Capítulo 29 Tantos mundos, tantas vidas y tantos tiempos…
Demasiados siglos, demasiados paralelos, al final el tiempo es una simple ilusión capaz de atraparnos en los hilos de su maquiavélico juego.
Mitchelle continuaba su camino por aquella enorme estación de tren, miro hacia el tablero en una hora su tren saldría al destino, mientras tanto esperaba paciente en aquella banca. Sin duda el clima de la bella ciudad de Paris diferenciaba muchísimo del calor tropical al que ella estaba casi acostumbrándose. Aquella gabardina negra, regalo de Saori por su cuarto aniversario de casada, era una maravilla que la abrigaba de algo más que el aire fresco. También estaba el estrés, algo a lo que ella aun no podía acostumbrarse, de nuevo otro regalo incomprensible del paralelo de los seres humanos.
Unos minutos pasaron y entonces la pelirroja pudo reconocer aquella presencia, tan agradable y tan reconfortante. Desde el suelo pudo apreciar unos zapatos de piel, negros, limpios y elegantes. Al subir su mirada aquel pantalón de tela gris azulado cortaba armoniosamente con la vana elegancia. Luego una chaqueta negra de tela gruesa, hasta subir rápidamente para encontrar aquella cabellera negra como la noche brillante que llegaba justo a los hombros en perfecta sincronía. Su nariz aguileña y sus ojos de un azul oscuro, que al tocar la sombra de su melena parecían volverse negros.
Mitchelle solo supo ponerse de pie y abrazarle con desespero.
-Por la Fuente, juro que rogué con toda mi fuerza por tu compañía.-
-Aquí estoy, como siempre y para siempre.-
La abrazo como quien quiere fusionarse en alma y en espíritu. Hacía mucho tiempo que no la veia y sin embargo solo ante ella era capaz de salir de su habitual anonimato.
-Azrael… Anubis… la pesadilla de hace milenios vuelve a nosotros.-
-No lo conseguirá, no lo logro en aquel paralelo y no se lo permitiremos en este.-
-No lo logro, pero las consecuencias de sus actos hundieron a la humanidad tanto o más que por los delitos de los observadores. Si Ra no lo enfrenta, no veo otra manera de detenerle, y el señor del Gran Sol Central está deambulando entre billones de cuerpos que viven en este planeta. No tengo idea como rastrearlo, y ni siquiera sé si desea verme.-
-Eres su hija, eso es más fuerte que cualquier rencilla o disputa.-
-No estoy tan segura, él jamás acepto mis sentimientos por… Kanon.-
-Quien diría de nuevo engendrado por Ares, Saga y tu marido no quieren profundizar en el tema, pero su lazo sanguíneo con Marte es legendario yo diría que realmente son lazos espirituales.-
-Ya es complicado adaptarse a esta encarnación, si tuviese que volver a su época de Remo, o a la de Atlántida…-
-Como esta Kanon?-
-Dentro de unas horas estará como furia contra mí.-
-Debiste dejarle venir.-
-Y revivir la época Atlante? No, no aun, no ahora.-
-No fue mala, hicimos muchas cosas interesantes, lo recuerdas? Las primeras pirámides de cristal y los nexos de equilibrio entre la Tierra y los soles. Los portales para acceder a las otras dimensiones y a las estrellas. Las escuelas de fusión con la naturaleza…-
-Te recuerdo que aun con todo terminamos partiéndonos la cara con Seth y con los Olimpos.-
-Fue una experiencia…-
-No quiero agregar más recuerdos a la consciencia de mí esposo.-
-Has hablado con Toth?-
-Aun no, supongo que deberíamos llamarle, pero no sé si este dispuesto a despertar aquella consciencia de nuevo.-
-He escuchado que se ha vuelto más ligero.-
-De hecho si lo vieras no tiene nada que ver con la seriedad de aquella época. Ha reencarnado con la consciencia despierta, pero con el espíritu de Hermes. Quizás porque de alguna manera desea aliviar un poco el daño que los Olimpos causaron.-
-Si alguno de los Olimpos se ha partido el lomo por la humanidad, ese es él. No sé porque se empeña a llevar ese peso sobre sus espaldas. No me extraña que digas que se ha vuelto más alegre y ligero, en verdad de todos es y ha sido siempre el más valiente.-
Una voz distorsionada se dejó escuchar por el alta voz.
