Antes que nada, quisiera pedir disculpas por no haber actualizado la semana pasada, pero es que tuve cierta sobrecarga de trabajo, y no me fue posible, aparte de que la musa de la creatividad se tomo vacaciones y no quiso visitarme.  Pero prometo compensar esta semana.  Bueno, luego del protocolo, el capítulo…

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ROMPIENDO MÁS REGLAS

Desayunaron en silencio, evitando en todo momento la mirada de Snape.  Ron principalmente temía que pudiera leer en sus ojos todo lo que habían presenciado la noche anterior. Al levantarse de la mesa los chicos se dirigieron a la azotea para volar un rato en sus escobas, Hermione a la biblioteca y Ginny prometió que se quedaría en su habitación jugando con el ajedrez mágico de Ron, pero sin tocar nada de lo que allí había. 

La mañana transcurrió de manera entretenida para todos.  Después de la comida volvieron a sus actividades y se reunieron nuevamente en la cena.  Terminaron el día en la habitación de Harry, platicando tranquilamente, y evitando mencionar cualquier cosa sobre Snape.

Hermione estaba maravillada con la biblioteca.  Tantos libros y tan poco tiempo para leerlos.  Harry y Ron se habían divertido muchísimo volando, la azotea era perfecta para practicar maniobras con la escoba.  La única que casi no intervenía era Ginny.  A Harry le pareció que la estaban excluyendo, y se sintió mal por ello.

- ¿Y tu que hiciste en el día?

- ¿Yo? Nada especial.  Practique con mi varita – Hermione abrió la boca para protestar – tranquila, no hice nada complicado.  Y seguí perfeccionando mis estrategias en el ajedrez. ¡Ah si! También recibí una sorpresa de los gemelos.

- ¿Sorpresa? - Ron estaba observando que la luz de la chimenea le daba al cabello de Hermione un brillo especial. De pronto reaccionó – ¿Sorpresa? ¿Que clase de sorpresa?

- Dulces.  Me enviaron algunas ranas de chocolate.

- ¿Chocolate? - Ron pensó que el cabello de Hermione tenía ese color - ¿Me dejaste algo?

- Claro tonto.  Tomen, hay para todos.

- ¿Cómo sabían a donde enviárnoslas?

- Mama se los dijo.  Además yo les escribí después del desayuno.  Me pidieron que les dijera que tengamos cuidado y que no nos separemos.  Por cualquier cosa ¿saben?

- ¿Ves Hermione? Ellos también sospechan.

Ella lo ignoró para evitar una pelea que no deseaba.

- ¿Sólo hiciste eso en todo el día? - Harry se sintió culpable de haber abandonado así a Ginny.  La pudieron haber invitado a jugar con ellos.

- Si - Ginny desvió la mirada - me entretuve bastante.

Harry sospecho que no les estaba diciendo toda la verdad, pero prefirió no insistir frente a sus amigos.

- Creo que todos deberíamos practicar mañana con la varita.

- ¡Hermione estas loca!  No pienso hacer nada con hasta que no volvamos al colegio – Harry asintió, apoyando a su amigo – Si tu quieres puedes quedarte y hacerlo con Ginny.

- No... Quiero decir, mañana pensaba leer un poco.

Ron puso cara de desagrado.

- Eres una mala influencia para mi hermana.

- Pues me gustaría serlo también para ti.

Ginny sonrió y Ron se puso rojo. 

- ¿Para que quieres practicar Hermione?  Tú ya eres bastante buena. ¿Recuerdas aquel hechizo con al moneda?

- Bueno sí – Hermione se sonrojo frente al cumplido de Harry –pero me gustaría que ustedes dos también pudieran hacer cosas así.

- La esperanza es lo último que se pierde ¿No? – Ginny soportó la mirada de reproche de su hermano y logró que la conversación se desviara.

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La mañana siguiente transcurrió igual.  Ginny se había negado en acompañarlos a volar en la azotea aduciendo su excusa de la lectura.  Esto lo dijo sin mirarlos a los ojos, lo cual reforzó la idea en Harry de que estaba haciendo algo que no quería que supieran, pero no podía o no quería imaginarse de que se trataba.

Después del almuerzo, Harry logró hábilmente que Hermione aceptara el que Ron le enseñara algunos trucos en la escoba.  Luego bajo, pretextando el querer escribirle una carta a Remus.  Estaba intrigado con la conducta de Ginny, y quería averiguar en que se estaba metiendo.  No le gustaría que Snape la descubriera rondando por allí.  Toco varias veces la puerta que dividía las habitaciones, pero nadie respondió.   Bajo a la sala, busco en el comedor, la biblioteca y nada.

