Editado el 16/09/21

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Capítulo 7 – Encuentro inoportuno.

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La pareja de entrenadores llevaba algún tiempo caminando en silencio por la ruta 31, hasta que el mayor decidió que había tenido suficiente del mismo y comenzaba a preocuparle la tranquilidad de la joven.

— Algunas veces me haces dudar — Galen suspiró mientras miraba de reojo a la chica atender a uno de sus nuevos Pokémon — No sé si eres una novata o simplemente una entrenadora regular... demasiado distraída para ser bueno.

— ¿Debo considerar eso como un halago? — Lyra dejó de acariciar al Sentret en sus manos para reír y mirar con curiosidad al entrenador mayor — Porque... de cierto modo me alegra saber que hago que alguien como tú tenga esas dudas — Susurró con tímidez y algo de orgullo.

Galen se sintió un poco incómodo ante las palabras de Lyra, a pesar de saber que no debía tomarlas tan en serio y que solo las decía por el hecho de que tenía más experiencia siendo entrenador. Ella no sabía nada de él y era algo que había demostrado en cada uno de los cinco días que llevaban viajando.

Para Lyra, él era un entrenador experimentado que estaba tomándose un descanso de las competiciones y de su propia región. Aunque por alguna extraña razón, Galen se sintió tentado un par de veces de decirle quién era o a qué se dedicaba, pero había apartado la extraña idea como la peste para contentarse con ver qué tanto podía imaginarse sobre él.

«O qué tan inocente puede ser» Galen pensó con cierto pesar.

A Galen todavía le resultaba extraña la autoridad que parecían tener sus palabras sobre Lyra y no estaba seguro si era una acción motivada al hecho de que lo veía como un ejemplo a seguir o por las peticiones de la madre de la misma de ser obediente y no causar más problemas de los necesarios. El recuerdo de Diana hizo que Galen arrugara el ceño con cierto disgusto mientras hacía recuento de su último intercambio en persona con la mujer.

"Galen y Diana estaban en la sala de estar mientras hacían tiempo para que Lyra decidiera por sí misma las cosas que iba a llevar o no en su viaje. Galen casi esperaba que la chica bajara con demasiado equipaje para verse forzado a hacerla reorganizar sus prioridades, pero era un acto normal y esperable de cualquier entrenador principante, asi que su preocupación real estaba en otra cosa.

Tendría que encargarse de la joven durante el viaje y el desconocimiento de su enfermedad era lo que más le preocupaba. Contaba con algunos conocimientos básicos para tratar ciertas cosas por el oficio de sus abuelos y de sus padres, pero quería saber si estos eran suficientes o tendría que empaparse con otra información más específica.

— ¿Hay alguna cosa que deba conocer sobre la condición o el padecimiento de Lyra? — Galen preguntó a Diana mientras hacia inventario de los suministros que ahora tendría que comprar para compensar la entrada de un nuevo par de miembros y otros posibles — ¿Toma algún medicamento o...?

— ¡No! ¡Nada de eso! — Diana interrumpió exaltada, pero al ver como sus palabras ganaron la atención de forma errónea del entrenador, se apresuró a corregir — Quiero decir... Lyra... Sabes que una madre puede ser muy sobreprotectora a veces y... que tendemos a hacer el problema mucho más grande de lo que es — Dejó que una sonrisa de falsa calma, tirará de sus labios — Mi hija ya está mucho mejor que... en ese entonces. Solo tiene una leve anemia crónica... y no amerita tantos cuidados como inicialmente pareciera — Suspiró — Solo... tiene que evitar sobreesforzarse o estar sometida a emociones muy fuertes y... todo debería estar bien.

Galen guardó silencio ante las palabras y la postura incomoda de la mujer, pero decidió guardarse sus dudas al respecto de la extraña y confusa información, para asentir en comprensión. El gesto pareció aliviar a Diana visiblemente, ya que su postura dejó de ser tan rígida y su sonrisa se hizo más natural.

— En cuanto a la medicina... te dare los suplementos que debe tomar — Diana tarareó — También te pedire que te asegures que coma todas sus comidas.

Galen observó cómo la mujer se daba media vuelta para desaparecer de su vista con la excusa de buscar la medicina y dejandolo solo con un sabor extraño en la boca."

Diana apareció, un tiempo después, con un frasco lleno de los dichosos suplementos y la promesa de que suministraría periódicamente el fármaco, mediante el sistema de envíos de la región, para que el entrenador no tuviera que preocuparse por ello. Es cierto que eso aplacaba muchas de las preocupaciones de Galen, pero la situación seguía dejándole un sabor amargo que no era de su gusto y que solo sumaba un secretismo innecesario al asunto, aunque tampoco era quién para quejarse.

