Bueno, pues después de bastante tiempo sin actualizar, aquí está el 5º chap de mi fic, lo primero de todo quiero disculparme por el retraso en la actualización, pero es que la falta de tiempo y el abandono temporal de mi inspiración han sido los verdaderos culpables de esto … Y bueno ahora solo deciros, que espero que os guste este nuevo cap, que ahí varias sorpresitas por ahí escondidas y que pleaaaaaaaase, reviews, jajajajaja. En fin, muchas gracias a tods las que leéis este fic.

Ahora una recomendación, igual os interesa saber que para conocer algo más de la actitud de Analia, os serviría bastante la canción de Pereza, titulada "Niña de Papá" en la que me he inspirado bastante a la hora de escribir sobre mi pequeña diablesa, Lía XD.

Os dejo leer.

Verity


Niña de Papá

El Lunes, después de comer, en una imponente casa Londinense una morena de 15 años recién cumplidos se afanaba en escoger el modelito adecuado para la cita que tenía en pocas horas. Finalmente la chica se decantó por un corto vestido de color rosa pálido con un vertiginoso escote en V , que resaltaba con su piel morena, y unas sandalias blancas con algo de tacón. Tras ducharse, vestirse y maquillarse ligeramente, colorete, brillo de labios y rimel en los ojos se decidió a salir a la calle para dirigirse hacia el Merlin's Club donde ella, Analia, había quedado con el mítico Sirius Black.

A esa misma hora en casa de los Potter , Sirius se colocaba sus gafas de sol dispuesto a salir a la calle para dirigirse a su cita con Analia.

-Me voy hermano, no me esperes despierto, tengo unos asuntillos que arreglar y no se cuando acabaré - Se despidió Sirius con una sonrisa de medio lado.

-¿Has quedado con Lily? - Le preguntó James, el juraría que Lily había dicho que hoy no podía quedar ya que tenía una cena familiar.

-No, verás tengo unos asuntillos pendientes nada del otro mundo - Aclaró Sirius intentando sonar casual.

-Ya , cuidado con lo que haces Padfoot.- Le advirtió James frunciendo ligeramente el ceño, conocía demasiado bien a Sirius como para saber que entre aquellos asuntillos pendientes había alguna chica de por medio.

- ¡Tranquilo, Prongs! Adiós¡Por cierto me llevo la moto!- Sirius sonrió a James en un intento de tranquilizarlo mientras se subía a la moto.

- ¡Ves con cuidado Paddy! - Le volvió a repetir James malhumorado mientras entraba de nuevo en la casa observando como Sirius partía en la flamante moto que su tío Alphard le había dejado de herencia junto con un pequeño apartamento en Londres, al que el moreno tenía pensado mudarse en cuanto acabara su último curso en Hogwarts.

Sirius esperaba apoyado en su moto frente a la puerta del Merlin's cuando divisó a una chica morena con un corto y escotadísimo vestido acercarse con paso decidido hacia él.

-Buenas tardes, pequeña - Sirius se quitó las gafas y la examino con la mirada sonriendo seductoramente.

-Buenas tardes, Black - Le saludó la morena con desparpajo plantándole un beso en la mejilla sin previo aviso.

Los chicos entraron en el club y fueron a sentarse a una mesa algo apartada, la verdad es que nada más sentarse empezaron una conversación bastante amena, la chica resultó ser bastante divertida e ingeniosa para su edad y Sirius bueno , Sirius simplemente controlaba la situación a la perfección. Llevaban ya un buen rato charlando y unos cuantas copas, el hidromiel , ella ron de frambuesa.

- Y bien ¿Me vas a contar cuales son esos rumores?- Preguntó Analia inclinándose sobre la mesa y bajando ligeramente su tono de voz.

- ¿De verdad necesitas que te lo diga? A lo mejor no te gustarían. - Le respondió el moreno siguiéndole el juego e inclinándose el también sobre la mesa quedando a escasos centímetros de la chica, dedicándole una mirada descarada al escote.

Aquella chica estaba jugando con él toda la tarde, con sus movimientos sensuales y sus frases cargadas de dobles sentidos, y a él le estaba encantando aquel juego.

- ¡Oh, vamos! Si te refieres a que me he acostado con medio Hogwarts, es mentira , solo tengo 15 años, y sinceramente los chicos de mi edad son bastante sosos. - Se limitó a decir con una sonrisa enigmática.

- Así que los chicos de tu edad son "sosos" , pero a mi me consta que si te has acostado con alguno- Insistió Sirius con una sonrisa ladeada.

Le interesaba saber si efectivamente aquella "lolita" era tan fogosa como le había llegado a los oídos a él. De hecho había oído como Ian, en alguna de esas "charlas de chicos" en los vestuarios de quidditch decía que era una pequeña fiera en la cama, a pesar de su corta edad y en una ocasión Sirius mismo, la vio dándose el lote tras unas cortinas de la sala común con un chico del mismo curso que ella.

- Dos o tres, tal vez, durante este año, antes no … - Respondió la chica sin perder su sonrisa e inclinándose más aún sobre la mesa. - Aunque los prefiero con experiencia. - Su tono de voz cambió para volverse indiferente y se volvió a apoyar en el respaldo de su silla cruzando las piernas descaradamente y provocando que los ojos de Sirius se dirigieran sin poder evitarlo a sus muslos.

- ¿Con experiencia? - El chico sonrió con maldad.

-Si, pero aún no he tenido suerte en ese aspecto - Sonrió dulcemente mientras jugueteaba con un mechón de su cabello.

- Todavía no me conocías a mi … - Afirmó, Sirius arrogante. -Nos vamos.- Dijo mientras se ponía en pie.

Analia se levantó rápidamente cogiendo la mano del chico y lo miró a los ojos tomándolo por sorpresa.

- Sujétame esto.- Le dijo sin más, y depositó un pequeño bolso en la mano que le había cogido, bajo la mirada atónita de Sirius. Analia rió para si misma le encantaba poner nerviosos a los chicos con sus salidas inesperadas. Pero además de eso Sirius le encantaba.

Ambos salieron del club y Analia se dirigió con paso zalamero hacia la moto de Sirius. Mientras el chico se quedaba unos pasos atrás observándola complacido. Aquella "niña" le estaba haciendo perder los papeles por momentos.

