Eeeeh mi primera historia! escribo para mi, lo que me gustaria que pasara en un Hogwarts paralelo, pero lo comparto con uds y espero que me dejen reviews para ir mejorando... Todos los personajes pertenecen a doña tengomuchoooroja-ja-ja-JKRowling, pero hay algunos de mi invención. Eso. Dejen reviews and enjoy!

Harry observo a Ginny, sacudida por los sollozos, indefensa en sus brazos. Deseo haber estado ahí para asestarle un golpe a lo Muggle a esa chica cruel que se burlo de ella, diciéndole que había lo había besado dos noches atrás. Aun con las pestañas llenas de lágrimas, era bellísima…tanto como deseaba aplastar a esa chica tonta, deseaba besar a su tierna y dulce novia. Tomó su rostro y miró los ojos azules, profundos, todavía asustados.

-Harry, estamos hace tan poco tiempo juntos…pero yo siento que esto es demasiado fuerte, siempre te he querido, y el estar contigo, poder besarte, es algo que no cambiaría por nada…oh, Harry…-y se acercó a él, juntando sus labios tibios contra los de su novio. Harry adoraba esos labios como plumas que siempre lo habían besado tímidamente. Sin embargo, esa vez fue distinto, y el lo supo cuando la lengua de Ginny buscó la suya y se entrelazó a ella, mientras se incorporaba y se sentaba en las piernas de Harry. Lo que pasó a continuación fue algo que ninguno se esperaba, dada la inexperiencia de Ginny y la sobreexperiencia de Harry; ella tomó la iniciativa, demostrando que a veces el entusiasmo es mejor que la experiencia, y el se dejo llevar, para acabar (después de haber complacido a su novia, por supuesto; los Gryffindor tenían fama de cumplidores, al contrario de los Slytherin) sofocando un grito que se hubiera escuchado hasta en la cabaña de Hagrid. Se acostó sobre ella, con la frente perlada de sudor por esos breves pero intensos minutos. Ginny estaba demasiado asombrada para hablar; esto era lo que se había estado perdiendo todos esos años, mientras esperaba al hombre ideal? "Bueno, el valió la espera…pero ahora TENGO que recuperar el tiempo perdido!" pensó, sonriendo y tratando de desenredar el salvaje pelo de Harry.

-Weasley y Potter! Por Salazar! Esperen a que le cuente a Draco!

Harry saltó hasta el techo del susto, y palideció al escuchar el nombre de su archienemigo en boca de quien creyó que era Goyle. Se incorporaron para ver la esquina de una túnica desapareciendo en la puerta de la sala.

-Dios mío, Harry! Vístete, tenemos que pararlo!

-Mi varita! Dame mi varita!-grito Harry mientras se vestía a toda velocidad. Ginny le lanzo la suya, ya que la de Harry no aparecía por mas que diera vuelta la ropa; vestido solo con los pantalones, Harry se asomo a la puerta, pero no había ni señas de Goyle, y el ruido de pasos lo hizo entrar a la sala de nuevo y hechizar la puerta para que nadie pudiera entrar.

-Podríamos haber hecho eso antes- dijo Ginny, entre preocupada y risueña. Todavía no terminaba de vestirse, pero con una carcajada que no pudo evitar al ver la pinta de Harry, se le acercó y lo abrazó.- Calma, calma, no me mires como si tuviera la cabeza de un hipogrifo. Que es lo peor que puede pasar? Malfoy no tendrá como comprobarlo, y nadie le creerá, siendo enemigos como son; creerán que lo inventó para perjudicarte.

Harry no estaba tan tranquilo, Malfoy no era de los que no aprovechaban las armas que tenían. Y si…?

-Ginny!- exclamó,- Le va a decir a Snape! Y el es capaz de hacernos tragar un caldero de Veritaserum con tal de perjudicarnos…. Vamos!

Y sin hacer caso de las protestas de Ginny, se vistió rápidamente y salió de la sala sin esperarla. Corrió hasta llegar a su dormitorio y saco un pedazo de pergamino viejo, lo toco con la varita y busco a Goyle…demasiado tarde, ya estaban juntos…y ahí se acercaba Crabbe, y Pansy Parkinson…cada vez se les unía más gente…

-Oh, vamos, como si ustedes no lo hicieran, pedazos de idiotas…

-Harry.

