazados y accidentados!-
Hilia estaba desconcertada.
-Embarazados?-
A Ares le brillaron los ojos con ilusión.
-Perfecto! Si te aburres dejas a Gael con la pelos Violeta y te pones a hacerle un hermanito! Sirve y le bajas el estrés a este pendejo!-
Kanon se puso rojo de vergüenza, mientras su esposa, tomaba aire resignada.
-Qué esperabas, es tu padre.-
…
Julián estaba tan extasiado con tanto beso de su Arcángel que ni se percató de ese par de chiquillos que le observaban, el pequeño tritón miraba a Gael con semblante interrogante.
-Mi padrino es lo máximo, ven y te lo voy a presentar.-
Las manos del señor de los océanos estaban por navegar por rutas intimas, justo cuando Gabrielle le detuvo sonriente y coqueta.
-Espera, tengo que presentarte a alguien.-
-Qué?-
De inmediato Gael le salto a los brazos al emperador, quien lo recibió bastante contento.
-Pero si mi ahijado, no es un desconocido cielo. Es cierto que durante este tiempo y con el estrés… creo que hasta lo encuentro más grandote.-
-Padrino, pero si la tía Gaby no está hablando de mi.-
En un instante Poseidón sintió que estaba teniendo una alucinación, ahí estaba su Gaby con ese hermoso pequeñín en sus brazos. La rubia estaba ilusionada y el Dios no podía dejar de notarlo en su tono de voz tan emotivo.
-Mira mi amor, es el pequeño tritón del que nos habló Mitchelle, por lo que Gael nos comento ha perdido a sus padres y...-
Los ojos del señor de los mares de abrieron con fascinación.
-Por todas las dimensiones, realmente es de una especie extinta.-
Aunque a Gabrielle aquel comentario no le sabia adecuado.
-Es un bebe, no un dinosaurio!-
-Esta especie Gaby, se extinguió hace miles de años, de hecho es una de las especies más parecida al ser humano. Eran mamíferos, con una línea cetácea.-
-Julián!-
-Lo siento nena, no me mal intérpretes, es la emoción de ver algo tan perfecto de regreso en nuestro mundo.-
Aquella frase le pareció más adecuada a la chica. Así mientras Julián ponía suavemente a su ahijado en suelo y este tomaría rumbo en busca de sus padres, Gabrielle acercaba a los brazos de Poseidón a aquel tímido chiquitín, quien escondía su rostro en un fuerte abrazo contra el pecho de la Arcángel. Julian acerco su mano, tocando suavemente la cabeza del pequeño para después inspeccionarlo en su cuerpo eterico.
-A ver déjame ver dentro de ese pequeño cosmos.-
En cuestión de segundos la luz del cosmos de Poseidón cubrió a los tres y la historia del pequeñito apareció a la vista de los adultos. Como ésta criaturita provenía de otro tiempo y a causa de un derrumbe acuático los padres del chiquitín habían perdido la vida. El pequeño había conseguido sobrevivir y vago solo, en las profundidades, escondiéndose de bestias prehistóricas que surcaban los océanos, hasta que la grieta creada por Alecto les había transportado a él y otras creaturas marinas hasta nuestros tiempos.
Julián no podía ocultar su asombro por aquel pequeño sobreviviente y así movió delicadamente su mano para acariciarle la cabellera.
-Sin duda eres todo un guerrero.-
Gabrielle como todo buen ángel y además femenino tenía su propia opinión al respecto.
-Es un bebe y no tiene familia, así que se queda aquí con nosotros, verdad?-
Julián suspiro profundo, menudo lio y aun les quedaba solucionar el problema prehistórico que seguía bajo el mar.
-Gaby, aún tenemos que…-
-Vamos Julián! De todas formas él no tiene a nadie! Mandarlo de regreso a aquel sitio seria cruel e impensable.-
-Veo que tú ya tienes todo bien decidido.-
-Tiene aletas, como nosotros y puede pasar por un ser humano también. Podríamos decir que lo adoptamos o que es nuestro. Hemos pasado tanto tiempo arreglando Atlantis que nadie dudaría que en ese tiempo que no nos han visto… tu sabes.-
Julián ya solo se rascaba la cabeza, estaba resignado.-
-Y además es albino…si hasta parece que es tuyo.-
El pequeñín ahora volteaba a verle todo tímido, sus ojos celestes y ese semblante tan dulce le hacían adorable. Ni el señor de los océanos podía resistirse ante esa energía.