"Venga va Sirius, es una niña, disfrútala durante un rato y después se habrá acabado, además seguro que ella está buscando lo mismo" Pensó el moreno mientras la cogía de la cintura para sentarla sobre la moto.

-¿Es tuya ? - Preguntó extasiada observando la moto como si se tratara de un armario repleto de zapatos nuevos. - ¡Es preciosa! - Dijo pasando un dedo por el manillar.

"Juguemos" Pensó Analia con una sonrisa traviesa.

-Si ¿Te apetece dar una vuelta? - Le dijo sentándose frente a ella y notando en seguida las pequeñas manos de la chica rodeando su cintura en señal de respuesta afirmativa.

Después de una vuelta en moto por el Londres muggle, Sirius paró en una callejuela totalmente intransitada frente a un pequeño bloque de pisos.

-¿Que más puedes mostrarme? - Susurró Analia con voz melosa al oído del moreno, sin bajar aún de la moto y empezando a juguetear con el pelo de Sirius entre sus dedos.

Sirius sintió un cosquilleo de excitación recorrer su espalda. Aquella chica era una caja de sorpresas y sabía cuando debía soltarlas. Se bajó de la moto con un movimiento rápido y se sentó tras ella acorralándola entre sus brazos y el manillar.

-¿Qué más quieres que te muestre, pequeña? - Le susurró al oído rozando con sus labios la delicada piel de la Gryffindor y haciendo que esta se estremeciera.

-Simplemente enséñame, aprendo rápido- Murmuró con una sonrisa infantil y seductora a la vez, girándose todo cuanto pudo para poder ver a Sirius mientras colocaba sus manos en el manillar y arqueaba ligeramente la espalda.

-Está bien- Respondió Sirius observando los muslos de la chica que al estar sentada sobre la moto con el corto vestido quedaban totalmente al descubierto.

El chico posó una de sus manos en el vientre de Lia atrayéndola hacia él con firmeza mientras con la otra apartaba el pelo que cubría la nuca de la chica y empezaba a lamerle el cuello con delicadeza haciendo que la chica se inclinara hacia atrás presa de la excitación, dándole más fácil acceso a su piel.

-Basta, Sirius - Exclamó de pronto la morena ,saltando de la moto de repente, bajo la mirada incrédula del chico.

- No estarás a punto de decir lo que creo que estás a punto de decir ¿Verdad?- Inquirió el moreno mirando a la chica algo cabreado por aquella repentina reacción.

-Pues la verdad, no se que piensas que voy a decir … -Le respondió con una dulce e inocente sonrisa.- Yo solo quería sugerirte que vayamos a otro sitio, aquí podrían interrumpirnos. ¿No crees? - Le sugirió Analia balanceándose sobre sus pies y mirando al golpeador con la mejor de sus sonrisas.

Aquella niña acabaría por volverlo loco del todo, le tenía totalmente enganchado a su juego, y no se iba a despedir de ella sin llegar a su meta, ya no le importaba que fuera la primera cita, ni ningún otro tipo de formalidades, ella le había buscado y él se dejaría encontrar gustosamente.

Sirius suspiró aliviado ante las palabras de la chica, por un momento pensó que ella había decidido acabar con aquel juego, así , sin más.

-Oh, está bien nena. Ven conmigo- Y tomándola del brazo la guió hasta la puerta del pequeño bloque de pisos.

Observó a uno y a otro lado y se adentró con la chica subiendo hasta el primer piso. Una vez delante de una de las puertas del rellano, sacó su varita y con un suave golpe en la puerta, esta se abrió dejando paso a un piso, sencillo pero amueblado con buen gusto.. Analia observaba la casa con los ojos como platos. Encima el chico tenía un apartamento para él solo, ese chico era una ganga y lo demás tonterías, pensó mientras sonreía y daba un paso hacia el interior cerrando la puerta tras ella.

Cogió a la chica por la cintura y la obligo a girarse para quedar cara a cara.

- ¿Por donde íbamos? - Le susurró apartando el flequillo de la chica para poder mirarla a los ojos.

No obtuvo respuesta alguna, Analia sonrió misteriosamente y tras unos segundos mordiéndose los labios, se abalanzó sobre Sirius besándolo por primera vez con impaciencia, rodeando el cuello del chico con sus brazos.

Él se entrego al instante a los besos que la chica le estaba propiciando, se besaban con pasión, casi desesperación, ella enredaba su lengua con la del chico con frenesí, él jugueteaba con sus labios torturándola con suaves mordiscos, haciendo que ella se excitara más aún.

Se encontraban enzarzados en una sutil lucha, cargada de erotismo cuando, con un ágil saltito la chica se colgó de él rodeándole con sus piernas.

-No paras de sorprenderme. - Le susurró el muchacho, andando con ella en brazos, que estaba entretenida mordisqueándole el cuello.

La sentó sobre la mesa del comedor sin poder esperar a llegar a la habitación y observó como la chica apoyaba ambas manos en la mesa y se inclinaba hacia atrás exhibiéndose ante él, provocándole mientras se lamía los labios con suavidad y entrecerraba los ojos al notar la mano del chico posarse en su nuca.

Sirius se quedo absorto durante unos instantes, y notó como su excitación iba en aumento ante aquella escenita que le estaba regalando "la niña" como él inocentemente la había llamado en alguna ocasión. Aquello era un cuerpo hecho para disfrutar, aquellos pechos que estaban floreciendo, pero que cualquier mujer adulta podría envidiar, aquella cintura estrecha y aquellos perfectos y largos muslos que invitaban a perderse en ellos.

Se acercó inclinándose sobre ella y dibujo el contorno de los labios de la chica con su lengua mientras la atraía hacía si, asiéndola por la nuca y colocándola al borde de la mesa. Posó una de sus manos sobre el muslo de ella y empezó a acariciarla con calma haciendo que ella se estremeciera bajo sus manos expertas.

Se volvieron a fundir en un nuevo beso, esta vez algo más calmado, sin prisa, ella enredaba sus manos en el cabello del chico y el iba ascendiendo con su mano por el muslo de la chica.

-¿Quieres seguir? - Preguntó Sirius con sus labios pegados al cuello de la chica, adentrando lentamente su mano hacia la intimidad de la joven Gryffindor y empezando a acariciarla sobre las finas braguitas que ella llevaba.

-He dicho que tenía mucho que aprender… - Logró decir ella con la respiración entrecortada por la excitación.

