La navidad llego y con ella el expreso de Hogwarts que se llevaria a los alumnos a sus casas. Ron decidió irse a la madriguera para poder dejar a Harry a solas con Ginny, aunque ninguno de ellos sospechaba que Draco también había decidido quedarse. Ron andaba exultante por la vida porque sabía que a la vuelta de las fiestas encontraría a Hermione en el colegio y podrían tener la conversación que ambos habían soñado hacía años. Onice se portó muy bien cuando se dio cuenta de que Ron ya no deseaba estar con ella, de hecho, andaba de lo mas amiga de Bill cuando se enteró de que su hermano Charlie trabajaba al cuidado de dragones porque esa era la carrera que ella pensaba seguir en cuanto saliera de las clases; al parecer estaba pensando con la linda cabecita arabe que tenía y estaba poniendole prioridad a su futuro antes que a su corazón.
En el castillo sólo quedaron algunos profesores que no tenían gran apego por las normas: la profesora Vector vivía encerrada en su despacho trabajando en su Aritmancia, La profesora Sprout en los invernaderos intentaba mezclar plantas peligrosas para tener mas material que mostrarle a sus alumnos, y los demás profesores se entretenían con las travesuras de los alumnos, así que esa semana sería relajada y llena de libertad para disfrutar del inmenso castillo. Sólo Filch se preocupaba de buscar alumnos en falta para poder castigarlos, pero desde que la sra. Norris había caído enferma se preocupaba poco y nada de mantener el orden en el colegio.
Harry recorría los terrenos del colegio buscando a Ginny, añorando la sonrisa de su pelirroja favorita, como solía llamarle. Ella también había podido quedarse luego de convencer a su madre que necesitaba esos días de tranquilidad para estudiar para sus NEWTs. Sin embargo, no la había encontrado ni en la sala común de Gryffindor ni en la biblioteca, y estaba empezando a preguntarse donde (y con quien) se había metido, hasta que escuchó una clara carcajada cerca del lago. Se acercó y encontró a Ginny sentada sobre la hierba con la cabeza de un relajado Draco apoyada en su regazo.
-Pero cual es el problema? No entiendo! Mal que mal el tonto de tu hermano está entrenando para cuando llegue Granger!-decía Draco mientras se tapaba la cara para protegerse de los pequeños golpes que le daba Ginny.-Acaso no quieres que la deje satisfecha? O solamente tú puedes…?
-Cállate, Malfoy! – exclamó Ginny muerta de la risa.- Cuida tus palabras o me voy a ver en la obligación de encerrarte en la cabaña de Hagrid de nuevo!
-Oh. Así que también usas la cabaña de Hagrid para tus aventuras, Ginny? De hecho, es un lugar que nunca he usado- dijo Harry acercándose por atrás a los chicos. Draco se enderezó inmediatamente, pero con una cara de lo más normal, que no denotaba el conocido desprecio que le prodigaba a Harry.
-No saques conclusiones apresuradas, Potter. No es lo que te imaginas.
-Ah, no? Y se supone que debería confiar en tu palabra?
-En la de Draco quizás no, pero en la mía sí- interrumpió Ginny visiblemente molesta.- Y yo te aseguro que Draco y yo no hemos hecho nada que te perjudique.
Harry los observó por unos instantes, sin saber qué hacer o decir. Hace unos segundos eran la viva imagen de una pareja enamorada y se veían hasta bien juntos… "pero en que demonios estoy pensando? Ella es mi novia y él es solo un amigo… quizás debería hacer un esfuerzo y…"
-Te sientas con nosotros, Potter? O te vas a quedar ahí mirándonos con la boca abierta?
Tanto Ginny como Harry se quedaron mirando horrorizados a Draco, pero Harry se horrorizó más de sí mismo cuando se sentó al lado de ellos, sin saber muy bien qué estaba haciendo.
-No sabía que también te quedabas aquí, Malfoy. Qué pasó? Papi y mami están muy ocupados persiguiendo muggles como para preocuparse de ti en navidad?
-Oh, no, Potter… de hecho, papi y mami salieron de vacaciones a Francia con sus amigos y yo decidí quedarme aquí, no me atrae la idea de visitar a los socios de mis padres allá. Claro que dudo que sepas lo que es eso, dado que tu no tienes papi ni mami con quienes salir.
