Editado 16/09/21
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Capítulo 8 – Entre buenas y malas intensiones
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— ¿Por qué el repentino interés por capturar un Mareep? — Galen preguntó con cierta curiosidad mientras le daba un sorbo a su café — Pensé que hoy íbamos a ir a ver la torre "que se ve desde todos lados de la ciudad y que debe tener una vista muy bonita" como estuviste repitiendo ayer — Sonrió al ver cómo ganó la atención de la niña, que entrecerró los ojos en su dirección — Nunca escuché nada de ir por un Mareep. — Galen — Lyra le dedicó una sonrisa entre juguetona y tímida — Es un secreto, así que no insistas — Su sonrisa tomó más confianza, al ver cómo el varón levantaba una ceja — Además... podría servir de práctica para Ictis y... aún podemos ir después a la torre — Agregó volviendo a su timidez.
Galen entornó los ojos ante la mención del pequeño y miedoso Pokémon, posiblemente el único del equipo de Lyra que agradecía que su entrenadora no se mostrara tan dispuesta a tener batallas. Llevaban dos días en la ciudad, pero casi todo el tiempo lo habían ocupado en hacer turismo y en explorar los puntos de interés aledaños, ya que Lyra no parecía muy entusiasma con la idea de retar al líder local.
«Aunque también agradezco eso...» Galen pensó con pesar.
Todavía tenía muy en cuenta la presencia de aquel individuo y acercarse al líder, solo podría suponer otro posible encuentro indeseado.
— La verdad podemos ir a capturar un Ursaring o seguir turisteando si así lo deseas — Galen se encogió de hombros — Es tu aventura, así que tú decides lo que quieres hacer y en qué usar el tiempo, pero a todo esto... ¿sabes dónde se encuentran los Mareep? — Preguntó con cierta curiosidad.
— ¡Sí! — Lyra declaró entusiasmada mientras mostraba su Pokedex — Pregunté a la enfermera esta mañana y dijo que habían muchos en la pradera detrás de las ruinas que visitamos ayer o en el bosque de más atrás... — Entrecerró los ojos mientras encendía el aparato — Pero... no vi ninguno ayer, así que no estoy segura — Suspiró — Voy a revisar si en la Pokédex sale algo.
Galen no pudo evitar estremecerse ante la vista de aquel aparato y el recuerdo de sus palabras en ese encuentro inoportuno. Dejó salir un suspiro cansado mientras se pasaba las manos por el cabello y aprovechaba para detallar el maldito artilugio.
Su diseño no se parecía al de Sinnoh o Hoenn, sino a una versión moderna de aquel Pokédex antiguo que vio alguna vez hace años en el laboratorio del Profesor Rowan. Galen sacudió sus pensamientos y volvió a centrarse en la niña frustrada que intentaba ingresar la información en el dicho aparato para activar el buscador, antes de estirar la mano y tirar del gorro de Lyra lo suficiente para bloquearle la vista, tomó la Pokédex de sus manos y la colocó sobre la mesa.
— Primero termina de desayunar y después verificas lo que quieras — Galen sonrió al ver cómo la chica obedecía, a pesar de dedicarle un puchero y la obvia aversión a su acción — No me mires así y piensa que capaz no las vimos ayer, porque solo salen por la mañana, así que... si sigues tardando...
Galen miró entre divertido y preocupado, cómo Lyra aumentaba el ritmo de mordidas de su sándwich y de sus sorbos a su jugo de baya, antes de desviar su atención a los alrededores. Buscó la presencia de aquel sujeto por las cercanías y suspiró aliviado, al no verlo por el lugar.
— ¿Galen? — Lyra observó preocupada al varón, que tardó en responder a su llamado — Terminé... podemos irnos.
Galen se limitó a asentir, antes de incorporarse para recoger las cosas de ambos e ignorar la mirada café que le taladraba la espalda mientras se encaminaban a la salida del lugar.
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— ¡Todo es mentira! — Lyra exclamó exasperada con los brazos alzados — ¡Si de verdad fuera un Pokémon de la zona ya nos hubiéramos encontrado con uno! — Cruzó los brazos sobre su pecho e hizo un puchero mientras desviaba la mirada al bosque aledaño — Ya casi será mediodía y no hemos visto ni un solo Mareep.
