Esta vez sí que me tarde en actualizar, pero por desgracia mis exámenes no me dejaban mucha alternativa. Les dejo un capitulo bastante emocional que nos mostrara el lado oculto de nuestro bello Saga de Géminis.
Espero que lo disfruten.
Archangel of Fire 777
Capítulo 27 Rompiendo barreras
El sol se levantó brillante aquella mañana, sus rayos subieron rápidamente la temperatura de aquel árido desierto. Sus primeros rayos se colaron sigilosos por las persianas de aquella suite de lujo, así con un fuerte dolor de cabeza Radamanthys de Wyvern estiraba perezosamente sus brazos mientras sentía en sus costillas un peso que se le clavaba y se sorprendió al ver a Alecto dormida con él. Se incorporó rápido de los nervios y se tranquilizó a ver que la chica estaba vestida, segundos después se percató de aquella cabellera verde que cubría parte del pecho de la joven. El inglés se puso de pie adolorido y aprovecho para jalar el brazo de Shion, separándolo del cuerpo dormido de Alecto. En instantes un adormilado Lemuriano recuperaba los sentidos con aquel tono somnoliento.
-Qué diablos…-
-Shhh… no despiertes a la niña ven…-
Ambos hombres tomaron sus zapatos y salieron silenciosamente de la suite con rumbo a la cafetería del Hotel. La mesa que se situaba en el centro de la pieza les convino bien a ambos. El juez aprovecho ese instante después de beber una taza de café negro para conversar con el antiguo Patriarca.
-Si la haces sufrir te matare…-
-De quien hablas?-
-No te hagas el tonto Aries…-
-Porque haría sufrir a Alecto? Que les pasa a ustedes los jueces?-
-Quiero a las tres hijas de mis señores con el alma y te repito la advertencia matare a quien se atreva a lastimarlas.-
-Alecto se ha ganado mi… cariño… yo jamás la lastimaría!-
-Cariño… no me hagas reír. No estoy ciego, ni idiota, Aries!-
-Es una diosa y no cualquiera… sino la hija de Hades y de Perséfone.-
-Como si eso fuese un problema, mira a Saga y al mismo Ares… por si fuese poco la señora Deméter y la mismísima Hera. El ser un humano no sería un impedimento para que una diosa se enamorase de ti. Yo solo quiero que si sientes algo por ella, seas honesto. Ella se merece eso.-
-Que sucede Wyvern acaso tu y ella…-
-No! No seas idiota!-
-Qué quieres que piense… Minos va detrás de todas las hembras y Aiacos… bueno todo indica que debe estar viendo obscenidades desde su teléfono, pero tu…-
-Yo que?-
-O eres gay o pasas por un periodo de abstinencia?-
Radamanthys sintió que perdería los estribos, justo cuando una vocecilla femenil y una figura semi despeinada llegaba a su mesa a toda prisa.
-Hey! Ustedes dos me dejan sola y tirada, mientras vienen a desayunar!-
Shion y Radamanthys se levantaron como resortes.
-Alecto!-
-Y bien?!-
Shion le propuso una silla junto a ellos.
-El juez y yo intercambiábamos algunos puntos de vista y no quisimos despertarte.-
-Espero que no estén peleando por tonterías…-
Radamanthys tocio de nervios, mientras que Shion retomo la conversación.
-Nos preocupamos por ti, eso es todo.-
La chica levanto una ceja en señal de descontento y tomo sitio junto a ellos en la mesa.
-Dejen de tratarme como una cría y después veremos por buscarle una buena compañía a mi querido Rada.-
El juez sintió que el café se le pasaba por el otro ducto. Shion intentó disuadir a la joven.
-Alecto creo que Radamanthys puede…-
-Ha no! Si lo dejamos a él solo terminara ahogado con dos botellas de whiski! Vamos Rada no puedes seguir llorándola eternamente, mira aquí hay muchísimas morenas del estilo que te gustan.-
Fue en ese momento en que Shion ato cabos y un solo nombre le vino al espíritu y así en total discreción decidió guardárselo en su mente para no lastimar más los sentimientos del joven inglés.
