Después de tanto tiempo, he vuelto. Sí lo sé, es increíble.

Les juro que me costó mucho seguir con el fanfic, han pasado muchas cosas en mi familia y no he tenido tiempo de nada, pero bueno, muchas gracias a todos los que me siguen y comentan, me dan muchos ánimos.

Fui diagnosticada con Depresión crónica y bueno... he intentado recuperarme poco a poco.

Este capítulo puede estar quizá un poco aburrido, pero fue necesario para dar un paso más a la trama que viene.

¡Gracias por leer!

ACTUALIZACIÓN 24 DE JUNIO.

Ayer publiqué esto, y no terminé de revisar por errores al parecer, alguien me avisó de una inconsistencia, así que he actualizado algunas cosas y he agregado párrafos nuevos, igual y algunas cosas pueden ser confusas uwu pero tenganme paciencia xD dejé este fanfic hace meses y recién vuelvo a familiarizarme con él.


Capítulo 5: Obsesión.

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Hideyoshi era un niño dulce, apenas tenía un año pero era un niño muy activo, su abuela Shura Estraneo, le contaba cuentos desde que era prácticamente un recién nacido, ella le solía contar sobre lo importante que era el poder, sobre lo importante que era él mismo como hijo de Sawada Iemitsu, no es que el bebé entendiera mucho, pero el niño siempre miraba a su abuela cuando esta le contaba cosas. Ella le enseñaba desde temprana edad de que él era muy superior a los demás, que iba a heredar el puesto del Décimo Cielo de Vongola y que la Familia Estraneo sería la más grande de todas, el plan de la Abuela era absorber a Vongola a su propia familia por medio de Hideyoshi.

–¿Escuchaste Hideyoshi? –La mujer le miró con su rostro enjuto y facciones que mostraban a una mujer de personalidad muy dura –, Yo te criaré para ser superior, vienes de dos familias de buena sangre, tu deber es llegar al puesto de líder, así tengas que pisotear a los más débiles y usarlos como escaleras para llegar a la cima. Hina, tu madre, me dijo que tienes por ahí a un medio hermano perdido debido al tonto de tu padre y su deslíz con aquella mujer fácil, a partir de ahora tu deber será superarle y al final si es necesario tendrás que deshacerte de él si quieres heredar Vongola.

El bebé solo la miró sin entender, balbuceando palabras sin sentido, mientras se entretenía con unos bloques de colores.

–Disfruta tu infancia mientras puedas, Hideyoshi –dijo su abuela mirándole con un semblante frío y sin emociones, el bebé ya no le prestaba atención–, porque cuando seas más grande te entrenaré hasta el cansancio, no te daré tiempo para nada, tu deber es llevarnos a la cima. Eres sólo un medio para un fin, eres nuestra marioneta y será mejor que logres tu cometido, Estraneo no necesita a mocosos débiles, si llegas a fallar terminarás como todos los demás, en la mesa de experimentos.

La mujer se paró arreglando su caro Kimono de seda negro con incrustaciones de flores doradas, mirando sobre su hombro a su nieto que no le prestó atención.

–Será mejor que Hina se las arregle para embarazarse de nuevo de ese idiota sin cerebro –pensó la mujer, mientras caminaba y ordenaba a una de las criadas que vigilara al niño–, Tenemos que tener planes de respaldo, si este mocoso llega a morir tendremos reemplazos buenos.

Al salir se encontró son su marido, Alessandro Estraneo.

–Querida Shura –Alessandro se acercó a ella–, ¿Otra vez con tu nieto?

–Alguien debe hacerlo –dijo Shura acomodando su cabello negro, a pesar de su edad se veía muy bien–, debemos meterle a ese niño todo lo que se pueda en ese cerebro suyo. Cuando cumpla la edad apropiada empezaré a entrenarlo adecuadamente.

–¿Y tu hija? –preguntó mientras caminaban–, ¿Se las arregló para atar de nuevo a Sawada Iemitsu?

