Acá vengo con el primer capítulo de esta loca historia. No tengo pensado alargar mucho este fanfic, quizá tenga unos 10 capítulos más o menos.

De todos modos, muchas gracias por el apoyo. Este capítulo está algo corto, pero espero alargar los siguientes un poco más.

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Te convertiste en parte de mí desde el momento en que puse mis ojos en ti. Dondequiera que vayas, iré. Porque sé que yo también, soy parte de ti.

–Clairel Estevenz

Capítulo 1

Observó a lo lejos con una mirada extraña en el rostro, desde la entrada al castillo dónde podía observar el bosque prohibido en todo su esplendor. Miró a sus espaldas, magos y brujas ayudando a los heridos después de la cruenta batalla que hasta hace poco había tenido lugar en los terrenos de Hogwarts. Intentaba asimilar el recuerdo que acababa de ver en el pensadero, el hecho de que era un horrocrux, el hecho de que tenía que morir por la varita de Voldemort le asustaba mucho más que nada en el mundo.

Se preguntaba si en alguna de sus vidas pasadas había hecho algo sumamente malo para venir a sufrir de esta forma en esta vida; él jamás pidió fama, lo único que siempre ha querido es ser feliz, tener una familia y nada más. Miró de nuevo a las decenas de magos y brujas heridos detrás de él antes de suspirar con miedo y avanzar al bosque prohibido por última vez.

Sus pasos se sentían pesados cada vez que avanzaba, le costaba mantener el poco valor que había reunido mientras caminaba y se acercaba cada vez más a su muerte definitiva, estaría mintiendo si dijera que nunca esperó acabar de esta forma, mentiría si dijera que nunca espero morir debido a Voldemort; nunca pensó que llegaría a derrotarlo o mucho menos matarlo, ni siquiera pensó que llegaría vivo a los 20 años y tenía razón. Voldemort era un mago con muchos años de experiencia; con miles de hechizos en su repertorio, y sobre todo muchas veces más poderoso que él, un simple niño intentando sobrevivir a un mago oscuro poderoso.

Detuvo sus pasos abruptamente, sintiendo su respiración acelerarse en un ataque de pánico, no quería hacerlo, no quería morir aún, pero no le quedaba otra opción. Sostuvo en su mano la pequeña Snitch Dorada; y con sus voz temblorosa debido al miedo, pronunció la frase que sería el inicio de su fin:

"Estoy listo para morir"

La Snitch Dorada se abrió lentamente y Harry observó detenidamente la famosa piedra de la resurrección; la sostuvo en su mano y con una pequeña esperanza de poder ver a sus padres antes de morir; la giró en su mano tres veces y esperó…

Espero por varios minutos, pero no pasó nada. Volvió a girar la piedra una y otra vez; cada vez más con insistencia pero no pasó nada. Harry se detuvo a pensar; destrozado, si era debido al miedo que sentía o si no era merecedor de ver a sus padres aunque fuera unos minutos antes de morir. Suspiró intentando contener las emociones, intentando no llorar y no sentirse decepcionado. Volvió a girar tres veces por última vez la piedra, mirando a su alrededor esperando que sus padres aparecieran o Sirius e incluso Remus; sin embargo cuando no pasó y estuvo a punto de tirar la piedra al suelo con resignación para encaminarse definitivamente hacia su muerte, alguien apareció. Una mujer le miraba a unos pasos frente a él, una mujer que se le hacía conocida de alguna manera; entonces recordó uno de los recuerdos que le mostró Dumbledore en el pensadero. Esta mujer era Merope Gaunt, la madre de Voldemort.

Ella le miró con una expresión tan extraña que no supo interpretar, ahí estaba su sonrisa, pero al mismo tiempo tenía dibujada una expresión de tristeza; sin embargo, no entendía por qué ella aparecía ante él en vez de sus padres, ¿Qué quería? ¿Era acaso por el horrucrux que aún tenía?, ella avanzó hacia él, quedando a unos pasos de sí mismo, su mano tocó su mejilla, en una caricia llena de afecto. Harry la vio llorar.

–¿Qué quieres? – preguntó Harry con voz suave–, yo no te llamé. No soy Voldemort.

–Sí lo hiciste -respondió ella–, me llamaste. He venido a verte, he estado tan ansiosa por conocerte al fin. Sólo he venido a decirte, que no le temas a la muerte, acéptala.

–¿Duele? -susurró– ¿Duele morir?

–No –Merope sonrió–, Todos somos un envase para el alma, el cuerpo muere pero el alma no, el alma sigue viva. No duele, sólo cierra tus ojos cuando estes ahí. No sentirás nada, lo prometo.

