Hola a todos! Sorry por ta tardanza, pero es que he tenido unas cuantas cosas que hacer, aparte de que casi me rompo el pie y lo traigo enyesado TT.TT Pero ps aqui les traigo el 5 capitulo, espero qu les guste.

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Más allás de los sueños

5.Baile

- ¿Quién es usted? – pregunto la princesa. En ese momento la luz de la luna los iluminó, dejando poder ver el rostro de aquél misterioso muchacho. Ojos negros, cabello del mismo color…apuesto.

- Mi nombre es Uchiha Sasuke. – el viento movía sus cabellos, dándole una apariencia más misteriosa. El silencio reino entre los dos, la naturaleza callaba siendo cómplice de aquella ocasión, cada uno sumergido en los ojos del otro, Sakura ya no lloraba, todas las preocupaciones, miedos y tristezas que había sentido durante los últimos días desaparecieron dando paso a un nuevo sentimiento que no podía descifrar.

Una voz se escuchó más cercana.

- ¡SAKURA!-

La voz despertó a ambos de sus pensamientos, haciendo que cada uno retirara la mirada del otro y rompieran el silencio.

- Tiene que volver.- dijo Sasuke mientras se paraba y se sacudía la ropa, le tendió la mano a la princesa y esperó a que ésta la tomara. Sakura vaciló un momento. – Debe afrontar el futuro, es la única manera de seguir viviendo y conseguir lo que quiere. – le animó nuevamente, ésta vez consiguiendo que la joven tomara su mano, temerosa, pero la tomó, tiró de ella ayudándola a quedar de pie.

Una joven rubia llegó corriendo a donde se encontraban los dos, jadeando, se posó frente a ellos y tomando un poco de aire le habló a la princesa.

- Sakura, gracias a Dios que te encontré, te he estado buscando durante mucho tiempo. – Hasta ese momento no se había percatado de la presencia de aquél extraño joven, tenía una apariencia algo misteriosa, haciéndolo ver aun más apuesto. Sin quererle dar más vueltas al asunto, tomó la mano de Sakura y comenzó a jalarla de vuelta al palacio. Pero ésta opuso resistencia y logró safarse del agarre de su amiga. - ¡SAKURA¿Qué demonios piensas que éstas haciendo? El baile está a punto de comenzar, tenemos que volver. -

- No Ino. – la joven bajó el rostro, haciendo que unos cuantos mechones de cabello lo cubrieran; apretó los puños y miró a su amiga, la cual la observaba un tanto preocupada. – No quiero…no quiero ir a un lugar en donde mi destino será decidido por alguien que no seré yo. Prefiero largarme ahora mismo antes de casarme con alguien a quien no quiero. – unas lagrimas luchaban por salir de sus ojos, pero ella no quería, no quería llorar nuevamente; había llorado todas las noches pensando en el destino que le esperaba y ya no lo quería hacer, tenia que ser fuerte.

- Sakura…- un leve susurro salió de los labios de la rubia, sabía perfectamente cómo se sentía su amiga en esos momentos.

- Bueno, veo que no hay más remedio. – era la primea vez que Sasuke hablaba dentro de esa conversación; y antes de que Sakura pudiera hacer algo al respecto, el joven la había tomado por la cintura y la posó en su hombro, cargándola hacia el palacio.

- ¿QUÉ DEMONIOS PIENSAS QUE ÉSTAS HACIENDO! – le gritó histérica la princesa mientras pataleaba como una pequeña niña caprichosa a quien le habían quitado su caramelo y le daba unos golpes en la espalda para que la bajara, pero al parecer nada de eso hacia efecto en el joven. La pelirosa volteó a ver a su amiga. – Cerda, dile que me suelte. –

Ino tan solo la miró, era una escena un tanto rara y algo cómica, ver a su amiga siendo cargada por un joven tan apuesto como lo era aquél y que ésta estuviera tan enfadada y eufórica.

- Lo siento Sakura, pero creo que es la única manera de llevarte. – la rubia se encogió de hombros y no tubo más remedio que ir tras de ellos, aguantando las reclamaciones de su amiga por no ayudarle.

Llegaron a la entrada del palacio, en donde Sasuke dejó a la princesa en el suelo, y en cuanto la soltó, ésta se le vino encima con intensiones de plantarle un buen golpe en el rostro…nuevamente. Pero Ino la detuvo a tiempo.

- ¡Ya verás maldito pervertido, hijo de…! – no pudo terminar la frase ya que Ino le había puesto la mano en la boca.

- Ea, ea, cálmate pequeña fierecilla, no gastes tu real voz. – Sasuke mantenía una postura un tanto calmada y sonreía divertido ante la actitud de la que era la princesa de aquél reino.

- Ya verás tu maldito…- comenzó a decir una enojada Sakura.

- Discúlpela por favor. – le interrumpió la rubia. – Será mejor que nos vallamos su majestad, el baile se acerca.

- Si será mejor que la princesilla se arregle, no creo que quiera arruinar su real apariencia con esas prendas ¿no es así? – su voz tenía un toque de sarcasmo, que hacia enfadar cada vez más a la princesa. – Aparte… - sus ojos brillaron. -… no creo que un vestido te haga lucir mas bonita, no serviría de nada.

Fue la gota que derramó el vaso. Sakura comenzó a gritar maldiciones y a intentar liberarse del agarre de su amiga. Sasuke la miraba divertido.

- Era tan solo una broma. – aclaró el joven. - Bueno…será mejor que me valla. Yo también debo de alistarme. – se giró para poder retomar el camino hacia su habitación, y antes de que se perdiera de vista alcanzó a decir. – Se ve linda cuando se enoja. – dicho esto, desapareció de la vista de las jóvenes; quienes tenían una cara de sorpresa ante el comentario del chico.

- Frontuda, será mejor que nos vallamos. – dijo Ino, sacando a Sakura de su ensimismamiento.

- Si, creo que si. – fue lo único que contestó, siguiendo a su amiga hacia su habitación. No había más remedio, tenia que superar todo eso. Pero en su mente, la imagen de aquél joven bajo la luna seguía presente.

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Sasuke caminaba por los pasillos, llevaba una sonrisa un tanto picarona en los labios. Las imágenes de lo que había vivido momentos atrás con la joven princesa pasaban por su mente una y otra vez, sólo fueron unos minutos, tan solo unos minutos, pero ese breve tiempo bastó para que algo en él cambiara por completo. Cuando le avisaron que su rey era uno de los elegidos por la familia Haruno para ser el posible esposo de la princesa Sakura simplemente no le importó, su trabajo era el custodiar al rey para que no le pasara nada. Jamás imaginó que su primer encuentro con aquella aclamada joven, de la cual hablaban tanto por los alrededores, fuera en un intento por parte de ella de huir del palacio y encontrársela en aquél oscuro bosque. Era hermosa, era algo que nunca negaría. Recordó el momento en el cual pasó sus dedos por las rosadas mejillas de la joven para poder retirar aquellas lágrimas que salían de sus ojos esmeraldas. Suave. El rostro de la joven era perfecto. Hermoso. Sacudió la cabeza. ¿En qué demonios estaba pensando? Ella era una princesa que pronto podría estar casada con el rey al que servía y no podía hacer nada al respecto…nada.

