¡Hola!  Esta vez si me mande con el capítulo, esta larguito (bastante larguito jijiji), pero no pude evitarlo (bueno si pude pero no quise), porque si no la historia hubiera perdido algo.  En fin, espero que taaan largo episodio no los aburra.  También quiero darle las gracias a Clau de Snape por ayudarme a evitar que se confundieran en cierta parte (tu sabes cual).  Y ahora…   

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QUIMERA

- Lumus

La luz proveniente de la varita de Harry iluminó un poco más el camino. Ginny iba unos cuantos pasos delante de él con su propia varita en alto. 

- Creí que habías dicho que era un pasillo.

- Mas o menos.

A él le parecía que estaban dentro de un túnel.  Las paredes eran de piedra al igual que el piso (sus pasos resonaban cuando el sonido rebotaba contra esta), Harry no lograba ver el techo. Avanzó más rápido para alcanzar a Ginny.  Estaba sorprendido de que se hubiera arriesgado sola en un lugar así.

- ¿Estas segura del camino?

- Si, no hay desvíos.  No puedes perderte.

- ¿Cómo lo sabes? – Ginny sonrió.  Al cabo de unos segundos él también  –  Es cierto, estuviste acá toda la mañana.

- La verdad es que estuve aquí ayer.   Recorrí todo el camino pero  – se encogió de hombros – escuche la campanilla de la cena y como se que al profesor Snape no le gusta esperar…

Harry recordó que al bajar habían encontrado a Ginny en el comedor.  Y también que ya tenía esa cara de culpabilidad.

- Debiste decírnoslo.

- ¡Claro! Y escuchar el tremendo sermón que me iban a dar ustedes.  Me diste una muestra hace un rato – Ginny aniño la voz – "No debiste hacerlo" "Eres una niña" "Te dijimos que no investigaras" "¿En que estabas pensando"  – Dejo escapar un suspiro de cansancio – No necesito que me lo repitan una y otra vez.

El tono, mas que lo que había dicho, hizo que Harry la observara con un poco más de atención.  Nunca se había puesto a pensar en lo difícil que debió ser para ella el crecer entre hermanos varones como la única mujer y además, como la más pequeña.  La mayoría de los Wesley la trataba como si aún tuviera cinco años, sin percatarse que ya tenía casi quince. Lo curioso es que el tampoco lo había notado antes.  Se sorprendió ante su deseo de querer confortarla.

- Bueno... discúlpame si me exalté hace un rato pero debes reconocer que el sermón si te lo merecías.

- Tienes razón - frunció juguetonamente su nariz - pero no pude evitarlo.  Realmente, realmente tenía curiosidad. 

- Por eso es que no quisiste acompañarnos ¿verdad? Además querías investigar por tu cuenta y probarnos a todos nosotros... - Ginny se detuvo y lo miró fijamente.

"No sigas Harry, no sabes lo que estas diciendo, ni siquiera lo que quieres decir"

- Yo… ¿Hay algo más que hicieras que no me hayas dicho?

- No lo creo.

- De acuerdo.  Ahora prométeme que no volverás a arriesgarte de esta manera.

- Como tú digas. Por cierto, ya llegamos.

Harry se dio cuenta que estaban frente a una inmensa puerta de madera.  Se notaba que era muy antigua.  Tenía remaches  de metal alrededor y una aldaba dorada que se ubicaba casi 30 centímetros arriba de su cabeza.

- ¿Cómo se supone que abriremos eso?

- Empujando - Harry la observó como si ella hubiera propuesto llamar a Snape para que los ayudara - ¿Recuerdas la chimenea? Parecía sólida, pero era sólo una ilusión.  Esto también lo es.  Desperdicié media mañana intentando todos los hechizos que se me ocurrieron, hasta que decidí usar el guante.  Es una puerta normal y ni siquiera es pesada  - Ginny la empujó y esta se abrió suavemente - ¿Ves?

Harry entró con cuidado llevando la varita en alto, los nervios tensos… preparado para cualquier ataque.  Lo que vio lo tomo completamente por sorpresa.

