Primero que nada, quiero agradecer a JoJoBaoh, por su comentario, correcciones y consejos.
Decir que los aplicare el 100% sería mentir, porque me conozco y sé que no voy a poder aplicar todo al momento, que será un proceso largo y tedioso (como todo) en el que tendré que acostumbrarme a hacerlo automáticamente o releer muchas veces hasta darme cuenta en alguna, pero si prometo hacer un esfuerzo en dejar de comerme los acentos.
Como siempre, estoy abierta a opiniones y comentarios. Sin más que agregar, aquí el tercer capítulo.
Editado 9/6/21
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Capítulo 2: Sospechas molestas
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— ¡Al fin llegamos! — Lyra soltó a Galen y se dejó caer de rodillas en un gesto demasiado dramático.
— Exageras… solo fueron un par de horas — Galen miró divertido a la chica, cuando esta le dedicó un puchero junto con Chika.
Después de una caminata prolongada y algunas vueltas innecesarias, ambos entrenadores dieron con una cabaña de tejado marrón que se encontraba en la parte más profunda de aquel bosque. Sino fuera por el nexo disonente de metal que se unía a la madera y que seguramente servía como laboratorio para el Sr. Pokémon, la casa no resaltaría mucho entre la frondosa vegetación.
Chika soltó un chillido alegre, antes de brincar de manera inquieta entre los pies de su entrenadora y Galen. Lyra se limitó a reír del comportamiento enérgico de su Pokémon y se incorporó mientras sacudia su overol.
— ¡Muchas gracias por acompañarme, Galen! — Lyra viroteó feliz mientras miraba de reojo al entrenador mayor.
— No ha sido nada, así que no tienes que agradecer — Galen se encogió de hombros y metió las manos en los bolsillos de su pantalón — Ha sido una caminata entretenida y una compañia agradable.
Ambos escucharon el crujir de una puerta al abrir, por lo que buscaron la fuerte del sonido con la mirada. Frente a ellos y en la entrada de la extraña cabaña se encontra el mismo sujero que Galen había visto en la Ciudad, solo que encima de su traje formal ahora descansaba una bata blanca.
— Uhm... — El hombre intercambio la mirada entre ambos jovenes — Con razón me pareció escuchar voces... — Carraspeó su garganta — ¿Puedo ayudarlos en algo...?
— Bueno... Uhm… — Lyra que de la impresión se había ocultado detrás de Galen, se separó temerosa y rebuscó en su mochila — El Profesor Elm me pidió que le entregara esto — Le tendió un paquete pequeño al hombre que lo miró confundido.
El hombre miró el paquete, antes de volver a fijarse en la joven.
— ¡Oh! Entonces tú debes ser Lyra ¿Estoy en lo correcto? — El reconocimiento pareció entusiasmar al hombre mientras aceptaba el paquete que la niña ofrecia — ¡Oh! Elm me habló mucho de ti, pero... ¿tú eres...? — Sus ojos se posaron en Galen.
— Soy Galen Archaic — Galen se presentó y esperó que el hombre no lo reconociera — Solo acompañaba a la chica hasta acá.
Se escuchó un jadeo desde el interior de la cabaña y al poco tiempo otro hombre hizo acto de presencia. Tanto Lyra como Galen se sorprendieron al reconocer al personaje ante ellos, pero Galen se recompuso primero e hizo un gesto a espaldas de Lyra para que el profesor permaneciera en silencio.
El dueño de la cabaña miró extrañado y desconcertado el gesto entre ambos hombres, así que buscó una explicación en su sonriente colega, pero este no dejaba de mirar entrenador mayor y parecía no tomarle atención.
— Pero miren nada más ¡Que sorpresa tan agradable! — El hombre mayor cambio de objetivo y se fijó en la chica que lo miraba con los ojos muy abiertos — El bueno de Elm no ha dejado de hablar de ti, así que es un placer conocerte por fin, Lyra — Mostró su mejor sonrisa — Soy Samuel Oak.
