Advertencia capitulo con fuerte violencia que puede herir la sensibilidad del lector.

Capítulo 22 El karma de los caídos.

Dentro de la arena Mitchelle enviaba un rayo de fuego azul contra aquellas entidades parasitarias.

-Porque haces esto Lilith?-

-Es el karma querido, es mi derecho, y tú lo sabes.-

Los parásitos se manifestaban como cuerpos de plasma oscuros, ya que el escudo de Dionisio les impedía tomar rehenes por medio de los humanos. Hilia se puso hombro a hombro con el Arcángel.

-Esto parece una lucha más equitativa.-

-El dolor y la venganza no son equitativos Hilia, así que prepárate.-

Los parásitos se arrojaron contra ellas y ambas comenzaron un fuerte combate contra sus oponentes.

La dama caída se aproximó a Frank, este se negaba a bajar su escudo, y mucho menos desamparar a aquella mujer.

-Realmente eres un espécimen hermoso. Qué eres un observador?-

-Al menos no soy un asesino!-

La sonrisa diabólica de Lilith parecía haber pedido el efecto aterrador sobre Frank, él estaba molesto y decidido a no flaquear, sabía que si eso pasaba, millones de personas morirían. Aún más fuerte fue esa sensación cuando sintió del vientre de la mujer desmayada una patadita del no nato.

-Te gustan los bebes?-

-Sabes a mí también, pero los puros, no los contaminados por tus ancestros!-

-Yo estoy en contra de esa mentalidad que te hizo tanto daño y estoy seguro que esta mujer también lo está! Mírala va a traer un hijo al mundo, una creatura que seguro nacerá con ideas de equilibrio y de respeto, estamos trabajando en ello. Tienes que darnos una oportunidad de probarlo, una oportunidad de hacer bien las cosas!-

Lilith se sonrió divertida.

-Que divertido, ustedes los reyes del terror y de la inmundicia queriendo salvar al mismo mundo que ustedes hundieron. Hipócritas! –

-Al menos estamos trabajando en ello, en cambio tu mírate, no eres mejor que nosotros, estas siguiendo los pasos de aquellos que te destruyeron!-

La mano de Lilith sujeto suavemente el mentón del joven dios, aquellas uñas largas y filosas le acariciaron la barbilla.

-Tus ojos son hermosos, niño…déjame leer tu nombre… Dionisio… el dios del placer… del desenfreno…-

Después la caída acerco su nariz hacia el cuello del joven.

-No hueles a ellos, tu no estas podrido con esas ideas de destrucción y de sumisión. Sin embargo tienes ese gustillo por el fruto de la vid.-

Frank la miro a los ojos con fuerza sin demostrarle ni un mínimo de miedo o de flaqueza y eso le agrado mucho a la dama.

-Compartimos el mismo gustillo, seguro que la misma pasión, adoro el placer sin él no hay libertad y detesto esta esclavitud.-

Los labios casi oscuros de Lilith se acercaron peligrosos a los de Siena, y este permanecía inmutable. La caída comenzó a fastidiarse de tan poca respuesta de su receptor.

-Sin embargo queridito me pregunto si eres tan sabio como para poder decidir el buen camino o a la buena hembra.-

-Que quieres decir?-

-La destructora ha despertado consumida por mi rabia y basta con un pestañeo mío para hacerla yacer en el eterno infierno de mi condena.-

El chico respiro con angustia.

-Enio… no espera, ella es mujer como tu… y es fuerte… y-

-Y tiene miedo, mucho miedo…el miedo es mi aliado. El miedo la hizo caer en mis manos.-

-Enio no es como tú, ella es mitad Arcángel y aun antes de eso… siempre fue de cabeza fría y…-

-Una asesina! Una tonta vendida al poder masculino, solapadora de las masacres de Ares y de Zeus. Su corazón está lleno de arrepentimiento sí, pero sobre todo de miedo. Miedo a volver a matar, miedo a destruir lo que ama. Esa es su debilidad y será su caída.-

Aquellas frases desquiciaron al Dios, haciéndole descuidar un segundo su cosmos para arrojarle un rayo directo en el pecho a Lilith. Aquello enviaría a la caída varios metros lejos, pero de nuevo se levantaría muerta de risa.

-Demasiado sentimental mi precioso! Y también demasiado descuido!-

Frank reacciono reactivando su cosmos, pero aquel grito horrible le distrajo. Lilith había enviado un minúsculo rayo a la cabeza de la mujer desmayada, ahora el dios era testigo de cómo esa pobre víctima se ahogaba en su propia sangre.