La habitación era tan grande como el salón principal pero estaba tan llena de cosas que sus dimensiones parecían menores: cuadros, estatuas, muebles, armaduras, espejos, baúles... todo estaba cubierto de polvo y telarañas, evidenciando que en mucho tiempo nadie más había estado allí.  Cerca del techo había varias ventanas.  Una tenue luz, difusa a causa de las capas de polvo acumuladas en ellas durante quien sabe cuantos años, suavizaba el contorno de las cosas dándole un extraño ambiente al lugar.

Se les dificultaba caminar entre tantas cosas viejas y deslucidas.  Había cuadros amontonados por doquier, algunos apoyados contra la pared.  Harry notó que los lienzos eran negros.  Los espejos estaban empañados y las estatuas daban la impresión que se desmoronarían si se atrevía a tocarlas.

- Te dije que te sorprenderías - la voz de Ginny sonaba extrañamente lejana en ese lugar, a pesar de estar junto a él.

- ¿Que es todo esto?

- No tengo idea.  Pero no me extraña que las hayan almacenado - señalo un jarrón que tenía arañas labradas en toda la superficie - no son cosas que tendría en  mi casa…  ¡Por cierto! Quiero que veas algo.

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Snape se dirigió al salón, atraído por lo que allí sucedía (sobre su chimenea se encontraba una esfera parecida a una recordadora, que se iluminaba cuando alguien entraba al salón.  Sus diferentes colores indicaban que hacían y el rojo intenso que había tomado era una clara señal de que alguien estaba gritando).  Tuvo que atravesar un largo pasillo descubierto que unía las dos alas del castillo.  La carrera le tomo tiempo, el suficiente para recordarle que la elección de su habitación debió hacerla con más cuidado, o por lo menos colocar hechizos (aturdidores preferiblemente) contra cualquier actividad molesta de parte de sus visitas.

"¿Por que diablos no pueden quedarse quietos?"

Al entrar al salón no encontró nada fuera de lugar.  Pero eso lo hizo reafirmar sus sospechas de que las visitas estaban haciendo algo.  Su vista se dirigió inmediatamente hacia la chimenea.

"No pudieron descubrirlo, a menos que… una de ellas se apoyara allí"  "¡Demonios Severus! Tuviste que ser más cuidadoso y no tan confiado"

Hizo un movimiento con la varita y la puerta de la pared se abrió.  Con paso firme se dirigió hacia ella.

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Ginny condujo a Harry entre varios muebles hasta una pequeña cómoda medio cubierta con una sábana, amarilla por el tiempo.  Había una pequeña cajita en la esquina bellamente tallada con flores.

- ¿No es linda?  Es una caja de música.

Harry se inclinó para observar mejor los detalles de la tapa.

- No temas, no muerde.  ¡Ábrela!

Harry la obedeció.  La melodía que surgió era lenta, y muy hermosa.  Se fijó que el espejo de la tapa estaba empañado, igual que el resto de los que había en ese lugar.

- ¿Notaste esto?

- Si… no me atrevía a limpiarlo – Ginny observó hacia arriba, como esperando algo – Mmmm. Que raro.

- ¿Qué cosa?

- Cuando yo la abrí aparecieron unas luces que dejaron caer trocitos de pergamino de colores, que olían muy bien por cierto.  Pero ahora no paso nada.

- Mejor la dejamos donde estaba – Harry cerró la caja y la colocó sobre la mesa nuevamente. 

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Snape caminaba con paso lento, como retardando el momento en que se viera obligado ha llegar al final del pasillo.  Hacía muchos años, demasiados ha decir verdad que no recorría ese camino.  Todo lo que había en el castillo había sido guardado allí, en el lugar más recóndito que encontró, apartando de su vista las pertenencias de aquella aborrecible familia… pero también las de ella, porque era demasiado doloroso ver aquello que le había pertenecido, aquello que había sido de ambos, cuando se atrevió a soñar que la felicidad le estaba permitida.