— Es… es un placer — Lyra aceptó temblorosa la mano ofrecida y la sacudió con torpeza — Uhm… vaya... no pensé conocer a una celebridad como usted mientras hacia un simple recado.
Galen escuchó el comentario tímido y observó como Lyra retrocedia hasta él para volver a aferrarse a su brazo en busca de seguridad. No pudo evitar que el gesto le sacara una sonrisa, pero desapareció al instante que sintió los ojos del profesor sobre él.
— ¿Me creerías si te digo que será más que eso, pequeña? — El otro hombre tarareó, antes de intercambiar miradas con Oak y sonreír — ¿Por qué no pasan y descansan un momento? Debió ser un camino largo — Hizo un además al interior de la cabaña.
— No sé si debería — Galen se excusó, sin estar dispuesto a que alguno de los hombres lo delatara.
— Tonterías, Galen.
Lyra parpadeó un poco confundida por la aparente confianza del Prof. Oak al momento de dirigirse con el otro entrenador.
— Lyra... ¿Por qué no le dices que tomar un poco de té y descansar no le hara ningún mal a nadie? — Oak sonrió al notar la expresión irritada comenzaba a formarse en el rostro del joven y volvió a cambiar su objetivo a Lyra — Estoy seguro que estas cansada y sedienta después de tal camina...
Lyra apretó su agarre sobre el brazo de Galen mientras meditaba las palabras del profesor, antes de levantar la cabeza y mirar contrariada al entrenador.
— Uhm… Bueno... eso es cierto — Lyra murmuró — Yo no... creo que pase algo porque nos quedemos un momento, pero... Te prometo que lo compensare después… Solo ¿Por favor…?
Galen se tensó y observó receloso a la chica junto a él, pero terminó por ceder cuando tanto Lyra como Chika lo miraron con ojos llorosos y expresiones cansadas. Asintió no muy seguro de su decisión, pero dejó eso de lado al escuchar el gritillo alegre de Lyra que lo agarró por el brazo, antes de que pudiera reaccionar para meterlos a ambas denrto de la cabaña.
Oak y el dueño de la casa sonrieron divertidos por la escena, aunque ignoraron deliberadamente la mirada aguda y pesada que el chico les dedicó una vez pasó junto a ellos.
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— Lamento no haberme presentado antes — El hombre se rascó la nuca avergonzado — Me llaman Sr. Pokémon y estoy encantando de conocerlos — Sonrió e hizo un pequeño gesto con la mano — Entonces iré a preparar el té y algunas botanas — Se giró y enfrentó al Profesor — Querido amigo, te los encargo.
Sr. Pokémon se perdió en el interior de la casa mientras Oak los guió a una sala amueblada, en donde los invitó a tomar asiento. Galen se sentia demasiado incomodo por la situación y más con la presencia del conocido profesor, pero se resignó al ver como Lyra tomaba asiento con Chika para después mirarlo expectante.
— ¿Ese Pokémon te lo dio el Profesor Elm? — Oak tomó asiento en el mueble frente a la pareja — Quien lo diría… elegista un Chikorita... ¿Te gustan los Pokémon tipo hierba?
— Uhm… no realmente — Lyra entrecerró los ojos y acarició al Pokémon en su regazo — Pero en ese momento me agrado mucho Chika y simplemente sentí que nos íbamos a llevar bien.
Como para enfatizar las palabras de su entrenadora, Chika soltó un chillido
— Y no me arrepiento de haberla elegido, aunque siempre me dijeron que hubiera sido mejor alguno un Totodile o un Cyndaquil — Lyra comentó con los ojos entrecerrados.
— Si… Generalmente los novatos rechazan el Pokémon de tipo planta de entre los iniciales, aún no entiendo por qué — Oak se rascó la barbilla y observó al otro entrenador en la sala — Un placer el volverte a ver Galen ¿Cómo te está tratando Johto?
