Capítulo 16: Y si nosotros… (II parte)

Aquel lugar comenzaba a darle nauseas, todos esos huérfanos mal vestidos y hambrientos que lloraban pidiendo atención y comida. Kanon comenzaba a sudar en frio mientras que la chica se internaba entre los pequeños ayudando a limpiar a los que estaban sucios y buscando algo en el comedor para poder saciarles el hambre. No podía dejar de observarla, ella se movía con destreza, entre las cuatro ancianas que cuidaban devotamente el sitio, en busca de soluciones sin siquiera intentar culparle del estado vergonzoso de aquel lugar. Tal vez podría ofrecerle algo más seductor que los mismísimos diamantes.

-Tranquila me ocupare de que hoy mismo reciban lo necesario.-

Las ancianas sintieron que sus largas edades comenzaban a crearles alucinaciones el gran mandatario ahí junto a ellas y para colmo se ofrecía a darles lo necesario para subsistir. De inmediato basto una llamada telefónica y en cuestión de minutos se recibió lo esperado, aunque eso no disuadió a la joven para querer partir. Kanon sintió que se le caería la cara cuando la chica le puso en brazos aquel bebe que no dejaba de llorar.

-Que se supone que debo hacer con esto?-

-Ayúdame vamos a limpiarlo.-

-Qué?!-

-Por favor… es chiquito necesita atención.-

Una cosa le quedo clara y es que la chica seria amnésica pero tenía un instinto maternal innato.

-Vaya no te gustan las joyas pero te encanta cuidar mocosos, muy bien de todos maneras debo engendrar descendencia para conservar mi legado.-

En ese momento la joven le quito el pañal de tela al pequeñín y el frio le brindo una buena mojada a la camisa de seda del géminis.

-Por todos los dioses!-

-Pobrecito tiene frio, además se siente nervioso.-

La mueca de pocos amigos de Kanon le dejó en claro, a la joven, que no había disfrutado de aquel detalle curioso. Aunque las palabras de la pelirroja le distraerían de su amarga actitud.

-En realidad él es muy parecido a ti, ambos tienen miedo solo que cada uno lo expresa de una manera diferente.-

-Yo no tengo miedo!-

La chica termino de poner la mantilla limpia y tomo al bebe en brazos mientras seguía explicándole al griego.

-Hablas dormido y te estremeces, aun así buscas el calor y te relajas cuando sientes los latidos de un corazón cerca de ti.-

Acerco al bebe a su pecho y lo abrazo con suavidad, el pequeño se quedó dormido en el acto. Y la chica clavo su mirada en los ojos retadores de Kanon.

-Así como él.-

El ex dragón marino respiro profundo y le hizo un ademan a la chica para que dejase al bebe en algún camastro y viniese con él.

-Cómo te llamas, ya tienes algún recuerdo?-

-No aún no.-

-Entonces elige uno.-

-Dame un nombre, después de todo dices que te pertenezco.-

-Tienes rostro divino, pero no se me ocurre ningún nombre para algo tan lindo como tu, muñequita.-

Ambos tomaron rumbo a la puerta de salida justo cuando Kanon se percató de una figurita que las mujeres tenían como en un altar. La figura tenía mucho parecido con Eros el Dios del amor ya que se trataba de hombre corpulento con rostro andrógino, vestido con las antiguas armaduras romanas y en su espalda un par de imponentes alas se extendían, en su mano derecha una espada desvainada y en la izquierda un escudo. Una de las ancianas noto el interés de Kanon en esta figura y de inmediato le explicaría.

-Es San Michel el Arcángel.-

Kanon le miro un poco desubicado.