Sirius apartó con agilidad la fina tela que cubría la humedad que él deseaba en aquel momento y empezó a acariciarla con más intensidad mientras ella dejaba escapar un gemido y hundía su cara en el pecho del chico, besando y lamiendo a la vez que iba desabrochándole la camisa.

-Para, déjame a mi … - Le dijo, no sin esfuerzo pero con una sonrisa traviesa.

Rápidamente cambiaron de posturas, ahora era Sirius el que estaba apoyado en la mesa observando cada movimiento de la chica con deleite. Ella empezó a acariciar lentamente el pecho del chico y acabó de quitarle la camisa, le volvió a besar y esta vez fue descendiendo por su cuello, lamiéndolo, disfrutando de cada reacción del chico, continuo por el pecho del chico, por su vientre agachándose con movimientos casi felinos, mientras el chico no la perdía de vista.

Empezó a desabrochar el pantalón de Sirius con parsimonia, acariciando su erección sobre la tela de sus boxers, provocando que él se estremeciera por completo y cerrara los ojos en un acto reflejo, para después volver a mirarla con una sonrisa que la alentaba a seguir.,ella le dedicó una sonrisa de fingida inocencia, y fue apartando la tela que le impedía continuar con su tarea. Acarició el sexo del chico ya libre de cualquier prenda con admiración y fue acercando sus labios sin ningún tipo de prisa.

"Sabia que lo haría, y ni siquiera he tenido que pedirle nada …" Pensó Sirius al notar el contacto de los suaves labios de Lia sobre su miembro, hacía mucho que no estaba con ninguna chica que lo supiera complacer como lo estaba haciendo ella.

Analia empezó a rozar el sexo del chico con sus labios, al principio con suavidad, acompañando esos suaves roces de sus labios con pequeñas caricias de sus dedos, poco a poco empezó a depositar suaves besos sobre el glandé del moreno, mirándolo a los ojos, torturándolo con cada nuevo contacto, tras un rato de sublime tortura empezó a saborear el sexo del chico con su lengua, iba lamiendo con mas soltura, y más deseo, acelerando el ritmo ,cada vez un poco más, hasta que se atrevió a introducírselo en la boca, todo cuanto pudo, succionando, extasiada, como si tratara del mejor de los helados, en aquel preciso instante notó como la mano de Sirius se enredaba en sus cabellos guiándola en un suave movimiento de vaivén.

-Vamos nena … -Jadeó con la voz entrecortada mientras gotas de sudor empezaban a recorrer su frente.

La separó de su sexo y la sentó sobre la mesa de nuevo, necesitaba más, aún no había podido deleitarse en aquellos pequeños pechos que ardían en deseo de que el chico los hiciera suyos.

Le desabrochó el vestido con impaciencia, y al bajárselo descubrió que la chica no llevaba sujetador, no pudo contenerse ni un segundo y atrapó ambos pechos con impaciencia, eran como dos pequeños volcanes que se adaptaban a la perfección a sus manos, pellizco con suavidad uno de los pequeños pezones y acto seguido su lengua se dirigió impaciente hacia ellos, haciendo que la chica arqueara la espalda de placer, al notar la lengua de Sirius castigándola con suaves roces que la volvían loca de placer.

Tras recrearse durante unos minutos en aquellos pequeños montes creados para su propio placer, empezó a descender con su lengua hacia el vientre de la chica, hasta toparse con el vestido a medio quitar en la cintura de ella, impidiéndole continuar su recorrido.

La puso en pie un instante y la desnudo por completo, mientras ella se dejaba manejar como si fuera una pequeña muñeca. Tras sentarla de nuevo continuó el recorrido de su lengua por su vientre, hasta llegar hasta a su humedad, empezó a lamer con delicadeza, haciendo que los gemidos de Analia fueran creciendo por momentos, y poco a poco fue intensificando, sus caricias, incluso mordisqueando el clítoris de la chica sin piedad, mientras ella presionaba la cabeza del chico con sus manos.

Nunca ningún chico le había proporcionado tal placer junto y no sabía si podría resistirlo.

-¡Oh my god! - Gritó alcanzando el clímax y perdiendo totalmente el control de su cuerpo, estuvo apunto de resbalar de la mesa, pero en un acto reflejo Sirius la sujeto, abrazándola contra su cuerpo, sonriendo satisfecho.

-¿No querías que te enseñara? - Le dijo provocándola con la mirada.

-Si, y sigo queriendo. - Respondió aún con la respiración totalmente acelerada.

-¿Quieres que vayamos a un sitio más cómodo?- Le preguntó el chico mientras volvía a abrazarla y acariciaba su espalda con suavidad. Aquella morena le inspiraba ¿ternura? Aparte de deseo claro estaba.

- A mi no me hace falta …- Dijo la chica abriendo las piernas como invitando al chico a ocupar el hueco vacío que quedaba entre ellas, cosa que Sirius hizo de inmediato.

Le sonrió antes de volverla a besar, necesitaba poseerla de una vez por todas.

La atrajo hasta el borde de la mesa colocándola en una posición cómoda para ambos y empezó a penetrarla sin previo aviso, haciéndola reaccionar de inmediato. Ella se aferró al cuerpo del muchacho, invitándolo a profundizar más.

Sirius empezó a moverse lentamente, despacio, sin prisas, introduciéndose en ella con calma, no quería estropearlo todo, así que decidió actuar con delicadeza.

Analia empezó a mover sus caderas con suavidad, acelerando poco a poco el ritmo, hasta que de repente, rodeó la pelvis del chico con sus piernas, provocando que el chico se acabara de introducir en ella de una sola vez, y en ese preciso instante lo besó, esta vez, con mas pasión que las anteriores.

Sus movimientos se tornaron más frenéticos, cada vez mas descontrolados, sus labios se buscaban, se mordían , se besaban , ella lamía toda parte del chico que quedará a su alcance mientras él acariciaba los pechos de la chica. Así estuvieron durante un rato, mientras los jadeos de ambos se iban intensificando al igual que sus movimientos, parecían enzarzados en una pequeña lucha por demostrar cual de los dos proporcionaba más placer al otro, hasta que llegaron al clímax. Primero ella abrazándolo con fuerza contra su cuerpo, y un segundo después él. Se besaron durante unos segundos antes de separarse lentamente.

La chica bajó de la mesa sin ninguna prisa por vestirse y se dirigió hacia el baño.