Galen casi deja escapar un resoplido de frustración, cuando el Profesor le habló con tanta naturalidad, pero podía sentir la mirada curiosa de Lyra a su costado, así que solo podía quejarse mentalmente del astuto hombre.
— Apenas llevo dos días y no puedo dar un juicio tan rápido, pero… — Galen se encogió de hombros — Diría que bien... es una región bastante tranquila y pacifica... — Arrastró la última palabra.
— Me alegra escuchar eso — Oak asintió y volvió a fijarse en Lyra — Por cierto, Lyra... ¿Sabías que el Profesor Elm es conocido por ser una eminencia en la evolución Pokémon y que ha logrado muchos avances en la investigación de este enigma? Siempre me he interesado en escuchar sus teorías y comprobar si realmente son ciertas o no.
— Si… Algo he escuchado — Lyra hizo memoria de los monólogos que esporádicamente surgían de Elm y que compartía con ella las veces que lo visitaba en el laboratorio — Siempre anda buscando nuevas formas de evolución y… algunas veces se pierde en otro mundo, incluso se pierde en su laboratorio al igual que sus cosas.
Ambos rieron ante el comentario, pero la sonrisa de Oak no disminuyó, sino que se volvió más radiante mientras miraba al otro entrenador en la sala que permanecia tenso y alerta a él. Galen tuvo un mal presentimiento en el mismo momento que sus ojos se cruzaron con los del anciano, así que entrecerró los ojos dispuesto a objetar cualquier cosa que pudiera soltar, pero la expresión del hombre se suavizó y en cambio miró un poco más abajo de ambos.
— Elm fue el que descubrió las formas evolutivas de Eevee y también fue quien encontró otras cuatro que no requieren de piedras evolutivas — Oak usó un tono orgulloso.
Lyra miró con atención al Profesor
— Dos de ellas están ligadas al vínculo que tengas con tu Eevee y en el momento del día en el que acostumbren entrenar o que ocurra el evento.
— ¿Umbreon de noche y... Espeon de día? — Lyra preguntó algo dudosa
Oak asintió.
— Ethan me comentó algo al respecto — Lyra sonrió demasiado emocionada por haber recordado correctamente
— También descubrió otras dos formas relacionadas a la exposición con una roca de un terreno específico en Sinnoh — Tanto Oak como Lyra miraron a Galen — Si entrenas a un Eevee cerca de una roca hielo se convertirá en un Glaceon, pero si lo entrenas cerca de una roca musgo será un Leafeon — La sonrisa de Oak creció — Esto solo ocurre en la región de Sinnoh.
Galen casi siente su ojo temblar, al ver la sonrisa de Oak agrandarse
— Por cierto Galen ¿Cómo está…?
— Ya entendí… — Galen suspiró resignado a la emoción burbujeante que podía sentir a su lado.
Buscó en su cinturón una Pokéball azul y la arrojó en un espacio vacio de la pequeña sala.
— Sal y presentarte Lion — Galen soltó la Pokéball sin animos.
Un pequeño zorro verde con amarillo, emergió y miró de reojo el lugar
— Él es Lion un Leafeon y la evolución de Eevee de tipo hierba — Galen presentó a la eeveevolunción.
— ¿Eso es un Leafeon? — Lyra preguntó emocionada — ¡Qué lindo!
En su entusiasmo estiró la mano e intentó acariciar al Pokémon, pero Lion la rechazó con un golpe de la hoja de su cola, antes de brincar lejos de su alcance. Se sentó al otro lado del sofá junto a su entrenador mientras miraba con desconfianza a los demás habitantes en la habitación.
Galen le dedicó una mirada de reproche al Pokémon que solo resopló y lo ignoró. Conocia el temperamento de su Pokémon, así que se limitó a suspirar mientras se giraba y revisaba la mano de Lyra en busca de algún daño. Se sintió aliviado al no entrar ninguna herida o rosetón y casi agradecio que su Pokémon tuviera la decencia de ello.
