Lo siento por no ir directo al tema de Las Vegas, pero verán no estoy muy para escribir comedia, vengo de pasar por un fuerte problema de salud, mi embarazo no se logró y pues esto me tiene algo baja de energías.

Escribo un poco porque a veces no tenemos otra mejor manera de gritar y desahogar nuestras tristezas.

Este capítulo se me vino al espíritu sin explicación previa y sentí necesidad de escribirlo y colocarlo precisamente aquí. En realidad serán dos capítulos los que conformen esta mini historia (el sueño de Kanon) que integro dentro del fic.

Ustedes creen que todos tenemos un ángel que nos protege y nos guía?

Y si es así , qué tanto amor puede tener este ángel por nosotros y hasta donde es capaz éste de ir con tal de rescatarnos de nuestros propios demonios?

Archangel of Fire 777

Días después…

Regresar a aquellas creaturas prehistóricas a sus tiempos fue toda una odisea, la misión requirió ayuda de los altos planos de luz para poder abrir un portal que no desequilibrara el presente del planeta Tierra. Eso sin contar la audacia de la que se tuvieron que valer Poseidón y sus Generales para poder conducir aquella trifulca de monstruos molestos sin que la población del planeta se enterase de aquel evento. Se requirió la ayuda de los doce caballeros dorados, junto a las amazonas, los Arcángeles y por si fuese poco Ares, Hermes, Afrodita, Deméter, Perséfone y Hades tuvieron que enviar la fuerza de sus cosmos para apoyar en esta misión. Mientras que aquella aventura se desataba, Athena tuvo que conformarse con sentarse incómodamente en uno de los sofás del palacio de Atlantis junto a Gael y el pequeño albinito que corrían como locos por toda la pieza. No es que el sofá estuviese duro, pero con aquel vientre le era imposible sentirse cómoda después de 5 minutos en la misma posición. Tres días de trabajo ininterrumpidos y aquellos seres prehistóricos encontrarían de nuevo la paz en sus respectivos tiempos.

En casa de Ares la fatiga se respiraba como la suave brisa de la playa que se colaba por las ventanas del inmueble. Tres días enteros de trabajo con apenas diez minutos para poder comer les había dejado literalmente molidos.

Kanon estiro perezoso su brazo en busca del calor de su esposa, Mitchelle permanecía sentada, al borde de la cama, dejando que su vista se perdiese en la visión de aquel océano que se apreciaba a través de su balcón. El gemelo levanto su rostro, antes enterrado en su almohada, para apreciar el de la pelirroja cuyos ojos parecían brillar con un destello de melancolía.

-Que pasa preciosa, estas ida?-

-El tiempo… quien diría es tan ilusorio como nuestras propias encarnaciones. Basta mover una hoja y todo un universo se revoluciona. Te das cuenta?-

-Creo que el viejo Cronos no tenía ni árboles en aquel sitio, así que tranquila nada tiene que alterarse, o si?-

-No supongo que no. Sabes Kanon a veces ni recuerdo lo que era ser un ser de luz libre de emociones. Es como si que desde que nací en este cuerpo no pudiese concebir otras formas de vida, diferentes. Solo cuando Michael toma el control es cuando puedo volver a sentir esa libertad, ese ligereza con la que antes nos movíamos.-

-Hey, no me digas que quieres dejarme para volver a la Fuente!-

-No seas tonto, te quiero tanto que te seguiría hasta que juntos pudiésemos ascender.-

Kanon se arrastró junto a ella, con una reconfortante sonrisa.

-De verdad te quedarías en este plano de baja energía solo por estar junto a mí?-

-No existe el paraíso sin el amor, Kanon.-

El géminis acomodo su cabeza en el regazo de su meditativa chica, mientras que se tallaba los ojos a causa de su fatiga.

-Y si en mi próxima rencarnación yo volviese a ser malvado? Aun así me amarías?-

-Te traería de regreso Kanon, te sacaría de aquel infierno una y mil veces mientras tú me lo permitieras.-

-Cielos Mitchy y si mi ambición llegase a convertirnos en enemigos?-

La mano de Mitchelle se enredó en la larga melena de Kanon su caricia fue relajante, mientras sus ojos seguían perdidos en la inmensidad de aquel grande océano.