-Draco!
-No, Ginny, está bien. Déjalo que se exprese, mal que mal, tendré que acostumbrarme a su presencia si es verdad que son amigos. Los amigos de mi novia son mis amigos, aunque no te guste, Malfoy, así que tu también deberias ser un poco más educado y comportarte.
-Tú me vas a dar clases de comportamiento, Potter? El chico que hasta hace unos meses usaba cada rincón del castillo para…?
-Draco, cállate! Cállate!- gritó Ginny enojada. No se dio cuenta de que Harry reía muy entretenido.
-Oh! Bueno, sí, ese es mi pasado, pero ahora que tengo a Ginny – y la abrazó, dandole un beso en la mejilla- no tengo que recurrir a tonteras como esa para sentirme bien. Mi niña ha cambiado todo eso y ahora soy un hombre totalmente nuevo.
Draco sonrió de una manera casi dulce observando a Ginny, y dijo:
-Sí, bueno, Ginevra tiene ese efecto.
El rostro de ella se puso de todos los colores. No entendía qué estaba pasando. Harry Potter y Draco Malfoy…lanzándole cumplidos… sin sacarse la cabeza de un mordisco? Qué mundo paralelo era ese? Sería un milagro de navidad? Estaba tan sorprendida que no notó en qué momento los chicos comenzaron a hablar sobre Quidditch, el tema favorito de ambos, y después la conversación giró sobre la escoba de Harry.
-Todavía no la pruebo, mi padre se niega a comprarme una.
-La quieres probar? Digo, aprovechando que hoy no hay tormenta, es un día ideal para volar.
Era cierto. Todavía quedaba nieve de la última tormenta, pero se estaba derritiendo rápidamente con el sol que había emergido entre las nubes y que brillaba ese frío día. Antes de que Ginny pudiese reaccionar, Draco y Harry se levantaron, sacudiéndose la nieve que se había quedado pegada sobre sus chaquetas, y le tendieron una mano cada uno para ayudarla a levantarse.
-Vienes, supongo, no es así, mi amor?
-Si, Ginny, vamos, así aprovechamos de practicar un poco, hace tiempo que no vuelas – y agregó dirigiéndose a Harry:- me tiene aburrido, todo el día se queja de lo mucho que echa de menos volar.
-Siii! Es terrible…
El resto del día pasó como un sueño. Volaron juntos en el estadio, almorzaron como viejos amigos, jugaron ajedrez mágico en la tarde (juego en el que Malfoy era pésimo) y para la noche, Draco los invitó a las mazmorras a tomar un whisky de fuego aprovechando la escasa vigilancia que había en el castillo. Harry aceptó y se ofreció para ir a buscar dulces a Honeydukes.
-Esperenme en la sala de Gryffindor, yo no me demoro nada- dijo mientras se alejaba con la capa invisible y el mapa del merodeador en la mano.
Draco miró a Ginny con un brillo diferente, aunque un poco triste, en los ojos. Ella sólo atinó a sonreírle sin creer lo que estaba pasando.
-Y, Ginny? Estás contenta? Debo admitir que Potter puede ser bastante agradable para un Gryffindor.
-Oye! Yo también soy Gryffindor!
-Por eso lo digo- dijo él y sin previo avisó le plantó un beso en la mejilla para luego salir caminando tranquilamente hacia la torre de Gryffindor.
-Me van a volver loca! –le gritó Ginny al rubio que se alejaba silbando, y salió corriendo tras de él. Cuando se acercó vio que Draco rehuía su mirada.
-Qué raro es todo esto, Ginny. Es como un sueño. Pero lo más raro de todo es que no es como mi padre me lo habría descrito. Siempre me dijo que debía juntarme con gente e mi clase, personas cultas y con poder que me pudieran ayudar a llegar lo más alto posible. Y sin embargo, aquí estoy, con dos personas que no tienen nada que ver con mi mundo, y soy feliz. Por primera vez veo de todo lo que me había estado perdiendo y me siento más liviano, con menos preocupaciones…
-Qué preocupaciones? Que pasa? Te puedo ayudar en algo? Me gustaría serte útil.