A sus oídos llego el eco de una melodía, SU melodía.  Se quedo parado, a medio camino entre la ilusión y la realidad.  Se vio transportado hacia el momento en que ella lo había llevado al bosque prohibido, y allí, a la luz de la luna había interpretado con su clarinete aquella maravillosa melodía… para él, como regalo de cumpleaños.  Fue entonces que tuvo que admitirse a sí mismo que la amaba, sin remedio y para toda la vida…

El sonido ceso repentinamente, sacándolo de sus recuerdos.  Snape parpadeó rápidamente, desapareciendo de su rostro la dulzura que por un fugaz momento había mostrado.  Frunció el ceño y apretó la varita que llevaba en su mano.  Quien fuera que estuviera en esa habitación iba a saber que nadie hurgaba en las cosas de Severus Snape y salía con vida.

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Harry se fijó en una caja que no tenía tanto polvo como el resto.  Al acercarse se dio cuenta que estaba llena de piezas de ajedrez.

- ¿Recuerdas que hizo con la campana el profesor Dumbledore?

- Si, la convirtió en un peón.

Harry tomo una pieza de la caja

- Todos estos son peones.

- ¿Crees que eran campanas?

- No, de alguna manera son diferentes – Harry jugueteo con la que había tomado - Algunas son más grandes, otras más pesadas y nunca las había visto con estos colores: malva, azul, violeta, verde... no se que eran antes, pero ahora están dormidas y no me parece que el profesor Dumbledore lo haya hecho.

Dejo vagar su mirada alrededor y distinguió un leve brillo que le llamó la atención.  Esquivando algunas sillas y varias estatuas (incluida una de un inmenso hipogrifo)  se encaminaron al fondo del salón.  Sobre una mesa se encontraban dispersas unas cuantas fotografías y la luz que caía sobre ellas les arrancaba algunos reflejos tristes.

Ginny y él se acercaron tanto a ellas que casi tocaron el vidrio con la nariz.  En la primera pudieron distinguir a una pareja.  El hombre llevaba una túnica verde, o eso parecía.  Tenía el ceño fruncido y una mirada desafiante, el negro cabello estaba pulcramente recortado y peinado hacia atrás.  Su nariz era exactamente igual a la de Snape.  No era para nada simpático, al contrario de la mujer que estaba a su lado,  la mirada de ella era dulce y sonreía amablemente.  El cabello y sus ojos eran negros, lo cual resaltaba sobre su tez blanca como porcelana.  En la túnica, que adivinaron azul, tenía bordado un escudo pero Harry no pudo distinguir la figura del centro.

- ¿Son su padres? - Harry se dio cuenta que el rostro de Ginny estaba a pocos centímetros del suyo, pero no hizo ademán de moverse.

- Supongo que sí.

- Pero no creo que ella sea su hermana.

Ginny señaló una foto a su izquierda.  En ella había una muchacha de diecinueve o veinte años que tenía el cabello castaño recogido en un moño.  Pero lo que más le llamó la atención a Harry fueron sus ojos.  Parecían trozos de ámbar, con el borde de un dorado pálido; el color más extraño que hubiera visto. Su capa, que resaltaba por ser de un rojo profundo, estaba sujeta con un broche.

Harry notó de pronto que las personas, como en las fotos muggles, no se movían.  Deseaba observarlas mejor, pero como no se atrevía a tocarlas, sopló suavemente sobre la que se encontraba más cerca.  Una nube de polvo se elevó, haciéndolos entrecerrar los ojos. De pronto Ginny se aferró a su brazo con expresión asustada.

- ¿Sentiste eso?

- ¿Qué?

- No se… me pareció… algo así como una suave brisa.

En todo ese tiempo habían estado susurrando, tal vez porque presentían que no debían levantar mucho la voz, como si debieran respetar la quietud de todo aquello.   Y fue una suerte que lo hicieran, porque inmediatamente después que Ginny lo mencionara Harry también sintió una la leve corriente de aire y escuchó el rumor de unos pasos que se acercaban.

- Ginny ¿Cerraste la puerta?

- No se…

Los pasos se oían cada vez más cerca.

Harry busco a su alrededor algún lugar donde esconderse.  La idea de que Snape los descubriera allí le provocó escalofríos de terror.  Su vista se topo en la estatua del hipogrífo, que se encontraba junto a la pared de la derecha.  La base era casi del alto de un adulto y tenía muchas cosas apiladas alrededor.

 - ¡Vamos Ginny!

Rápidamente pasaron sobre un baúl, y se metieron detrás de la estatua.  Las cosas que se encontraba allí les ofrecían una precaria protección, y el espacio era bastante reducido, así que se apretujaron contra la pared.