Galen observó divertido la nueva faceta de Lyra, que por primera vez se mostraba alterada después de días de viaje y eso incluía el día de su colapso. No es como si pudiera culparla de sentir tal frustración, porque él mismo conocía muy bien el sentimiento de buscar algo que se supone debía estar en el lugar y no dar con nada por días, aunque eso no quitaba que la vista fuera bastante graciosa.
— Lamento informarte que eso es prácticamente una ley, Lyra... — Galen miró el prado extrañamente desolado, antes de volver a buscar a Lyra y cómo esta parecía lista para meterse en el bosque circundante — ¿Es realmente urgente que captures un Mareep hoy? — Preguntó mientras acariciaba al Spearow que descansaba sobre su hombro.
El Pokémon se había aburrido de volar junto a su entrenadora y cómo tampoco podía estacionarse sobre la niña, ya que parecía no poder quedarse quieta, decidió pasar por alto sus antiguas agresiones y usar al entrenador mayor como rama vigila.
— ¡Sí! — Lyra encaró a Galen con los ojos ardiendo en determinación — Tiene que ser hoy, no puede pasar más tiempo — Resopló con frustración — No me rendiré hasta que capture uno — Señaló a Spearow, que pegó un respingón en el hombro del varón — Sagetti, quiero que te eleves y busques desde lo alto
La halcón no dudó en tomar vuelo y elevarse por encima de los árboles mientras emitía un graznido chillón. Entonces Lyra miró a Galen y entrecerró los ojos, antes de señalar más atrás de él. Mismagius se hizo visible para ambos entrenadores y ladeó la cabeza con expresión curiosa.
— ¡Magus...! ¿Puedo contar con tu ayuda? — Lyra hizo la petición mientras observaba al entrenador mayor.
Galen rio divertido de la acción desesperada, pero no hizo nada por restringir a Lyra de usar a su Pokémon o por detener a su Pokémon de ayudar a la entrenadora más joven. Magus soltó un murmullo alegre, antes flotar en dirección del bosque y desaparecer de la vista de ambos entrenadores.
— ¿Cambias tu apuesta al bosque? — Galen observó a la chica de reojo — Pensé que la Pokédex decía que solo se encontraban en la pradera.
— Tienen que estar en algún lado — Lyra se quejó — Además la enfermera también dijo que podían encontrarse en este bosque...
Antes de que cualquiera de los dos pudiera seguir con la conversación, se escuchó el graznido de Sagetti y el Pokémon emergió por encima de la copa de los árboles. La halcón descendió en picada hasta su entrenadora y posó una de sus garras en el hombro de la misma, antes de comenzar a tirar de ella en dirección al bosque.
Ambos entrenadores siguieron al Pokémon en silencio hasta un claro, en donde Magus alegre retenía con sus poderes psíquicos a un Mareep. Galen le dedicó una mirada compasiva al pequeño cordero que flotaba con una expresión pasmada, antes de hacerle una seña a su Mismagius para que liberara al Pokémon y dejara a Lyra actuar.
— ¡Muchas gracias chicos! — Lyra acarició el plumaje de su Spearow y la barbilla de Magus, cuando pasó junto a ella, antes de encarar al Mareep, que se había recuperado de su letargo y balaba en su dirección — ¡Ahora! ¡Tú y yo vamos a tener una batalla!
Sagetti agitó sus alas con fuerzas y se elevó en el aire para tener una mejor vista del Mareep, en un claro indicio de que estaba lista para combatir, pero al ver cómo su entrenadora sacaba otra Pokéball, soltó un graznido enojado y se retiró al hombro de Galen. Lyra se disculpó en silencio con su Spearow, antes de lanzar la Superball y dejar salir a un Sentret somnoliento, que miró alrededor mientras dejaba salir un bostezo.
— Ictis este será tu primer combate, usa... — Lyra no pudo terminar la frase.
Ictis soltó un chillido agudo y estridente, al ver cómo el Mareep raspaba el suelo con sus pequeñas patitas y hacía correr electricidad por su pelaje algodonado. Lyra solo pudo observar cómo su Sentret huía de escena para esconder su forma temblorosa detrás de las piernas de Galen, mientras que ocultaba su rostro entre sus patas y cola.
— Por lo menos ahora sabes que es experto en "fuga" — Galen se encogió de hombros divertido — Aunque duró mucho menos de lo que pensé.
Lyra dejó salir un suspiro lleno de resignación, antes de sacar la Pokéball de Chika y liberarla para que sustituyera al temeroso hurón. La Chikorita estiró su ovalado y entumecido cuerpo, antes de blandir la hoja de su cabeza hacia el otro Pokémon, lista para recibir el comando de su entrenadora.