-¿No piensas vestirte o taparte o algo? – Le preguntó el chico divertido observando como caminaba con gracia.

-Lo encuentro una tontería ¿Acaso no me has visto ya desnuda? – Le respondió con voz cantarina mientras se volvía para guiñarle un ojo antes de entrar en el baño.

Sirius negó con la cabeza posando una de sus manos en su nuca mientras sonreía dirigiéndose hacia la habitación para ponerse unos pantalones .

-Me gusta tu casa – Le dijo la chica desde el umbral de la puerta. Ahora lucía un albornoz de Sirius que había encontrado en el baño. – Aunque tu vives con los Potter ¿No?-

-Si, de momento, y hasta que acabe en Hogwarts. – Respondió el moreno

-Me parece un buen planteamiento. – Observó la chica mientras se acercaba al chico para abrazarlo por detrás y depositar un beso en su espalda.

- ¿Quieres tomar algo? - Le preguntó Sirius mientras se giraba quedando frente a ella

- La verdad es que ahora mismo no me apetece nada … Estoy exhausta.- Le respondió tirándose sobre la cama, tumbada.

- Por cierto, es tardísimo ¿No te esperan en casa tus padres?

- ¿Mis padres¡Ja¡ Que chiste tan bueno! Esos solo se preocupan para guardar las apariencias, pero en realidad no creo que les importe demasiado por donde pare … - Dijo con una mueca irónica.

-Ya. ¿Así que tus padres pasan de ti? – Le sorprendieron las palabras de la chica, se imaginaba que sería una niña mimada y sobreprotegida.

-Se piensan que dándome dinero y comprándome todo lo que se me antoje ya basta, con eso se sienten buenos padres. Se piensan que me trago toda esa patraña de que tienen demasiado trabajo ¡Ja! Seguro que mi padre se está tirando a la rubia oxigenada esa de su secretaría y mi madre a cualquiera de esos modelos inflados artificialmente. – Le explicó la chica cargando cada palabra de sarcasmo y dando un saltito poniéndose en pie sobre la cama para parodiar a su madre en pleno orgasmo. – ¡Si John¡Sigue¡Aaah! –Chilló de forma burlona y exagerando cada gesto.

Sirius no pudo contener una gran carcajada ante el numerito de la chica, y se abalanzó sobre ella haciéndola caer de nuevo en la cama para empezar a hacerle cosquillas.

-¡Eres una pequeña diablesa! – Le susurró el chico al oído sin cesar en sus cosquillas mientras ella se retorcía entre sus brazos en pleno ataque de risa.

-¡Me halagas¡Pero para por favor! –Logró decir sin parar de reír, pataleó hasta conseguir ponerse sobre Sirius a horcajadas y empezar ella a hacerle cosquillas sin éxito.

-Tsk, tsk, no lo vas a conseguir nunca.- Dijo el chico con una sonrisa arrogante sin reaccionar ante las cosquillas de Analia.

-¡Maldito tramposo! – Se sentó con los brazos cruzados dándole la espalda y poniendo morritos de falso enfado.

-No es trampa, es práctica …– Se defendió mientras introducía su mano bajo el albornoz de la chica para acariciarle la espalda.

- Si, práctica. - Dijo frunciendo los labios en señal de falso enfado permaneciendo sentada sobre la cama.

- ¿Se ha enfadado la niña? - Le preguntó el Gryffindor, divertido.

-¡No me llames niña! –Se apartó un poco más de Sirius provocando una nueva carcajada en él.

-Entonces, pequeña.- La besó en los labios pillándola por sorpresa y dejándola tendida en la cama antes de dirigirse hacia la cocina.

-Me mataste – Dijo tirándose sobre la cama y haciéndose la muerta.

-¿Quieres que te mate de verdad? – Le preguntó el chico poniendo cara de psicópata.

-No podrías conmigo ... - Respondió con arrogancia, levantándose de repente .

Tras rebuscar un poco en su bolso sacó un cigarrillo y le tendió otro al chico que lo acepto con sorpresa.

- ¿Fumas? - Le preguntó sorprendido.

- Ya ves … - Le respondió ella con una sonrisa arrogante.

Estuvieron charlando un rato sentados en el sofá, él le contó alguna cosas de su infancia, no era propenso a hablar sobre su vida, pero tal vez lo que le contó la chica sobre la relación que ella mantenía con sus padres le animó a contar algo sobre él, y la verdad es que no se sentía nada mal después de hacerlo, ella le había sabido escuchar y en ningún momento se compadeció de él, si no que pareció entenderle a la perfección.

"Joder, me tengo que ir ya, demasiada confianza por hoy" Pensó Analia levantándose de golpe ante la mirada atónita de Sirius.

-¡Me voy! Es tardísimo. - Afirmó, dirigiéndose hacia la puerta.

- Bueno pequeña, es de noche ¿Quieres que te acompañe a casa? - Le dijo con una sonrisa.

- Mejor me voy sola - Le dijo mientras se levantaba del sofá e iba a vestirse al baño.

-¿Segura? - Insistió el chico. Había sido una tarde estupenda, y había disfrutado de lo lindo, le resultaba bastante excitante la idea de poder mantener aquel juego durante un tiempo más.

-Si, cogeré el autobús noctámbulo. - Se lo había pasado genial aquella noche, pero no quería dar pie a nada más que a continuar con el juego, si era posible, de momento.

Y tras despedirse de la chica y dejarla subiendo en el autobús, decidió dirigirse hacia casa de los Potter, para pasar allí la noche.

oOoOoOoOo

A la mañana siguiente en casa de los Potter, James se despertó temprano, había escuchado a Sirius llegar, pero ya eran casi las 3 de la madrugada y no le dijo nada. Se detuvo un segundo junto a la cama de su amigo para recoger una cosa del suelo y al agacharse no pudo evitar fijarse en una marca que Padfoot tenía en el cuello, había estado con una chica, no había duda, y James quería pensar que había sido con Lily.

-Ey Padfoot ¡Espabila! Mis padres nos esperan para desayunar - James zarandeó a Sirius.

-¡Va! - Gruñó mientras se tapaba de nuevo con las sabanas.

- ¡Venga tío! O si no, ya sabes - Le dijo apuntándolo con su varita.

- ¡Ey! Ni se te ocurra- Le advirtió poniéndose en pie con rapidez mientras James soltaba una carcajada.