Decidió apartar el pensamiento y las sospechas por la progenitora de la joven entrenadora, antes de volver a fijarse en su acompañante y sus nuevas adquisiciones. La niña realmente tenía potencial, aunque también podría ser motivado al hecho de que tenía Pokéball de mayor calidad a las que generalmente tendría acceso.

— Sí, puedes estar orgullosa de eso — Galen intentó palmear el gorro de Lyra, pero el Spearow en él se lo impidió con un intento de picotazo — Solo quiero que recuerdes que eres una novata y que me gustaría que disfrutes de la experiencia de tu viaje — Arrastró las palabras — Así que no te fuerces a ti misma como hicistes antes...

Galen frunció los labios, al recordar el único percance que habían tenido desde que salieron de Ciudad Cerezo y que lo hizo consciente de lo obstinada que podía ser la chica.

— Aw... ¿Me lo vas a seguir recordando? — Lyra hizo un puchero y desvió la mirada — No quería retrasarnos... ya estamos tardando bastante en llegar a la siguiente ciudad y todo es por mi culpa — Se excusó desanimada — Si tuviera más resistencia...

— Lyra... ¿Estamos compitiendo contra alguien? o más bien... ¿estas compitiendo con alguien? — Galen sonrió al ver cómo la nombrada sacudía la cabeza de un lado a otro mientras permanecia con sus cachetes inflados — Entonces no hay necesidad de apurar el ritmo...

Lyra tenía una nula resistencia física, que podía ser producto de la sobreprotección de su madre o de la "anemia crónica" que padecía, pero que en resumidas cuentas le impedían hacer caminatas muy prolongadas o demasiado aceleradas. Galen se vio forzado a descubrir que la niña no verbalizaba su malestar y que terminaba por aguantarlo hasta el punto de desvanecer, no sabía si era por temor de ser un estorbo o porque realmente no era consciente de su propia capacidad.

Pero lo que era cierto es que terminó por ocurrir y que no resultó en nada peor, porque Lion y Chika alertaron al varón a tiempo para evitar que la joven desvanecida se estrellara contra el suelo. Para el momento que logró hacer que la niña recobrara la consciencia estaba tan cansada y mareada, que Galen decidió acampar en ese mismo lugar y reprenderla por llevar su cuerpo a tal extremo.

— Perdón... — Lyra susurró desanimada, antes de sacar una Pokéball azul con franjas rojas y guardar al Sentret — Estaba muy emocionada y... no quería decepcionarte, porque bueno... dijiste que tenía potencial y...

— Lo sé... — Galen interrumpió con una pequeña sonrisa — Pero como te dije... aunque tardemos meses y gastemos nuestros suministros en una ruta, lo importante es que obtengas la experiencia con tranquilidad y sin apuro… Dejame encargarme de que estemos bien y tú solo disfruta de esto, Lyra — Esta vez cepilló al obstinado pajaro que amenazaba con picarlo si intentaba tocar a su entrenadora — Además ¿No fue bueno tomarnos nuestro tiempo para atravesar el bosque? Mira que hiciste dos nuevos amigos.

— ¡Si! — Lyra gritó repentinamente sorprendiendo tanto a Galen como al Spearow — Gracias por las Pokéball y por enseñarme a capturar — Agarró al pájaro y se frotó contra ella mientras esta se retorcía disgustada — Si no fuera por ti no tendría a Sagetti ni a Ictis — Dejó de estrujar al Spearow para parpadear y mirar con una sonrisa tímida al entrenador mayor — Más bien... gracias por todo, porque de no ser por ti ni siquiera hubiera podido empezar este viaje.

Galen le regresó la sonrisa a la entrenadora, ya que a pesar de aquel ese incidente, los cinco días que llevaban viajando por la ruta habían sido bastante agradables y relajantes para el entrenador mayor. Era la primera vez en mucho que pasaba el tiempo hablando de cosas triviales o instruyendo a la inocente entrenadora sobre las cosas que debía conocer y hacer mientras viajaba.

De repente el Spearow soltó un graznido estridente, antes de zafarse de las manos de su entrenadora para tomar su gorro y continuar graznando mientras permanecia lejos de su alcance.

— ¡Sagetti! ¡Vuelve aquí!