-Pero no puedes ayudarme, son cosas de familia. Lo único que tengo claro es que estoy feliz de haberme quedado aquí, contigo, y bueno, con mi nuevo amigo Harry Potter- dijo Draco desternillándose de la risa.
Siguieron caminando hacia la torre de Gryffindor en silencio, mientras Ginny pensaba en lo raro que había estado Draco desde ese día en que lo encontraron discutiendo con Snape. Estaba apagado, con el ceño fruncido y murmurando para sí mismo la mayor parte del tiempo, aunque a veces Ginny lo encontraba mirándola con una mirada triste, como desesperanzada. Hacía días que no lo veía reirse como esa tarde y estaba muy satisfecha de tener a los dos hombres que amaba juntos y felices, aunque fuera por un día.
-Hola? Tierra a Ginny! Cuál es la contraseña?
-Oh, si! Berlin es un pastel- dijo Ginny.
La sala común estaba vacía y se acomodaron en un sillón para jugar una partida de Snap explosivo mientras esperaban a Harry, que llegó una hora después cargado de dulces, brujas fritas y cerveza de manteca.
En las mazmorras tampoco había nadie. "Los dos Slytherin que se quedaron son novios y deben estar en la sala del requerimiento… a falta de un lugar más privado…" Se sentaron frente al fuego y sobre una mullida alfombra blanca que se extendía sobre el suelo de piedra. Sacaron sus provisiones y comenzaron a tomar cortos de whisky. Ginny nunca había tomado, lo que les causó mucha gracia a los chicos.
-Iuuu! Se supone que esto es rico? Me estoy quemando!- dijo al probar el primer corto.
-Agh, por lo menos ya no me quema- comentó con el segundo.
-Dale, por que no buscamos vasos más grandes?-preguntó con el tercero.
-Uhhh! No sean niñitas, uds no han tomado nada!- exclamó con el cuarto.
-E E E E !- canturreó con el quinto, ya bastante achispada, obligando a los otros dos a tomar de la botella. Draco se moría de risa con las caras que ponían los dos, pues Harry tendría mucha experiencia pero seguía poniendo caras cuando tomaba algo más fuerte que una cerveza de manteca. En cambio, él estaba acostumbrado a tomarla porque su padre lo obligaba durante las largas conversaciones que mantenían cuando visitaba Malfoy Manor.
-Draco, no pensé que fueras tan buena leche- decía Harry abrazando a un estupefacto Malfoy.
-Juajuajuaaaa ahora somos todos amiguis… salud por eso!- exclamó Ginny con una cerveza de manteca en una mano y con una bruja frita en la otra.- Uf, qué calor, permisoooo me voy a sacar el polerón- dijo, sacándose el pesado polerón y quedando con un femenino y delicado top negro.
-Mi color favorito, que guapa te ves!- dijo Draco alzando su vaso.
-Por la chica más linda de Hogwarts- dijo Harry y se acercó a besarla, demorándose más de lo normal en el beso mientras saboreaba el rastro de whisky en los labios de su novia. Draco los miró un poco incómodo.
-ya, ya, ya, suficiente! No cuenten oro frente a los pobres, no tienen ni un respeto…
Pero Ginny se separó de Harry y se acercó a Draco, deteniéndose a centímetros de su boca.
-Siii? Eso se puede remediar fácilmente, Malfoy. Sólo dilo.
-De…decir qué, exactamente?
-Uf, Malfoy, habrías hecho un pésimo pimp- dijo Harry sin prestarles mucha atención mientras empinaba por enésima vez la botella, que gracias a un hechizo se llenaba sola.- Esta tontera no se acaba nunca!- agregó, y tomó un largo trago, después del cual se echó de espaldas sobre la alfombra y se quedó inmóvil.
-Draco… no sabes las ganas que tengo de hacer esto…-y agregó susurrándole al oído, de manera que sólo él pudiera oirla.- Y el whisky me da la excusa perfecta para hacerlo.
El no supo muy bien qué hacer, pero no fue necesario que hiciera nada, porque Ginny puso suavemente sus labios sobre los suyos, apenas dejándolo sentir su humedad, mientras con una mano desordenaba la suave cabellera del chico. El nunca había besado así a una chica; no sólo había deseo en aquel ligero beso, sino que también había una ternura dulce y lánguida, como si fuera algo que ambos deseaban hacer hacía mucho tiempo y que no deseaban ver roto por nada del mundo. De a poco sus lenguas fueron perdiendo la timidez inicial y se encontraron, haciendo el beso un poco más urgente. Harry no daba signos de vida a sus espaldas.
