¡Hola! Acá estoy, con un nuevo capítulo que esta vez ha salido inmenso. Y no les miento, son aproximadamente 20 hojas, así que espero que no se aburran. Tiene muchísimas cosas que creo les gustarán. Tuve la idea de dividirlo en dos, por lo extenso, pero mejor desistí; no creo que hubiera quedado bien ya que sigue una, más bien dos, ideas generales.

Gracias a Clau de Snape por revisarlo y darme el Ok, además de ayudarme a encontrar un título para al capítulo (aspecto que siempre me pone a pensar, por estar buscando uno adecuado). También quiero agradecer a Arshy Moonlight por haberme ayudado con la "musicalización". Lo que me enviaste es perfecto, realmente dice lo que necesitaba. ¡Gracias mil! Yo estaba pataleando con eso y tu ayuda vino como caída del cielo. Muchísimas gracias a las dos.


DOS HISTORIAS, DOS EXTREMOS

Todo el colegio, profesores incluidos, estaban seguros que esta vez Snape estaba enloqueciendo. Cuando se enfadaba, sus gritos podían escucharse en muchos lugares. Y el pobre que recibía la reprimenda hubiera querido que la tierra se lo tragara. Neville había ido a parar a la enfermería por un ataque de nervios luego que el profesor de pociones lo regañara por casi veinte minutos ininterrumpidos al no lograr que su poción de envejecimiento funcionara (Su pobre sapo quedó medio muerto en la prueba. Si no hubiera sido por el antídoto que Hermione tomó del escritorio del profesor, seguramente no habría sobrevivido mucho tiempo)

Dumbledore decidió tener una conversación con su amigo; sabía que tenía que intervenir antes de que provocara más caos del que ya era innato en el colegio. Pero no tuvo necesitad de citarlo, ya que Snape llamó a la puerta de su despacho esa noche. Debía informarle que se ausentaría, el señor oscuro lo había convocado.

- Pasa Severus.

- Gracias señor Director.

- Que coincidencia que hayas venido, necesito hablar contigo.

- ¿Sucede algo?

- Me gustaría que primero me dijeras que te ha traído aquí.

Le hizo una seña para que se sentara, a lo que Snape obedeció.

- El señor oscuro me ha llamado.

- ¿Cuándo?

- Hace unos momentos – levantándose la manga de la túnica, le mostró la cicatriz de su antebrazo, aún brillante – pero la reunión será mañana por la noche.

- ¿Cómo lo sabes?

Una mueca, a manera de sonrisa, fue la única respuesta de Snape.

- Ya veo. Voldemort sabe hacerse entender. Tendrás cuidado amigo mío – no era un pedido, sino una orden – sabes que no quiero que te expongas más allá de lo estrictamente necesario.

- Haré lo posible. Pero con él nunca se sabe si será la última llamada – el tono en que dijo esto hizo estremecer a Dumbledore – no debemos olvidarlo.

- Confío en tus habilidades, pero sabes que eres importante para nosotros y no deseo...

- ¿De qué quería hablarme? – era mejor interrumpirlo, antes que lo hiciera sentir incómodo con su preocupación.

- Bien, es sobre tu comportamiento.

- ¿Qué pasa con el?

- Estás insoportable.

- Dígame algo nuevo.

- No, me refiero a más allá de lo habitual.

Snape sonrió para sus adentros. Dumbledore jamás se iba por las ramas y no había que hablar a medias tintas con él.

- El trabajo ha sido agotador. El contenido aprobado por el ministerio es extenso y algunos alumnos no responden adecuadamente.

- No es únicamente el trabajo. Tú ánimo ha empeorado desde que Remus volvió del viaje.

- ¿Qué tiene que ver el licántropo con esto?

- Ya te he dicho que no apruebo el que le des ese apelativo. Se llama Remus Lupin.

- De acuerdo, ¿por qué habría de importarme el que Lupin haya vuelto?

- Dímelo tú.

- Albus, sabes que no me gustan esta clase de juegos. Di de una buena vez lo que tienes en mente.

- Por eso me agradas Severus, las sutilezas contigo están de más. Directo a la herida.

- Los verdaderos amigos te apuñalan de frente Albus, y no espero menos de ti.

- Jamás te quedas atrás ¿no es verdad? Siempre quieres decir la última palabra.

- El tiempo no es un bien que se desperdicie sin consecuencias Albus

- Tonks.

Las cejas de Severus se unieron y separaron rápidamente, pero no lo suficiente como para que Dumbledore no notara el efecto que había tenido en él ese nombre.

- ¿Primero Lupin y luego ella? ¿A quién más mencionaras ahora? ¿Arthur? ¿Flitwik? ¿Sirius?

- Es curioso que lo menciones a él. Todo gira alrededor de su parentesco ¿no? Y de otras particularidades que ella tiene.

- Si tienes algo que decir...

- ¿Qué sientes por ella?

- Me desagrada – lo dijo con énfasis y rápidamente.

- Sabes, si me hubieras dicho que te caía bien seguramente habría interpretado que tratabas de ser amable. Pero fuiste demasiado cortante en tu respuesta.

- No me gustan tus insinuaciones.

- ¿Sabes Severus? Tu mayor problema es la extraña forma en que manejas tus sentimientos. Han pasado demasiados años de autocastigo, pero sigues empecinado en que aún no has pagado lo suficiente.

Snape lo observó fijamente por algunos momentos. Él había pedido que fuera directo y no podía quejarse ahora. Desvió la mirada hacia el fuego que crepitaba en la chimenea.

- Murió por mi culpa.

- ¡No! Te lo he dicho miles de veces, no pudiste hacer nada. No estaba en tus manos evitarlo.

- ¿Y todo lo que hice después? – se levantó del sillón y empezó a recorrer el despacho. Empezaba a sentir que se ahogaba entre esas paredes – ¿Todo el daño? ¿El dolor?

- Nunca hiciste nada irremediable. Era tu manera de lidiar con la pena que te embargaba...

- ¡Despierta Albus! ¡No trates de vestirme de santo! ¡No minimices mis culpas!

- No lo hago. Soy simplemente más objetivo que tú. Cuando supiste la verdad intentaste remediarlo todo. Es lo que has estado haciendo desde entonces.

- No seas condescendiente conmigo, sabes que no lo soporto.

- Dime Severus ¿Qué deseas? ¿Acaso morir para de esa manera expiar tus culpas? ¿Crees que Florence aceptaría eso?

- Ella me aborrecería al ver en lo que me he convertido.

- No lo creo. Probablemente se habría enfadado, pero al ver todo lo que has hecho para reparar el mal que fuiste obligado a cometer habrías obtenido fácilmente su perdón. Cuando se ama, dispensar ese bálsamo es fácil.

- ¿Tú que sabes?

- El amor no me es desconocido, pero ese no es el punto.

- ¿Cuál es entonces?

- Que te estas destruyendo lentamente en tu afán de pagar con sangre los errores del pasado. Te estas matando por gusto.

- Mi muerte no sería suficiente, rompí una promesa, una promesa sagrada. Concientemente ignoré sus deseos y me cegué por el ansia de venganza.

- Y te estancaste. Sigues hundido en ese agujero de culpabilidad, rumiando tu amargura dentro de ese infierno que te has construido a la medida.

- Es mi elección Albus y no tienes que entrometerte en ella.

- No sería tu amigo si no te dijera estas cosas claramente. La vida tiene otros aspectos que tal vez no has considerado. Mereces una oportunidad de ser feliz. Yo te la di, ¿por qué no puedes hacer tú lo mismo?

- Te equivocas, me diste la oportunidad de vengarme. ¿No te das cuenta? Siempre ha sido venganza. Primero contra los que supuestamente provocaron aquel desastre y ahora contra los verdaderos culpables. No intentes revestir mis actos con nobleza, porque no hay ni un ápice de ella en mí.

- Si fueras la persona que crees, Florence jamás te habría amado.

- Me conoció en un momento diferente. Tal vez en esa época pude haber sido una mejor persona, pero no tuvimos la oportunidad de descubrirlo. Ahora ya es demasiado tarde – su gesto se lleno de amargura – los frutos no caen muy lejos del árbol. Cada vez que me veo en el espejo me doy cuenta que me parezco muchísimo a él.

- Tú no eres tu padre. Ella vio en ti la verdadera naturaleza de tu ser. Algo que sigue enterrado en el fondo y que no has podido matar, por mucho que lo hayas intentado. Lo he visto.

- No has visto nada, sólo son tus vanas ilusiones y esa pésima costumbre que tienes de tratar de ver lo bueno en casi todo el mundo, aunque no exista.

- Te empeñas tanto en ser Severus Snape, el hombre más desagradable que pueda existir en el mundo mágico, que no te das cuenta lo que hay alrededor tuyo y más importante aún, lo que existe dentro. Florence lo vio, por eso llegó a amarte de esa manera.

- ¿Sí? Pues le costó mucho, porque todo fue a escondidas. Sabía que yo no era precisamente el príncipe azul que sus padres esperaban.

- Eres injusto, ella lo arriesgó todo por ti, su vida misma...

- ¡Basta! Ya tengo suficiente con mis recuerdos como para que tú los alimentes. El pasado ya fue escrito, el presente lo estoy viviendo y nunca he pensado que tenga futuro. Déjame con mi vida, que bastantes problemas tienes ya con el señor oscuro.

- No puedo hacer eso porque te aprecio. Y porque le prometí a Florence que te cuidaría y que no te dejaría caer si algo le sucedía.

- ¿QUÉ? ¿Cuándo? ¿Por qué hiciste esa promesa?

- Poco antes de que se marcharan. Ella presentía que las cosas podían ser difíciles, aunque no creo que estuviera pensando en algo como lo que pasó. Sabía lo importante que era en tu vida y me arrancó esa promesa. Y no fui capaz de cumplirla hasta que me citaste en aquel bar.

- ¿Me recibiste sólo por eso?