Galen entornó los ojos y dejó a la niña lidiar con el párajo rebelde, entre tanto revisó su Pokégear por si Diana hubiera dejado algún mensaje. Había quedado en mantener contacto con la mujer, así que no era extraño recibir un par de mensajes de la misma durante el día y verse forzado a responderlos, antes de que finalmente llamara a Lyra o a él mismo.

Pero los mensajes que encontró solo lo llenaron de disgusto y lo hicieron apagar al aparato. Se obligó a recordarse que estaba de descanso y que lo que estuviera pasando en otras regiones fuera de Johto no era de su incumbencia, ya que alguien más podía encargarse.

Otro graznido estridente y un murmullo suave sacaron al entrenador de sus pensamientos. Galen volvió a fijarse en su acompañante y vio cómo su Mismagius usaba sus poderes psíquicos para acercar a Sagetti a Lyra.

«¿No se supone que debes permanecer oculto?» Galen regañó con la mirada a su Pokémon, aunque este no pareció muy afectado por ello y simplemente sonrió a su entrenador «Eres un vendido...» Renegó mientras sacudía la cabeza

— ¡Gracias Magus! — Lyra canturrió.

La entrenadora tomó al Spearow entre sus brazos para estrecharlo en un último abrazo, antes de regresarlo a su Superball, tomó su gorra olvidada en el suelo y la sacudió para finalmente volverla a colocar en su cabeza. Galen hizo una nota mental de que debían comprar Pokéball en la siguiente Ciudad o la niña estaría teniendo algún tipo de ventaja si seguia capturando Pokémon con las Pokéball que él llevaba consigo.

Galen miró largamente al Pokémon fantasma y cómo la joven le cepillaba el mentón, antes de preguntarse cómo es que la chica lo había aceptado tan fácilmente. El pensamiento del público en general sobre los tipo fantasma no era el mejor y más los Mismagius que son asociados a malos augurios.

Lyra era extraña y de eso no cabía duda, a fin de cuentas había ignorado los Pidgey de la zona para ir directamente por un Spearow y eso ya era un tanto peculiar. No es que la pequeña halcón fuera un mal Pokémon, pero era más fácil entrenar al pichón común que al pájaro de mal genio.

— Me sigo preguntando cómo es que ustedes dos se llevan tan bien — Galen detuvo su caminaba para encarar al par — ¿Habías visto Pokémon fantasmas anteriormente o es que no conoces las leyendas que cuentan de los Mismagius?

— Nunca vi un Mismagius, pero Ethan tiene un Gengar que le encanta jugar bromas y sí, pero no creo en las leyendas que cuentan sobre los Pokémon fantasmas... — Lyra comentó con un encogimiento de hombros — Además... ¿Cómo no me voy a llevar bien con Magus? Él fue el que te alerto de... bueno... ese sujeto en el callejón... — Dejó de acariciar al Pokémon para liberar a Chika y tomarla en brazos — ¿Hoy llegaremos a Ciudad Violeta?

Galen hizo una mueca ante el obvio cambio de tema y decidió no indagar más al respecto. Volvió a encender el Pokégear en su muñeca y navegó por las opciones hasta dar con el mapa. Se preguntó si el Pokégear de la niña estaba desactualizado y necesitaba ponerse en ello cuando llegaran a la siguiente Ciudad, pero entonces recordó que apenas usaba el aparato para recibir llamadas y poco mas.

— Diria que sí... — Galen confirmó con ciertas dudas — Mientras no perdamos el ritmo podríamos llegar antes del anochecer, pero... — Entrecerró los ojos y dejó de ver la pantalla para dedicarle una mirada aguda a Lyra — Si te sientes cansada no dudes en avisarme, así que por favor... no te aguantes, Lyra — Lo último lo soltó como una advertencia — Y lo digo por el bien de todos.

Lyra se encogió y apretó ligeramente a Chika contra ella.

— Pero aún no estoy cansada — Lyra se quejó — ¿Verdad Chika?

Para desgracia de Lyra, los dos Pokémon presentes la dedicaron una mirada de esceptismo y Galen resopló ante la descarada mentira. El varón de dio la vuelta para continuar con el paso olvidado mientras hacía un conteo mental para darle un par de minutos de duda a la joven, antes de tomar un descanso definitivo para que no volviera a excederse por la emoción.

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La noche ya había caído para cuando llegaron a Ciudad Violeta, por lo que tuvieron que ir directo al Centro Pokémon, antes de que este cerrara sus puertas. No es que el hecho significara algún problema para Galen, ya que él tenía la capacidad de brindar un mejor alojamiento a ambos, pero si quería simular una experiencia moderadamente real de aventura a la niña, debía conservar las formas en la que los entrenadores primerizos se mantenían y eso significaba ir al Centro Pokémon o acampar.