-No!-

La mujer se cogió con fuerza de la camisa del Dios y así el joven presencio como la vida la abandonaría de su cuerpo. Impotente Frank lloro de desespero y de horror, pero sobre todo de tristeza por aquella pobre creatura que llevaba dentro a una pequeña vida, quien estaba también por sucumbir.

Lilith le arrojo una navaja que sacó del bolsillo de un policía desmayado.

-Demasiado tarde mi nene, está muerta, pero la criatura aun no, tienes unos cuantos minutos para abrirla o sino pues déjale morir. De todas formas todos morirán antes del amanecer!-

Así de la nada, Lilith se desvaneció de la vista de los ahí cautivos, aunque su cosmos seguía estando presente dentro de aquella zona.

Frank vio a aquel cuerpo sin vida y sintió que su estómago se le revolvía, aunque fue peor cuando vio que el vientre aún seguía moviéndose.

Mitchelle quien peleaba a golpes contra dos de esos parásitos le grito al joven Dios.

-Hazlo pronto! Si no morirá también!-

Del otro lado Hilia explotaba con todas sus fuerzas su poderoso comos, justo cuando lanzo al aire a tres de los parásitos de Lilith, la amazona vio aquella terrible escena y corrió rumbo al Dios.

-Vamos sujétala, yo lo sacare!-

-Por nosotros! Esto es espeluznante!-

-Quieres que él también muera o qué?!-

Frank tomo el cuerpo de la mujer, mientras que Hilia hizo lo suyo con la mayor rapidez y delicadeza posible, mientras que Mitchelle sostenía con fuerza momentáneamente el escudo de protección que impedía que los parásitos invadieran al resto de los humanos, mientras activo su luz hasta donde pudo para que los parásitos caídos no pudiesen aproximarse.

-Dense prisa es demasiado pesado y a cada segundo se vuelve más denso!-

Hilia saco a una pequeña niña quien lloro al sentir la primera ráfaga de viento, de inmediato se la dio a Frank en los brazos.

-Está viva gracias a ti.-

-Pero yo…-

-Lilith iba a matarlas a ambas, al menos tu ganaste algo de tiempo para ella.-

-Qué hago?-

-Es un recién nacido necesitara comer, pero sobre todo necesita calor, cúbrela con tu chaqueta y mientras Mitchelle sostiene el campo, veré si puedo encontrar algo de leche en la cafetería de este sitio, con eso aguantara hasta mañana… espero.-

Frank miro a la pelirroja que sostenía aquella barrera y después miro el pequeño rostro que intentaba chuparle su dedo.

-Por mi debilidad esta pequeña jamás conocerá a su madre.-

-Y yo digo que es por tu fortaleza y tu valor que esta creatura sigue viva!-

-No lo entiendo Mitchelle, tu eres el rayo maestro de la Fuente, porque no puedes detenerla?-

-Por la misma razón que hace milenios no pude protegerla. Ahora impera el equilibrio y nos guste o no Lilith está en su maléfico derecho.-

-La Fuente no puede dejarnos morir así como así!-

-Quizás es la única manera de terminar con este odio.-

-Dejarnos morir?-

-No… lo que quiero decir es que quizás… La Fuente nos ha traído a Lilith porque es el mejor momento… para por fin sanar las viejas cuentas.-

-Esta asesinando personas!-

-Y en el pasado también hubo y muchísimos más muertos.-

-Entonces qué, es el momento de que todos muramos para satisfacer los deseos de venganza de una loca?-

-Y si no se trata de luchar… sino de…-

-Quieres que nos dejemos matar!-

-Dionisio piensa porque nos eligió? Hilia es como ella en aquel tiempo, joven, fuerte imposible de someter. Tu eres su ideal… eres el placer que ella adora porque le hace sentirse libre y yo… Yo soy el único que intento en sus tiempos convencer a la Gran Cabeza para romper las leyes e intervenir.-

-En verdad hiciste eso?-

-Sí, pero de nada sirvió. La ley es inquebrantable, Gabriel mismo lo dijo en aquel tiempo.-

-Gabriel? Como, no te apoyo?-

-Gabriel es el Arcángel de la dualidad, en él convergen los nexos de los dos polos, ahí por qué el color blanco que quiere representar su pureza, su manera intachable de actuar. Pero también es cierto que dentro de Yesod el reino del Sefiroth de Gabriel converge la oscuridad. Es por eso que la decisión de Gabriel en aquel tiempo fue de gran peso, es el Arcángel que reconoce los polos en ambos y él leyó la oscuridad que estaba naciendo en Lilith.-