-De que cultura proviene este Deva?-

-Bueno de muchas mi señor se habla de él en el Judaísmo, así como en el Cristianismo y en el Islam. Hay quienes aseguran que este ser era venerado aun por los celtas siglos antes de la llegada del cristianismo. Es un guardián, dicen que es el líder del ejército de Dios, el protector de su pueblo.-

-Ha si… y de cuál Dios?-

-De uno que no tiene forma y del que se dice que es el creador de todo lo que existe. De la Fuente de toda vida.-

-Ustedes creen en ese Dios amorfo y que tiene por guardianes a hombres emplumados?-

-En realidad él no es un hombre, los Arcángeles no tienen género mi señor. La imagen solo representa un poco el tipo de energía del que precede. Le molesta que tengamos una imagen aquí?-

Kanon tiro una carcajada divertido ante los ojos inexpresivos de la pelirroja y la angustia de aquellas ancianas.

-No me molesta en lo absoluto anciana, dices que es un guardián, supongo que le encomiendas la protección de todos estos desafortunados. Sus supersticiones me causan gracia, pero si eso les agrada adelante.-

De inmediato jalo a la joven del brazo haciéndola que le mirase al rostro.

-Te bautizo con el nombre del protector de estos desafortunados, mi hermosa Mitchelle, después de todo gracias a ti no les volverá a faltar nada ni a ellos ni a las damas de este sitio.-

Así sin más explicaciones Kanon tomo a la pelirroja del brazo sacándola de aquel sitio y haciéndola montar en el auto deportivo de lujo que él mismo conducia. Esperaba sin duda una palabra de queja o de molestia en su lugar recibió un beso tierno en su mejilla y se vio envuelto en su emotivo abrazo.

-Gracias por llevarles comida y ropas a esos chiquitos y a esas damas. –

El géminis la miro curioso.

-Realmente eres una altruista apasionada, si eso te hace feliz tendrás más cosas así, claro si dejas de jugar a la niña conmigo.-

-Como se juega a eso?-

El auto de paro en la orilla de la carretera y en una maniobra imprevista la chica vio los labios de Kanon posándose sobre los suyos, el gemelo tenía la intención de devorarla entera pero se dio cuenta que su receptora estaba asustada así que suavizo su caricia y le tomo con suavidad su mano para tratar de darle confianza.

-Eres hermosa, te deseo, pero por alguna razón, que no me explico, no quiero forzarte.-

-Forzarme a qué? Yo sé que no quieres hacerme daño, de hecho sé que no quieres dañar a nadie, pero por alguna razón te ves obligado a comportarte así.-

Kanon sintió un fuerte deseo de acariciar el cabello de aquella joven, no podía creer que fuese así de ingenua o es que no lo era?

-Te equivocas yo no tengo nada de bueno en mi interior, soy malvado, así nací, es mi maldición y mi destino.-

La chica rompió el espacio entre ellos y se dirigió a besarle esta vez sin miedos, pero sin lujuria.

-Yo no te pedí que pasases ese decreto para proteger a los menores, yo solo te pedí piedad por uno solo. Fue tu corazón quien aprovecho esa oportunidad para hacer un gran bien. Tampoco te pedí nada para aquellos huérfanos, tú seguiste la voz de tu espíritu. Así que como puedes ver no eres el demonio que te empeñas en crear. Yo te prometí quedarme contigo por lo de aquel chiquito, y aunque hubieses podido herirme de muchas maneras, no lo has hecho. Tienes muchas mujeres, pude ver que tu Recinto está lleno de damas de compañía, sin embargo me has tratado con gentileza, has sanado mis pies lastimados y en el fondo te gusta complacerme porque en cierta forma mis peticiones y mis pasiones te atraen. Para mí no eres el mal absoluto, eres un alma atormentada, llena de sufrimiento que ha decidido volcar su dolor contra quien él cree culpables de sus desgracias.-

El géminis la miro con un aire de miedo.

-Quien eres realmente?-

-Ya te lo dije, no lo sé. De tener una idea, serias el primero en saberlo, te lo juro.-

-Cómo puedes leer en mi de esa manera?-

La chica le miro directamente a los ojos.

