Saga de Ayame y Kouga
Primera Parte
Aquella mañana que Ayame decidiera partir, se propuso no llorar, pues no estaba segura si Kouga la seguiría y de hacerlo aun tendría la incertidumbre si era por el clan de los hombres lobo o por ella, eso le dolía, pero no había marcha atrás, así recordaba esos días, cuando al fin él vino por cualquiera que fuese su motivo.
Así llevaban casi un año compartiendo peleas contra toda clase de seres que los amenazaran, Kouga por su lado trataba de cumplir con la promesa hecha a Kagome, el no matar seres humanos, no era fácil pues la manada que vivió al lado de la familia de Ayame estaban acostumbrados a comer humanos.
Para desgracia de Ayame, la explicación de Kouga más que sonarle razonable, le llenaba su corazón de celos, por tanto, la hacia llevarle la contra, pero internamente sabía que el chico tenía razón, por lo que poco a poco fue cediendo. Aunque eso no era lo único que la molestaba, pues muchas noches Kouga regresaba al lugar donde compartieron con aquellos guerreros humanos y un mitad demonio su lucha contra Naraku.
No podía evitar sentir desesperación, rabia al no verla más, Kagome fue un elemento muy importante en su vida, por lo que poco a poco iba deprimiéndose, no se resignaba a no verla, deseaba que de alguna manera el perro tonto encontrara la forma de traerla de vuelta, pero no era así, él mismo vio la cara de frustración de Inuyasha, esa noche que él partió, se percato que Inuyasha no era del todo honesto, que seguramente ocultaba una verdad que les dolería, así que poco a poco fue tomando en cuenta la propuesta de Ayame de ir a reconstruir su tribu.
Esa mañana Ayame lo vio regresar, tan cabizbajo como otras ocasiones, no deseaba decirle más, pero ya estaba harta de tener que esperarlo, de tener que amarlo oprimiendo su corazón para que no estallara de dolor, era tan fuerte el amor que le tenía al chico y este sin percatarse en lo más mínimo, tanto tiempo que pasaron juntos, tanto tiempo que se ha dedicado a animarlo, a ser su amiga, a ser tantas cosas, que ya era suficiente.
- Ya estoy harta de ti
- Qué dices Ayame
- Que estoy cansada, mira nada más, así nunca llegaras a nada
- A que te refieres
- No vas a traerla de vuelta yendo a buscarla
- Eso es algo que a ti no te importa
- Claro que me importa, me importa porque te engañas solo
- Yo no me estoy engañando
- Que no puedes ver o te haces el ciego
- Deja de probar mi paciencia Ayame
- No la estoy probando, se conciente, ella esta enamorada de Inuyasha
- Qué quieres conseguir con eso, ese estupido perro no la hará más feliz que yo
- Eso es lo que tu dices, pero es una total mentira y bien lo sabes, ellos se aman
- Tal vez algún día cambie de opinión Kagome
- Y te quedaras esperando toda la vida Kouga, aunque ella regresara a este tiempo, buscaría a Inuyasha y siempre será así
- Ya no quiero discutir eso contigo, no lo entenderías
- Entiendo mejor de lo que crees, exactamente porque me pasa lo mismo que a ti
- De que hablas
- Yo he sido una tonta al esperar por ti, a que abras los ojos y veas a quien si te ama y quien te puede dar todo eso que estas buscando en una fantasía, pero ya me canse, yo si tengo un limite y no pienso seguir llorando por ti o esperando que algún día me veas y me ames, ya no Kouga, si tu quieres sufrir, sigue así como vas, pero yo ya no.
- Ayame, lo siento
La chica ya no lo quiso escuchar, mejor se dio la media vuelta y comenzó a correr dejando tras de si, un montón de hojas para perder su rastro, quería estar sola, pero más razón no podía tener, así que prefirió no imaginar algún futuro, sino consolar su corazón, empezar por olvidar y borrar toda huella que la lastimara, así que en los siguientes días, cumplió su amenaza, se fue alejando de Kouga, ella haciendo todas aquellas cosas que le correspondían en su tribu, siempre ocupando su mente en cosas productivas.
Kouga por su lado al fin empezaba a ver todo lo valioso que es Ayame, al alejarse de él, se pudo percatar de todo aquello que la chica hizo para ayudarlo a salir adelante en su tristeza, de verdad lo amaba, aguantando y callando tanto tiempo todos esos sentimientos que la mataban. No deseo comparar, pero tenía razón, así como Inuyasha daría todo por Kagome, así mismo lo haría ella, exactamente como Ayame lo hacía también con él, pero él no le correspondía, se pregunto si aun podría sentir algo más por esta chica.
- Kouga…. Kouga… hemos descubierto que el rió de la parte más alta de aquella montaña, esta repleta de peces
- Ginta tiene razón Kouga, al parecer están llegando aun más, no se que sucede pero seria buena idea llevar a más hombres para sacar la mayor cantidad de peces
- Hakkaku, Ginta, hasta que se les ocurre algo bueno, vayan a la cueva a pedir refuerzos
- Si
- Seria buena idea adelantarme, tengo hambre y de paso puedo darme un baño
Al llegar al rió ve de lejos a Ayame jugando con unos niños, esa sonrisa que dejaba nacer desde sus labios, tan radiante al trasmitir mucho cariño a los pequeños, lo enternecieron, ellos jugaban en la orilla del rió y chapoteaban el agua, por lo que muchas gotas iban saltando al aire, mientras tanto se levantaba un pequeño arco iris, lo cual trajo a su mente el día que le prometió a la chica, casarse con ella, sabía bien que se lo había prometido, pero pasaron dos cosas después de eso, la ilusión con la señorita Kagome y la obligación de vengar a sus compañeros tras ser muertos por Naraku, aunque la intento alejar muchas veces para que no corriera peligro, ella siempre se mantuvo allí.