–Logró deshacerse de Sawada Nana y el mocoso de su hijo, aunque vivos, pero de eso podremos encargarnos luego. Hina ha estado metida en la habitación con Sawada Iemitsu desde hace varias horas, por lo menos que esta vez haga algo bien y mantenga esas piernas suyas abiertas para que el hombre logre embarazarla a la primera.

–Es una lástima que ella no logró embarazarse de Enrico, Massimo o Federico Vongola, ninguno de ellos logró impregnarla, que desperdicio.

–Es una vergüenza para la familia –dijo Shura tocando sus sienes–, por lo menos con el Jefe de la CEDEF logró algo y tuvo un hijo, es de la línea directa de Primo, es nuestro pase seguro a la cima, pero debemos tener más mocosos con sangre vongola para tener respaldo por si Hideyoshi muere.

–Tu hija sacó tu buen físico, pero te salió defectuosa –rió él, haciendo bufar a su mujer–, su padre biológico tuvo algo que ver, seguro, el hombre era un inútil.

–Ya está muerto y enterrado 50 metros bajo tierra –dijo la mujer–, no hay que preocuparnos por pequeñeces, lo mejor es preocuparnos por obtener el liderazgo de Vongola.

–Tu hija es un buen partido, hermosa físicamente, su cuerpo es enloquecedor –dijo su esposo, mirándola burlonamente–, yo podría pagarte para que me la regales si no logra embarazarse de Iemitsu, ella y yo siempre podremos hacer un niño propio y realizar experimentos con la sangre de Iemitsu para hacerlo pasar como un Vongola de sangre, sabes que siempre he deseado a tu hija como mi mujer. De todos modos, nuestro matrimonio solo fue cuestión de negocios, no es que nos amemos en realidad, Shura.

– No me importa lo que quieras hacer con ella, tomala, no me interesa. Esa niña me ha decepcionado mucho, es tuya si quieres, pero con tal de que ella me de más niños de sangre vongola no me importa si llegas a cogértela.

–Cielos, que boca tan sucia tienes –rió burlonamente el hombre–, y yo que creí que eras una mujer fina y delicada.

–Deja de decir idioteces.

–Esperaré a que Iemitsu salga entonces –dijo Alessandro, dándose la vuelta para dirigirse a la habitación de Hina–, no creo que tarden en salir, muero por… pasar un tiempo con ella.

Shura le miró irse, apretando los puños sin poder hacer nada. A pesar de que ella lo negara, amaba a Alesssandro, era su esposo y él le debía respeto, era por ello que odiaba a su propia hija, por llevarse toda su belleza y obtener al hombre que era suyo. Shura no era tonta, ella sabía que incluso antes de que ella y Alessandro se casaran hace un par de años, Hina y él estaban involucrados íntimamente. Ella se casó con él por cuestiones de negocios, pero había tenido la esperanza de que él le amara, su unión era beneficioso para ambas familias, pero Hina lo estaba arruinando todo con su calentura.

–Estás llegando al límite de mi paciencia, querida hija –masculló con rabia, dándose la vuelta y dirigiéndose al comedor–. Estás llegando al límite final de tu vida.

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Sede Vongola, Italia.

Han pasado seis días desde su último encuentro con Hina, Iemitsu parecía de buen humor, tarareaba mientras caminaba, como un bobo enamorado. Lal Mirch le miraba asqueada, aguantando las ganas de golpearlo en aquel rostro de bobo que tenía, ella sabía lo que había pasado con la esposa de Iemitsu y su hijo, los primeros días parecía inconsolable, preocupado y distraído, pero ahora parecía…. feliz, pero ella había visto a muchos tipos como él, esa cara de felicidad solo se tenía cuando alguna mujer le había hecho favores a un hombre, Lal se había topado con tipos así en su trabajo, es decir, a veces ella miraba a los subordinados de su Jefe idiota irse a burdeles y regresar con su cara de bobos felices después de haber tenido sexo con alguna tipa por ahí.

¡¿Es que acaso ese idiota ya no recordaba que su hijo andaba por ahí perdido en algún lugar del mundo?!

–En vez de andar saltando por ahí todo feliz, deberías estar buscando a Tsunayoshi, tu hijo recién nacido –dijo ella.

