Editado 16/9/21

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Capítulo 5 – Promesas rotas

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En un inicio, Galen se extrañó que el sendero que conectaba ciudad Cerezo y pueblo Primavera contara con iluminación, pero luego recordó que en dicho pueblo se encontraba el laboratorio de un reconocido Profesor Pokémon y esa era suficiente razón para que la región le dedicara un poco más a un lugar tan aislado como ese. Por mucho que quisiera recriminar el favoritismo que recibian esos sujetos por parte de sus regiones, la verdad era que en ese momento le resultaba muy conveniente, ya que de otro modo no podría arriesgarse a movilizarse con Lyra por la noche.

Galen observó en silencio a la chica temerosa junto a él, que aún se encontraba enganchada a su brazo mientras miraba con cierta desconfianza y temor al bosque cercano. Ya no temblaba ni se sobresaltaba con todo como cuando salieron de la ciudad, pero todavía permanecía lo suficientemente tensa para preocupar al varón.

— Entonces... — Galen habló de repente llamando la atención de Lyra — ¿Cómo es tu pueblo?

Lyra se apartó lo suficiente de Galen para mirarlo con expresión confundida, sin dejar de caminar a su lado.

— Recuerda que no soy nativo... — Galen se encogió de hombros — El conocimiento que poseo está basado en la información reflejada en una revista guía... poco sé si eso es verdad o no.

— Pero... — Lyra arrugó el ceño — Decía la verdad sobre la casa del Sr. Pokémon y...

«Lyra...» Galen pensó con cierto pesar, antes de hundir la mano en el llamativo gorro — Es cierto, pero siento que es mejor preguntar a un habitante del lugar que fijarme de las conjeturas de un sujeto extranjero ¿No crees?

Lyra abrió y cerró la boca, antes de asentir mientras una pequeña sonrisa tiraba de sus labios.

— No es un lugar tan bonito como ciudad Cerezo — Lyra comentó con cierta emoción — No tenemos un permanente aroma floral y salado por el mar cercano — Comenzó a jugar con sus dedos — Pero el aire es muy limpio y es un lugar tranquilo para vivir... — Dejó caer su sonrisa y suspiró con pesar — Aunque lo único que parece llamar la atención de la mayoría de personas sobre mi pueblo son las instalaciones del Profesor Elm... — Se encogió de hombros y abrazó su cuerpo — No es que no me agrade, ya que da trabajo a la mayoría de habitantes del pueblo, pero...

— ¿Te gustaría que tu pueblo fuera reconocido por algo más que el laboratorio del Profesor Elm? — Galen rió al ver la cara sorprendida y avergonzada de Lyra — Que no te avergüence pensar eso... es normal que quieras que tu lugar de nacimiento sea conocido por algo más que la ubicación de un Profesor — Palmeó el hombro de Lyra — Quizás sea un consuelo vago, pero si alguien de tu pueblo se convierte en campeón de esta región opacaría la fama del Profesor Elm.

— Pero qué dices... — Lyra se cubrió la boca para intentar contener la risa — Es imposible que... ¿¡Qué está...!?

Galen siguió la mirada de la niña para detenerla en un bullicioso grupo de oficiales que revoloteaban a las afueras y alrededores del pueblo. Parpadeó confundido y buscó por alguna explicación en la entrenadora más joven, pero lo descartó al momento de ver su expresión sorprendida y asustada.

«Un lugar muy tranquilo ¿eh?» Galen pensó con ironía «Como si eso fuera posible junto a un profesor»

De repente Lion, que había permanecido junto a los entrenadores e indiferente al intercambio de los mismos, cambió su postura y erizó su pelaje mientras siseaba en amenaza. El grupo fue detectado por uno de los Arcanine que gruñó en su dirección y llamó la atención de todos los oficiales cercanos, así como del resto de perros guardianes.

De un momento a otro la pareja de entrenadores estuvo bajo el foco de inmuerables linternas y rodeada de gruñidos de los Pokémon de fuego. Lyra soltó un chillido asustado, antes de esconderse detrás de Galen mientras esté gruñía por la molestia visual de la repentina iluminación, al tiempo que escuchaba los murmullos zumbar en su oído.

— ¿¡Quienes son ustedes!? — Acusó uno de los oficiales — ¡Identifíquense ahora!

