IV
Con un suspiro acompaña a Nanashi mientras se dirigen hacia el patio principal donde se reúnen todos los caballeros, Arthur había preparado más Bastones del Caos, todo como parte de su estrategia para derrocar Liones, así que aquellos hombres debían usarlos uno por uno, hasta encontrar a aquellos más fuertes que pudieran manejarlos sin problemas. Hasta ahora solo sus caballeros de la escolta principal tenían esos instrumentos, pero si iban a luchar en serio, debían mejorar su armamento.
Pasadas unas horas, todos comienzan a retirarse, entonces finalmente el pelinaranja hace su aparición, con esa expresión despreocupada que manejaba últimamente, pero lo que no pasa desapercibido por Merlín es el aspecto desarreglado de su ropa.
-Lo siento, lo siento- dice haciendo una reverencia a Nanashi- En serio olvide que tendríamos el entrenamiento este día…
-Descuida, Merlin me ayudó y fue algo muy corto, la mayoría de estos tipos aún no tienen el poder suficiente para utilizar los Bastones- dice negando con la cabeza.
-Ya veo, deben entonces entrenar mucho más y debemos hacer ajustes con el poder de esas armas- responde llevando su mano al mentón, mientras Nanashi asiente- Merlín, me ayudarías con eso y por cierto gracias por haber venido, se que esto no es parte de tus obligaciones.
-Si, haré los ajustes- le dice de mala gana.
-¿Estás molesta? En serio lo lamento, es que estaba…
-No tiene por qué darme explicaciones a mi, su majestad- le aclara mientras se teletransporta.
Pasa unos minutos en su laboratorio, hasta que lo escucha tocar la puerta, le abre y observa su expresión molesta que por un momento la hace estremecer.
-La próxima vez que me dejes hablando solo, te irá muy mal- la regaña.
-Lo lamento, pero ya estoy trabajando en lo que me pediste.
-¿Te molestaste por qué no llegué a ese entrenamiento?
-Si- se apresura a decir, aunque claro tampoco iba a quedar como una sufrida ante él- Estás descuidando tus obligaciones, además de que no veo hasta ahora ninguna de las supuestas habilidades de esa chica.
-De hecho iba a hablarte sobre eso, pero como estabas ocupada haciendo berrinche, no me diste oportunidad- se mofa viendo como los ojos de Merlín brillan de ira- Ginebra tuvo una visión, acerca de la dama del Lago y uno de los jinetes. Me habías dicho que ella también es un ser nacido del Caos, pero según la visión de Ginebra, ha estado estos años entrenando con un caballero que pronto se reunirá con Percival.
-Nunca he tratado directamente con la Dama del lago desde que creó a Excalibur, no tenía idea de lo que ha estado haciendo estos últimos años, pero veré cómo investigar esa situación.
-Bien, eso ya sería un avance, ves como tenía razón y ella puede sernos útil, aunque claro no es un poder que se manifieste a voluntad, ni tiene la experiencia del Rey Bartra, pero eso es algo que puede mejorar con el tiempo.
-Si eso no lo discuto, pero te distrae demasiado- suelta sin querer y Arthur la ve de forma egocéntrica.
-¿Te enoja que pase mucho tiempo con ella?- la interroga entonces, a la vez que camina en su dirección, hasta acorralarla contra la pared.
-Me parece bien que quieras tener pareja- pronuncia fingiendo tranquilidad, mientras la mano de Arthur se apoya en la pared, cerrándole el paso- Pero no deberías tomarte tan a la ligera todo esto, hay amenazas con las que aún debes lidiar y distraerte podría costarte caro.
-¿Es todo?- pregunta arrogante, como sino hubiera puesto atención a lo que ella le acaba de decir.
-Si, eso es todo.
-Vaya y yo que creí que extrañabas pasar más tiempo conmigo- dice con tono de desaprobación negando con la cabeza- Bueno, no tienes porque preocuparte, tengo por lo menos una docena de caballeros yendo y viniendo con información, tengo a Nanashi a cargo de mi ejército y a ti como consejera, todo saldrá bien y si no te importa, entonces creo que no hay problema que pase el tiempo con mi novia, creo que me lo merezco ¿no es así?
Así que ahora todo esto se resumía a un asunto de merecer, Arthur a lo mejor se había sentido solo todo este tiempo y ella no lo había entendido, estaba tan obsesionada con complacer sus propios caprichos egoístas que nunca le había interesado, hasta ahora que alguien más estaba tratando de llenar el lugar que él le había ofrecido y que ella rechazó.
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-¿De dónde sacaste eso?- le dice a Nanashi mientras lo ve con una bolsa decorada llena de galletas.
-Ginebra las hizo para Arthur, pero horneó demasiadas al parecer, así que las compartió con todos los caballeros.
-Ah… que agradable la futura reina- resopla la pelinegra.
-Siendo honestos, no es la gran cosa.
-¿Me hablas de la receta de las galletas o de ella en general?- responde sarcástica.
-Tal vez un poco de ambas, míralo de esta forma, su majestad está actuando como un niño con un juguete nuevo, pero podría asegurar que ese encanto será pasajero y...
-Y luego vendrán otras- dice la ojiambar negando con la cabeza.
-Pues si, ¿pero no se supone que es así como los seres humanos encuentran pareja? son pocos afortunados los que lo hacen en la primera opción- termina marchándose en el corredor.