Se dio vuelta sobresaltado al oír la voz de la chica en la habitación.

-Ginny! Como subiste? Ron no…?

-Ron está muy ocupado despidiéndose de Hermione, y todos los demás están en la fiesta, abajo en el campo de Quidditch-dijo Ginny, luciendo verdaderamente triste.-Harry, tengo la solución para que todo esto no tenga ninguna importancia.

El la miro; no lo dijo precisamente alegre. Tuvo un mal presentimiento.

-Ven, siéntate aquí…

-No, prefiero que no…Harry, debemos hacer como que terminamos, y el momento ideal para hacerlo es ahora, en la fiesta.

-Que? Por que?

-Porque así, lo que hayamos hecho no tendrá ninguna importancia, quizás nos den detenciones, pero no nos expulsaran. Tenemos que hacer que Malfoy nos vea para que no pueda usar esa información contra nosotros.-y acto seguido, lo tomó de la mano y comenzó a caminar con el.

-Pero…pero…Ginny, yo te quiero! Y justo ahora que… bueno, que…

-Calma. Solo tendremos que fingir que terminamos, pero nos seguiremos viendo a escondidas. Sólo estoy triste porque todas esas arpías te empezaran a acosar de nuevo.

Harry había llevado el mapa del merodeador con el, y al examinarlo se dio cuenta de que Malfoy y su tropa venían en su dirección.

-Ginny…Ginny, no es necesario, pensaremos en algo…

-Harry! Es la única solución que tenemos, ahora que todo ese grupo lo sabe! Tenemos que actuar rápido y esto es lo más sencillo y efectivo que podemos hacer y que no termine con esos idiotas bañados en mocos murciélago!- los Slytherin venían subiendo las escaleras desde las mazmorras y en cualquier momento aparecerían. Ginny tomó aire.- Harry, eres un bestia! En que estabas pensando? Crees que no sé que no me quieres? Crees que no sé que lo que dijo esa chica es verdad?

Harry se quedó mudo al ver la fiera expresión de Ginny. No supo que responder.

-Anda, niégalo, miénteme como lo has hecho todo este tiempo! No voy a ser otra más de tus conquistas, a la que puedes desechar cuando te aburras, sabías? Aquí tienes!

Y abofeteó a Harry tan fuerte que llegó a sacarle lágrimas, justo en el momento en que los Slytherin emergían al pasillo de entrada y se quedaban petrificados con la escena. Harry, con la mente nublada por la sorpresa, el dolor y la humillación, no supo lo que decía:

-Pues bien, si eso es lo que quieres, niñita, hazlo! Pero eso no te va a sacar el olor a leche! Eso me pasa por meterme con bebés como tú!- gritó enfurecido y salió al exterior, sin hacer caso de los "oooohh" y los "aah!" de los demás. Varias personas volvían de la fiesta en el estadio y también habían visto lo que pasaba. A Harry no le importo; no supo que pasó con Ginny, tan dolido estaba de que se hubiese tomado su papel tan en serio. Jamás en su vida había sido golpeado por una chica, y menos por una que quisiera.

Mientras tanto, en el campo de Quidditch la fiesta estaba en su apogeo. Las cuatro casas reunidas conversaban entre sí, despidiendo a los compañeros que partirían de intercambio a Beauxbatons, Onapral, Durmstrang, New Wastle y Alla-Am-Zar. El ambiente era de relajo total dado que los profesores habían suavizado la vigilancia y les permitieron traer whisky de fuego, cigarrillos de mandrágora y algunas bromas de Weasley Bromas Mágicas, entre ellas un par de fuegos artificiales con forma de sirenas que nadaban entre los alumnos, asustando a más de alguno. En los alrededores algunos chicos deambulaban, y frente al lago, apoyados en un tronco, se encontraban Ron, Hermione, Fred (que había venido a supervisar el uso de los fuegos artificiales), Parvati, Seamus y Luna, además de algunos chicos de Hufflepuff que nadie conocía.