-Cuando las almas se aman de verdad no existe ninguna ambición o maldad capaz de separarlas, hay fuerzas más poderosas que las del mal Kanon. Recuerda el mal es solo una ilusión de los dormidos.-

Los ojos de Kanon se cerraron en una total paz y así cayo profundamente dormido.

Capítulo 15: Y si nosotros… (I parte)

Las olas del mar chocaban con fuerza en los arrecifes de aquel acantilado, desde lo alto una figura semi divina encendía su poderoso cosmos , la luz dorada que emitía era casi cegadora. En su mano derecha una luz amarilla de gran fuerza vibraba bramante y en su mano izquierda una luz blanca azulina de igual poder. Su grito era de victoria.

-La Tierra es mía! Lo ves Saga te lo dije, te dije que llegaría a conquistar el mundo, lástima que tu estupidez no te haya permitido apreciar mi triunfo!-

La figura de Kanon armado con la Nike en su mano derecha y el tridente de Poseidón en su mano izquierda dejaban en claro el poderío que estaba en las manos del joven griego.

-Poseidón y Athena ambos dioses han muerto y sus almas han sido selladas en vasijas divinas, ya nadie puede negar que el mundo me pertenece!-

La risa maléfica de Kanon podía escucharse a kilómetros, así sin más el General del Atlántico del Norte se dirigió al sitio en donde deseaba colocar su trono. El lugar no era otro que el Santuario de la Diosa a quien acababa de destruir, de esa manera cumpliría su tan anhelada venganza, apoderándose de aquel sitio que una vez le había negado su derecho a ser algo más que una mera sombra.

No fue difícil deshacerse de los dorados que quedaban con el tridente y la Nike en su poder sus adversarios caían como moscas ante sus pies y así pudo cumplir su anhelada ambición. Aquel día fatídico dio inicio el imperio de la represión y terror. Quienes se sometían a sus órdenes tenían un mínimo de esperanza, quienes se negaban encontraban sus destinos en una muerte rápida y segura. Ese era su lado benevolente.

-A diferencia de Saga yo no condeno a mis enemigos al sufrimiento, yo les doy una rápida partida!-

Así pasaron los años y el mundo se volvió esclavo de un régimen cruel y autoritario.

Un día Kanon decidió tomar un poco de aire y visitar uno de los pueblos cercanos a su Santuario. A su paso las personas, quienes veían pasar su lujoso deportivo escoltado por una buena cantidad de guardianes, le hacían reverencia por miedo a las represarías. Llegando al fondo del malecón el joven se dispuso a tomar sitio junto a su escolta rumbo a una cafería de lujo de la zona. Su camino fue interrumpido por una piedra que sin explicación alguna paso desapercibida por sus guardianes y se estrelló directo en su cabeza. El géminis se dio la vuelta, furioso, en busca de su agresor.

-Quien demonios se atreve a…!-

Se quedó mudo al ver a aquel pequeño niño, no debía tener más de seis años. Su rostro sucio con aquellos ojos marrones e irritados de tanto llorar, le mostraban un odio puro. Uno de los guardianas atrapo violentamente al chico del brazo, jalándolo con fuerza y golpeando su mejilla. El pequeño comenzó a gritar desquiciado.

-Asesino, tu mataste a mis papas!-

El guardia estaba por darle otra bofetada, justo cuando una chica se coló con sigiles arrebatándole al niño y llevándole a sus brazos. De inmediato la joven estaba rodeada de armas de fuego que le apuntaron, Kanon se sorprendió de la valentía aquella chica mal vestida, sus cabellos rojos y sus hermosos ojos verde-azulados hicieron que la respiración del dictador se acelerara.

-Bajen sus armas!-

Uno de los guardias gritaba furioso.

-Pero mi señor…-

-Silencio!-

Kanon se abrió paso entre sus hombres, mientras la chica sujetaba contra su pecho a ese pequeño, se veía que no pensaba dejarlo.

-Eres familiar de él?-

-Es solo un niño, por favor no lo lastime.-

-Y tú tienes niños, pareja, familia o a alguien?-

-Yo no tengo a nadie, por favor perdónele la vida, se lo suplico.-

-Si lo hago… qué ejemplo estaría dando a mi pueblo?-

-El de benevolencia mi señor… por favor… se lo suplico…-

La chica cogía con fuerza aquel pequeñito, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, por su parte Kanon observaba aquellos ojos con una extraña fascinación.