–Tengo…tantas preguntas.

–Sé que te preguntas por qué estoy yo aquí y no Lily y James Potter –dijo ella–, tendrás tus respuestas pronto, todo te será respondido pronto, todo será como debe ser, al fin.

Harry respiró profundamente por última vez, antes de tirar la piedra y avanzar lentamente a su destino. Merope Gaunt, lo observó irse, sonriendo por última vez.

"He esperado tanto por ti, Harry" –Susurró Merope, antes de desaparecer.

Avanzó lentamente por la penumbra del bosque prohibido, aunque no era su madre quien había aparecido, la presencia de Merope Gaunt lo calmó de alguna manera. Tener a alguien ahí, minutos antes de morir le había devuelto el poco valor que se le había ido segundos antes.

"El cuerpo es solo un envase" –pensó Harry.–, "Mi alma sigue completa a diferencia de Voldemort"

–Creí que vendría –Dijo Voldemort, decepcionado –, supongo que me equivoqué.

–No lo hiciste. Aquí estoy.

–¡No! –gritó Hagrid–, ¡Harry, no! ¡¿Qué haces aquí?!

–¡Cállate! –gritó Bellatrix.

Voldemort miró atentamente a Harry. Emocionado, al fin, al fin mataría a Potter. Al fin podría acabar con esto de una buena vez.

Voldemort levantó su varita, con la maldición asesina ya casi brotando de su boca.

"¡AVADA..

Harry miró hacia arriba por última vez, mirando el cielo que empezaba a anochecer. Harry en ese momento justo antes de su muerte, deseó poder tener una mejor vida en su próxima reencarnación. Sólo por una vez, deseó una próxima vida tranquila y feliz.

"…KEDAVRA!

Harry cerró los ojos, intentando ocultar su miedo, luego todo se apagó.

Cuando abrió sus ojos pensó que finalmente vería a su familia, sin embargo no vio nada, reconoció el lugar como Kings Cross, el tren esperaba ahí con las puertas abiertas; con el motor encendido, quizá esperando que abordara el tren.

–No subas, Harry –dijo una voz reconocible–, en el lugar a donde lleva el tren no hay nada para ti. Debes volver, la maldición asesina mató al horrocrux en ti, es el fin de todo, al fin puedes derrotar a Voldemort.

–¿Debo volver? –preguntó Harry, mirando a Dumbledore –, ¿No puedo quedarme?

–Tu deber es volver para matar a Tom, Harry.

–Profesor, yo creo que ya hice suficiente –Harry le miró –, no quiero regresar, quiero irme con mi familia.

–Tu familia no está a donde va ese tren –dijo Dumbledore, intentando razonar con él –, James y Lily no están ahí.

–¿En dónde están?

–No puedes alcanzarlos a donde están, Harry. Están más allá de lo que te imaginas.

Harry notó que él no respondió su pregunta.

–Debes regresar –dijo –, Eres el único que puede matar a Voldemort.

–Ya es suficiente –una voz hizo eco en el lugar.

Harry observó a Merope Gaunt caminar a ellos, bajando del mismo tren. Dumbledore la miró llegar con una expresión de sorpresa en su rostro; Harry sentía que algo extraño estaba pasando aquí y no sabía qué.

–Usted… –susurró Dumbledore –… es la madre de Voldemort. No debe estar aquí.

–Tengo todo el derecho y el permiso de estar aquí –respondió ella con firmeza –, en cambio usted no. Así que le ruego que se vaya, ahora.

–Señora Gaunt –dijo Dumbledore con voz firme –, debe comprender que es necesario que Harry vuelva para poder matar a Voldemort.

–Qué horrible de su parte decirle directamente a una madre esa clase de cosas –dijo Merope furiosa –, sé que Tom ha cometido pecados imperdonables, pero usted sabe perfectamente que no es culpa de él ¿o me equivoco, señor Dumbledore?

–Me temo que no sé de que habla –Dumbledore sonrió.

–Claro –sonrió ella con sarcasmo –, ahora finja que no sabe de qué hablo. ¿No fue usted el causante de que el alma de Tom se fragmentara la primera vez? Fue a causa de usted que el primer horrocrux se hizo. Y no hablo del anillo de mi familia.

–¿Qué? –Harry miró sorprendido a Merope y luego se giró a mirar incrédulo a Dumbledore.