-Vamos, Parvati! Tienes que pagar tu penitencia!-gritaban los chicos de Hufflepuff, con la voz traposa, subiendo sus vasos para celebrar a la chica.

-Oh, está bien- dijo ella y se puso a bailar lentamente la música que tarareaban casi todos en coro mientras se sacaba la túnica entre las risas de sus compañeros; la única que no parecía divertirse era Hermione, que miraba a Parvati y a Ron alternativamente, con el ceño fruncido. Fred se dio cuenta y detuvo el show.

-A ver, a ver, Hermione, qué sucede? Deberías relajarte un poco más y pasarlo bien! Es tu última noche en Hogwarts!- al escuchar estas palabras, Hermione palideció aún más y Ron se atragantó con su bebida.- Mira, te propongo algo que es absolutamente ilegal…no te gustaría hacer algo ilegal antes de irte? Digo, para que tengas algo que contarle a Viktor en Durmstrang…

Esta vez Ron se paró, tambaleante; de no ser xq se apoyó en el árbol, se caía encima de todos, y resbaló hasta el suelo, donde se quedó inmóvil.

-Ok, y que seria eso tan al margen de la ley que tienes que proponerme?- pregunto Hermione, desafiante, pero con una leve sonrisa en los labios tras ver el espectáculo de Ron.

-Tengo algo aquí que nunca has probado y que te serviría bastante para aflojarte la corbata…

-Si son cigarrillos de Mandrágora, guárdatelos. Esos no tienen ningún efecto, estudiamos la mandrágora en segundo, y como alucinógeno es…

-No estoy hablando de eso-dijo Fred, abriendo su mochila y sacando una pequeña cajita.- Es un alucinógeno Muggle, tú debes haber oído hablar de él… se llama Extasis, o XTC, como le dicen algunos.

-Ooooh…. Yo quiero uno de esos!- exclamó Luna, abriendo la boca y estirando la lengua hacia Fred. El, un poco asustado, le puso una pequeña pastilla blanca con un corazón púrpura pintado al medio. Los cuatro chicos desconocidos de Hufflepuff, tres hombres y una mujer, quisieron una también, y Fred les dio una a cada uno.

-Bien, bien…no se engolosinen, solo la primera es gratis…y bien Hermione? Qué me dices? Será capaz de arriesgarte?-dijo, y le estiro una.

-Ah, que tanto teatro por una simple pastillita, esta bien!-Ron estaba al lado de ella en estado de bulto, así que no omitió comentario. Ella lo miró y suspiró:- Total, mira a tu hermano. Así es como me despide…- y con otro suspiro, se tragó la pastilla.

Nadie supo bien que sucedió esa noche, ni cómo fue que Luna terminó haciéndole trencitas a un profesor Snape pasado a whisky de fuego, y tratando de convencerlo para que la dejara hacerle trencitas en otra parte; o por qué unos chicos que nadie recordaba haber visto en su vida se lanzaban al lago desnudos y fueron devorados por el calamar gigante ("nadie los conoce, serán elfos domésticos hiper desarrollados? Pregunto Dumbledore cuando el último dejó de patalear), o por qué Fred se fue rápidamente y sin cobrar tras ver eso. Pero el misterio más grande de esa noche fue por qué Hermione fue a su cuarto y regresó con un látigo, el cual manejaba muy bien, y a punta de latigazos hizo reptar a Ron a la Lechucería, donde estuvieron el resto de la noche.

-Harry…har—hic!—harry!- dijo una voz en el oído de Harry a la mañana siguiente. Abrió un ojo y vio una silueta borrosa que parecía ser Neville. Se incorporó justo a tiempo para evitar ser aplastado por su compañero cuando este cayó a su cama.

-Neville! Neville, que pasa?- preguntó.

-Te esta llamando la profesora McGonagall… dijo algo de que la Sra. Weasley quería hablar contigo…

Harry sintió que la sangre se le iba a los pies.

-di…dijo eso? Nada más?...