–¿De qué hablas, Lal? –Iemitsu sonrió–, yo no tengo ningún hijo llamado Tsunayoshi.

–¿Qué rayos estás diciendo, idiota? –ella le miró sorprendida–, ¡Hace un par de semanas no parabas de hablar de tu querido Tuna, y lo adorable que era!

–ah… ese… –Iemitsu la miró sin dejar de sonreír–, bueno… pues… en realidad, he pensado mucho en ello y creo que debería seguir con mi vida, lo he dado por muerto ya.

–¡Estás hablando idioteces! –le gritó–, ¡Es el último heredero de Vongola, pedazo de idiota! ¡¿Y qué hay de tu esposa Nana?!

–Nunca fue mi esposa en realidad, jajaja –Lal le miró incrédula, este tipo hablaba tonterías–, mi única y hermosa esposa se llama Hina, he estado casado con ella desde hace años, y por lo del heredero no hay problema, mi hijo Hideyoshi tiene llamas del cielo.

–¿Hideyoshi? ¿Hina?–ella le miró ¿Quién rayos era Hideyoshi? ¿Quién diablos era Hina?

–He hablado con Nono –sonrió–, le dije que mi querido hijo Hideyoshi debe ser candidato, tiene un año, es un niño muy inteligente.

–Nono no puede aceptar algo así.

–¡No hay problema! –Iemitsu sonrió, ella quería golpearle tanto–, Nono sólo debe conocer a mi adorable hijo y a mi hermosa esposa. ¡Los traeré mañana y no podrá decir que no! ¡Amarás a mi hermosa Hina, ella es perfecta, me trae totalmente loco y enamorado!

–Sí, ya me di cuenta… –murmuró ella, mirándolo con sospecha, este tipo más bien parecía embrujado.

Aquí había gato encerrado.

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Mansión Estraneo.

–Deberíamos huir juntos, Hina –dijo Alessandro besándola, ambos estaban en la cama, enredados entre las sábanas después de un encuentro muy intenso –, acepta de una vez ser mi esposa, te daré todo, joyas, dinero, todo lo que me pidas.

–Tu esposa es mi madre –contestó, sonriendo–, estoy unida a Iemitsu, y tengo deberes que cumplir y lo sabes.

–Me molesta –se levantó furioso de la cama, ella sólo lo miró sonriendo, sabiendo que tenía al hombre en la palma de su mano–. ¡Todo esto fue idea de tu madre! ¡¿Y para qué?! ¡Todo lo que ella codicia son los secretos de la sangre de Vongola!

–Es que la sangre Vongola es muy codiciada –ella contestó, tapándose su cuerpo desnudo con las sábanas–, es muy valiosa debido a la sangre de Vongola Primo, por la famosa hiper intuición, sólo los descendientes directos de Primo lo poseen, mi hijo posee la sangre de Iemitsu, debe tenerla también. Tú también quieres esos secretos, por ello te casaste con mi madre y uniste a las familias sabiendo que yo soy la prometida de mi amado Iemitsu, querías tener acceso a esos secretos.

–Tú no amas a Iemitsu –contestó enojado–, ¡eso es lo que me enoja, que estés con alguien tan idiota como él y que tengas un hijo suyo y te entregues sin chistar cada noche a él sabiendo que yo te amo!

–Tú no me amas, Alessandro –bufó burlona–, tú me deseas, sólo deseas mi cuerpo, todos los hombres lo hacen, incluso Iemitsu, él sólo se metía conmigo sabiendo que Nana era su esposa y no le importaba, al final, cada noche venía a mi y se entregaba a mi, al final se casó conmigo en secreto porque le daba algo que Nana no, mucho placer. Los hombres como Iemitsu dejarían todo por alguien como yo. El idiota es tan manipulable, se creyó el cuento de nuestra supuesta unión por medio de las llamas, parece que los hombres tienen el cerebro ahí abajo y no en la cabeza.

–Yo sí te amo –se acercó a ella y la tomó de los hombros–, y me enoja verte entregándote a él ¡apenas y te logró dejar embarazada! es un completo inútil.

