Hey, vengo con un nuevo capítulo :)
Espero que lo disfruten.
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Capítulo 2:
Los nombres también tienen poder.
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De algún modo se las habían arreglado para pasar desapercibidos en un pueblo cercano a donde habían acampado. Hermione había hecho un muy buen trabajo con los hechizos de glamour para no llamar demasiado la atención, se hicieron pasar por una pareja recién casada y de ese modo pudieron conseguir lo básico para cuidar del nuevo pequeño integrante de la familia. Hermione se detuvo a pensar, mientras miraba a Harry quien estaba bajo varias capas de glamour, le balbuceaba al bebé en sus brazos mientras le compraba algunas cosas como pañales y leche, su amigo se había apegado mucho al pequeño bebé de ojos chocolate. Habían pasado dos días más desde que el niño había aparecido en su vida y desde ese momento el comportamiento de Harry cambió, pensaba menos como "Harry Potter el estudiante" "Harry Potter, El Niño Que Vivió" y más como un padre, ella creía que él había sido obligado a madurar muy rápido en estos días, pensar menos como un niño o adolescente y pensar más lógicamente, cuidadosamente y más como un adulto quien tenía en sus brazos la vida de un inocente.
Ella había estado dudosa al principio. Estaban en guerra y ellos llevaban consigo a un bebé muggle, Hermione admitía que ella también se había apegado mucho al niño, había sido como una luz en estos días oscuros, desde la partida de Ron hace algunas noches, el bebé era una agradable distracción de los horrores de la guerra, de peleas y enemistades. Sobre todo, de algún modo muy extraño, el bebé les había salvado la vida en dos ocasiones ya, Hermione sospechaba que no era un bebé normal, porque de algún modo él sentía cuando algo estaba apunto de pasar. Hace una noche, en la madrugada, el bebé había comenzado a llorar, ella se había parado para ver si tenía hambre o necesitaba algún cambio, pero de pronto Harry se levantó de la cama improvisada y con alarma le dijo que necesitaban irse de ese lugar en ese instante. Ella ni siquiera se detuvo a preguntar qué pasaba, ella sólo guardó todo en su bolso rápidamente y se aparecieron. Cuando estaban en un lugar seguro, cerca de un bosque donde ella solía ir con sus padres cuando era niña, ella se detuvo con más calma a preguntarle a Harry si había visto a "Ya sabes quién" en su mente de nuevo, él le había contestado que de algún modo se sentía conectado al bebé y que cuando había comenzado a llorar, algo le gritó en su cabeza que se largaran de ese lugar o los encontrarían, mencionó que era como una voz lejana, que sentía venir del vínculo con el bebé, algo así como una "intuición" ella pensaba que era una locura, pero no discutió porque con Harry lo imposible siempre parecía posible.
–¿Crees que Ron esté bien? –preguntó Hermione una de esas noches mientras Harry caminaba de un lado a otro y acunaba al bebé para que durmiera, ella miraba rencorosa al relicario de Salazar Slytherin que descansaba inocentemente sobre una mesa –, desde que se fue hace varios días, no hemos sabido nada de él.
–He tenido tiempo para pensar, sabes –dijo Harry, sin dejar de mirar al precioso paquete en sus brazos que dormía profundamente–, Ron fue mi primer amigo, pero él es egoísta, envidioso y tiende a juzgar antes de saber las cosas, se distrae fácilmente en su entorno y a veces se deja llevar por tonterías, pero es mi amigo aún así, con lo que pasó en el torneo de los tres magos llegué a pensar que su amistad tenía condiciones, el que los demás dudaran de mí no me importaba, lo que me dolió fue que mi mejor amigo dudara de mí y me llamara mentiroso.
–Oh, Harry…
–Pero bueno, le perdoné eso porque pensé luego, bueno…su familia es numerosa, tiene muchos hermanos, todos ellos mayores y se ha de sentir menos, y el ser amigo de "Harry Potter" no ayudó, no digo que sea mi amigo porque sea famoso, pero digo que a veces se ha de sentir una sombra, si tuviera en mi poder dejar todo lo que tengo, mi fama y todo mi dinero para dárselo no lo haría sabes… porque yo no le deseo a nadie mi vida, no ha sido una buena vida pero uno no la elige, Ron ha sido como mi hermano y los Weasley han sido como la familia que nunca tuve.
–Has pensado mucho en ello –dijo ella, mirándolo.
–Sí –le sonrió–, pero a lo que quiero llegar con eso, es que a pesar de todos los errores de Ron, él es un mago muy bueno, es inteligente a su manera así que no dudo que esté bien, sólo que el bobo es un ciego y no puede ver que es asombroso a su manera.
–Tienes razón –Hermione sonrió–, has cambiado, sabes.