— Disculpe el estarle causando problemas tan tarde en la noche — Galen se disculpó con la recepcionista, una vez dejó a Lyra en la habitación que ocuparian para que se pusiera más comoda.

— No pasa nada joven y más bien, nos alegra que hayan podido llegar a salvo — La mujer encargada sonrió con jovialidad — En todo caso, disculpe el no poderle prestar el servicio de cafetería, pero como comprenderá por la hora... los encargados no se encuentran en el establecimiento y...

— No es problema mientras me permita ir a comprar algo en la ciudad — Galen se apresuró a interrumpir a la mujer — ¿Podría brindarme ese tiempo antes de cerrar las puertas?

— Oh... de eso no se preocupe — La mujer abanicó la mano para restarle importancia — Actualmente nos encontramos en un "estado especial" por lo que también estamos brindando servicio en turno nocturno, así que puede ir a comprar y volver con tranquilidad.

Galen parpadeó confundido y el leve recuerdo de los mensajes no leídos en su Pokégear lo hizo estremecer.

— ¿Ocurre algo en particular? — Galen preguntó temiendo la respuesta y el suspiro de la mujer solo lo inquieto más.

— Nada fuera de lo normal... Han ocurrido un par de robos en las rutas, por lo que la liga ha pedido que los Centros Pokémon permanezcamos alertas ante cualquier emergencia, pero no se preocupe... — La mujer le dedicó una sonrisa calmada — No hay ningún reporte de robo dentro de la Ciudad.

Por alguna razón Galen no se sintió tranquilo con esa declaración, pero se encargó de disimularlo y agradecer a la mujer, antes de salir del edificio para comprar la cena de ambos. Mientras caminaba por las calles iluminadas por los faroles, aprovechó para admirar las fachadas tradicionales de casas y establecimientos; en busca de los diversos restaurantes y los servicios que tenían para ofrecer, al tiempo que se hacía con las tiendas que parecían brincar alimentos lo suficientemente apetecibles.

Cuando estuvo seguro que había recorrido un buen tramo y encontrado más de un lugar interesante para comprar. Sacó su Pokégear para llamar a Lyra y discutir lo que prefería comer o en dado caso, lo que podía comer.

— ¡Okonomiyaki! — Lyra gritó desde el otro lado del aparato, antes de que Galen terminara de formarlas la pregunta.

El repentino estruendo alertó a todos los transceútes cercanos a Galen y el entrenador no pudo más que suspirar mientras veía cómo sus intentos por no llamar la atención se esfumaban con la impredecible niña, aunque tampoco le desagradaban sus actos impulsivos.

— Si no es mucha molestia — Lyra susurró apenada al ser consciente de lo que acababa de hacer.

— Para nada, ya que también tengo algo de curiosidad sobre ello... — Galen no había sido muy dado a turistear en su viaje y eso era algo que aún lamentaba — Solo procura no meternos en problemas con nuestros vecinos de habitación, Lyra — Rio al escuchar las disculpas entrecortadas de la niña — Bueno... te veo en la habitación dentro de un rato... así que prepárate para comer apenas llegue.

Galen cortó la llamada y se regresó sobre sus pasos para buscar entre los restaurantes, uno que diera la opción de llevar la comida que la joven estaba solicitando.

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Johto no estaba tan lejos de Sinnoh como a Galen le gustaría, pero de igual forma le daba un margen aceptable para no conseguir personas conocidas, a excepción del Profesor Oak que parecía ser residente de todas las regiones existente y que era nativo en Kanto a conveniencia. Lo que menos espero fue toparse con alguien conocido de Sinnoh, al salir de aquel pequeño restaurante que había terminado por elegir.

La mala suerte de Galen solo aumentó, al percatarse que ese "conocido" era demasiado cercano para su gusto y que era imposible que no manifestara su conocimiento. Algo que comprobó en el momento en el que sus ojos se encontraron y los del hombre brillaron en reconocimiento casi infantil.

— ¡Galen! — El hombre llamó alegre e ignoró la mirada renuente y tensa que le regresó el nombrado — Definitivamente Celebi está de mi lado, al juntar nuestro caminos de nuevo de esta manera.
Galen entrecerró los ojos y frunció los labios en disgusto poco disimulado mientras aseguraba las bolsas que contenian los bentos que resguardaban su cena.