–Es mi esposo, es normal que me entregue a él –dijo mientras ella se paraba y comenzaba a vestirse–, ambos sabemos que necesito otro hijo de él además de Hideyoshi, porque si mi hijo muere, tendremos otro heredero.

–Si quieres otro hijo de sangre Vongola yo puedo clonar a Hideyoshi, no necesitas entregarle tu cuerpo, tu cuerpo es mío.

–Los experimentos para clonar a un cielo te han fallado innumerables ocasiones–contestó enojada–, lo intentaste con el hijo de Federico Vongola y el mocoso terminó muerto, también lo intentaste con los hijos de Enrico y Massimo, esos niños igual murieron, por eso a Vongola no le quedó otro heredero. No vas a someter a mi bebé a esos experimentos para matarlo.

–¿Tu bebé? –rió él–, el niño ni siquiera te importa, para ti es un boleto a la cima. Si amaras a tu hijo no me habrías dejado experimentar con él y sus llamas.

–Porque esos experimentos no eran mortales –se defendió–, no lo matarían. Si quieres clonar a un cielo con éxito, debes conseguir a un niño de sangre Vongola, alguien como el hijo de Fukami Nana.

–Creí que el mocoso estaba muerto ya–dijo Alessandro.

–La mujer secuestró al niño y lo abandonó por ahí en algún lugar, lo sé porque encontré la carta que ella dejó, Iemitsu me lo mostró hace varias semanas. Si quieres experimentar, encuentra al niño y has experimentos con él, pero deja a Hideyoshi en paz.

–Supongo que lo buscaré –suspiró y se paró de la cama, acercándose a ella y besándola en el cuello–, un día verás que vendrás arrastrándote a mí, suplicando mi amor.

–Sueña, querido, lo de nosotros solo es sexo y nada más.

–Nos vemos esta noche –dijo él dirigiéndose a la puerta de la habitación–, olvida eso de pasar la noche con tu… esposo, te quiero aquí esta noche, con tu mejor vestido, tu y yo iremos a cenar fuera, nos invitaron a un baile con otra familia de la mafia, vendrás como mi pareja.

–A esos eventos deberías ir con tu esposa, no con tu hijastra.

–Shura no quiere ir, está más concentrada en educar a tu hijo –contestó–, además, nadie sabe cómo lucen mi hijastra y mi esposa, bien podría presentarte como mi esposa y nadie lo sabría. Tú eres más mi esposa que Shura, ella y yo no nos amamos, pero yo te amo a ti, y si yo digo que eres mi esposa, lo eres y punto.

–Estás obsesionado –ella lo miró nerviosa e incrédula–, yo puedo hacer lo que desee, Iemitsu es mi esposo ahora, no tú.

–Te quedas aquí y te arreglarás para la fiesta, vendrás conmigo y será mejor que lo hagas o te arrepentirás, ya no voy a tolerar tus pequeñas escapadas para ver a Sawada Iemitsu –le dijo mirándola muy seriamente–, ese hombre tiene totalmente prohibido entrar en este lugar, ya no voy a permitirte que juegues a "la esposa encantadora" con él, si él quiere ver a tu hijo arreglaremos algo, pero solo por el bien de nuestro plan, pero tú ya no tienes nada que ver en ello, no quiero volver a ver a mi esposa cerca de él.

–No puedes hacer eso –ella le miró sorprendida–, Alessandro, yo no soy tu esposa ¡somos amantes nada más! ¡Acordamos eso al inicio, no habría nada más entre tu y yo! ¡No puedes!

–Puedo porque por algo soy el Jefe de esta familia y se hace y acepta lo que yo digo.

Alessandro salió, encerrándola con llave en su habitación, dejándola sumida en sus pensamientos. La obsesión de él con ella comenzaba a asustarla. Hina comenzó a ver las consecuencias de aceptar los avances de su padrastro, nunca debió haberlo aceptado como su amante, ella sólo lo hizo porque odiaba a su madre y sabía que ella había matado a su padre biológico por estar enamorada de Alessandro Estraneo, por eso la odiaba.