Harry sintió que Ginny estaba temblando, la atrajo con suavidad hacia él y la abrazó.  No era mucho consuelo, pero por lo menos su temblor cesó.  Podía sentir contra su pecho la respiración agitada de ella y el latir apresurado de su  propio corazón.

Por un momento los pasos dejaron de escucharse pero Harry presentía, más que sabía, que Snape estaba en la puerta del salón.

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Snape había encontrado la puerta abierta.  Y ahora, en el umbral, le faltaba la fuerza necesaria para entrar.

"Vamos Severus, ¿Desde cuando eres un cobarde? ¿O vas a dejar que husmeen impunemente?"

Apretando la varita hasta que esta crujió, Snape entro al salón.  Todo estaba allí, tal como él lo había dejado hacía tantos años.  Tantos, pero no suficientes para olvidar.  Tantos como los que él llevaba portando ese luto.  Tantos que era insoportable recordarlos.  Tantos pero tan pocos al mismo tiempo.  Tantos, y el creyendo que no podría sobrevivir ni siquiera uno sin ella…

Empezó a recorrer el salón procurando no rozar lo que allí había, buscando pruebas de la presencia de extraños.  No podía utilizar hechizos localizadores allí adentro porque había tanta magia que sería peligroso para él.  Distinguió la caja de música y se acercó.  Tenía marcas de haber sido tocada, y se sintió tan profundamente ofendido que su rostro tomo una expresión amenazante.  Al avanzar un poco más tropezó con la caja que contenía las piezas de ajedrez.

"Así que aquí la trajo Dumbledore"   "Muy inteligente de su parte el colocarla en el único lugar en que los mocosos no la encontrarían"

Ahora no estaba seguro si alguien estaba allí o había sido un error involuntario del profesor el dejar la puerta abierta.  Tal vez él había tomado la caja y por eso tenía marcas, después de todo el profesor había sido quién se la había regalado a ella.  Y tal vez había creído escuchar la melodía.  Su mente le podía haber jugado una mala pasada.

Un destello llamó su atención, girando el rostro hacia donde se encontraban las fotografías. Lentamente se acerco a ellas.  Con delicadeza tomó la de sus padres y con la manga de la túnica limpió el vidrio.  Su madre se veía tan hermosa el día de la boda…

- No estarías muy orgullosa de mí, ¿eh mummy?

Su voz era suave – "Casi se comporta como alguien normal" – pensó Harry.   Habían estado escuchando como se movía entre las cosas, rogando porque no se acercara allí.  Ginny estaba tan apretada a él que no podía distinguir quién estaba más asustado, su corazón latía tan aprisa que pensó que le iba a dar un ataque.

"Por favor que no mire hacia acá, por favor, por favor" "Que se vaya, que no siga buscando"

Snape tardó un poco más en tomar la otra fotografía.  Sacó un pañuelo de su túnica y con esmero limpió el vidrio y también el marco.  Su mirada estaba fija, con el índice recorría el rostro que aún conservaba fresco en la memoria.

- ¿Por qué? Nunca le pedía nada a la vida ¿Por qué? – Snape sentía como un nudo se le formaba en la garganta…

- Vamos Ron, no se porqué te enfadas.  Sólo quiero preguntarle si me permite llevarme esos libros.  No va a enojarse por eso ¿verdad?

La voz de Hermione llegó a ellos con tanta claridad que Harry tuvo que taparle la boca a Ginny con una mano para evitar que gritara del susto.  No podía creer que ellos estuvieran también allí.

- ¡Demonios! – Snape también había saltado del susto – Había olvidado esto.

Con rapidez salió del salón, cerrando la puerta tras él.  Al escuchar ese sonido, Harry soltó a Ginny, dejando escapar la respiración que había estado conteniendo.

- ¿Qué diablos fue eso?