-Es nuestro tren, debemos ir pronto.-
-Insistes en que viajemos como simples humanos.-
-Si Ra está dormido no quiero despertarlo de un susto, además tengo un presentimiento, creo saber en dónde se encuentra.-
-Lo ves aunque tienes miedo sabes en el fondo que el lazo de padre e hijo es inmortal y fuerte. Estoy seguro que si le explicas tus razones y si dejas que vea en tu corazón, terminara por bendecir tu unión con Kanon. Además esta Gael en medio, es su nieto.-
Ambos apresuraron el paso montando al tren que aguardaba en la vía dos.
-Por el momento creo que lo mejor para mi hijo es que permanezca seguro junto a mi esposo y mis suegros. Seth es vengativo y demoniaco.-
Así se adentraron en el vagón correspondiente, en cinco minutos el tren saldría con rumbo a Londres.
…
Saori tomaba su desayuno en el balcón con vista al hermoso Mediterráneo, Saga parecía disfrutar de su ducha, lo que le daba a la joven diosa un momento para perder sus pensamientos entre un suave sorbo de café y el melodioso sonido de las olas. En minutos sintió que la brisa marina se volvía menos húmeda, sintió la arena entrar por su nariz lo cual le dio una sensación de asfixia. Algo tocaba su cosmos, una imagen lejana, grotesca el choque de dos meteoritos que colapsaban en pleno cielo furiosos e imparables. Luego aquella imagen del desierto, la gran esfinge aun de pie como mudo testigo de aquel enfrentamiento. Así subiendo por los pies de la misma, una serpiente negra, hambrienta y rabiosa que seguía su camino en dirección a la corona de aquella emblemática figura. Al alcanzar la cima las fauces de aquella bestia se abrieron feroces y furiosas y sus ojos se cargaron con la energía de un rayo dorados que bajo de las bóvedas celestes nutriendo el cuerpo de la bestia, despertando un grito de cólera y de aniquilación.
-Saori!-
La joven se sintió algo mareada cuando se encontró con el rostro nervioso y mojado de su esposo.
-Saga…-
-No me digas que estas bien porque sé que algo paso.-
-Tuve una visión.-
-De que tipo?-
-De las que erizan la piel y te llenan de terror.-
-Dime… cuéntamela.-
-Vi una guerra y un monstruo que amenaza con aniquilar nuestro mundo.-
-Qué raro.-
-Lo sé… a estas alturas ya nada debería preocuparnos, pero esta vez…-
-Esta vez…-
-Quiero ver a las niñas Saga, quiero ponerlas en seguridad!-
-Tranquila, nadie va a ponerle un dedo a nuestras niñas te lo juro.-
-Eso que vi… fue tan horrendo que no sé si tendremos la mínima oportunidad de evitarlo.-
-No digas tonterías, ya verás de lo que somos capaces, juntos somos invencibles.-
-Saga…-
-Dime mi preciosa.-
-Y si no fuese a nosotros de vencerla? Y si…-
-Porque dices eso?-
-La oscuridad solo puede ser detenida por la luz, ambas se complementan, el sol brilla en el escenario celestial. La noche sucumbe a sus seductores rayos.-
Saga se sonrió coqueto.
-Lo ves aun con miedo eres capaz de sacar conclusiones románticas mi Diosa.-
Aunque Saori parecía más retraída de lo que Saga se imaginó, las palabras de su esposo parecían vagas, mientras que ella meditaba en voz alta.
-La bestia no respeta estos conceptos, ella devora todo, nada sobrevive a su hambre. Apofis es invencible.-
Los ojos de Saga se abrieron de asombro, el rostro de aquella bestia al fin se desvelaba, llevándose consigo la poca seguridad con la que el caballero quería contar.
-Ven mi preciosa, vamos a vestirnos y saldremos de inmediato en busca de mi padre.
…
Mientras tanto en una terraza al borde del mar en Venecia, un joven castaño leía divertido su periódico justo después de su apetitoso desayuno.
-Saqueos en Egipto. Sin duda en pleno siglo veintiuno sigue habiendo pendejos incapaces de respetar el trabajo que realizamos siglos atrás.-
Escucho curioso el roce de una silla que se acercaba a su mesa descubrió curioso y coqueto un perfume bastante agradable.
-Nunca me niego a una agradable compañía femenil.-
-En eso has cambiado, hubo un tiempo en que eras tan rígido que creí que te convertirías en una estatua viviente.-
El periódico cayó de sus manos a causa de la impresión, dejando frente a él un rostro mítico, imposible de olvidar.
-Isis…-
-Toth, Hermes… dime como prefieres que te llamen?-
Se sorprendió de verla vestida con aquel traje sastre azul marino y con su cabello perfectamente liso que caía en armonía en sus hombros.
El camarero se acercó y la dama no dudo en pedir un té verde al jazmín.