Galen agitó su mano para tranquilizar a Lion que parecía listo para atacar y detener los murmullos que lo comenzaban a atormentar, antes de enfrentar al oficial que demandaba información.

— Solo somos un par de entrenadores — Galen levantó las manos en un gesto de rendición — Venimos de entregar un recado con el Sr. Pokémon.

El oficinal lo miró con desconfianza, antes de hacer una señal con su brazo y la mayoría de linternas fueron retiradas para el alivio de Galen. Aprovechó el momento que los oficiales murmuraban entre ellos para corroborar el estado de Lyra, solo para encontrarla oculta contra su espalda mientras miraba con desconfianza a los hombres uniformados.

— ¿Tienes alguna idea de lo que esta pasando? — Galen preguntó en un susurro, solo para recibir una sacudida negativa de su acompañante «No sé por qué me lo esperaba» Pensó mientras entornaba los ojos.

— ¡Ustedes! — El oficial señaló a Galen y Lyra — ¡Ambos están bajo arresto y sospecha! Van a tener que responder muchas preguntas...

Galen se mordió la lengua e hizo lo mejor que pudo para evitar entornar los ojos ante las demandas injustificadas del oficial. No le agradaba la idea de ser acusado de forma tan gratuita, pero era mejor colaborar con ellos para no crear malentendidos y más estando acompañado por Lyra.

Entonces sintió el tirón conocido en su chaqueta y se tensó al ver al causante fuera de su escondite. Lyra se encontraba parada entre él y el oficial con una expresión indignada.

— ¿¡Por que nos arrestan!? — Lyra pisó con fuerza — ¡Nosotros no hicimos nada! — Señaló en una dirección dentro del pueblo que Galen siguió con la mirada — ¡Yo vivo en esa casa de allí y él! — Señaló a Galen — Me estuvo acompañando mientras hacía un recado en la ciudad vecina — Apretó las manos en puños y miró desafiante al oficial — ¡No tiene ningún derecho a acusarnos de nada!

«Y yo intentando evitar malentandidos por ella» Galen entornó los ojos y se palmeó el rostro, al ver a Lyra tener algún tipo de combate de miradas con el oficial «Será mejor que intervenga, antes de que nos meta en más problemas»

Galen tomó a Lyra de los hombros para detenerla y centrar la atención en él.

— Por supuesto que colaboraremos, oficial — Galen sonrió al hombre y apretó ligeramente su agarre sobre los hombros de la chica que quería zafarse — Puede estar tranquilo, mi compañera y yo no tenemos problema en ayudar en su investigación.

— ¡Pero...! — Lyra estaba a punto de quejarse, cuando una voz la interrumpio.

— ¡LYRA! — Alguien gritó a la lejanía.

Galen buscó el origen de aquel grito y Lion siseó el dirección a un par de jóvenes que corrían en su dirección. En un acto reflejo, agarró a Lyra por la cintura y la apartó del camino, cuando uno de los chicos se abalanzó sobre ella con los brazos extendidos.

El joven de gorra amarilla y negra terminó por caer de bruces al suelo mientras el otro se detenía junto a él para dedicarle una mirada desaprobatoria, antes de entrecerrar los ojos en el entrenador mayor. Galen sintió un brillo de reconocimiento del entrenador pelirojo, pero no encontró el sentimiento mutuo.

— ¿Ethan... Silver? — Lyra observó preocupada al chico aún en el suelo.

Galen soltó a Lyra, al reconocer el nombre mencionado y se apresuró a ayudar al joven a ponerse de pie mientras lo miraba contrariado.

— Disculpa eso, muchacho — Galen se disculpó apenado con el joven que se sacudía la ropa.

— No hay nada que disculpar — Ethan sonrió a Galen — Fue mi error por llegar de imprevisto en semejante situación — Su sonrisa cayó para dejar a la vista una expresión más seria mientras enfrentaba al oficial — Señor, ella es una residente del pueblo y dudó mucho que tenga alguna implicación en el robo.

— ¿Robo...? — Lyra miró confundida a su amigo y tiró de su manga para llamar su atención — ¿De qué robo estás hablando?

El oficial carraspeó para regresar los ojos a él, antes de negar con la cabeza.