-No sé quién soy, ni porque siento estas cosas, solo sé que desde que te vi supe que debía seguirte hasta el fin y en el más allá.-

Kanon sonrió con ironía.

-Un ángel? Un guardián o mi propia perdición? Mi hermosa San Mitchelle.-

-Tú no crees en esos seres, por lo que entendí no están en tu cultura.-

-Tal vez, pero parece ser que ellos si creen en mí. Dime vienes a destruirme, a detener mis horrendos planes, o a acabar con mi régimen de terror?-

-Yo solo sé, que quiero encontrarte y llevarte conmigo.-

-Pierdes tu tiempo preciosa, ya te lo dije yo estoy maldito, mi destino es el mal. Y tú tienes la mala suerte de haber enamorado al mismísimo demonio. No te dejare partir!-

-Yo no quiero irme, hermoso demonio.-

-En verdad eres extraña… como puedes ver belleza en alguien como yo.-

De inmediato la chica le hizo una seña apuntando hacia un paisaje que se encontraba a varios kilómetros lejos.

-Es el bosque en donde me alimente cuando recién desperté. Vamos, llévame!-

-Que dices? Si aún tengo que ver con mis Delegados los asuntos de impuestos y…-

-Vamos…-

Kanon solo tenía una cosa en mente.

-Esos ojos serán mi perdición!-

Horas después…

En las profundidades de un frondoso bosque, Kanon se quejaba de todas las espinas que venía de quitarse de su pantalón.

-Condenadas Moras!-

Mitchelle le llenaba la boca con un puño de moras frescas.

-Están deliciosas, no te gustan?-

-Si el problema son las condenadas espinas, tengo hasta en las nalgas!-

-Si quieres te las quito?-

Kanon se rio de la ironía.-

-Mejor dame un beso y volvamos a…-

-Dime has amado a alguien en tu vida?-

-Heeee?…-

-Sera nuestro secreto, de todas formas no tengo a nadie con quien compartir nada, solo te tengo a ti.-

El géminis miro a su alrededor, solo estaban ellos y pensándolo bien ella tenía razón, lo que él le contara quedaría entre ambos.

-Yo tenía un gemelo, se llamaba Saga, de niños él era mi todo. A falta de padres solo éramos él y yo.-

-y qué paso?-

-El antiguo Patriarca de la Diosa Athena y uno de sus caballeros nos encontraron y vieron potencial en nosotros para portar la armadura de Géminis. Ese fue el principio de nuestra maldición. Solo hay una armadura para cada signo, quien la ganase en combate seria caballero y el otro estaría condenado a utilizar una máscara de por vida y vivir como la sombra del ganador, escondido de la vista de todos. Eso sin contar que mi maestro siempre pensó que los de mi signo estábamos malditos, siempre habrá uno gemelo bueno y uno malvado.-

-Eso es espantoso, es cruel y es una vil mentira…-

-Todo era por el bien de la humanidad y de la miserable diosa de la sabiduría y de la justicia!-

-Tu hermano y tú se enfrentaron…-

-Yo perdí… Saga siempre fue el mejor tenía una sonrisa para todos y sueños de salvar a la humanidad. Se olvidó de nosotros, dejo que me condenaran a la máscara y yo me llene de odio.-

-Que hiciste?-

-Todo lo que me diera en gana. Tire la maldita mascara por la ventana y probé todos los vicios que se me antojaban: mujeres, drogas, el juego… todo aquello que desprestigiase la imagen de la virtuosa diosa después de todo sus leyendas me habían condenado a ser quien soy.-

-Y porque no trataste de hacerte entender con tu hermano, quizás…-

-Saga tenía un lado muy bondadoso, pero sufría de muchísimas pesadillas. Yo me valí de sus miedos para hacerle creer que tenía un rostro malvado. En sus pesadillas hablaba de guerras y de venganzas… me di cuenta que teníamos demasiado en común. Y así se lo quise hacer ver, cuando trate de convencerlo para que juntos asesináramos al bebe que poseía el alma de la Diosa. Juntos hubiésemos conquistado el mundo! Pero él decidió conquistarlo por si solo y me encerró en una prisión al borde del mar, para que me ahogase a mi suerte, mientras que él trato de matar a la mocosa y tuvo el control de su Santuario por 13 años!-

