¡Hola de nuevo! Ya estoy de regreso. Primero que nada, quiero pedirles disculpas por haberme ausentado tanto tiempo, pero (allí viene la excusa) las primeras dos semanas mi hermana acaparó por completo la PC por un proyecto de la universidad, y el resto del tiempo me falto organización e inspiración para terminar el capítulo. Aparte de que ahora si tengo completamente bloqueado el uso de Internet en mi trabajo y sólo puedo actualizar cuando salgo de él (algo un poco difícil porque hemos tenido muchísimo trabajo últimamente y se incrementará en las semanas que vienen) Sin embargo, al fin lo logré, sólo que creo que exageré un poco. Son como 37 hojas de Word (demasiadas, lo sé) pero, viéndolo por el lado amable, es una forma de compensar por todo este tiempo que estuve ausente.
Quisiera agradecer a mi querida beta y amiga Clau de Snape, por haberse tomado el tiempo de leer toooodo el capítulo y corregirlo (me sigo comiendo las tildes), así como por opinar sinceramente sobre el primer borrador de buena parte del capítulo (soy sincera, lo escribí para que no se me fueran las ideas, pero no quedó nada bien y me he pasado la mayor parte de estas semanas corrigiendo las ENORMES lagunas que había en la redacción). Sólo para que se den una idea, el original tenía aproximadamente 20 hojas (casi la mitad del que resultó al final) y también por las ideas que me dio sobre las razones para que D colocara la canción en la radio y su crítica constructiva sobre la aparición de cierto personaje. Definitivamente eres un sol amiga mía.
Mis agradecimientos son extensivos a Arshi, Kiche, Sammi, Amsp14, Ceywen y demás lectores por no dejar de estar pendiente del capítulo, ya que de esa manera se me hacía imposible dejarlo al olvido sabiendo que ustedes deseaban leerlo y que han tenido la paciencia de esperar por el.
Bueno, luego del protocolo…. La historia.
UN DUELO… Y SUS CONSECUENCIAS
Ni siquiera una de aquellas noches que Tonks había pasado vigilando, oculta entre las sombras, cumpliendo alguna misión para el ministerio; había sido tan difícil de soportar como ésta. Casi todo el tiempo se lo pasó llorando, recriminándose a sí misma el haber guardado esperanzas sobre lo que podría haber pasado esa noche. Lloró hasta que las lágrimas fueron acabándose, dejándola con un extraño vacío en su interior, el que luego fue llenándose poco a poco con una rara paz; tal vez con algo parecido a la resignación.
La difusa luz del amanecer empezó a colarse por su ventana, acariciando su espalda. Con lentitud se giró en la cama, dejando que los rayos del sol le brindaran un poco de calor. Levantó la mano y la observó a trasluz. Sus finos dedos parecían bañados en oro. El día anterior esos mismos dedos habían sostenido por un momento los de él. Entrelazados, fundidos, aferrados a una ilusión... queriendo creer que él le pertenecía. La bajó y recorrió con delicadeza el extremo de su almohada. Secretamente había fantaseado con que podría ser Snape quién estuviera esa mañana con ella, pero eso era el más loco sueño que alguna vez pudiera tener. Recordaba que solía pensar en ello cuando era estudiante: el abrir los ojos y descubrirlo durmiendo plácidamente a su lado.
Con vergüenza, abrazó uno de los cojines que solía tener en su cama. Si se lo hubiera contado a Leila, seguramente ella la habría visto con los ojos abiertos como platos, sin creer lo que Tonks deseaba – "¡Por Merlín chica! ¿En qué estás pensando?" – Eso habría sido seguramente lo que le diría. Pero ella nunca lo imaginó como su amante, ni en esa época ni ahora. Simplemente tenía curiosidad por saber qué se sentiría despertar junto a él. Una sonrisa triste se dibujó en su rostro, y las lágrimas volvieron a asomar nuevamente. ¿Por qué ese sentimiento doloroso le oprimía el pecho? Él no la había engañado en ningún momento. Seguramente todo había sido una equivocación, un desliz, una broma de su mente. Durante el baile, habían sido solamente ellos dos. Tal vez... tal vez él no la había llamado así...
