Capitulo 39 Mi ojo furioso.

Saori estaba desesperada la pequeña Elodie comenzaba a despertar luces de colores en su pequeño cosmos.

-No puede ser, tranquila.-

Sorrento escucho los gritos de la bebe y trato de calmarla con una figurita de delfín de goma.

-Toma a Andy le encantan este tipo de cosas.-

La pequeña se ponía más histérica, los colores de su aura comenzaron a vibrar en total desarmonía y arrojo el juguete desesperada.

Saori se inquietaba.

-Esto no es normal, tranquila cielo, todo va a estar bien, te lo aseguro.-

Constanza, llevaba a Elisse en brazos y comenzaba a inquietarse ante la reacción de la otra gemela.

-También la pequeña de Shaina está inquieta, apenas y logre calmarla, el desastre se acerca y nosotros aquí a miles de kilómetros de profundidad.-

Sorrento trataba de tranquilizar alas estresadas chicas.

-Tenemos tres bebes, un niño y una embarazada en sus últimos meses, así que no creo que estemos perdiendo nuestro tiempo.-

Elodie se retorcía, y para sorpresa de Saori la energía de la niña comenzó a crear un campo de inestabilidad sobre el cuerpo de su hija.

-No, cariño tranquila, te lo suplica no nos hagas esto.-

El general estaba asustándose.

-Pero qué ocurre?-

Después algo que ninguno hubiese predicho, en un segundo la bebe desapareció de los brazos de su aterrada madre.

-Elodie!-

Gabriel, quién vigilaba la cuna de la bebe de Mu sintió una punzada de dolor en su corazón.

-Por la Fuente!-

El dolor la puso de pie, sintió sus brazos temblar y se perdió en una visión que le lleno de horror.

Los gritos de pequeños niños y el rugido de los leones, una voz siniestra que le grito en lo más profundo de su alma.

-Sangre de los inocentes, deleite de los caídos.-

Gabriel reacciono con furia.

-No!-

Su cosmos se encendió y su grito despertó a la pequeña que le acompañaba. La rubia tomo al bebe en brazos y salió corriendo al salón en busca de Saori y el resto.

A unos metros Sorrento intentaba calmar el terror de la diosa de la sabiduría.

-Constanza qué está pasando?-

-No lo sé, juro que no lo sé.-

Gabriel llego corriendo con la bebe en brazos.

-Andy no está por ningún sitio!-

Saori lloraba asustada.

- Elodie desapareció, mi hija desapareció!-

-Están en peligro, esa cosa se los ha llevado.-

Sorrento estaba frustrado.

-Quién?-

-Ese cosmos maligno, el mismo que está perturbando a Aurora! –

Saori corrió hasta Constanza y beso suavemente a su otra pequeña.

-Cuídala te lo suplico!-

Sorrento comprendió lo que pretendía.

-Es una locura!-

-Es mi hija y tiene meses, por favor, te lo suplico!-

Gabriel ilumino su cosmos y tele transporto a Saori y a Sorrento fuera de los dominios submarinos, hasta la tierra firme. El Arcángel utilizo su enorme cosmos intentando trazar aquel cosmos maligno.

…..

Maat caminaba detrás del grupo, justo detrás de Kanon cuando algo le hizo detenerse de inmediato.

Kanon se dio media vuelta.

-Preciosa debemos darnos prisa.-

La chica abrió sus ojos como platos apuntando al cielo.

-Qué es eso?-

El grupo se detiene y al observar justo sobre ellos dos manchas bajaban a gran velocidad.

Kanon se alteró al ver a donde iban.

-Saga, cuidado!-

El pobre gemelo solo sintió el peso de un cuerpo entero cayéndole encima.

-Qué demonios!-

Su aroma era demasiado familiar y encantador, segundos después se escuchó su voz.

-Elo… mi pequeña.-

-Saori!-

La peli morada miro bajo su cuerpo, sorprendida de encontrar a su despeinado y medio quemado esposo.

-Saga!-

Serket alucinaba.

