¡¡Aquí el penúltimo capítulo de la primera parte!
Sí, sí, lo que habéis leído, el próximo capítulo, que será el epílogo, es el final de la primera parte de este fanfiction (quizá lo subamos esta tarde ).
Muchísimas gracias por habernos acompañado en esta aventura XD
Pero tranquils, habrá otra XD.
Capítulo 18
Capilla de muerte
A la mañana siguiente tanto Katherine como Edward se despertaron en sus cuartos de la milicia, donde habían ido la noche anterior después de que los tres del Westread les aseguraran que cuidarían de Jonathan mientras investigaban. El chico rubio fue a visitar a la morena, después de comprobar sorprendido que Alphonse no estaba en su cuarto. Al llegar al de ella esta le dijo que Michelle había quedado temprano para desayunar con el chico en forma de grandísima armadura.
-O nos quieren dejar solos...-comentó Edward, cerrando la puerta.
-O los que quieren estar solos son ellos.-sonrió Katherine. El rubio se acercó a su novia y mientras ella se apoyaba con los codos en la cama él se dejaba caer sobre ella, apoyando sus manos junto a los brazos de la morena, lentamente juntaron sus labios y Catherine se aferró a la camisa del alquimista atrayéndolo hacia ella para caer completamente sobre la colcha de sabanas blancas hechas de seda.
-Te ves genial desde aquí, pequeña.
-Mira que tú, enano...-musitó, besándolo antes de que él saltara para decirle alguna cosa. El chico le pasó la mano buena por los brazos, por los hombros, y al llegar al cuello comenzó a desabrocharle la camisa. Ella, demasiado distraída en acariciarle la espalda y el pelo, no lo detuvo. Ya casi le quitaba la pieza de ropa, entre beso y beso, cuando escucharon un estruendo a sus espaldas y la pared caerse en pedazos. Se levantaron de un salto, él con la camiseta negra medio quitada y ella con la camisa desabrochada, pero no se preocuparon por eso al ver a los dos seres que tenían delante: la mujer de largo cabello ondulado y el que parecía un crío come humanos.
-Lust...-murmuró Ed
-Gluttony-dijo Kat a la vez, después de la agradable visita de Envy, Edward le había hablado de los restantes homúnculos que conocía. El homúnculo representante de la gula babeaba como sólo él sabía hacerlo, con su dedo en la boca y sus ojos chicos y casi invisibles por la obesidad de su cuerpo, dio un paso pero la mujer lo detuvo colocando un brazo frente a él.
-Dejadme deciros muchachos...que con estas cosas no se juegan-sonrió señalando la camisa desbotonada de Katherine y la casi abierta de Edward-, creedme, yo sé mucho del tema... ¿no son muy chicos para ello?-añadió provocando un sonrojo por parte de la chica más que del rubio.
-A ti eso no te importa-gruñó Edward, transmutando su brazo como cuando lucharon contra Envy mientras Katherine se abrochaba a toda prisa. Varias personas llegaron avisadas por el ruido- ¡Idos de aquí, nosotros nos ocupamos de ellos!-rugió el rubio, saltando hacia adelante e intentando atravesar de lado a lado a la mujer, quien lo esquivó.
-Siempre tan lanzado...Pero déjanos que hagamos nuestro trabajo tranquilamente, sólo queremos llevarnos a la chica.
-¿De nuevo con esas?-esta vez gritó Katherine- ¡¡No os creáis que iré con vosotros!
Osiris resurgió en ella, se notó en sus gestos, en su sonrisa irónica pero en especial en sus ojos al entornarse. Sopló su mano y la apoyó en el suelo, arrodillándose. Una espina de huesos salió por debajo de la cerámica y le dio de lleno a Lust en el brazo, aunque iba dirigido a su abdomen pero la mujer lo esquivó, el alquimista aprovechó y clavó su brazo en el estómago del homúnculo. Gluttony con un salto cayó frente a Catherine, la cual vio horrorizada cómo tomaba fácilmente a uno de los militares que se habían detenido en la puerta y le arrancaba de un mordisco la cabeza. Enseguida las paredes de la habitación se llenaron de sangre al igual que los objetos y el piso de la misma, el material blanco puro con el que estaba hecho se manchó de ese liquido rojo que tantas veces había visto Muerte ser esparcido, pero nunca de una forma tan asquerosamente repugnante.
-Maldito...-corrió hasta él dispuesta a golpearle, pero al ver que él se giraba con la boca abierta y sonriendo, se echó hacia atrás, sabiendo que de acercarse un poco más se habría quedado sin brazo. Convocó a esqueletos de pájaros que entraron por la ventana y se lanzaron hacia Gluttony, pero este lejos de sorprenderse o asustarse comenzó a comérselos feliz de la vida.