-Está bien. Diremos que sacaste mis ojos.-
Gabrielle estaba tan contenta que se llevó al chiquillo en brazos llenándolo de besos, ahora tenía una sola prioridad en mente.
-Tenemos que comprarte ropa, esta te queda muy grande. Te prepararemos una habitación en la mansión de Grecia y otra en Atlantis.-
…
Sorrento aún no estaba convencido de que aquella invitación fuese una buena idea.
-Constita aún tenemos que ver por esos monstruos marinos, no podemos dejarles ahí sueltos, alterarían más ecosistema marino.-
Su esposa tenía un semblante de desilusión.
-Pero yo quería ir unos días de fiesta, quizás en cuanto arreglemos lo de los monstruos podríamos… vamos Las Vegas no fue tan malo. Ahí fue donde iniciamos oficialmente lo nuestro.-
-Creo que lo nuestro inicio desde que nos conocimos, si lo tuyo siempre fue dejarme molido y maltratarme.-
Los ojos marrones de Constanza se llenaron de lágrimas, aquello hizo sudar a su resignado esposo.
-No linda, por favor, no llores. Lo decía de broma, si sabes que me encantan tus azotes.-
Aquello no dio mejor resultado.
-Soy el Arcángel de la belleza y me haces sentir como una loca, sádica…-
La sonrisa burlona de Sorrento y su propuesta calmaron las lágrimas de su mujer.
-Está bien una semana en Tierras de Franck, si a cambio quitas ese puchero y hacemos el amor todos los días a partir de ahora.-
La chica levanto una ceja pensativa, mientras se limpiaba con una mano sus lágrimas.
-No suena mal, pero con el lio que se traen por aquí…-
-Los gemelos, Mitchelle, Athena y Ares podrán resolver sus líos ellos mismos. Ese asunto de madres revividas es algo muy íntimo y creo que fuera de apoyarles no debemos intervenir más. El pequeño tritón… sospecho que Gabrielle ya habrá convencido al emperador para adoptarle.-
Constanza sintió que le volverían a salir las lágrimas.
-Yo podía cuidar del chico.-
Tú y yo nos vamos a ir a mí Pilar en el Atlántico Sur y haremos nuestros propios serenitos. En lo que Julián se organiza, nos da tiempo suficiente para jugar por los rincones. Después de arreglar el lio prehistórico nos vamos al desierto y que La Fuente nos libre de los cocteles del señor de los vicios… -
Constanza le miro con el ceño fruncido, pese a todas las experiencias locas, Dionisio tenía el cariño de los siete rayos, al pobre sirena solo le quedo corregir, antes de que su arcangelito musical le explotase las células..
-Está bien… el señor de los vinos.-
Ni modo contra las mujeres no se puede, jamás.
…
-No Eli, yo no quiero ir! Siempre es lo mismo drogas, pendejadas y vergüenzas!-
-Afrodita por favor…-
Esos ojos violetas de la albina despedían siempre un brillo que el caballero considerada irresistible.
-No me mires así… Eli, por favor, ten piedad de mí!-
La chica levanto su mano derecha en señal de compromiso.
-Te prometo que nos alejaremos de todo sitio sospechoso.-
Aunque la mueca de Afrodita hablaba casi por sí misma.
-Tampoco se trata de quedarnos encerrados!-
La chica trataba de convencerlo.
-Sabes hay espectáculos nocturnos y parques de diversiones, podríamos ver más allá de los típicos casinos. Hasta podríamos llevarnos a Gael y al otro chiquitín.-
-Las montañas rusas me revuelven el estómago!-
-Te subes en el carrusel.-
-No sé… bueno así no suena tan…-
Esa sonrisa tan angelical y el caballero de Piscis cayó resignado.
-Ya ni modo. Sabes podríamos invitar a Milo y a June.-
-Es genial! Lo ves ya te estas animando!-
-No, pero me encantaría ver la cara de jodido que tendrá el bicho después de una semana en el suplicio.-
La chica solo negó divertida y tomo a su esposo orbitándole de regreso a su sede en Inglaterra y así poder ir preparando las maletas para el viaje.