-No lo sé, Harry, no me siento bien… ayer tomé demasiado…si no fuera porque Ginny me ayudó… a todo esto, Ginny tampoco lucía muy bien anoche…

Los eventos de la noche anterior fueron apareciendo uno por uno en la cabeza de Harry: la falsa (pero dolorosa) ruptura con Ginny, las tres botellas de Jerez que se tomó con Dumbledore conversando sobre Voldemort, las cervezas de manteca que bebió bajo las graderías del estadio con Romilda Vane, Lavender Brown y una chica de Ravenclaw, Anastasia Slade, y el consomé de dragón que les dio Hagrid en su cabaña para reanimarlos. Una noche como esa no volvería a ver en Hogwarts, pensó Harry. Pero el ronquido de Neville lo hizo volver a la realidad. Se vistió y salio de la torre, apurándose para alcanzar a pasar al baño a mojarse la cara, y no se dio cuenta de que una sombra lo seguía.

Entró al baño de los prefectos, el que usaba desde que Ron le había dado la clave, y abrió un grifo. Se agachó para mojarse la cara, y cuando se levantó dio un grito de sorpresa: En el espejo veía el reflejo de Pansy Parkinson.

-Usando un baño que no te corresponde, eh, Potter?- pregunto ella peligrosamente. Harry se dio vuelta lentamente, con la mano cerca de la varita.

-No es tu problema, Parkinson. De todas maneras ya me iba, así que gracias por no decirle a nadie- dijo bruscamente e intentó ir hacia la puerta, pero ella le cerró el paso.

-Crees que no me di cuenta, Potty? Podrás engañar a los otros, pero no a mí.

-De que hablas?

-Ay, Potty, Potty…No creas que no he visto como me miras. Claro, lo nuestro es imposible, pero igual pensé que podría facilitarnos un poco las cosas haciendo que la pequeña sabandija te dejara.

-Por eso le dijiste que te había besado?-exclamo Harry, comprendiendo al fin la maquinación de la sucia Slytherin. Aun así, sucia y todo, no podía negar que tenía cierto encanto, con su pelo negro reluciendo a la luz de la mañana y la palidez casi inhumana de su rostro. Definitivamente, desde que había manejado las pociones para adelgazar y el encantamiento para hacer crecer el cabello estaba mucho mejor. Si no fuera porque él ya había empezado a querer a Ginny, habría considerado el desafío de añadirla a su lista.

-Pero claro, Potty! No me extraña que no te lo hayas imaginado, siendo un Gryffindor, no se te puede pedir mucha sagacidad- dijo ella, acercándose peligrosamente. No había duda: la magia le sentaba bien a Pansy.- Pero nos ocuparemos de eso más tarde: ahora tenemos otros asuntos pendientes.- y lo rodeó con sus brazos.

-Harry!

El miro sobre el hombro de Pansy y vio a la última persona que esperaba encontrar: era Ginny, con el mapa del merodeador en la mano. Harry recordó que ella se lo había quedado la noche anterior. La cara de Ginny era de absoluto espanto, y no espero a escuchar nada; dio media vuelta y salió.

-Ups- dijo Pansy.-Creo que dejé la puerta abierta…

Harry salió para seguir a Ginny, pero miró a ambos lados del corredor y no la vio; iba a meterse por uno de los pasadizos ocultos en que solían esconderse, pero…

-Harry! Harry Potter!

La profesora McGonagall venía hacia él, con el ceño fruncido. Harry no tuvo más remedio que quedarse donde estaba.

-Perdón, profesora, pasé a lavarme la cara y …

-No quiero escuchar sus excusas, Potter. La sra. Weasley ya habló conmigo, en vista de que ud. no llegaba. Sígame.

Y dicho esto, caminó hacia la salida. Harry no dijo nada por miedo a meterse en mas problemas y la siguió hasta la lechuceria; que diablos hacían allí?

-Muy bien. Potter. Ahora vas a entrar allí y vas a levantar al sr. Weasley, al que aparentemente se le ha olvidado que esta escuela tiene reglas incluso después de las fiestas. Que no se le olvide eso, Potter- dijo, con una mirada de advertencia.- Sáquelo de aquí, lo quiero duchado y presentable para la partida de los alumnos de intercambio. Ningún alumno de mi escuela va a dejar en vergüenza a la casa Gryffindor. Lo mismo corre para ud. Buena suerte.