-¿Qué tal anoche con Lily? Te oí llegar, pero era tardísimo, tío.- Le preguntó el chico de gafas con una sonrisa burlona.

Sirius se tensó ante la mención de la pelirroja, pero no podía decirle que había estado con ella si no quería ser descubierto.

- No estuve con Lily - Respondió Sirius intentando aparentar indiferencia.

-¿Entonces como llegaste a esa hora? - Le insistió James.

- Estuve en el piso del tío Alphard, me apetecía estar solo. - Aclaró el moreno sin dejar lugar a dudas, se estiró ladeando ligeramente la cabeza.

-Pad, llevas una marca ahí - Le dijo James curioso, señalándole el cuello con una mueca burlona.

- ¿Una que¿Dónde? - Se puso algo nervioso al darse cuenta de lo que le estaba diciendo su amigo. - Oh, será de la pelirroja, del otro día, supongo- Añadió intentando restar importancia al asunto.

-Eh, ayer no lo llevabas, y si no estuviste con Lils … - Insistió James frunciendo el ceño.

-No seas paranoico Prongs, ya te he dicho que es de Lils.- Gruñó molesto.

James decidió dejar el tema, ya tendría tiempo de averiguar si era de Lily o no. Aquella mañana la pasaron comprando los libros y el material escolar con los padres de James en el Callejón Diagón. Quedaron ahí para comer con Lily, Aïcha, Remus, y esa vez hasta Pettigrew.

Esa misma mañana en casa de Analia.

- ¡Sube! - Chilló Analia desde su habitación invitando a subir a Nurya, para que le hiciera compañía mientras se acababa de arreglar.

- ¡Buenas días! - Saludó Nurya entrando en la habitación y tendiéndose sobre la cama de Lia.

- ¡Buenas! - Respondió Analia con una radiante sonrisa mientras cogía el cepillo del tocador para acabar de peinarse.

- ¿Qué hiciste anoche? Estuve llamándote y no estabas.- Observó a Lia durante unos segundo. - Además esa sonrisa, se que esa sonrisa significa algo … ¿Se puede saber que has hecho esta vez? - Parecía que estaba sometiendo a su amiga a un interrogatorio, pero la conocía demasiado como para no saber que tenía algo que contarle

Analia se sentó de un salto en la cama con el cepillo en la mano.

-Anoche estuve con Black. - Ni siquiera dudo en contárselo, no le preocupaba en absoluto quien se enterara, aunque prefería que Nurya le guardara aquel secreto, no tenía en mente dejar a Ian ni nada por el estilo.

-¡Estás loca¿Y que pasa si se entera Ian? - Espetó Nurya, molesta.

-No se va a enterar ¿Verdad? - Le respondió con carita de angelito.

- Oh, Lia, siempre me metes en líos. ¡Claro que no se lo diré! - Siempre la conseguía convencer con aquellos morritos que ponía cuando le pedía que la encubriera en sus diversas aventuras. Además, no es que Nurya le viera nada malo a aquello, ella también lo hacía antes de estar con Leo, pero Black … Sirius le sacaba 3 años a Analia.

-¡Fue increíble¡Que hombre! - Se puso en pie y se acabó de peinar recogiéndose el pelo en una coleta de caballo, con su flequillo suelto.

- Oh en serio, no estoy segura de querer saber nada más. - Le dijo fingiendo indiferencia.- Venga, vamos nena. - Le dijo tirando de ella hacia la puerta para dirigirse hacia el callejón Diagón.

OOoOoOoOo

Parecía que aquel día todo Hogwarts se había puesto de acuerdo para ir a comprar el material escolar al callejón.

Tras hacer todas las compras pertinentes, James y Sirius dejaron a los Sres. Potter para dirigirse hacia donde habían quedado con Remus, Lily, Aïcha y Pettigrew.

Estaban ya todos juntos de camino al "Caldero" cuando de repente dos chicas morenas se cruzaron con ellos, disminuyendo el ritmo de sus pasos, la mas joven de las dos clavó su mirada en Sirius.

- Buenos días Black.- Le dijo con una sonrisa seductora e irónica a la vez. - Potter, Lupin, Evans, Aïcha, Pettigrew … - Les saludó con un gesto de la mano antes de seguir su camino como si nada.

-¡Hola chicos!- Saludó Nurya con una sonrisa.

Sirius se pasó la mano por el pelo y sonrió con arrogancia a la chica, gesto que paso desapercibido para todos excepto para James y Nurya, la miro fijamente a los ojos y se volvió hacia Lily para besarla posesivamente en los labios antes de volver a mirar a Lia.

Lily notó algo extraño en la actitud del chico, pero prefirió no comerse la cabeza, seguramente serían manías suyas, al fin y al cabo se le hacía raro estar con Sirius Black, no llegaba a entender como habían acabado juntos.

Analia evitó la mirada del chico y siguió su camino con aire indiferente, caminando altiva, en dirección a la tienda de moda de Madame Malkin.

-Espérame ¿No? - Le espetó Nurya alcanzándola con paso rápido.

-Si, si tranquila, no te pensaba dejar ... - Le sonrió tranquilizadora sin detener el paso. - Por cierto ¿Lo he hecho bien? - Preguntó soltando una risita infantil, entrando en la tienda. - Si se cree que me importa que bese a la prefecta... está muy equivocado. - Estalló en una carcajada. - Disfrutó más conmigo que lo que haya podido disfrutar con esa... - Sonrió con chulería.

-Oh, Lia ¡Estás como una cabra! - Le dijo Nurya soltando una carcajada.

Sirius no pudo evitar mirar hacia atrás para seguir con la vista a Lia, que reía con ganas y daba un pequeño saltito, mientras entraba en la tienda de Madame Malkin.

- ¡Vamos Paddy! - James le instó a continuar hacia "El Caldero Chorreante".

"Vaya, sabe jugar" Pensó Sirius sonriendo con malicia. " Pero este juego lo gano yo... Al final todas sucumben, y esta niña no será menos."

Sirius le pasó el brazo por la cintura a Lily y siguió caminando hacia "El Caldero" con aire ausente. Al llegar allí tomaron asiento y empezaron a charlar, Sirius no llevaba ni dos segundos sentado cuando de repente se levantó como un resorte.