-Todo por un mocoso huérfano?-

-Por favor no le haga daño es solo un niño…-

Kanon rompió la distancia acercando su mano al rostro de aquella joven mujer, paso su dedo sobre sus labios y por sus pómulos delineándolos.

-Lo dejare vivir si a cambio vienes conmigo a mi palacio.-

-Júreme que no le lastimaran más.-

-Júrame que serás una chica buena y complaciente. A cambio te prometo que pasare una ley que proteja a todos los mocosos del planeta. Chicos y chicas.-

-Hágalo y cúmplalo.-

-Y tu vendrás conmigo?-

-Sí.-

La voz de Kanon se alzó delante de la multitud que les observaba curiosos de ver lo que haría con ambos.

-Este chico puede volver con los suyos, no tomare represarías contra nadie por sus actos y a partir de hoy pongo como ley que ningún menor será maltratado en mi régimen.-

Las personas estaban emocionadas y todas aplaudieron sinceramente aquella decisión, aunque ignoraban el precio que había costado aquel acuerdo. La chica le dejo en el suelo entregándole un pañuelo para limpiar su nariz que sangraba y el pequeño fue recogido por una mujer que miro a la joven con ojos de infinito agradecimiento.

El géminis tomo del brazo a la pelirroja y le hablo al oído.

-Lo ves preciosa pórtate bien conmigo y tendrás todo lo que desees.-

-Hasta que se aburra de mí, supongo.-

-De ti depende que no sea pronto.-

Así Kanon cambio sus planes llevando a la joven junto a él al templo principal en el antiguo Santuario de Athena. Tenía que aceptar que aquella mujer era un tanto extraña, de todas las que había traído a su harem, ella era la única en no mostrar fascinación por los lujos de aquel recinto. La condujo a una de las alcobas más lujosas del templo y le hizo una seña de que entrase.

-Cómo te llamas bonita?-

-No lo sé señor.-

-Y eso?-

-No sé nada de mí, tengo solo un mes de tener conciencia.-

-Que eres amnésica?-

-La chica solo negó suavemente con tristeza.

-Cuéntame lo que sepas, mi hermosa muñeca.-

-Desperté hace un mes en la costa al lado de Sunion, no sé quién soy, ni… no sé nada.-

-Que has hecho para sobrevivir? Hombres?-

Ella le miro un tanto desconcertada como si no comprendiese su insinuación y le contesto con sinceridad.

-Fruta…-

-Cómo?-

Del otro lado del puerto hay un bosque y hay árboles con fruta, comí manzanas, peras, melones y nueces. Además algunas hierbas son comestibles y muy sabrosas.-

Kanon la miro curioso.

-Sabes de plantas entonces?-

-Yo creo que si, en fin la fruta huele dulce y pues…-

-Comprendo y tu ropa?-

-Es la misma desde que desperté.-

Kanon se acercó para olerla y ella se sintió nerviosa, más al sentir la reacción del hombre.

-Cómo es posible que tu cuerpo y tus ropas estén sucios y tu huelas a flores?-

La chica solo se encogió de hombros, mientras Kanon sonreía con un aire de lujuria.

-Una ninfa…-

Ella le miro con cara de interrogación, mientras que él llamo en voz alta a sus domésticas.

-Pronto ayúdenla a bañarse y denle ropas limpias. Quiero que la vistan de seda, desde ahora es mi muñeca preferida y quiero que sea tratada como tal.-

La chica siguió a las mujeres del servicio, mientras que Kanon se dirigió a su despacho a terminar de firmar papeles y contar felizmente las riquezas recaudadas ese día.

A la hora de la cena pidió que la chica cenase con él y así quedó impresionado de lo hermosa que se veía con aquel vestido de seda cielo. Le hizo un ademan para que se sentase junto a él en la enorme mesa.

-Quizás eres una ninfa, en cualquier caso eres hermosa y eres mía. –

El hombre saco de su bolsa de chaqueta un collar de zafiros y se disponía a ponérselo a la chica, cuando ella le detuvo la mano con suavidad.

-No es necesario, en realidad no me gustan.-

-Que dices? Las mujeres aman estas cosas, dime si prefieres diamantes…-

-Me gusta la música, podría poner música y eso me agradaría mucho.-

Tenía toda la intención de refutar cuando se percató de que ella sonreía y que sus ojos brillaban haciéndola más hermosa. Dio un fuerte suspiro y se resignó guardando la joya en su estuche.