–Antes de que mi hijo hiciera el horrocrux del anillo –contestó ella a Harry mirando a Dumbledore–, este hombre, sabía de la existencia de dicho anillo, sabía que era el anillo de la resurrección y que era un objeto legado de generación en generación en la familia Gaunt desde Cadmus Peverell. Él ansiaba tener ese anillo en su poder, porque sabía de igual forma que la famosa capa de invisibilidad dada por la misma muerte a Ignotus Peverell, estaba en posesión de la familia Potter, y ya te imaginarás que también sabía quién tenía la famosa varita de Saúco.

Dumbledore miró a Merope Gaunt con sorpresa.

–Fue usted –dijo ella con furia –, usted ya había vivido esta vida antes, en una línea de tiempo en que Tom había había ganado la guerra mágica.

–Eso… –tartamudeó Dumbledore, intentando contener sus emociones ¿cómo sabía esta mujer eso?

–¡No intente negar nada! –dijo ella–, usted, lo que hizo fue imperdonable, manipular de esa forma a mi hijo desde los 11 años, un niño que había sufrido mucho en ese orfanato y usted, llega directamente a tacharlo de mago oscuro, tratándolo como criminal.

–¡es un criminal! –contestó Dumbledore –, ¡es un mago oscuro, había que hacer algo y tratar el problema desde la raíz! ¡y si era desde la infancia mejor, ese niño iba a crecer para ser un mago tenebroso!

–¡era un niño! –gritó ella –, lo único que necesitaba era una guía y comprensión.

–¡Nació sin saber lo que era amar! –replicó–, ¡no era capaz de sentir tal cosa! ¡era un monstruo!

–Todo ser humano independientemente de la forma de su nacimiento es capaz de sentir amor –dijo Merope muy firme en su postura –, él a esa edad, lo único que había conocido toda su vida fue la crueldad de los muggles, y luego llega usted, el primer mago que había conocido Tom y que luego lo mira y lo juzga como si fuera una rareza que no debía existir, usted pensó inmediatamente en él como un monstruo sólo porque era capaz de hablar parsel.

Harry se quedó callado todo el rato. Asimilando lo que se estaba diciendo ¿pensaría Dumbledore que Harry era un monstruo sólo porque sabía que podía hablar pársel también? Dumbledore todo el tiempo también supo que él era un horrocrux ¿pensaba en él como un monstruo? ¿por eso quería que Harry se sacrificara?

–Yo podré arrepentirme de muchas cosas que hice en mi vida –dijo Merope con lágrimas de rabia en sus ojos –, cometí muchas equivocaciones e hice cosas que nunca debí, pero de lo que no me arrepiento es de haber tenido a mi hijo — Merope miró a Harry –, desde que supe que estaba embarazada de Tom, fui muy feliz. Mi bebé era la luz de mis ojos, lo único que me mantenía cuerda de todos los golpes que me dio la vida. Las matronas del orfanato me ayudaron a darlo a luz, pero me dijeron que ambos moriríamos y que debía escoger si quería vivir o que mi hijo viviera.

Harry la miró, sintiendo un nudo en su garganta.

– Yo amaba a mi hijo –ella lloró –, así que escogí dar la vida por él. Antes de morir, logré mirarlo un par de segundos, queriendo grabar esa mirada inocente en mi memoria para siempre. Él me miró y sabía que había hecho lo correcto cuando mi bebé me sonrió por primera y única vez, morí llevándome ese rostro grabado en mi alma y orando a quien sea porque él tuviera una vida muy feliz. Pero tú… –miró con rencor a Dumbledore –, tú arruinaste su vida. Tú fuiste quién creó a Voldemort y nadie más. Tú guiaste sus pasos desde que puso un pie en Hogwarts para que siguiera el camino marcado que querías. Tú llenaste su cabeza con compulsiones, desde esa primera vez que lo viste en el orfanato y seguiste haciéndolo en Hogwarts. Esas compulsiones, de tantas que le lanzaste, rompieron su mente poco a poco, lo volvieron completamente diferente del niño que era en un inicio. Pero luego hiciste algo que nunca te voy a perdonar…

Dumbledore la miró, temiendo sus siguientes palabras.

–Cuando Tom comenzó a darse cuenta de las compulsiones –siguió ella –, luchó contra ello. Y cuando tú te diste cuenta de que se te había escapado de tu control y que ya no funcionaban las compulsiones, en su desesperación por mantener el control, intentaste matarlo usando la maldición asesina, justo en el mismo baño de niñas donde había estado Myrtle Warren. La maldición asesina golpeó a Tom, pero pasó algo que lo protegió de eso.

–¿Qué? –interrumpió Harry sorprendido –, ¿Cómo fue que no murió?

