Capítulo 41: El rencuentro con nuestro ayer ( Primera parte)

Camus señalaba en dirección a la ciudad en ruinas que podía distinguirse por el movimiento del mar.

-Por todos los cielos, es inmensa.-

Horus la miraba con un dejo de nostalgia y de profundo dolor.

-Era la antigua capital de un gran Imperio, o mejor dicho de un gran Genocidio.-

Los niños estaban sentados en la arena junto a Hathor, el coche había quedado aparcado a unos metros cerca de unas palmeras. Ahí aprovechando la sombra, la Diosa de la fertilidad abrazaba protectoramente a los tres niños. Aunque no podía evitar sentir esa vibración por su pequeño nieto.

-De verdad que te pareces tanto a tu madre, mi corazón.-

-Que hay en esa ciudad abuelita?-

-El pasado y grandes heridas que aún no han sanado.-

Camus estaba asustado, algo dentro de su corazón le decía que en aquella ciudad había mucho más que simples ruinas.

-Dígame qué estamos buscando?-

-¿Quieres saber la verdad, muchacho? en realidad estamos aquí para terminar con un ciclo que tiene miles de años inconcluso. Yo debo matar a Seth y asegurarme que la bestia no devore nuestro universo.-

June se dirigía al Dios Shiva, buscando un indicio de qué hacer.

La simple mirada de la deidad le hizo fijar su atención en Aurora. La pelirroja se veía más nerviosa que nunca.

El cosmos de Aurora comenzó a despertarse, pero distaba mucho de ser el de aquel hermoso Arcángel oro-rubí. Ahora se veía rojo como la sangre y la joven sintió que su cabeza quería estallarle.

Camus dejo atrás su miedo hacia Horus para dirigirse rápidamente con su esposa, tomándola en sus brazos.

-Aurora, cherie…-

-Ahhhh- el dolor era insoportable.-

-Tranquila, respira.-

La chica sintió que sus extremidades se endurecían, y trataba de luchar para detener la transformación, pero la lucha fue en vano y ahí junto a Camus una leona salvaje de ojos rubí rugía con fuerza.

Hathor rodeo a los chicos con su aura protectora y ahora la leona les observaba a los 3 dioses, a la amazona y al caballero.

Horus encendió su cosmos alterando los nervios de Camus.

-¡No, ella no es consciente de sus actos!-

-Tranquilo muchacho, solo quiero que ella se tranquilice.-

La leona observo al Dios Halcón y a su caballero, unos segundos se fijaba su atención en uno para después pasar al otro.

Shiva se concentraba en ella.

-Hay dudas, las energías se están chocando.-

La leona comenzaba a rugir y el Dios Halcón dio un movimiento rápido atrapando a Camus del brazo y colocándolo a sus espaldas. El francés no aprecio en nada aquel gesto y menos cuando su extraño suegro le cortaba el paso con su brazo.

-Pero que hace!-

Horus hablo calmo, pero con firmeza.

-Me aseguro que mi hija no termine enviudando y con el corazón roto por la culpa de un romanticismo ciego.-

El Dios de la destrucción encendió su cosmos desintegrando su cuerpo y se dirigió al cuerpo de Aurora. La leona se puso furiosa, el cielo comenzó a tronar con más fuerza y el tsunami que se estaba creando era de más en más visible. El mar dejaba a la vista las antiguas ruinas a apenas unos kilómetros y así sin más la leona se dirigió huyendo en dirección a aquellos vestigios.

Camus y Horus se miraron con desesperación.

El Dios del Sol y el caballero de los hielos estaban decididos a seguirla, pero Vishnu se los impidió creando un campo energético que encerraría a ambos.

Antes que cualquiera pudiese protestar la divinidad hindú les señalo unas figuras que se acercaban a gran velocidad justo detrás de ellos.

-La paciencia es una gran virtud, ayuda a sanar viejas heridas y terminar asuntos inconclusos.-

…..

Fragmento del Capítulo 10 de Ángeles del Averno,

…..