Y Harry la observó irse antes de entrar a la lechuceria. Vio a Ron durmiendo sentado contra la pared, cubierto con un chal, y se acerco para darle una patada en las piernas.

-Hey! Ron, despierta! –al ver que su amigo no respondía, sacó la varita, y apuntándola hacia Ron, dijo:- Aguamenti!

-Aaaagh! Que? Que pasa, Hermione? No más, por favor! –gritó Ron, sacudiéndose el agua del pelo.-Oh, Harry! Eras tú…-dijo, y mirando alrededor, súbitamente despierto.-Y Hermione?

-Arreglándose para tomar el traslador a Durmstrang- dijo Harry, casi disfrutándolo.- Me vas a decir que anoche no pasó nada?

-Errm… bueno… es que mucho no recuerdo…sólo sé que Hermione me trajo aquí golpeándome con un látigo y que cuando estuvimos aquí…vámonos, no recuerdo que paso, quizás ella si. Tirame un poco más de agua, por favor, porque así no puedo---aghh no tanta!para!

Cuando salieron a los terrenos y vieron el castillo a lo lejos, Harry recién cayó en la cuenta de que la profesora McGonagall no le había dicho nada sobre Ginny. Sin embargo… le pareció que sabía algo…pero prefería que lo supiera ella a que se enterara Ron.

-Ron… ayer tu hermana terminó conmigo- dijo cautelosamente Harry.

-Si? Que bien, que bien…-dijo Ron, deteniéndose para vomitar tras un arbusto.

Harry sacó una pastilla de su bolsillo.

-Toma, es uno de los remedios para el vómito de tus hermanos, son efectivos en estos casos- dijo Harry y se lo pasó.

-Oh, gracias…se me olvida que tengo al sr. Pachanga a mi lado-dijo Ron sonriendo débilmente. Tragó la pastilla y de inmediato los colores le volvieron a la cara.- Oh, por Merlín, mis hermanos son unos genios! Que es lo que me decías, Harry? Mi hermana decidió que eras demasiado salvaje para ella, que es tan inocente y pura?

-er…si, algo así… es que Pansy Parkinson le dijo que yo la había besado hacía dos días…cosa que por supuesto no es cierta!-exclamó Harry al ver la mirada de furia de Ron y casi se arrepintió de haberle dado el remedio.- Pero hoy sucedió algo de lo más raro. Pasé al baño de los prefectos –decidió omitir la misteriosa llamada de la sra. Weasley- y Pansy entró …

Harry le contó todo lo sucedido a Ron, incluyendo la súbita aparición de Ginny.

-No me gustaría que tu hermana pensara cosas equivocadas, porque ella me importa…no podrías hablar con ella?

-Si, claro, Harry, pero antes me gustaría hablar con Hermione, no quiero que se vaya sin decirle que la quiero, porque allá estará Krrrum y hará todo lo posible por quedarse con ella.

Harry asintió y se sintió culpable: ni siquiera había buscado a Hermione para despedirse de ella. Llegaron a la entrada, donde reinaba una gran excitación; por todas partes se veían chicas llorando, abrazando a amigas y amigos, y hasta algunos se besaban apasionadamente entre ellos, como si no fueran a verse nunca más. Ron enrojeció cuando finalmente encontraron a Hermione: a pesar de las leves ojeras que tenía, estaba hermosa, con el pelo tomado en una trenza, e iba con jeans hasta la mitad de la pierna, botas bajas y una chaqueta corta y negra de mezclilla. Ginny la estaba abrazando y se fue antes de que Ron y Harry llegaran a su lado.

-Hermione…estas hermosísima- dijo Ron, observándola de arriba abajo.

-Ella es hermosa- dijo Harry, sonriéndole a su amiga y abrazándola muy fuerte.

-Harry, basta! O tu fan club pensará que ya no tiene una oportunidad contigo! Ron, estas hecho un desastre…que es eso en tu hombro? Iiiiuu! Te quedaste dormido en la Lechucería? Te dije que salieras unos minutos después de mi, para que nadie se diera cuenta!