— Lo siento, joven, pero eso no se va a poder hacer — El oficial se mantuvo firme a pesar de la mala cara que le dedicó Ethan — Por muy residente que sea... la verdad es que su paradero era desconocido al momento del robo y es muy sospechoso que justo regrese ahora, así que si no es mucha molestia...

— ¡Oh por favor...! — El otro joven chasqueó la lengua y entornó los ojos — ¿Creen que esta niña ingenua tiene suficiente intelecto para planear algo como un robo? — Resopló divertido con la idea — Es tan estúpida que si se hubiera cruzado con el ladrón le habría dado las indicaciones como un buen...

— ¡Silver! — Ethan se apresuró en taparle la boca al chico y miró preocupado a Lyra — Será mejor que le hagas caso al oficial y...

— ¡Yo no soy una ingenua! — Lyra dio un paso al frente con los puños apretados — ¡Y no soy tan estúpida para ayudar en un robo!

Silver se zafó del agarre de Ethan y se paró frente a Lyra imponiendo su altura mayor sobre la joven que retrocedio un par de pasos.

— ¿Ah sí? — Silver sonrió con malicia — Pero si eres lo suficientemente estúpida para confiar en un desconocido — Señaló a Galen, que entrecerró los ojos al verse involucrado — No tienes idea de quién es él y aun así estas junto a un sujeto como él.

Galen se cruzó de brazos mientras se debatia si debía o no intervenir en la discusión, antes de que al Silver se le fuera la lengua más de la cuenta o que el oficial perdiera la paciencia. Más uniformados y un par de Arcanines se habían reunido junto a ellos, a la espera de la más mínima señal para detenerlos.

— ¡Galen no hizo nada! — Lyra corrió junto al nombrado y le abrazó el brazo para sorpresa de los jóvenes — Yo fui la que estuvo usando su tiempo y... causándole problemas... — Su voz comenzó a hacerse inestable — Se pasó el día ayudándome y... también él... yo...

Galen dejó salir un suspiro, cuando la voz de Lyra se quebró y fue reempladaza por llanto. La niña hundió el rostro en la chaqueta del entrenador mayor que no tuvo más remedio que rodearla con sus brazos para consolarla mientras le dedicaba una mirada de advertencia al joven pelirrojo, sin perder detalle de cómo este se estremecía bajo su mirada.

— Cuándo aprenderás a mantener la boca cerrada — Ethan golpeó el hombro de su compañero que gruñó en respuesta — Lyra te aprecia mucho para que siempre la trates así.

Galen observó en silencio cómo los jovenes comenzaron a discutir.

«Por algún motivo siento que voy a tener que acostumbrarme a esto» Galen pensó con cierto pesar, antes de fijarse en el oficial que permanecia con la vista fija en ellos — ¿Dónde será el interrogatorio?

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Galen estaba agotado después de los sucesos del día y el inoportuno interrogatorio con el que fue recibido al llegar al pueblo. Si bien no se arrepentía de haber escoltado de forma segura a la joven, eso no evitaba que sintiera que sus vacaciones estaban tomando un rumbo extraño e inquietante.

Un palpitar conocido comenzó a acentuarse en su cabeza y lo forzó a masajearse la sien mientras recordaba que necesitaba cafeína, pero lo más seguro era que no gozaría de ella por el momento. Soltó un suspiro cansado, antes de buscar con cierta pereza a las dos mujeres que libraran una batalla y no precisamente de Pokémon.

— Sé que dije que si conseguías una Pokédex te dejaría empezar tu viaje — La mujer mayor se cruzó de brazos y aseveró su expresión de enojo — Pero después de lo que te paso ¿Cómo quieres que te deje ir a tu suerte? — Señaló fuera de la casa en alguna dirección — ¡Hoy robaron al Profesor Elm y te cruzaste con uno de los ladrones!

— ¡Posible cómplice! — Lyra corrigió mientras enfrentaba la mirada ardiente de la mujer — ¡Galen estuvo allí y no paso nada!

Galen suspiró ante su mención y solo rezó porque no lo hicieran elegir un bando.