-Ginny, te quiero- dijo Draco casi sin aliento. Nunca se imaginó que algo tan simple como un beso pudiera arrancarle las palabras que nunca le había dicho a nadie. Ella se separó unos segundos para mirarlo a los ojos.
-Yo también te quiero… y ahora quiero demostrarte cuánto.
Acto seguido se sentó sobre él para tomarle la cara con las manos y seguir besándolo, cada vez más ávida, dejando sus manos recorrer el pecho del rubio, que tenía la cara encendida de un vivo rubor y no sabía muy bien cómo reaccionar. Ginny se deshizo del polerón de Malfoy abriendo el cierre lentamente y deslizando la tela por los hombros del chico para después meter las manos bajo la camisa gris que llevaba puesta y deleitarse con la suave piel que ocultaba. La respiración de Draco se hizo más agitada y decidió atacar el blanco cuello de Ginny con pequeños besos que fueron mutando en leves mordiscos que dejaban una marca rosada en la piel tibia de la chica.
-Qué demonios…pasa aquí?- dijo una voz arrastrada. Era Harry que había logrado desafiar al mareo y se había incorporado sobre un brazo. Los otros se detuvieron en seco y lo quedaron mirando horrorizados. El se acercó y besó a su novia como si nada hubiera pasado.-Supongo que para mí también hay un poquito de amor, no?
-Por supuesto, mi amor.. te sientes bien? No prefieres que te vaya a acostar?
-Cómo? Supongo que no me vas a hacer dormir solo en esa torre oscura y fría! No! Yo quiero ir contigo!
Draco todavía estaba ruborizado y estaba empezando a marearse, aunque era lejos el más sobrio de los tres.
-Está bien, Potter. Creo que todos tuvimos…er… suficiente por hoy. Ginny, por favor, llévatelo a dormir, no tengo ganas de levantarme mañana a limpiar vómito Gryffindor.
-No quieres que vuelva?-pregunto Ginny esperanzada, se sentía rara, casi como afiebrada, y el culpable de todo eso estaba ahí parado echándola prácticamente y negándole cualquier posibilidad de continuación.
-No, creo que será mejor si conversamos mañana. Por ahora Potter está a punto de quedarse dormido en la alfombra, cuando lo acuestes acuérdate de anclarlo para que la pieza no le de vueltas.- "por lo menos no van a poder hacer nada con Potter en este estado" pensó Draco amargamente; él también hubiera deseado continuar con lo que había quedado a medio camino, pero no con Harry Potter dormido al lado. Ginny pareció adivinar sus pensamientos, porque dijo con una sonrisa levemente cruel:
-Oh, no te preocupes por eso, le voy a dar a Harry un reconstituyente que le encargué a Fred y George, ya sabes, cura la borrachera y da fuerzas para seguir toda la noche… bueno- dijo apuntando con su varita a Harry que había caído dormido nuevamente mientras conversaban- Movilicorpus! Buenas noches, Draco.
Ginny llevó a Harry distraída por los pasillos del castillo que estaban en un silencio apenas roto por el silbido del viento afuera. Aún sentía el cosquilleo en los labios donde Draco la había besado tan dulcemente… Su distracción le costó más de un cabezazo a Harry que se golpeó con una armadura y el borde de la entrada de la sala común.
-Me duele la cabeza…- gimió Harry como un niño pequeño, apoyando la cabeza en las piernas de Ginny sentada frente a la ventana.
-Espera a que la poción haga efecto, Harry. Es milagrosa, o por lo menos eso dice la etiqueta, y mis hermanos no venderían nada con publicidad falsa.
-Si, necesito un milagro ahora ya, porque no pienses que voy a dejar pasar esta oportunidad de hacerte mía toda la noche- murmuró Harry como quien comenta el tiempo.- Ayayay, mi cabecitaaa…
Ella le acarició la revuelta cabellera mientras pensaba lo guapo que era su novio, con sus ojos intensamente verdes y esa piel tan pálida, muy british, como decían las niñas de las escuelas extranjeras cuando lo veían pasar. Sabía que su chico era deseado por la mitad femenina del colegio, pero eso no le provocaba la menor inseguridad; si Harry estaba con ella era porque la había elegido. Besó su cicatriz para luego bajar hasta su cuello, que bajo la luz azul de la noche se veía más pálido que de costumbre. Lo besó hambrienta, sintiéndose culpable por besarlo pensando todavía en Draco, y decidió concentrarse sobre ese chico maravilloso que todavía no reaccionaba muy bien.