-¡Creo que he olvidado algo! - Y salió corriendo sin dar tiempo a reaccionar al resto, dejándolos atónitos.

- Últimamente se le da genial desaparecer de repente... - Farfulló James para si mismo, pero alguien a su lado le escuchó.

-¿Por que has dicho eso?- Le preguntó Lily curiosa.

-Nada Lils, tonterías mías, es que...el otro día me dejó plantado por que había quedado contigo. - Se apresuró a mentir, el moreno de pelo revuelto. - Pero, tranquila, no me molesta.

"¿Que coño se traerá Sirius entre manos? " Pensó James intentando atar cabos.

Mientras tanto Sirius corría a toda prisa por el callejón mirando fugazmente en todos los escaparates hasta que por fin la localizó. Seguía en la tienda de túnicas y en ese preciso instante estaba entrando en un probador.

El Gryffindor entró en la tienda con sigilo justo cuando vio que Madame Malkin descendía hacia el sótano en busca de algunas túnicas para Analia. Sirius se asomó con discreción por una rendija lateral del probador de cortinas.

Analia se encontraba probándose una túnica carísima de color chocolate con tonos dorados que resaltaban sobre su piel morena, se veía espléndida, el escote resaltaba sus pechos haciéndolos aún más apetecibles a los ojos de Sirius.

"Joder" Pensó mirándola de arriba a abajo.

Y sin previo aviso se coló en el probador pillando a la chica por sorpresa y tapándole la boca para que no gritara.

La besó. La besó con furia y deseo, abriéndose pasó entre sus labios en busca de la lengua de Analia. Ella le correspondía al beso con efusividad enredando sus lenguas en una batalla frenética. Así estuvieron durante unos minutos, sin darse ni una pequeña tregua hasta que él se separó de repente mirándola a los ojos.

Analia respiraba entrecortadamente cuando notó las manos de Sirius sobre sus pechos acariciándolos con suavidad sobre la tela, el moreno empezó a ascender hasta los hombros de la chica para despojarla de la túnica con un gesto hábil y rápido.

-Estás loco y ... - Los ojos de Analia brillaban por la excitación y la emoción que la estaba embriagando, Sirius no la dejo acabar su frase.

El chico volvió a besarla mientras la cogía en brazos, haciendo que ella rodeara su cintura con sus piernas y hundiera la cara en su cuello. La apoyó contra la pared bruscamente, apretándola con fuerza con su cuerpo y se bajó los pantalones y los boxers todo lo rápido que pudo para empezar a penetrarla con suavidad.

Ambos respiraban entrecortadamente, dejando escapar leves suspiros, intentando hacer el menor ruido posible. Y de esa forma se entregaban el uno al otro, dejándose llevar por el momento sin pensar en las consecuencias, y en si alguien les podría pillar... O quizás, pensar en la posibilidad de ser descubiertos, les excitaba aún más...

Nurya que se encontraba en el probador contiguo había escuchado los pequeños suspiros de los dos desde el primer momento.

"¡Mierda! Esta niña siempre me mete en líos." Pensó enfadada, saliendo del probador.

Vio como Madame Malkin se dirigía hacia el probador de Lia …

-¡Madame Malkin¡Analia se ha tenido que ir rápidamente! - Se acercó a la señora con paso rápido alejándola del probador hacia el otro extremo de la tienda con la excusa de que le enseñara unas túnicas que había visto y le pidió si le podía subir unos cuantos modelos de esos que tenía en el sótano bien guardados.

De pronto la Golpeadora oyó una voz demasiado familiar a sus espaldas.

-¡Hola encanto! - Leo le saludaba y se acercaba para saludarla con un beso , y justo detrás de él se encontraba Ian.

-¡Hola Nur¿Y Lia? - Preguntó Ian, buscando a su chica con la mirada

"¡Mierda, mierda y mierda¡Analia Sue Hammilton estás muerta!" Pensó frunciendo los labios con rabia.

- ¡Oh! Eh … esto … ¿Vamos fuera? Aquí hace un calor terrible … - Acertó a decir mientras tiraba de los dos chicos hacia el exterior de la tienda. - Analia vendrá enseguida, ha ido a ¿Gringotts? No lo recuerdo - Sonrió intentando ocultar su nerviosismo.

-¡Estás tensa¿Qué te pasa cielo? - Le preguntó Leo mientras le pasaba el brazo por los hombros.

Aún no habían salido de la tienda cuando de repente un pequeño gemido se escuchó proveniente de los probadores.

-¿Qué ha sido eso? - Preguntó Ian dando un paso hacia atrás y fijando su vista en los probadores.

-Madame Malkin, la pobre es un poco pervertida … Salgamos de aquí antes de que la pobre mujer os intente violar o algo por el estilo - Dijo intentando no reírse, aunque el esfuerzo fue inútil, por que no pudo evitar soltar una carcajada ante la tontería que acababa de decir.

-¡Y yo que se lo que ha sido eso! - Dijo sin parar de reír mientras conseguía sacar a los chicos fuera de la tienda.

Ian y Leo miraban a la morena atónitos, no entendían nada, o Nurya les ocultaba algo o se había vuelto definitivamente loca.

-He quedado con Lia en la heladería.¿Vamos?- Les mintió la morena, dirigiéndose hacia la heladería de Florian Fortescue.

Mientras tanto en el interior del probador, Sirius y Analia se besaban con fiereza para ahogar los gemidos de ambos alcanzando el clímax juntos.

Exhaustos y satisfechos ambos se dispusieron a vestirse en silencio.

-¡Oh honey …! - Analia fue a hablar, pero en aquel preciso instante el dedo de Sirius rozó sus labios haciéndola calla por segunda vez..

-Quien ríe el último ríe mejor... - Sonrió de forma seductora y salió de la tienda apresurándose de nuevo hacia donde había dejado a sus amigos.

Al pasar frente a la heladería se cruzó con Nurya y compañía, y se acercó con descaro a saludar. Vio como Nurya fruncía el ceño y lo miraba con algo de reproche.

- ¡Hola, chicos! - ¿Listos para ganar este año la copa de Quidditch¡Hay que ponerse en forma¿Eh?- Sonrió con arrogancia. - Bueno, yo voy a por una cosa antes de ir a comer, tengo un hambre... acabó de hacer demasiado ejercicio. - Le guiño un ojo a Nurya con descaro y la chica bufó exasperada.