Sentía la tremenda necesidad de ayudarla, de lograr que saliera de ese destino al cual tanto temía; pero no podía, tan sólo era un soldado, un simple soldado que servía a un rey injusto…no había nada más que hacer…nada, mas que esperar. Pero… ¿por qué la quería ayudar? Jamás se había preocupado por alguien, a veces por Itachi, pero no por alguien más y quería seguir creyendo que ese no era el momento para comenzar a hacerlo. "Pero te preocupas" le dijo una voz en su cabeza. "Y no lo puedes evitar" volvió a decir la voz. Era cierto, a pesar de todo se preocupaba por aquella joven…se preocupaba.

Llego frente la puerta de su habitación y al entrar pudo ver a Itachi frente al espejo arreglando el cuello de su traje, al ver a su pequeño hermano entrar se giró y con una sonrisa le preguntó.

- ¿Dónde estabas? El baile ya casi da inicio. -

- Estaba dando un pequeño paseo. – contestó Sasuke sin darle mucha importancia al tan aclamado baile. El tono de su voz hizo que Itachi arqueara una ceja.

- Pues duró bastante para ser un "pequeño" paseo ¿no lo crees? – el sarcasmo se hacia notar en su voz.

- Cierra la boca, tengo que arreglarme. – le espetó Sasuke, mientras que se dirigía al baño.

- Valla, valla, mi hermanito esta de fierecilla el día de hoy ¿he? –

Lo único que hizo Sasuke fue mirar a su hermano con una cara de fastidio y se metió al baño antes de que Itachi quisiera comenzar un interrogatorio acerca de lo que había ocurrido durante el paseo.

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La joven castaña iba apresurada atravesando los pasillos. Aunque fuera de la servidumbre tenía que arreglarse para poder atender a los invitados durante la cena.

Iba pasando por una de las habitaciones de los invitados cuando escuchó una voz.

- Disculpe. – Tenten se giró para poder ver a quien la llamaba. Para su sorpresa se encontraba frente a frente con el rey del éste; aquél mismo chico con el cual había cruzado la mirada hace unas cuantas horas atrás.

- ¿Si, mi señor? – fue lo que respondió la joven haciendo una reverencia en señal de respeto.

- No me diga así por favor, me hace sentir viejo. – rió el joven Hyuuga, haciendo que Tenten volviera a erguirse.

- ¿Qué es lo que desea? – volvió a preguntar la joven, poniendo nervioso a Neji. No sabía como empezar una conversación con aquella chica, para empezar…no sabía la razón por la cual le llamó, tan sólo fue un impulso.

- Bueno…este…yo. – titubeó. – Me preguntaba si…este…bueno… ¿Podría traernos más toallas? – "Demonios, que estupidez más grande", pensó. "¿Ahora que pensará de mi?".

Tenten lo miró.

- Con todo respeto su majestad, hay toallas limpias en el armario del baño. – el rostro de Neji se tiño de rojo ante aquella aclaración. Había metido la pata, ahora se sentía un tonto frente a aquella chica – Si me disculpa, debo retirarme. – Se despidió con una profunda reverencia y cuando se comenzó a alejar, una mano la tomó por la muñeca, haciendo que se detuviera y mirará a la persona que la paró.

- Espere por favor. – el joven rey no soltaba la mano de la joven, haciendo que ésta se sonrojara al sentir el tacto de aquella cálida mano.

- ¿Qué desea? – no podía evitar sentirse nerviosa.

- Me conformo con su nombre. – una mirada profunda se clavó en los ojos de la castaña, haciendo que se perdiera en aquél mar azulado.

- Tenten…mi señor. – respondió suavemente. Se soltó del agarre del joven y salió del lugar, dejando a un sorprendido Neji con la mirada fija por donde se había perdido la joven.

- Tenten…- susurró para si mismo y después volvió a su habitación para terminar de arreglarse, la quería volver a ver, eso era seguro.

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Llegaron a la habitación de la pelirosa. Debía de arreglarse lo más pronto posible. El baile daría comienzo dentro de quince minutos. Entró al baño rápidamente y se duchó en menos de lo que jamás lo había hecho. Comenzó a ponerse aquél vestido ampón de color rosa que tenía listo para la ocasión, mientras que Ino le cepillaba el cabello y le colocaba un hermoso broche que tenia unas perlas incrustadas.

Desde que había dejado a aquél joven, la princesa se encontraba en otro mundo, casi no había pronunciado palabra alguna; así que decidió averiguar que le sucedía.

- ¿En que tanto piensas frontuda? – Sakura salió de sus pensamientos y miro a su amiga.

- Solo me preguntaba en como seria el baile. – le mintió, no sabía que le podría decir si le confesaba que había estado pensando en Sasuke…Sasuke, a pesar de que era algo frío y arrogante no podía apartar sus pensamientos de él; le intrigaba y deseaba saber más sobre él.

- Mientes. – Fue lo único que salio de los labios de la rubia. Sakura la miró sorprendida, no podía creer que la conociera tan bien.

- ¿Qué dices? – pregunta estúpida, claro que estaba mintiendo.

- Que éstas mintiendo. – le repitió. – Te conozco lo suficiente para saber que todo el tiempo has estado pensando en aquél chico. Además… ¿Quién es él? – Era cierto, Ino nunca supo el nombre de Sasuke.

- Bueno…pues este…el…veras…- intentó decir, pero alguien abrió la puerta interrumpiendo la explicación de la joven pelirosa.

- Hija…- el rey entró a la habitación, haciendo que tanto la pelirosa como la rubia se pusieran de pie he hicieran una reverencia. – Ino ¿Por qué no le avisaste que la llamé? – los ojos del hombre se clavaron en la rubia, haciendo que comenzara a ponerse nerviosa. Era cierto. Cuando encontró a Sakura en el bosque se le había olvidado por completo que su padre le llamaba, ahora si que estaba en problemas.

- Bueno…este…- no sabia que decir.

- Se me hizo tarde padre. – interrumpió Sakura, impresionando a su amiga y acatando la atención del rey, quien la miró con algo de severidad. – Era tarde y no podía ir a su encuentro. Ino no pudo avisarle por que yo le pedí que se quedara a ayudarme a prepararme.-

- ¿Y ya estas lista? –

- Si padre. –

El rey la miró. Sakura se encontraba un poco nerviosa ante la profunda e intensa mirada que le daba su padre en ese momento.