-Y tu como sobreviviste?-

-Encontré por azar la entrada al viejo templo de Poseidón en Atlantis y desde ahí espere mi momento. Saga perdió contra Athena y se suicidó frente a ella. Qué ironía Athena me mantuvo vivo enviándome su cosmos mientras que, yo engañe a Poseidón y conseguí que ambos dioses se matasen entre sí. Ahora soy el dueño del mundo!-

Mitchelle le tomo del brazo y lo jalo hasta ella para abrazarle.

-Ya comprendo, te hicieron tanto daño que solo encuentras en el odio la salida a todo ese horror que viviste.-

-De que hablas?-

-Las reglas del Santuario, probablemente obsoletas o mal interpretadas, te separaron de tu hermano, te humillaron y condenaron sin ser culpable de nada. Fuiste rebelde porque era la única manera de revelarte y aun así el dolor siguió creciendo hasta consumirte y convertirse en venganza. Ese Santuario venera a una diosa que protege a la humanidad, por lo tanto todo el mundo es culpable de tu desgracia.-

-Pero…-

-Aceptas ayudar a esos niños porque en el fondo te ves en ellos, pero no puedes hacerlo de tu propia iniciativa porque aun te duele todo aquello.-

-Oye…-

De inmediato la chica le cogió la mano y lo jalo para que la siguiera a unos cuantos metros.

-Que haces?-

-Silencio y mira…-

Detrás de unos árboles un gran siervo blanco de enorme cornamenta comía algunas hojas que descendían de los árboles. La chica se la jugó y se acercó tranquila frente al animal quien al percibirla se puso en posición de ataque y Kanon se puso algo nervioso.

-Cuidado!-

El gemelo encendió su mano con la fuerza de su cosmos para ahuyentar al animal, pero la chica le suplico.

-No, espera…-

Así, suavemente Mitchelle acerco su mano y el animal bajo su cornamenta y se dejó acariciar.

-Es realmente hermoso, pero como tú él también desconfía de los humanos, probablemente le hayan lastimado. Mira su pata derecha parece tener una marca. Una vieja herida.-

En cuanto la chica soltó la cabeza del animal este tomo rumbo internándose en el bosque. Así ella volvía junto a Kanon y este la acorralo contra un árbol colocándose a escasos milímetros de sus labios.

-Se mía y te daré el mundo, tendrás todo lo que quieras, solo tienes que amarme. Entrégate a mí y serás más que mí preferida, te convertiré en mi reina.-

-Está bien, pero primero debes mostrarte.-

-Qué?!-

-Dices que quieres que te amé a ti, no es así?-

-Pues si…-

-Este que está hablándome ahora y proponiéndome el mundo, no eres tú. Tu eres el que hace algunos instantes me conto sus sufrimientos, eres quien trajo comida para esos huérfanos y eres quien sano mis pies heridos anoche.-

-Pero que filosofía loca es esa, yo soy…-

-Tu eres real… y el de hace unos segundos no es nada, es solo un puñado de rabia y de orgullo podrido.-

La rabia se apodero de Kanon y así con fuerza cerro su puño arrojándolo contra la chica quien no se inmuto ni un segundo. El puño se estrelló contra el árbol hiriendo su corteza, el gemelo estaba temblando de una extraña mezcla de emociones.

-No quiero dañarte, no lo entiendes, estoy maldito… estoy…-

La chica lo tomo suavemente del brazo y con su mano libre dirigio su luz al cuerpo herido del arbol, este recobro su tronco saludable.