Alessandro era un hombre explosivo y extraordinariamente celoso, pero Hina no lo sabía en el momento, lo sabría cuando las cosas se pusieran mucho más peligrosas.

–Shura –su esposa le miró desde donde estaba sentada, ella había estado leyendo en su habitación–, debo decirte algo.

–¿Qué pasa? –ella preguntó. Alessandro cerró la puerta de la habitación detrás de sí. Desde afuera se oyó primero un silencio abrumador.

–Quiero hablarte sobre Hina.

Shura suspiró derrotada, sabiendo lo que él quería decirle, por más que ella se arreglara para él, gastando miles en tratamientos de belleza para verse joven y hermosa, él no parecía mirarla en absoluto. Alessandro había estado obsesionado con su hija desde hace mucho, ella lo sabía, lo sabía perfectamente y aún así había habido una pequeña esperanza. Shura odiaba a su hija porque al igual que ella le quitaba más y más al hombre que amaba, también era un recordatorio de su padre biológico, al hombre que ella misma había asesinado por amor a Alessandro Estraneo. Admitía que muchas veces pensó en matar a Hina, pero no podía porque Alessandro la mataría en el acto. Shura miró a su pronto a ser ex-esposo, admitiendo la derrota.

–Sabes lo que quiero –dijo él, mirándola.

–Lo sé –ella miró al suelo–, te daré el divorcio y me iré de tu vida.

A partir de ese momento, Alessandro les dijo a todos en la mansión que Hina ahora era su esposa y que debía ser llamada como tal y que Sawada Iemitsu no tenía permitido volver a este lugar. El destino de Hideyoshi quedó en manos de Alessandro, criándolo como un heredero adecuado para Estraneo para poder obtener el liderazgo de Vongola para beneficio de la Familia.

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En algún lugar de Inglaterra.

–¿Qué hago ahora? –preguntó Harry mientras sostenía al bebé en sus brazos, no lo quería soltar ya que seguía algo nervioso–, Los horrocrux deben ser destruidos, no servirá de nada que Voldemort quede congelado, sólo alargaría lo inevitable.

–No lo harás solo –respondió Giotto, sonriéndole–, nosotros estamos aquí para ayudarte.

–Lo que debemos hacer primero es hacer un control de daños –dijo G, mirando a su Jefe–, ¿Estás consciente de que se armará una lío enorme cuando Vongola y toda la Mafia se entere de que ahora estamos vivos?

–Soy consciente –dijo Giotto–, pero Londres es una parte neutral, lo ha sido desde hace muchos años, por ahora no podremos volver a Italia, ni siquiera a Japón, por lo menos hasta que Tsuna crezca y pueda enseñarle a controlar sus llamas.

–¿Tsuna? –preguntó Harry, mirando al rubio.

–Mi tataranieto, su verdadero nombre es Sawada Tsunayoshi –sonrió él–, te conté que su madre lo abandonó y su padre… Sawada Iemitsu… a pesar de que quiere a su hijo, su amor por el poder puede más. Fue el destino el que lo trajo a ti, Harry. Sé que ya tienes un nuevo nombre para él.

–Tú… –le miró dudoso y luego miró al precioso tesoro en sus brazos que dormía profundamente–, eres su familia, ahora estás vivo… ¿No querrías tenerlo bajo tu custodia? No me conoces… ¿Cómo sabes que seré un buen padre para él?

–Porque te he visto interactuar con él –sonrió–, además mi hiper intuición me lo dice y yo siempre confío en él. Sé que él debe estar contigo, además nosotros estaremos aquí para ayudarte. Como mi heredero, algún día tendrá que tomar mi manto, él lleva mi voluntad pero contigo de su mano, jamás se desviará de su camino, ahora que nosotros hemos aparecido aquí, los anillos Vongola han perdido su poder, al menos hasta que su verdadero heredero los porte. Yo quiero que él crezca sano y feliz, y si es lejos de la Mafia es mejor.

–¿Debo informarle a Nono de los anillos y de esto? –preguntó Reborn.