— Chika, usa Polvo venenoso.
Galen observó cómo la Chikorita liberaba las esporas venenosas y con la hoja de su cabeza las guiaba hacia la oveja, que al entrar en contacto con el polvo estornudó y las chispas recorrieron su pelaje. El Mareep volvió a raspar sus patas en el suelo, antes de cargar contra Chikorita en una pequeña carrera mientras blandía con torpeza sus cuernos.
— Usa reflejo para detener su tacleada.
Galen no pudo evitar preguntarse cómo alguien como Lyra rehuía tanto de hacer batallas Pokémon contra entrenadores, cuando era tan evidente que tenía una gran confianza en sí misma y en su manejo de la situación. Ella quizás no lo estuviera demostrando o posiblemente lo hiciera de forma inconsiciente, pero parecía tener muy presente el peligro que suponía tener contacto con la lana de la oveja, ya que estaba estaba cargada de electricidad estática.
Un tirón tembloroso y conocido, lo hizo bajar la mirada y toparse con los ojos lloroso del pequeño hurón. El entrenador solo pudo entornar los ojos, antes de soltar un suspiro cansado y agacharse para recoger al mimado Sentret de Lyra.
— No sé si eres realmente consciente de que si sigues aquí es porque Lyra es tu entrenadora — Galen se quejó al aire mientras pinchaba con un dedo la suave barriga del hurón — Ciertamente no tienes remedio — Soltó un suspiro decepcionado, pero sonrió al Pokémon que ya se había acurrucado en sus brazos para dormitar «Siento que naciste siendo el Pokémon equivocado»
Sagetti soltó un graznido indignado y se inclinó lo suficiente en el hombro de Galen para que sus plumas acariciaran la barbilla del entrenador mientras miraba de reojo al otro Pokémon. Era obvio que la halcón también estaba decepcionada de su compañero, pero parecía reprimirse a sí misma de atacar al Sentret por Lyra.
— Y bueno... es tu entrenadora quien lo quiere conservar — Galen intentó consolar al halcón, que soltó un gorgoteo flojo y desvió la mirada con expresión irritada mientras regresaba a su posición anterior — Dale tiempo... quizás en algún momento deje de tener tanto miedo y se vuelva un fuerte aliado.
Galen aún estaba sorprendido de la rápida aceptación que tenían los Pokémon con Lyra, ya que la niña también había hecho que el huraño de Lion le hiciera algo de caso. Eso podría considerarse un logro con el poco tiempo que tenían juntos y el hecho de que el Leafeon no se lo puso nada fácil.
— ¡Ahora serás mío! — Lyra declaró con entusiasmo mientras tiraba una Pokéball a un Mareep desplomado.
Galen parpadeó confundido, mientras se preguntaba qué tanto tiempo había estado fuera de todo para que la batalla terminara sin que se diera cuenta. Chika aún se encontra en pose de combate con algunas magulladuras en su cuerpo y una expresión que decía que no había logrado evitar muy bien la electricidad estática de la oveja, pero el brillo lleno de determinación en su mirada era suficiente prueba de que podía seguir batallando.
— Felicidades, Lyra. Has capturado el Mareep que tanto querías — Galen felicitó con sinceridad, cuando la esfera dejó de moverse.
El entrenador mayor sintió curiosidad, al ver cómo Lyra apenas asentía a sus palabras, antes de correr hacia la Pokéball mientras rebuscaba algo en su bolso. La chica se apresuró a sacar un antídoto y lo aplicó sobre la Mareep, recién liberada, que parecía fatigada por la batalla y el veneno que todavía corría por su cuerpo.
El medicamento tardó un par de minutos en hacer efecto, tiempo que Lyra usó para agradecer y atender a Chika, antes de regresarla a su Pokéball para que descansara, pero cuando la Mareep dejó de soltar balidos lastimeros para mirar con curiosidad a su nueva entrenadora, la expresión de esta última pareció brillar. Galen arrugó el ceño e intentó escuchar lo que Lyra parecía susurrar al Mareep, pero a la distancia que estaba le resultó imposible y solo pudo esperar que la niña manifestara lo que estaba pasando.