…
Mientras tanto en las puertas del inframundo Shion esperaba paciente a que terminase la misteriosa discusión que Alecto sostenía con sus padres.
-Estoy totalmente de acuerdo contigo papa, me hará muy bien esta experiencia con los humanos.-
Hades estaba casi melancólico, comenzaba a arrepentirse de dejar a su hija en el mundo mortal, por su lado Perséfone la miraba desconfiada, mientras que su hija intentaba convencerles de algo.
-El inframundo esta abarrotado de tantas almas y trabajo y eso… es comprensible que no puedan venir con nosotros a…-
Aunque Perséfone sería más rápida y perspicaz.
-Nos iremos todos a la ciudad de los vicios con tu tío Franck y no te emociones tanto que además traeremos a los chicos.-
-A los jueces!-
-Y a tus hermanas, las pobres te echan de menos.-
-Está bien, ustedes tienen años queriendo venir juntos, pero es necesario traer a mis hermanas y a los jueces?
-Por supuesto hija de mi vida, los chicos necesitan un reposo, además con las distintas reglas del tiempo entre las dimensiones no habrá problema alguno. Lo que los humanos percibirán como una semana en el inframundo solo se percibirá como un par de horas. Que ventaja que hayas desvelado el secreto de Cronos. Además no te hagas la inocente, si se de antemano la buena relación que llevas con ellos, así que será como un viaje familiar. Tus padres, hermanas y los jueces que son como tus hermanos mayores veras como estarán felices de protegerte y asegurarse que no hagas más pendejadas a Shion ni al resto del equipo.-
La sonrisa tenebrosa de su madre le dejaron muy claras las cosas a la joven diosa, ahora solo le quedaba regresar con Shion y prepararse para pasar una semana huyendo de sus padres, jueces y hermanas , un ambiente muy lejano al romanticismo que ella tenía en su mente.
…
Unas horas después Kanon y Mitchelle salían de regreso a los fondos marinos, acompañando a Julián y Gabrielle, mientras que Sorrento y Constanza les esperaban en la sala del trono en Atlantis. No tardarían en ser alcanzados por Camus y Aurora quienes se pondrían como voluntarios para ayudarles a solucionar aquel desequilibrio de tiempos.
Los océanos tienen zonas portales mismas que escapan a la vista de los mortales, el triángulo de las Bermudas y el mar del Diablo son un ejemplo de ello. Dos puertas dimensionales gigantescas que conociendo las buenas coordenadas podrían servir de pasadizo entre un tiempo y el final de los tiempos.
Les tomo un día entero el rastrear bajo las profundas aguas, con los equipos de buceo y escamas pertinentes, a las creaturas y atraerlas hasta los sitios previstos.
Así con la sabiduría del Dios de los océanos y uno que otro cosmos divino se pudo crear suficiente energía que transportase a estas bestias de regreso a su tiempo, a su hogar.
…
Saga estaba frio demasiado nervioso, jamás imagino vivir para ver aquella escena. Ares e Hilia besándose en el balcón, estaba seguro de que entre todas las aventuras que le conocía a su padre, jamás lo había visto besarlas de esa manera tan entregada, tan profunda. Sintió que la saliva se le atoraba en su garganta, mientras que a sus espaldas Saori le ofrecía una tasa de tila, para calmarle los nervios.
-Saga por favor me ayudas a prepararle la maleta a Gael? Estoy segura que Mitchelle volverá cansada y tu hermano igual.-
Aunque Saga parecía estar en otro mundo.
-No me molesta que estén juntos, es solo que…-
-Que…-
-Ella es tan joven, parece mi hermana menor. Además se ve tan inocente, tan noble.-
-Es una amazona poderosa Saga, pero eso no quita el hecho de que sea bella. Es verdad es joven, pero recuerda que él es un Dios por lo tanto no envejece.-
-Llegara el día en que seamos unos ancianos en comparación a mis padres.-
-Bueno Ares puede modificar su apariencia a su antojo, puede verse mayor ante los ojos humanos.-
-Pero ella seguirá siendo una niña en comparación a…-
-Saga…-
Saori puso la mano de su esposo en su vientre haciéndole percibir los movimientos de sus pequeñas. Aquella sensación saco una hermosa sonrisa en el gemelo mayor. Se dio la vuelta en dirección a su mujer y se inclinó para besar el vientre que llevaba a sus pequeñas.