Analia llegó corriendo donde se encontraban sus amigos con Sirius, tenía las mejillas al rojo vivo y el pelo aún algo revuelto. Al ver a Sirius no pudo evitar una sonrisa traviesa.

- ¡Hola chicos! - Saludó con la voz entrecortada, por la carrera. - ¡Hola cielo! - Saludó a Ian y le beso fugazmente en los labios. - ¿Hablando de Quidditch¡Me apetece un helado! - Soltó una carcajada mientras empezaba a andar hacia una de las mesas de la heladería. - ¿Vienes Si...Black?- Le preguntó sonriendo .

-No, gracias, he olvidado algo. Hasta luego - Sonrió de medio lado mientras se despedía de todos. - Nos vemos pequeña- Susurró al pasar al lado de la chica.

Echó a andar hacia la tienda de plumas y tintas, por que había pensado que si se presentaba sin nada todos sospecharían, así que decidió comprarle una pluma a Lily para tenerla contenta, además así pensó que James recelaría menos, ya estaba bastante pesadito últimamente.

Al regresar al Caldero, se sentó quedando en un extremo de la mesa junto a James y Peter y frente a Lily, Remus y Aïcha.

-¡Volví! - Anunció cogiendo una botella de Cerveza de Mantequilla que estaba sobre la mesa.

Tras dar unos cuantos tragos de la botella se puso en pie y sacó el paquetito de la pluma, dejándolo frente a Lily.

-¡Para ti! - Le dijo con una sonrisa de oreja a oreja. - Para que después nadie se atreva a decir que no te cuido bien.- Añadió como si fuera lo más obvio del mundo y dirigiendo su mirada hacia James, alzando una ceja.

Se inclinó sobre la mesa para besar a Lily en los labios, y susurrarle al oído.

-Yo también querré un regalo, luego. - Le guiño un ojo divertido.

Lily chasqueó la lengua en señal de protesta, y miro a Sirius frunciendo el ceño.

- Tenías que fastidiarlo.- Le dijo con un ligero tono de reproche.

-¿Que pasa?- Preguntó Sirius sorprendido. - No te he dicho nada malo ... - Sonrió descarado.

Sus amigos los miraban, pasando la vista de uno a otro como si de un partido de tenis se tratara.

-A mi me parece justo. - Intervino Peter como si fuera algo de lo mas obvio.

Al instante notó como todos sus amigos lo miraban con cara de "Cállate la boca".

- ¿Qué pasa?- Preguntó, justo antes de recibir una colleja por parte de James, que estaba a su lado.

-¡ Auch! Siempre recibo yo …- Se quejó empezando a comer del plato que había aparecido ante él por arte de magia.

- Vamos, nena, no te estoy pidiendo nada del otro mundo … - Insistió el animago volviendo a fijar su vista en los ojos de Lily.

Lily se levantó rápidamente de la silla furiosa, dando un golpe con las palmas de las manos sobre la mesa.

-¡SIRIUS BLACK! - La mayoría de las miradas de El Caldero se posaron sobre la pelirroja. - ¿Sabes lo que deberías hacer¡BUSCARTE A UNA … A UNA … A OTRA PARA QUE TE LA … PARA QUE … PARA QUE TE HAGA ESO!- Sirius miraba a Lily con los ojos como platos.

En ese momento una carcajada estalló en medio del restaurante, Analia no se había podido contener, al pasar por ahí en dirección a la calle y escuchar a la furiosa ,prefecta pelirroja.

La morena sintió como Nurya la cogía del brazo y tiraba de ella hacia el exterior del local.

-¡Déjame! Esto se pone divertido.- Refunfuño mientras Nurya conseguía arrastrarla afuera.

Todo sucedió en cuestión de segundos, Lily echó a correr hacia el exterior del Caldero Chorreante, y James salió tras ella siguiendo un impulso.

-¡Eh Prongs! - Sirius le llamó, en un vano intento de llamar su atención, pero el de gafas ni siquiera se volteó a verlo.

- Joder, se supone que tendría que ser yo el que fuera tras ella …- Se quejó Sirius, cruzando los brazos, molesto, pero sin intención de levantarse.

Aïcha y Remus, le miraron, alzando una ceja, escépticos.

- ¿Qué pasa?- Preguntó el moreno mientras se balanceaba en la silla.

- Que si tanto te molesta que haya ido James, no se por que no sales tú tras ella. - Le reprendió Aïcha.

- ¿Yo? Después del numerito que ha montado sin motivos, ni de coña … Repito que no le he pedido nada malo. - Aclaró como si se tratara de algo obvio.

- Pues entonces no te quejes, Pad. - Le espetó Remus, negando ligeramente con la cabeza.

- ¡Me quejo por que es mi novia, y por que … por que me da la gana Moony!- Añadió Sirius algo más molesto, de lo que ya estaba.

-Pues quéjate. - Le respondió Remus resignado, antes de inclinarse sobre Aïcha para darle un leve beso en los labios.

-Joder, Wormy deja de comer ya ¿No?- Espetó el animago, dándole una colleja a su amigo, mientras se levantaba de la silla. -Bueno chicos, yo me voy, que lo paséis muy bien.- Y sin decir nada más Sirius desapareció dejando ahí a sus amigos.

-¿Moony por que siempre recibo yo? - Preguntó Peter, sobándose la cabeza, tras la colleja de Sirius.

- Por que … -Remus dudó por un instante sobre que responder. - Por que siempre estás en el lugar equivocado, en el momento menos oportuno. - Asintió Remus intentando sonar casual.

-¿Nos vamos, Rem? - Le preguntó Aïcha. - Tengo que llegar a casa pronto … - Dijo poniéndose en pie.

- Está bien ¿Te acompañamos Wormy? - Preguntó Remus levantándose y tomando a Aïcha de la mano.

- No, yo usaré polvos Flu, aquí. - Dijo señalando una chimenea que había a unos metros de él. - Nos vemos ¿No?- Les dijo mientras se dirigía hacia la chimenea.

- Si, Pet, nos vemos, hasta luego. - Se despidió Remus, mientras se encaminaba junto a su chica, hacia la calle.

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No muy lejos del Caldero Chorreante, Lily se había refugiado en un parque de Londres, se había sentado en un banco y había empezado a llorar. Se sentía frustrada, decepcionada, y sobre todo estaba enfadada consigo misma. Enfadada por que ella conocía a Sirius antes de empezar todo aquel juego, por que era un juego, o al menos eso pensó ella al principio, ahora ya había perdido todo control sobre aquello, no estaba segura de quererlo, de amarlo, simplemente sabía que le gustaba y que estaba bien junto a él.