Pandora Heinser…
…
En uno de los Casinos del centro Minos terminaba contento su última apuesta, aquella mañana estaba de suerte no había perdido una sola jugada de Black Jack. Tenía unas ojeras de miedo, ya que no había dormido ni un minuto en las últimas 24 horas, fue entonces que se sorprendió al ver aquel rostro tan hermoso y tan familiar a dos mesas de distancia.
Estaba vestida con un hermoso vestido negro ajustado, dejándole relucir aquellas curvas perfectas, sus cabellos eran pelirrojos casi zanahorias, y su rostro… su rostro…
Minos tiro una carcajada, estaba seguro que el cansancio más el alcohol le estaban jugando una broma bastante pesada.
-Albafica… con tetas y curvas! Ahora sí que estoy alucinando… aunque… por todos los infiernos esta tan buena que aunque tuviese un pajarito escondido me la tiraba!-
Dio dos pasos y sintió que perdía el equilibrio y se percató de un par de brazos que lo atraparon a tiempo.
-Creo que necesitas ayuda para llegar al hotel.-
Milo de Escorpión, venía acompañado de Aldebarán de Tauro, el brasileño llevaba una caja de cartón en los brazos y el juez aun y mareado seguía siendo un curioso.
-Ustedes dos? Que hacen aquí?-
El brasileño le contestaría entre risas.
-Venimos a recoger un paquete de Frank, es un regalo para Enio. Pero tú pareces necesitar los primero auxilios.-
-Que dicen si estoy perfecto…-
Minos volteo su rostro en busca de aquella extraña pelirroja, pero como un espejismo en el desierto, aquella creatura parecía haber desaparecido. Así que se convenció a si mismo que todo aquello no era más que una simple ilusión a causa de la fatiga más el alcohol. En cuanto Milo lo dejo de pie se convenció de que caminar era todo un reto, así que tuvo que aceptar la ayudar de los caballeros para regresar a su hotel.
El griego pujo un poco por el peso del Noruego.
-Por Athena debí haberme quedado en la piscina con June.-
…
Al mismo tiempo en una mansión en las afueras de Las Vegas.
Saori cargaba a la pequeña Elise para cambiarle sus pañales mientras veía con calma como Saga dormía sosteniendo el biberón de Elodie, quien más que comer parecía pegársele al pecho de su padre buscando su compañía. Hilia les había traído a las pequeñas hacia una hora para darles de comer, después de haber pasado una buena parte de la noche con ella.
-Cielos realmente es muy nerviosa, debe ser por el último mes de locos que hemos tenido. Si tan solo hubiese escuchado a Saga cuando me decía que debía reposarme.-
-Hiciste hasta lo imposible, pero creo que ella salió a mí.-
Saga abría sus ojos para sorpresa de Saori, quien estaba convencida de que la fatiga había vencido a su amado caballero.
-Deberías descansar un poco.-
-Cuidar de mis nenas me relaja. Ya deja de culparte, si me hubieses conocido de pequeño te darías cuenta de donde heredo Elo sus… nervios.-
-Saga…-
-Siempre trate de fingir una fortaleza inexistente, pero no tenía otra opción, Kanon y yo solo nos teníamos a nosotros mismos. Y aunque solo seamos minutos de diferencia, yo siempre me considere responsable de mi hermano… bueno hasta que las circunstancias dictaron lo contrario.-
-Ya no te atormentes con esos viejos recuerdos.-
-Créeme que no lo hago es solo que debo admitir mi naturaleza, y en el fondo Kanon siempre fue osado y valiente… quizás imprudente, pero yo… yo siempre guarde un océano de miedos y de frustraciones que me prohibí exteriorizar.-
Saga se puso de pie llevando en sus brazos a la pequeñita mientras dejaba unos instantes a Saori ocuparse de Elise, la cocina no estaba muy lejos y a la menor de sus gemelas parecía gustarle en paseo en brazos. Le parecía tan extraño era una creatura en su opinión pequeñita en sus grandes brazos parecía encontrar toda la comodidad necesaria.
