Editado el 16/09/21

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Capítulo 6 – Situación preocupante

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Saturn estaba preocupado por la condición de su abuelo, quien llevaba dos días encerrado en aquel laboratorio. El hombre no había dado señales de vida ni de abandonar el reciento desde su última discusión; no es que le importara mucho su salud, pero seguía siendo su pariente y estaba comenzando a creer que la situación le indujo algún estado de paranoia o locura, que estaba pagando con lo que quedaba de la organización.

Saturn miró ansioso la puerta, que minutos atrás había intentado abrir, solo para encontrarla obstruida por algo al otro lado. Estuvo tentado a derribarla en aquel instante, pero la voz enojada y autoritaria del hombre mayor lo hizo dudar en su acción mientras se debatía si dejarlo morir en su autoexilio o entrar a exigir las explicaciones que necesitaba.

El último pensamiento lo llenó de amargura, ya que Charon estuvo disponiendo a escondidas de los limitados fondos que le quedaban a la organización y eso los había dejado en una situación crítica. La locura de su abuelo los estaba hundiendo y era deber de Saturn detenerlo, antes de que sus acciones terminaran por destruir lo poco que quedaba del Equipo Galaxia.

Todavía no entendía cómo el departamento de finanzas había decidido autorizar al científico para tal despifarro, incluso a sabiendas de la situación en la que se encontraban, aunque tampoco podía cargarlos con toda la culpa de las acciones de los altos rangos que aún quedaban en la organización. Además que se suponía que él debía encargarse de los asuntos financieros del Equipo Galaxia, pero con la ausencia de Cyrus, se vio forzado a delegar sus propias obligaciones mientras asumía el puesto del líder desaparecido y dirigía todo para que no se desplomara.

Saturn dejó que un suspiro se escapara de sus labios y se masajeó la fuente de la nariz, al tiempo que se hacía una idea de todo el problema que estaba tener y que debía enfrentar cómo representante de la organización.

«Cómo si ya no tuviera muchos otros asuntos de los que preocuparme» Saturn pensó con hastío

Tenía que aceptar que el descuido de sus labores y la presión de mantener la organización con vida, le estaba pasando factura. Sino que también se sentía estresado y cansado de todo el asunto para tener que aguantar los arrebatos de quienes se suponían debían apoyarlo.

La única cosa que jamás barajeó fue la posibilidad de que su propio abuelo tomaría ventaja de la situación y de su estado para malgastar sus fondos. Solo pensar en buscar alguna posible solución ya le hacía palpitar la cabeza y todo por culpa de un ataque de "locura" del anciano, junto con un inexplicable aire de grandeza, en donde se autoproclamaba como nuevo líder, aunque no hiciera nada por tener dicho título.

Ahora el Equipo Galaxia no contaba con efectivo para seguir en funcionamiento, ni siquiera desde las sombras como venían haciendo desde la desaparición de Cyrus. A penas contaban con lo justo para mantenerse unas dos semanas y con demasiados sacrificios para considerarse una opción viable o por lo menos si tenían algún tipo de consideración por los reclutas que seguían trabajando para ellos.

Saturn había querido mantener la organización para el regreso de Cyrus, pero lo más probable era que si no lograban reponerse de esta situación, tendrían que disolver al Equipo Galaxia. No quería hacerlo, pero sentía que en cualquier momento caeria entre el cansancio y la amargura por las diversas situaciones en las que estaba siendo sometido.

Prácticamente vivía lidiando con las constantes insinuaciones y acosos poco disimulados que le dedicaban sus "camaradas comandantes", algo que solo contribuía a la insubordinación de algunos reclutas y agentes de rango inferior contra él. Muchas veces lo dejó pasar, ya que tenía otros problemas con los que lidiar y que solo parecían aumentar.

Estaba en un punto en el que estaba luchando solo y que ninguno de los que se supone debían estar preocupados, parecían realmente interesados en el tema o en la organización. Aunque también podía estar cansado y solo estar imaginando conspiraciones donde no las había, pero eso sería muy bonito para creer.

Saturn volvió a suspirar y sacudió todos los pensamientos deprimentes que lo agobiaban. Decidió centrarse en su necesidad actual y esa era que Charon dejara de gastar el dinero en sus impulsos dementes.

Volvió a fijarse en la puerta y en el claro obstáculo que representaba, antes de desenganchar una Pokéball de su cinturon. Saturn hizo girar la esfera en su mano y presionó el boton en ella para liberar a su Toxicroak.

La Pokémon dio una perezosa mirada a su alrededor, antes de fijarse en su entrenador y croar.
— Si... sé que estas confundida — Saturn miró momentáneamente a su Pokémon — Pero necesito que...

No pudo terminar su explicación, ya que fue interrumpido por un horrible chirrido que fue seguido de un estruendoso golpe de la puerta que estaba a punto de mandar a derribar. De la abertura salió el científico completamente desaliñado y descuidado, pero con una gran y oscura sonrisa tirando de sus labios.