"Si lo hizo, todo ese tiempo estuvo pensando en su esposa. No era contigo con quién bailaba, era con ella. Por eso intentó besarte. Se dejó llevar por sus recuerdos, hasta que reaccionó y se dio cuenta que eras tú. ¿Por qué no lo aceptas de una vez?"
La opresión seguía creciendo y ella suspiraba profundamente para ahuyentarla. Por más que intentara se sentía defraudada y dolida, con la vaga sensación de que él la había utilizado ¿Pero utilizado para qué? ¿Con qué propósito? No era asunto de ir a su habitación y preguntárselo. Se giró nuevamente y quedó boca arriba, observando fijamente el techo. Ahora que lo pensaba detenidamente, estaba molesta consigo misma. Había cometido el error de ilusionarse... contra toda probabilidad, lo había hecho. Y mientras intentaba ser amigable, Snape no dejó de pensar ni por un momento en su esposa.
"Su difunta esposa" – le recordó una conocida voz en su cabeza, que por momentos la alentaba y por otros la mortificaba, pero no le puso mucha atención. La verdad es que estaba decepcionada. Había acariciado brevemente la ilusión de atraerle (después de todo, casi la había besado) pero eso no duró mucho. La realidad se le presentó con toda su crudeza cuando él la llamó con el nombre de otra. Había sido una broma muy cruel de la vida el dejarla estar tan cerca de lo anhelado y luego verlo desaparecer en instantes. Tenía que reconocer que la cercanía de Snape era muy dolorosa, ya que la sospecha de que ella simplemente era una excusa que él utilizaba para recordar su pasada felicidad la estaba carcomiendo lentamente.
Bufó con frustración, cansada de todas esas cavilaciones que la habían mantenido despierta toda la noche. A la única conclusión a la que podía llegar era que tenía que alejarse lo más pronto posible de él, tanto por su propia salud emocional como por su estabilidad mental. Él conseguía perturbarla más allá de lo aconsejable. Gracias a su comportamiento, ella no podía pensar claramente.
"El problema es que tú fuiste quién lo buscó, lo invitaste al club de duelo y has tratado de ser amable siempre que podías. Has intentando por todos los medios crear algo parecido a una amistad, establecer cierto vínculo entre ustedes. ¿De qué manera podrás alejarte ahora de él? Porque para nadie es un secreto que el equipo que han formado es muy efectivo, y sería sospechoso si de repente dejas de requerir de su ayuda. Inclusive para alguien tan despectivo como ese hombre, un cambio radical de tu conducta llamaría la atención"
- No lo creo. Y si así fuera, siempre puedo decirle que las cosas entre nosotros se pusieron raras desde el momento en que él cruzo la línea e intentó besarme.
"¿De verdad te atreverías a tocar ese tema con él?"
Unos golpes en la puerta la sobresaltaron y la sacaron de sus cavilaciones, pero inmediatamente después la hicieron sonreír con dulzura porque sabía de quién se trataba. Se limpió rápidamente el rostro, aunque no debía preocuparse realmente ya que una de las ventajas de ser metamorfomaga es que podía ocultar fácilmente las huellas de una noche de desvelo. Los golpes se repitieron, está vez un poco más fuertes.
- Pasa Remus
- Hola pequeña – el mago entró y dejó su gastada túnica sobre una silla. Llevaba puestos un pantalón casual y una camisa a cuadros. Era obvio que se había vestido con cualquier cosa, en su prisa por llegar a Howgarts temprano. Se acercó a la cama, sentándose al lado de la chica – ¿Cómo sabías que era yo?
- ¿Quién más se aparecería por acá a estas horas de la mañana? – Se incorporó, sentándose sobre las sábanas – y vestido de esa manera, debo agregar. Pareciera que tomaste la primera cosa con la que te topaste – Remus iba a replicar pero ella lo atajó a tiempo, evadiendo las preguntas que seguramente rondaban por la cabeza de su amigo – cuéntame ¿qué tal estuvo la fiesta?
"Así que no quieres ir directamente al punto amiga mía. Está bien, lo haremos a tu manera" – pensó el hombre lobo.