–¿Cambiado? –preguntó él, curioso.
–Bueno creo que el cuidar de un bebé te ha hecho madurar –contestó–, eso es bueno.
–Eso creo… –le sonrió.
–¿Lo adoptarás?
–Esa es mi intención –contestó–, después de tenerlo conmigo todos estos días, no puedo sólo dejarle en un orfanato y ya. Además, me siento conectado a él, sabes. Nunca he pensado en ser padre tan temprano en mi vida, pero quiero hacerlo, quiero tener una familia, siento que apareció por algo en mi vida, por algún motivo, siento que ambos estamos solos, así que si tengo en mi poder darle una familia lo haré.
–¿Ya sabes cómo lo nombrarás?
–Un nombre se me ha pegado a la mente desde que apareció, es curioso –dijo él–, siento que le quedará perfecto.
–¿Cuál?
–Giotto.
–¿Ese no es un nombre italiano? –preguntó curiosa-, ¿Cómo se te ocurrió?
–No tengo idea, he tenido ese nombre pegado en mi mente todo el día.
–Hay que llevarlo a Gringotts entonces, cuando todo esté más calmado.
–Debemos llevarlo pronto, Hermione –dijo él–, quiero hacerle mi heredero y quiero abrirle una cuenta también. Además, me gustaría preguntarle a los Goblins sobre su ascendencia, quizá ellos sepan algo sobre esas llamas que vimos la noche en que apareció.
–Supuse que dirías algo así –suspiró ella–, he conseguido algunos cabellos de un par de muggles en el último pueblo en el que estuvimos, y ya tengo lista la poción multijugos. Creo que tienes razón, si planeas adoptarlo eso le dará seguridad al bebé, así si nos pasa algo, no quedará desamparado.
En el otro lado de la tienda de campaña, los fantasmas de la primera generación de Vongola miraron sorprendidos al joven de ojos esmeralda.
–Creo que ese chico nos puede sentir –dijo Lampo rompiendo el silencio.
–Bueno, no es de sorprenderse –dijo G–, ahora que sabemos que son magos, ellos están más conectados con su entorno, tienden a sentir y ver cosas que un civil no podría.
–Es curioso aún así –dijo Asari, sonriendo amenamente–, el descendiente de Giotto fue llamado como él.
–Sí, creo que es una buena señal –dijo Knuckle.
–Sí –contestó Giotto, sonriendo –, es una buena señal.
–¿Escuchaste eso? –dijo Harry, mirando su entorno–, creí que había oído algo.
–No escuché nada –dijo ella–, hay una barrera alrededor de la tienda, me alertará si alguien se acerca, mejor duerme, estás cansado. Debemos encontrar la forma para destruir el relicario lo más pronto posible.
–Pero creí oír voces…
–No oí nada. Quizá sea a causa del relicario, mejor no hay que pensar en ello. Duerme, Harry.
–Definitivamente nos puede sentir –dijo Lampo.
–Lo hace –contestó Daemon, sonriendo–, mientras más tiempo pasemos entre la magia, más nos sentirá. Aprovechando eso, he puesto mis llamas alrededor de ellos, pasarán mejor desapercibidos.
–Gracias, Daemon –dijo Giotto.
–No me des las gracias, sólo quiero olvidar lo que pasó –dijo él, mirando a un lado, recordando su pasado y la traición a su cielo.
Harry miró al bebé entre sus brazos. Sonrió. De algún modo esto se sentía correcto, tener a este pequeño pedacito de vida durmiendo entre sus brazos de lo más tranquilo en el mundo, se sentía bien, no podía ponerlo en palabras. Era como un pequeño pedacito de cielo. Harry recordó a su ahijado, Teddy, no podía esperar para criar a ambos, ansiaba que ambos crecieran juntos, como hermanos.
–No sé cómo llegaste a mi vida, cariño –susurró Harry, el bebé parpadeó adormilado y bostezó para acomodarse de nuevo y cerrar sus ojos, totalmente reconfortado por el amor y la calidez que recibía del hombre que lo cargaba–. Debe ser una bendición el que tú llegaras. No sé qué padres serían tan tontos como para dejarte ir pero sabes… Ya no estarás sólo nunca más.
Giotto y sus guardianes miraron la escena en silencio. Era una escena muy tierna e íntima, las palabras de un padre a un hijo. El fundador de Vongola estaba enternecido por la escena, totalmente cautivado por el amor que el joven de ojos esmeralda ya le profesaba al pequeño ser en sus brazos.
–…Ya no estaremos solos nunca más –prosiguió Harry en un susurro–, yo no conocí a mis padres, pero aunque mi vida ha sido dura y peligrosa, también me han dotado de grandes amigos, nueva familia. Los Weasley van a amarte, ellos serán tu familia también.