— ¡Además! — Lyra resopló y se cruzó de brazos — Tienes que admitir que con el desastre que tiene el Profesor dentro de su laboratorio es un milagro que no lo hayan robado hace tiempo — Entrecerró los ojos y frunció los labios — ¡Mamá, ni siquiera sabe con exactitud qué se llevaron! — Levantó los brazos y los agitó por encima de su cabeza — ¡Le podrían haber quitado un zapato y ni cuenta se hubiera dado!

Las palabras de Lyra hicieron que la mujer se encogiera, antes de que se pasara una mano por el cabello y soltara un suspiro exasperado.

— Allí... tienes un punto — La mujer admitió a regañadientes — Pero también está eso que ahora dices y que me tienes que explicar... — Miró angustiada a su hija — ¿Por qué no quieres ir con Ethan? ¿Cómo quieres que esté tranquila si vas a ir sola? — Se acercó hasta Lyra para acunar su rostro — Lyra sabes que me preocupo mucho por ti y...

— ¡Lo sé! — Lyra apartó la mano de su madre — Pero Ethan y Silver están avanzados, así que sería injusto para ellos y... solo sería una carga si me les uno — Habló en un susurro desanimado.

Galen bajó la mirada y meditó las palabras de la joven entrenadora mientras se preguntaba qué tan ciertas eran. Los jovenes tuvieron una minireunión después del interrogatorio y se vio forzado a incluirse, ya que Lyra había insistido y casi rogado porque se quedara en su casa como agradecimiento.

Pudo notar cómo ambos jovenes se mostraron vacilantes ante la noticia de que Lyra había recibido una Pokédex, aunque Ethan fue el primero en recomponerse y felicitar a su amiga por finalmente poder comenzar su aventura. Por otro lado, Silver soltó comentarios despectivos y desagradables que parecían haber surtido efecto en la joven entrenadora.

Galen podía simpatizar con los motivos del chico, ya que era un pensamiento normal entre los entrenadores demasiado obsesionados con el poder, pero tener una lengua tan afilada podría no ser tan bueno y más si se trataba con alguien que se supone es tu "amigo"

— ¡NO ES JUSTO! — Lyra gritó sacando a Galen de sus pensamientos.

Para cuando quiso buscar a la joven, ésta ya había desaparecido por las escaleras y su madre se encontraba recargada contra la pared mientras se masajeaba la sien. Aparentemente él no era el único con un posible dolor de cabeza y no la podía culpar con toda la información que estaba recibiendo de golpe.

— Lamento que hayas tenido que presenciar algo como esto — La mujer se disculpó con una sonrisa avergonzada — Puedo ver que eres buena persona y realmente agradezco lo que hiciste por mi hija, pero me preocupó por ella y no quisiera que volviera a... recaer — Suspiró cabizbaja — De solo pensar que algo le vuelva a pasar mientras... está sola por allí, yo...

Galen generalmente se reservaría los comentarios para sí mismo en este tipo de situaciones, pero le era imposible permanecer imparcial cuando él mismo pudo presenciar lo efusiva que era la joven con respecto al tema y con lo mucho que le recordaba su propio entusiasmo al iniciar su aventura. Soltó otro suspiro cansado, al darse cuenta que de forma inconsciente había elegido un bando en esta guerra y miró a la mujer preocupada.

— Entiendo su preocupación, Señora Soul — Galen sonrió a la mujer — Pero... ¿Es correcto faltarle? — Acarició a Lion que dormitaba en su regazo — Sé que soy un desconocido, pero Lyra me parece una chica muy capaz y que merece la experiencia o por lo menos salir de su burbuja para poder... crecer — Suspiró mientras buscaba al Chikorita con la mirada — En la casa del Señor Pokémon se emocionó tanto cuando le entregaron la Pokédex que llegó a las lágrimas y... me parece que arruinar algo así es un poco...

Galen se mordió la lengua y dejó de hablar al notar cómo sus palabras estaban de más. Sintió cómo el calor subía por su rostro ante el aparente desliz y se regañó mentalmente por tener la lengua tan floja como para llegar a ser grosero.

Era cierto que estaba cansado, pero eso no le daba el derecho a faltarle a la dueña de la casa y de opinar en un tema de indole familiar. La risilla de la mujer y la mano que cayó en su hombro, solo acentuó su malestar y vergüenza, por lo que terminó por ocultar su rostro detrás de sus manos.

— No es lo que usted piensa, Señora Soul — Galen soltó tan rápido como logro recomponerse — Yo...