-Supongo que tu invitas, Toth?-
El solo asintió serio, clavando su mirada en los ojos marrones de su inesperada invitada. Quiso hablar pero era como si de la impresión cada palabra quedaba aprisionada en su garganta, nada salía, así que ella tuvo que tomar el sitio.
-Apofis está por despertar, y no de su propia voluntad.-
Toth respiraba despacio, aunque cada inspiración parecía cargarse de furia. La taza de té fue bien recibida y después de un pequeño sorbo la dama continua su discurso.
-Seth ha vuelto y está decidido a tomar venganza por lo que él considera una gran afrenta. Ha robado la llave que contiene a la bestia y pretende usarla como arma de guerra.-
-Arma de guerra? Dirás de aniquilación, nada sobrevive a esa cosa, nada ni siquiera los Dioses.-
-Lo sé.-
-Donde esta Ra, seguro que él puede detener esta barbaridad?-
-Mi hijo Horus ha bajado a la Tierra, llevando dentro el espíritu del gran Ra.-
Toth negó divertido al recordar.
-Ha es verdad lo había olvidado, los poderes del gran Sol Central fueron transferidos a tu retoño. Bonita trampa le pusiste a nuestro viejo sol, pero bueno conociendo al buen Ra, seguro que en el fondo estaba de acuerdo.-
-Estaba cansado y quería irse del planeta, delegar su autoridad en mi hijo fue en el fondo una liberación para él.-
-Si supongo… qué esperas de mi mujer?-
-No espero nada, pero cumplo con mi consciencia al advertirte del peligro que viene. Te lo debo, después de todo fuiste de los pocos que me tendieron la mano en los momentos más difíciles.-
-Donde esta Horus?-
-No lo sé.-
-Bromeas! Me has encontrado sin ningún problema y no tienes ni idea de en donde pueda estar tu propio hijo.-
-No he vuelto a ver a Horus desde el día del gran cataclismo Atlante.-
-Como sabes que sigue en la Tierra?-
-Porque no se ira hasta no recuperar lo que perdió aquí. Su ojo, esa parte suya que camina entre los humanos.-
Toth comenzaba a desesperarse.
-Ella desapareció, no he vuelto a sentir su cosmos desde el gran hundimiento.-
-Era una diosa, su energía era grande y estaba llena de compasión, un ser así no queda atrapado en las líneas de esta dimensión. Tu mejor que nadie debería saberlo! Además era muy cercana a ti, estas seguro que no has vuelto a estar en contacto con ella?-
-Que insinúas mujer?-
-Quizás su cosmos cambio, quizás se fundió a sus verdaderos orígenes unos más elevados que ni el de los propios creadores. Siempre fuiste cercano a su energía, estoy segura que te fue imposible separarte de ese vínculo. Piénsalo bien señor del ocultismo.-
Los ojos de Hermes se abrieron ante la sorpresa.
-Mitchelle… Oh por la Fuente! Ascendió fusionándose a su naturaleza de Arcángel y después descendió de nuevo como humana. Que estúpido! Como no me di cuenta, Mitchelle y Maat son la misma energía.-
-Bravo, ahora si mereces el título de Dios de la sabiduría.-
Después el joven medito dos minutos hasta caer en cuenta.
-Un momento si sabes de ella, es porque ya has ido a buscarle. Qué le has dicho? Qué has hecho?-
-La conciencia de mi hijo puede estar dormida o no, eso lo ignoro, pero sé que la busca. Es su hija y no abandonara este planeta hasta dar con ella. Ellos tienen asuntos pendientes. Desperté la conciencia de Maat para que ella se encargue de traer a mi hijo de regreso, es la única opción para poder salvar este planeta.-
-Desde cuando te interesa tanto la Tierra? Hace milenios que tú y los tuyos partieron.-
-Mi hijo sigue aquí entre ustedes. Él es todo lo que tengo y además no hay que ser estúpida para no saber que una vez que Apofis devore la Tierra, el resto de los mundos le seguirán. Hay que detener a mi hermano quien está por cometer el más grande error de toda la historia de este universo.
…
En casa de Ares la calma era una energía aparente y hasta cierto punto incomoda.
Hilia salía del baño llevando consigo a una Elodie muy contenta entre las toallas, después de haber recibido una buena ducha tibia. Por su parte Ares tomaba una taza de café cargando con su brazo libre a Elise, quien se esmeraba por atrapar el periódico sobre la mesa.
-Pero que terca eres hija, idéntica a tu padre, cuando se te mete algo en la cabeza no lo tienes en los pies.-
Al ver pasar a su mujer el Dios respiro nervioso, aquellas palabras de la noche anterior le habían trabajado demasiado, más de lo que él mismo podría aceptar. No podía guardar todo aquel torbellino por más tiempo, se estaba ahogando.