-Esta también se rencarno, vaya mierda!-

A Anubis le hubiese gustado amonestarla pero su castigo cayó del cielo.

-Ahhhhh cuidado!-

Kanon alucinaba.

-Sorrento! Quién demonios está cuidando a los niños?-

Saori se incorporaba y ayudaba a Saga en el proceso.

-Se llevaron a Elodie, se llevaron a nuestra hija!-

Saga sintió que estaba teniendo una horrible pesadilla.

-Qué!- Quién? Donde esta nuestra hija?-

-Desapareció de mis brazos, un cosmos negro se la llevo a ella y a Andy.-

-Como paso? Donde esta Elisse?-

-Se la deje a Constanza, se supone que Gaby debía orbitarnos cerca de donde están los niños!-

Kanon se quiso morir.

-En medio del desierto!-

Saori se apresuraba corriendo hacia la montaña, mientras que Saga la seguía desesperado.

-Espera Saori!-

-Mi bebe, donde está mi bebe?-

Sorrento se ponía de pie, recuperando su compostura.

-De verdad lo siento.-

Serket no desaprovecharía su oportunidad para seguir de venenosa.

-Viniendo de un amigo de Lissandro, ya nada me sorprende.-

-Quién es Lissan….

Kanon se apresuró para ayudar a su colega, alejándolo de la diosa escorpión.

-Qué demonios paso?-

-Lo que Saori les dijo, la bebe desapareció, así de repente. Andy también y Gabriel percibió un cosmos maligno que se dirige contra los pequeños.-

-Solo esto nos faltaba, Eloise es una bebe de brazos!-

-Y Gael, dime qué ya sabes algo?-

-Si, esta con su abuelo, así que no me preocupa tanto.-

-Vaya Ares es un genio rastreando nietos.-

-Qué? No, no está con mi padre sino con el padre de Mitchy.-

-Mitchy tiene padre? Es algún Arcángel de la Fuente, el famoso Anciano de los Días?-

-No, no es… sabes qué después te lo contare todo, te lo prometo, ahora debemos encontrar a…-

En determinado momento Saori corrió tan rápido que no percibió a alguien más que hacía lo mismo, pero en dirección contraria. Del golpe cayeron ambos sentados.

-Pero qué demonios!-

Ares se sobaba la frente y sintió un escalofrió al ver a su nuera haciendo lo mismo.

-Qué demonios haces tú aquí! Donde están las niñas?-

Saga se detuvo a unos centímetros y no tropezó gracias al agarre firme de su madre.

-Hijo, qué pasa?-

-Elodie y Andy desaparecieron y hay un cosmos oscuro que los persigue?-

Saori se jalaba el cabello llorando, histérica.

-Ares no estoy para tonterías, tienes que ayudarnos a encontrar a la niña!-

En medio del desierto, Andy tomaba en sus pequeños brazos a la bebe. La niña parecía calmarse al sentir los latidos de corazón del pequeño tritón, su única frustración era esa incapacidad suya para gesticular palabras en los lenguajes humanos. En esos momentos daría cualquier cosa por poder hablarle a Elodie. Hacía calor, el desierto no era el sitio ideal para un pequeño Tritón aunque este tuviese piernas.

Tenía miedo, quizás más que Elodie, él a diferencia de ella se daba cuenta de la situación. Era consciente que el hecho de ser un tritón le otorgaba un cuerpo más fuerte que el de un niño humano y usaría esa ventaja para proteger a la bebe y a sí mismo. En ese momento solo podía pensar en una persona, aquel a quien consideraba como su padre, Poseidón.

A unos kilómetros de Alejandría en pleno desierto…

-Andy!-

Julián comenzó a gritar el nombre del pequeño como un desquiciado, Hades estaba seguro que su hermano sufría una crisis de deshidratación.

Mu y Radamanthys se apresuraron a socorrer a los dioses.

El lemuriano quiso pasar un poco de su cosmos (lo poco a lo que tenían acceso) al señor de los mares, pero al hacerlo sintió un extraño presentimiento.