El rey sonrió.

- Me alegro. Pero que no vuelva a suceder. Naruto te espera en la puerta para entregarte en el salón. -

- Si. – fue lo ultimo que dijo la joven a su padre, quien iba saliendo de la habitación, pero se detuvo en el umbral de la puerta. – Te ves hermosa…mi pequeña flor. – dicho esto salio del cuarto. Tales palabras hicieron que en el rostro de la pelirosa se formara una sonrisa.

- Gracias Sakura. – le agradeció Ino.

- No hay de qué, cerda. Me tengo que ir, nos vemos en la cena. – salió del cuarto para encontrarse a Naruto recargado en la pared.

- Creí que nunca saldrías. – le saludo el rubio. Estaba bastante arreglado y la verdad era que se veía bastante apuesto, cosa que Sakura no paso desapercibida. - ¿Lista? – le ofreció su brazo.

- Eso creo. – tomó el brazo del chico y se dirigieron hacia la entrada del gran salón, donde la gente los esperaba.

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Las trompetas sonaron y las puertas se abrieron. Una voz se escucho anunciando su nombre.

- LA PRINCESA SAKURA. -

Todas las miradas se posaron en ella. Entre ellas, unos ojos afilados como los de una serpiente la miraban con lujuria.

Se dirigieron hacia el centro del salón. El rey, quien estaba sentado en la mesa principal, se paró y caminó hasta ellos. Al llegar, ofreció su mano a la princesa quien la tomó, haciendo que Naruto se retirara hacia donde estaban los demás soldados.

La banda comenzó a tocar una pieza lenta de vals y tanto padre como hija comenzaron a moverse al ritmo de la hermosa melodía.

Se movía con delicadeza, se veía que savia bailar, y el movimiento de su vestido y cabello la hacían lucir aun más hermosa.

- ¿Estas nerviosa? – preguntó su padre.

- Mentiría si dijera que no. – fue la única respuesta de la joven pelirosa.

- La próxima pieza la bailaras con el rey del oeste. – avisó, intentando hablar un poco con su hija.

- De acuerdo. – su respuesta fue seca, se notaba que aun le guardaba un poco de resentimiento a su padre por obligarla a casarse. La mirada del rey reflejaba la tristeza que sentía, no quería que su hija le odiase.

- Por favor Sakura, entiende que lo hago por el bien de todos. No había otra opción. Me estoy volviendo viejo y quiero liberarme de algunos asuntos. –

Sakura no respondió. La pieza había terminado y ambos se detuvieron para mirarse.

- Lo entiendo. – fue lo ultimo que dijo la princesa a su padre, ya que Orochimaru se acercaba a ellos para poder bailar con la joven. El rey se retiró, no sin antes echarle una última mirada a su hija. Orochimaru tomó una mano de la joven y posó otra en su cintura. La banda comenzó a tocar y ellos empezaron a bailar.

La pelirosa no prestaba atención a su compañero.

- Es usted muy hermosa. – el halago del hombre llamó la atención de la joven.

- Gracias. – se sonrojó.

- Quisiera que me eligiera como su esposo. – el comentario sorprendió a Sakura. "Si que es rápido" pensó. Lo miró cuidadosamente, vestía una túnica larga de color azul una camisa blanca y unos pantalones azules lisos, su cabello largo y negro acomodado en una coleta alta, sus ojos amarillos parecidos a los de una serpiente combinaban perfectamente con su rostro pálido; se podría decir que era un poco apuesto, pero no lo suficiente. Tenía una sonrisa seductora en el rostro. Había algo en ese hombre que no le agradaba.

- Eso lo decidirá tanto mi padre como yo. –

- Entonces los convenceré a los dos, no dejaré pasar la oportunidad de casarme con alguien tan hermosa. – la soltó un momento para hacerla girar y después tomarla y continuar con el baile. – No se arrepentirá. – le susurró al oído, provocando un leve escalofrió en Sakura.

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Un joven miraba la escena desde el otro lado del salón. Apretó los puños. Por alguna extraña razón le molestaba que su rey estuviera tan cerca de Sakura y más que le murmurara al oído.

Itachi lo miró y alzó una ceja, era extraño que su hermano se comportara así, y creía saber la razón. Así que decidió probar algo.

- La princesa es bastante hermosa ¿no lo crees hermanito? – dio resultado, Sasuke lo miró enfadado.

- ¿Qué quieres decir? –

- Pues es algo obvio ¿no lo crees? Cualquier persona en este salón se puede dar cuenta de ello. Siento celos de quien consiga casarse con ella. En lo personal…a mí me gustaría bastante. – Dio en el blanco. Sasuke se puso pálido y frunció el ceño, apartó la mirada de su hermano para volverla a posar sobre la pareja que seguía bailando en el centro. - ¿Celoso? –

- ¿Por qué debería estarlo? – era inútil intentar disimular, la verdad es que si sentía un poco de celos.

- No me puedes engañar hermanito, se que le has encontrado un poco de interés a la princesa Sakura y será mejor que la olvides, sólo los reyes consiguen a alguien como ella, personas con dinero y poder, es lo único que les interesa. -

Itachi tenía razón. ¿Por qué alguien como Sakura se interesaría en un simple soldado cómo él? "Demonios, otra vez pienso en cosas estúpidas" se regañó y optó por seguir viendo el baile. Aun no sabía lo que le pasaba, mas sin embargo sentía que pronto lo sabría.

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La pieza terminó y los dos se separaron.

- Baila bastante bien. – dijo Orochimaru. – Espero volver a bailar con usted.

- Ya veremos su majestad. – contestó Sakura.

Orochimaru sonrió, tomó la mano de la joven y le dio un dulce beso, haciendo que las mejillas de la joven se tiñeran de rojo. El hombre se apartó para después darle paso a Neji, quien no se veía interesado en bailar con la joven. Los dos tomaron la posición para iniciar y la música comenzó.

Bailaban lento, cada uno en sus pensamientos, hasta que Neji decidió romper el hielo.

- No parece muy contenta de bailar conmigo. - Sakura salió de sus pensamientos para prestar atención al joven con quien bailaba.

- No es eso su majestad. Es solo… -

- Que no se quiere casar. – terminó la frase. Sakura asintió tristemente.

- No se preocupe, yo no la obligaré a casarse conmigo. Sólo vengo por asuntos políticos.-

- Gracias. – tan sólo una palabra, una palabra fue suficiente para el joven.

- Tengo algo que preguntarle…- un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas.

-¿Dígame? –

- ¿La chica…una de la servidumbre…Tenten… - Sakura alzó una ceja¿Por qué el rey del este estaría preguntando por Tenten? – ¿está en el baile? –

- Bueno, creo que sólo se presentara durante la cena.-

- Mmmmm…ya veo. – por un segundo, Sakura creyó ver brillar los ojos del joven rey.