— Diana, llámame Diana y sé de lo que hablas — Diana palmeó su hombro para tranquilizarlo — Sé lo emocionada que está con la idea de poder viajar como lo hacen los demás niños de su edad y que está mal que quiera negarle esa experiencia — Su expresión se mostró abatida — Es solo que no puedo sacarme la preocupación... el que podría ocurrir con mi niña.

Galen conocía la solución al dilema de la mujer y a la mayoría de problemas que traía un viaje para Lyra, pero no estaba seguro si él se sentía preparado para algo como eso. Una cosa era escoltar a la chica a un encargo o a su casa y otra muy diferente era lo que la mujer buscaba, aunque lo único cierto era que la niña no merecía pasar por tantas cosas negativas para experimentar algo tan simple como una aventura en este mundo.

— Lamento no tener una cama de repuesto para usted, Galen — Diana cambió de tema mientras suspiraba avergonzada — Pero definitivamente no voy a dejar que la persona que ayudo a mi hija acampe a la intemperie.

Diana le dio una rápida mirada al entrenador, antes de subir las escaleras y reaparecer con una cobija que ofreció al varón.

— ¿Seguro que está bien con el sofá? — Diana detalló no muy convencida con la elección.

— Por supuesto... — Galen aseguró lo más rápido que pudo — Ya es suficiente con que incomode con mi inoportuna presencia en su casa.

Diana resopló mientras negaba con la cabeza y se colocaba las manos en las caderas.

— Tonterías... quedaría como una completa malagradecida si tratara mal a la persona que ayudo a mi pequeña tan desinteresadamente — Diana miró fijamente a Galen, antes de entrecerrar los ojos y arrugar el ceño — Por cierto, Galen... ¿Cuándo me planeaba decir que tenía jaqueca? — Relajó su ceño para pasar a una expresión de preocupación y vergüenza — ¡Por Arceus! Tuviste que escuchar nuestros gritos en ese estado, estoy segura que debímos parece un par de Loudred chillando — Exclamó mientras se cubría la boca — De verdad lamento todo ese lamentable espectáculo...

— No quería importunar más de lo... — Galen se interrumpió, al ver la expresión que le dedicó Diana — ¿Tiene alguna pastilla o me regalaría un poco de café? — Preguntó con una sonrisa tensa tirando de sus labios.

Diana asintió con una sonrisa, antes de girarse sobre sí misma y encaminarse hacía la cocina mientras dejaba al entrenador solo con los Pokémon en la sala de estar.

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— ¿Qué crees que haces Lyra? — Galen preguntó divertido desde la oscuridad del sofá.

La nombrada se estremeció y dejó salir un grito silencioso, antes de girar su cuerpo de forma violenta para ver a Galen con los ojos muy abierto. Parecía que ella había pensado que él estaba dormido, aunque la verdad era que la estuvo observando mientras revoloteaba indecisa por el lugar.

No era novedad para Galen sufrir de insomnio o de tener el sueño muy ligero, así que llevaba rato despierto y mirando a la nada cuando ella apareció bajando las escaleras. Por las cosas que llevaba y la forma en la que iba vestida, no necesitaba ser un genio para saber las intenciones de la niña.

El único problema era que sus dudas al respecto eran tan obvias que había pasado casi media hora parada frente a la puerta principal mientras estiraba y retraía la mano como si la acción misma la quemara. Galen no pudo evitar encontrar la escena divertida y adorable, a pesar de la implicación oscura que conllevaba y que no se podía concretar.

— Yo... — Lyra miró temerosa al otro entrenador — No...

— Ven aquí — Galen se enderezó y palmeó el lado libre del sofá.

Lyra bajó la mirada y caminó casi a rastras hasta el sofá para dejarse caer con pesadez en el lugar ofrecido. No buscó establecer contacto visual con Galen, así como tampoco intentó tocar a Lion que por primera vez estaba a un palmo de ella y parecía lo suficientemente adormilado para no importarle la cercanía. Solo jugó con las amarras de la mochila de viaje que ahora descansaba y pesaba sobre su regazo.

— Lyra... — Galen no miró directamente a la entrenadora, sino su reflejo en la televisión apagada — Sabes que esa no es una buena idea y que solo harás preocupar a tu madre ¿verdad?