Ginny tenía una mano sobre su pecho, tratando de calmarse.  Su voz sonó temblorosa al responderle a Harry:

- ¿Recuerdas que te dije que escuché la campanilla?  Al parecer todo lo que se dice en el salón se escucha también en el pasillo, y si la puerta estaba abierta… pues…

Con desconfianza salieron de su escondite y se dirigieron a la puerta.  Estaba cerrada.  Lo peor es que no tenía cerradura ni aldaba ni nada para abrirla.  Harry intentó empujarla, pero era imposible moverla

- ¡Maldición! Se abre para dentro únicamente ¿Y  ahora que hacemos?- al girarse no encontró a Ginny.

- ¡¿Ginny?!

- ¡No grites Harry! Estoy acá – Ginny estaba en el fondo del salón, junto a las fotografías.

- ¿Qué diablos haces allí?

- Ven a ver.

Harry se acercó rápidamente.

- El profesor Snape limpió los cristales.  ¿Ves que tiene la señora en su capa?

Ahora Harry pudo distinguir la figura del escudo.

- ¿Y?

- Mira la otra foto, ¿ves el broche de la chica? Es la misma figura.

- No entiendo...

Lo tomó por los hombros y lo hizo girar hacia la puerta.

- No lo distinguí antes, pero desde esta distancia es fácil verlo.

Un inmenso escudo ovalado estaba labrado en la puerta, ocupando toda su extensión. Al centro una figura con la cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón.  La palabra "Aqua" estaba escrita en el extremo superior e "Ignis" en el inferior.  Ginny tenía razón, sólo podía observarse plenamente a una distancia adecuada.

- Es una quimera.

- ¿Una que?

- Quimera, un monstruo que vomitaba llamas.  También simboliza algo que uno imagina como posible y verdadero, pero no lo es.  Algo inalcanzable, un sueño - Harry se encogió de hombros - lo aprendí en mi clase de literatura en la escuela muggle.  Pero no veo que tenga que ver con el hecho de que estemos aquí encerrados.  Porque me imagino que no sabes como abrir la puerta ¿o me equivoco?

- No.  Pero lo que quería que vieras era esto, en el borde del marco de la muchacha están escritas las mismas palabras del escudo.  Significan "agua" y "fuego".  En el hechizo que hizo el profesor Snape para curar a Ron… ¿Te acuerdas que dijo?

- "Watul u Fal" o algo así.

- "Wasse und Feue"  Es alemán y significan "agua y fuego".  Hermione me lo dijo.

- Lo que significa...

- ¡Que son importantes!  Hasta el momento creo haber comprendido que de alguna manera este lugar funciona de manera distinta con las mujeres – empezó a enumerar con los dedos – A Ron lo quemó la campanilla con tocarla, pero Tonks la calló haciendo lo mismo; sólo Hermione podía curar a Ron, y yo hice desaparecer la ilusión de la chimenea y encontrar la puerta cuando intenté tocarla.  La caja de música se comportó de manera distinta conmigo. Piensa, son muchas cosas.  El profesor Snape hizo aquella ceremonia tal vez para que pudieran ustedes estar aquí sin que algo los dañara.  Tal vez para protegerse a si mismo…

"Tal vez, pero él es el dueño de la casa y no creo que quisiera estar en un lugar peligroso para los hombres" – pensó Harry, pero no lo expresó para no desinflar el entusiasmo de Ginny.

- ¿Y que tienen que ver las palabras?

- Si tengo razón, es probable que esas palabras nos puedan ayudar a salir.  Es como un lema, creo.  Y si la quimera es el símbolo de la casa, pues las palabras deben tener algún efecto.

- Si tú lo dices - Harry empezaba a confiar en el juicio de Ginny.

Con decisión Ginny se paró frente a la puerta y con solemnidad dijo las palabras en alemán:

- WASSE UND FEUE

Pasaron algunos segundos...

- AQUA IGNIS

Nada.  Harry no quería sabotear su idea.

- Tal vez si la tocas...

Ginny se acercó y poso su mano en la puerta. Cruzó los dedos entes de repetir nuevamente:

- Aqua Ignis.

Esta vez la puerta se abrió  perezosamente. 

- ¡Si! - Harry abrazó y besó a Ginny en la mejilla.  Ella enrojeció y el se retiró inmediatamente, bastante avergonzado - Creo... creo que debemos irnos. – Se adelantó rápidamente para bloquear los primeros pasos de ella – ¡Pero iré yo primero!