-Que mal comportamiento ha tenido, sr. Potter. Me deja muy decepcionada, me esperaba una conducta ejemplar de usted.-dijo y sin más preámbulo le sacó de un tirón la camiseta que llevaba puesta para devorar su torso y concentrarse en el caminito que nacía en su ombligo. Sonrió complacida al sentir la rápida respuesta de su novio bajo el pantalón y lo siguió torturando, acariciándolo sobre la tela del jean.
-Me parece que ya no estás tan mal como hasta hace unos instantes, no?
-Mal? Te parece que me siento mal?-dijo de improviso él animándola a seguir hacia abajo mientras bajaba lentamente el cierre del pantalón. Ginny no necesitó una invitación y apenas tuvo a la vista la dura erección de Harry se la tragó entera recorriéndola con la lengua en una caricia que el no pudo soportar mucho rato. Tomándola por los hombros la levantó y desgarró el pequeño top negro para poder besar los pechos de Ginny a su antojo.
-Esta sí es la conducta ejemplar que espera, srita. Prefecta?
-mmm…si, esta es la conducta que espero de todos mis compañeros.
-De todos?-preguntó Harry dándole un mordisco al pezón de Ginny, quien llegó a saltar de la sorpresa y el placer.- Voy a convertirme en tu compañero favorito, entonces.
Esa noche tuvieron que lanzar un hechizo silenciador a la puerta de la pieza de Ginny para que los compañeros de Gryffindor que se habían quedado no pudieran escuchar los gritos que salian de la habitación, mientras en otra parte del castillo un chico rubio golpeaba con rabia la pared de la suya.
La mañana siguiente amaneció con una leve pero persistente nieve. Draco se despertó tarde y en la soledad de su cama recordó la noche anterior. Su sangre empezó a hervir ante la impotencia de no saber en que demonios pensaba Ginny. Que habia pretendido la noche anterior incitandolo asi? Por poco habia cedido a la tentacion de tenerla junto a el y poder por fin sentirla de la manera mas intima, como en sus sueños…pero la presencia del Gryffindor lo contuvo. El solo pensamiento de involucrar a Ginny en una historia como la suya, oscura y fría, y exponerla al peligro que su padrino le había insinuado le ponia loss pelos de punta. Todavia no tenia claro cual seria la famosa mision, ni cuando tendria que cumplirla, así que prefería abstenerse y cuidar a Ginny de lejos.
Se levantó para caminar hacia la ventana poniendose la bata sobre el delgado pijama. Esa mañana era navidad, pero lo que para otros significaba alegria y descanso, para el eran solo malos recuerdos. Las navidades en Malfoy Manor solían ser bastante solitarias pese a la cantidad de gente que solia visitar a la familia Malfoy durante esa fecha; por lo general se trataba de los amigos mortifagos de su padre y sus hijos, pequeñas y malvadas criaturas que gozaban planeando las mas terribles bromas, ojala involucrando la magia negra que sus padres les habian enseñado desde pequeños. Draco no podía disfrutar mucho, se sentía extraño haciendo esas cosas, aunque por su propio bien disimulaba y se unia al grupo para que su padre no tuviera que preguntarle por que no disfrutaba con la cruedad de los otros niños. A veces, las travesuras mas inocentes conseguian divertirlo y se reia un buen rato, pero esas eran contadas ocasiones, cuando lograba que el grupo hiciera lo que el queria.
A los pies de la cama encontro cuatro regalos, muchos menos de los que encontraba habitualmente. Supuso que se deberia al viaje que sus padres estaban haciendo por Francia y se acercó a abrirlos. El primero era de su padrino y era una minuscula botella de vidrio con un liquido negro. "Felix Drame" penó Draco reconociendol instantaneamente y sonriendo ante el retorcido gusto de su padrino. El segundo paquete contenia una pequeña esfera cuidadosamente envuelta y una carta de su madre.