La pieza terminó y los dos se apartaron.

- Fue un placer bailar con usted. – se despidió Sakura.

- El placer fue mío. – contestó Neji, haciendo una reverencia y retirándose del lugar.

Al parecer ya no había más pretendientes, así que se dirigió a la mesa donde estaba su padre y se sentó a su lado.

- Ahora… - comenzó a anunciar el padre de Sakura. - ¡Que comience el baile! - la banda comenzó a tocar un vals y las parejas comenzaron a llenar la pista. El ambiente se veía relajado.

Sakura buscaba a cierto chico entre la multitud y pudo divisar a Naruto hablando animadamente con una chica de cabello negro azulado, la cual se veía algo tímida.

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- Bueno, creo que será una noche un tanto larga y la verdad no me dan ganas de quedarme parado toda la noche viendo a todos divertirse. – comentaba Naruto animado.

- Pues la verdad…nunca me han gustado los bailes. – Hinata juntaba sus dedos como lo hacia siempre que estaba algo nerviosa. – Nunca bailo.

- ¿Por qué no? –

- Bueno, nadie me ha invitado. – en sus ojos se pudo ver un dejo de tristeza. El rubio se extrañó de ello, la verdad era que Hinata era una mujer hermosa, no sabia como nunca la habían invitado.

- Pues, en ese caso yo te invito. – Una sonrisa juguetona se asomó en su rostro.

- P…pero, no puedes dejar e...el pu…puesto – proclamó.

- No hay problema. – el rubio miró hacia los lados y pudo ver a un soldado parado a un lado de una ventana. - ¡Oye tú! – le gritó. El joven de cabello castaño lo miró.

- ¿Yo? –

- Si, tú. ¿Puedes cubrirme durante un tiempo?- y sin esperar la respuesta, tomó a Hinata y se la llevó a la pista.

- Demonios, que problemático. – maldijo Shikamaru resignándose a la probabilidad de detener al rubio.

- Vamos Hinata- le animaba el rubio.

- Pero…Naruto…no se bailar. – El rubio la miro con cara extraña.

- De eso no hay problema, yo te enseño. – con una mano tomó una de la joven y posó otra en su cintura. Hinata se sonrojó. – Y ahora…uno, dos, tres, uno, dos, tres, uno, dos, tres…- comenzaron a mover los pies. De vez en cuando la joven pisaba al rubio y siempre se disculpaba con un "lo siento". Al cabo de un tiempo parecía dominarlo. Aunque seguía pisando a Naruto una que otra vez.

- Lo hace bastante bien señorita Hinata. – le felicitó el rubio, haciendo sonrojar a la joven.

- Gracias. – continuaron bailando.

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Orochimaru se encontraba sentado al lado de Kabuto. En todo el tiempo en el cual había dejado de bailar con la princesa no podía dejar de mirarla. Al principio tan solo se quería casar con la joven para conseguir el reino del norte, pero ahora que la conocía en persona, quería que fuera suya a toda costa, su belleza lo deslumbraba, sus ojos lo hipnotizaban, era…perfecta. Sus ojos brillaban. Pensamientos sucios pasaban por su mente, pero la voz de Kabuto lo sacó de su ensimismamiento.

- ¿Todo bien mi señor? – sonaba un poco preocupado.

- Si, tan solo pensaba en los planes. Tengo que conseguir a toda costa casarme con la princesa. La convenceré tanto a ella como al rey.-

- Pero si lo consigue, la boda no será hasta dentro de unos 4 meses y no podemos esperar tanto. – su voz era casi un susurro. No podía arriesgarse a que alguien los escuchara.

- Descuida, siempre tengo un plan. – Miró a Sakura y al rey, quienes charlaban. – Quitaremos algunos obstáculos con él. – la malicia se reflejaba en su pálido rostro. Cualquier cosa que estuviera planeando no seria nada bueno.

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Neji se encontraba sentado en su mesa, viendo a todos bailar. Recorría la sala con la mirada y la vio. Tenten estaba ahí, parada hablando con una joven rubia. Un mesero iba pasando y el joven rey le habló.

- Disculpe.-

- Dígame su majestad. - contesto él hombre.

- Quisiera que me trajera una botella de vino extra, por favor. –

- Enseguida señor.- comenzó a avanzar, pero Neji le detuvo.

- Pero…- fijó su vista en Tenten.- quiero que me la traiga ella. – apunto con su dedo índice hacia la joven.

- Con mucho gusto señor. – el mesero se alejó dejando a un ansioso Neji en la mesa. El joven vio como el mesero le decía algo a Tenten y después lo señalaba. La sorpresa y el sonrojo de la joven no se hicieron de esperar. Tomó una botella de vino y se dirigió lentamente hacia el castaño.

- Aquí tiene su majestad. – dejó la botella sobre la mesa y se giró para emprender el camino hacia donde se encontraba la rubia, pero sintió una mano tomándola por la muñeca e impidiendo que siguiera con su camino. Miró a quien la detenía. El joven rey la miraba intensamente.

- Por favor no se valla. – le suplicó el castaño.

- Con todo respeto señor, tengo que atender a otros invitados. – intento excusarse, pero algo dentro de ella le imploraba que no se fuera.

- Si hablar con esa joven rubia es atender invitados la dejaré ir. – Tenten se mordió el labio inferior. La mirada del joven se volvió suplicante. – Por favor. – no sabía a que más recurrir, si esa última petición no daba resultado ya no sabía que lo podía hacer.

La joven dio un suspiro.

- ¿Para que desea que me quede con usted? – Neji sonrió.

- Solo quiero hablar un poco con usted, estoy algo aburrido. – indicó con una mano la silla que tenia a su lado, dándole a entender a la joven que tomara asiento.

- De acuerdo. – Tenten terminó por aceptar la propuesta y se sentó en la silla. Miró hacia donde estaba Ino y le sonrió encogiéndose de hombros. La rubia le devolvió el gesto.

- Gracias…- agradeció Nehi. Aunque ambos se sentían nerviosos, estaban cómodos uno al lado del otro…

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Vio como su amiga se sentó al lado de aquél apuesto rey. Se sintió feliz por ella. Decidió dejarla charlar un rato con él y fue caminando por alrededor del salón viendo como las parejas bailaban. Y entre ellas pudo ver a Naruto bailando con una chica, se veía realmente feliz. Ino rió al ver como la joven pisaba una y otra vez al rubio, pero éste negaba con la cabeza. Continuó caminando, pero como no veía por donde iba, sintió un golpe. Había chocado contra alguien.

- Valla que problemático.- escucho decir al joven contra el que había chocado. Lo miró y pudo reconocerlo, era el mismo chico a quien se había encontrado en los carruajes. – Deberías tener más cuidado y ver por donde caminas. – le regañó el castaño.