- No. Si hubiera detectado falsedad en tus palabras, pero sobre todo, maldad en tu corazón jamás habría aceptado que volvieras con nosotros. Los ojos no mienten Severus, y lo que vi en los tuyos fue arrepentimiento y un deseo de hacer lo correcto y enmendar tus errores. Tal vez tú lo llamas venganza, pero yo lo llamo redención.

Era inútil, las discusiones con Dumbledore siempre terminaban en lo mismo. Era imposible hacerlo cambiar de opinión y sobre Snape tenía formada una que no pensaba desechar, por mucho que el interesado lo intentara.

- Me marcho, esto no nos llevará a nada.

- No me respondiste.

- ¿Sobre qué?

- No te hagas el inocente.

- Ya te dije. No veas cosas que no son.

- Entonces te sugiero que mejores tu actitud. Si sigues igual, le diré a Tonks que sea ella quién te asesore. Tal vez eso te calme.

- ¡No te atrevas!

- Entonces no me provoques. No tiene nada de malo que aceptes el hecho de haber disfrutado de su compañía. La soledad en que te mantienes es un manto demasiado frágil, aunque para ti haya sido una armadura. Una mujer te hizo cambiar hace muchos años y el que otra te hiciera un poco más humano no es tan sorprendente. El problema es esa mentalidad territorial que tienes. Nunca te has sentido dueño de nada y ahora tampoco te consideras merecedor de nada.

- Ese tipo de comentarios es lo que provoca mi mal humor. ¿No lo has pensado?

- Me niego ha aceptar esa explicación simplista. La mía es más acertada. No sabes cómo manejar el cariño porque no lo has recibido en dosis correctas. Cuando alguien te hace sentir cómodo, te aferras y odias a quién quiera quitártelo. Eres terriblemente inseguro y orgulloso. Acepta que te agrada la chica y ya. No es la gran cosa. A menos que...

- Nada. Prometo controlarme, por lo menos en lo que respecta a los alumnos. Pero no me pidas que me vuelva el señor sonrisas con los demás. Únicamente me gusta mi propia compañía. Ese es un derecho al que no pienso renunciar.

- Severus, los cambios duelen, pero es como el que se sufre al nacer. Debes pasarlo para empezar a vivir. Ésta podría ser la ocasión que has estado esperando para hacer eso.

Snape no quiso replicar y sin decir nada más salió del despacho. Dumbledore se recostó en su sillón con un dejo de tristeza en la mirada.

"La vida no es tan fácil Severus. No podemos hacer desaparecer las cosas sólo porque nos neguemos a aceptarlas. Te conozco bastante como para saber que en estos momentos estás casi en la misma situación que hace años. Sólo que ahora tienes un rival que al parecer te lleva mucha ventaja. Confío en que puedas dominarte, pero no sé a qué costo. Y no quisiera verte sufrir nuevamente. Si solamente existiera una posibilidad, aún tendría esperanzas de salvarte de esa hoguera de dolor que te está consumiendo y que puede acabar contigo si continúas rechazando la ayuda y buscando inútilmente la muerte"


Ahora que Ron había aceptado sus sentimientos, las cosas se habían puesto peor de lo que imaginara. Hermione no salía de la habitación de las chicas más que para recibir sus clases, y luego de éstas lograba escabullirse para evitarlo. Aún no se le había ocurrido al pelirrojo alguna manera para arreglar el embrollo que había provocado. Inclusive, si no hubiera sido por Harry, en el último partido de Quidditch hubieran perdido, porque puso más atención a los graderíos que a la portería.

- ¡Ron! – Ginny, quién ahora se desempeñaba como cazadora, estaba tan enfadada que hacía grandes esfuerzos por no quebrarle la escoba en la cabeza – ¿En qué estabas pensando? ¡Setenta puntos! ¡Una anotación detrás de otra! ¡Si la Snitch no hubiera sido atrapada Huffepuff habría acabado con nosotros!

Compungido, su hermano no podía decir nada. Se encontraban en los vestidores, y él estaba sentado en una banca sin despegar la vista del suelo.

- ¡Y todo porque no podías alejarte de las... las... andabas pensando en...! ¡Rayos! ¡Tenías la mente en otro lugar! – por mucho enojo que tuviera no iba a provocarle a Ron más problemas con una indiscreción.

Los demás jugadores no quisieron intervenir. Estaban seguros de que era suficiente con la reprimenda que su hermana le estaba dando así que optaron por retirarse, incluso Harry, para brindarles la privacidad que necesitaban (según los demás para continuar con el regaño, pero el buscador sabía que era para discutir el problema amoroso que estaba causando estragos en Ron)

Ahora que estaban solos, Ginny podía hablarle con más confianza a Ron.

- Ronald – Ginny sólo usaba ese tono y ese nombre cuando las cosas se ponían serias – esto no puede continuar. No pones atención en las clases, pareciera que el Quidditch ya no te importara, ignoras a Harry y siempre estás distraído. Yo te entiendo – se sentó junto a él y le tomó la mano con cariño – pero me parece una actitud extrema. La vida no se ha acabado, aunque en este momento pienses que es así. Ella no iba a venir al juego, debiste saberlo desde el principio. No era necesario que sobrevolaras el graderío tantas veces.

- Tú no entiendes. No fue sólo una pelea...

- Me di cuenta.

- No, quiero decir que es algo más. Lo que hice correspondía a algo que sabía pero que no había notado. O tal vez sí, pero era más cómodo hacer como que no me había dado cuenta. ¿Me entiendes?

- Sí.

- ¿De verdad?

- ¿Realmente no sabías que la querías? ¿O pensabas que tu actitud era simplemente irracional?

- ¡Vaya! Parece que para todos los demás era obvio, excepto para mí – se alborotó el cabello, era un gesto que se le había vuelto habitual – Pero es mi mejor amiga, si reconocía que me gustaba habría complicado las cosas entre nosotros. Ya no seríamos lo mismo.

- Me parece que las cosas ya las complicaste. No creo que Hermione imaginara que el primer beso entre ustedes sería de esa manera.

- ¿Tú sabes lo que siente por mí?

- ¿Por qué no se lo preguntas?

- ¡Claro! Me pararé frente a la puerta de su habitación y le diré "¿Hey Hermione? ¿Me quieres?" Aunque... espera... no podré hacerlo porque la escalera no deja subir a los chicos, así que me plantaré fuera de alguna de sus clases y no dejaré que pase hasta que me escuche. Y luego de preguntárselo y hacerle pasar vergüenza frente a todos, mamá tendrá que acostumbrarse a mi nueva forma, porque seguramente me convertirá en una ¡Rana! O tal vez en una linda tetera, para que por fin pueda ser útil.

El rostro enfurruñado de Ron no evitó que Ginny riera por semejante comentario.

- ¡¿Ves?! Para ti es gracioso, pero es una tragedia para mí.

- ¡No exageres! Quiero decir... no es el fin del mundo. Encontraremos alguna solución.

- ¿Nosotros? ¿Vas a ayudarme?

- ¡Por supuesto! Y también los gemelos, Bill, Charlie, incluso Percy si se lo pido.

- ¡Olvídalo! Si dices una palabra de esto a los demás haré que todos sepan que te mueres por el baterista de las brujas de MacBeth. Este es mí problema. No necesito la presión de los otros sobre mis espaldas.

- Como quieras.

- Oye, si en realidad quieres ayudarme podrías decirme que piensa ella. ¡Pero sólo lo que tú conciencia te diga que es conveniente! Ya sabes... sin traicionar la confianza de Hermione.

- No harías eso jamás. Pero si puedo decirte que está muy triste. Luego que ustedes dos se fueron y yo le arrojé el agua en la cara para hacer que reaccionara, subió corriendo a su habitación y se la pasó llorando por horas. No puede creer que hayas sido tan cruel.

- ¿Yo? ¿Cruel?

- Cree que la besaste para molestarla. Para hacerla callar. Que la usaste.

- ¿Usarla?

- Algo así como una revancha por lo que ella dijo en el desayuno. Demostraste que contigo no se juega.

- ¿No le pasó por la mente que tal vez fueran celos?

- Ni por un segundo. Está convencida que fue tu manera de demostrarle quién manda.

- ¡Está equivocada!

- Pero mientras siga creyéndolo, tú estás frito. Está dolida y ese estado puede durar muuuucho tiempo. Será mejor que pienses en una buena estrategia, porque no quiero volver a pasar por un partido como el de esta tarde.


Tonks había decidido volver ha hablar con Snape, o por lo menos hacer el intento. No le gustaba el que Remus hubiera notado que le rehuía, cuando se suponía que antes de su llegada se llevaban bien. Era mejor aclarar las cosas de una vez y pedir las disculpas necesarias. Además, realmente deseaba que volvieran a tener esa cercanía tan partícular.

Aprovechando que esa noche Remus tenía una reunión extraordinaria con los alumnos de séptimo (para hablar sobre una posible excursión a las montañas) se dirigió al aula de pociones. Tocó a la puerta, pero nadie contestó. Por la hora podía ser que Snape estuviera en sus habitaciones. Con cierta vacilación se dirigió hacia allí, pero obtuvo el mismo resultado. Apoyó la frente sobre la fría madera, imaginando que una barrera semejante a esa puerta se erigía entre ellos y los mantendría separados.

"Tu desprecio hacia lo que yo soy, hacia mi familia y amigos. Sentimientos que deberían bastar para odiarte y aborrecerte y que no logran hacer entrar en razón a mi obstinado corazón. ¿Qué tienes que me impide borrarte de allí? ¿Por qué extraña y retorcida razón tuve que enamorarme de un hombre como tú?"

- ¿Tonks?

- ¡Profesor Dumbledore!

El director se encontraba a pocos pasos de ella y la observaba divertido. A la mortecina luz del pasillo parecía un anciano frágil. Pero era sólo una ilusión. Nadie opinaba lo mismo cuando lo conocía en realidad.

¿Y acaso yo lo conozco? ¿O alguien en el mundo mágico sabe quién es Albus Dumbledore?

- ¿Qué haces aquí pequeña?

- Yo... quería hablar con el profesor Snape.

- ¿No crees que ya es hora de que le digas Severus?

- No si quiero conservar mi cabeza en su lugar.