Alecto se aproximó a la orilla de la playa e irónicamente el mar parecía embravecerse. Shion observo con miedo como el pecho de la chica se iluminaba con una especie de luz roja oscura y palpitante. La chica respiro profundamente para poder lidiar con aquel terrible dolor. El antiguo Patriarca intento tomarla de la mano, pero esta vez el cuerpo de la chica desprendía una energía que agresiva.

-Pero qué demonios…!-

Una voz cruel y sádica les daría a entender que no estaban solos.

-Demonios, no esto no se limita a simples demonios. ¡Esta es la fuerza del Caos, el fin de todos los tiempos y el inicio de mi próximo reino!-

Seth hacia su aparición rodeado de sus soldados y de dos trozos de cristal.

-Al fin te encontré y ahora no habrá quien puede detener mi venganza!-

Shion cubrió a Alecto y se puso en posición de ataque.

-Mientras yo tenga vida no le tocaras ni un solo cabello!-

Seth tiraba una carcajada de ironía.

-Pequeña mosca, un simple caballero de Athena contra todo mi ejército, ¡te aplastare como a una mosca!-

El Orión envió un rayo de su cetro oscuro, el cual Shion pudo bloquear sin problema.

-Cristal Wall!-

-Ah si veamos cómo se destroza tu muro como un simple cascaron de huevo!-

El rayo de Seth se volvió más ancho y el muro de Shion comenzaba a mostrar fisuras.

-¡Por Athena, por La mismísima Fuente tengo que resistir! ¡Pronto Alecto corre, huye!-

La joven obedeció la consigna, no por gusto sino porque sabía que si Seth la atrapaba el universo entero colapsaría.

El gemelo de Osiris estaba furioso y dio más potencia a su rayo, el muro de Shion estaba de más en más agrietado. Y cuando el pobre Shion creyó que el Universo lo había abandonado dos poderosos rayos se estrellaron en la espalda del Orión enviándolo al suelo.

Su ejército que esperaba la destrucción del muro se dio la vuelta para ser recibido por los finos rayos de la aguja escarlata, un rayo violeta mando algunos directo a Yomotsu, seguidos de la gran caución de Radamanthys, la fuerza de un águila real y de una enorme cobra de fuego.

Hades y Poseidón habían concentrado al máximo sus mentes para salir de aquel extraño bloqueo generado por el portal dimensional que estaba por abrirse.

Ahora si la batalla contra el fin de los tiempos había oficialmente comenzado.

..

Eliana y Afrodita llegaban a aquella ardiente playa, el caballero de piscis estaba sorprendido de que su esposa hubiese preferido continuar en dirección contraria de la que había tomado Aurora. Desde la huida de su hermana, joven albina se comportaba de una manera muy extraña.

La chica desprendía un extraño aura del mismo color que su rayo violeta, pero su energía se sentía muy densa. Afrodita se inquietaba.

-Chiquis en verdad quiero saber, qué es lo que estas sintiendo.-

El rostro de Eliana se volteo sus ojos se habían vuelto casi blancos, fantasmagóricos. Su voz era como un suspiro tenebroso.

-Un ojo derecho que conlleva la justicia y la protección y un ojo izquierdo que abre la puerta a la otra dimensión. Pronto ya estamos cerca, y ellos están esperándonos.-

Afrodita no quiso contradecirla, prefirió jugar el juego para intentar comprender, aunque fuese solo un poco.

-Quién nos espera cielo?-

Ella respondía serenamente, tanto que aquello erizaba la piel de su paciente esposo.

-El pasado, el futuro, los muertos y los fragmentos. Porque todas las dimensiones deben unirse y nada debe salirse del justo equilibrio. No te preocupes pronto se cerrará el ciclo y todas volveremos a ser una.-

El guardián de Piscis sintió que el calor de aquel desierto comenzaba a sentirse demasiado fresco, sintió miedo y mas al percatarse de que su cosmos cambiaba de un estado de aparente bloqueo a uno con fuerza hasta antes desconocida.