Si algo había aprendido en su tiempo tratado con Lyra era esperarse cualquier cosa, pero eso no lo preparó para que lo que ocurría a continuación. De un momento a otro, una Lyra con una gran sonrisa se encontraba frente a Galen mientras le ofrecía al esponjoso Pokémon en sus brazos.
— Siempre escuché historias de que los Mareep ayudan a dormir... — Lyra desvió la mirada brevemente, antes de volver a fijarse en el varón — Entonces pensé que podía atrapar uno y prestártelo — Ensanchó su sonrisa — Espero que Amnis te ayude con tus sueños.
Galen se petrificó ante aquellas palabras, sin estar muy seguro de qué decir o de cómo reaccionar.
— Pero también sé que es un Pokémon un tanto infantil para que un entrenador experimentado lo tenga... — Lyra alzó un poco más el Mareep para poder ocultar su rostro detrás de su voluminosa forma — Así que si es mío no tienes que pasar por la vergüenza de tener uno en tu equipo y a mí no me desagradan como Pokémon.
Galen tragó el nudo que se había formado en su garganta y tosió para intentar recomponerse mientras se debatía cómo responder a las palabras de la chica. Nunca esperó que Lyra notara su insomnio, puesto que ella siempre caía dormida primero y solo en raras ocasiones se despertaba por la noche para tomar agua o ir al baño, pero esto era algo nuevo.
«Supongo que eso solo confirma que es parte de ese grupo» Galen cerró los ojos y dejó a Ictis en el suelo «Lo siento, pero esa inocencia será tu fin» Apartó al Mareep para poder ver el rostro nervioso de Lyra — Lyra... De verdad agradezco el gesto, pero... — Dudó al ver la expresión curiosa de Lyra, aunque no tardó en apartarlas — Dormir junto a un Mareep solo hará que termine como Chika, entumecido por la electricidad estática.
— Pero es suave y esponjoso... — Lyra titubeó sin estar muy segura de dónde posar su mirada — Esto... lo de su electricidad podría enseñarle a no hacerlo... así como algunos Pokémon de fuego no queman a sus entrenadores y... — Parpadeó intentando retener las lágrimas — Por Arceus... qué vergüenza — Tomó una respiración entrecortada — Solo quería que descansaras un poco... sé que no duermes mucho, pero... estos días estás más... — Murmuró en voz baja, pero aún audible — Siempre me estás ayudando y yo.
Galen se sintió mal por rechazar tan inocente gesto y se debatió internamente si decirle el motivo de su insomnio, aunque estaba más que seguro que ese conocimiento solo aumentaría la preocupación de Lyra o incluso podría hacer que le temiera y eso era algo que prefería evitar.
«Lo mío no se curará con un Pokémon esponjoso» Galen forzó a Lyra a mirarlo y le dedicó la mejor sonrisa que pudo para el momento — No tienes que avergonzarte por tan lindo gesto, más bien soy yo quien no lo merece y debería estar avergonzado por haberte preocupado de tal forma — Limpió las lágrimas que lograron escaparse de los ojos de Lyra — Si te sirve de consuelo... desde que empezamos a viajar juntos he estado durmiendo un par de horas más de las que estoy acostumbrado, así que no tienes que preocuparte por... mí — Se auto interrumpió, cuando sintió los brazos de Lyra engancharse a él y un peso extra sumarse al suyo.
Galen rodeó a la chica en un abrazo flojo y palmeó su espalda temblorosa, extrañamente acostumbrado al contacto para ese punto. Se preguntó si en algún momento podría contarle de sí mismo a la entrenadora, pero tampoco quería hacerse falsas esperanzas.
«Si a la mayoría de mis compañeros no les hizo feliz saber, ella no será la excepción» Galen se recordó mentalmente.
— Entonces... ¿Los abrazos realmente están funcionando? — Lyra habló con voz amortiguada y se encogió al escuchar la risa de Galen.
— Quizás... quién sabe — Galen tarareó con diversión por el modo de pensar de la niña — Aunque también puede ser porque siempre me tienes preocupado con qué ocurrencia disparatada me saldrás y... — Recibió un picotazo en la cabeza y un puño flojo en el pecho — Bueno... — Miró de reojo al Spearow, que lo miraba desafiante — ¿Te parece si vamos a almorzar?
Lyra asintió contra Galen, antes de soltarlo para alejarse rápidamente de él y evitar que viera su expresión avergonzada mientras regresaba a sus Pokémon.