- Muy bien – Ginny hizo una graciosa reverencia – adelante mi galante caballero.

Con mucho cuidado salieron al pasillo, y la puerta se cerró sin hacer ruido.

- Creo que sabe cuando sales – Ginny había empezado a susurrar nuevamente.

- Quédate junto a mí, y no digas nada.

Estaban llegando a la puerta de entrada al pasillo, cuando distinguieron nuevamente la voz de Hermione.

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- …no son libros prohibidos ¿verdad?

- No señorita Granger – Snape había vuelto a su desagradable tono de voz – pero no veo para que los quiere.

- Son muy interesantes, son de historia… y soy aficionada a ella.

- Bien, si tiene una lista le sugiero que me la de para que pueda revisarla y decirle cuales puede tomar… si decido que pudiera tomar alguno, claro esta.

- Por supuesto profesor.  La tengo en mi habitación, la bajare inmediatamente.

En ese momento sonó la campanilla de la cena.

- Hágalo, la esperaré en el comedor.  Señor Weasley, acompáñeme.

- ¿YO?

- ¿Existe algún otro señor Weasley aquí?

- No, quiero decir… ¿Por qué quiere que lo acompañe?

- ¿Qué demonios se quiere quedar haciendo aquí? ¿Acaso… esperando a la señorita Granger? ¿O a alguien más?

- ¿De que habla?

- ¿Me puede decir donde se encuentran su hermana y Potter?

Ron abrió los ojos como platos.

- ¡ESTAN EN LA AZOTEA! – Hermione se había apresurado a contestar, temiendo que Ron dijera algo equivocado.

- ¿Si? ¿Y que están haciendo allí?

- Practicando con las escobas – Ron se había hecho cargo de la situación – Ginny quiere ser cazadora.

- ¡No me diga! Así que ahora usted será guardián, Potter buscador y la señorita Weasley cazadora.  Bien, bien.  Creo esta vez que la copa de Quidditch regresará a donde pertenece.  A Sliterin por supuesto.

Ron enrojeció, pero prefirió callar.  No era aconsejable hacerle saber lo que pensaba.  Snape se giró, en dirección al comedor y el pelirrojo lo siguió. 

Mientras Hermione se dirigía a su habitación para bajar la lista que había hecho, una sonrisa le iluminaba el rostro.  "Harry, vas a tener que explicarme donde has estado todo este tiempo con Ginny…"

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- ¿Ya se fueron?

- Creo que sí.  No escucho nada.  Bien, ahora haz lo tuyo.  Abre la puerta.

Ginny tocó la pared y apareció nuevamente la perilla, la giró lentamente y abrió con mucho cuidado la puerta.  Harry se asomó.  No vio a nadie en el salón. 

- ¿Podemos salir?

- Si.   Oye no esta la chimenea.

- Harry  ¿No quedamos que era una ilusión? – Este se giró con una sonrisa en el rostro.  Ginny se dio cuenta que la estaba molestando. Con fingido enojo lo empujo ligeramente – No me tomes el pelo. Sal de una vez.

Ya afuera Ginny movió su varita – Arregla – y todo el polvo que tenía desapareció. Hizo lo mismo con Harry para borrar toda huella de su aventura.

- Bueno, ahora será mejor que vayamos al comedor, o el profesor Snape nos comerá vivos.

- Espera, debemos pensar que le diremos a tu hermano y a Hermione.

- ¿Qué se te ocurre?

- Veamos, yo les dije que iba a bajar para escribir una carta.  Podemos decir que no estabas en la habitación, baje y te encontré en la biblioteca y estuvimos platicando todo este tiempo.  De Quidditch, la escuela, de cualquier cosa.

- Bien, pero cuando lo hagas velos directamente a los ojos y dilo como si no fuera importante – Ginny se encogió de hombros – así hacen los gemelos cuando quieren convencer a mama de algo.

- ¿Funciona?

- Siempre.

- Una cosa más.  No dirás nada de esto a nadie, ni siquiera a Hermione. No importa cuantas veces te pregunte o como lo haga.  Será nuestro secreto ¿de acuerdo?

- ¡Lo que tu digas!

 Ginny hizo un saludo tipo militar que lo divirtió.  La idea de compartir un secreto con ella le gustó más de lo que quería admitirse.