Un ruido fuera de la tienda sacó a Hermione y Harry de su tranquilidad. Ella se paró rápidamente sacando su varita, Harry por un momento entró en pánico, mirando al tesoro que cargaba entre sus brazos, colocó un hechizo para dormir en el bebé, si tenían que correr, Harry no quería que el pequeño se asustara debido a los ruidos. Sostuvo más firmemente al bebé contra su pecho, como temiendo que alguien se lo fuera a arrebatar. Hermione se paró frente a Harry y el bebé, con la vista fija al frente, se oían pasos afuera, pies aplastando hojas secas en la tierra, alguien corría, ella respiró hondo y justo cuando miró que la cortina de la tienda se abría, ella disparó un hechizo automáticamente.
–¡Expelliarmus! –una figura claramente masculina y más alta que ellos dos, salió disparada hacia atrás y luego oyeron un grito de dolor.
–¡Ay! –Hermione jadeó con sorpresa, salió disparada fuera de la tienda.
–¡Ronald Weasley! –Harry escuchó a Hermione gritarle a su amigo, estaba aliviado de que no fuera un mortífago–. ¡Después de casi una maldita semana y media te atreves a volver como si nada! ¡voy a arrancarte la cabeza!
–¡Hermione, carajo! –gritó Ron, ella le golpeaba–, ¡¿Quieres partirme el cráneo?!
–¡Voy a hacer algo más que romperte el cráneo! –Harry salió al exterior, la vio golpeando a Ron y este se quejaba de dolor–, ¡Cómo mierda te atreviste a abandonarnos! ¡imbécil! ¡Ni siquiera te imaginas lo preocupada que estaba! –ella siguió golpeándole, descargando su rabia–, ¡Si te vuelves a ir de esa manera voy a arrancarte las piernas!
–¡Hermione, me duele!
–¡Cállate, no tienes derecho a hablar! ¡esto es menos de lo que mereces realmente! –ella le gritó–, ¡No quiero oír tus patéticas excusas!
Los fantasmas de la primera generación, que miraban desde el fondo, miraban algo nerviosos la escena.
–Las mujeres dan miedo –dijo Lampo.
–Ella es como una tormenta –dijo Asari, sonriendo–, y una muy fuerte.
–Me recuerda un poco a Elena –sonrió Daemon–, cuando se enojaba daba miedo.
Ron le agarró los brazos a Hermione en un intento de parar a la furiosa bruja, sin embargo eso sólo logró que ella se molestara mucho más, así que ella le lanzó un hechizo que le dio un poco de toques eléctricos a Ron quien terminó soltándola, con sorpresa.
–¡Hermione, cálmate! –le gritó Ron–, ¡Déjame explicarme!
–¡No quiero oír nada de ti! –le gritó furiosa–, ¡Casi dos semanas, Ron! ¡Fueron casi dos malditas semanas que te largaste y ni siquiera te molestaste en pensar en nosotros!
–¡Lo sé, lo sé! –gritó él, intentando alejarse de ella–, ¡Intenté volver desde el momento en que me fui pero ya no pude encontrarlos! ¡Estuve intentando pasar desapercibido todo este tiempo!
–¡¿Cómo rayos nos encontraste entonces?! –le gritó ella–, ¡sólo son excusas!
–¡No es mentira! –dijo él, intentando calmarla–, ¡Escuché tu voz una noche, una luz se apareció de la nada y me guió aquí!
–¿Una luz? –dijo ella, sospechosa–, ¿Ahora estás imaginando cosas?
–Iba caminando cerca de un bosque –dijo él–, cuando apareció una luz y susurró tu nombre entonces comencé a seguirle y cuando logré llegar a ella, sentí que debía desaparecerme y aparecí aquí, entonces cuando me acerqué y no vi nada, temí, pero algo me dijo que estaban aquí así que corrí y la tienda de campaña apareció de la nada.
–No creas que te perdonaré fácil, Weasley –murmuró ella, se dio media vuelta y entró en la tienda de campaña. Entonces Ron divisó a Harry con un pequeño bulto entre sus brazos.
–¿Y ese bebé? –preguntó, entrecerrando los ojos–, ¿Cuando te volviste padre?…Un momento…
–¿Qué? –preguntó Harry confundido, y luego entendió lo que el otro estaba pensando, así que se molestó con su amigo–, detente con ese pensamiento, Ron. No seas tonto, Hermione y yo somos amigos, casi hermanos. Hermione no es madre de este niño, además es ilógico tomando en cuenta el tiempo.
–…Lo siento… –murmuró el pelirrojo–, ando un poco sensible, ese relicario estúpido me hace pensar cosas que normalmente no pensaría. Por cierto, tengo varias cosas que contarles, mejor entremos.