El profesor rió ante el comentario.

- Bueno, me temo que no podrás hacerlo. Tuvo que salir a una misión.

- ¿Acaso lo llamó quién-no-debe-ser-nombrado?

- Lamentablemente esas son las únicas misiones que Severus cumple.

- ¿Cree que estará bien? – No pudo disimular su ansiedad frente a Dumbledore – No le pasará nada ¿verdad?

- Nuestro amigo puede cuidarse solo – con cariño le paso el brazo sobre los hombros para confortarla – no te preocupes. ¿Por qué no me acompañas a tomar algo?

Acababan de llegar al despacho cuando Remus entró precipitadamente en él.

- ¡PROFESOR!

- ¿Qué sucede?

- ¡Recibí un mensaje de Kingsley! ¡Es urgente que se comunique con él, parece que se ha producido un ataque de mortífagos contra la familia Longbottom!

Con celeridad, Dumbledore tomó una bolsita de polvos y los lanzó a la chimenea. Las llamas tomaron un color intensamente azul y pudieron distinguir el rostro del auror entre ellas.

- ¿Qué ha pasado?

- Hace aproximadamente media hora un grupo de entre diez y quince mortífagos atacó la casa de la familia Longbottom. Irrumpieron durante la cena e intentaron lastimar a los que se encontraban allí.

- ¿Algún herido?

- No. Habían recibido una advertencia anónima pocos minutos antes del ataque, por lo que no los tomaron desprevenidos. Solo la abuela de Neville resultó con una rozadura en la frente, cuando uno de ellos le lanzó un hechizo a traición.

- ¿Lo esquivó? – Tonks conocía muy bien a la señora y sabía que su agilidad ya no era la de hacía años.

- Al parecer alguien empujó al mortífago en el momento preciso.

- Snape.

- Eso parece Tonks. La señora le debe la vida.

- No es la única – Dumbledore tenía el ceño fruncido – muchos se la deben sin siquiera saberlo. ¿Algo más?

- Daños materiales únicamente, pero al huir dejaron la marca tenebrosa sobre la casa.

- Una advertencia.

- ¿Advertencia? – Remus se mostraba preocupado.

- Van tras de los que nos apoyan. Deberemos extremar precauciones.

- No podemos cuidarlos a todos.

- No, pero si prevenirlos. Esta noche esa familia se salvó gracias a Severus. Su ayuda se ha convertido en algo demasiado valioso para nosotros, pero me temo que no podremos mantenerla por mucho tiempo. Voldemort no es tonto y esa farsa puede terminar en cualquier momento.

- ¿Podría... resultar herido?

- Eso es lo menos que puede pasarle. La muerte lo ronda cada día Tonks, y no se cuánto tiempo pueda esquivarla.

Ella se sujetó del respaldo de la silla al escuchar eso. Nunca había pensado que las cosas pudieran ser tan serias.

- Hay otra cosa Dumbledore – Kingsley mostraba preocupación – cuando se marchaban, algunos pudieron ver que los mortífagos atacaban al que había salvado la vida de la señora. Al parecer lo estaban castigando. Alcanzaron a escuchar que le decían que el señor oscuro no perdonaría esta nueva falta.

- ¿Y luego?

- Desaparecieron. No sé si esta vez salga bien librado, su ayuda de esta noche puede resultarle cara.

- ¿Qué haremos?

- Por él no podemos hacer nada ahora Remus, sólo esperar que su habilidad lo ayude una vez más. Con respecto a lo otro, correremos una alerta general. No permitiremos que esta noticia sea apagada por el ministerio. Mañana mismo se lo diremos a los alumnos para que ellos lo transmitan a sus padres. Yo les escribiré para prevenirlos y solicitarles que tomen sus precauciones. Voldemort no debe volver a sorprender a nadie nunca más. Su arma es el miedo, pero si todos nos esforzamos en enfrentarlo podremos minimizar su poder.

- No será suficiente.

- La familia Longbottom es de las más queridas en el mundo mágico Tonks. El ataque en su contra es sólo la punta del iceberg. Deben saber que ya no se trata de sangre limpia contra sangre mezclada; el peligro es para todos. Ya nadie esta a salvo.

- ¿Y Neville? Debe saber lo que le pasó a su abuela.

- Se lo diré en la mañana, antes que a los demás. Seguramente querrá ir a verla, así que le diré a Minerva que lo acompañe.


Ron estaba cabizbajo en el gran comedor. Apenas había probado bocado de su plato y eso si que era extraño. Harry estaba frente de él, pero no le decía nada. Nunca le había sido tan difícil pensar en algo para levantarle el ánimo a su amigo.

- ¿Qué tal te fue?

Ginny acababa de llegar y se sentó junto a su hermano. Harry ya estaba acostumbrado a que lo ignorara, pero eso no quería decir que no le doliera.

- Bueno, depende de cómo lo veas. Logré hablarle, pero me vio de una manera...

- ¿Qué le dijiste?

- Que quería hablar con ella.

- Por lo menos lo intentaste.

- Sí, pero con semejante recibimiento... tal vez sea mejor no continuar con...

- ¡Ni se te ocurra!

Ginny y Harry habían hablado al mismo tiempo. Sin querer, ella lo observó, pero desvió la mirada rápidamente.

- Pero no sé que más hacer, no me quiere escuchar. ¡Demonios! – Empezó a tamborilear los dedos sobre la mesa – aunque lograra tener su atención no se me ocurre que decirle.

- ¿No?

Nuevamente habían hablado al unísono y esta vez Ginny se mordió el labio para no reír.

- No – Ron estaba dándole vueltas con su tenedor a los trozos de tocino que habían en su plato – si tan solo existiera algo que dijera exactamente lo que siento, podría enviárselo para que lo escuchara...

- ¡Eso es!

Esta vez ya no pudieron evitar reírse, por hacer lo mismo otra vez.

- ¿Qué se te ocurre Harry?

El volver a escuchar su nombre en labios de Ginny hizo que a Harry se le iluminara el rostro.

- ¿Un... poema?

- ¡Olvídalo! Yo no soy bueno para esas cosas – Ron se había puesto tan rojo como su cabello – prefiero que el asunto se arregle solo.

- Entonces mejor me hago a la idea de que nunca llamaré a Hermione "cuñada"

- ¡No molestes Ginny!

- ¡Es la verdad! Ella es tan orgullosa como tú. Aquí la única manera de arreglarlo es con ayuda.

- ¿Qué clase de ayuda? – Los ojos de Ron se abrieron esperanzadores – ¿Algún filtro tal vez?

- ¡No! La magia no es necesaria, sólo un poco de coordinación. Lo primero es ver las posibilidades.

- ¿Posibilidades?

- ¿Qué habilidades tienes Ron? – Harry puso cara de seriedad al hacer esta pregunta. No quería que su amigo pensara que lo estaba molestando.

- ¿Yo? Pues... jugar al Quidditch, el ajedrez mágico...

- Tienes bonita voz.

- ¡Ginny!

- ¡Es cierto! A veces te escucho cuando crees que nadie te ve.

- ¿Cantas?

- No te burles Harry.

- ¡No lo hago! Es que Ginny me ha dado una idea.

- ¿Cuál? – la pelirroja se mostraba interesada.

- Hace poco estuvo muy de moda en el mundo muggle una canción. Y por lo que recuerdo de la letra creo que sería perfecta, digo, si es que he interpretado adecuadamente lo que Ron siente.

Este no contesto, pero parecía estar sopesando la posibilidad. Una canción tal vez no fuera mala idea. Carraspeó un poco, tratando de parecer indiferente.

- ¿Dentro de tu maravilloso plan has contemplado cómo voy a escucharla? Porque te recuerdo que la música muggle no es precisamente material para la radio del mundo mágico.

- ¿Aceptas entonces?

- Tengo que pensarlo.

- Por el momento debemos resolver el asunto de conseguir la canción. Luego pasaremos a que aceptes la idea. Y por último el que Hermione la escuche. Con respecto a lo primero, creo que tengo la solución.

Dean Thomas acababa de entrar al gran comedor.

- ¡Hey Dean!

- ¡Hola chicos! ¿Qué se cuentan? Los he visto algo apagados últimamente. Hola Ginny.

- Hola

- Oye Dean – Harry no quería perder demasiado tiempo en conversaciones - ¿Tú has oído la canción "The Reason"? Es de...

- Sé de quién es. Mi prima casi me volvió loco con esa dichosa canción.

- ¡Bien! En ese caso puedes ayudarnos. La necesitamos para...

- Simplemente la necesitamos – Ron no levantaba la vista de su plato – además, tú aún me la debes.

Dean enrojeció, sabía que el pelirrojo se refería a lo del famoso chisme.

- Si el rey ordena, yo obedezco.

- No estoy para tus bromas Dean.

El chico acomodó el cuello de su camisa con cierto nerviosismo. Había aprendido que no era buena idea molestar a Ron.

- Tengo una duda. ¿Cómo piensan escucharla?

- ¿Recuerdas las vociferadoras?

- ¡Cómo olvidarlas después de oír las que le han enviado a Neville y a tu hermano!

- Bueno, pues puedes pedirle a tu prima que la escriba en un papel, pero cantándola. Luego con un hechizo hacemos que el pergamino la repita.

- ¿Segura?

- Bueno... también puedes escribirla mientras la oyes. También funciona.

- Creo que esa es una mejor opción si quieres una versión más fiel.

- ¿Cuándo la tendrás?

- Este fin de semana visito a mi familia, así que sería el lunes. ¿Te sirve para ese día?

- El lunes estará bien – Harry volvió a sonreír, se sentía muy feliz – podemos seguir esperando un poco más.


La espera estaba destrozando a Tonks. Habían pasado tres días y no había señas de Snape. La señora Pomfrey lo había sustituido en sus clases y nadie parecía echarlo en falta (es más, parecían felices), excepto ella. Había tenido que recurrir a casi todo su repertorio de risas y extremado su torpeza para disimular la ansiedad que la embargaba. Pero había llegado al límite de sus fuerzas.