Así la chica se poso tranquila en la playa sintiendo el agua de las olas del mar que acariciaban sus pies.

-Ahora es el momento.-

En segundos el viento comenzó a sentirse y el cielo se nublo volviéndose gris con rayos y truenos. A unos kilómetros comenzaron a deslumbrarse rayos de luz, como choques de cosmos. Ahora Afrodita podía sentir de quienes se trataba y la sola idea le hizo desesperar tratando de sacudir suavemente a su mujer para ver si ella volvía a ser la misma.

-Es el cosmos de Hades, Poseidón y de los chicos, Eli te lo suplico debes regresar.-

-No déjales, nosotros debemos ponerla a salvo a ella.-

-A quién?-

-Al nexo y después debes llevarme a mi propio encuentro.-

Los ojos del Piscis estaban llenos de angustia y miedo al pensar que su chica estaba poseída por algún tipo de cosmos oscuro. La chica recobrara por segundos el color amatista de sus ojos para luego perderlo de nuevo mostrando esos orbes blancos, casi sin vida.

-Siempre he querido regresar, desde que pise este mundo, todo me llamaba a regresar. No tengas miedo solo quiero recuperar lo que deje perdido, no se puede vivir con el alma a medias.-

Afrodita respiro profundo y trato de meditarlo su chica mostraba siempre una extraña fascinación por la cultura egipcia. Al grado de que el mismo día de su boda habían decidido un escenario de Dioses y pirámides.

-¿Conoces el sitio verdad cielo, es solo que no lo recordabas?-

-La Fuente nos dio acceso solo a los registros respectivos de nuestros rayos, pero la vida existe en todos los mundos y en todas las dimensiones al mismo tiempo.-

El Piscis acerco su mano para acariciar el rostro de su amada y dejo salir dos lagrimas por una extraña sensación de tristeza y de comprensión. Eliana volvía a recuperar sus hermosos ojos amatistas.

-Debemos proteger el nexo y cerrar el ciclo. Ayúdame yo no podre conseguirlo por mi misma, estoy tan dividida, de hecho, todos lo estamos.-

-Haremos lo que tú me digas, mi vida.-

Después ambos se percataron de una figura que se acercaba a gran velocidad.

-Eli es Alecto, la chiquilla de Hades!-

Ambos corrieron en dirección a ella hasta alcanzarla, la joven diosa despedía un extraño cosmos negro y se le veía una mancha negra desde el cuello.

-No puedo contenerlo más!-

Eliana señalaba en dirección a la playa, el agua se retiraba como si una energía la estuviese absorbiendo. Al mismo tiempo este fenómeno dejaba al descubierto las ruinas de lo que parecía una antigua ciudad egipcia.

Afrodita temía lo peor.

-La alineación planetaria está creando un Tsunami, no sé cuánto tiempo tendremos.-

La albina, tomo con fuerza a Alecto del brazo y de igual forma hizo con su esposo.

-Pronto no debemos desperdiciar ni un minuto.-

Así se adentraron lo más rápido posible en camino a aquella antigua y tenebrosa ciudad.

…..

Mitchelle sentía el agua de la playa que le refrescaba los pies, en segundos se sentía ella y en segundos se perdía en el pasado. Se veía con el rostro cubierto, en los brazos de Lisandro para después sentir el fuego que le consumía en pleno pecho llenándola de tristeza y de arrepentimiento.

Junto a ella Serket, quien parecía experimentar también un extraño sofoco, Anubis quien luchaba por no olvidar quién realmente él es y Kanon quien también sentía una profunda angustia que se acrecentaba de más en más.

Sin embargo, más allá de todos esos males había algo que tenía el poder de rescatarles a todos sin pedir nada a cambio.

-Mama!-

Gael se soltó de los brazos de Hathor al reconocer a quienes estaban apenas un kilómetro de distancia.

Maat no tenia mas sitio para ella y Mitchelle volvió en sí misma, lo mismo que Kanon.