–Antes de darlo a luz, yo hice un ritual mágico –dijo ella –, le di toda protección que pude. Hice lo mismo que Lily Potter hizo para protegerte, Harry. Sin embargo, cuando Dumbledore le lanzó la maldición asesina, esta rebotó debido a mi protección y le dio directo a esa niña que acababa de salir del cubículo del baño. Ella murió debido a Dumbledore, no a causa de Tom y el basilisco –Merope siguió mirando a Dumbledore –, debido a lo que pasó, lo aturdiste y le implantaste recuerdos falsos haciéndole creer que él había asesinado a Myrtle y tú huiste de ahí como el cobarde que eres.

Harry miró a Dumbledore, completamente conmocionado, necesitaba respuestas de él.

–¿Eso es verdad, profesor? –Harry lo miró con traición en sus ojos –, ¿es verdad lo que ella está diciendo?

–Harry, debes entender que fue necesario –Dumbledore intentó apaciguar la situación, pero para Harry esa oración fue toda la confirmación que necesitaba, se sintió horriblemente usado y traicionado por quién durante muchos años creyó que sólo quería un bien para él –, era por el bien común. Todo necesitaba pasar para que él pudiera morir como es debido, bajo tu mano.

–Entonces me ha estado usando todo este tiempo… –Harry sin terminar de creerlo aún, dio pasos atrás, lejos de este hombre falso.

– Y no solo eso… –interrumpió Merope –, cuando la maldición asesina golpeó a Tom, aún a pesar de mi protección, su alma se fragmentó a la mitad. Esa mitad logré rescatarla, pero no podía devolverla a su cuerpo, así que retuve esa mitad y me la llevé a otro lado, gracias a La Muerte y aun acuerdo que hice con él, esa mitad del alma volvió a la tierra un par de años después, pero como un alma completamente independiente de su otra mitad original. Esa alma fue a parar a una madre nacida de muggles que no podía embarazarse a pesar de todos los intentos junto con su esposo. La mitad del alma se acopló al vientre de esa mujer en el momento en que ella y su esposo intentaban por décima vez intentar concebir un hijo. Meses después nacería ese bebé sin ningún problema y siendo completamente amado por sus padres.

–¿Hay otro Voldemort por ahí entonces? –dijo Harry alarmado.

–No –respondió ella, mirándole –, esa otra mitad es un mago normal o lo era. Acaba de morir también.

–¡No debes decir nada más! –Dumbledore interrumpió –, ¡Harry tiene que volver para matar a Voldemort!

–¡Silencio! –gritó ella, enojada –, ni tú ni nadie me impedirá que Harry sepa la verdad – Merope alzó una mano y con una señal hizo que el alma de Dumbledore fuera arrastrado del lugar–, Irás directo al único lugar donde las almas como tú van a cumplir con su castigo por toda la eternidad, por haber interferido con la línea del tiempo original y con el destino de un alma –Merope se giró a Harry y lo tomó por los hombros–, escúchame Harry, casi es tiempo de que te vayas y debo decirte esto.

Harry la miró, aturdido.

–Tú eres la otra mitad del alma de Tom, tu ser entero tanto físico como espiritual, fue creado a partir del alma separada de Tom, existes porque él existe. Ustedes son a lo que los magos llaman llama gemela*, nunca existió un horrocrux en ti –Merope tomó el rostro de Harry con sus manos en un gesto de cariño –, la capacidad de hablar parsel está inherente en ti, porque está grabado en tu alma, porque tu alma es la otra mitad faltante de Tom.

Harry la miró con horror en sus ojos ante lo que acababa de enterarse.

–Puedes ver y sentir todo lo que hace Tom, porque ambos son una sola alma –siguió ella –, están conectados. Y por desgracia, Dumbledore supo de esto pero no sé como, hay un hechizo de glamour en ti desde que naciste, Harry. Esa no es tu apariencia real. Las llamas gemelas son muy raras y hay muy pocos en este mundo. Las llamas gemelas tienden a parecerse entre sí físicamente, a veces llega a ser un parecido impresionante y desconcertante. Es por eso que Dumbledore quería que mataras a Tom –continuó ella –, debido al ritual que yo hice y el que ambos sean llamas gemelas, hace imposible que alguien externo los asesine a ambos a menos que sea por la mano de alguno de ustedes dos.

Harry no podía asimilar nada, estaba aturdido, incapaz de razonar correctamente, sentía que su vida entera había sido una mentira ¿sus padres lo supieron? ¿Dumbledore lo sabía desde que nació?