-¡Gluttony, deja de distraerte y cógela!-ordenó Lust, recomponiéndose de sus heridas y esquivando el arma con la que pretendía herirla de nuevo Edward. El rubio se distrajo al escuchar eso y la mujer aprovechó para golpearlo en la nuca con todas sus fuerzas.
-¡¡Edward!-exclamó Katherine y vio cómo Gluttony se abalanzaba sobre ella, se tapó como pudo con sus brazos y esperó el golpe pero nunca llegó, cuando entreabrió los ojos vio como una luz mortecina y un cuerpo se interponían entre ella y el homúnculo. Había visto a la mujer una vez en la cocina de los Rockbell, cuando había bañado por primera vez a Edward de leche. Vio al alquimista en el suelo completamente inconsciente y luego sintió el brazo de Envy rodearle la cintura y sacarla del edificio.
-¡¡Suéltame!-rugió, comenzando a patalear- Suéltame...Suéltame...-por más fuerza que hacía, ya volviendo a ser la Katherine normal, no lo conseguía- ¡¡Suéltame!
-Por más que grites y ruegues-respondió Envy, impasible, saltando de tejado en tejado-, no te voy a liberar. Ahora eres mía y tengo que ir a por tu hermano.
-¡Suéltame! ¡Tengo que ayudar a Ed, ver si está bien!¡¡NO LE HAGÁIS DAÑO!-vio horrorizada cómo Gluttony se relamía los labios, acercándose al cuerpo de Edward, que seguía sin moverse- ¡Podéis llevarme, pero no, que no lo mate!
-¿Tanto te preocupa ese enano rubio?-sonrió Envy, deteniéndose en uno de los tejados-Como sea, ya no es de mi interés.-al instante Gluttony y Lust desaparecieron, dejando que algún militar se acercase a ayudar al rubio. Antes de perder el edificio de vista la morena alcanzó a ver a Michelle y Alphonse gritando su nombre.
Más entrada la tarde, Edward despertó sobresaltado. Intentó sentarse en la cama de golpe pero un mareo a medio camino lo hizo dejarse caer pesadamente sobre ella de nuevo. Alphonse entró a la habitación y vio a su hermano en otro intento por levantarse, esta vez no lo detuvo nada y se sentó en la camilla, se dispuso a ponerse las botas sin percatarse de la presencia de su hermano y la pequeña rubia que acababa de entrar. Cuando se dispuso a salir que lo vio detenido en la puerta se acercó a él con la preocupación cubriéndole los ojos.
-¿¡Dónde está?-gritó sacando fuerzas de quien sabe dónde y alzando a su hermano para retrucarlo contra la pared.
-¿¡Qué te pasa Edward? ¡¡Bájalo!-exclamó Michelle agarrando el brazo del rubio, el cual con brusquedad la separó de si.
-¿¡Dónde esta Katherine? ¡¡MALDITA SEA AL, DIME DE UNA VEZ DÓNDE ESTÁ!-gritó de nuevo bajando lentamente a su hermano, mientras bajaba la cabeza y la apoyaba en el pecho de metal del mismo-Dónde está...-murmuró y su voz se quebró a media frase.
-No pude hacer nada..estaba ya muy lejos...Lo siento...hermano...-Alponshe apretó los puños, temblando de ira. No era sólo por haber dejado que se llevaran a Katherine, su amiga, la mejor junto a Michelle, sino que sentía haber fallado a su hermano, que sin la morena ahora le parecía desorientado...-Pero vamos a encontrarla, hermano...
-No, quedaos aquí...He de ir yo...Soy el único que puede...
-¿Seguro?-preguntó, haciéndose escuchar bien, Roy, quien recién traspasaba la puerta- ¿te crees que ahora sí podrás derrotarlos porque eres tú quien va a por ellos? No seas estúpido, Acero.
-Pero Katherine...
-¡Ya sé! Pero no puedes ir tú solo. Tanto Riza como yo te acompañaremos.
-Y yo-aseguró Al-, recuerda que todavía no has podido vencerme, hermano.
-Y aunque no lo parezca, yo sé pelear-Michelle alzó un puño-. Además, nadie se va a llevar a Kat y quedarse tan tranquilo.- el alquimista sonrió por lo bajo y se secó las lágrimas al sentir la mano de Roy sobre su hombro.
Envy lanzó a Katherine dentro de una mazmorra, aunque ya la muchacha había estado allí, era la prisión en la que tanta gente había muerto a manos de sus compañeros y ante sus ojos...Pero sobre todo la recordaba por ser en la celda en la que Edward había estado, en la que le habían hecho tanto daño, aun se podía ver su sangre en el suelo lo cual la aterrorizó, y se echó hacia atrás pero un hombre la agarró por los hombros obligándola a voltearse. Entonces fue cuando oyó la puerta cerrarse y escuchó la carcajada arrogante de Envy mientras sus pupilas se dilataban y comenzaba a temblar respirando agitadamente.