Estaba acostada en su cama, viendo fijamente el techo. Remus le había pedido que lo acompañara al día siguiente a Londres, ya que necesitaba ir al callejón Diagon por algunos "elementos" para sus clases y quería utilizar ese fin de semana buscando los más adecuados, pero Tonks no se sentía con ánimos para salir del castillo. Quería estar allí por si se recibían noticias de él.

Se movió por enésima vez, tratando de encontrar una posición cómoda, pero era imposible. El desasosiego no la dejaba descansar. No podía estar tranquila mientras no supiera que Snape estaba bien.

Levantándose de su cama, tomó una capa y se dirigió a las mazmorras. Lo había hecho las tres últimas noches. Pararse frente a su puerta, con la extraña ilusión de que él saldría para preguntarle qué estaba haciendo allí y si no tenía nada mejor que hacer era su manera de afrontar la espera.

Esta vez, sin embargo, fue diferente. Quería entrar, ver sus cosas, tratar de encontrar algo que le diera la seguridad que volvería. Intentó abrir la puerta pero ésta no cedió. Con ciertas reservas, empuñó su varita y susurró el conocido hechizo:

- Alohomora

Increíblemente la puerta se abrió. Para ser un hombre tan paranoico, no parecía ponerle mucha atención a la seguridad de su habitación, aunque ¿quién querría entrar a ese lugar?

Suavemente, Tonks empujó la puerta e ingresó a la habitación. Todo estaba igual que la última (y única) vez que había estado allí. Cada cosa en su sitio, pero de una forma bastante impersonal. Como si nadie la ocupara. Recorrió cada cosa (los libros, el escritorio y aquella famosa cajita) con la punta de sus dedos, de la misma manera que lo haría sí todo fuera de cristal, tan frágil que se quebraría al contacto.

Luego se sentó en su cama y tomó una túnica que se encontraba doblada sobre ella. No pudo reprimir sus lágrimas al verla: era la misma que ella había reparado.

"¿Qué hago yo con lo que siento si no regresas? ¿Cómo puedes exponerte así? ¿Por qué arriesgas tu vida de esa manera?"

Se fijó en la caja y con cierta tristeza la abrió. La imagen de ellos dos abrazados la hizo llorar un poco más.

- ¿Qué hiciste para que te amara? ¿Y por qué no estás más con él? ¿Fuiste tan importante en su vida que ya no le importe morir con tal de estar contigo? ¿Era tan ciego entonces como lo es ahora?

"Ella no tiene la culpa de lo que tú estas sintiendo"

Tonks odiaba que los espejos hablaran justo cuando nadie quería escucharlos. Su reflejo, con los ojos llorosos, la miraba con cierta burla.

"Hay mujeres que marcan la vida de las personas que tocan. Ella fue una, y tan perfecta que logró lo que tú nunca conseguirás"

- Tan sólo era una mujer.

"Pero lo suficientemente especial como para que él la siga adorando"

- Debe haberla convertido en una especie de diosa. Tan perfecta a sus ojos que su recuerdo opaca todo lo demás.

"¿Acaso estas celosa de una muerta?"

- No. De su recuerdo. Florence es un enigma para mí, porque no sé qué pudo tener que la hizo tan especial.

"Tal vez lo mismo que tú. Simplemente lo quiso"

- Pero hay una diferencia. Snape le correspondió por alguna razón que no entiendo.

"No compitas con ella. A sus ojos siempre estarás en desventaja"

- No pretendo hacerlo. Hay amores que no deben existir. Este es uno de ellos. Yo sólo quiero que vuelva, nada más.

Se recostó en la cama y sus lágrimas empezaron a mojar la almohada. No supo en que momento se quedó dormida. Unos golpes en la ventana la despertaron. Al girarse en la cama distinguió un cuervo que golpeaba insistentemente el vidrio.

- ¿Estás perdido amiguito? – se levantó para dejarlo entrar.

El cuervo aleteó un poco y fue a posarse sobre el escritorio. Tonks vio que llevaba atada a la pata un papel. Con cuidado se acercó al ave, pero esta no se movió. No le fue fácil desatar el mensaje por lo nerviosa que estaba. Al leerlo, todas sus preocupaciones se desvanecieron.

Salió corriendo de la habitación, sin importarle si alguien la veía. Para su fortuna, era aún muy temprano para que los alumnos estuvieran en los pasillos, así que llegó rápidamente frente de la gárgola que llevaba al despacho del director.

- ¡Pan de calabaza!

La estatua se movió y ella subió de dos en dos los escalones. Dumbledore ya se encontraba sentado frente a su escritorio cuando ella irrumpió en la oficina.

- ¡ESTÁ VIVO! Algo herido, solamente... pero ¡Vivo!

- ¿En dónde se encuentra?

- En su casa... en el castillo. Dice que no pudo comunicarse antes porque no tenía fuerzas para escribir, pero que ya se ha reestablecido bastante.

Le extendió la nota para que pudiera leerla. Dumbledore se mostró satisfecho al terminar.

- Me alegra saber que sigue entre nosotros. Pero no me gusta que esté solo en estos momentos. Nunca se sabe quién podría visitarlo. Le pediré a Remus que vaya para asegurarnos que nada le pase.

-¿Remus?

- ¿Quisieras ir tú?

- No, claro que no. Es sólo que no creo que al profesor Snape le agrade la idea.

- Remus es lo más cercano a un amigo que Severus pueda tener, bueno, mejor digamos que es su compañero más antiguo. Si puede recibirlo con sarcasmo y hacerlo enojar, entonces estaré seguro que se encuentra bien.

Tonks se convenció de que Remus era la mejor opción y se despidió del director. Este prefirió no preguntarle cómo había recibido la nota, pero el brillo en su mirada indicaba que estaba uniendo los cabos necesarios para que "aquella posibilidad de salvación" empezara a ser una opción con probabilidades de éxito.


Remus no había recibido con alegría su misión, ya que no le agradaba la idea de servirle de "niñera" a alguien que lo detestaba. Pero, aparte que nunca discutía, se sentía en deuda por el hecho de que Snape era quién preparaba la poción matalobos para él y por la ayuda prestada a Tonks. Así que en ese momento se encontraba frente a la puerta del castillo Araz, sin una idea muy clara de lo que se esperaba de él pero dispuesto a no defraudar a Dumbledore.

"Bien, sólo me aseguraré de que no esté en riesgo de muerte. Únicamente eso"

Golpeó la puerta con su varita tres veces y esta se abrió. Ojoloco decía siempre, en tono sarcástico, que sólo faltaba que tuvieran que decir "Ábrete Sésamo". Pero nadie sabía a qué podía referirse con eso.

Atravesó el largo corredor de entrada hasta llegar a la sala. Encontró a Snape sentado en uno de los sillones, la frente apoyada en una mano y una copa medio vacía en la otra. El líquido que contenía no parecía una poción.

"¿Desde cuándo bebes?"

- ¿Qué haces acá Lupin?

- Vine a visitarte.

- ¿Por qué? ¿No tenías nada mejor que hacer?

"Bueno, por lo menos sigue con el mismo humor"

- Dumbledore estaba preocupado por ti.

- Dile que estoy vivo, con eso será suficiente. Ahora vete

Con dificultad, Snape se levantó del sillón y caminó medio tambaleando hasta una mesa ubicada en la esquina. Llevaba la camisa desabrochada, por lo que Remus logró ver dos grandes rasguños que le atravesaban el pecho.

- ¿Qué te sucedió?

- Caricias del señor oscuro. No le gusta el fracaso.

Destapó una botella y vertió gran cantidad en la copa. Remus jamás lo había visto en ese estado, era obvio que se encontraba bebido. Snape giró el rostro y lo vio. A pesar de los vapores del alcohol, no dejaba de ser intimidante.

- ¿Aún no te has marchado? – un dejo de rencor se traslucía en su voz –Tu noviecita debe estarte esperando. Las parejas siempre salen a divertirse los sábados por la noche.

Remus tardo un par de segundos en comprender a qué o, mejor dicho, a quién se refería.

- Tonks no es mi novia. Es mi amiga.

- ¿Qué es el amor sino una amistad en llamas?

Apuró el contenido de la copa y volvió a servirse.

- ¿Por qué no volviste al castillo?

- Estoy en él.

- Me refiero a Hogwarts.

- Tenía cosas que hacer aquí.

- Podríamos haberte curado...

- No necesito sus cuidados – No disimulaba su desagrado por la presencia de Remus – no es la primera vez que esto sucede.

Seguía bebiendo y eso era peligroso para alguien en su estado.

- ¿No sabes que el alcohol y las pociones curativas no se mezclan?

- ¡No me digas! ¡Gracias por el comentario! Si tú no me lo dices seguramente no me habría enterado – el sarcasmo en su voz era como veneno – imagino que crees que el hecho de ser por más de quince años profesor de pociones no me ha servido de mucho.

- Tal vez deberías descansar.

- Estoy en magníficas condiciones.

Remus no sabía qué más hacer pero el dejar a Snape sólo no parecía algo sensato. Observó a su alrededor y recordó de pronto lo que Harry le habían dicho sobre una quimera. Tal vez el hablar de ello ayudaría a que Snape reaccionara. Siempre era mejor el que pelearan a dejar que siguiera bebiendo sin control.

- Este lugar me recuerda a una persona – Snape detuvo la copa que llevaba nuevamente a sus labios – ¿la recuerdas? Era F...

- ¡No te atrevas a decir su nombre!

- ¡Tranquilízate! No quise incomodarte. No pensé que fuera un tema delicado para ti.

- ¡Tú que sabes!

- Lo que iba a decir es que su familia tenía un castillo, el cual tenía un nombre raro... como árabe...

- No te hagas el inocente... sabes que es este.

- ¿De verdad? Y... ¿cómo lo obtuviste?

- No lo compré, si ha eso te refieres. Odio este lugar.

- ¿Entonces?

- ¿Acaso tu pequeña cabecita no es capaz de encontrar otra forma de adquisición?

Snape se apoyaba en la mesa, al parecer víctima de un mareo, pero Remus no hizo ningún intento por auxiliarlo.