Saturn entrecerró los ojos y retrocedió un paso, cuando un desagradable escalofrío recorrió su cuerpo de forma involuntaria. Se encontró apenas reconociendo al hombre delante de él y eso no tenía nada que ver con su desastrosa apariencia, sino con la expresión desquiciada en su rostro.

Parecía que el encierro lo había transformado en otra persona, ya que ante sus ojos se encontraba un extraño anciano que no se parecía tanto al Charon que recordaba, pero quién era él para críticarlo. Todos en la organización asumieron la pena por la ausencia del líder de una forma diferente, aunque las formas de Charon eran las más alarmantes y retorcidas.

« Parece que su aislamiento lo afectó... o quizás la perdida de Cyrus, pero... » Saturn pensó sin quitarle la mirada a su abuelo — Veo que estás mejor de lo que pensaba... Charon — Enderezó su forma y encaró al anciano con expresión seria — Tenemos que hablar sobre tus... supuestos presupuestos.

La sonrisa de Charon se torció en una mueca de disgusto total, antes de que chasqueara la lengua y mirara de reojo a su nieto.

— ¿Y qué se supone que hablaremos? Antigua mano derecha — Charon soltó en tono despectivo.

Saturn solo endureció su expresión mientras intentaba hacerse creer que su abuelo no formaba parte de aquellos que no lo respetaban y que parecían odiar el hecho de que él pudiera ordenarles. Decidió ignorar el asunto y lo atribuyó a un arrebato producto del encierro voluntario, junto con la locura que ya llevaba y que finalmente había hecho mella en su psiquis.

— Seré directo, abuelo — Saturn vio cómo el hombre apretaba la mandíbula — Necesito que dejes de disponer del poco presupuesto con el que aún contamos — Intentó razonar, aunque algo le decía que hablaba a oídos sordos — No tenemos muchos ingresos y tus gastos solo están ahogando lo que queda de la organización.

Saturn dejó de hablar, cuando escuchó la risa de su abuelo y cómo este se retorcia entre carcajadas. Apretó la mandíbula y cerró los puños en silencio, mientras miraba con desprecio y frustración a Charon.

Toxicroak permanecio tensa ante la situación, sin dejar de intercambiar la mirada entre su entrenador y el científico. Había esperado que su entrenador arremetiera contra el hombre mayor o que le ordenara a ella hacerlo, pero para su sorpresa nada de eso ocurrio.

Saturn solo dejó salir un resoplido y forzó sus manos a relajarse, mientras se cruzaba de brazos y miraba expectante a su abuelo. Pasaron varios minutos antes de que Charon calmara su risa para palmear el hombro del furioso chico con descaro, al tiempo que se limpiaba algunas lágrimas que habían logrado escapar de sus ojos.

— ¿Terminaste con tu espectáculo o podrías contarme qué ha sido tan gracioso para reírme también? — Saturn sacudió la mano en su hombro y gruñó a su abuelo.

Charon miró de reojo a su nieto, antes de que la sonrisa torcida y siniestra volviera a sus labios. Dio un par de pasos, hasta quedar junto al joven comandante y volver a para volver a posar la mano en su hombro, pero esta vez con la suficiente fuerza para que Saturn sintiera las uñas clavandose en su piel.

— Oh... tranquilo, querido inútil — Charon canturrió — El invento que acabo de hacer vale más de lo que invertí y nos sacara de la ruina en la que estamos — Rio — Es solo un prototipo, pero estoy seguro que con un poco de negociación... lograremos financiar algo muy grande.

Saturn quedó momentanéamente aturdido por la forma en la que su abuelo se había referido a él, así que tardó en procesar las palabras y su significado. Pero cuando lo hizo, no pudo más que desconfiar en aquella tentadora y sospechosa propuesta.

— Aunque esto... solo será el primer paso — Charon giro sobre sí mismo con los brazos en algo — Lo verdaderamente importante ocurrirá después, cuando regrese la gloria de esta organización con mi grancioso proyecto — Rio sin gracia y le dedicó una media sonrisa a su nieto — Primero dominaremos Sinnoh y después... el mundo será el siguiente paso.

— Ese... no es el objetivo del Equipo Galaxia — Saturn se forzó a decir para detener las divagaciones de Charon — Lo sabes muy bien, Charon... que esos no son los ideales de Cyrus.

La sonrisa de Charon desapareció para ser reemplazada por una expresión de aburrimiento y disgusto. Empujó a Saturn sin fuerza, aunque si con la suficiente para sorprenderlo y hacerlo tambalearse a un lado.

— Es por eso que eres un inútil — Charon se burló — Es por ese pensamiento que Cyrus falló y dejó al equipo en esta situación — Chasqueó la lengua — Hazte un favor a ti mismo y a todos; y deja de creer en los obsoletos ideales de Cyrus. Él ya no está aquí y la organización necesita un nuevo rumbo, no un muerto que jamás va a volver.

Saturn parpadeó desconcertado ante los terminos que utilizaba su abuelo, pero decidió no centrarse tanto en las divagaciones de Charon.

— Ya veo... — Saturn se recompusó y encaró al hombre — Y según tú — Picó el pecho del científico, que gruñó en respuesta — ¿Cómo podríamos lograr eso?