"Feliz navidad, hijo querido... espero que no te enojes por la falta de regalos, tu padre y yo los llevamos con nosotros y te los entregaremos cuando llegues a casa. Sin embargo te envio un pequeño adelanto que quizas te sea util: es una esfera de adevertencia que te avisa cuando tus amigos o seres queridos corren peligro."
-Espero no ver nada dentro de ella- murmuro Draco aunque encontro el regalo sumamente util.
El tercer paquete era otro frasco, esta vez con tres redondas pidoras azules, y una nota escrita por la mano de Ginny:
"Draco, este regalo que te hago es una novedad que muy pronto encontraras en la tienda de mis hermanos. Estas pastillas son pocion multijugos concentrada y mejorada; si quieres convertirte en alguien, solo tienes que tomar una y concentrarte en la persona en la que te quieres convertir."
El cuarto regalo lo intrigo no tanto por la pesima envoltura que presentaba, sino que por el zumbido que provenía de el. Lo abrio y encontro una caja con una snitch dentro. No traia ninguna nota, pero el mensaje era claro: "a ver si practicando con esta snitch logras verla durante los partidos", como varias veces le escucho decir a Potter la tarde anterior.
En la pieza de cierta chica Gryffindor la navidad habia llegado tambien, peronadie abria regalos. Harry había despertado por culpa del dolor de cabeza que empezaba a martillar su cabeza, pero Ginny no tenia niguna intención de abrir un ojo siquiera.
-Ginny, despierta! Es navidad!
Ella murmuro algo que sonaba como "pudrete, potter".
-Ah, si? Ok- el moreno se metio bajo las sabanas y empezo algo que logro hacer saltar a su novia.
-Harryyyy! Sueñooo!
-Anoche no te quejaste tanto...
-porque anoche no habia tenido tanta accion y debo preservar mi integridad fisica si quiero volver a montar una escoba.
-Arriba, vamos a la sala comun!
Abajo estaban las dos chicas que se habian quedado para navidad, Amelia Williby y Onice Embur. Ambas ya habian empezado a abrir los regalos.
-Oh, harry, gracias!- Ginny se encontro con el set de maquillaje que le habia regalado Harry, que contenia todo lo necesario para convertirse en una diva.
-Gracias a ti, amor- respondió el admirando los guantes potencia-hechizos que había recibido de su parte.
-Que bueno que te gustaron... oh, que lindo!- un hurón en miniatura había salido de una caja y se habia subido al hombro de Ginny. La nota que lo acompañaba explicaba que era:
"Ginny, probablemente no sepas que es esto porque es lo ultimo en tecnomagia, asi que te lo explicare: este hurón es un persocon, una especie de robot que te permite hablar con quien tenga otro, buscar información tanto en el internet muggle como en el magico y usarlo como agenda, entre otras cosas. Se recarga con tu propia magia asi que no requiere cables ni nada. Es un invento nuevo que desarrolló el ministerio basado en los computadores muggles, yo tengo uno que tiene forma de anillo."
Nadie entendía mucho esa explicación y se encontraban jugando con el pequeño hurón cuando de pronto este se quedo quieto y lanzo un timbre por el hocico.
-Que hago? Que hago ahora?- pregunto Ginny.
-Tomalo!- dijo Onice sorprendida. No se le ocurría otra cosa que hacer.
-Hola? Hola, Ginny?
-Draco?
-Feliz navidad! Me preguntaba si ya habias abierto mi regalo- dijo Draco alegremente.- Oye, que t eparece si nos juntamos mas tarde?
Ginny miro a Harry que no parecia muy contento, ni por el costoso regalo que le habia hecho el slytherin a su novia ni por la invitacion que estaba escuchando. Sin embargo penso que si Malfoy iba a estar en la vida de su novia (y asi lo indicaban todos los signos) lo mejor seria que empezase a aceptarlo.
-Anda- le dijo resignado.- Yo y las chicas queremos ir a cazar a los Huffys que se quedaron, asi que no hay problema.
-Genial, nos vemos a las 4 en el vestibulo?- pregunto Draco.
-Vale. Nos vemos, Draco. Adios.