-De...Devil...
-Querida Osiris...Tanto tiempo sin verte-sonrió el hombre. Ella, asustada, sin atender a razones, se debatió por soltarse de él. Mil veces prefería estar con Envy, que casi ni lo conocía, que con Devil, su antiguo jefe y quien poseía todavía sus recuerdos-. Fue una lástima que me traicionaras y te fueras de este lugar pero...Soy benevolente y te voy a dar otra oportunidad. Pero sólo por ser tú.
-¿Por qué...nos escondiste a Jonathan y a mí...que somos hermanos de sangre?-fue lo único que atinó a decir en esos momentos, intentando calmarse. Un sudor frío le recorría la espina dorsal, y le temblaba sin que lo pretendiese todo el cuerpo, así que le era más difícil de lo que creía posible.
-Porque me pareció divertido-se encogió de hombros-. Y si te interesa saberlo, hay aquí alguien más que tiene tu misma sangre.
-C... ¿Cómo?
-Tal y como escuchan tus oídos... ¿Y quieres saber quién es?
-...
-Yo, pequeña. Soy tu padre.-los músculos de la morena se tensaron, y se quedó quieta, con los ojos más abiertos de lo que podía ser normal.
-Deja este juego, Devil...
-¿Por qué crees que te dejo utilizar mi apellido? ¿ por qué crees que te perdono todos tus caprichos, o que tanto Johthan como tú os parecéis tanto a mí? Querías saber tu pasado...Pues en bandeja te lo sirvo. Tu pasado, soy yo.
-¡No, no! ¡Déjame en paz, vete de una maldita vez!-le escupió y le pegó, o lo intentó porque estaba encadenada y no podía moverse.
-Sí...Te dejaré con quien te trajo mientras te piensas el volver a servirme querida...hija.-y sin darle tiempo a decirle unas cuantas verdades, más que nada porque se había quedado muda por el shock que aquello le había producido, se fue. No tardó en ver pasar a Envy, sonriendo como siempre de forma pretenciosa.
-Veo que este hombre te ha alegrado el día con sus noticias...-se acercó a ella, y Katherine se apretó más a la pared.
-No te me acerques...
-¿Te doy asco? ¿O acaso miedo?
-Ni una cosa ni la otra...me das pena...
-¿Pena?-Envy rió-Realmente absurdo. ¿Creías que diciéndome eso iba a compadecerme de ti y liberarte? Pues estás equivocada, porque esto no es una película y los malos no somos tan buenos.
-¿Malo? ¿Significa eso que ni a ti te gusta lo que haces?-intentaba buscar cualquier resquicio humano que ese ser, antiguo medio hermano de Edward, pudiese tener. Pero al parecer le iba a costar encontrarlo mucho más de lo que creía.
-Sólo he utilizado el adjetivo que seguramente vosotros utilizáis para designarme. Es que soy muy educado- se acercó a ella, y le puso un dedo bajo la barbilla, que a pesar de la fuera que ella hizo, la obligó a elevar la cabeza y mirarlo a los ojos-. No entiendo qué viste en el alquimista ese, ni que vio él en ti. Los humanos sois patéticos...Y débiles, lo que más odio. Pero me servirás bien, por eso no te mato, al igual que no lo maté a él antes porque me servía para la búsqueda de la piedra filosofal.- ¿significaba eso que ya no lo necesitaba? Entonces, pensó Katherine, ¿por qué lo había dejado libre antes? Era posible que sí...Envy...¿era posible que Envy si quisiera a Edward por el lazo que los unía?
-¿Una vez haya dejado de servirte, me matarás?-preguntó, apartando la cabeza como buenamente pudo. Envy puso las manos sobre las caderas, formando así una especie de jarra con su cuerpo.
-En realidad pensaba darte de aperitivo para Gluttony.
-Bastardo...-dijo temblando de la rabia que crecía en su interior hacia el homúnculo medio hermano de su novio, Envy la miró de arriba abajo y sonrió para sí.
-Si fuese humano, te diría que no estas nada mal...pero tampoco soy de esos, nos vemos luego y no tengas el estúpido pensamiento de volver a ver a tu enanito personal "Yo salvo a mami"-dijo caminando hacia la puerta y cerrándola tras de sí con otra carcajada.
-¡¡MIERDA!-gritó la chica, intentando liberar así su frustración. Luego empezó a llorar, intentando apartar de su mente las palabras de Devil.