- Lo siento mucho, estaba algo distraída. –

- Se nota. ¿A quién veías? –

- A nadie en especial. – siguió viendo como bailaban las parejas. - ¿Con quién vienes? Eres un soldado, así que debes de estar escoltando a alguien. –

- Vengo con el rey del éste. Ese con el que tu amiga esta hablando. – contestó Shikamaru sin darle mucha importancia al asunto. La verdad es que no hablaba mucho, le daba flojera hacerlo. A decir verdad, todo le daba flojera, pero aun así era el estratega más destacado del reino del éste.

- ¿Conoces a Tenten? – la rubia alzó una ceja.

- Te vi hablando con ella, así que lo deduje. – se cruzó de brazos y se apoyó contra la pared. – ¿Eres de la servidumbre verdad? –

-¿Cómo lo sabes? –

- Pues estas vestida de una forma en especial, igual que tu amiga y no estas bailando. – contestó.

- ¿Y qué tiene que ver que no este bailando? Hay muchas jóvenes que no son de la servidumbre y que no están bailando. – estaba un poco indignada.

- Pero ellas están feas. – Ino abrió los ojos ante el comentario. – Pero tampoco estoy diciendo que tú seas la más hermosa. – Ahora apretaba los puños. Sentía que ese chico la podría sacar de quicio en cualquier momento. Con sus comentarios tan fluidos y su actitud tan despreocupada.

- ¿Acaso estas diciendo que estoy fea? – una venita se veía en su sien.

- No he dicho eso y tú lo sabes. – veía como la venita de la joven se retumbaba, así que decidió calmarla un poco.

- ¿Y por qué tú no bailas? –

- Estoy de guardia y creo que es muy problemático. – puso sus brazos detrás de su cabeza.

- O será que no sabes bailar y te da pena intentarlo. – su voz sonaba desafiante. Shikamaru la miró con una cara de enfado.

- Claro que se bailar, es solo que es problemático. –

- Todo resulta problemático para ti ¿o qué? –

- La verdad es que sí y bailar es aun más problemático. –

- No sabes bailar. –

- Que si. –

- No.-

-Si –

- Pruébalo. – se estaba divirtiendo mientras molestaba a aquél chico. El castaño la miró serio y después suspiró.

- Tsk. Que problemático. – se encogió de hombros y fue hacia la joven, la tomó por el brazo y comenzó a arrastrarla hacia la pista de baile.

- ¿Qué demonios crees que haces! – le gritó la rubia mientras intentaba soltarse del agarre del joven.

- Probarte que se bailar, tontilla. – Ino se sorprendió. Llegaron al centro y Shikamaru le tomó una mano y poso otra sobre su cintura. Segundos después se encontraba bailando con aquél soldado que había conocido unas horas antes y la verdad era que no lo hacia nada mal.

- Bueno pues…si sabes bailar. – reconoció la rubia. En el rostro del joven se asomó una sonrisa triunfal.

- Te dije y no me querías creer. Es que es muy problemático. –

- ¿Por qué lo dices? –

- Por que una vez que comienzo no puedo parar. – la rubia lo miro con los ojos bien abiertos. Ese chico le caía bien, al principio pensaba que sólo era un tonto soldado común y corriente, pero ahora se daba cuenta que era algo especial. Problemático, pero especial. Continuaban bailando y charlando. Estaba segura de que esa noche seria larga, cansada…y mágica.

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Se levantó y comenzó a caminar hacia la multitud que bailaba.

-¿A dónde vas? – preguntó el rey.

- Es bastante aburrido estar sentada todo el tiempo. Voy a caminar un poco. – Sakura se alejó y salió por una de las ventanas. La luna lo iluminaba todo. Se acercó al balcón y se recargo en él, sosteniendo su rostro con una mano. Miraba los jardines, que en esos momentos tenían un toque misterioso gracias a la luz de la luna.

- ¿Por qué no está bailando? – un hombre se acercó a ella. La joven giró su rostro para poder ver a la persona que la llamaba.

- ¿Sasuke? – no, no era él. Aquél hombre tenía un enorme parecido con el joven soldado, pero sus ojos eran de un color rojo intenso y su rostro era un poco más maduro. El joven alzó una ceja al escuchar el nombre de su hermano viniendo de la princesa.

- Veo que conoce a mi hermanito. – caminó hasta posarse al lado de Sakura. – Perdone si me entrometo pero… ¿De donde conoce a Sasuke? –

- Bueno pues…- dudaba en decirle la verdad, no conocía aquel joven y no sabía como reaccionaría al saber sobre su intento de huir. – Nos topamos mientras daba un paseo. – mintió. Si a intentar huir se le podía considerar dar un paseo, no había de que preocuparse. – Y… ¿Usted es? – quería evitar cualquier pregunta referida acerca de su encuentro con Sasuke, aparte…le daba curiosidad por saber el nombre de ese joven.

- Oh, lo siento mucho, que modales los míos. – hizo una profunda reverencia, un tanto exagerada para ser exactos. – Mi nombre es Uchiha Itachi, hermano mayor de Sasuke y general del ejército del oeste. Es un placer conocerla, mi lady. – le sonrió seductoramente. Era bastante guapo y tenía un enorme parecido con Sasuke. – No me respondió la primera pregunta.- Sakura se vio incrédula. - ¿Por qué no está bailando? Apuesto a que hay unos cuantos jóvenes esperando por poder bailar una pieza con usted.- se recargó en el barandal.

- No tengo muchas ganas de bailar, no tengo ánimos para eso. – fijó su vista en la luna.

- Pues la noche es joven y el baile apenas comienza. Entiendo que se sienta un tanto incómoda o triste con la situación que está viviendo, pero siempre hay que afrontar la tristeza y la adversidad con una sonrisa en el rostro e intentar vivir lo mejor que se pueda, aprovechando toda oportunidad que le permita sentirse feliz. Y por cierto, baila bastante bien, se nota que le gusta. – Sakura sonrió. Recordó que Sasuke también le dio ánimos para seguir adelante, se notaba que los dos eran hermanos.

- Gracias. – fue la única respuesta que pudo salir de sus labios. El silencio entre los dos no se dejó esperar. Ambos se encontraban observando la luna. El único sonido que gobernaba en el lugar era la música que procedía del salón.

- ¿Qué haces aquí? – una voz se escuchó detrás de ellos. La pareja se giró y se encontraron con el rostro enfadado de Sasuke.

- Hola hermanito. No te había visto desde hace un buen rato. – Saludó Itachi. El menor de los Uchiha pasó su mirada de su hermano a la princesa. Se sentía celoso y no sabía exactamente por que. No dijo nada, se limitó a mirarlos, solo eso.

- ¿Qué sucede Sasuke? – le preguntó la princesa.

- ¿Qué estabas haciendo? – preguntó a su hermano.