-No es una alucinación, yo también pude sentirlo.-

Hades estaba desubicado.

-Los niños se quedaron en Atlantis, es imposible que…-

Aunque luego reflexiono y tomando en cuenta que Andy era el hijo adoptivo de su hermano, y ya casi como de la familia directa y él mismo nunca podía detener a sus amadas hijas de liar problemas…

-Radamanthys como te sientes?-

-Mucho mejor.

-Qué bueno porque además de lidiar con extraterrestres locos y con demonios, creo que tendremos que buscar a los niños.-

El rubio solo suspiro con resignación.

-Hay no…-

Toth se aproximó a Mu para ayudarle.

-Cómo puedes tener cosmos en medio de este desastre, nadie lo tiene?-

-Soy de raza lemuriana, nosotros somos sanadores por naturaleza, desde niños nos instruyen sobre el funcionamiento del cuerpo humano y la medicina. Esta energía no es precisamente el cosmos poderoso que usamos en batalla, en realidad es mi naturaleza.-

Shaina estaba muy inquieta.

-No dejo de pensar en que los niños están en peligro.-

Milo le paso un termo con agua tratando de animarla.

-Acabaremos con esa serpiente y así podremos volver a casa con los nuestros.-

Aunque June tenía un presentimiento y no quiso dejarlo desapercibido.

-Mi señor Toth, hay una energía que proviene del sur, tengo la necesidad de ir a ella.-

El Dios no podía explicarse el porqué, pero sabía que la rubia tenía razón. Basto con hacerle una señal afirmativa y la chica se desvió del grupo.

Julián seguía intranquilo, transpiraba como loco y comenzaba a hablar solo.

-Al mar; corre, corre al mar pronto!-

Hades le vacío un poco de agua en la cabeza, lo que relajo un poco los ánimos del joven dios.

-Esto es de locos tenemos que salir de este sitio y rápido.-

Minutos después el dios del inframundo se vio en la necesidad de llevar en brazos a su hermano menor.

Hathor sintió un estremecimiento que le atravesó hasta el alma.

-Estamos cerca lo puedo sentir.-

Camus la miraba con curiosidad.

-Aquí solo hay arena mi señora.-

-No por mucho…-

La diosa jalo al francés unos metros atrás del resto del grupo.

-Déjalos seguir.-

Los ojos de Hathor eran de ámbar como los de su adorada Aurora y ahora parecían hablarle en el silencio. Toth se paró en seco y al voltear solo pudo cerrar sus parparos con fuerza. No podía seguirla, no ahora, sabía que ella tenía un objetivo, una misión, y que el triunfo de su misión podía depender de ella.

La dama de Sirius y el caballero de los hielos desviaron discretamente sus caminos con la esperanza que sus corazones les guiaran hacia aquellas personas que tanto significaban para ambos.

….

El pequeño tritón se alegró de no tener que caminar mucho para encontrarse con aquella maravilla. Por fin, una playa, si era el mar y no cualquier mar sino uno cuya energía le resultaba bastante familiar. Era la energía de Julián, de su padre Poseidón. Corrió de inmediato para buscar una palmera en donde poder cubrir a la pequeña del sol, la que se encontrase más cerca de algún hueco con agua de mar.

Así pudo refrescar su piel unos instantes y recobrar sus fuerzas, después salió del agua solo para darse cuenta que la pequeña podría tener hambre y que él no sabía qué hacer en esa situación. Se sentó bajo aquella palma con la bebe en sus brazos arrullándola suavemente, esperanzado que algún milagro podría llegar a salvarles.

Una voz tenebrosa lo haría tomar a la bebe en brazos preso del terror.

-Pero que tenemos aquí, un banquete de carne fresca solo para mí.-

Ahti la diosa de cabeza de avispa, llegaba llena de venganza y dispuesta a atacar a los pequeños.

Aurora dejo que Eliana y Afrodita tomasen unos metros de ventaja y aprovechando una pequeña nube de arena que les nublo un poco la vista, la pelirroja desvió su dirección sin previo aviso. Su corazón latía más fuerte que nunca y mil imágenes extrañas surcaban en su mente.