-¿Y por dónde empezamos a buscar, hermano?-le preguntó a Edward, mientras este se ajustaba su chaquetón rojo. El mayor de los Elric señaló una dirección de la calle.
-A la casa donde me dijeron que viviría Jonathan. Estoy seguro de que ahora irán a por él.-salieron para reunirse con los demás, y se sorprendieron sobretodo al ver que Michelle había dejado de lado sus trajecitos de princesa y llevaba unos pantalones elásticos y una camiseta de tirantes, todo negro, a parte de los guantes con anillos.
-Preparada para la lucha.-dijo con media sonrisa al ver cómo la miraban.
Salieron los tres del edificio con paso decidido en busca de Katherine, cuando llegaron al portón de salida la voz del coronel los distrajo y cuando voltearon vieron que él y Riza corrían hacia ellos.
-Enano...De porquería ¿Pensabas...dejarnos...aquí?-preguntó jadeando por la carrera desde la puerta de salida del lugar donde se aparcaban las oficinas militares de Ciudad Central, hasta el portón metálico por el que se entraba al lugar.
-Eeer...no...Sólo me olvidé de usted.-aunque le costó barbaridades, intentó hacer oídos sordos a la referencia hacia su tamaño.
-Que te...Que te... ¡Da igual! Vamos a buscar a Kat... ¿Alguna idea?-él asintió, guiándolos hasta el lugar que recordaba bien, le había indicado el hermano de la morena.
Cuando llegaron vieron a Jonathan con Vermilion en el portal de la casa, al parecer jugaban a algo con las manos y Bala se partía de la risa en el suelo, tal vez por eso no lo vieron a primera instancia puesto que estaba doblado riendo.
-¡¡Jonathan!-gritó Edward corriendo hacia él. El dueño del nombre dejó de jugar con el hombre de lentillas, mientras Bala seguía intentando dejar de reír.
-Cuñadito, ¿Cómo estás?-sonrió al verlo llegar junto a ellos y le paso el brazo por los hombros-Llegó mi enanito cuñadín-añadió arrancando carcajadas por parte de sus amigos.
-¡¡No hay tiempo para br...!-antes de poder acabar la frase, vio cómo se presentaban ante ellos los tres homúnculos.
-Comida...
-Chicos...
-¿De nuevo tú, Alquimista Nacional? Era de suponer que vendrías aquí...-sonrió- ¿quieres recuperar a tu amada?
-¿Recuperar a tu amada?-dijo Jonathan, que soltó a Edward- Qué significa...
-Ha secuestrado a Katherine y ahora te necesita a ti-se puso frente al chico, dispuesto a defenderle como si fuera ella-. Pero no pienso permitírselo, tranquilo.
-Hagamos una cosa...Nos lo llevamos y te dejo venir conmigo hasta el castillo del Tucker ese...Donde está la princesita...
-¿En el castillo de Devil?-preguntó entonces Vermillion-Mierda...
-¿Qué me dices, hermanito?
-No me llames así, Al es mi único hermano-dio un paso al frente-. Y sí, llévame hasta allí.
La puerta de la mazmorra de nuevo se abrió y una luz iluminó una parte de la misma, los ojos vacíos de la única habitante de la mazmorra estaban fijados en el manchón de sangre en el que tenían la mirada perdida, su cabeza apoyada sobre el líquido rojo estaba solo a pocos metros de la mano que acariciaba el lugar. La luz jugó con tres sombras que luego desaparecieron cuando la puerta se cerró.
Edward fue a abalanzarse sobre ella, pero Envy lo detuvo agarrándolo por la cintura mientras hacia entrar también a Lust para que atase al hermano de Katherine al otro lado de la mazmorra. Sensualmente, la homúnculo hizo lo mandado y después de marchó.
-Bien, pequeño, ¿y ahora qué piensas hacer?-Edward lo miró con odio, atrapado en sus aunque aparentemente frágiles, fuertes brazos.
-¡Kat!-la llamó, intentando hacer que reaccionara- ¡¡KATHERINE!
La morena guardó silencio y siguió perdida en ver cómo su mano se movía tocando delicada y suavemente la sangre antes derramada por el rubio que la llamaba. Su estado aterró a Kriket y recordó verla así solo una vez, cuando observó la primera muerte, cuando su cara se manchó de esa sustancia roja espesa después de un grito de agonía, cuando Vermilion había clavado esa navaja en el corazón del hombre. Envy sonrió y tras haber encadenado bien al muchacho salió de la estancia no sin un "Volveré luego" antes de hacerlo.
-Katherine, amor mío, reacciona, Maldita sea, ¡Kat! ¡Katherine!-exclamó Ed forcejeando con sus cadenas mientras Kriket miraba horrorizado el estado de su hermana.