–No le digas que encontraste a Tsuna, sólo que no encontraste nada –contestó–, Nono es un buen hombre, pero ha perdido de vista el camino, tiene en demasiada buena estima y confía ciegamente en Iemitsu, a estas alturas no me extrañaría que Estraneo ya estuviese infiltrada en la Familia. Esto debe permanecer como está ahora, será más seguro para Tsuna.

–¿Estás seguro de eso? –preguntó Reborn, mirando a Giotto.

–Los anillos eran el secreto más grande de Vongola pero ahora han perdido su poder debido a nosotros, mi único y verdadero heredero está aquí, bajo nuestro cuidado.

–Si lo que dices es cierto –dijo Reborn–, entonces Nono podría nombrar al otro hijo como heredero absoluto al no tener opción, no importa que sepa que su madre sea de la familia Estraneo, no tendrá opción y se verá obligado a aceptarlo para no arriesgarse a que la familia termine. Pero sin el poder de los anillos no importa que él herede, no podrá usar los secretos de la familia.

–Todos los secretos de mi sangre están en los anillos, al estar nosotros aquí, hace que esos secretos sean bloqueados hasta que mi heredero suba al poder –Giotto sonrió–, y para ese momento, es Tsuna quien decidirá si quiere seguir mis pasos o seguir con su vida normal. Dile esto a Nono, él debe saberlo ya que no tendrá opción más que nombrar al otro hijo de Iemitsu como el heredero, esto hará que por ahora la Familia tenga un seguro contra Estraneo y las demás Familias de la Mafia. Hideyoshi podrá portar el anillo pero no lo podrá usar, todos sus secretos estarán bloqueados para todos. Incluso para Nono.

–Entiendo –dijo Reborn–, supongo que es lo mejor por ahora. Debo irme entonces. Le informarle a Nono sobre los anillos.

Después de que Reborn se había ido, Harry finalmente decidió que era hora de moverse. Habían muchas cosas pendientes por hacer.

–¿Sabes dónde fueron tus amigos, Harry? –Preguntó Giotto, que sostenía a Tsuna mientras observaba a Harry empacar todo lo del bebé en una bolsa encantada.

–Dobby debió haberlos llevado a un lugar seguro –contestó–, quizá deba llamarlo… podrá aparecernos a todos junto con él –, ¡Dobby!

El pequeño elfo apareció y al observar a Harry comenzó a llorar.

–¡Harry Potter! –dijo el elfo–, ¡Dobby temió que Harry Potter estuviera muerto! ¡Los amigos de Harry Potter están seguros!

–Gracias, Dobby –dijo Harry abrazando al elfo que comenzó a llorar–, gracias a ti ellos están a salvo. ¿Podrías llevarnos a todos nosotros a donde están?

–Dobby lo hará.

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Shell Cotage.

Bill observó la lejanía desde la puerta de su casa, habían pasado 4 días desde que los demás llegaron sin Harry. Podía escuchar a Hermione llorar en el piso de arriba, con Ron intentando consolarla. Había ido con Dobby a la mansión de los Malfoy y en efecto, El Que No Debe Ser Nombrado estaba congelado junto con la serpiente, había asegurado la estatua junto con los Goblins y lo había llevado a un lugar seguro, un lugar que tenía muchas barreras, incluso anti aparición. Ahora sólo debía encontrar a Harry, algo dentro de él se negaba a aceptar que estuviera muerto. Bill miró a la playa y parpadeó, jadeó en sorpresa al ver quién era.

–¡HARRY ESTÁ AQUÍ! –gritó sin poderlo evitar y salió corriendo–. ¡HARRY!

Harry volteó a verlo y sus ojos se humedecieron. Para Harry, Bill era como su hermano mayor. Harry corrió a él y se lanzó a abrazarlo como si su vida dependiera de ello. Bill en cambio lo abrazó con fuerza.

–Dios mío, Harry ¿Dónde estabas? –Bill sostuvo el rostro de su hermano pequeño queriendo ver si estaba herido de algún lugar–, ¿Estás bien? ¿En dónde estabas?