-Mama, mama mira cómo puedo convertirme en un gatito.-

La dama de ojos ámbar y orejas puntiagudas atrapada aquel pequeño felino naranja que deambulaba por el salón. Una vez en sus brazos el gatito se transformaba. Ahora eran solo una madre y su hija que se tenían con la fuerza de un abrazo. Después un pequeño halcón apareció dentro del salón con algo en sus garras y al posarse en el suelo se transformaba en una niña pelirroja de ojos verdes y rostro pecoso.

-Yo puedo volar.-

La pequeña llevaba un dulce en sus manos, al verla su madre la amonesto.

-Maat no se toman las cosas sin permiso!-

La pequeña partió el dulce por la mitad dándole la otra parte a su hermana.

-No lo robe, Toth me lo dio, es piña cristalizada con azúcar y sabe muy bien.-

Después un escorpión pequeño apareció en medio del salón, tomando la forma de una niña de cabellos negros y ojos azules, venia molesta y así lo hacía ver.

-Papa no quiere que lo acompañe en la barca, pero por qué? Maat odia hacerlo y sin embargo la obliga y a mí que adoraría estar ahí…-

Su madre se acercó a la mesa y le ofreció un vaso para que bebiese un poco.

-Tu padre cree en las tradiciones, pero te quiere igual que a tus hermanas.-

-No es cierto! Tu si me quieres él no! El solo quiere a Maat y mira como ella se lo paga, volando por templos ajenos y desobedeciendo cada una de las reglas que él nos da!-

Baset rodaba los ojos con fastidio.

-Qué terca eres, si papa es igual con todas!-

-Tu pasas más tiempo con él que yo!-

Maat cortó otro trozo de su dulce.

-Quieres?-

La escorpión hizo un puchero, pero acepto el regalo de su pequeña hermana.

Baset se abrazó con fuerzas a su madre.

-Te quiero mama, no te vayas a ir nunca.-

-No te preocupes cielo, aquí estoy siempre, mi cielo siempre.

Quería dejar de llorar pero por algún motivo las lágrimas salían solas, ni siquiera sabía si aquellas imágenes eran reales o eran producto de alguna visión de la Fuente. La fuerza que la impulsaba a huir la llevaba de más en más a alejarse de Eliana y de su cuñado. Para Aurora algo era claro ella ya no se sentía ella misma, sus hermanas no eran sus hermanas, aunque no todas…

Una fuerza de rabia se apodero de ella y sin explicárselo salto como un animal salvaje lejos de su dromedario. Ahora corría a cuatro patas como una bestia, pero era rápida, vaya que lo era. Irónicamente siempre lo había sido.

En su mente…

En aquel salón estaba aquel amuleto, aquel tesoro que su padre protegía a diestra y siniestra de todos. Sabía que tenía prohibido acercarse, pero estaba harta de siempre obedecer, ella era curiosa, igual que su tótem felino. Entro en cuatro patas, pero de las pequeñitas que no hacen ruido, era una gata naranja astuta y muy curiosa.

El medallón estaba ahí frente a ella con esa hermosa gema de labradorita con visos azules, se transformó frente a ella y así una adolescente divinidad se atrevió a tocar lo que era negado a todo el mundo.

Su deseo no era otro que el de complacer a quien nunca se veía complacido.

-Quisiera ser tu ojo derecho, tu brazo fuerte, que te sientas orgulloso de mi fuerza. Yo también tengo poder padre y quisiera ser ante tus ojos el significado de tu fuerza, de tu esplendor.

El recuerdo de las últimas palabras de su padre quien discutía molesto junto a Toth su concejero la atormentaba.

-Se burlan de mí, creen que estoy loco! No tienen respeto de mi palabra! Esos inconscientes están contaminando las células de los hombres, acortando sus vidas, creando esclavos! Eso es inconcebible! Es un insulto a la perfección de la creación. Me niego a participar en ese mugrerío!-

Toth sugería con vehemencia.