-Vamos a hacerle esa maleta al chiquito, y ya que andamos hacemos la de mi hermano y la Mitchy, ese par son tan desastrosos que se terminarían olvidando hasta de sus propios calzones.-
…
Mientras tanto en el inframundo Radamanthys tenía unas ganas terribles de tirarse por la torre más alta de su castillo, como toda buena amiga Tisifone intentaba en balde reconfortarle.
-Vamos no exageres, hasta podríamos irnos de copas por ahí.-
En la puerta de la habitación del Wyvern, Lune de Barlog les observaba con un gesto de molestia, no a causa de ellos sino de su muy mala suerte. El juez rubio no era tonto para no darse cuenta del asunto.
-Yo te cambio el sitio gustoso, Lune. No lo digo por ti Tessa ni por Meg, pero siete días en aquel bullicio y persiguiendo a Alecto.-
-Vamos será como en los buenos tiempos, solo que sin mi chiquis.-
Lune solo se encogía de hombros, mientras la diosa le discutía con insistencia.
-Ya te lo prometí y lo voy a cumplir, pronto le diré lo nuestro a mis padres.-
Lune se mostraba incrédulo.
-Si claro el día en que Pandora regrese a nuestras filas.-
Radamanthys le miraría con fastidio.
-Oye! –
-Lo siento, pero odio esconderme, más cuando lo que siento no tiene razón alguna de ocultarse.-
Radamanthys solo tenía una cosa en mente.
-Necesito un puto trago.-
….
Shion estaba un tanto nervioso, es que sería correcto dejar una semana el campamento en manos de Dokho y Susana mientras que él se iba a pasear a la ciudad de los vicios. Susana estaba convencida, ella no quería ir de nuevo a aquellas tierras.
-Vamos Shion, Dokho y yo estuvimos ahí hace un año, lo pasamos bien y todo. Tú no has tenia vacaciones desde la guerra contra la Sombra. Te hace falta.-
El antiguo Patriarca decidió meditarlo en la soledad y tranquilidad de su tienda, aunque no siempre se tiene todo lo que se espera.
-Alecto.-
La chica esperaba sentada en el suelo su semblante era un poco sonrosado.
-Te debo una disculpa por lo mal que me comporto. Actué a tus espaldas y puse en peligro a todos.-
-Es bueno saber que como mínimo aceptas tus fallas, pequeña.-
-Debes de estar muy molesto conmigo.-
-No, en realidad te comprendo, creo que yo en tu sitio hubiese actuado de la misma manera.-
La chica desvió su mirada rumbo al suelo, ahí habría un panorama menos intimidante.
-Podrías darme otra oportunidad, una para demostrarte que puedo ser un ser digno de convertirse en tu aprendiz. Alguien digno de tu compañía.-
Aquello sonaba demasiado extraño, hasta para un alma vieja como la de Shion. Aquella chiquilla tan parecida a Perséfone, pero a su vez tan distinta a su madre. Mucho más inocente, con esa mirada tan clara, tan tierna y a su vez tan inquieta. Que mal podría haber en pasar unos días con toda la Compañía más la de su nueva discípula, la divina Alecto.
-Escucha hija una semana en aquel sitio loco nos va a sentar bien a todos, podremos conocernos más allá de las formalidades de una misión humanitaria. No lo crees?-
Shion no fue consciente de la fuerza de aquella frase, y menos del impacto que tendría en los oídos de la joven Diosa.
-Una semana… conocernos… voy a hacer mi maleta ahora mismo!-
Así la chica se lanzó a darle un fuerte beso en la mejilla a un sorprendido Lemuriano, e inmediatamente después irse a preparar su equipaje.
…
En Grecia la pasión estaba encendida hasta el punto de cegar el cosmos de cualquiera.
El cosmos de Ares ardía sin que este pudiese ni quisiese controlarlo, este se fusionaba a otro cosmos uno más pequeño, pero no por ello menos ardiente.