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Galen y Lyra observaron la imponente torre, que comenzaba a alzarse frente a ellos, a medida que avanzaban por el viejo puente que lo conectaba con Ciudad Violeta. La estructura externa había llamado la atención de ambos desde que llegaron a la ciudad y por lo que pudieron escuchar, el interior era mucho más interesante, pero no fue si no hasta ese momento que decidieron tomarse un tiempo para apreciarla correctamente.
Parte de la mortificación y vergüenza de Lyra fue olvidada en el tiempo del almuerzo. Momento que Galen aprovecho para aligerar el ambiente y sacarle las preocupaciones innecesarias a la chica mientras intentaba regresar a su usual intercambio, aunque sabía que eso no iba a funcionar para siempre.
De cualquier forma las cosas iban bien y toda la emoción de Lyra se había centrado en la torre que estaba delante de ellos o eso pensó, porque cuando Galen se fijó en la joven, solo pudo notar cómo su entusiasmo parecía perderse a cada paso que daban. Las manos de Lyra serpentearon de forma abrupta alrededor del brazo de Galen y este se sobresaltó ante el repentino tirón, que recibió de la joven.
— ¿Ocurre algo? — Galen dejó de caminar y encaró a la chica que parecía mirar algo más allá en la torre — ¿Te has arrepentido...? Sabes que no tienes que forzarte si no quieres ir y que podemos dar marcha atrás ¿Verdad? — Se burló, pero al no recibir reacción se preocupo «Ella no le teme a los fantamas... entonces ¿Por qué...?»
Lyra tenía el ceño arrugado y los labios fruncidos mientras sus ojos parecían seguir algo a la distancia. Galen intentó buscar lo que ella estaba mirando, pero no se encontró con nada más que la estructura antigua y un lugar extrañamente desolado.
«¿No se supone que esto debería estar lleno de turistas o Pokémon salvajes?» Galen pensó para sí mientras miraba con recelo los alrededores «¿Qué demonios esta pasando...? El prado también estaba demasiado solo...».
Una repentina sensación de incomodidad y desconfianza lo embargó, antes de que el siseo de Lion llamara su atención. Ambos entrenadores solo pudieron ver cómo el pequeño hurón corría de forma repentina hacia la torre y se perdía en el interior, bajo la mirada atónita de su entrenadora.
— ¡Ictis! — Lyra reaccionó un par de segundos después e intentó seguir al Pokémon, solo para ser detenida por Galen — ¿¡Galen!? — Señaló la torre — Ictis acaba de irse por...
— No... algo anda mal... — Galen observó cómo su Leafeon mantenía las orejas elevadas y pelaje erizado mientras siseaba en dirección de la torre
Galen suspiró y se pasó la mano por el rostro mientras pensaba que hacer en semejante situación. Solo pudo llegar a la conclusión de que debía sacar a Lyra de allí, ya que el lugar no le inspiraba la suficiente confianza para una entrenadora novata, pero tampoco podía dejar a su Pokémon atrás y más a ese en especial.
— Será mejor que tomes a Lion y regreses al Centro Pokémon... — Galen sentenció mientras le daba una rápida mirada a su Pokémon — Magus sal...
El Pokémon fantamsa salió de su Pokéball y flotó junto a su entrenador mientras miraba con curiosidad su alrededor.
— Espera... ¿¡No!? — Lyra tiró del brazo de Galen y retuvo el avance del mismo — Ictis es mi Pokémon y es mi obligación estar al pendiente de él — Miró desesperada al otro entrenador — Además... no te voy dejar ir solo a...
— Lyra... eso no fue una sugerencia — Galen advirtió y Lyra se estremeció bajo el peso de su mirada — Conozco tu deber como entrenadora de Ictis, pero también conoces el mío con tu madre y contigo — Tomó a Lyra de los hombros y la hizo girar hacia la ciudad — Ve al Centro Pokémon y espérame allí con Lion, no me hagas arrastrarte hasta allá.
No pretendía ser duro ni intimidarla, pero algo le decía que debía ser cauteloso y más sabiendo de la presencia de su conocido en la ciudad, así como era posible su implicación en lo que sea que estuviera ocurriendo en aquella torre.
— Pero... yo también soy capaz... tú lo dijiste — Lyra habló en un hilo de voz — ¿No se supone que somos compañeros?