- Deberías ir al baño, no creo que tu cuerpo quiera o pueda retener todo lo que has bebido.

- ¡Cállate! No estoy bebiendo, estoy celebrando.

- ¿Qué cosa?

- Mi aniversario.

Remus tenía cara de no comprender.

- Así fue como obtuve el castillo. Cuando el conde murió en San Mungo, leyeron su testamento. Le había dejado este montón de piedras a su adorada hija. Pero como ella también había fallecido, paso por herencia... a... su... esposo... o sea...

- Tú eras el heredero – el hombre lobo estaba asombrado – porque...

- Nos casamos hace dieciocho años. Precisamente en un día como hoy.

- ¿El conde estuvo de acuerdo? Lo pregunto porque era muy quisquilloso...

- Era un imbécil. Siempre con esas ideas estúpidas sobre la nobleza.

- Pero tú eres de familia de magos...

- ¡Eso no le importaba! Yo era hijo de Rado Snape, uno de los magos oscuros más despreciables que alguien haya conocido. Suficiente para quererme a mil kilómetros de su hija. Él, que era un sangre mezclada, obsesionado con la pureza del linaje.

- Pero entonces...

- Lárgate Lupin, no estoy de humor para hablar de mi vida.

- ¿Qué hacía el conde en San Mungo?

- Purgaba sus culpas.

Esta vez, Snape bebió todo el contenido de su copa en un solo trago.

- ¿Y ella?

- Murió... justo en el lugar en el que estás parado.

- ¿Cuándo?

- El día de nuestra boda. Fue mi regalo, verla morir... frente a mí.

- No entiendo. ¿Cómo...?

Con agilidad, Remus esquivó la botella que Snape le lanzó abruptamente. Unas cuantas gotas de su contenido lo salpicaron cuando se estrelló contra la pared.

- ¡VETE! – Su rostro estaba contraído por la furia – ¡FUERA DE AQUÍ!

Remus no esperó que se lo dijera nuevamente. Snape había dicho demasiadas cosas ya, cosas que no le hubiera contado de estar en sus cabales. Era mejor no seguir presionándolo. Aún no había salido del castillo, pero alcanzaba a escuchar el sonido de objetos que se rompían.

"Dieciocho años rumiando un dolor semejante. Esa fue la razón por la que no volvió al colegio. Quería estar aquí este día. Dumbledore debía saberlo, por eso me envió. Pero se equivocaba. Severus nunca haría algo estúpido e irremediable. Morirá de dolor, pero no por su propia mano. Él también está pagando quién sabe qué culpas"

La sala parecía un campo de batalla. Los cuadros y adornos estaban destrozados en el piso. Entre todo el desastre, Snape distinguió un papel que se había caído de una de las mesas, olvidado todos esos años en algún cajón. Con delicadeza lo recogió y reconoció la letra de su madre. Era una carta que había recibido en respuesta a la que él le había enviado, contándole sobre la chica que había conocido. Recordó la alegría con que se le mostró a Florence para que supiera lo que su adorada madre pensaba.

"Querido Sev. Me alegra mucho el saber que te va bien en el colegio. Me reconforta el que hayas encontrado en el profesor Dumbledore alguien en quién confiar. Y también el que entablaras amistar con Florence. Es una chica maravillosa, siempre lo fue. Presiento, por lo que me escribes, que ella ha llegado a ser muy importante para ti. Es por eso que quisiera decirte algo que me dijo a mí mi madre, cuando tenía tu edad.

No te enamores del amor, enamórate de alguien que te ame, que te espere, que te comprenda aún en la locura; de alguien que te ayude, que te guíe, que sea tu apoyo, tú esperanza, tú todo.

Enamórate de alguien que no te traicione, que sea fiel, que sueñe contigo, que sólo piense en ti, en tu rostro, en tu delicadeza, en tu espíritu y no en tu cuerpo o en tus bienes.

Enamórate de alguien que te espere hasta el final, de alguien que sea lo que tú no elijas, lo que no esperes.

Enamórate de alguien que sufra contigo, que ría junto a ti, que seque tus lágrimas, que te abrigue cuando sea necesario, que se alegre con tus alegrías y que te dé fuerzas después de un fracaso.

Enamórate de alguien que vuelva a ti después de las peleas, después del desencuentro, de alguien que camine junto a ti, que sea un buen compañero, que respete tus fantasías, tus ilusiones.

Enamórate de alguien que te ame. No te enamores del amor, enamórate de alguien que este enamorado de ti.

Creo que has encontrado a esa persona y me alegro. Seguramente recibirás de ella mucho de lo que mereces, mucho de lo que yo debí haberte brindado"

"No lo merecía mummy. Por eso ella murio" – las lagrimas amenazaban con hacerse presentes pero con furia él limpió su rostro, no lo permitiría, no sería débil nunca más – "Era demasiado perfecto para ser verdad"

Una idea se esforzara en surgir dentro de él. Leyó la carta nuevamente

"Acaso...si yo fuera esa persona para Nym ¿no existiría la posibilidad de que ella sintiera lo mismo por mí?

Esa leve esperanza fue barrida por los recuerdos del pasado.

"No. La expondría como lo hice con Florence. Mi suerte esta echada y nada la cambiará. Somos demasiado diferentes, demasiadas cosas nos separan. Representa todo aquello que me enseñaron a desdeñar. Debo dejar de pensar estas estupideces. Ella no es Florence, jamás lo sera"


Lo bueno de ser prefecto era que Ron tenía a su disposición el baño del tercer piso. Podía encerrarse tranquilamente allí y practicar la famosa canción con ayuda de Ginny, mientras Harry se sacrificaba manteniendo a Myrtle La Llorona ocupada en el baño de chica, haciéndole contar tristes anécdotas de su vida de estudiante. Su amigo había tenido razón al escoger esa melodía, era como si la hubieran escrito específicamente para Hermione.

Luego de casi dos semanas (que para Ron fueron eternas, al igual que para Hermione, quién notó como el pelirrojo ya no hacía nada para hablarle, llevándole a pensar que realmente ella no le importaba), la segunda fase del "plan" estaba terminada. La tercera se llevaría a cabo esa noche y Ron no podía evitar sentirse sumamente nervioso.

Tal como habían acordado, Harry le prestó su capa invisible y se aseguró que nadie notara la falta de su amigo. Ginny había convencido a Hermione que la acompañara a los linderos del bosque prohibido para buscar hongos que necesitaba en un trabajo de pociones, lo cuál era parcialmente cierto. El trabajo si incluía hongos, pero la búsqueda debía ser en libros, "para evitar posibles envenenamientos por sus torpes manipulaciones" (amable advertencia de Snape)

- ¿Te faltan muchos? – Hermione se ponía nerviosa al estar allí.

- Algunos. Pero para ahorrar tiempo podríamos dividirnos. Tú recolecta en este claro y yo lo haré en aquel.

- ¿Segura?

- ¡Claro!

- En ese caso, mantén encendida tu varita, no quisiera tener que darle explicaciones de tu bienestar a... tus padres.

- No dudo que estabas pensando en ellos – Ginny le dirigió una de sus más inocentes sonrisas – te veré pronto. Lumus.

La lucecita azul se hizo rápidamente pequeñita a medida que la pelirroja se perdía entre los árboles.

Hemione recogió varios hongos, y luego se sentó sobre un tronco a esperar que su amiga regresara. Pero luego de varios minutos empezó a ponerse nerviosa.

- ¿Dónde esta Ginny? ¿Por qué no ha regresado? – se puso de pie con decisión – lo mejor será ir a buscarla.

- No te preocupes.

- ¡Ahhhhhh! – Con un gritó, soltó la canasta que llevaba y se llevó la mano al pecho.

- ¡Tranquila! – Ron dejó que la capa resbalara sobre sus hombros, descubriéndose lentamente – soy yo.

- ¡Ron! ¡Casi me provocas un infarto! ¿Qué haces allí escondido?

- Yo... te... observaba.

- ¿Sí? – Hermione se había puesto roja de la furia – Pues entonces observa como me voy.

- ¡No! – con rapidez se puso frente a ella – por favor, no te vayas. Por favor. No había otra forma de hacerlo, tú no me dejas decirte nada. Fue lo único que se nos ocurrió para...

- ¿Se nos ocurrió? – Un dragón habría salido huyendo ante la mirada que Hermione tenía en ese momento – ¡Ellos te ayudaron! No sé qué retorcida broma es esta, pero no me hace ninguna gracia. Me trajeron con engaños, tu tramposa hermanita – tomó el borde de la túnica que Ron sostenía – mi supuesto mejor amigo y tú. Ya fue suficiente de burlas, no estoy dispuesta a seguir sirviendo de...

Ron tomó aire, movió con gracia su varita diciendo – Sinfonía – y el aire vibró con música. Luego cerró los ojos, no quería ver a su "amiga" hasta que terminara.

I'm not a perfect person. (Yo no soy una persona perfecta)

There's many things I wish I didn't do (Hay muchas cosas que me gustaría no haber hecho)

But I continue learning. (Pero continuo aprendiendo)

I never meant to do those things to you. (Nunca pretendí hacerte esas cosas)

And so I have to say before I go (Y bien, tengo que decir antes de irme)

That I just want you to know (Que solo quiero que sepas)

I've found a reason for me, (Que he encontrado una razón para mi)

To change who I used to be (Para cambiar quien solía ser)

A reason to start over new, (Una razón para empezar de nuevo)

And the reason is you (Y la razón eres tu)

Hermione parpadeó sorprendida. No sabía que Ron tuviera esa cualidad y que cantara tan bien. Lentamente retrocedió hasta topar con el tronco donde estuvo sentada y luego se dejó caer, sin despegar la vista de su "amigo".