Harry decidió dejarlos solos para buscar a Ginny en la multitud, y de pronto la divisó charlando como si nada con Draco Malfoy. El la miraba aparentemente embelesado, impecable en su traje de diseñador de color gris como sus ojos,el pelo rubio casi plateado desordenado por el viento y los fríos ojos clavados en los de Ginny. Ella se veía divina, con unos pantalones grises y un suéter negro que se le caía de un hombro, dejando ver su blanca piel y el sujetador rosa que llevaba ese día. Si no los hubiera conocido, Harry hubiera pensado que eran una feliz pareja de enamorados, ya que la electricidad casi se podía ver entre ellos. Harry divisó un bulto indiscreto en el pantalón de Draco; ese insecto vil y rastrero estaba teniendo una erección con su novia? No, eso no lo iba a permitir! Se acercó furioso a la parejita, pero en el camino se le cruzó una chica histérica que pasó llorando y frenó sus pasos, y Harry alcanzó a escuchar parte de la conversación que mantenían Draco y Ginny:

-Bien, bien, Weasley… me parece muy sabia tu decisión, y no te puedo mentir, estaba esperando que alguno de ustedes tuviera la inteligencia suficiente como para darse cuenta de lo que le conviene. Además…-agregó, dándole una mirada significativa- estoy muy satisfecho de que hayas sido tú esa persona…

Que? A que se refería el comemierda de Malfoy? De que decisión estaba hablando? Harry se ocultó tras de la fuente del patio para seguir escuchando.

-Yo también estoy muy satisfecha… ayer me di cuenta de que no iba a llegar a ninguna parte con ese grupito, tú sabes, la única que realmente tiene un futuro ahí es Hermione, y lo siento por mi hermano, pero ya casi puedo verlo de simple vendedor en la tienda de Fred y George.

-Oh, si, los gemelos... Sabes? Siempre pensé que era una lástima que, siendo toda tu familia de sangre limpia, no hubiera uno sólo que valiera la pena- Ginny ni se inmutó con ese comentario; peor aún, se le acercó un poco más, como para escucharlo, con una leve sonrisa.- De hoy en adelante estás bajo mi cuidado, Ginevra. Nos reuniremos hoy en la noche donde te dije, para tu…ejem…ingreso oficial a Cofradía.

-No puedo esperar, Draco- asintió ella mirándolo fijamente, y se dio media vuelta para dirigirse al castillo. El, por su parte, fue a unirse al grupo que despedía a sus compañeros que viajarían a New Wastle y Onapral, luciendo arrogante y satisfecho.

Harry pensó que estaba metido en una pesadilla: Ginny, SU Ginny, la que hace menos de 24 horas le juraba que no lo cambiaría por nada, metida en una Cofradía liderada por Draco Malfoy? Lo distrajo la voz de Hermione:

-Que imbécil eres, Ron! Por qué me dices eso justo ahora?

-Pero Hermione, yo pensé que…

-No! Es que tu nunca piensas! Estoy a punto de irme de viaje por tres meses, lejos de ti, y decides que ahora es el momento para decirme que me quieres? Hago este viaje porque estaba convencida de que no me querías, y necesitaba olvidarte!

Sin cabeza para preocuparse por los líos de sus dos amigos, Harry subió las escaleras del patio para entrar al castillo.

-Maldición! Ginny tiene mi mapa…debo recuperarlo para saber donde es la dichosa reunión hoy!- y se abalanzo sobre las escaleras para llegar a la sala común. Al entrar, no vio a nadie; el fuego crepitaba alegremente, pero todo parecía desierto.

-Ginny! Ginny, estas aquí?- exclamo Harry. No hubo respuesta.-Diablos!

Afuera sonó un ruido como disparo, seguido de uno, y de otro, y de otro. Harry supuso que serían los trasladores llevándose a los alumnos a sus destinos alrededor del mundo y trayendo a los estudiantes de intercambio. "No me despedí correctamente de Hermione, pero no importa, le escribiré explicándole todo", pensó. Sin atreverse a subir al dormitorio de las chicas porque probablemente la gente empezaría a subir pronto, salió al pasillo, pensando qué podría hacer.