— Soy tu compañero, pero también soy tu escolta — Galen dejó salir un suspiro, cuando la mirada marrón comenzó a temblar en una súplica silenciosa — Realmente creo en tu capacidad, pero no en esta situación — Vio cómo Lyra desvió la mirada — Escucha... — Tomó a Lyra del hombro y se inclinó para quedar a su altura — En este momento ni Lion ni yo sentimos que este lugar sea seguro — Señaló al Pokémon para dar énfasis a su punto — Así que necesito que saber que estás a salvo para poder buscar dónde se ha metido Ictis, sin...
— Sin que te estorbe — Lyra completó la oración, antes de forzar una sonrisa — Tranquilo... lo entiendo — Con movimientos torpes y apresurados sacó la Pokéball de Ictis y se la entregó a Galen — Entonces... me iré al Centro Pokémon.
Después de decir eso y antes de darle oportunidad a Galen de decir cualquier cosa para corregir el malentendido, Lyra se alejó a paso apresurado. El varón solo pudo ver cómo se perdía de su vista mientras escuchaba los murmullos preocupado de Magus.
Se sentía mal por haber hecho que la chica se sintiera de esa manera, pero necesitaba alejarla del peligro como diera lugar y retroceder solo la motivaría a quedarse.
«Como todos los de su tipo...» Galen pensó con pesar — Supongo que tendré que hablar con ella después... Porque siento que esos últimos comentarios fueron más por ese tal Silver — Soltó un largo suspiró y se giró para encarar de nuevo la torre — De verdad espero que "esto" no sea por lo que estás aquí — No disimuló el disgusto de su voz al recordar al personaje del otro día — Solo espero estar equivocado...
Fue lo último que dijo, antes de cerrar los ojos y soltar un resoplido silencioso. Volvió a abrir los ojos y comenzó a avanzar por el tramo restante del puente mientras mantenía sus sentidos alertas a su entorno con Magus siguiéndolo muy de cerca.
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Galen había escuchado por los pobladores que la torre estaba llena de Pokémon salvajes, pero el ambiente silencioso y desierto con el que se encontró, difería mucho de esos comentarios. No había ningún Pokémon o persona a la vista, tampoco se escuchaba algo más que el crujido de la madera bajo sus pies o del péndulo que seguía oscilando en el centro de la estructura.
Por otro lado, Magus intentaba mantenerse sereno junto a su entrenador, pero Galen sabía que su Pokémon miraba con más desconfianza el lugar y solo se mantenía firme porque Ictis se encontraba allí. Habían terminado de revisar la planta baja, más por su propia seguridad y por quitarse algo de ansiedad de encima, que por encontrar al Sentret, ya que Magus insistía que el Pokémon se encontraba más arriba.
— Aquí tampoco hay nada... — Galen susurró para sí mismo, después de despejar el primer piso y mirar las escaleras que conducían al segundo — ¿No debería haber aunque sea Rattata o Pidgey por aquí...?
Galen se disponía a subir al segundo piso, cuando escuchó la madera crujir por el piso inferior y una serie de pasos apresurados. Detuvo sus movimientos y se alejó de las escaleras para observar expectante la subida al otro lado de la sala.
Magus se tensó y comenzó a hacerse invisible para ir a investigar, pero toda acción fue innecesaria, cuando un Croagunk asomó la cabeza por el hueco de la escalera y saludó al par. Galen parpadeó confundido, al ser incapaz de reconocer al Pokémon extranjero de la región y su aparente familiaridad, hasta que vio a quién ayudaba a subir.
— Debo estar más maldito de lo que pensé — Galen siseó con disgusto y se masajeó la sien mientras soltaba un suspiro cargado de frustración — Déjame adivinar... ¿Esto es lo que estás investigando?
— Pensé que dijiste que no querías saber en qué estoy trabajando — El hombre acomodó sus ropas por debajo de la gabardina, antes de apresurar sus pasos y ponerse al día con el varón más joven — Pero supongo que no necesitas saberlo para que los problemas te llamen — Se burló.
— Mantengo mi deseo de no querer saber lo que investigas — Galen ignoró el último comentario del sujeto mientras se daba vuelta para continuar con su acción olvidada — Pero quiero saber si esto es casualidad o si me estás siguiendo por algún fetiche tuyo.
El hombre hizo una mueca de disgusto y sacudió la cabeza de lado a lado.