-Mi bebe!

La pelirroja salió corriendo seguida de su esposo para así poder atrapar en sus brazos a su travieso niño.

Ares sentía un peso de menos en sus antiguas espaldas e Hilia estaba contenta. Saga sintió que al menos había uno menos que buscar, aunque su angustia se iría minutos después al escuchar a Gael.

-Mama lo siento mucho, me asusté mucho, perdóname por favor. Papa, perdóname no volveré a hacerlo, no volveré a irme sin ti.-

Ambos padres estaban felices de recobrar a su pequeño. Kanon atrapaba al chico en sus brazos.

-Pequeño bribón, no vuelvas a darnos estos sustos.-

-Papa, encontré a mi otro abuelo y qué crees Eloise y Andy están con nosotros.-

Aquellos nombres hicieron que Saori y Saga se adelantaran desesperados en dirección al otro grupo.

La peli morada sintió que su corazón volvía a latir cuando vio que su bebe era protegida por una deidad que desprendía un cosmos lleno de amor y de seguridad. Además de que June de Camaleón Camus y dos seres con fuertes cosmos estaban también junto a ellos.

-¡Por todos los cielos, muchas gracias!-

La Deidad egipcia entrego a la beba en los brazos de su madre quien sintió que recuperaba el espíritu. Saga las tomo a ambas en un fuerte abrazo y se dirigió al grupo.

-Muchas gracias, en verdad estoy en deuda con ustedes.-

Horus lo miraba con curiosidad.

-Por la Fuente es idéntico a Ares.-

Camus trago pesado mientras que el Dios de la antigua Guerra sintió que se le iban los colores del rostro, para sorpresa de Hilia y de todos los presentes.

-Horus?-

El Dios halcón se cruzo de brazos resignado, el campo de energía en donde lo tenia encerrado Vishnu no le permitía casi moverse.-

-Si no fuese porque Seth esta suelto y a él le odio mucho mas que a ti, ya estaríamos rompiéndonos la cara miserable asesino.-

Camus intento entrarlo en razón.

-El ya no es un Dios de guerra, hace cinco años los Arcángeles de la Fuente vinieron para desintoxicar a los Olimpos y al mundo del veneno de la Discordia y de la Sombra.-

Horus lo miro de lado, después de todo el cosmos del Dios hindú les impedía moverse. Camus insistía.

-La Fuente nos dio a todos una segunda oportunidad, usted es un ser fiel y creyente no deje que el pasado le de falsas informaciones.-

-Mi hija menor dio su vida para arreglar las fallas del hijo de este desgraciado!-

Camus insistía.

-Es el pasado, ahora las cosas son distintas. Vamos mírelo a los ojos no es ni las luces del señor sanguinario de antes.-

Ares intentaría explicarse, pero alguien más tomaría su sitio.

-Mi padre no es culpable de mis errores señor, yo soy capaz de asumir plenamente mis responsabilidades.-

Ahora los ojos del Dios egipcio se dirigieron a otro sitio.

-¡¿Por todos los cielos, Lisandro idéntico a Ares?! ¿Pero qué sucede que en esta vida has decidido clonarte Marte?-

El Dios Marte se quedó dos segundos pensativos, mientras que ahora eran otros dos personajes quienes llamaron la atención del Dios Halcón.

Mitchelle dejaba a Gael en brazos de Kanon mientras que se aproximaba a aquel enigmático hombre. Mientras que Serket la siguió mas por instinto que con consciencia.

Horus las observo y sintió que todo su cuerpo comenzaba a temblar, lo cual puso inmensamente nervioso a Camus.

-Por la divinidad en turno, quiere por favor sacarnos de aquí señor Vishnu, ¡no tengo ganas de explotar dejando a mi esposa en medio de este caos!-

Vishnu trono los dedos y el campo de energía desapareció liberando a ambos, el francés tenía toda la intención de salir corriendo, pero Horus lo atraparía con su mano libre sin quitar la vista a las dos chicas.