I'm sorry that I hurt you, (Siento haberte herido)

Its something I must live with everyday (Es algo con lo que tengo que vivir cada día)

And all the pain I put you through, (Y todo el dolor al que te sometí)

I wish that I could take it all away (Me gustaría poder llevármelo todo bien lejos)

And be the one who catches all your tears, (Y ser quien recoja tus lágrimas)

That's why I need you to hear (Es por eso que necesito que escuches)


I've found a reason for me, (Que he encontrado una razón para mi)

To change who I used to be (Para cambiar quien solía ser)

A reason to start over new, (Una razón para empezar de nuevo)

And the reason is you (Y la razón eres tú)

And the reason is you (Y la razón eres tú)

And the reason is you (Y la razón eres tú)

And the reason is you (Y la razón eres tú)

Ron sentía que sus mejillas ardían y no sabía si Hermione aún estuviera allí, pero si se detenía ahora le faltarían las fuerzas para terminar.

I'm not a perfect person. (Yo no soy una persona perfecta)

I never meant to do those things to you. (Nunca pretendí hacerte esas cosas)

And so I have to say before I go, (Y bien, tengo que decir antes de irme)

That I just want you to know (Que solo quiero que sepas)

Un cosquilleo en las mejillas, hizo a Hermione reaccionar. Estaba llorando. Llorando ante semejante declaración, totalmente emocionada al darse cuenta de lo que Ron estaba haciendo.

I've found a reason for me, (Que he encontrado una razón para mi)

To change who I used to be (Para cambiar quien solía ser)

A reason to start over new, (Una razón para empezar de nuevo)

And the reason is you (Y la razón eres tú)

I found a reason to show (He encontrado una razón para mostrar)

The side of me you didn't know (La parte de mí que no conocías)

A reason for all that I do (Una razón para todo lo que hago)

And the reason is you (Y la razón eres tú)

Las últimas notas fueron arrastradas por el viento y al fin Ron se atrevió a mirarla. Ella estaba sentada, con los ojos húmedos y una mirada que no lograba descifrar.

- Hermione, todo lo que dice la canción es cierto. Tú eres la razón de... mi... vida – su boca estaba seca y el corazón le latía tan fuerte que pensó que iba a estallarle en el pecho – no se desde cuándo, probablemente desde que te conozco, tú te convertiste en lo más importante del mundo para mí. Es la única explicación al cálido sentimiento que me invade cuanto te tengo cerca. Has sido lo mejor que me ha pasado. No importa cuantas veces peleemos, o todo lo que me hagas estudiar. No me imaginaría nunca con otra persona que no fueras tú, porque eres la única que quiero junto a mí – tomó aire ante lo que pretendía decir – Si tú no sientes lo mismo por mí, no importa. Prefiero que sigas estando conmigo como amiga que perderte totalmente. Si es... sí... Viktor es quién tú has elegido... pues... yo... lo acepto. Pero no puedo seguir sin decirte que tú me... tú... que te quiero.

Ella no dijo nada. Con lentitud se levantó y empezó a caminar. Pasó al lado de Ron y siguió de largo, sin detenerse. Él sintió como un frío helado lo invadía. Había mostrado su corazón pero al parecer eso no había sido suficiente. Transcurridos unos momentos, se inclinó para recoger la capa de Harry y doblarla con cuidado. Esa actividad podía distraerlo para evitar pensar en lo que acababa de suceder. Un leve ruido a sus espaldas lo hizo girarse.

- ¿Hermione?

Ella estaba en el borde del claro, con los brazos cruzados sobre su pecho.

- Tonto.

- ¿Por qué?

- Por todo lo que has hecho.

- No quise incomodarte.

- Fuiste muy injusto.

- ¿Yo? ¿Qué hice ahora?

Hermione recorrió la distancia que los separaba y le echó los brazos al cuello.

- Lo único que podías hacer – con dulzura acercó sus labios a los de él. A diferencia del primero, este beso fue muy dulce y cálido. Con lentitud se separó y lo observó con la mirada más bella que Ron hubiera recibido alguna vez – ahora no me dejas otro camino que quererte ¿ves lo injusto de eso? Yo que estaba dispuesta a olvidarte...

- No te lo permitiré – en forma desprevenida la alzó por los aires y giraron con alegría. La depósito en el suelo y la besó nuevamente, con una ternura que no pensó llegar a tener. Fue su turno de separarse y clavar sus ojos en los de ella – te prometo que haré todo lo posible para que nunca dejes de quererme. No te prometo que no pelearemos o que no desearas a veces dejarme. Pero si que daré mi mejor esfuerzo para ser la persona que tú mereces.

- No tendrás que esforzarte mucho Ron, porque ya lo eres. Nunca he deseado que seas otra persona. Simplemente el Ronald Weasley de quién me enamoré. El mejor jugador de Quiddich y de ajedrez que Howarts ha tenido alguna vez.

Un nuevo beso los acalló por unos momentos. Luego Ron acomodó un mechón de cabello de Hermione tras su oreja, en un gesto que ella encontró simplemente encantador.

- ¿Sabes por qué me gusta el apodo de "Rey"?

- No – aquella pregunta la sorprendió.

- Porque hay una reina junto a mí.

Harry no necesitó quedarse en la sala común para saber el resultado de su "plan". Fue suficiente el ver desde su ventana como Hermione salía del bosque, daba una patada en el suelo y volvía a regresar. La conocía lo suficiente como para saber que no era tan obstinada hasta el grado de negarse a aceptar lo que tanto deseara.

Unos leves toques en su puerta lo sacaron de sus observaciones. Con cuidado de no despertar a sus compañeros, la abrió. Ginny estaba allí, con una gran sonrisa. Harry salió al pasillo para poder hablar con comodidad.

- ¿Qué pasó?

- No lo sé, no me quedé a investigar. Pero alcancé a escuchar risas. Creo que podemos asumir que todo salió bien.

- Me alegro.

- Fuiste un genio. Todo funcionó. Esa canción era la indicada.

- No lo habría logrado sin tu ayuda.

Un extraño silencio se instaló entre ellos. Por un momento pareció que hubieran vuelto a ser los amigos de antaño, pero esa sensación ya se había disipado.

- Te veré mañana.

- Está bien.

Ginny bajó las escaleras para dirigirse a su habitación. Harry hubiera deseado ser él quién estuviera en el bosque, reconciliándose con la pequeña Weasley. Pero al parecer, lo de él no iba a ser tan fácil.


Las dos semanas que habían pasado desde que Snape regresó, transcurrieron muy rápido para Tonks. Estaba feliz de verlo nuevamente, aunque él hiciera como si ella no existiera. Remus le había contado lo sucedido en el castillo. Ahora que sabía quién había sido Florence, podía entender la reacción de él cuando ella tomo involuntariamente su apariencia. Pero se había prometido que si él salía con bien de la misión, ella volvería a hablarle. Él que no pudiera estar en su vida como deseaba, no impediría que intentara el que al menos fueran amigos.

- ¿Profesor?

Snape estaba en su salón, al parecer enfrascado en la preparación de una poción.

- Espero no molestarlo.

Él no contestó. Ella recordaba que Snape odiaba los rodeos.

- Vine a solicitarle un favor.

- Creí que ya no me necesitaba.

Empezó a cortar raíces. El sonido del cuchillo la ponía nerviosa.

- Es para el club de duelo.

- ¿Sigue con esa tontería?

- Sí. Y quisiera que usted también participara.

- ¿Yo? ¿Acaso Lupin no es lo suficientemente bueno para ese club?

- Digamos que no es tan... despiadado en sus luchas.

Snape dejó de picar y se dirigió al armario. Sacó unas cuantas plantas que luego echó al caldero. Tonks presentía que él estaba esperando una disculpa de su parte, así que se armó de valor para ello.

- Lo lamento.

- ¿El preguntarme?

- No. Me refiero a lo del otro día. Lo que pasó en este salón. Siento haber tomado el rostro de esa joven.

- Florence. Su nombre es... era Florence.

- No fue mi intención.

- Supongo que Lupin ya le habrá dicho que ella era mi esposa. No creo que se guarden secretos.

Una pausa y una sonrisa de Tonks le indicaron que así era.

- No solemos hacerlo.

El gesto ceñudo de él fue la única respuesta que ella obtuvo. Snape decidió que no había problema en hablar de ello con la metamorfomaga.

- Fue una sorpresa muy desagradable verla a usted con esos rasgos.

- Prometo no volver a hacerlo.

- Eso espero. Jamás podrá ser como ella.

Tonks se sintió muy dolida por ese comentario. Era lo único que no quería escuchar de él.

- ¿Qué me dice entonces?

- ¿Está segura de quererme a mí? Recuerde la última vez.

- No me vencerá tan fácilmente ahora. Imagínese...usted y yo. Una ex auror y un ex mortífago – ignoró la mirada que él le dirigía – frente a frente. Los alumnos aprenderían muchísimo de nosotros.

- ¿Qué pensaría Lupin? Él es su pareja.

- Remus no es mí...

- Quise decir que es su compañero de trabajo y adalid de todas sus locuras.

- Me gustaría que usted también lo fuera.

Snape notó que Tonks parecía sentirse sentía cómoda hablándole de esa manera. Al parecer ya no le temía. Eso no le agradaba, porque odiaba que lo consideraran algo que él no era, un ser "agradable". Los sentimientos que ella le inspiraba estaban luchando contra el deseo de responderle con desdén y echarla del aula y de su vida.

"¡Demonios! Se supone que las llamas no deben estar escondidas. Siempre las has mantenido a flor de piel, pero ahora las escondes muy bien aunque sigan allí, quemándote. Y eso sólo te traerá pésimas consecuencias. Recuerda el precio que siempre pagan las personas que amas, por estar cerca de ti"

- ¿Él que opina? – esa voz lo desesperaba y prefirió ignorarla.

- El club es asunto mío. Además, Remus y yo trabajamos juntos en Defensa, pero eso no impide que nosotros dos lo hagamos en ataque. Sería bueno estar juntos de nuevo.

Estaba consiente que había enrojecido, pero no le importaba. Aparte de las razones obvias para querer estar con él, no podía encontrar mejor compañero para un duelo.

- ¿Cree poder vencerme?

- Sí.

- En ese caso acepto. Quiero ver qué tanto ha mejorado en estos años.

- Le sorprenderá darse cuenta que ya no soy una estudiante.

- Hace tiempo que lo sé.