— Sí... — Lyra soltó un suspiro desganado — Pero... es injusto... — Su voz salió en un hilo irregular — Yo ya tengo edad... yo no quise enfermarme... yo...

Lyra dejó de hablar, cuando sintió la mano de Galen caer sobre su hombro.

— Comprendó — Galen tarareó — Dime algo... — Ya sabía la respuesta, ya que había sido testigo de todo, pero quería escucharlo de ella — ¿Tanto quieres iniciar tu viaje?

Lyra se movió incómoda en su lugar, antes de que una sonrisa triste tirara de sus labios.

— Sí... no hay nada que desee más — Lyra dejó que sus hombros se desplomaran — Pero supongo que ni teniendo un Pokémon y una Pokédex se me permite algo como eso.

Galen había aprovechado ese tiempo sin sueño para meditar si debía intervenir o no con la situación de la joven entrenadora, pero ver la expresión triste reflejada en la televisión fue suficiente empuje para que tomara una decisión, aunque todavía no le parecía una muy buena idea. La realidad era que la presencia de la chica no le incomodaba y hasta cierto punto le ayudaba a no pensar tanto en cosas innecesarias, pero también tenía curiosidad por saber qué tanto podía proteger su inocencia del horrible mundo en el que parecía estar siendo involucrada.

— ¿Qué tal si sumamos algo más a esa lista? — Galen sonrió al ver cómo Lyra levantaba la vista para mirarlo con curiosidad — Quizás tu madre te deje iniciar tu viaje si llevas un Pokémon, una Pokédex y a mí como tu acompañante.

Galen apenas había terminado de hablar, cuando por segunda vez en el día un par de brazos le rodearon el cuello para tirar de él a una altura más baja. Por cuarta vez se convertido en un pañuelo de lágrimas, aunque seguramente por la hora ambas entraban en un nuevo conteo.

— No quiero ser... una molestia — Lyra habló en voz ahogada — Yo... no tienes que hacer esto... no quiero.

— No eres una molestia, Lyra — Galen palmeó la espalda temblorosa — Míralo de esta forma... No conozco Johto, así que la mejor forma de conocer una región nueva es iniciando "una aventura" — Se encogió de hombros — Conmigo no tienes que preocuparte porque tenga que "entrenar para competir en la liga o en gimnasios" ya que no estoy interesado en esas cosas, así que no hay forma que me retrases y puedo aconsejarte en un par de cosas.

— Gracias... — Lyra agradeció entre sollozos.

Pasó un tiempo, antes de que la chica lograra calmarse lo suficiente para dejar de llorar. Uno que Galen uso para ordenar sus pensamientos y próximas acciones.

— Lo siento... — Lyra se apartó y limpió con torpezas sus lágrimas — ¿Tú... de verdad harías esto por mí?

— Sería un desperdicio si no lo hiciera, ya que pareces una entrenadora prometedora — Galen uso un extremo de la cobija para secar el rostro de Lyra — Ahora ve a dormir que es muy tarde. Mañana hablaré con tu madre y la convenceré de que te deje comenzar como prometió — Empujó con suavidad a la joven, pero al ver que no reaccionaba ni se apartaba, señaló las escaleras y arrugó el ceño — Fuera o cambiaré de parecer.

Como si fuera una señal, Lyra asintió de forma enérgica, antes de levantarse a toda prisa y perderse escaleras arriba. Galen miró fijamente el lugar por donde había desaparecido Lyra y una vez estuvo seguro de estar solo, soltó un largo suspiro mientras se preguntaba en silencio qué tanto debía decirle a la madre de Lyra para ganar su confianza sin llegar a exponerse en exceso.

Si quería que Diana aceptara que su hija fuera con un desconocido, mínimo tendría que darle una base de la cual fiarse y aunque no le gustara admitirlo la suya podría considerarse una bastante buena. Volvió a suspirar, antes de observar a su Pokémon que parecía reprocharle en silencio.

— Todo será por una buena causa, Lion — Galen sonrió a su compañero, aunque este le resopló en respuesta — Definitivamente eres un viejo huraño... — Reprochó al Pokémon y sonrió al escuchar los mumullos en su oído — ¿Tú sí serás más amigable?

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Fin del capítulo 5

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