- Contemplábamos la luna y charlábamos un poco. ¿Tienes celos de eso o qué? – una sonrisa irónica apareció en el rostro de Itachi. Lo estaba provocando.

- Claro que no. – respondió rápidamente, sus mejillas estaban teñidas de un tenue color rojizo. – No me gustaría estar en compañía de alguien tan gritona y caprichosa como ella, aparte de que es fea y algo atolondrada. – a Sakura le apareció una venita en la sien. Itachi miró a su hermano de una manera para hacerle entender que no era un comentario muy bueno que digamos.

- ¡COMO TE ATREVES, IDIOTA! – estalló la joven.

- ¿Ves a lo que me refiero? – Sasuke sonrió triunfante, parecía que hubiera ganado una apuesta o algo por el estilo. Itachi tan solo suspiró.

- Eres insoportable…tonto orgulloso. – Sakura cruzó los brazos y les dio la espalda.

- Puede que sea tonto, pero lo soy con estilo. Niña caprichosa. –

- Estúpido soldadito. –

- Llorona. –

- Inútil mantenido. –

- Niñita presumida. –

- Marioneta sin voluntad. - eso daño el orgullo del chico y se giró resignado, dándole la espalda a ambos. En verdad que la actitud de Sasuke era algo insoportable y a Itachi le extraño eso. Nunca lo había visto comportarse de esa manera. Así que decidió ponerle fin a esa tonta disputa con un simple remedio; remedio con el cual podría divertirse al ver la cara de Sasuke.

- Perdónelo mi lady, mi hermano es un poco tonto, permítale compensarle. – Se hincó llamando la atención de los dos jóvenes – ¿me permite ésta pieza? – Sakura abrió mucho los ojos y Sasuke veía a Itachi de una manera que si las miradas mataran, el mayor de los Uchihas estaría destrozado. Después de unos segundos de haber analizado lo que sucedía, Sakura tomó la mano de Itachi y éste se puso de pie. – Nos vemos hermanito. – Antes de entrar al salón, Sakura le echó un último vistazo a Sasuke, le sonrió y después se perdieron entre la multitud que había en aquél lugar. Ahora si que estaba celoso y sabia por qué. Celoso de que su hermano estuviera tan cerca de Sakura.

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- ¿Cómo es que trabaja en éste palacio? – Neji y Tenten se encontraban charlando. Al principio los dos se encontraban nerviosos y no sabían que decir, pero conforme pasaba el tiempo, los dos tomaron confianza y comenzaron a contar cosas acerca de sus vidas, no se daban cuenta, pero sus corazones se sentían unidos.

- Pues intento ayudar a mis padres. Son algo viejos y casi no pueden trabajar. Tienen una vieja panadería en el pueblo, pero en los últimos años no les ha ido muy bien, decidí buscar un trabajo para ayudarles, pero no tenía mucha suerte que digamos. Un día vine al palacio en un intento desesperado y la que me escuchó fue la princesa. Habló con el rey y decidieron que era buena idea tenerme aquí. Ya llevo tres años trabajando para ellos.

- ¿Nunca te arrepentiste de trabajar aquí? – el joven rey escuchaba con atención. Le gustaba la voz de la joven, y no podía dejar de mirar sus ojos.

- La verdad no. Son unas personas maravillosas. El rey es respetuoso con todos y nunca ha abusado de nosotros. La princesa es alguien excepcional, aun siendo la heredera me trata como si fuera parte de la familia. – Sus ojos brillaban al contar todo eso. – Pero no se si siga siendo lo mismo cuando la princesa se case y el rey deje el trono. Mi futuro y el de todos los que sirven aquí es incierto. – suspiró. Nunca había hablado de una manera tan fluida con alguien, era raro, pero le daba un sentimiento que agradaba. – La princesa es como mi hermana y no quisiera que su vida fuera un desastre gracias a un hombre. Nunca lo permitiría, y si llegase a suceder nunca me lo perdonaría. –

Neji la miró, en verdad que le agradaba esa chica, su corazón era sincero, sin maldad y el brillo en sus ojos le hipnotizaba. Se le ocurrió una idea. Una idea con la cual podría observar esos ojos siempre que quisiera, pero existía la probabilidad de que a la joven no le agradara mucho. Se mordió el labio. No quería decirle nada que llegara a tomar a mal. Tenia que arriesgarse, si no nunca sabría si podía funcionar.

- Si te da miedo tu destino en éste lugar. – estaba decidido, ya había comenzado a hablar y no había vuelta atrás. Tenten lo miró. - ¿Por qué no te vienes conmigo?-

- ¿Qué? – se levantó de su asiento tan repentinamente que la silla cayó al suelo.

- No lo tome a mal por favor. Sólo intento ayudarle en caso de que algo malo suceda. – se asustó al ver la reacción de la joven. – No la quiero presionar a nada, pero le pido que lo piense. – su voz sonaba suplicante y su mirada era intensa. La joven no podía creer que un rey le pidiera de esa manera que fuera con él. El silenció reinó entre los dos, ambos mirando a los ojos del otro.

- Es algo repentino, pero gracias por la oferta. Lo pensare. – la castaña tomó la silla del suelo y la acomodó. – Es hora de irme, mi amiga me debe de estar esperando. Ha sido un enorme placer hablar con usted, su majestad. – no pudo continuar ya que la voz del rey la detuvo.

- Pues creo que su amiga se canso de esperarla. – Tneten se giró a verlo. Tenía una sonrisa picarona en el rostro y apuntaba con el índice hacia la multitud que bailaba.

La joven miró hacia la dirección que apuntaba el castaño y ahí la vio. Su amiga bailaba con un soldado, tenia el seño fruncido y parecía que discutían sobre algo, pero aun así se notaba feliz. Suspiró.

– Creo que ya no tiene razón para irse. – se sentía triunfante.

- Pero aun hay que atender a los invitados. – las excusas se le acababan, una parte de ella le decía que se fuera, pero una mayor parte le ordenara que se quedara.

- Hay muchos sirvientes para ellos. – se acercó peligrosamente a ella. Su comportamiento era demasiado raro, todas esas acciones no eran comunes en él. Se acercó al oído de la joven y susurró como si fuera un secreto. - ¿Me permite ésta pieza? – se apartó un poco y ofreció su mano.

La joven estaba totalmente sonrojada. Era como un sueño hecho realidad. Miró la mano que le ofrecía Neji y tímidamente la tomó. El joven sonrió y delicadamente la llevó hacia la pista de baile. Tomaron la posición adecuada y sus pies comenzaron a moverse al compás de la melodía. Ambos perdidos en los ojos del otro. Y así siguieron, bailando…como en un sueño.

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Itachi y Sakura bailaban de una manera espectacular. Mientras que un molesto Sasuke los miraba y cada vez que Itachi posaba su mirada en él, éste se giraba y hacia parecer que nada le pasaba.