Ella no quiso quedarse para averiguar qué significaban esas palabras. Se dirigió a la salida, pero se detuvo al escuchar que le hablaba.

- Dígale a Lupin que la poción estará lista mañana. Y que deje de evitarme. Que haga de caso que jamás tuvimos esa conversación.

- Lo haré.

Sin decir nada más salió del aula. Estaba feliz y no pensaba ocultarlo a nadie que la viera, aunque ese alguien fuera Remus.


La canción que Ron dedica se llama "The reason" y es del grupo Hoosbastank. Sinceramente es una bella melodía, y que a mi parecer quedó como anillo al dedo. Gracias nuevamente Arshy.

Las frases que aparecen en negrilla las tomé de una película llamada "el sexo y la señora X", es una película que trata de una mujer que es abandonada por su esposo y se va a Paris ha realizar un reportae sobre una dama. Ella le enseña cosas sobre si misma, como no se debe uno dejar de la vida, sino vivirla lo mejor que se pueda y nunca defraudarse como persona. En los próximos capítulos apareceran más frases, ya que tome bastantes (por lo buenas que eran). Siempre estarán en negrilla.

La idea de Tonks abriendo la puerta con el Alohomora (y lo que se dice sobre eso) lo tomé del fic "El misterio del Elixir de Garus" de mi amiga y beta Clau de Snape (se que no te pedí permiso antes, pero espero que no te moleste ese atrevimiento).


REVIEW

Marissa: ¡Hola chica! Disculpa que no te contestara en el capítulo pasado, pero no se que me pasó y por alguna razón no lo hice. Gracias por leer el fic y agregarte a los lectores de esta (¿extraña? Bueno, no se) historia. Que bueno que consideres que cada vez esta mejor (he dudado ha veces de no estar llevando esto por extraños rumbos). Bye

Kiche: ¡Hola! Jejejejejeje. Nunca pensé que la idea del regreso de Remus fuera así como "oh, ya volvi" pero con cara de tristeza. Interesante reacción. ¿Snape inseguro? Pues si, esta convencido que hay algo entre R y T. Eso, junto a quién ella es y lo que él ha vivido se combinan de una forma "retorcida y desconfiada". En este capítulo hay mucho de eso, de pensamientos, quiero decir. Y te das cuenta que también Dumbledore cree que existen sentimientos en esa pareja, porque piensa "Sólo que ahora tienes un rival que al parecer te lleva mucha ventaja". Pero después reconsidera esta opinión.

Remus ha tendido tanto tiempo la amistad de Tonks para él sólo, que siente lo mismo que Ron (tal como tú lo has entendido). Lo de difícil de aceptar es cierto. Ya verás más adelante, en la historia, cual es su reacción ante esto.

Me alegra que te gustara la parte de los chicos. Lo del beso fue una idea que traía desde el principio, la manera de hacer que las cosas se resolvieran (es que entre ellos todo tiene que ser así, arrebatado. Si piensan mucho no hacen nada). Mmmmm. Ron actuó precipitadamente, pero en la sala común sólo estaban Hermione y Ginny. No quise exponerlo a chismes con todos, pero asumí que quién leyera pensaría eso. Creo que debí ser más explícita al respecto. No hizo las cosas frente a todo el mundo, así que no hay chisme nuevo en el colegio (¿Te imaginas? Habría sido el acabose para el pelirrojo ¡y para la castaña también!). Lo que Hermione pensó... pues lo resumí en la explicación de Ginny, espero no decepcionarte con eso.

¿De verdad no me apresuré? Vaya. Me siento más tranquila entonces, creí que estaba haciendo las cosas muy a la carrera por lo de que el fic se acaba. Pero si llego a ver que me faltan cosas aún, pues le agrego capítulos, ¿tú no te enojarías verdad?

Ginny no le habla a Harry, y él no se atreve a intentarlo por lo que ella pudiera pensar. Si lo hace por lástima, compromiso o quién sabe que cosas. Pero ya ves que aquí se resuelve el asunto fácilmente. Imagino que Ginny pensó que, primero, ya era suficiente el castigo, y luego que sólo unidos podrían ayudar a su hermano.

Gracias por lo que dices de mi "estilo". Generalmente escribo frases y luego busco en que momento quedarían bien. Tengo un montón para los próximos capítulos y ojalá te parezcan igualmente interesantes.

La plática de los Weasley, debo admitirlo, no la escribí porque no se me ocurría nada. Preferí sólo hacer referencia a las consecuencias, de la misma manera que con Hermione y su reacción ante el beso de Ron. A veces no se que poner, y optó por esa opción. Funcional, ciertamente, pero he descubierto que suele ser decepcionante para quién lee. Trataré de no hacerlo muy seguido.

Siempre he pensado que a Ron no le dan tanta importancia como debiera, excepto en el primer libro. Por eso se me ocurrió dotarlo de un "don" especial, y raro en realidad, si tomamos en cuenta que no cree en nada de la adivinación y ahora resulta que tiene habilidades que podrían entrar en ese campo. Tal vez ahora piense antes de actuar.

Los Xfiles es mi serie favorita. La vi durante nueve años, o sea, toda. De todos los capítulos probablemente no he visto unos diez; y tengo libros de ellos, los muñequitos y tarjetas de la película e incluso escribí un fic sobre ellos (ya te imaginas el calibre de mi obsesión). Muchas fotos en mi Pc e incluso videos que han hecho algunos fans. Creo que ahora ya tienes una buena idea de cuanto me gustan. Tengo grabada en VHS la primera, quinta y sexta temporada, pero espero poder comprarme algún día todas en DVD (Cuando reúna los 2000 dólares que cuestan, aproximadamente). Solía programar mi video para grabar el capítulo semanal y lo veía al regresar a casa y hacer mis tareas (aunque fuera a las 12 de la noche).

Snape guardó la túnica, pero no tuvo mucho tiempo para dar las gracias. Detalles que se le escapan al pobre, pero no te preocupes, que el tema surgirá entre ellos. Creo que la mayoría de nosotras ha tenido una experiencia parecida con alguna prenda, y es que ha veces es algo que no podemos evitar, quién sabe porqué razón.

¡Gracias por los elogios! Siempre me hace sentir muy bien. Bye

Meilin2: ¡Hola! Ya ves, Ron necesita el impulso de la furia para actuar. Creo que esa es una actitud que va a tener que cambiar pronto si no quiere seguir causando más estragos.

¿Así que era a coser a lo que te referías? Mira nada más, y yo por otro lado. Como Tonks dice, si no se puede de una manera, pues busca otra. Y ella se fue por el método "muggle".

No creo que sea la vida tan injusta con el mago oscuro. Mira que él le ayuda pensando semejantes cosas. Pereciera que no se cree merecedor de nada bueno, que manía esa ¿no?

Decidí aclarar las cosas entre R y T para darme pie a más de alguna frase interesante en el futuro, cuando R sepa los verdaderos sentimientos de T (jejejejejej).

¿Tú papa te esta enseñando a conducir? ¡Que bien! Es algo importante de conocer. Pero no te pongas nerviosa, ya verás que pronto lo dominarás fácilmente. Bye

Iluana: ¡Hola Iluana! Mira que nick tan bonito tienes. Así que eres ¡Una nueva lectora! (ejem, ejem. Perdón por el exabrupto, pero siempre me emociona cuando alguien se agrega). Mira que has tenido paciencia para leerte los veintitrés capítulos de un tirón.

Es agradable saber que te ha gustado, así como la pareja que forman S y T. T me encantó desde la primera vez que leí sobre ella. Y sobre Ginny he de decirte que la percibo así, independiente y decidida. Por eso intenté retratarla de esa manera. Así es un complemento para Harry (jejejeje).

Que curioso, esa escena ha sido la favorita de varias personas (y he de confesarte que una de las mías). Creo que eso era lo que necesitaban, cercanía, para percatarse lo bien que se "complementan". Y en este, las cosas están interesantes también. Bye.

Nariño-chan1: ¡Hola chica! ¿Te parece que quedó bien? Me alegro. ¿Sabes? Escribiste muchas cosas que curiosamente suceden en este capítulo. Lo de que S no sabe como aceptar sus sentimientos es parte de todo lo que Dumbledore le dice en su plática, producto de la conducta errática e irascible que ha presentado S últimamente. ¿Acaso has encontrado la forma de leer mi mente? O tal vez yo he leído la tuya... Mmmmmmm. Cosas interesantes de investigar.

No creo que T le diga voluntariamente a R algo sobre lo que siente. Lo conoce lo suficiente como para saber que sería algo que no aprobaría. Y dudo mucho que la ayude a conquistar a S, pero a lo de controlarse... puede ser una buena idea; muchas veces saco cosas de lo que ustedes me escriben :).

Gracias por las porras, siempre me ayudan a seguir adelante. Bye

Samara-Snape: ¡Hola Samara! ¿Que tal el pozo? Espero que no se haya inundado con estas últimas lluvias.

¿Te exaspera mi Remus? ¿Y eso? ¿Cómo te lo imaginas tú?

Es cierto que no se lleva muy bien con S, pero para ser honesta no creo que nadie lo haga (a excepción del director), sin embargo no me negaras que es un buen catalizador para provocar enojos en S, los cuales llevaron a que acepte sus sentimientos (después de 23 capítulos ya era hora ¿no?). Pero eso de ponerse las pilas... no es de los que se lanzan a la conquista, sigue empecinado en que no merece la felicidad. Que hombre más necio.

¿Verdad que Ron se voló la barda esta vez? Que lo irreflexivo lo trae de fábrica, creo. Pero para la felicidad de muchos (o eso espero por lo menos), las cosas se resuelven de una vez en este capítulo. Con Harry y Ginny las cosas van más lento. Ya se hablan y eso es un avance.

¿De vuelta a clases? Uffff, me imagino lo cansado. Espero que ya le hayas tomado el ritmo.

Ops, me has puesto a temblar de nuevo. Ahora tendré la presión del fic y de que sea de tu gusto para que yo no desaparezca de este mundo hacia un limbo infinito (buaaaaaaa, ¡que te tengo pánico!).