- Bastante bien los gemelos nos brindaron un show de fuegos artificiales y la torta estuvo muy buena. Pero al final las cosas se pusieron algo preocupantes.
- ¿Por qué? ¿Qué sucedió?
Tonks escuchó alarmada lo que Remus le decía sobre el desmayo de Harry y lo que había experimentado mientras estuvo inconsciente.
- ¿Tienen idea de que fue exactamente lo que vio o el lugar en el que estuvo?
El mago dudó sobre decirle la verdad, pero Dumbledore seguramente se lo contaría después, así que era mejor que le hablara de las sospechas del director.
- Creo que es algo relacionado con tu acompañante de anoche.
Tonks intentó no reflejar una preocupación diferente de la que sentiría por cualquier miembro de la Orden que estuviera en peligro mientras escuchaba el relato de lo que Harry había visto. Cuando Remus terminó de hablar, se quedaron un momento en silencio. Ella trataba de asimilar lo que ahora sabía, mientras él intentaba leer en su rostro algún signo que delatara lo que la joven estaba pensando.
- Quizás – dijo Tonks al fin – no se trata del profesor Snape. Hay muchas casas con puertas grabadas.
- ¿Con una quimera? Perdona, pero no he conocido ninguna otra, aparte de la de Severus, que tenga esa criatura entre sus particularidades; y tampoco una que tenga muros de piedra y una habitación que parezca una mazmorra.
- No sabemos si la de él la tiene.
- Es un castillo Tonks; muy antiguo, por cierto. Tiene que tener, no una, sino varias. Así los construían.
- ¿Desde cuándo eres experto en castillos? Que yo recuerde el profesor nunca nos dejó explorar su casa, y no pasamos más allá de la habitación en la que Harry fue alojado, la sala, el comedor y el pasillo de la entrada; así que no sabemos ni siquiera si hay una habitación como esa en ese lugar.
Remus sonrió para sus adentros, porque la oportunidad de retomar el asunto de cómo había pasado Tonks su cumpleaños se le presentó en ese momento
- ¿Profesor? ¿Qué pasó anoche que ya no lo llamas "Snape" a secas?
- Oh vamos – lo empujó juguetonamente, tratando de distraerlo – ya vas a empezar de nuevo.
- Tonks – Remus la miró con seriedad – quisiera saber lo sucedido durante la cena. Y no es porque esté insinuando algo, sino porque me preocupa que él haya podido decir o hacer algo que te molestara o, peor aún, que te hiriera. Es experto en eso.
"Bien. Sabías que no podrías escapar mucho tiempo del interrogatorio. Debes ser sincera con Remus. Tal vez él te ayude a entender el comportamiento de Severus"
- Querido amigo ¿Crees que no puedo con los comentarios del profesor? Llevo demasiado tiempo escuchándolos, así que ya no me afectan como tú crees.
- No conozco a nadie que sea inmune a ellos. Incluso a Sirius lo incomodaban.
- ¿En serio? Pero yo recuerdo que Sirius molestaba al profesor hasta al punto de descomponerlo por la ira.
- Yo creo que la manera que Canuto tenía para defenderse era recordarle a Severus todos sus defectos y errores, para que él se enfadara y así se fuera más rápido. Pero después de esas peleas, Canuto se sentía muy mal. Tu protegido siempre daba en el blanco cuando lo atacaba.
- Primero que nada Remus, el profesor no es mi protegido. Y en segundo lugar, a mí siempre me pareció que Sirius ganaba esas discusiones.
- Tal vez era así, pero su humor era pésimo luego de hablar con Snivellus. Tal vez porque tu "amigo" se especializa en decirte exactamente lo único que uno no quiere escuchar.
El recuerdo de Snape inclinado frente a ella, diciéndole el nombre de Florence se presentó en su cabeza casi inmediatamente, reafirmando con ello las palabras de Remus. La tristeza que sus ojos reflejaron llamó la atención del licántropo.
- ¿Te encuentras bien? Te noto algo cansada.
- Estoy bien – trató de disipar la inquietud de su amigo con una sonrisa – Es solo que no dormí lo suficiente.