— ¿Se conocen...? — Otro hombre que estaba parado junto al primero preguntó con expresión confundida — ¿Es alguien de... confianza?

— Por supuesto, Falkner — El hombre sonrió con un extraño orgullo, antes de plantar una mano en el hombro de Galen que gruñó de forma audible — Él es uno de los mejores hombres que conozco y estoy seguro que está dispuesto a...

— No lo estoy... — Galen interrumpió y se deslizó fuera del agarre del aturdido hombre — Si me disculpan tengo prisa — Hizo una pequeña reverencia al muchacho que reconocía vagamente como el líder del gimnasio local — Buenas noches a ambos — Dicho esto se retiro sin dar oportunidad para más palabras.

Galen apresuró su paso con la esperanza de que su "conocido" dejara el encuentro estar, pero lo conocía lo suficiente para saber que su desgracia no terminaría allí y que seguramente no tardaría en intentar alcanzarlo. Soltando un suspiro cansado, antes de detenerse cerca del Centro Pokémon, pero lo suficientemente apartado para no llamar la atención y casi al momento escuchó los pasos apresurado por detrás de él.

«No necesitó que Lyra se encuentre con él» Galen pensó con desgano mientras acomodaba las bolsas a un lado del camino.

— ¡Galen que fue eso de allá atrás! — El hombre volvió a posar su mano sobre el hombro de Galen, una vez dio alcance de este.

Galen apartó la mano con brusquedad y encaró al sujeto con expresión irritada mientras Magus se hacía visible junto a él. El hombre dio un paso atrás y le dedicó una mirada inquieta al Pokémon, antes de volver a centrarse en el entrenador frente a él.

— ¿Galen...? — El hombre volvió a llamar sin dejar de intercambiar su mirada entre el varón y el fantasma — Hombre tampoco es para que te alteres tanto... — Se quejó y relajó su postura — ¿Estás molesto porque te llamé por tu nombre de pila y no por tu alias?

— Puedes hacer lo que te de la gana... para este punto tu inoportuna incompetencia no es mi problema — Galen soltó con los dientes apretados — Como sea... solo escucha bien esto... — Intentó calmarse al masajearse la sien — Yo no estoy trabajando en este momento y esperó que eso se respete, por lo menos hasta cierto punto... — Miró al hombre de mala gana — Ya tengo suficiente con seguir órdenes como un Growlithe amaestrado cuando estoy de servicio y tener que hacerlo también en mi tiempo de descanso... es simplemente demasiado — Soltó un suspiro exasperado y desvió la mirada.

— Decir eso cuando hiciste un juramento es un poco...

Antes de que el hombre pudiera terminar la frase, Galen lo agarró por el cuello de su gabardina y lo estrelló contra un muro cercano.

— ¡Oye! ¿¡Qué te pasa!? — El hombre tomó las muñecas de Galen y lo miró confundido.

— Tienes que estar bromeando — Galen soltó con sarcasmo, antes de liberar al hombre que se masajeó el cuello adolorido — Decir eso... cuando sabes tan bien que nuestro "juramento" es tan ambiguo que me da vergüenza el decir que nuestros actos están dictados en base a él — Siseó con desprecio — Tú bien sabes que solo basta con una orden para que ese "juramento" e incluso tus propios principios se vayan a la basura — Guardó momentáneamente silencio, antes de agregar como una advertencia tardía — Lo que sea que estés planeando o en lo que te estés metiendo... no cuentes conmigo... Solo contacta con la agencia y sigue el maldito protocolo estándar... — Resopló mientras se metia tomaba las bolsas — Que otro Houndoom se ocupe de ese hueso...

— ¿Esto tiene algo que ver con lo que ocurrió con Lucas...?

Galen que estaba apunto de retirarse, se detuvo para mirar de reojo al hombre.

— Te recuerdo que él no siguió ni ordenes ni protocolos, que él actuó por su cuenta — El hombre encaró al entrenador mientras acomodaba su gabardina — Es cierto que muchas ordenes puedan parecer ir en contra de nuestro juramento, pero siempre es por un bien mayor... y creo que el incidente de Lucas lo dejó muy claro ¿no?

Galen se debatió entre la diversión y el hastío, antes de sonreír al hombre.

— Lo de Lucas fue solo el inicio, la punta del iceberg y lo sabes muy bien — La sonrisa de Galen cayó — Porque a fin de cuentas... "ese era su destino" ¿No? — Dejó de mirar al hombre para observar el vacío y las luces del Centro Pokémon cercano — Para eso los Profesores seleccionan niños con esos malditos aparatos — Susurró para sí mismo mientras pensaba en la entrenadora que lo esperaba.