Dentro de la tienda de campaña, vieron a Hermione sentada en la mesa, absorta en sus pensamientos. Ron y Harry se acercaron y se sentaron frente a ella.
–Hace unas noches estuve en un pub mágico –comenzó Ron–, estaba bajo glamour por supuesto, entonces en una mesa detrás de mí se sentaron dos magos, carroñeros, son un grupo de cazadores de recompensas, su líder es Fenrir Greyback, escuché a dos de ellos hablando sobre Ya Sabes Quién, al parecer él encontró una forma de cazar a todos los miembros de la orden, son los únicos que se atreven a llamarle por su nombre, entonces él hizo de su nombre un tabú.
–¿Tabú? –preguntó Hermione.
–Cuando alguien mencione su nombre, enseguida sabrán el lugar en el que se esconde la persona que mencionó el tabú. Es una maldición. No creí que fuera cierto, hasta que una noche mientras caminaba vi a Mundungus, estaba alardeando sobre algunas cosas que había "adquirido" de la casa de los Black. El idiota se estaba jactando con un par de magos y mencionó el nombre de Ya Sabes Quién, entonces todo pasó demasiado rápido, hubo una explosión, un grupo de carroñeros, entre ellos Fenrir Greyback aparecieron de la nada causando pánico en las calles, se llevaron a Mundungus.
–Está tomando medidas drásticas –dijo Harry–, sabe que los de la Orden le desafían constantemente, sabe que son ellos quienes no temen decir su nombre.
–Está desesperado –respondió Hermione.
–Mundungus intentó comprar su libertad, mencionó que sabía donde estabas –dijo Ron, Hermione y Harry se sorprendieron–, Bellatrix estaba ahí, pero creo que leyó su mente y descubrió que no era cierto, así que se enojó y le torturó antes de… arrancarle los ojos con un hechizo…Luego se lo llevaron.
–Oh Dios… –Hermione, se tapó la boca con incredulidad, miró a Harry–, hay que tener cuidado entonces…Harry.
–Lo sé –respondió, calmándola–, se que tiendo a hacer cosas sin pensar, en otro momento creo que habría enojado de la nada y habría desafiado el famoso Tabú y habría terminado mencionando su nombre, pero ahora tengo una vida en mis brazos y su seguridad viene primero.
–¿De dónde salió ese bebé entonces? –preguntó Ron.
Harry comenzó a contarle la historia de la aparición del bebé.
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Italia. Mansión Giglio Nero.
–El futuro ha cambiado –susurró una mujer, un pacificador naranja colgaba de su cuello–, el futuro cielo de Vongola ha cambiado de lugar.
–¿De qué hablas, Aria? –preguntó un bebé con un sombrero negro y pacificador amarillo.
–Uno de los descendientes de Vongola Primo ha desaparecido de Japón.
–¿Quién? –preguntó Reborn–, ¿debo notificarle a Nono?
–No –dijo ella–, es algo que está escrito que pasaría. Todo debe pasar conforme al destino. Apresurar las cosas sólo empeorará la situación. Nono y Sawada Iemitsu se darán cuenta de la verdad pronto.
–¿Iemitsu? –Reborn preguntó–. ¿Qué tiene que ver?
–Es su hijo de quien hablamos –Aria le miró tristemente–, su hijo recién nacido, un pequeño cielo. Fue abandonado por su madre hace una semana.
–¿Qué? –contestó, sorprendido, aunque no se notó en su rostro–, ¿y me pides que no diga nada?
–No se puede hacer nada –contestó–, el bebé ahora está siendo protegido por alguien, crecerá sano y feliz y sobre todo, amado por su padre adoptivo. Sobre todo porque tiene a la primera generación como ángeles guardianes.
Reborn sólo le miró, comprendiendo y luego sonrió.
–De todos modos –dijo él–, haré un poco de investigación, me mantendré lejos pero estaré al pendiente de eso.
–Te resultará difícil dar con lo que buscas, pero no dudo que lograrás tu objetivo –sonrió ella.
–Claro, soy el mejor Hitman del mundo.
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Vongola.
Vongola Nono estaba distraído. Algo le había estado molestando desde hace varios días, específicamente desde que Iemitsu regresó de Japón. No podía saber exactamente qué, pero tenía que ver con Iemitsu, eso era seguro. Así que había hablado con él y le había preguntado si todo estaba bien con su familia, él le había respondido que todo estaba bien, que su hijo había nacido y Nana estaba muy contenta. Así que Nono pensó que quizá estaba imaginando cosas. Así que le restó importancia.
Años más tarde, se arrepentiría de haber hecho caso omiso de su intuición.
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Batallé mucho pensando en un nombre nuevo para Tsuna, pero al final se quedó Giotto, tendrá un segundo nombre por supuesto, esto es por algo que servirá en el futuro.
¡nos vemos!