–Lily es tu madre por sangre, pero yo soy tu madre por el alma de Tom. Eres mi hijo también. Y no quiero seguir viéndote sufrir. Ambos; tú y Tom son mis hijos, puede que no sean hermanos de sangre, pero comparten una sola alma desde que fuiste concebido, Harry. Y por eso, he decidido devolverte.

–Mis padres… –susurró –… lo sabían?

–Nunca lo supieron, pero sospechaban que pasaba algo raro contigo –contestó ella pacientemente –, siempre fue extraño para ellos que no te parecieras a la familia Potter o Evans para nada, no te parecías a Lily, ni siquiera a James Potter –Ella le sonrió, intentando apaciguarlo –, tus rasgos eran algo que los desconcertaba, eran los de un sangre pura indudablemente y esto era algo fácil de ver porque cada familia sangre pura de los sagrados 28 comparten rasgos similares; toma como ejemplo a los Malfoy, rubios y de ojos azules, sus rasgos faciales son parecidos, pero las llamas gemelas son diferentes –Merope le miró intensamente –, tus rasgos eran de todo menos de un Potter.

–¿Sabían que me parecía a Voldemort?

–Ellos no –contestó –, pero Dumbledore sin duda sí lo hizo. En cuanto supo que el hijo de Lily y James Potter había nacido, fue a verlos y en cuanto te vio, lo supo de inmediato ¿cómo no iba a reconocer esos rasgos? Parecías el hermano gemelo de Tom, aunque eras un bebé, tus rasgos estaban demasiado marcados, era sumamente fácil para alguien que conoce a mi hijo ver lo idéntico que eran entre sí. Lo que terminó por confirmar todo fue que pasando tus 4 meses de nacido, tus ojos verdes con los que habías nacido cambiaron de un día a otro, por unos grises deslumbrantes. Nadie en la familia Evans o Potter tenía ese color de ojos, luego pasando el año comenzaste a aprender tus primeras palabras, salvo que era parsel, comenzabas a silbar a cada rato. Dumbledore terminó por decirle sus sospechas a tus padres.

–¿se los dijo? –él la miró sorprendido –, ¿qué sacaba de eso?

–Tus padres habían estado reacios a unirse a la Orden del Fénix, pero cuando él les dijo sobre las llamas gemelas y sus sospechas sobre ti, los convenció para que ellos aceptaran unirse a su causa. Ellos aceptaron claramente, pensando que si ayudaban a matar a Tom, tú jamás tendrías que saber la verdad de tu existencia. Nunca supieron cómo fue que la mitad del alma de Tom nació como un ser completamente separado de la otra, Dumbledore lo sabía, pero nunca supo por qué o cómo, obviamente no supo que yo había sido la causa de tú existencia al salvar la mitad del alma de Tom, pero para Lily y James eras su hijo Harry Potter y nada más –Merope acarició su mejilla –, nunca dudes del amor que te tuvieron tus padres de sangre, Harry. Sabían de cierta forma que eras Voldemort o al menos que tu alma era parte de él, pero nunca te amaron menos por eso.

–Entonces por qué no aparecieron cuando los llamé –susurró dolido.

–Eran los padres de Harry Potter, no de Tom Riddle. Tu alma aquí presente es la parte de Tom Riddle; tu cuerpo terrenal fue Harry Potter, pero tu alma es la mitad de Tom, su otra mitad. Aunque Lily y James quisieron venir no podían porque no tenían una conexión contigo más allá de la crianza y el amor que te tuvieron . Mi presencia aquí es porque mi alma está conectada contigo, yo te di a luz antes de que fueras Harry Potter –ella le sonrió –, ellos me pidieron que te dijera, que te aman y siempre te amarán independientemente del camino que elijas, quieren que vuelvas y tengas la oportunidad de tener una vida feliz y segura.

Harry sintió lágrimas formarse en sus ojos.

–No quiero volver –susurró Harry –, no quiero matar a Voldemort…Tom, no puedo hacerlo. Ahora que sé todo esto, comprendo ese sentimiento de angustia que siempre he tenido cada vez que pensaba en que tendría que matarlo. Mi alma reconoce a la otra mitad y se resiste a asesinarlo o hacerle daño, ahora lo comprendo, ahora comprendo porqué me dolía mi cicatriz cada que lo veía o estaba cerca. Era por eso. No voy a volver ahí.

–No voy a mandarte ahí. Voy a ayudarte a regresar en el tiempo.

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Acá termina el primer capítulo y es el comienzo de algo que no planeo alargar mucho, tengo otras historias pendientes y estoy avanzando en esas.

Bye!