Esta vez, el hombre no intentó alcanzar a Galen, cuando este retomó su camino en silencio y se quedó quieto en la calle sin lograr quitarse la mirada de Magus, que flotaba junto a su entrenador mientras se volvía a hacer invisible.

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Galen se había mentalizado la idea de permanecer un par de minutos a fuera del Centro Pokémon para tranquilizarse y centrar sus pensamientos en otra cosa que no fuera la persona con la que se acaba de encontrar o en los recuerdos que evocaba su conversación. Lo que no pensó fue toparse con la sorpresa de que Lyra lo esperaba en la puerta del establecimiento junto con un Lion irritado y una Chika somnolienta.

Lyra entrecerró los ojos en dirección de Galen y pareció dudar de su persona por un par de segundos, pero sus dudas fueron reemplazadas por una expresión de preocupación mientras emprendía una corta carrera y se abalanzaba sobre el otro entrenador. Galen solo atinó a ampliar los ojos y recibir a la chica mientras hacía lo posible por no caer al suelo.

Magus volvió a hacerse visible para usar sus poderes y asegurarse que la cena no saliera volando ante el repentino impacto.

— Wow... — Galen se tambelaeó inestable, antes de reposicionar el nuevo peso y verificar el estado de las bolsas salvadas por su Pokémon — ¿Lyra...? — Miró preocupado la expresión seria de la niña — ¿Ocurrió algo para este recibimiento...?

— Eso debería preguntar yo... — Lyra se apartó apenas lo suficiente para mirarlo de reojo, antes de volver a engancharse al cuerpo del varón — Parecía que necesitas un abrazo con urgencia.

Galen se tensó ante aquellas palabras y se preguntó qué tan mal estaba disimulando su estado para Lyra le diera semejante respuesta. No era culpa de ella que se hubiera encontrado con aquella persona, así como tampoco merecía aguantarse el mal humor que un tercero logro infundir en él.

Soltó un suspiro desanimado y observó la expresión extrañamente seria que aún marcaba el rostro de Lyra, antes de rodearla entre sus brazos en un abrazo más flojo. El gesto logró llamar la atención de la joven, que la miró entre curiosa y expectante.

— Sí... creo que necesitaba un abrazo — Galen no pudo evitar sonreír, cuando escuchó a Lyra resoplar — En serio... Gracias, Lyra — Palmeó el gorro de la niña, solo para que esta se alejara al instante — ¿Qué?

— No sé qué pasó, pero no estés triste ¿si? — Lyra le dedicó una sonrisa tímida, antes de girarse y tomar las bolsas que Magus sostenía — ¡Vamos dentro o la comida se enfriara! — Tomó la muñeca de Galen y comenzó a tirar de él — ¡Vamos Chika, Magus, Lion! — Lyra canturrió y recibió la respuesta de dos de los tres Pokémon.

Galen se permitió arrastrar por la joven mientras agradecía sus torpes intentos por animarlo, algo que muchos de sus conocidos ya no podían lograr. Pero no podía dejar pasar que la presencia de aquel hombre en la región solo podía significar cosas malas y eso hizo que inconscientemente fijara su mirada en Lyra.

«Por favor... que solo sea un acto de caridad» Galen rogó en sus pensamientos, antes de suspirar.

— ¿Por qué tantos suspiros? — Lyra se había detenido para mirar preocupada al varón.

— Nada... solo estoy algo cansado — Galen se apresuró en tranquilizar a la joven con una sonrisa — Será mejor que nos apuremos en cenar... se está haciendo tarde y solo quiero dormir.

Galen parpadeó ante la mirada dudosa de Lyra, pero la niña no tardo en sonreír y asentir con cierto entusiasmo para volver a arrastrarlo hacia la habitación. Tomó la decisión que era mejor dejar todos esos liosos pensamientos para mañana y dejar de preocupar a la chica con cosas que no necesitaba conocer.

Pero por alguna razón, sabía que las cosas no podían ser tan faciles como él quería.

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Fin del Capítulo 7

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Nota de Autor:

Spearow — Sagetti deriva de Sagitta que podría traducirse como flecha, por la composiciones del nombre de Spearow/Fearow que contienen la palabra Arrow en ambos casos.

Sentret — Ictis devira de Ictis que podría traducirse como comadreja, sé que al final Sentret se conviente en un hurón, pero me gusta más como suena Ictis