–Estoy bien –sollozó él–, me salvaron la vida.

–¡HARRY! –el grito de Hermione le llegó de pronto, y ella casi lo tira al suelo cuando se lanzó a abrazarle sin dejar de llorar, Ron se unió ella pronto, ambos creyeron que estaba muerto–, ¡ERES UN IDIOTA, CREÍ QUE ESTABAS MUERTO!

–Estuve a punto de morir –dijo él, luego volteó a ver a Giotto y los demás, que sonreían ante la escena–, pero ellos me salvaron la vida, la mía y la de Gio.

Bill miró al grupo que había venido con Harry, el hombre rubio con capa y ojos naranjas sostenía a un bebé que se había despertado debido al escándalo y sollozaba un poco.

–Gracias –dijo Bill mirándoles–, No sé quienes sean, pero les agradezco que hayan salvado la vida de mi hermanito.

–No nos agradezcas –Contestó Giotto–, hicimos lo que estaba en nuestras manos.

–Bill, entremos –contestó Harry–, tengo mucho que explicarte.

Una vez dentro, Fleur abrazó a Harry, contenta de que estuviera bien. Bill y los demás se sentaron el la pequeña sala de la casa y Harry procedió a explicarle a Bill y Fleur todo lo que habían pasado después de huir de su boda ante la aparición de los Mortífagos, explicó la aparición del bebé y su plan de adoptarle, sobre todo lo que él se había enterado por medio de Giotto y sus guardianes, sobre la verdadera familia del niño y todo lo que pudo.

–¿Qué vas a hacer ahora entonces? –preguntó Bill–, los Mortífagos siguen sueltos, varios han sido vistos en Hogwarts, el castillo sigue en su custodia y han estado torturando a varios estudiantes, Snape fue nombrado Director y aunque intenta frenar un poco a los hermanos Carrow para evitar que más estudiantes salgan heridos es muy poco lo que puede hacer antes de que su fachada se rompa e intenten asesinarlo, creo que aún no saben lo que ha pasado con Quien Tu Sabes.

–Snape es un traidor –masculló Ron.

–Ya te he dicho, Ron –interrumpió Hermione–, que el Profesor Snape ha estado protegiendo a los estudiantes, si él no estuviese ahí muchos estudiantes estarían muertos.

–¿Por qué sigues protegiéndolo? –Dijo enojado–, ¡Asesinó a Dumbledore!

–¡Es que no me cabe en la cabeza por qué ha estado protegiendo a Harry! –contestó ella–, ¡Debe de haber algo que nosotros no sepamos! ¡El Profesor Dumbledore confiaba en él! ¡Y yo confío en las elecciones del Profesor Dumbledore, él jamás se ha equivocado!

–¡Dumbledore también pudo equivocarse! –gritó Ron–, ¡El hombre no era un Dios, Hermione! ¡Era humano como todos nosotros! ¡Y no me cabe duda de que muchas de las acciones de él provocaron todo este maldito desastre!

–Tranquilo, Ron –intervino Bill–, no peleemos entre nosotros, hay que enfocarnos en lo importante por ahora.

–Debemos cazar todos los Horrocrux primero. –dijo Harry, mirando al suelo y recordando al Tom Riddle de su mente–, sé dónde están todos, había uno en Grimmauld Place, pero lo teníamos con nosotros cuando huíamos y fuimos atrapados, se había quedado en la carpa, ese no lo hemos podido destruir, hay otro en Hogwarts, Dumbledore destruyó uno y yo destruí uno en mi primer año, Nagini es otro horrocrux, también sé que hay uno en la bóveda de Bellatrix, y el último será el más difícil...

–¿Son siete entonces? –preguntó Hermione horrorizada–, creí que eran seis ¿Cuál es el otro?

Harry les miró preocupado.

–…Yo.

Ellos le miraron horrorizados, incluido Giotto y sus guardianes.

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;A; Me costó escribir esto, pero bueno... es un poco aburrido pero da un paso más en la trama.

Sorry si hay algún otro error.

¡Gracias!