-Ven conmigo Kanon yo no te ofrezco reinos, ni oro, ni lujos, pero te ofrezco mi amor eterno y mi compañía. Sé que has hecho mucho daño pero juntos podremos sanar las heridas que te has hecho y que has hecho en otros. Yo te amo, ven conmigo.-

Los ojos de Kanon se llenaron de frustración y lágrimas.

-No lo entiendes tengo las manos manchadas de sangre! Soy un asesino!-

-Y quién no? Si no es de esta vida es de otras, los humanos tienen una historia así de sangrienta y difícil, pero también tienen libre albedrío y basta con aceptar sus responsabilidades y juntos podremos sanar esas heridas.-

-Yo no tengo perdón!-

-El perdón no sirve sin las obras Kanon. No pidas perdón mejor trabaja de hoy en adelante por reparar todo el daño y veras si no es en esta vida tenemos una eternidad para conseguir sanar la totalidad.-

-Y tu vendrías conmigo?-

-Siempre Kanon, siempre.-

Así ambos se entregaron a un beso apasionado y sincero, mientras que el cuerpo de la chica se ilumino con una luz celeste claro que llego a cegar los ojos del hombre.

En un instante el General Dragon del Mar estaba de nuevo en el antiguo templo de Poseidón frente al pilar central. El Dios de los mares luchaba contra el caballero de Pegaso dejándolo herido en el suelo y ahora arrojaba su tridente contra la Diosa Athena. Kanon corrió a toda velocidad, cubriendo con su cuerpo el de la joven diosa y recibiendo el golpe directo en su pecho. El Dios de los mares estaba perplejo.

-Qué demonios haces?!-

Athena tomo rápidamente el jarrón atrapando en el acto el alma del Dios, o su fragmento, dejando a Julián Solo inconsciente en el suelo. De inmediato Saori libero el tridente del cuerpo herido y tomo en brazos a Kanon así el segundo guardián de géminis tuvo su momento.

-Perdóname, Athena.-

-Kanon…-

El mar subió y los caballeros heridos tomaron a la joven diosa para salvarla, mientras que el agua cubría cada centímetro Julián fue salvado por Tethys y Kanon vio su cuerpo arrastrado por las corrientes del Mediterráneo. Una suave luz celeste mantuvo su cuerpo a flote hasta ser conducido a una playa cercana. Ahí unas suaves manos se colocaron en su herida sanándola por completo y sus ojos se abrieron con algo de pesadez para encontrarse con los de ella.

-Eres un sueño?-

-Pronto seré tu realidad.-

-Qué debo hacer?-

-Lo que tu consciencia te dicte como correcto.-

-Y tu vendrás conmigo?-

-Siempre Kanon, aunque a veces tus ojos no me perciban.-

-Te necesito, no sé si seas real o no, pero yo te necesito.-

-Al final del túnel vendrá la luz, después de tu sacrificio y de tu condena, el amor te liberara de todas tus cadenas. Ahí estaré yo y estarás tú.-

Sintió la mano de la chica cálida y suave, se tomó de ella para ponerse en pie, así juntos se perdieron en un espeso bosque.

-Te llamas Mitchelle, no es así?-

-Si.-

-Dime aquel sueño fue real?-

-En cierta forma.-

-Eres un ángel?-

-Si así quieres llamarme.-

-Dime que debo hacer?-

-Ya te lo dije lo que tu consciencia te dicte como correcto.-

-Entonces debo partir a China, debo buscar a Dokho de libra y ponerme a sus órdenes, él decidirá que castigo imponerme.-

-Eso es lo que deseas?-

-Sí y no… pero es lo correcto.-

-Que es lo que deseas?-

-Que me ames, pero eres un ángel y…-

-Yo te amo con todo mi espíritu.-

-Eres un ser puro y yo soy… Debo hacer esto Mitchelle, espero me comprendas y me perdones.-