La música tomó un ritmo más rápido. Y en un movimiento en el que Itachi soltaba a la joven para hacerla girar y la volvía a tomar en brazos, sus rostros quedaron tan cerca que podían sentir la respiración del otro. Tanto los movimientos del joven como los de Sakura, tomaron un dejo de seducción. Itachi se giró hasta quedar tras la princesa, tomándola de la cintura y recorriéndola con sus manos, acercó su rostro al cuello de ésta y posó sus labios sobre él, robándole así pequeños suspiros. Duraron un tiempo bailando de esa manera, llamando la atención de muchas miradas, unas de sorpresa, otras de celos y unas cuantas de odio. Volvieron a tomar la posición normal y al tiempo que Itachi pegaba su cuerpo al de la joven la melodía daba su fin. Se separaron y se sonrieron de una manera conspiradora.

- Baila de una manera excepcional mi lady. – tomó la mano de la princesa y la besó. Haciendo sonrojar a la joven princesa.

- Se puede decir lo mismo de usted joven soldado. –

- Por favor, llámeme Itachi, no me gustan mucho las formalidades. –

Un hombre se acercó a ellos por detrás. No estaba nada contento de ver a su subordinado bailando de esa manera con su posible esposa.

- Que maravillosa manera de bailar mi lady. – se escucho decir a Orochimaru. – Espero que demuestre esas mismas habilidades conmigo. -

- Mi señor. – El mayor de los Uchihas hizo una reverencia ante su rey.

- Su majestad, será un placer bailar con usted. – aceptó Sakura, mientras que le daba su mano. La verdad era que no le agradaba mucho la idea de volver a bailar con ese hombre, no le inspiraba confianza.

Orochimaru sonrió y tomó la mano de la joven. Miró a Itachi y con un movimiento de la cabeza le ordenó retirarse. El joven accedió y se fue del lugar. La música daba comienzo y los dos comenzaron a moverse.

- Dio un magnifico espectáculo, debo admitir. – le halagó el rey. Con un movimiento un tanto brusco la pegó a su cuerpo, haciendo sentir incomoda a la joven, que ágilmente se separó de él y dio un giro, para después volver a caer en los brazos del hombre.

- Muchas gracias mi señor. Su soldado también tiene grandes habilidades. –

- Lo pude notar, es tan buen bailarín como soldado. –

- Así lo parece. –

Un breve momento de silencio apareció entre ellos. Hasta que Orochimaru decidió romperlo.

- ¿Ha pensado lo que le dije¿Sobre aceptar casarse conmigo? – sonaba ansioso. Era cierto. Neji no pensaba casarse con ella, no tenía esas intenciones, así que el único candidato que quedaba era Orochimaru. El pensar en eso la estremeció. Lo más seguro era que su padre lo admitiera y que ella terminara casándose con ese despreciable hombre.

- La verdad es que no me había puesto a pensar en ello. –

- Ya veo. Are todo lo posible por que me acepte. – se acercó al oído de la joven y susurró. - Siempre consigo lo que quiero. – su voz tenia un ligero tono amenazante, haciendo sentir miedo a la joven.

Terminaron el baile en silencio. Aun faltaba una pieza más para dar por terminado ese evento. Y al parecer la tendría que bailar nuevamente con ese hombre, no había remedio.

Kabuto los miraba desde su asiento. El plan iba a la perfección. Si seguían así era posible que sus ambiciones se cumplieran más pronto de lo que pensaban. Miró a los hermanos Uchiha. Si interferían, no abría más remedio que acabar con ellos.

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Itachi se acercó a donde se encontraba su hermano. Pudo ver que a su hermanito no le agradó mucho la idea de que hubiera bailado de esa manera con Sakura. Decidió jugar un poco con él.

- ¿Qué te sucede hermanito? – le dio unas palmaditas en la espalda pero Sasuke se quitó bruscamente. – Ea, ea hermanito, no te enojes, solo fue un baile. – lo intentó calmar.

- Un baile bastante atrevido debo decir. – se notaba el enfado en su voz. – Hasta Orochimaru lo notó y créeme que por las miradas que te mandaba no estaba muy contento que digamos. – Itachi rió y se encogió de hombros.

- Bueno, pues no fue mi culpa. La situación lo ameritaba y parecía que a ella no le incomodaba. Más bien, parece que lo disfrutó. – se recargó en la pared. Sasuke lo miro severamente. No sabía de lo que su rey seria capaz de hacerle por aquella demostración. Pero decidió dejarlo por la paz. Si se disculpaba podía ser que no le hicieran nada. Pero conociendo a su hermano, lo más probable era que nunca lo llegara hacer. Así que seria mejor que él tomara la iniciativa y pidiera disculpas en el lugar de Itachi. Podría funcionar y así protegería a su hermano de un posible castigo.

- ¿No bailarás con ella? – la voz de Itachi lo sacó de sus pensamientos.

- ¿Con quién? – claro que sabía de quien hablaba, sólo intentó hacerse el desentendido.

- ¿Pues con quién más? Con la princesa, tonto. – le dio un pequeño golpe en la cabeza.

- No lo creo. – contesto Sasuke mientras se sobaba un poco el lugar en donde su hermano le había pegado. – Es la última pieza y ya ha comenzado a bailar con Orochimaru. – su mirada se encontraba perdida en la joven. Observaba cada movimiento que hacía. Aunque en el rostro de la princesa se notaba que no le agradaba mucho bailar con ese hombre, no dejaba de moverse bastante bien. Se quedó embelesado mirándola. Sabía que todos aquellos comentarios ofensivos que le había dicho no eran verdad, pero su orgullo machista no le permitía decirle la verdad. La seguía mirando. Delicada, dulce y hermosa, como una pequeña y bella flor. La princesa Sakura era eso y más. Era… perfecta.

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La banda terminó de tocar y los invitados aplaudieron.

El rey Haruno se levantó de su asiento y pidió la atención de todos.

- Les agradezco mucho que hayan tomado la molestia de venir a este evento. Al parecer los candidatos a contraer nupcias con mi hija son el rey del este, Hyuuga Neji y el rey del oeste, el señor Orochimaru. El día de mañana se realizarán algunas justas entre los soldado de los diversos reinos al igual que habrá un pequeño festival. En ese lugar hablaremos sobre quien será el mejor para mi hija. Espero que hayan disfrutado de ésta noche y espero verlos el día de mañana. Les deseo una buena noche y que tengan dulces sueños. – La gente en el salón aplaudió y comenzaron a salir, hablando animadamente sobre lo acontecido.

Con Naruto y Hinata:

- Bueno, s…será mejor q…que me va…valla. – se comenzó a despedir la joven Hyuuga.

- Si, yo también debo irme, mañana participo en las justas y creo que debo descansar lo suficiente para estar listo. – el rubio se rascaba la cabeza, en sus labios tenía su típica sonrisa juguetona.