-Tu aquí te quedas muchachito, mi hija esta acompañada del Dios mas poderoso del Universo Shiva*.-

-Una divinidad profundamente pacifica te lo recuerdo.-

Ares todo nervioso no hacia mas que empeorar las cosas.

Camus, Kanon, Saga e Hilia miraron con fastidio al Dios Marte.

Saori estaba tan feliz de tener en sus brazos a su hija y de ver que Andy también estaba a salvo que ignoro completamente los comentarios de su queridísimo suegro. Mientras que June se dirigía al señor Vishnu y este le respondió claramente.

-Tienes razón hija, ahora mismo me encargo de esto. Chicos yo sé que es un momento emotivo, hermoso y ….- Al ver la cara de frustración de unos, la mirada suplicante de Camus y Kanon, las palabras se le confundían al Dios de la Protección Hindú. Así que opto por la versión corta.

-Seth nos va a chingar a todos, así que si estamos de acuerdo me pondré en contacto con Dionisio e irán a arreglar sus rencillas en Las Vegas.

June estaba que no se lo creía.

-Pero si ustedes son divinidades que no beben alcohol ni ….-

Vishnu se encogería de hombros con una sonrisa traviesa.

-Hija eso no quiere decir que no conocemos al buen Frank, si hace poco se vino unos días en pareja para desintoxicar su estrés. Su esposa lo convenció, a propósito que chica más adorable…-

June le dio un codazo y éste reacciono en el acto.

-¡Bueno que primero nos ocupamos de Seth y de su super culebra, anaconda o lo que sea! ¡¿Estamos?!-

Camus miro suplicante a Horus ,quien aún lo tenía sujetado del brazo.

-S'il vous plait…-

Mitchelle rompería la distancia y tomaría la mano de Horus, con la cual sujetaba a Camus, dejando libre a su cuñado. Ahora el señor del Gran Sol Central la miraba aterrado en los ojos, pero más le sorprenderían las palabras de la encarnación de su antigua hija.

-Todo va a estar bien, él es un caballero muy poderoso, él sabe defenderse, no tienes que seguir protegiéndonos a todos. –

-Maat…hija…-

-No, en realidad me llamo Mitchelle, lo que le ocurrió a Maat no fue tu culpa, nunca lo será. Fue su decisión, ella cometido errores. Errores que nadie podía remediar, solo ella.-

El cosmos de Mitchelle se encendió su energía volvía a irradiar azul zafiro, la energía de la Fuente se sintió ahí mismo junto a todos ellos.

Serket comenzó a sentir de nuevo ese extraño dolor en su pecho y cayo de rodillas siendo sostenida por los brazos de Horus su padre.

-No puede ser, tu desapareciste, te busque por tantos siglos, donde estabas.-

La Diosa escorpión se tomo la cabeza presa de una horrible migraña mientras que las lagrimas de tristeza le ahogaban el pecho.

-No lo sé… no recuerdo nada… solo hay imágenes …-

La joven miro hacia el mar las ruinas eran visibles y así señalo con su dedo.

-Quiero ir a casa, quiero volver a casa…-

Saori comenzó a inquietarse.

-Mi cosmos funciona, pero no yo no sé teletransportarme.-

Hathor le respondería tranquila.

-No lo hagas.-

-Pero los niños!-

La Diosa de la fertilidad suspiro con resignación.

-No creo que fuese Seth quien los transporto hasta aquí, sino la mismísima Fuente.-

Anubis respiro profundo en segundos su cosmos se activó irradiando una energía entre violeta, dorado y celeste pálido de sus espaldas surgieron un par de alas negras con visos de oro y su rostro y cuerpo fueron cubiertos por una túnica con capa blanca. Azrael se estaba manifestando.

Vishnu asintió mientras que le hizo una señal a June de avanzar. Kanon cargaba a Gael, Saori a su beba y Hathor al pequeño tritón.