-Te comprendo y no tengo nada que perdonarte, yo no te juzgo. –

-Puedo pedirte algo?-

-Dime.-

-Me iré en un mes, podrías quedarte este tiempo conmigo.-

-Siempre.-

-Después quiero que borres este recuerdo de mi mente hasta el día que tu Dios me considere digno de ti.-

-Mi Dios no te juzga Kanon.-

-No, pero yo si me juzgo a mí. Entonces quiero que borres estos recuerdos hasta el día que yo mismo logre perdonarme y sentirme digno de alguien como tú. Pero que digo… no quiero a nadie como tú, te quiero a ti. Vaya ironía soy un hijo de… soy una basura y aspiro al amor de una creatura divina. Del jefe de los Arcángeles!-

Kanon rio con lágrimas en sus ojos, mientras que Mitchelle le seco la humedad con sus propias manos.

-Concederemos tu deseo Kanon y te prometo que volveremos a vernos bajo otro contexto para comenzar de cero, juntos como siempre ha sido.-

-Y tú me recordaras, mi muñequita?-

-Borrare las imágenes en mi futura mente y las guardare en mi corazón, él es siempre sabio y sabrá reconocerte.-

-Tu cuerpo es real?-

-Es solo un holograma temporal.-

-Cuando volvamos a vernos te juro que estaremos compuestos de la misma materia.-

-Y mientras mi ángel?-

-Mantendré el holograma hasta que lleguemos a China. A partir de ahí te seguiré pero seré invisible a tus ojos. Estaremos juntos aunque tu mente no lo recuerde y tus ojos no me vean.-

El bosque era denso y comenzaba a oscurecer, cuando Kanon encendió una fogata a su lado un ángel se desnudaba y se abrazaba a su cuerpo. Bajo el calor de aquella fogata un caballero arrepentido le hacia el amor a una creatura de otra dimensión, hermosa, luminosa y llena de una extraña energía que se esparcía por todas sus células sanándolas y recargándolas de vida. No era como amar a un cuerpo humano, aquella extraña sensación era lo más lejano al contacto físico, pero al mismo tiempo todo su ser era absorbido por aquella luz, por aquel éxtasis y un orgasmo que parecía infinito al mismo tiempo que liberador.

Entre besos se vistieron a la mañana siguiente, mientras Kanon la observaba con desespero.

-Estarás junto a mí aunque no te recuerde, aunque no te vea, me lo prometiste.-

-He estado contigo desde antes de que fueses creado y seguiré junto a ti por toda la eternidad.-

-Porque?-

-Porque soy tu ángel guardián, soy tu flama gemela, hagas lo que hagas siempre estaré a tu lado. A veces no aprobaré tus actos, pero siempre mantengo la fe en ti, en que un día despiertes a la verdad, a la justicia, al amor incondicional. Habrá vidas en que estemos juntos como amigos, hermanos o pareja y otras en que tenga que permanecer oculto de los ojos de los vivientes. Aun así quiero que sepas que mi amor por ti es tan infinito como el espacio, tan ardiente como los soles que mantienen a las galaxias. Y eso es un pacto que firmamos en total acuerdo para toda la eternidad. Yo soy tu otro tú y tú eres mi otro yo.-

El caballero redimido la jalo hasta pegarla contra su cuerpo.

-Ven aquí, tengo un mes antes de que me lobotomices y no quiero desperdiciar ni un instante.-

-Eso es porque tú lo has pedido.-

Kanon la beso con pasión, mientras le acariciaba la espalda y los glúteos.

-Para ser un holograma estas muy bien distribuida.-

Ella se miró rumbo a sus pechos casi inexistentes y él se sonrió con picardía.

-Guarda este dato, siempre he presumido que me gustan bien grandes, pero en realidad las prefiero pequeñas, sabes son más dulces.-

Mitchelle se sonrió con algo de picardía.

-Se lo diremos a la energía creadora a ver que decide. Oye y si me envía como hombre?-

-Pues me hare gay y listo?-

-De verdad?-

-Te amo seas lo que seas y como seas.-

Ella se sonrió con picardía.