Sabía muy bien como era el chico, y si ella quería continuar con él tendría que luchar, pero no conseguiría cambiarlo nunca. Sirius Black, era indomable.

Subió sus pies sobre el banco, abrazando sus rodillas con sus brazos y hundiendo la cara entre ellos, totalmente ajena a que alguien la había seguido y la estaba observando a unos pocos metros de distancia.

James había salido corriendo tras ella y al ver como se sentaba en el banco, dudó en si acercarse o no, así que se limitó a observarla durante un rato, se la veía tan vulnerable. James sentía unas ganas terribles de ir hasta ella y abrazarla, protegerla, darle todo lo que ella pidiera.

Avanzó hasta ella unos pasos, vacilante, hasta alcanzar el banco y sentarse junto a ella.

-Lily …- La llamó haciendo que ella alzará la cabeza sorprendida.

-James … Tú … ¿Qué haces aquí? - Le preguntó, Lils, limpiándose las lágrimas que mojaban sus mejillas, con el dorso de su mano.

- Es obvio ¿No?… - Le respondió el chico encogiéndose de hombros y esbozando una sonrisa. - Me preocupaba que no estuvieras bien. - Observó como Lily lo miraba sorprendida.

¿Desde cuando James se preocupaba tanto por ella? Bueno, sabía con certeza que él siempre había estado detrás de ella, pero no hasta ese punto … Ambos conocían a Sirius, y sabían que lo que había hecho James, de salir corriendo tras la chica de su hermano, era algo, llamémoslo temerario.

- Oh, gracias, pero no hacia falta, de verdad. - Dijo la chica sonriendo tímidamente mientras miraba a James a los ojos. - Sirius, podría matarte por esto … -

- Lo sé, pero no me importa, a veces se comporta como un auténtico capullo.- Masculló algo malhumorado. - Pero bueno, tampoco se le puede tomar a mal, no lo hace con mala intención, Lily.- No sabía exactamente que hacía excusando a Sirius, pero era lo primero que se le había ocurrido decir.

- Ya, supongo que no lo hace con mala intención, pero sabe que me fastidia, y aún así …- Chasqueó la lengua, fastidiada.- Últimamente esta extraño, más distante, me oculta algo, y no se el que … - Miró a James a los ojos en busca de alguna respuesta.

James se perdió en los ojos de Lily intentando encontrar una buena excusa, lo cierto era que él también se había dado cuenta de que Sirius últimamente estaba mas extraño de lo normal, a ratos más eufórico, y a ratos nervioso, como si ocultara algo, y James creía saber, conociéndole como le conocía, que se trataba de algo relacionado con una chica y no precisamente Lily.

El moreno sacudió ligeramente la cabeza intentando centrarse en lo que iba a decir, pues estaba absorto en la mirada esmeralda de Lily. La pelirroja que se había dado cuenta de eso, se ruborizó ligeramente.

- James, tu sabes algo ¿Verdad? - Lily posó su mano en el hombro del chico de gafas, instándole a hablar.

James sintió un cosquilleo a la altura del estómago al notar la mano de Lily sobre su hombro, y una punzada de envidia le sacudió al imaginarse todas las veces que Sirius podía acariciar la piel de la chica a su antojo, y deseo con todas sus fuerzas que Lily fuera suya y no de Sirius.

- Lily, no se nada , de verdad …- Acertó a decir el joven animago.- Si que lo he notado raro, últimamente, está diferente, pero te juro por lo que más quiero, que no se de que se trata. - Concluyó James dirigiendo su mano, a la de Lily que permanecía sobre su hombro, para posarla sobre esta.

- James, se que no es justo que yo te pida esto, pero … - Lily se mordió el labio inferior, nerviosa.- Pero, si te pido que me ayudes a averiguar de que se trata ¿Lo harías, James? - La prefecta, le miraba suplicante, anhelando que el chico asintiera, apretando ligeramente su mano sobre el hombro del buscador.

- Lily¿Sabes lo que me estás pidiendo?- Suspiró, abatido.- Está bien, lo haré, lo haré por ti.- Miró a su amiga intensamente.

Lily observó a James, perdiéndose también en su mirada. A pesar de todo lo que el pobre estaba teniendo que aguantar por su relación con Sirius, había aceptado a ayudarla para averiguar que se traía su novio entre manos. Realmente, James, era todo lo que cualquier chica querría tener, y en aquel preciso instante Lily, se preguntó por que lo había estado rechazando durante todo aquel tiempo, por que en realidad no tenía ningún motivo sólido.

- ¿Quieres que te acompañe a casa? - Le preguntó, el buscador saliendo de su ensimismamiento y apartando la mirada de ella, turbado.

- Si, gracias. - Le respondió Lily, regalándole una sonrisa y poniéndose y levantándose algo nerviosa. -Pero vamos a pie, me apetece dar una vuelta. ¿Vale? - Vio como el moreno asentía, sonriente.

Y ambos empezaron a caminar, charlando y riendo, mientras se dirigían hacia casa de Lily, sin ninguna prisa por llegar.


Bueno, y ahora si, las dedicatorias, jeje (que os quede claro que el orden de los factores no altera el grado de estima ya que están por orden de edad XDD) :

En primer lugar a Nury, por estar a mi lado, por ser mi infatigable beta, y soportarme siempre, te quiero un montón AG!

A Alba, mi hijita, a la que quiero que le quede claro, que la quiero mucho, que no te montes paranoias raras, y que gracias por estar ahí! Besitos!

A Sika, mi Reina Moraaa!jajaja, por todo lo que me ha demostrado en estos últimos meses, sobran las palabras petitona!Gracias! T'estimo! ;-)

A Natty: Mi otra hijita pequeña (Por que si… Es miiiii hijaaaa!Miiiiii tesooooorooooooo! No es de Herms mirada a lo Gollum XDD) por que es un solecillo, y siempre está dispuesta a ayudar en todo. Te quiero pitufita!

Y por último, pero no menos importantes, a todas esas personas que leeis mi fic...Gracias!

Verity - Black

AGN

MOS

VSC (Verduras Sin Censuras)

… Largo etc xD