-Cielos creo que tendrán la estatura de su mama, espero que al abuelo no le dé un infarto por ello.-
-Los niños cambian con el tiempo, no se puede prever nada en estos momentos.-
Ares estaba en la cocina tomándose un café, justo cuando Saga levanto su vista hacia él.
-Parece que aun con el batallón en tu alcoba tuviste una buena noche.-
-Que la Fuente bendiga la intimidad del baño.-
Al ver esa sonrisa socarrona en los labios de su padre, Saga solo atino a hacer una mueca de rareza, misma que no sería ignorada por el Dios.
-Yo sé que es difícil para ti y para tu hermano, pero te aseguro que ella no lo está pasando mejor que ustedes.-
Saga abrazo suavemente a Eloise contra su pecho.
-y tu?-
-Yo que?-
-Hablas de mama, de Kanon, de mí, pero nunca de ti. Como te encuentras con todo esto?-
-Preocupado.-
-Preocupado? Por qué o por quién?-
-Ahora mismo por ti y por tu hermano.-
-Yo estoy bien, es que acaso le paso algo a Kanon mientras lidiábamos contra Lilith?-
-No estás bien Saga, estas feliz por tus hijas, pero dentro de ti se está moviendo un mundo entero. No sé qué hacer para que de verdad un día llegues a perdonarme por todo.-
-Papa… ya te he dicho mil veces que el pasado no fue culpa tuya, además ya lo hemos hablado y hablado.-
-Pero aun así sigues poniendo esas extrañas barreras entre nosotros. Te fuiste a Japón con tu mujer y sé perfectamente que fuiste tú quien insististe por partir casi un año entero. No me digas que fue solo por conocer las tierras en donde creció Athena, porque sé que eso no es todo.-
-No seas tonto no creas que huyo de ti, te lo juro papa no es eso.-
-Si eso ya lo sé, sé que no me odias por nuestra antigua historia, sino por la parte de tu historia en donde yo no pude estar.-
Saga le miro algo nervioso, mientras la cabecita de Eloise comenzaba a rozarse suavemente con su hombro.
-Tú no tienes la culpa.-
-Ni tu tampoco hijo, pero por desgracia soy consciente de que tú y tu hermano crecieron solos en un mundo de horrores y miserias. Soy consciente de que si no hubiese sido tan estúpido probablemente hubiésemos sido una familia y tú y Kanon habrían tenido el sitio que les correspondía junto a vuestra madre y a mi.-
-Deja el pasado atrás papa.-
-Ayúdame a hacerlo.-
-Dime cómo?-
-Derriba las barreras que te impiden acercarte a quienes te queremos.-
-Solo si me prometes no volver a atentar contra tu propia persona.-
Ares no pudo ocultar su mueca de fastidio ante la obsesión de ambos gemelos.
-Cuantas veces tengo que decirles que aquello fue una tontería! No pienso suicidarme!-
Saga solo le hizo una leve señal con el dedo ya que el tono de voz de su padre ponía a la pequeña de nuevo con sus ojos bien abiertos.
-Así no lograre dormirla pronto.-
-Dámela a mí y veras como en cinco minutos consigo lo imposible.-
-De eso nada, yo he esperado ansioso por estos momentos desde que la prueba salió positiva.-
Ares rio de la ironía.
-Definitivamente eres igualito a tu madre.-
-Mama es una mujer valiente, una verdadera guerrera. No puedes compararme con ella, creo que me faltan agallas.-
Ares sintió que sus ojos sele saldrían de sus orbitas, ante tal revelación.
-Eres el caballero dorado más poderoso que jamás ha existido!-
Saga solo bajo sus ojos y comenzó a arrullar a la pequeña quien comenzaba a inquietarse. Al mismo tiempo Ares ataba cabos y lo comprendió todo.