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N/A: La frase "Tantos como los que él llevaba portando ese luto" me surgió al leer el capítulo 16 del fic "El Misterio del Elixir de Garús" de Clau de Snape.  Si no estoy mal ella la tomó del fic "Si te vas" de Durma Urer.  (Como tu dices Clau "Cuentas claras")

La melodía que Snape escucha es "The Moment" de Kenny G.  Es una melodía que, en lo personal, me encanta así que la elegí para que fuera el "tema musical".  Auque fue lanzado al mercado en 1996 y por lo tanto no podría ser la melodía que "ella" interpretó para él en el bosque prohibido, me tome la libertad de ignorar ese hecho.  Si alguien la quiere, sólo escríbame.  El único detalle es que ocupa 5 megas, aunque esta en mp3.

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REVIEW (Hoy empezare del último al primero jiji)

Elanor Black                                       

Hola Miss Black.  Que bueno que te gusto el capítulo, creí necesario hacer saber que había pasado con S en todo este tiempo.  Y pretendo seguir así en adelante, ojalá te siga gustando.  Espero que con este se compense la acción que le faltó al anterior. Y que te guste el estilo que adopté ahora.

gabyKinomoto                                   

Jiji.  S se refiere a una chica en especial.  Doy nuevas pistas en este capítulo, y en los siguiente sabremos un "poquito" más.

Randa1

Hola Randa1 o Randa.  (De todos modos es un nombre muy bonito).  Bienvenida (o bienvenido, no se, pero espero que no te ofendas) a este club de lectores de mis ideas. Lo que esconde detrás de todo, aún falta por saberlo (¡no te desesperes por favor!).  Sólo queda un día para que los chicos se marchen y no va a pasar tanto, aunque sí algunas sorpresas para los chicos.  (El martes te enteras de que jijiji).  Con respecto a tu pregunta… sip.  Allí hay algo, o más bien, va ha haber algo.

Clau de Snape

Hola niña.  Me equivoque con los paréntesis, pero es que no te entendí.  Ya ves que mis lapsus idiotus son comunes.  Tu opinión siempre es importante para mí. 

Sip, hay un "ella" y en este capítulo hay un poco más de información, aunque me temo que dejo alguna que otra incógnita.  Pero Tonks empieza a estar presente, y como te dije en msn allí hay cosas interesantes. 

Los gritos eran los de H por la "imprudencia" de G.  Espero que con la información de hoy te quede más claro, sino, no estoy haciendo esto bien.  Sip, los hechizos son para "controlar" la casa, pero me temo que el porque no esta disponible por ahora (jijiji).

amsp14

Hola Ana María, esta vez tu fuiste el primer review de la historia  Que bueno que te gustó, lo único malo es que actualizo dos días por semana, así que vas a tener que bajar revoluciones para acostumbrarte a mí ritmo (lo siento).  A mi me paso lo mismo con "El Misterio del Elixir de Garús", me leí los primeros 10 capítulos de un solo y ahora Clau de Snape me mantiene en vilo cada semana con uno solamente.  JiJiJi.

Me gusta como escribes "wapa" se oye así como, ¡Ole! O algo así. JIJIJI. 

Me siento alagada que quieras copiar algo de lo que hago, por supuesto que puedes usar las ideas o el estilo, lo que tu decidas.  No hay problema. 

¿De veras te pareció ingenioso lo que S pensó de T?  Ya ves como poco a poco su mente lo llevó hasta ella.  Y esto, niña, es sólo el comienzo.

Yo también espero que S continúe en los próximos libros, porque es un muy buen personaje, y sin él como que se le quita un poco el sabor a los libros, ¡y por supuesto quiero que sobreviva hasta el final!  Y que se quede con T (obvio).

Con lo de la casa… me temo que el porque lo sabremos dentro de algunos capítulos (no me odies por favor).  Pero sí, él tiene que dominarla por ciertos motivos… ocultos JIJIJI.

Un abrazo "wapa"

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Espero que este capítulo les haya gustado, a pesar de lo largo que es.  Si no, por favor díganmelo para impedir que mi mente se siga desviando y empiece a escribir cosas que no vienen al caso.  Bye  y muchos abrazos.

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