-Que quieres comer?-

Ella se encogió de hombros.

-Solo conozco las frutas y las hierbas.-

-Estoy seguro que vas a adorar la comida.-

Así pasaron los platos más sofisticados frente a los ojos de la chica pero ella parecía solo interesarse en las ensaladas que Kanon dejaba en sus platos.

-Por todos los cielos mujer, no tienes que comer mis sobras para colmo esas cosas son más adornos que otra cosa, odio las ensaladas!-

-Usted dijo que podía comer lo que me apeteciera, le molesta que yo...-

-No, de hecho hasta parece como si compartieses mi plato. Sabes hay quienes ^piensan que cuando dos comen del mismo plato es como si compartiesen su vida, su energía o su…-

-Su qué?-

-Su Karma.-

La chica le miro mientras seguía masticando aquellos trozos de apio, y él le ofreció un trago de su copa de vino. Ella negó con su cabeza.

-Te comes mi ensalada, pero no quieres beber mi vino?-

-Prefiero agua, pero gracias.-

La cena paso tranquila por alguna razón el gemelo se sentía muy bien en la compañía de esa celestial pelirroja. Al terminar la velada Kanon tomo a la chica de la mano para conducirla en la habitación justo cuando en un segundo se vio jalado por la fuerza de gravedad y ahora tenía a la chica colgada de su cuello. A unos metros salió volando aquel tacón fino de su carísima zapatilla y de los hermosos ojos angelicales un par de lágrimas de dolor.

-Me duele!-

Kanon la atrapo entre sus brazos y la llevo cargando.

-Bueno creo que los tacones no son lo tuyo, te mandare hacer unas lindas sandalias.-

La chica le miro a los ojos con ternura.

-Podrías cargarme siempre, sabes tus brazos son suaves y tus ojos cuando estas contento son del verde más lindo que debe existir.-

Él se quedó unos segundos mirándola, no encontraba ni un rasgo de picardía en sus palabras, ni un dejo de coquetería sin embargo cada una estaba cargada de una ternura casi infantil. Su mirada se sentía tan transparente como el agua de un manantial puro.

La llevo a su propia habitación y la deposito en su cama para de inmediato revisar que sus pies no se hubiesen hecho daño con el incidente. Cuando recupero la razón se dio cuenta que estaba sobándole los pies a esa chica y lo peor era que no se sentía tonto por hacerlo. Decidió sentarse junto a ella en su cama y acariciarle el rostro, mientras besaba con suavidad su cuello.

-Eres perfecta.-

Se sorprendió cuando ella corto su ritual para pegar su frente con la de él, así pudo aspirar el aroma de su respiración y las manos de la chica se fueron hacia un abrazo que le hizo vibrar no sabía si eran sus nervios o simplemente había una suave energía que lo estaba haciendo entrar en un estado de paz que jamás en su vida había experimentado. Ambos se recostaron y por primera vez en su vida Kanon compartió su cama con una mujer sin tomar nada más allá de esa suave y agradable compañía.

Al despertar por la mañana se percató que estaba solo en su cama, el objeto de su deseo estaba sentado al borde del balcón observando el movimiento de las olas del mar. La observo y sintió celos de no ser él el foco de su entera atención.

-No me gusta despertar solo!-

-Nunca estas solo. Siempre hay fuerzas visibles o invisibles que nos acompañan.-

-De eso no estoy tan convencido, muñeca mía.-

-Yo estoy contigo y no me iré jamás.-

-Ha… si? Y Porque?-

-Porque así lo he decidido.-

Kanon quito su semblante de niño encaprichado y se puso de pie para ir junto a ella.

-Acompáñame por mi paseo, conozco sitios hermosos, te encantaran.-

-Podemos ir a ver a los niños? A esos que me prometiste proteger?-

-Pero…-

Los ojos de ella lo miraban con emoción y no supo porque, pero simplemente no podía negarse.

-Está bien, veras que sé cumplir mi palabra.-

Ella lo abrazo emocionada y le beso con emoción en su mejilla.

-Gracias.-

Kanon sintió que la piel se le estremeció y se puso nervioso al imaginar que esa mujer estaba teniendo poder sobre él. Aunque cuando ella pego su rostro al suyo para frotar delicadamente su nariz contra la suya, los pensamientos del ex Dragón del Mar se ahogaron hundidos bajo las aguas de aquella sublime sensación de calidez.