-No puede...No puede ser...No...No...-fue lo que el alquimista obtuvo por respuesta de la chica, un susurro casi inaudible de palabras sin sentido para ellos.
-¡¡DESPIERTA!-nada, no había manera de que ella reaccionase- Kat...Maldita sea...¡¡Pulga! ¡¡Enana, venga, despiértate y grítame que me calle! ¡¡Estás sumergida en un mar en el que te vas ahogar por culpa de ser una chica miniatura! ¡¿O es que no recuerdas que eres más pequeña que yo!-no podía ser que eso funcionase, era absurdo que el insultarla...pero...entonces... ¿por qué había levantado la cabeza y lo miraba con ese amor que le procesaba?
- ¿Edward?
-Kat...Katherine...
-¿Estás...Vivo...?
-¡¡Por supuesto, y viviré mucho más, no pienso abandonarte!-como pudo juntó sus manos y transmutó las cadenas, preguntándose cómo podía haberle resultado aquella ve tan fácil. Se alzó y fue hasta las cadenas de los otros dos prisioneros, liberándolos también y fundiéndose en un tierno abrazo que derretiría al más frío corazón cuando sacó los grilletes a la muchacha.
Kat se aferró a la camisa de Acero y se tapó la cara con el pecho del muchacho, él la abrazó más fuerte y le susurró al oído que se calmase y que todo iría bien. Ella repetía que no podía ser y él no se sintió con fuerzas de preguntarle que ocurría al verla en ese estado.
-Él es...Él es...-sollozaba mientras la lágrimas caían por sus mejillas y se plasmaban en la ropa de su novio.
Los dos jóvenes se dirigieron hacia la puerta, pero el moreno cogió a Edward del brazo, haciéndolo voltear.
-¿No será mejor que abramos un portal dimensional hacia otro sitio?
-No vamos a huir. Ahora es el mejor momento para acabar con Envy.
-Tú quédate aquí, puede ser peligroso.-Katherine cogió la mano de Edward para dejarlo fuera y antes de que John pudiese salir la cerró en sus narices. Luego la aseguró desde fuera.
-Pero con la alquimia él...-Katherine chasqueó los dedos, y varios esqueletos se pusieron contra la puerta.
-Si lo hace, sabe que los esqueletos lo dejaran inconsciente. Entiéndeme, una cosa es que nos arriesguemos nosotros...pero no él.
-Lo quieres mucho ¿verdad?-preguntó con una sonrisa mientras iban caminando de la mano por el pasillo que conducía a la capilla del castillo donde Cruz solía estar.
-Sí...pero no más que a ti-respondió, quiso decirlo aunque le sonó ridículo por si no podía volverlo hacer, como hubiese deseado haberse entregado a él en cuerpo y alma antes de ese momento, por eso no había objetado cuando lo intentaban, tenía miedo a perderlo y por eso no se había negado a que llegase a pasar.
-Me comienza a producir arcadas veros siempre tan enamorados-comentó la fría voz de Envy en la sala donde acababan de llegar. El círculo de transmutación estaba escrito con rojo sangre en el suelo, y pocas velas iluminaban la estancia. Los dos jóvenes se pusieron en la pose de pelea-. Vaya, veo que os produzco ganas de tener marcha.
-Reza lo que sepas, Envy, porque vas a morir…otra vez.-escupió Edward, más rabioso que nunca.
-No si mueres tu primero mi querido hermano enano...-dijo muy tranquilo, corriendo hacia su hermano y tomándolo desprevenido lo lanzándolo contra una pared. Katherine mandó sobre él millones de esqueletos de guerreros con armas, escudos y armaduras, pero Envy los evitó fácilmente golpeándolos, se apoyó en uno de ellos para saltar y sacó con suma astucia una de las barras de hierro de las ventanas de la capilla y con ella eliminó a los demás seres.
Tanto Edward como Katherine saltaron hacia atrás esquivando el golpe que se les venía encima y el chico palmeó las manos colocándolas luego en el suelo, que además le ayudaría por ese gran círculo de transmutación, y creó una jaula para atrapar a Envy.
-¿Siempre recurres a lo mismo?-fue a preguntar, pero se dio cuenta con horror de que los barrotes no estaban, y que las paredes estaban hechas de pura piedra- Vaya, vas mejorando...-escucharon que decía desde el interior- ¡Pero no lo suficiente!-al instante, la encerrona quedó convertida en miles de proyectiles de los cuales tuvieron que defenderse con los brazos.
-¿Ah, no? Mira bien mi querido hermano-sonrió el alquimista cuando el ataque con bloques se detuvo, Envy se fijó en las manos entrelazadas de los chicos y la que estaba en la pared de Katherine, se giró, aunque demasiado tarde para poder evitar el ataque de un esqueleto de metal con una espada del mismo material en las manos que le atravesó el abdomen, un hilillo de sangre morada le recorrió el mentón y los miró desafiante pero con una sonrisa surcándole los labios.