"¿Donde podrá estar?" - Se encontraba en medio del salón y empezaba a preocuparse realmente – "Tal vez fue a ver el sitio donde estaba la hoguera, pero no, la abría visto desde la ventana.  No creo que haya salido al campo."

- ¿Harry?

Este casi se muere del susto al escuchar la voz de Ginny a sus espaldas.  Al girarse, casi se muere del susto otra vez.  Allí estaba: el cabello cubierto de telarañas, la ropa llena de polvo y en la mano un horrible guante naranja.

- ¿Dónde diablos te habías metido? ¿Y que has estado haciendo?

- Harry, quiero que me acompañes – sus ojos brillaban –  Descubrí algo interesantísimo.

- ¿Descubriste? – Harry empezó a elevar la voz - ¿Qué quieres decir con eso? ¿No te quedo claro que no debías andar husmeando por allí? – Ahora estaba gritando - ¿TE IMAGINAS QUE PASARÍA SI SNAPE TE DESCUBRE? PODRÍAS HABERTE LASTIMADO, O PERDIDO, O… QUIÉN SABE QUE OTRA COSA.   NO SABEMOS QUE HAY EN ESTA CASA Y TU TE DEDICAS HA HACER PRECISAMENTE LO QUE NOS PROHIBIERON.  ¿QUÉ PARTE DE LAS REGLAS NO ENTENDISTE?

Ginny lo observaba con la boca abierta.  No esperaba semejante reacción de Harry.  Y este no entendía porque estaba tan furioso.  No era precisamente la persona más indicada para dar esa clase de reprimendas; a él le desagradaba profundamente seguir las reglas de Snape y tener que obedecerle.  Si Ron le hubiera propuesto husmear en la casa Harry hubiera aceptado encantado, tratando de descubrir algo. ¿Por qué entonces le molestaba tanto que Ginny lo hubiera hecho? Sólo sabía que le enfurecía el que se hubiera expuesto de esa manera.

- ¿TE DAS CUENTA EL PELIGRO EN EL QUE HAS ESTADO?

Ginny se adelantó con tranquilidad y le colocó un dedo sobre los labios.  Harry retrocedió como si el contacto lo hubiese quemado.

- SHHHHHH.  El profesor Snape te podría escuchar y entonces si que estaría en problemas.  Reconozco que no fue muy inteligente lo que hice, pero es que me aburría en mi habitación.

- Te dijimos que nos acompañaras…

- Me refiero al día de ayer.  Estaba aburrida luego de jugar como 30 partidas de ajedrez yo sola – Harry sintió nuevamente el peso de la culpabilidad al no haberla incluido en sus juegos – Y cuando estoy así busco que hacer.  Justo estaba pensando en eso cuando recibí la respuesta de los gemelos.  Y esto – levantó su mano cubierta por el horroroso guante.

- ¿Qué diablos es eso?

- Un detector de hechizos.  Puede saber si un objeto esta protegido.

- ¿Para que te lo enviaron?

- Harry, estamos en casa de Snape.  Los gemelos no resistieron la tentación de pedirme que buscara algo interesante. 

- ¿Si? Pues entonces son unos inconscientes y debería decirle a tú mamá lo que hicieron.

Ginny puso tal cara de decepción que Harry pensó si no estaría siendo demasiado pesado.  Sonaba como sí Hermiones estuviera hablando.  No quiso que se volviera a enfadar con él.

- ¿Qué querías mostrarme?

- ¿Estas seguro?

- Dime antes de que me arrepienta y llame a tu hermano

Ginny sonrió  y sus hoyuelos aparecieron nuevamente.  Harry sintió como su enojo desaparecía.

- De acuerdo.  Verás, pasas el guante sobre un objeto y sientes un cosquilleo cuando detecta un hechizo.  Así que lo probé con las campanillas de la chimenea y lo sentí, al igual que con la que pusieron a dormir. 

- ¿Las tocaste?

- No, no quise arriesgarme.  Pero luego intenté con todo lo que hay y nada más parecía hechizado.  Se me ocurrió entonces que la razón por la que no habías visto antes la puerta que comunica las habitaciones era porque estaba escondida con algún hechizo y que tal vez la nuestra también tuviera una que comunicara con las demás.

- ¿Y?

- Nada, ningún resultado, pero salí al pasillo y resultó que en todas las puertas el guante detectó algo, lo malo es que no me dice si son hechizos peligrosos, así que preferí no intentar abrirlas.