— Tan amigable como siempre... por eso la mayoría tiene problemas para congeniar contigo en el trabajo — El hombre suspiró — No te estoy siguiendo Galen... en realidad estoy aquí por una petición un tanto... ¿peculiar? — Se burló mientras veía al joven detener momentáneamente su ascenso para mirarlo — Vine porque una niña en el Centro Pokémon me lo pidió. Estaba haciéndole unas preguntas a la recepcionista y ella llegó llorando con tu Leafeon — Sonrió al ver cómo Galen desviaba la mirada para continuar subiendo — Apenas escuchó que era un oficial, me comentó lo que estaba pasando y me pidió que viniera a ayudar.
— Ni tú ni yo somos policías... — Galen suspiró mientras terminaba de subir y miraba a la parte baja por donde venían el Croagunk junto con su entrenador — También dudó que deba sentir orgullo de lo que soy...
— Deberías... porque aunque no lo parezca... muchos estamos orgullosos de lo que haces — El hombre intentó reconfortar a Galen con sus palabras, pero solo recibió una mirada fría — Sabes... me sorprendió mucho escuchar tu nombre salir de los labios de esa niña y creo que puedo entender tu reacción de la otra noche, pero... ¿No sería mejor decirle?
— Como si esas cosas se las pudieras decir a cualquiera... — Galen suspiró — Mira será mejor que dejes eso estar...
El Croagunk comenzó a croar en burla mientras su entrenador fruncía los labios y miraba indignado al otro varón, antes de suspirar.
— Cambiando de tema... ¿Por qué crees que el Sentret de esa niña está aquí y no en el bosque?
— Si hubiera ido al bosque... Magus me lo hubiera advertido, pero él sigue insistiendo que está en la parte alta de esta torre — Galen continuó revisando el desolado segundo piso, bajó la mirada consternada de su acompañante.
— Si está allá arriba ¿Por qué no vas directamente por él? — El hombre miró fijamente las escaleras que conducían al tercer piso.
— En serio... — Galen entornó los ojos — Ya entiendo por qué eres el mentor de Lucas — Suspiró — Por muy curioso que sea un Sentret, la situación es demasiado extraña para ser normal o ¿Acaso ves normal que un Sentret suba tres o más pisos de escalera de mano por pura curiosidad...? — Dejó de fijarse en su entorno para mirar al hombre pensativo — No sé si lo sientes... pero este lugar tiene un ambiente pesado y extraño
— Se han reportado muchos robos por esta zona — El hombre abandonó su pose para mirar la expresión irritada del otro varón — Aunque más concretamente...
— Cállate... con eso es suficiente — Galen advirtió en tono amenazante — Entonces... es muy probable que esto esté ligado a tu investigación — Se pasó la mano por el cabello con frustración.
— No necesariamente... — El hombre quiso refutar, pero unos pasos lo hicieron ponerse alerta junto con el otro varón.
De las escaleras al otro lado de la sala descendió un hombre de cabello y ojos violetas, que Galen sintió conocer.
— Pero miren qué sorpresa tenemos aquí — El hombre sonrió, al ver cómo Galen parecía prepararse para atacarlo — Nos volvemos a encontrar...
— ¿Te conozco? — El hombre miró desconcertado al desconocido, antes de ver cómo su compañero se tensaba — ¿Lo conoces...? — Susurró para Galen.
— Es una basura que intentó robar un Chikorita en Ciudad Cerezo — Galen apretó los puños mientras sentía cómo Magus y Croagunk se ponían en guardia ante el desconocido — ¿Qué haces aquí...?
El desconocido sonrió con suficiencia.
— Sí... es una lástima que impidieras que me hiciera con tal Pokémon — El sujeto vestido de negro suspiró — Su potencial se está desperdiciando en las manos de esa mocosa, pero bueno... ya no importa — Se encogió de hombros y les dedicó una sonrisa maliciosa — Ahora con lo que hemos descubierto cualquier Pokémon puede ser un arma potencial ¿No es cierto bola de pelos?
Después de esas palabras, por las escaleras descendió un Furret, que se irguió junto al sujeto y siseó en dirección de los otros dos Pokémon con sus entrenadores. Galen observó al pokémon desconcertado por la elección, cuando de su lado había un Pokémon de tipo fantasma, pero al ver que la expresión del sujeto no flaqueaba y notar cómo Magus se movía inquieto ante el hurón de gran tamaño, se esperó lo peor.
— Oh... ¿Qué pasa? ¿No lo reconoces? — El sujeto se burló — Pensé que ustedes siempre hablaban de una conexión con los Pokémon y demás, pero creo que eso solo son habladurías — Soltó una risilla floja — Aunque también es cierto que son muy diferentes cuando les sacas todo su potencial, a pesar de que en su caso no es suficiente...
