II

Tres días, esa zorra llevaba tres malditos días en Camelot y ya no la soportaba, deseaba que Arthur o aquel Jinete llamado Percival hubiesen acabado con la vida de Ironside antes de que llevara a aquella mujer. Pero seguramente eso hubiese significado que ella misma hubiera tenido que ir a buscarla.

Y la parte que más le molestaba a Merlín es que básicamente ella había sido la responsable de todo.

-Conocí a alguien que podría ser de ayuda- le había dicho unos meses atrás mientras ambos estaban en el salón principal.

-¿Otro caballero errante desterrado de algún reino?- le dice divertida.

-En realidad es una chica- dice en tono tranquilo, pero que igual hace que la sonrisa de Merlín se borre y eso que Arthur ni siquiera puede verlo por la bufanda que usa.

-¿Aja?- pregunta entonces.

-¿Qué quieres saber?- le dice viéndola y analizando su expresión- ¿Sobre el poder que posee? ¿Sobre cómo la conocí? ¿Quieres saber si me gusta?- termina levantándole una ceja.

La hechicera sabía que algo así pasaría algún día, que alguien alguna vez podría interesarle al joven que había cuidado para llevar a cabo su plan; ella había sido su primera opción unos años atrás, pero se había encargado de romper las ilusiones del segundo hombre que decidía poner sus ojos en ella.

Merlín había renunciado al amor y aunque estaban en el mismo barco, no podía exigirle lo mismo a Arthur, siendo joven y con un amplio futuro por delante, era de suponerse que él no se estancaría por ese rechazo, pero lo cierto es que no estaba preparada para eso y sobre todo le inquietaba la expresión sombría en el rostro del rey.

-No estoy para juegos Arthur- dice un tanto molesta- Mira si te gusta alguien, no tienes que inventarte una coartada sobre que va a ayudarnos y…

-No miento sobre eso, en serio tiene un don que podría sernos útil- le dice mientras acerca su silla a la de ella- Por eso quiero que la conozcas y me digas que hacer.

-No me has respondido si te gusta- dice esquivando un poco la mirada.

-Si- le responde encogiendo los hombros y Merlín abre los ojos de sorpresa- Pero no en el sentido que crees, es bonita no lo niego, pero no podría decirte si es realmente mi tipo, además creo que le gustó también… y no quisiera tener que traerla acá a por la fuerza…

-¿Quieres conquistarla para convencerla de unirse a tu facción?- le dice con expresión seria.

-Nuestra facción- corrige con voz tranquila- Si, pero… solo si a ti no te incomoda- responde el pelinaranja.

-Ya te deje claro que no estamos destinados a estar juntos… no de esa forma… Pero dime, ¿no quieres hacer esto por…?

-¿Te refieres a si voy a usar a alguien para olvidarme de lo que siento por otra persona?- la interrumpe dándole una mirada inquisitiva y poniéndola en jaque.

Arthur estaba allí en este momento, siendo influenciado por el Caos, debido a que ella lo había utilizado como parte de su plan por olvidarse de un amor no correspondido, algo que la llevó demasiado lejos y ahora todos pagarían las consecuencias. Así que no tenía ningún argumento moral para evitar que él quisiera usar a una chica para lograr su objetivo.

-¿Me dirás qué no es correcto jugar con los sentimientos de alguien que se interesa sinceramente en ti?- le dice mientras toma los bordes de la bufanda y comienza a quitársela hasta dejar visible aquella cicatriz en su rostro.

-¿Esto es una especie de venganza contra mí?- le dice sin poder mantenerle la mirada- Si es así, tardaste mucho…

-No quiero venganza Merlín, estoy haciendo exactamente lo que me enseñaste.

-Eres mejor que eso- le aclara- Eres mejor que yo.

-No- le responde el ojivioleta- Yo soy igual que tú y ese es tu verdadero pecado Merlín.