- Por lo menos tienes sentido común – Harry no entendía porque, pero la trataba con cierta ironía.

- Después de la comida baje al salón.  Los cuadros también están hechizados, toda la casa parece estarlo.

- La de Sirius también lo estaba, no es algo tan extraño.

- Si, pero algo me decía que esto es diferente.  ¿No has sentido como si te observaran? 

- No.

- Yo sí., y Hermione también.  Es una sensación extraña.  Fue más intensa cuando entre en el salón, pero el guante no encontró nada al principio, hasta que me acerque a la chimenea – Ginny señalo hacia esta – Allí no hay nada.

- ¿Qué quieres decir?

- Es una ilusión.  La chimenea no esta. Cuando intenté tocarla seguí de largo hasta la pared.

- Debes estar equivocada – Harry observaba la chimenea  –  Allí está, la estoy viendo.

- Tus ojos te engañan. ¿Alguna vez te has acercado?

- No, Snape siempre se coloca enfrente.  ¡Pero aquel mortífago estaba apoyado en ella!

- Bill me ha dicho que algunos hechizos sólo funcionan cuando esta presente el mago que lo colocó. 

- ¿Estas segura? – Harry no podía creer en lo que Ginny le decía – Todo eso me parece muy descabellado.

-¿Piensas que lo inventé todo? Hay una forma muy simple de probarlo.  Tócala.

Ginny debía estar jugando.  La chimenea era real, podía ver las cenizas, sentir la tibieza.  Se acercó decidido, extendió la mano… y la chimenea desapareció.

- ¡Maldición! ¿Qué significa esto? – Retrocedió alarmado y la chimenea volvió a aparecer.

- Que te dije la verdad.  No está, aunque parezca tan real, no existe.

Harry seguía asombrado, podía ver la chimenea frente a él.  Aunque ya lo había comprobado sus dudas aún persistían.

- No puedo creerlo, es un… espejismo.

- Y muy bueno, engañaría a cualquiera.  Pero eso no es nada. 

Ginny se acercó, atravesó la chimenea y al tocar la pared apareció una puerta.  Antes que él pudiera detenerla,  giró la perilla y la entreabrió.  Miró a Harry con malicia.

- Ven, al final del pasillo hay una habitación.  No vas a creer todo lo que hay.

- ¿Has estado allí?

- Harry ¿En donde crees que me puse así? Vamos, acompáñame.

Ginny se perdió en la negrura que había después de la puerta.  Harry la siguió sin vacilación.

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REVIEW

¡Hola Clau! Que bueno que te gusto, y te aseguro que lo de la intriga no lo hago a propósito, es esa vena dramática que tengo (jiji).  Espero poder volver a lo de actualizar martes y viernes, si no surge nada, pero eso será la próxima semana, cuando ya todo se normalice (si eso es posible en este mundo loco).  Yo también tengo muchas teorías, y no estoy segura cuál será la correcta (jiji). 

No te preocupes, Snape no va ha hacerles nada a los chicos, no es un psicópata, bueno a veces actúa como uno, pero no ahora.  Y ese poder que tiene… bueno, es un mago oscuro y más adelante sabremos en que ambiente ha estado, no es un enemigo que se deba despreciar, aunque ya lo ha sido por algunos.  Además Snape no muestra todos los as que tenga bajo la manga.  Dumbledore conoce bastante bien a Snape, y no creo que haya algo que no conozca.

Hermione sigue siendo igual, creo que su raciocinio es su manera de ver las cosas para comprenderlas, para que tengan sentido.  Tal vez por eso es la pareja perfecta de Ron, algo así como Yin y Yan.

¿No te habías hecho a la idea de Tonks y Snape?  Que curioso… Bueno, he de confesarte que ha mi me surgió desde que leí el quinto libro.  Tal vez porque pienso que los opuestos se atraen (jiji) y pienso que ella tiene mucho potencial como bruja, y que no se ha dicho todo sobre ella.

¡Hola Gaby!   Lamento haberme tardado tanto en subir este capítulo.  Ojalá te guste también.

¡Hola Miss Black!  Si, Snape no sería él sino tuviera cosas que ocultar (aparte que Rowlin se ha encargado de crear mucho misterio alrededor de él).  Y bueno… si Ron a veces peca de exagerado, pero podría tomarse como estar "alerta" ¿no crees?  Y si, por mucho que duden de Snape, si Dumbledore confía en él es por algo, ya deberían de aceptar eso.  A Harry todavía le falta un poco en el área de "chicas", pero espero que se despabile pronto porque si no podría perderlo todo… Bye.