— Eso es muy grosero hasta para ti, Lion — Galen regañó al Pokémon, solo para recibir otro resoplido y que este se acurrucara en su lugar — Discúlpalo, Lyra... Lion es un poco... huraño.
— No hay problema — Lyra sonrió al varón.
Lyra miró una última vez al Leafeon y centrarse en calmar al Pokémon preocupado en su regazo. Oak observó la escena con curiosidad y evito deliberadamente llamar la atención del varón.
— Lyra — Oak llamó a la entrenadora más joven — El profesor Elm aún busca nuevas formas de evolución y hay una que no ha podido comprobar del todo su veracidad — Pareció meditar momentaneamente — El hecho es que desconocemos que tanto afecta el establecer un vínculo o no con un Pokémon, ya que es difícil para nosotros tomar el tiempo y desarrollar un vínculo sincero, sin involucrar nuestros objetivos científicos.
— Sí, creo que tiene sentido — Lyra asintió.
— Lo que quiero decir, Lyra — Oak metió la mano en uno de los bolsillos de su bata y sacó un pequeño aparato que tendió a Lyra — El Profesor Elm quiere que lo ayudes con esa investigación, así que me pidió ayuda para alentarte y conseguir el permiso de tu madre — Rio al ver como la niña quedaba petrificada — Además que yo también me encargó de estudiar a los Pokémon y me interesaría que ayudaras a actualizar mi base de datos con las nuevas localizaciones que tienen en la zona.
Lyra se estremeció, sin apartar los ojos del pequeño aparato. La duda estaba visible en su expresión mientras intercambiaba la mirada entre el profesor y el entrenador a su lado, antes de extender una mano temblorosa y tomar el Pokédex. Galen suspiró por las intenciones de los profesores de aprovecharse de los entrenadores novatos, pero no pudo evitar sonreír, cuando miró a la niña prácticamente cohibida por la emoción.
— Felicidades, Lyra — Galen felicitó con sinceridad — Ahora nada impide que comiences tu aventura.
— Gracias… — Lyra gimoteó.
Galen no pudo más que petrificarse, cuando la niña se giró y lo abrazó. Lyra enterró su cara llorosa en el pecho del entrenador mayor, sin tomar encuenta que empapaba su chaleco y que este permanecia rígido entre sus brazos.
Galen apenas pudo recomponerse, rodeó a la niña en un abrazo vacilante e intentó reconfortarla. Todo hubiera quedado en un momento enternecedor, sino fuera porque recordó la presencia del Profesor en la sala y como este miraba con una gran sonrisa a la niña en sus brazos.
Sabía por experiencia que algo no estaba bien con esta situación, ya que los elegidos para ayudar con las "investigaciones" de este tipo nunca tenian un camino agradable, pero ya no podía hacer nada más que esperar estar equivocado y que esto fuera un acto genuido de bondar por parte del profesor con una entrenadora novata.
El problema estaba en que ya no era crédulo e inocente, así como era consciente de las implicaciones ocultas que podría traer a la niña tener posesión uno de esos aparatos, algo que no consideraba idóneo para alguien como Lyra. Recuerdos no deseados comenzaron a filtrarse y nublaron momentaneamente su juicio mientras miraba con intensidad al Profesor en el mueble cercano, quién se estremecio bajo el peso de su mirada.
No fue hasta que sintió la mano de Lyra arañar su chaqueta que parpadeó y recobró el sentido, antes de estrechar a la niña un poco más. No perdió detalle de la expresión preocupada Chika ni de la postura alerta de Lion a un costado y fuera de escena.
Finalmente volvió a fijarse en el Profesor Oak y en silencio le dedicó una clara advertencia. Oak se estremeció, su sonrisa vaciló bajo la mirada filada y peligrosa del joven, hasta la llegada oportuna del Sr. Pokémon que rompió el ambiente tensó. El hombre repartió el té y botanas, completamente ajeno a lo ocurrido, para dar paso a una conversación más agradable y esponjosa con la menor aún mocosa.
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Fin del capítulo
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