-No es la primera vez que estamos juntos Hilia.-
La amazona se dio media vuelta atrapada por aquellas palabras.
-Si te refieres a la época de Lilith…-
-Sí y no. Creo que te he tenido en tantos tiempos y aun así no puedo cansarme de ti. Te busco cada vez en cada epoca y siempre te encuentro, créeme puedo reconocer el cosmos de aquellos que han estado cerca mío, y más de mis mujeres.-
El rostro de Hilia se endureció, odiaba que le hablase de las otras, era algo que simplemente no soportaba.
-No quiero saberlo, no sé a qué viene eso ahora.-
-A tu idea de que soy un Don Juan perdido.-
-Ares no es el momento.-
-Te he amado muchas veces, creo que más de lo que te puedes imaginar.-
-Ares por favor!-
Quizás se hubiese iniciado una batalla de palabras si no fuese porque un cosmos familiar se hizo sentir con una fuerte carga de angustia.
-Papa!-
Kanon salía de aquel túnel inter dimensional con Gael en brazos y no tenía la pinta de estar en sus cabales.
El Dios de la energía, dejo su café casi de golpe para ponerse de pie con todo y niña en brazos, sorprendido por aquella inusual interrupción.
-Pero que ocurre que vienes como loco? Dame al niño que lo estas asustando!-
Apenas y del estrés Kanon sintió como Ares tomo con su brazo libre a Gael, quien miraba a su abuelo con los ojos cargados de miedo.
-Tranquilo Gael aquí está tu abuelo que de un zarpazo va hacer volver al pendejo de tu padre a la realidad.-
-Abuelito me quito tu carta y está muy molesto con mama.-
-Mi carta, cual carta?-
Kanon estaba furioso y de inmediato arrojo a la mesa la carta para que su padre pudiese verla.
-Está en un maldito idioma raro! Porqué me hace siempre esto? No puede seguir dejándome tirado dizque para protegerme cada vez que pasa alguna calamidad! Demonios que soy un guerrero también! Juro que cuando la tenga enfrente la voy a…!-
La cara de disgusto de Ares hizo que Kanon realizara que sus amenazas estaban asustando mucho a Gael. El gemelo menor comprendió el gesto en los ojos de su progenitor, esas palabras no se decían delante de los niños.
-Yo… lo siento hijo, estoy nervioso y muy preocupado.-
Gael se abrazó contra el pecho de Ares, estaba aterrado y ahora lloraba.
-Mi mama está en peligro abuelito, se fue y te dejo una carta, pero vi en sus ojos que algo iba mal. Tengo miedo. Papa esta tan enojado que cuando la encuentre la va a lastimar.-
Kanon reacciono en el acto.
-No, no, no tranquilo mi pequeño te juro que nunca podría lastimar a mama, la amo demasiado. Es solo que yo también estoy asustado. Yo quería ir con ella para cuidarla pero no me dejo y…-
Hilia dejo a la bebe en su sillita de cocina, mientras que tomo la carta de la mesa.
-Pero que idioma es?-
Ares se aproximó a su mujer.
-A ver déjame verla, sosténmela. -
En cuanto vio la oportunidad bajo a Gael, quien no quería acercarse a su padre y permaneció detrás de su abuelo. Kanon estaba destrozado.
-Gaelito, lo siento de verdad, no tienes que tenerme miedo.-
Ares solo negó con fastidio.
-Tenías que heredar mis manías, ahora te calmas y deja respirar a Gaelito.-
Hilia estaba curiosa.
-Qué dice?-
-Hace miles de años que no había leído esta escritura.-
Kanon siguió curioso.
-Es egipcio?-
-No exactamente. Es el más antiguo sanscrito, la lengua original de los Atlantes.-
-Que yo sepa Poseidón no ha instituido ningún lenguaje marino.-
-No hablo de esa reconstrucción de ciudad de Atlantis que creo Poseidón a miles de kilómetros dentro del océano, sino del antiguo continente Atlántida la ciudad de las muchas civilizaciones y cuna de distintas jerarquías de Dioses. La cual fue hundida a causa de nuestra soberbia y de la guerra entre los dioses. Ahí fue en donde comenzó todo, la gran caída, la contaminación del ADN humano y la esclavitud de la humanidad.-
-Escucha papa suena muy interesante, pero por ahora no tengo ganas de que emprendamos un viaje por los anales de la historia oculta a los hombres. Dime qué dice esa carta? Sabes en donde está mi mujer?-
Ares leyó unos segundos, en absoluto silencio mientras intentaba digerir aquella información que parecía despertarle las fibras de los viejos recuerdos.