El ser retorció la espada, haciéndole borrar aquella eterna sonrisa, y al sacarla cayó de rodillas al suelo, oprimiéndose con una mueca de dolor la herida sangrante. Los dos jóvenes, todavía alerta, no se atrevieron a acercarse, así que mandaron al ser que habían creado a que lo hiciera. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, le clavó la espada en el brazo.
-Te lo dije-habló Katherine-, si tocabas a Jonathan, no habría clemencia. Aquí tienes lo que has pedido.
-¿Quién...crees que soy...niñita?-murmuró el homúnculo dándole una patada al ser y rompiéndolo en pedazos, se levantó con algo de dificultad y se tambaleó al estar de pie por completo, su heridas se cerraron lentamente pero luego de cerrarse atacó directamente a los chicos-¡¡ME DA ASCO VERLOS TAN JUNTOS!-gritó al llegar junto a Katherine y golpearla mandándola al otro lado de la casa de Dios.
-¡¡Katherine!-exclamó Ed, pero al ver cómo la chica se levantaba sin problemas prosiguió hablando- No Envy...no te da asco, lo que te da es ¡¡ENVIDIA!-le hizo un corte en la cara con su automail transmutado en espada.
-¿Envidia? ¿Envidia de volverme débil si estoy lejos de una persona?-se echó a reír, pero enseguida lo golpeó en el estómago-No digas tonterías...-le susurró al oído, dejándolo resbalar hasta el suelo mientras vomitaba grandes porciones de sangre-La debilidad de los humanos es simplemente...asquerosa-y le golpeó la cara con el pie, lanzándolo varios metros lejos. Se acercó a Katherine, alzando y bajando los brazos como si estuviera hablando con el techo-. Envidia... ¿qué es la envidia? Una bajeza humana...Tan simple y asquerosa como ellos mismos...-cuando la tuvo en frente, y sin dejar que se defendiera, la agarró del cuello y la alzó por encima del mismo- Estúpidos...
-El...El amor no te hace débil...Te ayuda...a levantarte...cuando crees que ya...que ya no tienes fuerzas para hacerlo-tartamudeó Edward levantándose tambaleante ante los golpes que había recibido. Envy lanzó a Kat por los aires y en la altura que había tomado, ayudado por su condición de homúnculo, la golpeó de lleno en el estómago con la rodilla y luego de un golpe en la columna la mandó de nuevo al suelo.
-¿Ves lo fuerte que la vuelve a ella?-preguntó al caer junto al cuerpo que intentaba ponerse de pie, mas no lo conseguía-¿Ves como no puede levantarse? ¿Cómo sufre del dolor del miedo que le ocasiona que por no poderse mover yo pueda matarte enanín? ¿Eso la hace mas fuerte?...Yo no lo creo-añadió sonriendo olvidándose de Kat y avanzando hacia Ed.
Casi sin pretenderlo, al erguirse el rubio caminó hacia atrás, como huyendo de Envy. Al darse cuenta de lo que hacía, se detuvo, serio, desafiante, humano y enamorado.
-Hay muchas maneras de levantarse-comentó, viendo cómo Katherine se apoyaba en el suelo con las pocas fuerzas que le quedaban, y se ponía de rodillas, aunque a ras de suelo-. No sabes lo que es ser humano...Por débiles que te parezcamos, tenemos algo de lo que tú careces.
-¿A, sí? ¿Y se puede saber qué es?
-El valor, las ganas de avanzar.-corrió hacia él, dispuesto a atestarle el golpe final, pero Envy lo miró con desprecio y lo frenó colocando el pie por delante, con el cual chocó Edward volviendo al suelo.
-Hablas mucho para ser tan activo...-sonrió el homúnculo, y cuando estaba a punto de arrebatarle la vida, la puerta de entrada estalló en mil pedazos, carbonizada.
-¡¡Ya nos encargamos nosotros de sus secuaces!-gritó la voz de Roy desde fuera. Cinco figuras entraron en la sala: Alphonse, Michelle, Vermillion, Bala y Cruz. Los cinco desafiantes, dispuestos a matar de una vez por todas al maldito Envy, y ya que estaban, a Devil.
-Cruz...Mi hermano...en las mazmorras...-el hombre entendió a la perfección la indirecta de Katherine quien se había levantado con la ayuda de una mano formada por huesos en la que se apoyaba, Roy chasqueó los dedos y creó un circulo de fuego alrededor de Envy, aunque el homúnculo caminó a través de él sin dolor alguno. Bala disparó unas cuantas veces sin resultados al cuerpo indestructible del ser mientras Vermilion, lanzaba dagas muy parecido a como lo hacía Hughes, cuando estaba con vida.