-Haz algo para detenerlos.-

-Seth está con ellos, me está haciendo pasar por un loco, me he presentado en su isla y la gente se reía, me veían como un anciano.-

-Eso es imposible.-

-No, no lo es sus células están tan modificadas y ven todo bajo un programa de muerte y degradación. Terminaran por morir, eso es lo que Seth quiere para esas personas, esclavos con tiempo de vida limitado. Ven lo que él quiere y solo buscan obedecer.-

-Trata de convencerles tú eres la emanación del sol.-

-Solo ven a un anciano, no me reconocen y no me respetan.-

Horus quitaba su máscara, su rostro era semejante a los treinta aunque un hilo de sangre corría de su frente y le explico a su asesor.

-Me arrojaron piedras, aun viéndome como un anciano, ni eso les impidió de atacarme. No respetan a nada ni a nadie fuera de a su amo.-

Aurora corría pero ya no era ella, ya no era humana ni mucho menos arcángel, sin embargo pese a todo seguía siendo divina. Se sentía furiosa y divina, dolida y llena de rencor.

Su mente seguía divagando.

Frente al amuleto sus ojos ámbar se volvieron negros, sus lágrimas se escurrían al recordar la vieja escena de ver como su padre era humillado por esos seres dormidos y mutilados de la totalidad de su ADN. Tener solo tres alelos no te hace cruel, como podían ser tan crueles con un ser que daba su vida por enseñarles todo lo que él podía. Su padre había dado todo por los humanos y estos ahora lo agredían bajo la excusa de que estaban influenciados por Seth.

La diosa adolescente, la niña felina de las estrellas se llenaba de frustración y de odio. Aunque no eran suyos eran de él, de su padre, un ser felino absorbe con facilidad las energías exteriores. Ella había absorbido el deseo de venganza de su progenitor, su orgullo herido.

El amuleto está en sus manos y brilla como jamás lo había hecho, tanto que sin explicación explota insertándose un pedazo en el pecho de la joven divinidad. El dolor es inmenso, tanto que sus gritos se ahogan ante el sabor de su propia sangre. El otro trozo de la piedra yace al fondo del salón y de inmediato el hombre halcón llega veloz, para presenciar aquella escena que lo lleno de terror.

-Baset! Estas bien!-

El pecho de su hija estaba perforado, así que con urgencia hizo venir a Toth. Hathor corrió al ver a su esposo con su pequeña en brazos sangrando.

-Baset!-

El padre estaba furioso, pero más por su miedo que por el valor de su amuleto.

-Te dije que las vigilaras!-

-Tienen prohibido entrar a esa cámara.-

-Pues lo hizo y el ojo se fragmento, uno de los fragmentos la atravesó!-

Toth salió una hora después solo para confirmarle que la piedra se había incrustado en el corazón de su hija, sacarla seria matarla.

Su recuperación fue casi milagrosa, pero desde aquel día Baset cambio sus noches se volvían oscuras llenas de pesadillas de muerte y sangre derramada en venganza de Ra.

Aurora corría más y más rápido hasta que llego al mar y ahí la observo, tan infame y tan blasfema, ella era una traidora y ahora ella se lo haría pagar con sangre.

….

En tren rumbo a Alejandría.

Gael sintió un hueco en su corazón y mucho miedo como nunca antes. Los ojos de Horus se abrieron al sentir aquel cosmos diabólico despierto y andando entre los vivos. El día seguía su curso y ahora se acercaban las primeras horas del atardecer dentro de poco la noche se presentaría ante ellos. El niño tomo con fuerza la mano de su abuelo.

-Quiero a mis papás, no quiero volver a sentir este hueco, tengo miedo.-

Horus dedico una mirada a Shiva este le mostro que su destino estaba a escasas horas.

-Estás listo para no dejar salir a tu furia?-

-Quiero la cabeza de Seth y en eso no hay negociación.-

Andy quería gritar pero sus sonidos de cetáceo no eran muy comprensibles. El demonio se acercaba con hambre y sigilo.