Un joven se acerco a la muchacha, la cual se alegro mucho al verlo, se veían platicando tan amenamente que de pronto cinto algo en el pecho, acaso serian celos, pero no estaba del todo seguro, así que siguió observando hasta que le llego el olor de sus compañeros, trato de que no se dieran cuenta a donde miraba, pero sus fieles compañeros Ginta y Hakkaku entre sus tonterías distrajeron a los otros hombres lobo para que no lo notaran, aunque ellos si lo llegaron a ver.
- Oye Kouga, no había querido decirte nada, pero Goshi esta pretendiendo a la señorita - - - Ayame
- Eso me tiene que importar a mí Hakkaku
- No lo se, pero es que… no se como decirlo, dilo tu Ginta
- Kouga nosotros hemos notado como la miras últimamente
- Y eso que
- La señora… Kagome no creo que vuelva
GOLPE
- Qué dices estupido
- Hakkaku no quiso molestarte, pero sabes que ella te miraba más como amigo
- Si, así es y además, siempre la trataste bien y ella prefería a aquel tipo
- Me siento realmente muy molesto… quienes se creen para hablarme así
- No queremos verte así de mal
- Siempre haz sido un buen líder y no te mereces estar así
- Ayame puede ser un tanto incomoda, pero es fuerte y buena contigo
- Cuando esta de buenas
- Ya lo se par de inútiles, pero eso es cosa que no pretendo hablar con ustedes
- Muy bien Kouga, nos vamos para no molestarte más, vamos Ginta
Muchas horas pensó en todo aquello que le dijeran sus amigos, aunque no le gustara aceptarlo, tenían razón, así que dejando a un lado su orgullo, fue tratando de acercarse a la chica poco a poco, pero ella no le prestaba casi atención y ya lo estaba hartando su actitud, pero llego un momento en el que tampoco pudo contener ya su inconformidad al verlo con ese tal Goshi. Esa tarde el amigo de la chica salio de caza, por lo que vio su oportunidad para hablar con ella.
- Mira Ayame quiero hablar contigo en serio
- No veo para que tengamos que hablar
- Que sientes por Goshi
- Ese no es asunto tuyo
- Te iras con él entonces
- Que necio, te lo repito, eso no te importa
- Claro que me importa
- Así y por qué
- Acaso tiene que haber algún motivo
- Si de lo contrario no veo porque interfieres
- … Me cuesta trabajo Ayame
- No entiendo
- Este tiempo… desde que dejaste de estar a mi lado… no es lo mismo
- A qué quieres llegar
- Qué me gustaría intentarlo otra vez
- Ya te explique, a mi no me basta con sólo ser tu apoyo porque no te veo como a los demás
- Así me sigues viendo
- … Se supone que no debía decirlo… tal vez
- Y si yo también hablara de lo mismo
- ¿Qué, es broma verdad
- No, deseas ser mi mujer Ayame
La muchacha abrió los ojos lo más grande que pudo, sus oídos dudaban en captar el significado de esas palabras, cuantas veces espero escucharlo decir eso, ahora ni se lo creía, mientras que él chico entendió que ella no dejaba de quererlo y por eso su estado de sorpresa, así que no espero más para tomarle sus manos y posarlas en su pecho mientas Ayame sentía estar en un sueño. Después le besa sus manos como antes lo hiciera con Kagome, para ahora verla a ella como lo que realmente es, una persona hermosa y enamorada, dispuesta a entregarle su vida, pero ahora si sería correspondida. Lentamente bajo a su rostro para darle un pequeño beso, a lo que hizo que ella soltara sus manos y lo abrazara del cuello.
- Que sientes por Goshi
- Él es un buen amigo
- No son algo más
- No, simplemente me dio ánimos y yo a él le estoy ayudando con una chica de la manada
- Entonces él tampoco esta interesado en ti
- Sólo somos amigos
- Bien, porque desde ahora serás mi mujer y no deseo que ande…. - Lo interrumpe con un beso.
- No me des ordenes Kouga, ya sabes lo que siento por ti, así que no empieces
- Esta bien, pero no intentes pasarte de lista
- Te amo Kouga
El chico prefirió responder con un beso, pues aun sentía que era muy pronto para decir las mismas palabras que ella, aunque con su cariño no tardo en hacerlo decírselas, así paso el tiempo y Kouga fue descubriendo lo maravillosa que es Ayame, por lo que en ningún momento se arrepintió de su decisión, hicieron una familia y vivieron felices.
500 Años en el futuro:
- Ayame, hija se te va ha hacer tarde para la escuela
- No tengo ganas de ir mamá, no conozco a nadie
- Lógico, pero tu sabrás hacer amigos, eres muy simpática e independiente, no necesitas estar rodeada de gente para moverte
- Si, pero no se mamá, desde que llegamos, tengo un presentimiento
- Anda hija, mejor vete que llegaras tarde, seguro que esta por pasarte algo muy diferente, por eso estas así
- Gracias mamá, nos vemos en la tarde
Llegando a la escuela, después de que localiza su salón, al dirigirse a el se topa de frente con un muchacho, el cual se enoja bastante pues sin querer le tiro sus libros, ella apenada le ayuda a recogerlos, él después de notar que es una mujer, trata de comportarse y hacer gala de su caballerosidad.
- Disculpa lo de hace rato, me enojo fácil cuando voy de prisa, cual es tu nombre
- Me llamo Ayame me acaban de transferir a esta escuela y perdón por hacerte enojar
- Yo soy Kouga, también acabo de ser transferido, parece que estaremos en el mismo salón dice esto al ver la nota de la chica, la cual dice el salón en el que estarán.