Al rato después Harry, Amelia y Onice salieron listos y bien abrigados para su aventura dejando a Ginny leyendo el manual de su persocon.. Ginny salió al rato después y esperó a Draco en el lugar acordado, pero en su lugar se acercó un acezante Harry.
-Harry? Que haces aca? Que paso con la caza?
-Cambie de lugar con Draco, le entusiasmó la idea de ir a por los Huffepluffs y yo tenia ganas de estar contigo- le dijo Harry besándola alegremente.
-Seguro? Creo que mejor lo llamo a su persocon...
-NO! Es decir, parece que no lo andaba trayendo consigo- respondió él rapidamente.- O que, prefieres estar con el?
-Ay, Harry, qué celoso eres... bueno, está bien, qué quieres hacer entonces?
-Vamos a caminar? La nieve ya paró y estoy aburrido de estar en el castillo.
-Vamos entonces.
Harry andaba más cariñoso que de costumbre, se detenia a cada rato para besarla y abrazarla, al parecer contentísimo de haber decidido estar con ella, como si no la hubiera visto en una semana, y Ginny aprovechaba cada instante de la nueva faceta del moreno. Finalmente llegaron a un claro en medio del bosque donde se encontraron con una tienda levantada por arte de magia con el interior lleno de mantas, mullidos almohadones, dos cervezas de manteca y un gran lote de ranas de chocolate.
-Harry! En que momento hiciste esto?
-Eeeste... Dobby?
-Que lindo eres- lo besó emocionada empujándolo al interior y derribándolo sobre los cojines, de pronto le había entrado un deseo incontrolable de comerse a besos a ese chico que era capaz de entregarle tantos momentos bonitos y amarla como la amaba.
-Ginny...- alcanzo a decir el antes de caer de espaldas, los besos de Ginny le estaban haciendo ver estrellas, nunca había besado asi a nadie, todas habían sido aventuras pasajeras que ni siquiera valia la pena recordar, no cuando tenia a esa chica que parecía querer tocarle el alma con los labios. Sin embargo en esa ocasión el era quien deseaba llevar el mando y lograr que ella se relajase y lo dejara hacerla tocar el cielo, su cielo. La dio vuelta para quedar el arriba y poso sus labios dulcemente sobre su frente y sus mejillas para detenerse en los ansiosos labios que lo esperaban. Sus manos comenzaron a recorrer delicadamente todo el cuerpo de Ginny que gemía extasiada; Harry no era precisamente el tipo de chico que se detiene en contemplaciones. Ahora se ocupaba de desabrochar la blusa y llegar a los delicados pechos que se le ofrecían y los tomó con las manos, acariciándolos antes de besarlos lujuriosa y lentamente mientras ella enredaba sus dedos en la alborotada cabellera negra.
-Por favor... hazlo ahora, quiero tenerte ahora mismo, amor- gimió entrecortadamente la pelirroja tomando la cara de Harry y subiéndola hasta sus labios; una de sus manos bajó para liberarlo de sus pantalones.
-Ginny...no te...imaginas cuanto te quiero...- murmuro el desabrochándole el pantalón y lanzándolos lejos para por fin poder unir su piel a esa otra tan ansiada. Por fin sus cuerpos se encontraron y no soportaron más la espera; el penetro en ella arrancándole un pequeño grito de placer, y siguió embistiendo una y otra vez, cada vez mas fuerte, sin dejar de mirarla y disfrutar viéndola quedarse muda, sobrepasada por las deliciosas sensaciones que la invadían bajo sus manos. Por fin la sintió llamando su nombre y quedarse quieta un instante perdida en sus ojos, dándole a él la libertad de dejarse llevar también y alcanzar una cumbre que nunca antes habia conocido.
Se quedaron quietos y sudorosos, todavía reponiéndose del breve pero intenso encuentro.
-Draco?
-Si?- apenas lo dijo se dio cuenta de su error.
-No era necesario que hicieras esto- le dijo Ginny revolviendo el pelo de el.
-N...no?
-No... pero yo sé que no había otra forma de lograr que te relajaras... y a mi no me importa, porque es tu alma la que acabo de conocer, y créeme que solo has logrado que te quiera aún más con esta pequeña travesura.
-Qué es esto?- exclamó una voz fría y grave tras ellos.- La chica Weasley y el-joven-que-vivió?