-Pececito para la cena y uno de leche para mi postre.-

El demonio se lanzó contra los niños, pero su garra derecha fue detenida por un látigo veloz.

-Aléjate de ellos maldito bicho!-

June estaba sola para poder defender a los pequeños de las manos de un demonio letal.

-Humana insolente, te despedazare con un placer.

La camaleón fue rápida y precisa.

-Pronto Andy!-

El pequeñito tomo a la bebe y corrió a como pudo con su peso y el de la bebe.

June combatía a aquel demonio con rapidez, sabía que si la tocaba sería suficiente para que el demonio la matase.

La camaleón hizo gala de su rapidez y fuerza para arrojarle rocas enormes que la demonio destrozaba sin problemas. Al menos los pequeños estaban tomando distancia.

-Te matare humana estúpida y lo sabes bien.-

-Pero no tocaras ni un cabello de esos pequeños, bicho repugnante.-

Un movimiento rápido y la roca que la amazona arrojo termino siendo desviada. El impacto hizo que la rubia cayese perdiendo su orientación por unos segundos. Ahora la demonio estaba frente a ella con su malvada sonrisa dispuesta a destrozarla.

Fue demasiado rápido cuando ni June pudo predecir que aquel demonio caería presa del impacto de una fiera salvaje que la ataco sin piedad.

Era una leona con los ojos rojos como la sangre, cuál fue su sorpresa cuando la bestia le hablo a la amazona.

-Vete de aquí humana, yo desgarrare a esta basura inmunda.-

La leona rugió con una violencia que la piel de la rubia se estremeció por completo.

June corrió dándole alcance a Andy tomando a ambos niños entre sus brazos.

-Nos vamos de aquí, tranquilos ya todo paso.-

La lucha entre la leona y la demonio avispa fue visceral y sin tregua. Garras de hierro y colmillos irrompibles contra los aguijones de tinieblas.

A lo lejos Hathor y Camus se quedaron paralizados ante el estruendo de aquel rugido salvaje.

El francés quiso disuadir a la divinidad para tomar otro rumbo, pero esta se negó.

-Mi lady aquello es…-

-Es el ojo de Ra, furioso, dormido con su orgullo herido. Debemos detenerlo, antes de que se destruya.-

-Pero mi señora…-

-Aurora o Baset da igual el nombre que prefieras, es la misma alma y ahora mismo corre un enorme peligro.-

-Qué! Imposible Aurora esta en… -

Los ojos de Hathor no mentían, Camus tuvo miedo como nunca, no podía perder a su ángel no a ella.

Hathor insistía.

-Debemos despertar al ojo de su sueño de venganza, debemos recordarle quién es.-

Camus se adelantó desesperado tanto que su corazón logro romper el bloqueo que sufría su cosmos, ahora había alcanzado la velocidad de la luz. Había llegado hasta esa playa y ahí las dos bestias se enfrentaban llenas de heridas sangrantes. Hathor apareció justo detrás de él, sin duda la diosa había recobrado la totalidad de su poder y ahora ambos observaban aquella carnicería.

-Qué es esto?-

El francés no comprendía, porque había que detener aquellos monstruos de destruirse. Solo que Hathor le mostraría el porqué.

-Baset, hija mía despierta!-

Camus estaba frio, esa no era su esposa, quizás hablasen de distintas personas.

Sekmet, la leona dio un golpe de garra decisivo cortando la cabeza de la gran avispa mientras que el resto del cuerpo del demonio se volvió cenizas.

Después la leona fijo sus ojos rojos sobre ellos y se acercó en posición de ataque. Camus se preparó para usar su cosmos, pero Hathor le intercepto la mano.

-Baset, mama está aquí. Aquí estoy mi pequeña aquí estamos todos los que te amamos.-

Mi lady lo siento, pero esa no es mí…-

El rugido de la leona le silencio y las garras se volvieron manos y el cuerpo de una mujer se formó frente a sus ojos. Camus sintió mas frio que con su cero absoluto, sintió el frio del terror, al verla así frente a él herida y llena de sangre.

-Aurora…-