-El pasado nos espera para cerrarlo de una vez y para siempre. Nosotros siempre hemos sido servidores de la Fuente, así como los observadores tenemos que dejar nuestras diferencias y volver a nuestra esencia. ¡Adelante!-

Ares se aproximo a Horus y le extendió la mano en señal de paz.

-Para que este mundo sea un sitio seguro para nuestros descendientes y para todos los seres.-

Ambos miraron a Gael en brazos de Kanon y a los dos otros pequeños, así mano a mano el pacto se cerro y se encaminaron lo más rápido posible al interior de aquellas viejas ruinas.

El ejercito de Seth se liaba a golpes contra sus enemigos, los rayos del Poseidón y Hades habían debilitado su ataque. Shion mantenía aquel muro de cristal concentrando la fuerza de todo su cosmos.

La hora cero estaba por comenzar y el antiguo atlante no podía dejarse vencer, así que saco de uno de sus bolsos una pequeña piedra color rojo jaspe. La piedra encajo perfectamente con la gema que llevaba en la punta de su báculo. El cielo se volvía negro y el sol quien apenas se dejaba ver entre aquellas nubes espesas comenzó a teñirse de rojo.

El Orión lanzó un fuerte rayo que rompería la barrera de Shion expulsando al antiguo patriarca a kilómetros de distancia. Mu dirigió su cosmos hasta su antiguo maestro y Shion desapareció de la vista del grupo.

Radamanthys se ponía nervioso ante la teletransportación del otro lemuriano.

-Pero ¡¿qué es esto?! –

El peli rosa estaba tan desorientado como el juez.

-No lo sé , de repente mi cosmos volvió a su totalidad, ¡yo tampoco entiendo nada!-

En instantes la arena comenzó a moverse, y los dioses presintieron lo peor.

El báculo de Seth impregnaba las arenas de aquella playa y ahora tenían millones de escarabajos con un extraño cosmos negro que se dirigían a atacarles.

Hades estaba furioso.

-No puede ser está tratando de distraernos!-

Poseidón miraba aquello con horror.

-No son reales, no tienen vida, son una masa de parásitos astrales. Los verdaderos escarabajos no vibran así.-

Mascara de muerte envió un rayo creando un túnel a Yomotsu.

-Tranquilo Hades, recuerda que solo los seres con alma pueden llegar a tu reino. Con suerte el moverlos de dimensión les desintegrara.-

Marín les señalo con desespero.

-Maldita sea eran solo una distracción Seth ha huido, junto a una parte de su ejército.-

Milo les hizo una señal a los dioses y se sorprendió al darse cuenta de que Toth ya no estaba junto a ellos.

-Qué demonios está pasando aquí?!-

Poseidón respiraba nervioso.

-Toth sabe algo que nosotros no, pero para que haya huido de esa manera …-

Hades lanzo un grito.

-Pronto debemos adentrarnos en las ruinas, si Toth se adelanto es porque lo que nos espera ahí dentro es peor de lo que imaginamos.-

Radamanthys se acerco inquieto ante su señor.

-La alineación abrirá el portal a las almas perdidas de la zona cero mi señor!-

Todos los caballeros miraron al Dios de la muerte.

-Cuando Athena me venció en nuestra ultima guerra santa las almas que permanecían en el infierno fluctuaron en un extraño abismo. Desde la construcción de nuestro nuevo inframundo mis jueces se han encargado de rastrearlas y mandarlas en rencarnación, pero son billones.-

Mascara de Muerte hacia sus conjeturas.

-La alineación permitirá que ese micro universo se abra, por la Fuente. Seth podría atraparlas y alimentar a la bestia con ellas!-

Hades se ponía frio ante aquella deducción.

-La bestia ira en busca de alimento, no solo destruirá a mi Alecto, sino que necesitará una buena cantidad de cosmos. ¡Que he hecho! No sabía de la presencia de Seth, pero aun así me encargue de enviar a un pequeño equipo para recuperar a esas almas. ¡Por la Fuente!: Minos, Alba, Valentín y la joven Morgane están en peligro!-