-A mi hermano no lo tocas, ser-dijo Al con repulsión haciendo un círculo de transmutación en el suelo y lanzándole a Envy una manada de tambaleantes armaduras metálicas.
Envy las esquivó fácilmente también hasta quedar cerca de aquel grupo, lanzándolos a todos hacia atrás sólo utilizando uno de sus brazos. El primer en levantarse y rematar fue Alphonse, que cayó de nuevo. Y volvió a levantarse.
-Después de que te convirtió en eso-miró asqueado a Al-, y todavía quieres defender a nuestro hermano...
-Él me salvó la vida...Y no, no es tu hermano.-se lanzó de nuevo a Envy, y cuando este iba a defenderse y alejarlo de sí de nuevo, sintió algo golpearle la nuca. Se giró algo aturdido, encontrándose con un furioso Jonathan, que sostenía entre sus manos una tabla.
-Tú...¡¡¡Alquimista de porquería!-exclamó girándose y dándole con el brazo en la cara al joven de ojos azules, Kriket dio unos pasos hacia atrás ante el golpe, Katherine bajó la cabeza y su cuerpo comenzó a temblar.
-Ya no más Envy...-murmuró apretando los puños y pateando el suelo provocando que la estancia completa temblase a sus pies-¡¡YA NO MÁÁÁÁÁS!-gritó pateándolo de nuevo y del piso de la capilla se levantó un ser completamente hecho de piedra con cabezas de cadáveres impregnadas en su cuerpo.
-Uy, que miedo…-se burló el homúnculo con una de sus sonrisas despectivas en los labios-¿Te enojaste, Osiris?-añadió con ironía lo cuál terminó de reventar a la morena quien, de pie junto al ser, miraba a Envy con los ojos entornados y el ceño fruncido.
-Más de lo que crees, Envy-dijo sin inmutarse por el salto que el ser había dado y lo cerca que estaba de ella apuntándola amenazador con la lanza que tenía encerrada entre sus manos. El zombie creado por necromancia combinada con Alquimia de la morena dio un puño fallido en el suelo en un intento de aplastar al homúnculo. De una patada bien dada el ser creado a base de la ciencia le arrancó la cabeza a la criatura que Kat había creado y esta cayó en el suelo desapareciendo en pequeños gusanos que se dispersaron en el mármol arrancado ante el intercambio equivalente.
Envy sonrió sarcástico y se fijó en lo agotada que estaba la morena y en lo mucho que le costaba hacer una de esas grandes transmutaciones que solía hacer. Se acercó a ella, pero antes de que la lanzara por los aires con un golpe Edward lo empujó y este cayó al suelo, con el rubio apuntándolo con su brazo convertido en espada.
-Eres mío-sonrió descarado el chico al sentirse triunfador por fin, lo había logrado, Envy terminaría vilmente esa noche, se preparó para atacar y cuando estuvo a punto de hacerlo las puertas de la capilla se abrieron y de un destello de luz un hombre entró caminando tranquilamente por ella-Papá…-susurró Ed descuidándose por unos instantes, esos instantes que le costarían su vida.
-¡¡Esos descuidos, Edward!-exclamó Envy a la vez que Katherine gritaba un "¡Ed, cuidado!" la mano del homúnculo se transformó en navaja como solía hacer la del rubio y con ella atravesó el abdomen del mismo, con un gritó ahogado por parte del rubio a quien se le dilataron las pupilas al sentir la cuchilla atravesar su cuerpo de un lado a otro, su mirada se dirigió instintivamente a la herida, de la herida al brazo ensangrentado de Envy, su rostro surcado por una sonrisa de satisfacción, luego la cara de Kat…con las manos sobre la boca y los ojos empapados en lágrimas que corrían a cataratas por sus mejillas …Lo siento…no pude cumplir mi promesa de estar siempre contigo… , luego a Al…le había fallado…moriría y no le devolvió su cuerpo …perdóname…Al…yo…no pude…cumplir nuestra promesa Sintió la mano de Envy salir de su cuerpo y cómo caía pesadamente sobre el suelo su cuerpo, mientras su medio hermano reía parado junto a él.
-Te he vencido de una vez por todas…Edward Elric-una carcajada fue lo que siguió, se le hacía extremadamente ruidosa, aunque después de unos segundos parecía como si bajase su intensidad, al igual que la del dolor y de su respiración, estaba agonizando…estaba muriendo, pero no podía dejar de pensar en ellos, solos…su hermano…No moriría tranquilo sabiendo que le había fallado, de sus ojos comenzaron a brotar las lágrimas hijas de la culpabilidad y el desprecio a sí mismo que sentía …La última vez que lloraré… pensó.