-Es imposible que hubieses podido vencerme, no por el hecho de que soy un Dios sino por la estrategia que utilice. Saga yo me escondí, te hice creer que se trataba de tu propio inconsciente, utilice un juego de manipulación maquiavélica y cruel. Tú me aceptaste porque creíste que se trataba de una personalidad tuya, un rostro oculto. -
-El punto es que lo acepte, fui débil y estúpido, mejor dicho manipulable. Falte a mi principio como caballero y peor aún como hombre. Cedi ante en engaño.-
-Tú no eres débil, ni estúpido! Yo fui quien jugué sucio!-
-Y yo caí! Es que no lo entiendes? Dude, flaquee, un verdadero guerrero nunca debe sucumbir ante el monstruo de la duda. No sé trata de ti, ni de lo que realmente ocurrió, se trata de que pese a todo haga lo que haga falle!-
-No digas eso!-
-Es la verdad! Falle como hermano, abandone a Kanon por una puta armadura de oro, lo vi hundirse en la soledad y no pude oponerme a un sistema que nos había separado, cuando solo nos teníamos él uno al otro! Cuando tu cosmos lo encerró en Cabo Sunion yo no hice nada por detenerte! En más de una ocasiones, durante mis momentos de lucidez jamás me atreví a ir en su búsqueda, en su ayuda. Y sabes porque?! Te lo voy a decir, porque soy un puto cobarde, porque sentía horror de encontrar un cuerpo sin vida y no cualquier cuerpo sino el de mi gemelo!-
-Saga calmate.-
Eloise comenzaba a llorar el tono de su padre la alteraba, pero era demasiado tarde Saga había abierto su propia caja de Pandora y ahora le era imposible reprimir todo aquel cumulo de emociones. Estas se abrían paso una a una dejando a Ares perplejo y desarmado.
-No se trata de ti, no te odio, hasta podría asegurarte que te quiero, en estos cinco años te has ganado mi amor, con todo y tu explosivo carácter de mierda! El problema no eres tú, ni Kanon, ni mi joven madre! El problema soy yo! Me es imposible abrazarte, porque me es imposible sentirme digno de estar aquí con ustedes! No merezco el amor de mi diosa, y vaya que la adoro con toda mi alma, pero al menos en brazos de ella me siento capaz de dar el paso, ella misma me ha dado el ejemplo de que es posible transformarse. Mientras tanto cuando estoy frente a ti veo no solo a mi padre sino a un gran Dios guerrero ante el cual no podría compararme ni sentirme digno de ser su…hijo.-
Eloise lloraba ahora a pulmón abierto haciendo que Saga recuperara su buen juicio.
-Lo siento preciosa, tranquila, no quise asustarte.-
Ares tomo una profunda respiración, tal y como se lo habían aconsejado durante su curso de Sofrología (otra idea genial de su nuera Mitchelle para aprender a controlarse en momentos de estrés). Sabía que bajo un escenario tan delicado sus métodos belicosos y agitados podrían empeorar el estado de su hijo. Se acercó templando sus pasos y extendió sus brazos haciéndole a entender a Saga que si lo deseaba podía pasarle a la pequeña, pero el géminis negó un tanto desesperado. Así que decidió recurrir al plan b, ayudara su hijo a regresar al presente.
-Eloise es sensible, así como tú, pero no creo que ser sensible sea un defecto o una debilidad. Ser sensible es un poder que nos ayuda a poder comprender lo que sucede en el exterior, con los demás y con la tierra. Es un poder sagrado, que te hace elevar el alma. Un Dios sin sensibilidad, es un dios nulo, vacío, ambiguo. En este tema tienes más fuerza de luz que la que una deidad tosca y burda como yo puede emanar. No te equivoques hijo mío, lo que tú ves en mí como mi fortaleza no es más que mi punto débil y despreciable y aquello que críticas en ti es la llave que te ha sido dada por la Fuente para vencer tus tinieblas. La diosa de la Sabiduria no podría amar a un debilucho, manipulable, es simplemente imposible, la Diosa ama al alma fuerte que se levanta con amor y con persistencia, que se entrega sin miedos ante aquello que él ama y respeta. La sabiduría está en el alma, el alma guarda en sus infinitos hilos de luz a la sensibilidad como sus ojos ante un mundo de ciegos e ignorantes consumidos por la inmundicia de sus absurdos egos.-
Aquellas palabras viniendo de cualquier otra persona hubiesen pasado desapercibidas para Saga, pero en esta ocasión se trataba de Ares, su padre, quien además era la deidad más explosiva, práctica y directa del antiguo monte Olimpo.