-Está loca, está lastimando a Enio, no crees que también haya atentado contra Gabrielle o contra algún otro de los nuestros. Tenemos que salir de aquí, y asegurarnos que el mal no se propague.-

-Por el contrario debemos quedarnos aquí, conteniéndola, aunque no la vez, ella sigue aquí, observándonos, vigilándonos.-

-Pero que quiere de nosotros?-

-Eso es lo que intento comprender.-

En el hospital Central de Las Vegas, Eliana encendía su luz al máximo intentando sacar a aquel parasito del cuerpo de aquel hombre sin éxito alguno. Afrodita insistía una rosa sangrienta podría sernos de gran ayuda, preciosa ve las cosas como son ese hombre ya no es dueño de sus propios actos. Quizás la muerte pudiese ser para él un camino de liberación.

-Afrodita por favor! No puedes pensar realmente así!-

El hombre seguía golpeando el escudo de Shion con fuerzas, sin importar las laceraciones en sus puños.

Alecto se ponía de pie bastante pálida, algo no iba bien del todo.

-Me siento muy débil, que está pasando?-

Eliana se dirigió a la joven.

-Creíamos que estabas drogada, pero creo que lo tuyo es algo peor. Ese parasito debe estar drenándote tu energía vital.-

-Pero cómo?-

-Le tocaste no?-

-Solo la mano un poco, un mero roce para tomar las copas…-

-Aunque albergas el alma de una Diosa, sigues teniendo un cuerpo mortal, esas cosas debieron sentir la energía fuerte en ti. Eras un manjar difícil de resistir.-

La joven peli negro no podía ni mantenerse sola de pie, Eliana la sostuvo unos momentos hasta que sintió que la energía parasitaria se propagaba en busca de nuevos huéspedes, victimas. Así que tuvo que dejar a la chica sentada en una silla ante la mirada atónita de Afrodita y Shion.

-No puedo quitarle el cosmos parasitario que esta succionándola, pero ahora se de quien se trata.-

Shion estaba impaciente.

-Habla.-

-Se trata de Lilith, la gran herida en el cosmos de este mundo. Una energía llena de dolor y a la cual no se le puede vencer.-

-Afrodita creía que estaba teniendo problemas de audición.

-Como que no podemos vencerle?! Es una broma, verdad cielo?-

-No se puede vencer a algo que está impregnado en las células de todo ser viviente de este planeta, aun peor en el cosmos de toda creatura de aquí. Si matásemos a Lilith acabaríamos con todo humano y animal, es imposible vencerla.-

De inmediato un fuerte rayo envió a volar al hombre poseído que golpeaba el muro del lemuriano.

-Nadie se mete con las hijas de mis señores.-

Alecto sonrió débil pero con ilusión.

-Minos…-

Shion quito su escudo y el juez se precipito a tomar a la chica en brazos, justo cuando Eliana le cortó el paso.

-Te comerán toda tu energía vital.-

-Mi vida es de Hades y de Perséfone así que si debo darle mi sangre a la niña se la daré toda.-

Justo detrás Hades llegaba a toda prisa después de escuchar aquella oración de su juez.

-Alecto!-

La chica sonreía con mucho esfuerzo.

-Papa… lo siento es mi culpa… otra vez para variar.-

Eliana corregiría.

-Es Lilith y está furiosa!-

Perséfone quería abrazar a su hija pero Shion le cortaría el paso.

-Lo siento pero parece ser que esa cosa la ha contaminado al grado de que quien la toque puede ser igualmente drenado.-

Perséfone reflexionaba.

-Como Gabrielle…-

Detrás del grupo llegaría un poco más tardado, pero un muy cargado Aiacos que llevaba a los dos chicos en brazos. Gael grito contento cuando vio a su madrina.

-Mami linda!-

La rubia cogió al pequeño en brazos.

-Menos mal que ustedes dos están bien, gracias mi Aiacos.-

-Es un placer mi señora.-

Aunque Andy se negaba a soltarse del cuello del joven juez, ese hombre le hacía sentir en seguridad. Minos se acercó a tomar a Alecto en brazos, y se vería detenido por el mismísimo Hades.