-¡¡EDWARD!-escuchó que lo llamaban, pero el sonido se oía lejano…apagado, doloroso, era la voz de Katherine la que lo llamaba y haciendo eco la de Al pronunciando su nombre.
-No mueras…¡¡No, lo prometiste! Dijiste que estaríamos juntos por siempre, que no me abandonarías ¿¡Y Al, vas a dejar a tu hermano en esa armadura?-gritó la morena, el rubio intentó ponerse de pie pero entre un acceso de tos y la sangre que salió de su boca se resignó a hacerlo.
-Hermano ¿Qué voy a hacer sin ti? Por lo que más quieras no te mueras…no Ed, hermano, por favor, no me dejes como hizo mamá, hermano…hermano…-esta vez era la brillante armadura la que hablaba, pero su cabeza le daba vueltas y era difícil pensar, vio a su padre golpear a Envy y empezar una lucha contra él mientras Kat y Al corrían a su lado. La primera se recostó sobre su pecho, y aunque se llenó la cara de sangre, no se movió, lloraba y le suplicaba que siguiera con vida, mientras que su hermano le sostenía la mano con firmeza.
-Per…dón…-sus ojos se volvieron vacíos y el dolor desapareció instantáneamente, las imágenes comenzaban a hacerse borrosas y ya no escuchaba las palabras ahogadas de Katherine, pero pudo leer en sus labios un Te amo que arrancó una sonrisa con la que sus ojos se cerraron y dio su último aire. La mano que Al sostenía entre las suyas se volvió flácida y débil y al caer al suelo activó instantáneamente el circulo de transmutación que el homúnculo había dibujado en el mismo.
-¡¡NO, NO, EDWARD, DESPIERTA!…Ed Despierta…por lo que más quieras…despierta…¡¡LO PROMETISTE MALDITA SEA! Dijiste que estaríamos… ¿Por qué Ed…?...Edward….No me dejes sola en la nada…amor…por favor…no me dejes…por favor…- sollozó Kat, su corazón se rompió en pedazos, sus sueños, sus ilusiones, lo había perdido, no había mas que decir, que hacer, él se había ido y no regresaría, jamás volvería a besarlo, jamás volvería a sentirlo, jamás…volverían a amarse…, cerró los ojos y, olvidándose del mundo y de los demás presentes, juntó sus labios con los del rubio en el último beso, la despedida final, en la que no hay regreso, solo decepción y recuerdos envenados de un amor imposible. Se fijó en el cuerpo de Al, unas extrañas inscripciones en negro lo rodeaban y una luz amarillenta salía del grabado en el mármol. No conservaría la armadura, pero sí su fuerza. Volvió a golpearlo, y otra vez, y otra…pero a al siguiente, el no vivo de cabello verde logró zafarse y rodar un poco por tierra, levantándose al instante.
¿Acaso el hermano podía llegar a ser tan peligroso como Edward?
¿Y dónde había ido a parar su anterior aspecto?...Por eso la luz de antes…
No pudo pensar mucho más, porque sintió algo atravesándole la espalda. Jadeó, sorprendido, y al girarse sobre sus talones vio al hermano de Katherine.
-Vas a morir-sentenció Alphonse en viva lágrima.
No había escapatoria.
Los dos jóvenes se abalanzaron sobre Envy y utilizaron sus respectivas alquimias…para acabar con él.
-Pagaras muy caro...Pagaras muy caro lo que le hiciste a mi hijo-murmuró el alquimista de la luz dibujándose con la sangre de Ed que había derramada en el suelo un circulo de transmutación con extrañas figuras alrededor en su brazo- ¡¡Te irás conmigo al infierno!-añadió en un grito y tomando la mano de Ed, junto con la desvalida de Envy, el círculo que había grabado en el lugar hizo efecto y con una luz cegadora el trío desapareció, la capilla comenzó a agitarse, mientras la armadura de Al se iba cayendo en partes, dejando ver las humanas del joven.
-¡¡EDWARD!-gritó Katherine, llegando a rozar los dedos del rubio antes de que desapareciera del todo. No quería acabar de perderlo, si no tenía ni su cuerpo… ¿qué cosa le recordaría que no había sido todo un sueño?
Un ruido metálico.
El reloj del Alquimista Nacional perteneciente a Edward chocando contra el suelo.
El reloj de Alquimista Nacional más especial.
Estiró la mano hasta atraparlo entre sus dedos, y se quedó observándolo, sin saber muy bien qué hacer. Sintió como si el chico todavía estuviera allí, todo había sido tan repentino…
Lo apretó contra el pecho, e inclinándose hacia delante, allí delante, se echó a llorar y a gritar desesperada.