-De hecho a noche hiciste el amor con una creatura andrógina e incorpórea.-

-Lo ves, y fue lo más sublime que he tenido en esta vida.-

Caminaron por un mes internándose por rumbos por los cuales ningún viajero había transitado. Comían lo que la naturaleza les brindaba y charlaban de todo y nada, hasta el día en que divisaron a lo lejos aquella inmensa cascada.

Mitchelle beso con ternura a Kanon.

-A partir de ahora te acompañaré en espíritu.-

-Hasta pronto mi ángel.-

-Hasta siempre mi amor.-

Una deslumbrante luz dorada fue emanada del corazón de Mitchelle, mientras que Kanon fue cubierto por esta luz cegadora.

Después como una película a alta velocidad las imágenes corrían:

Su llegada con Dokho, su presencia en el Santuario, su batalla en el Infierno, hasta su sacrificio y castigo dentro del obelisco. Todo aquello para después ser liberados por Athena y sus aliados…

.

Un grito infantil retumbo en los tímpanos de Kanon, quien se levantaba de su cama algo desorientado. A su lado, Gael saltaba casi sobre sus costillas y gritaba todo emocionado.

-Papa, Papa, Papa! Vamos no has hecho la maleta, vamos!-

-Pero que…-

Mitchelle entraba a la habitación con una taza de café para su esposo.

-Cariño levántate salimos a Las Vegas esta noche y no hemos hecho las maletas. Para colmo tu padre está todo estresado, ya tuve que parar a Saori que estaba cerca de darle un sartenazo! Tu pobre hermano esta todo estresado y creo que tu madre está por creer que somos una bola de psicópatas…-

Kanon no dejaba de verla, Gael seguía saltando todo excitado y de un solo golpe se dejó caer en el abdomen de su padre sacándole el aire. Mitchelle se estresaba sobre todo al escuchar las voces que venían del corredor, se trataba de Saga quien se discutía con su padre, Ares.

-Dame eso recuerda que está embarazada y no controla sus hormonas!-

-Deja que dé la luz y vas a ver el regalito que le tengo preparado!-

Al mismo tiempo Hilia gritaba.

-Ares por todos los cielos contrólate!-

-Ella empezó!-

De inmediato Kanon atrapo a Gael en sus brazos, antes de que le volviese a caer encima, y le abrazo besándole con desespero.

-Papa!-

Mitchelle se acercó, pero fue atrapada por la mano libre de Kanon y fue jalaba a la cama con sus dos hombres. Su esposo no dejaba de besarla, ella podía jurar que se le salían lágrimas y que sus ojos estaban irritados.

-Mi amor, que te pasa?-

-Te amo preciosa, gracias por salvarme! Les amo a ambos, ustedes son mi vida!-

Gael les dio un besito y salió corriendo del cuarto.

-Tengo que ir a ver Andy, así le van a bautizar a mi primito. Mi tía Gaby lo decidió esta mañana. Dense prisa, ha y papa. ..Hoy estas demasiado meloso.-

Mitchelle miro curiosa a su esposo.

-Qué ocurre?-

-Ocurre que hoy por fin me siento digno de tu amor mi ángel. Gracias por regresarme del verdadero infierno al verdadero paraíso.-

En el fondo el grito de Ares corto ese momento mágico.

-Les digo que ella empezó!-

Saori le respondía.

-Ares no olvides tus pañales, a tu edad uno nunca sabe…!

-Yo la mato!-

Saga suplicaba.

-Papa recuerda que esta algo estresada… Saori te lo suplico no me ayudes tanto…-

Mitchelle miro con el ceño fruncido a Kanon.

-Tu romanticismo no me convencerá de sentarme al lado de tu padre en el vuelo.-

-Pero te sentaras conmigo, verdad?-

Ella se sonrió y un extraño brillo cubrió suavemente su mirada.

-Siempre mi amor… eternamente.-