-Pero mi señor la niña!-

-Buscaremos la manera de curarla, de liberarla pero no necesito perder a nadie más. Además si es Lilith de nada servirá que le des tu cosmos, eso no retardara nada, ambos serán drenados en simultaneo y hasta podría asegurar que con más voracidad. Después de todo eres un hombre, con ella ira despacio, pero al sentir tu presencia se llenara de odio y acelerara el proceso. Como lo hizo con Gabrielle.-

Después Hades se dirigió lo más sereno que pudo hacia su hija.

-Escúchame bien Alecto debes resistirte, no intentes encender el cosmos y no hagas grandes esfuerzos. Te buscaremos una silla de ruedas y…-

Gael saltaría fuera de los brazos de Perséfone e iría rápidamente a los de la débil de Alecto. Deméter, Eliana y Perséfone estaban heladas.

-Gael no!-

El pequeño la abrazo fuerte.

-Aquello que esta maldito no puede tocar a los benditos. Yo te bendigo niña del inframundo, dama del más allá.-

El cosmos del niño brillo con fuerza creando los rayos de un arcoíris vivo y pulsante. De inmediato Alecto recupero su respiración, la cual era de más en más difícil. Se escuchó un chillido, se vio claramente una masa invisible que comenzaba a mostrarse tomando matices grisáceos. Esta masa se desprendió y fue rodeada por el luminoso rayo que termino por secarla y volverla polvo.

La joven recupero los colores y el niño le beso su mejilla.

-Lo ves ya está, ahora te ves más bonita.-

Alecto sonrió con lágrimas en los ojos.

-Si mi pequeño príncipe, gracias a ti me siento más bonita.-

Perséfone atraparía a su hija junto al chico.

-No sé cómo, pero bendita Fuente que nos ha dado esta oportunidad!-

Afrodita le hablo a Eliana.

-Creí que esas cosas eran invencibles.-

-No me lo digas a mi yo también estoy sorprendida en teoría la Fuente no... Por todos los cielos ya comprendí que está pasando, ya sé lo que realmente quiere Lilith. Vamos tenemos que ir al ojo del huracán, porque mientras Mitchelle lo descubre debe de estar corriendo los ríos de sangre por allá.-

Deméter estaba sorprendida.

-No vamos a llevar a los niños a ese infierno, ahora funciono bien pero si allá algo sale mal y….-

-No tenemos otra salida si Lilith vence todo ser vivo será destruido.-

-Crees que Gael puede detenerla?-

-No, pero me queda claro que Gabrielle y Mitchelle necesitaran de toda la Fuente.-

Andy miro asustado a Aiacos.

-Tranquilo nadie te va a tocar un pelo.-

Minos se sonrió burlón.

-Que pasa ya quieres ser papa, le diré a tu secretaria que se ponga voluntaria.-

-Cállate Minos que vas a asustar al chico! Y no se te ocurra ir a molestar a Violette porque te juro que te pateo el culo!-

-Poseidón se va a poner celoso.-

-Que te calles!-

Perséfone tomaría a Minos de la oreja.

-Basta ya y de ahora en adelante vendrás conmigo a brindar horas libres a los pequeños del inframundo!-

-Pero mi señora…-

-Pero nada!-

Así Dokho les hizo una seña y todos salieron en busca de algún vehículo para llegar hasta el edificio de la Arena.

Fuera de aquel endemoniado edificio Ares y Enio comenzaban una lucha de Cosmos, frente a los ojos de Saga y de Saori quienes trataban de traer de regreso a Julián después de haberse desmayado de debilidad desde hacía cinco minutos. El géminis estaba desesperado.

-Primero Kanon y ahora Julián!-

-Julián está siendo drenado supongo que es lo mismo que con Gaby.-

-Y mi hermano va directo al interior de un Arcángel dual que está bajo la influencia de Lilith!-

-No Saga Gabrielle no está bajo la influencia de nadie, los parásitos solo están succionando la energía de su cuerpo humano no del divino.-

-Entonces que es esa historia de Yesod y…-

-No tiene nada que ver con Lilith sino con la naturaleza divina del Arcángel Gabriel.-

-Pero los Arcángeles son aliados nuestros linda, y Gabrielle es de la familia no veo porque…-

Porque todos insisten en ver a los Arcángeles como a sus avatares, Gabrielle es un avatar, no un ser total. Un avatar que alberga la conciencia del Arcángel, pero no la totalidad de su energía. Ningún cuerpo humano puede albergar un cosmos tan poderoso, seria desintegrado.-

-Y cuál es el peligro de entrar en su cabeza?-

-Kanon se dirige al inconsciente de Gabrielle, pero el inconsciente es el sitio donde se alberga la esencia del Arcángel Gabriel. No tienes idea del mundo que yace ahí adentro, la conciencia del Avatar yace en la Sefiroth de su energía maestra. Kanon va en dirección de un mundo donde solo los ascendidos y puros de corazón pueden sobrevivir. Yesod le mostrara las dos caras de la energía y si tu hermano flaquea, será destruido.-

-Qué?!-

Del otro lado Ares y Enio forcejeaban con todas sus fuerzas.