Sus cuerpos desnudos parecían no llevar prisa en terminar aquel baile de movimientos de caderas y de caricias. Los besos de Ares eran hambrientos y hasta cierto punto desesperados, ansiosos de llenarse con aquella creatura antes de que el encanto pasase y como en un cuento de hadas ella pudiese desaparecer y desvanecerse.
Ella podía intuirlo con solo mirar la flama de esos ojos negros.
-No voy a irme, no esta vez.-
Una vuelta brusca y hasta cierto punto juguetona la dejo a ella sobre su Dios, tomando el dominio de aquel baile. Apoderándose con firmeza de las muñecas para inmovilizarle con la ayuda de una suave corbata de seda y así tener a ese ser a su merced.
-Siempre he sido tuya, déjame por esta vez sentirte mío.-
-No tienes idea de que tanto te pertenezco mujer.-
Así los besos callaron la menor queja que pudiese el Dios proferirle. Ella bajo besando devotamente cada rincón de aquel hermoso y divino cuerpo, su cuello, su pecho su ombligo. Ares se sofocaba de desesperación, quería tocarla, sentirla.
-Hilia, no podré soportarlo.-
-Si lo harás.-
Ella se penetro de una sola estocada y se enredó entre sus piernas pegando sus pechos para disfrutar de sus latinos que sonaban en conjunto como una melodía sagrada. Boca con boca, sus lenguas se enredaban traviesas, sus caderas emitían movimientos profundos, y sus brazos acariciaban el rostro y la cabellera de su amante, de su Dios, de su locura. Un segundo para respirar y en medio de aquella danza así dejar que su alma se descubriese desnuda y sincera.
-Te amo Ares. Volvería a morir por ti-
-Te amo Hilia, atravesaría cielo e infiernos para estar contigo.
En una habitación de la misma residencia Kanon tapaba a Gael, este compartía su camita con su pequeño amiguito albino, detrás de él Julián Solo observaba un tanto nervioso el ambiente, para el Dragón del mar aquello era lógico. Ambos hombres salieron de la habitación dejando a los chiquillos reposarse, mientras que Poseidón intento ser lo más sutil posible.
-Es lógico, viene de rencontrarla, yo en su sitio haría lo mismo.-
-Son mis padres lo olvidas?-
-Lo sé, pero están enamorados, solo ponte en sus lugares. Imagina que la muerte te arrebatase a Mitchelle y que un día tuvieses la oportunidad de recuperarla.-
Kanon dio un fuerte suspiro.
-Sabes todos me mal interpretan no es que no esté feliz de tenerla de regreso, eso solo que es extraño. En realidad no la conozco y por si fuese poco se ve tan inocente y mi padre con sus historias. Quien me dice que no terminara por engañarla con alguna piruja de sus muchas.-
-Quizás no soy el mejor para hablar al respecto, pero no tengo la impresión que Ares quiera ir por esos caminos. Es más podría asegurarte que es la primera vez en milenios que le siento feliz. El amor tiene el poder de transformarnos Kanon y eso tanto tu como yo lo sabemos por experiencia. Quien diría que no somos ni la sombra de lo que éramos hace unos años y eso es en parte gracias al amor que sentimos por ellas y a lo que hemos aprendido todos juntos.-
-Oye cambiando de tema, pero no por ello no es importante. Que nombre le darás al chico? No podemos pasar todos los días llamándole Tritón o chiquillo.-
-No tengo ni idea, pero tienes razón, dejare a las chicas esa labor. No quiero perder la cabeza dando algún nombre poco grato.-
-Vienes a Las Vegas? Sabes podríamos llevar a los chicos a algún parque de diversiones, no estamos forzados a perder los calzones en los casinos.-
-Sabes eso no suena tan mal. Yo también ya estoy harto de tanto desmadre, hagamos que Dionisio nos muestre el lado sano de Las Vegas.
Ambos tomaron rumbo a sus respectivas habitaciones, mientras que Saga salía de la cocina con una taza de tila humeante para Saori. En su camino se cruzó con su gemelo y ambos se sonrieron con suavidad, aunque no lo dijeran estaban de acuerdo en una cosa. Por fin estaban juntos como una verdadera familia.