- ¿Par…participarás en las justas? – la voz de la joven sonaba un poco preocupada, no quería que le pasara nada.

- No te preocupes, soy de los mejores. Y algún día me convertiré en el general de las tropas, ya lo veras. – sonaba despreocupado y seguro de si mismo, cosa que hizo sentir mejor a Hinata.

- Eso e…espero. Nos vemos ma…mañana Naruto. –

- Nos vemos, señorita Hinata. – el rubio tomó la mano de la joven y planto un beso en ésta, haciendo que se sonrojara.

- Adiós. – nerviosamente se comenzó a alejar del rubio.

Había sido una noche mágica. Nunca se había divertido tanto al lado de alguien. Se sentía bien al estar con aquél rubio. Salió del salón y fue hacia sus aposentos, aun pensando en aquél soldado que la hacia sentir feliz.

Con Neji y Tenten:

- Muchas gracias por hacerme pasar una velada tan grandiosa. – tomó la mano de la joven y la besó.

- Lo mismo digo su majestad. – aun tenía su mano unida a la del joven, el tacto era tan calido que no quería soltarlo. Pero era tiempo de irse. Se soltó e hizo una reverencia en señal de despedida. Al parecer Neji tampoco la quería soltar, en sus ojos se vio la decepción de tener que separar su mano de la de ella. – Nos vemos. –

- Que descanse mi bella dama. – Tenten tan sólo sonrió y se giró para irse. Dejando a Neji solo en el salón, mirando como aquella mujer que hacía latir su corazón de forma desenfrenada se alejaba y salía por la puerta. No podía creer que en tan sólo unas horas una mujer se haya apoderado tan fuertemente de su corazón. El corazón que jamás pensó entregar a alguien.

Con Ino y Shikamaru:

- Bien chico problemático, creo que es hora de que nos despidamos. – Ino estaba cruzada de brazos. Daba la apariencia de que estaba enfadada, pero su tono de voz daba a entender todo lo contrario, y Shikamaru lo notó.

- Eres muy mala para fingir ¿lo sabías? – la rubia se sonrojó al saber que el castaño se había dado cuenta de su postura fingida.

- Bueno, bueno, ya vale. Creo que es hora de irnos. – se notaba desanimada. En verdad que había pasado una noche bastante agradable en compañía de aquél chico. Shikamaru notó su ánimo y optó por hacer algo que para él resultaba un poco "problemático". Se acercó a la joven y poso un dulce beso en su mejilla. Ante tal acto la rubia quedó impresionada y lo miró con los ojos abiertos de par en par.

- ¿A qué vino eso?- Shikamaru tan sólo se limitó a mirarla. Suspiró y puso sus brazos detrás de su cabeza.

- Tsk, Que problemático. Tómalo como un regalo de buenas noches ¿de acuerdo? – le sonrió. Ino hizo lo mismo. – Será mejor irme, debo de dormir bien, mañana son las justas. Nos vemos Ino. Que descanses. – comenzó a irse.

- Nos vemos Shikamaru. – el joven se giró un poco para verla y le dedico una última sonrisa, después salió por la puerta. La rubia se quedó en ese sitio. Se llevó la mano a la mejilla en donde el chico la había plantado aquél dulce beso. Sus sentimientos en esos momentos se estaban comenzando a tornar confusos hacia a aquel chico. Sin duda alguna si que era problemático.

Con Sakura:

La pelirosa veía como todo el mundo comenzaba a retirarse hacia sus habitaciones. Cuando de pronto alguien le tapaba los ojos.

- ¿Quién soy? – susurró una voz en el oído de la joven.

- ¿Itachi? – respondió. Las manos se quitaron de los ojos de la joven, permitiéndole girar y ver al extraño. Ahí estaba Itachi, con una media sonrisa en el rostro. Detrás de el estaba Sasuke, quien miraba la escena serio.

- Ya hasta me conoce la voz mi lady. –

- Después de hablar un tiempo con alguien se puede reconocer la voz y la suya no es la excepción. – Sakura posó sus manos en su cintura.

- Creo que es hora de irnos mi lady. Espero verla mañana. – hizo una reverencia. – Que tenga una muy buena noche y que descanse. –

- Nos vemos joven Itachi. – El mayor de los Uchihas sonrió y después volteo hacia su hermano.

– Vamonos Sasuke.- Comenzó a caminar hacia la salida.

Sasuke se acercó a la joven, tomó su mano y la besó dulcemente. Al levantar su rostro y ver a Sakura, pudo notar la sorpresa en ella. Cosa que hizo sonreírle seductoramente, dejando a la joven aun más sorprendida.

- Adiós mi lady. - Se separó de ella y comenzó a ir detrás de su hermano. La pelirosa tan solo se quedó en ese lugar, sorprendida por la acción del joven que unas horas atrás la había insultado. "Puede que no sea tan malo después de todo." Pensó. Antes de darse la vuelta e ir a donde estaba su padre, miró nuevamente a Sasuke, quien, para su sorpresa, también la miraba, ambos se dedicaron una última sonrisa y se fueron.

Después de eso, la noche llevó a todos a un profundo sueño, dejando el palacio en silencio.

Continuará...

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Q tal? Les gustó? Creo que me salio un poco largo, más de lo que esperaba. Jeje, pero pronto habrá SasuSaku, cuando me decida a escribir el 6 jeje, por que ya viene la semana de examenes y todavia tengo trabajos que hacer XD. Gracias a tódos por sus reviews! espero que me dejen más, me dan muchos animos!

Reviews:

Haruno-Sakuma : Jajajaja, me alegra que te haya gustado, espero que este capitulo tambien.

Kisame Hoshigaki: Q bueno q te gusto y ps sip, soy de méxico, de guadalajara jalisco, para ser más exactos, y tu de donde eres?

mirisasusaku: Hola!q bueno que te gustó, aquí te dejo el 5 para que veas que sucede n.n ciao!

Gaby Uchiha: Hola! chales, ya me confundias con tu otro nick jeje. Ps relacionaod con lo del SasuNaru, la verdad no estoy muy segura si hacer uno, lo que pasa es que no me gusta mucho el yaoi, desafortunadamente para mi, tengo unas amigas q se la pasan viendo eso, y hay veces en las que me involucran, pero creo que lo pensare.

Pues al rey del sur la neta no sabia si ponerlo, pero mejor lo deje como si estubiera casado jeje, así que por eso no lo puse. Y bueno, para tu decepción, como veras en éste capitulo, Orochimaru quiere tener a Sakura a toda costa y ps puede que vallan a haber algunas partes en las que te quieras arrangar los labios por su culpa jeje, pero nada es seguro. Espero que te agrade este capitulo, nos vemos! ciao!

Gracias a todos por sus reviews, espero que estén muy bien. Nos vemos pronto bye bye!