¿A eso te referías? Pues... no puedo adelantarte que pasará con la caja (ha vuelto a aparecer en este capítulo, pero en algo no muy relevante) o si ayudará, pero no tengo planeada ninguna incursión de los chicos a las habitaciones de S (es que no quiero que S mate a nadie jejejeje). Bye

amps14: ¡Hola Anama! Que bueno que pudieras mandar el review a tiempo. Me lo he estado esperando y me alegra mucho que te hayas podido tomar el tiempo para enviarlo y más aún, para escribirlo. No te apures, se lo que cansan los estudios, y más aún el fin de clases.

Sabía que ibas a ser una de las que se alegrara por la aparición de Remus. No se si va a ser mediador, pero si que es como una espinita clavada para Tonks, porqué después de todo es su mejor amigo y no quisiera esconderle algo, pero cuando ese "algo" es un enamoramiento por Snape pues... se comprenden sus reservas, ya dio muestras de ello al esconderle lo de la túnica (¿es que te imaginas la cara de Remus si ella le dice que anda haciéndole tareas de costura a S?). Él aún no quiere aceptar la posibilidad de que algo así suceda, después de todo él tiene un sentimiento de "posesión" para con Tonks parecido al de Ron por Ginny.

Para ser sincera, Tonks nunca aceptó ante nadie lo que sentía por Snape, aún frente a su amiga lo escondió. Pero una amiga siempre sabe lo que te pasa, y Leila lo sabía aunque Tonks dijera que no. Por eso su preocupación, ahora que ella ya no es una adolescente y Snape sigue siendo pues... Snape y con la cercanía... donde hubo fuego, cenizas quedan dicen por allí.

Con respecto a T y R, preferí que ellos tuvieran esa conversación porque siempre es bueno aclarar las cosas a tiempo (se por experiencia que cuando no se hace así, el resultado puede ser desastroso), aunque Tonks sí fue muy directa, pero entre amigos eso se vale. Y la respuesta de R fue igual de sincera. Así que ahora ella no tiene, como tu dices, que preocuparse por ese lado.

¡Vaya! Si que fuiste dura con Ron. Bueno, se comprende porque hablarle de esa manera a Hermione, que había estado preocupada por él pues... no fue muy amable que digamos. Pero ya ves que le ha dolido la manera en que ella lo ignora, y lo tiene tan distraído que casi provoca que pierdan un partido (mi vena dramática nuevamente se puso en acción a ese respecto).

Bueno... Ron es empático con ayuda. Por medio de un hechizo, pero es a él a quién tienen que hacérselo para que pueda funcionar. Aún no ha aprendido a manejarlo por sí mismo. Pero yo creo que el camino que tomo para que ella lo perdone no estuvo mal del todo ¿no te parece?

Ya ves que incluí lo del aula, pero en forma triste (mi vena dramática otra vez). Me encanta escribir esas divagaciones, pero más que nada que le guste a quién lo lee. El pobre ha pasado años amando un recuerdo y que venga alguien y materialice este recuerdo pues... es un golpe para cualquiera. Jejejejeje, ya pronto te enterarás como utiliza lo que averiguó sobre el gusto de T por la música y el baile. Ahora ya sabe porque le interesaba saber cosas sobre ella, y porqué se fija tanto en lo que hace y su comportamiento.

Sip, no fue fácil darse cuenta de que ella era ese "alguien", y por eso su reacción. Pero cuando todo se aclare, se dará cuenta que no fue tan malo como piensa (especialmente en este capítulo, donde intenté transmitir todo lo que puede estar sintiendo y esa manía que tiene por auto castigarse y sentirse indigno de amar y ser amado. Ejem, eso me salió algo cursi)

Yo también creo que Ron merecía un castigo, y el que la castaña lo ignore es lo que más puede dolerle, pero ya ves que ella no tomó medidas tan extremas como la de buscarse un consuelo del tipo "un clavo saca otro clavo". No se si opinarás que lo he resuelto todo demasiado rápido (espero que no) pero me parecía conveniente que estuvieran juntos ahora y no prolongar mucho las cosas (cruzo los dedos para que estés de acuerdo, o por lo menos que me entiendas ¿si?). En este hubieron muchos más besos que compensaron el primero (jejeje, me parecía que era lo justo), pero no creo que lleguen a olvidarlo (después de todo, fue lo que provocó la esperada declaración). Ron ni siquiera había notado lo que había hecho, pero allí estaba su amigo para regresarlo a la realidad. Resultó bueno con los consejos pero, ¿no crees que debería seguirlos? A veces eso nos pasa, sabemos que hacer pero no como o viceversa, por cierto, con respecto a Harry y Ginny, por lo menos ya las cosas se medio arreglaron, por lo menos ya se hablan pero aún falta, jejejejeje (ups, espero que eso no provoque que me envíes alguna maldición por correo).

En este capítulo (que me quedó inmenso) suceden cosas interesantes, o eso creo. Ojalá te guste y no te decepcione. Bye

P.D. Seguí incluyendo música, aunque no estaba segura si les gustaría (a mí en lo personal me encanta mezclar las letras con lo que las personas sienten, porqué muchas veces las canciones dicen exactamente lo que queremos). Según Clau eso le da un carácter especial al capítulo, así que se me calmó la preocupación (y es que tengo pensado incluir algunas otras, entre ellas la que mencionas, que es de mis favoritas. Por cierto, que bueno que te haya gustado, la tengo reservada para algo muuuuuuuy especial)

Clau de Snape: ¡Hola Clau! Me alegra mucho haber recibido tu review, aunque sea a las "ultimas" jejejeje ¿Una sorpresa para la próxima semana? Ya despertaste mi curiosidad (¿no te he dicho que parezco gato? Soy muy curiosa). Primero, quiero darte las gracias por la ayuda con el título del capítulo y por haberte tomado la paciencia de corregir tantas hojas. También con la decisión de la canción (sobre cual era mejor) No te prometo que lo siguientes serán cortitos porque cuando empiezo a escribir muchas veces no me detiene nada, y luego me da tristeza descartar algo.

Remus anda tanteando el terreno, como dicen. La sospechas de Leila le despertaron la duda, pero no quiere aceptar algo como eso. Y su reacción será interesante, muy interesante (jejejejejeje, te dejo en duda ¿verdad?). Me imagine que ante esa pregunta tu tendrías varias respuestas, pero no pensé que tantas. Aunque he de reconocer que estoy de totalmente de acuerdo contigo.

A Snape nadie lo saca de que hay algo entre R y T y eso provoca mucha mala sangre en él, pero también tiene ideas que resultan buenas... ya te enterarás ha que me refiero. Y R, después de lo que se entera en este capítulo seguirá creyendo que no hay nada allí, que son su imaginaciones. Después de todo, ahora sabe que S amaba y aún ama y le duele la muerte de Florence. Digamos que es una distracción para R y así se autoconvence de la imposibilidad de cualquier otra cosa, aparte que T se guardará muy bien de hacer nada que levante sospecha (ya empezó con lo del club de duelo).

¿Tonks directa? Bueno, de esa manera se quita un peso de encima y aclara las cosas. A como esta su corazón, imagínate que pasaría si R le hubiera dicho que sí. No, no, no, no quise ponerle más problemas a la chica. Ahora que las cosas están claras, ella sabe que esos besos siguen siendo "inocentes".

Los Weasley son muy buenos para los castigos ¿no? Nadie como ellos para hacer entrar a la gente en cintura. Mira que me has dado una buena idea, o más bien, una idea para complementar otra que ya tengo (¿enredado?) con respecto de la empatia de Ron. Ya "leerás" luego de que estoy hablando.

Te gusto lo de Snape ¿eh? Bueno, entonces puedo asegurar que este capítulo te gustará, porque hay mucho de él en el aire. Como dices, su cuerpo reacciona de una manera que no es necesario tratar de descifrar. Por mucho que no quiera no puede negar lo que siente. Por algo sus pasos lo encaminaron al aula de DCAO. Todas las emociones que describes son exactamente lo que estaba sintiendo. Pero no creo que quiera seguir escuchando a su reflejo, por eso hice que fuera T quién recibiera una dosis esta vez (Gracias por los elogios).

Bueno, Ron si actuó, ¡pero de que manera!, pero él es así. Si no hacía que se enfadara ¿cómo iba a atreverse? Pero no creo que Hermione adivinara lo que sucedería.

Que bueno que te gustó la conversación, me imagine a mi mejor amiga hablando conmigo y lo demás fue fácil (y es que ella tiene una forma de entenderme que pareciera que practicara la Oclumancia). Jejeje, y pareciera que tú también porque adivinaste que H y G intervendrían, y lo hicieron adecuadamente, si no ve que resultados aparecen en éste capítulo. Lo del beso lo traía en mente desde hace tiempo y creo que le encontré el lugar y momento adecuado. Por lo menos funcionó para que todo llegara a un desenlace feliz (que son los que me gustan, aunque no siempre son los más adecuados en algunas historias). Y es que con el carácter de los dos pues... algo diferente hubiera sido raro, creo. Tienes razón con que ella piensa todo menos lo que en realidad es. Ya ves que no todo fue tan fácil para que Ron obtuviera el perdón y fuera aceptado, pero es que le tenía que costar después de todo lo que hizo.

Casi podría apostar que este capítulo también te gustará. Bye

Sami: ¡Hola! Que bueno fue recibir tu review. No importa en que momento, siempre me alegra recibir uno tuyo. Snape ya reconoció lo que siente, pero no crees que lo acepta, es que es medio masoquista ¿no te parece?

¿De que manera pensabas que R quería a T? ¿Enamorado tal vez? Mmmmmm. No quise causar más embrollos, porque ya tengo varios con tres relaciones. Un triángulo amorosos seguro que me vuelve loca (jejejejeje).

T tenía que poner las cosas claras, y el comentario de los besos me pareció adecuado, me alegra que te pareciera gracioso.

En este capítulo no aparece nada de ellos exactamente, como conversaciones, pero si en situaciones que me parecen muy reveladoras (por lo menos lo de T lo fue para Dumbledore y lo de R con Snape). Bye