Flashback
-Has perdido la cabeza, es hija de Ra del Viejo Horus!-
-Y yo soy tu hijo, dijiste que me darías lo que yo te pidiese, nunca he querido nada, salvo a ella. Yo quiero a esa creatura, la quiero al precio que sea!
-No puedo iniciar una guerra por una princesa de otro reino, escoge otra creatura. Una ninfa, una sirena o una humana hay otras islas llenas de creaturas interesantes! Alguien a quien podamos tomar sin tener que rendir cuentas a nadie.-
-Ella me quiere también! Estoy seguro que ella vendrá conmigo si yo se lo pido, solo tienes que aceptar que la traiga y prestarme unos cuantos soldados para conseguirlo!-
-La piensas raptar? Dime que no eres tan estúpido como para querer cogerte a una de las hijas de Ra! Lisandro te has vuelto loco?!
…
-Papa! Hey!-
Marte volvió de golpe a la realidad, más cuando Kanon insistía sobre el contenido.
-Que dice la carta papa?-
-Habla de una vieja creatura, peligrosa que el gran señor del sol había logrado encerrar en las profundidades del abismo. Alguien ha robado la llave y piensan liberar a ese monstruo.-
Kanon lo miro directo a los ojos con cierto aire de insatisfacción.
-Qué más?-
-Lo otro lo hablaremos después.-
-Se lo de Ra, sé que es el padre de Mitchelle o mejor dicho de Maat, quien resulta ser la misma persona. Así que ahora quiero saber porque demonios no puedo ir con ella en busca de mi suegro, el gran Dios del Sol?-
-Porque si te encuentra te despellejara vivo, sin ningún recato créeme.-
-Pero por qué?!-
-Porque eres y siempre has sido mi hijo, y por lo tanto tus modales y diplomacia se han mejorado muchísimo con tus diferentes encarnaciones, pero en aquel tiempo eras más pendejo que hoy.-
Kanon sintió que todo aquello le daría una buena urticaria.
-Qué?!-
-Ahora no es el momento, debo encontrar a Hermes lo antes posible, si la bestia es liberada, no habrá fuerza humana o divina que salve el universo.-
…
En el otro continente la noche estaba en su punto Shion y Alecto seguían en total discreción a aquel grupo de excavadores clandestinos.
Ahora recorrían las profundidades de frías cavernas en descenso por un camino donde las paredes de piedra estaban adornadas con pinturas teñidas de rojo. Además de algunos jeroglíficos grabados en las piedras.
-Mira Shion, yo diría que es el sol, al menos parece la forma de una enorme estrella y mira como aquí se ve una serpiente que desciende del cielo con plumas estrellándose contra esta cosa rara.-
-Conozco este símbolo, es la figura solar de Kukulcan, el Dios maya del sol, la serpiente emplumada. Y aquí esta otra serpiente una teñida de negro, ambas parecen enfrentarse en una batalla a muerte.-
Ambos siguieron unos cuantos metros hasta escuchar las voces de aquellos hombres hablar entre sí.
-Es sacrilegio, hay una maldición para quien entre en estos reinos.-
-No te pagan por pensar, adelante!-
Uno de los hombres cavo hasta golpear con algo sólido.
-Una puerta vamos!-
El grupo se unión hasta liberar las telarañas que cubrían aquella puerta misteriosa, uno de los hombres se aventuró a jalar lo que se veía como una vieja cerradura. En instantes un pequeño cuadro se desprendió sorprendiendo por el ruido a gas que escapaba del otro lado. Las risas de los hombres aligeraron el ambiente aunque no por mucho. Uno de ellos emitió un grito desgarrador.
-Ahhhhh!-
Una serpiente negra salía del suelo que contornaba la puerta, su mordedura fue mortal y junto a ella otros huecos se formaron alrededor de aquel pasaje liberando decenas de estas creaturas furiosas y mortales.
Shion y Alecto observaron aterrados, la joven tenía intención de intervenir, pero el lemuriano la cerró en un abrazo hablándole por el cosmos.
-Conozco esa escritura y dice: No profanar un sitio maldito, la muerte es lo que se oculta del otro lado de aquella puerta.-
-Qué hacemos?-
-Nada, solo vigilar y asegurarnos que esa puerta lo llegue a ser abierta porque del otro lado no hay nada de lo que estemos acostumbrados a tratar.-
-Los dejamos morir así como así.-
-Debemos saber quién está detrás de esta extraña profanación y qué es lo que pretende?-