La pregunta se Saturn pareció iluminar al científico, ya que su expresión se lleno de orgullo mientras señalaba el laboratorio que recientemente había abandonado.

— Con un nuevo objetivo más claro — Charon se señaló a sí mismo — Un mejor líder que sepa lo que tiene que hacer y no tema hacerlo. Uno que no permita que un grupo de críos arruine sus planes y... — Miró de reojo a Saturn — Que ponga gente competente cómo sus agentes más importantes — Ignoró la expresión irritada del varón — El equipo necesita poder y yo sé como conseguirlo.

Saturn estaba viendo rojo y se preguntaba cómo aún no había estrellado su puño en el rostro de Charon, pero podía sentir cómo algo no estaba bien en el otro y ese escalofrío que seguía recorriendo su cuerpo, no podía significar nada bueno. Decidió tomar aire y empujar su necesidad de golpear al científico al fondo de su mente, mientras entrecerraba los ojos y apretaba la mandíbula.

— Nuestro objetivo siempre fue claro — Saturn siseó con los dientes apretados — Cyrus fue un gran líder.

Charon entornó los ojos y negó con la cabeza.

— Sí, sí... lo que digas, inútil — Charon sacudió la mano para restar importancia — Solo espera que las demás cabecillas de esta bazofia oigan mis planes — Sonrió burlón — Te darás cuenta de quién aún apoya al difunto Cyrus.

— ¿Qué acabas de insinuar...? Tú...

La ira de Saturn se evaporó y detuvo cualquier tren de pensamientos mientras se quedaba con esa última declaración o insinuación del científico. Hasta donde él sabía y le habían informado, Cyrus estaba desaparecido en el mundo distorsión o eso creía porque ya no estaba tan seguro.

Solo pudo ver cómo el científico se alejaba por el pasillo mientras murmuraba sus divagaciones en una clara demostración de su estado inestable. Por su parte, Saturn se quedó atrás con los nudillos blancos y las uñas casi rasgando sus palmas, sin poder sacarse aquellas palabras de su abuelo y las dudas que comenzaba a atormentar sus pensamientos.

Toxicroak, que había presenciado todo en silencio, miró preocupada a su entrenador, antes de croar y acariciar su brazo para sacarlo de su letargo. Saturn cerró los ojos y soltó un suspiro tembloroso mientras se dejaba caer contra la pared cercana para mirar momentáneamente el techo.

Examinó sus palmas magulladas y después al Pokémon que aún permanecía expectante a su lado.

— Me pregunto si todavía queda algo del Equipo Galaxia en este lugar — Saturn comentó desanimado — ¿Nuestra ideología estaba tan errada?

El recuerdo de ser el único comandante ausente en el último gran operativo de la organización, era un gran peso que aún sostenía en su consciencia y que seguía atormentandolo cada vez que hacían mención de ello. No estuvo allí para ayudar ni para ver lo que ocurrio en ese lugar y solo podía creer en las palabras de sus supuestos "camaradas"

Saturn salió de sus pensamientos y sonrió al sentir nuevamente el toque cauteloso de su Pokémon, junto con un débil y apenas audible croar. Correspondió el inusual gesto, al cepillar suavemente la piel viscosa del anfibio.

— Supongo que no esta permitido rendirnos áun ¿Verdad compañera?

Toxicroak asintió y croó a su entrenador, antes de sacudir sus ancas en el aire como si imitara la acción de golpear con sus púas venenosas, algo que hizo crecer la sonrisa de su entrenador. Saturn sacudió la cabeza de un lado a otro, divertido por la actitud extravagante e impropia de su compañera más vieja, quien obviamente estaba intentando animarlo

Pero a pesar de sus intentos, la sonrisa de Saturn no duró mucho y el hombre volvió a caer en la seriedad de la situación. Sus ojos buscaron instintivamente por el pasillo y por donde el científico había desaparecio, antes de meditar sobre su próxima acción.

Por mucho que Charon dijera e hiciera, Saturn seguía siendo el comendante general y eso lo hacía el de mayor rango después de Cyrus. Saturn suspiró al ser muy consciente de que lo que estaba por venir no iba a ser fácil, pero por la confianza que se le fue depositada iba a luchar por mantener los ideales originales de su líder.

Sacó la Pokéball de su compañera y la regresó a pesar de sus protestas. Acomodó la esfera en su cinturón y acarició con los dedos las demás Pokéball.

Era una costumbre reciente que había tomado para combatir el estrés y la ansiedad mientras se recordaba que no estaba del todo solo. Estuvo así por unos minutos, hasta que se sintió más calmado y capaz de pensar con claridad, antes de comenzar a avanzar por el pasillo.

Mañana seguramente tendría una reunión a la cual asistir y estaba seguro que se volvería una batalla entre los mandos, ya que se decidiría el futuro de la organización y de todos sus miembros. Con ese pensamientos sacudió sus dudas por las acciones de Charon y se preparó para la lucha que se avecinaba.

— Demasiados problemas... — Un suspiro cansado escapó de sus labios y sus dedos volaron de nuevo a su cinturón.

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Fin del capítulo 6

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