-Estas seguro que no estoy soñando?-
Ares solo levanto una ceja en señal de fastidio, eso de dar concejos dejando a flote su amor paternal le estaba resultando un tanto desesperante. Pero bueno como mínimo había conseguido calmar la angustia de Saga.
-Si bien le decía a tu madre, que esto de las relaciones humanas se me da fatal.-
Unos segundos después Saga le acerco a Eloise, quien aún seguía llorando. Ares la tomo con suavidad y comenzó a arrullarla consiguiendo en cinco minutos cambiar el estado estresado de la pequeña en un apacible sueño. Saga se jalaba el cabello, ante la ironia de aquella escena.
-Seras un desastre en las relaciones humanas, pero eres el mejor padre y abuelo del mundo.-
El dios intento camuflajear su sonrisa de satisfacción, de la mejor manera que encontró.
-Ni creas que vas a salir librado, así que te toca hacer el desayuno, y ya sabes que soy de la vieja escuela, así que no me vengas con simples tostaditas o cositas ligeras. Oiste?-
Saga solo negó divertido.
-Te advierto que no soy tan buen chef como Kanon.-
-Ya deja de compararte con el pobre de tu hermano, mira que él tiene que cocinar porque si no la Colorina terminaría intoxicando hasta al nene.
-No exageres Mitchy ha mejorado muchísimo.-
-Tienes razón ya hemos pasado de la intoxicación a la simple diarrea acida.-
-Papa!-
-Vamos hombre, que estoy seguro que un par de huevos con tocino no te serán tan difíciles de preparar! Y date prisa que muero de hambre!-
-Sí señor.-
…
En una alcoba de la misma mansión los besos de Kanon no permitían que Mitchelle pudiese dar un solo paso fuera de la cama.
-Tranquilo mi amor, te lo juro que lo peor ya quedo atrás.-
-Entonces hazme feliz y hagamos otro bebe, quiero que crezca la familia y quiero que Gael pueda compartir sus experiencias con un hermanito o porque no una niñita.-
-Nuestra pequeña familia.-
Un beso apasionado y entre las sabanas se fueron tejiendo, en sincronía, un sinfín de profundas sensaciones.
…
En otro punto del sagrado y siempre loco Las Vegas…
Sobre la cima de una montaña rusa las emociones de un general de Poseidón, más que tejerse estaba por descocerse.
-Constita estas segura que este aparatejo es fiable?!-
-Soren, se supone que eres uno de los más poderosos Generales del Capitán Sardina… perdón de… bueno dejémoslo en Julián!-
Junto a Sorrento y a Constanza pero en el asiento de atrás otra pareja tenía la misma discusión.
-Eliana, mi cielo, a mí eso de las alturas se me da muy mal, me oxida las células! Tu sabes que siempre he tenido una piel delicada mi preciosa!-
Afrodita estaba pálido, mientras que su estómago comenzaba a jugarle un extraño juego de sensaciones, que el piscis consideraba nada agradables. Lástima que Eliana de la emoción, lo último que hacía era prestarle atención al delicadamente poderoso Caballero.
En unos segundos los vagones se lanzaron a una velocidad impresionante. Las chicas levantaron sus brazos presas de aquella excitante subida de adrenalina mientras que un par de valientes y osados guerreros, suplicaban en lo más profundo de su alma que la Fuente tuviese piedad y que sus estómagos no terminasen por traicionarles de una forma demasiado vergonzosa.
En aquel mismo parque de atracción a unos metros de aquella montaña rusa June de Camaleon se daba gusto comprando un par de helados para ella y para Milo, quien acababa de llegar para unírseles. El griego miro curioso hacia aquellas atracciones y después tomo con placer aquel delicioso helado de chocolate con vainilla.
-Que Dionisio bendiga Las Vegas, mi preciosa!-
-Amen mi bichito.-
