Hola amigos, soy Yuzu Araki

En esta ocasión les traigo otro one shot de Love Live pero esta vez con el trío que lo comenzó todo, digamos que en pequeño momento, quizás de los últimos que tendrán ese singular grupo de tres pues ya ambas estarán a punto de graduarse de la preparatoria y claro un nuevo rumbo en sus vidas.

La amistad es eterna siempre y cuando tienes amigos que desde un principio estarán contigo sea en las buenas y en las malas…

Bueno, sin más preámbulos empecemos con este corto one shot

Espero que lo disfruten

Yuzu y fuera

PD: Este 1 de Diciembre Seiya de Pegaso se nos cumple años y por ese motivo subiré ese día dos one shots con motivo de esa fecha… Estén atentos mis lectores, a menos de que hayan visto los Caballeros del Zodiaco.

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-Muy bien chicas, no hagan demasiado ruido, ¿de acuerdo?- Advirtió la dueña de la panadería Homura mientras que su hija mayor y sus dos amigas estaban de pie en el cuarto tatami, las tres chicas les gustaba estar juntas- Papá ya está dormido

-Por supuesto, señora Kousaka- Asintió Umi seguida de Kotori

-¡Lo mantendremos en silencio, mamá!- Exclamó Honoka mientras alzaba los brazos

-Buenas noches señora Kousaka- Dijo la pajarita mientras se inclinó en señal de agradecimiento por el hospedaje

-Buenas noches chicas. Hay bocadillos y refrescos en la heladera como siempre, sírvanse cualquiera- Y con eso, la mamá de Honoka deslizó la puerta para cerrarla y finalmente dejó al trío de chicas a solas.

Honoka se levantó de la cama y se unió a las otras dos en la mesa de café.

-Vamos a tener que mover esto para hacer espacio para los futones- comentó la peliazul mientras miraba los libros escolares que Honoka había dejado sobre la mesa. Probablemente habían estado allí desde el comienzo de las vacaciones de invierno- Honoka, ¿has comenzado tu tarea ya?- preguntó con una voz gélida. Ella ya sabía la respuesta, pero recordárselo a la pelirroja no haría daño a nadie.

-¡Aah Umi-chan!- La ojiazul se rascó la cabeza y se dejó caer sobre la mesa- Estamos en las vacaciones de invierno y se supone que debemos tener una fiesta de pijamas divertida, no una sesión de estudio- refunfuñó mientras tomaba uno de los cuadernos y lo agitaba por un momento antes de arrojarlo a su cama.

-¿No es un poco tarde para hacer la tarea Umi-chan?- Kotori puso su mano en la espalda de Honoka y acarició la cabeza de la chica. La pelirroja se volvió hacia la samurái y asintió con la cabeza.

Umi se estremeció ante la mirada de las otras dos, especialmente la de Kotori, y trató de reprimir el repentino nerviosismo que le estaban dando las miradas combinadas.

-Supongo que es tarde…- La peliazul terminó cediendo con un suspiro y comenzó a apilar todos los cuadernos en la mesa. Tanto la pajarita como la comepan miraron a su amiga con curiosidad cuando esta última se puso de pie- Deberíamos instalar los futones

Con asentimientos de acuerdo, las otros dos se levantaron, Kotori ayudó a Umi a mover la mesa a una esquina mientras Honoka se dirigía al armario y sacaba los tres futones. Una vez que todo estuvo listo, las tres chicas se sentaron con la espalda apoyada en la cama de la pelirroja.

-Esto se siente muy nostálgico, ¿no?- La peliceniza dejó escapar un suspiro de alivio mientras se apoyaba en la ojiazul, apoyando su cabeza en el hombro de la pelirroja.

-Sí, lo hace- La peliazul apoyó la cabeza en el otro hombro de Honoka y cerró los ojos, disfrutando de la presencia de las dos personas que más amaba- No hemos hecho nada como esto desde que μ's se disolvió el año pasado

-¡Sí, pero no lo habíamos hecho desde nuestro primer año! Solo nosotras tres, ¿sabes?- La pelirroja rió y se acurrucó con las otras dos.

Las tres permanecieron cerca la una de la otra simplemente disfrutando de un cómodo silencio por unos momentos antes de que Honoka hablara de nuevo.

-Oigan chicas, siempre estaremos juntas, ¿verdad? ¿No importa qué?- La comepan preguntó con una voz inusualmente tranquila.

-¿Honoka-chan? ¿Qué pasa?- Kotori se volvió para mirar a la pelirroja con expresión preocupada.

-Por supuesto que lo haremos- La mano de Umi buscó la de Honoka y le dio un suave apretón.

-Pronto terminaremos la preparatoria, y luego Kotori-chan se irá a estudiar al extranjero, y luego Umi-chan estudiará en una universidad diferente- La pelirroja negó con la cabeza, cerró las piernas y las abrazó.

Tanto la pajarita como la arquera se miraron preocupadas antes de mirar a su amiga. La peliceniza envolvió sus brazos alrededor de la pelijengibre mientras la peliazul comenzaba a acariciar los mechones anaranjados de cabello.

-¡Entonces Honoka-chan y Umi-chan tendrán que aprovechar al máximo el tiempo hasta que Kotori se vaya!

La chica de cabello gris ceniza frotó la espalda de Honoka y habló tan suavemente como pudo

-¿Estás bien Honoka-chan?- Kotori solo obtuvo un resoplido como respuesta.

-Nuestros sentimientos nunca cambiarán, no importa la distancia o el tiempo- Umi frotó la mejilla de su amiga con su pulgar.

-...¿De verdad? ¿No importa qué?- La pelirroja giró levemente la cabeza para mirar a la arquera.

La peliazul sonrió y asintió antes de inclinarse más cerca y presionar sus labios sobre la cabeza de la otra. Cuando la pelirroja levantó la cabeza sorprendida, la pajarita le dio una palmada en el hombro. Cuando Honoka se volvió para mirar, Kotori rápidamente la besó en la mejilla y se rió.

-No importa qué- La peliceniza asintió y sonrió.

Honoka no pudo evitar devolverle la sonrisa. Kotori saltó hacia ella, haciendo que gritara de sorpresa y tropezara con Umi.

-Caray Kotori-chan, ¿para qué fue eso?- La comepan se rió entre dientes y envolvió sus brazos alrededor de la chica encima de ella. La otra simplemente se rió y acarició el cabello jengibre.

-¡Ambas son pesadas, así que si terminaran de abrazar...!- La peliazul gimió mientras trataba de salir de su amiga.

Las otras dos se miraron la uno a la otra por un momento riendo y finalmente saliendo de la peliazul.

-Dije que el tiempo y la distancia no importarían, pero no sé sobre el peso. Tal vez debería ponerte a dieta de nuevo- la voz de Umi era estricta, pero no un segundo después su expresión se transformó en una sonrisa juguetona.

La madre de Honoka regresó con una severa reprimenda después de que las tres niñas comenzaran a reír demasiado fuerte.