-Sal de mi hermana Lilith, ven y enfréntame cara a cara!-

-Tu amazona es hermosa debo confesar que sería una Eva digna para mi nuevo mundo.-

-Aléjate de Hilia, espíritu enfermizo o veras de lo que soy capaz!-

Lilith cogió la cabeza de Ares encendiendo su cosmos, el dios sintió un dolor infernal.

-Quieres que te muestre? Quieres sentir el dolor en plena carne, miserable peste!-

El poder de Lilith le hizo tener a Ares una visión, ahí estaba de nuevo en aquella vieja época. La guerra contra las matriarcas era a muerte y frente a él Lilith y él forcejaba con un par de espadas en mano. El Dios le profirió un fuerte golpe a su oponente, tirándola al suelo. Después se vio con la oportunidad la espada estaba a su alcance y sin más le dirigió el filo a su oponente, ella era rápida, pero no lo suficiente. La espada del Dios le atravesó el pecho, Lilith sangraba de dolor.

-Se acabó, este puto juego termino, zorra loca!-

Pero de inmediato el escenario volvió al presente y Ares vio con horror lo que había él mismo perpetuado.

-Enio!-

Saga dejo a Saori para correr y socorrer a su tía, pero Marte fue siempre más rápido que sus propios hijos.

Enio agonizaba con el pecho atravesado, Saga miraba horrorizado a su padre y Ares estaba blanco de terror. A su lado una oscura silueta y una voz burlona se hizo entender.

-Que se siente Dios de la guerra? Que se siente ver a los tuyos atravesados por el filo del hierro? Que se siente escuchar su agonía, sin tener el poder de detenerla, de sanarla? Ahora dime que harás acabaras con su dolor sacándole tu espada y viéndola desangrar o te vanagloriaras viéndola morir poco a poco con ese hierro en el pecho?!-

Después el espíritu de Lilith abandono por completo el cuerpo herido de Enio.

Saga le abrazo con angustia, la destructora estaba asustada y sobre todo desorientada.

-Tranquila, no te muevas, por favor te lo suplico, no te muevas.-

Enio tomo el rostro de Saga llorando.

-Es mi destino, quien a hierro mata…-

-Ares no podía si quiera escucharlo.

-No! –

-No es tu culpa Ares de todas formas es el resultado de mi karma.-

Ares se volteo furioso y adolorido contra aquella sombra que aún se escucha en el vacío burlona.

-Ahhhhh! Su puño se estrelló contra un aparente vacío en donde poco a poco se materializo un cuerpo, uno de los parásitos de Lilith.

-Quieres vivir la demencia, señor de la guerra?-

El cosmos maligno entro en la cabeza del Dios llevándolo a tener las visiones de sus antiguas batallas.

Después pudo ver a su ejército, triunfante tomando aquellos pueblos y presencio a uno de sus hombres violando a una joven que gritaba desesperada. Los golpes de aquel hombre en el rostro de la chica no le permitían reconocerla bien del todo. Despues como la joven no quiso en ningun momento ceder a las vejaciones aquel verdugo le clavo su espada en el pecho y así siguió violándola hasta terminar. Había sangre en el suelo como un charco, y observaba asqueado aquella escena sin poder salir de ella, el rechinido de aquella cama y los gemidos de aquella bestia que peleaba en sus filas, momentos después vio a su soldado acomodándose la ropa después de terminar y escupirle en el rostro a la muerta. Se acercó con temor y de inmediato el rostro de la joven le produjo un espantoso horror.

-Hilia, no!-

Saga se puso de pie y concentro su cosmos contra aquella sombra abominante.

-Explosión de Galaxias!-

Después le dio una buena cachetada a su padre.

-Regresa, es solo una ilusión!-

Ares reacciono.

-No fue una ilusión, fue real. Fue en otro tiempo, en otra vida…-

-Qué?-

-El alma de Hilia… era esa chica.-

-De que hablas?-

-Tu madre tiene… es…-

-Qué?!-

-Tu madre es de la línea genética de Lilith, es una de sus descendientes, una de mis victimas.-