— ¿Ictis...? — Galen llamó tentativamente mientras ignoraba al sujeto — ¿Qué le hiciste...?
— Espera... ¿No era un Sentret? — El hombre junto a Galen parpadeó confundido — ¿Evolucionó...? ¿Eso es... posible?
El sujeto rio ante la expresión enojada de Galen y el desconcierto de su acompañante.
— Ciertamente esa mocosa es única para poner nombres tan patéticos — El sujeto le dio una última mirada de disgusto al Pokémon a su lado, antes de darse media vuelta — En fin... ya he terminado con lo que tenía que hacer aquí y hay algunos que no los necesito, así que no derperdiciaré más de mi valioso tiempo en este lugar, pero cómo premio se pueden quedarse con todos esos — Tarareó, antes de silbar — Quizás así dejen de ser un desperdicio de recursos...
Galen y su acompañante retrocedieron un paso, al escuchar una cantidad inusual de ruido en el piso superior. Croagunk intentó saltar hacia el hombre con sus ancas cargadas de veneno, pero cuando vio lo que venía por las escaleras se mantuvo en guardia en su posición mientras se mantenía lo más cerca posible del otro Pokémon.
De las escaleras comenzaron a descender un gran número de Pokémon, tantos que Galen llegó a pensar que eran todos los que echó en falta mientras subía por la torre, si es que eso era posible. Al grupo se sumaron una serie de Haunter que atravesaron el techo y permanecieron expectantes mientras flotaban en silencio alrededor.
— Toma esto como un agradecimiento por tu interrupción de la última vez — Comentó el sujeto mientras volvía a subir al tercer piso — ¡Diviértanse! Ah... pero tengan presente que esos son un poco... perseverantes — Fue lo último que dijo, antes de desaparecer de la vista.
Galen y su acompañante observaron cómo empezaron a ser rodeados por todos aquellos Pokémon mientras la sala se llenaba de siseos y gruñidos agresivos. Magus estaba siendo lo suficientemente intimidante, al cargar diversas bolas sombra para mantenerlos a raya, pero eso no duraría mucho y Galen era muy consciente de ello.
— Dime que Croagunk no es tu único Pokémon — Galen siseó a su acompañante.
— Erm... ¿Growlithe...? — El hombre hizo una mueca indignada, cuando Galen suspiró — ¡Oye...! Sabes que yo no soy el que está al frente en estas cosas.
— ¿Que no estás al frente...? — Galen resopló hastiado de la situación y de la actitud de su acompañante — ¡Por Arceus, Handsome! ¡Si siempre te la pasas entre el enemigo! ¿¡Cómo que nunca estás al frente!?
Galen nunca contó con él desde el principio, pero había tenido la más mínima esperanza de que con su experiencia sería más precavido, pero parecía que eso era pedir demasiado para el hombre. Eran tan molestamente enfermizas las similitudes que guardaban él y con su amigo, que podía comprender cómo había sido su superior directo en aquel entonces, aunque lo que no lograba entender era cómo podía seguir vivo con dicha ineptitud.
— Entonces prepárate porque mis Pokémon no podrán defendernos a ambos, no contra tantos — Galen advirtió y esperó que Handsome si estuviera preparado para esto.
Para sorpresa de Galen, el primero en atacar fue el Furret que se suponía era Ictis, quien se abalanzó contra ellos en un rápido serpenteo. Magus reaccionó en defensa de su entrenador y disparó una de las bola sombra al hurón justo cuando este estaba a punto de golpear a Galen.
«Mal momento para dejar de ser un miedoso» Galen pensó con pesar al ver al Furret ser impactado por la bola sombra de su Mismagius.
El Furret fue mandado contra el suelo por el impacto y apenas intentó ponerse de pie, fue recibido por el puño venenoso del Croagunk, que lo alejó de los entrenadores y lo estrelló contra un pilar cercano. El acto sirvió como una señal para el resto de Pokémon, que se lanzaron sobre el grupo mientras Galen hacía estallar todas sus Pokéball y el rugido de su Garchomp enojado resonara por el lugar.
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Fin del capítulo 8
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Nota de Autor:
Mareep — Amnis deriva de Somnus que podría traducirse como sueño o dormir, por la función que le quiere dar a la oveja.