- ¿Y eso? ¿Acaso la cena terminó muy tarde? ¿Fue tan buena la conversación que perdieron el sentido del tiempo?
Una nueva sonrisa de parte de Tonks, sólo que esta vez, con un poco de amargura mezclada.
- La cena... no fue precisamente un acontecimiento como para escribirlo en tu diario.
Omitiendo todo detalle que fuera comprometedor (como por ejemplo el que bailaran, o el "casi" beso que la había desconcertado) Tonks le refirió a Remus lo acontecido la noche anterior, incluyendo el que Snape la llamara como su esposa (aunque obvió el que le besara la mano). Era mejor decírselo, sacarlo de su sistema. Existía la probabilidad de que Remus pudiera encontrarle una explicación a la extraña conducta del profesor de pociones que arrojara un poco de luz sobre lo sucedido, ya que él había conocido a Florence.
- ¿Tienes idea de por qué se confundió al despedirse?
- La verdad, no mucha – al principio a Remus todo aquello le había parecido una locura, pero luego de algunas reflexiones empezó a formular una teoría razonable – dices que no te pareció que él se diera cuenta de lo que te dijo.
- Me dio esa impresión.
- Bueno... no sé si sea de mucha ayuda, pero... tal vez tú has provocado que él la recuerde.
- ¿YO? Quiero decir... ¿Cómo puede ser que yo...? Mejor explícate
- Verás, ahora que sé lo de ellos he estado atando cabos; o más bien, he revisado mis recuerdos. Y me doy cuenta de muchas cosas a las cuales no les di importancia antes.
- Como por ejemplo...
- Florence no intervenía cuando Sirius, James... y... yo – esto último lo dijo casi en un susurro – molestábamos a Severus. Pero cuando se quedaba solo, ella se le acercaba o se dirigía al bosque prohibido que era en donde él solía esconderse. Cuando hablaba de él, y no lo hacía muy seguido, siempre ponía todo su empeño en decir que era una buena persona, alguien confiable que no necesitaba que los demás lo trataran como basura. Sus ojos parecían como los de un tigre y eran dos veces más amenazadores al escuchar que alguien se burlaba de Severus, aunque muchos pensábamos que era por un sentimiento de justicia parecido al de Lily, quién por cierto, me comentó en alguna ocasión que más de una vez ella había visto a Florence con Severus, platicando amablemente… incluso riendo. Yo por supuesto, creí que se había equivocado o que Lily empezaba a ver fuego donde no podía haber ni siquiera humo. Para serte honesto, no imaginaba que Severus pudiera reír. Cuando cursábamos el último año, hubo un baile, y los dos se perdieron como dos o tres horas. James, Sirius y yo asumimos que Florence no había querido acudir y de Severus ni nos preocupamos. Ahora casi puedo asegurar que ese tiempo lo pasaron juntos. Una chica de Hufflepuff, la casa a la que Florence pertenecía, le contó a James de que Florence solía desaparecer algunas noches y nunca decía a donde iba, pero siempre regresaba con una sonrisa enigmática. Sus escapadas eran un misterio, y aunque intentamos seguirla para descubrir a donde se dirigía, siempre nos despistó. Cuando pienso en todo esto, comprendo que esas ocasiones las pasaba con él. Alejados de todas las personas que seguramente no comprenderían… no comprenderíamos ese amor.
- Sigo sin entender.
- Tonks, Florence era su refugio. Cuando Severus me habló de ella, vi dolor, un dolor profundo; de esos que sólo se experimentan cuando has perdido a alguien muy importante, alguien que amabas de verdad, con todo tu ser. Ella confiaba en él, procuraba que los demás comprendiéramos que Severus merecía una oportunidad para demostrar su potencial, lo que era realmente, o lo que ella veía en él. Era su amiga, su amante, su confidente, era todo. Y si no estoy mal, eso ha sido precisamente lo que tú has intentado en este tiempo... no todo eso por supuesto, pero has tratado de ser su amiga, de comprenderlo, incluso de defenderlo. Lo ves como si pudieras leer lo que hay detrás de su careta. Haz sido la única, en muchos años, que se ha acercado a él sin juzgarlo. Al invitarlo a participar en el club de duelo le abriste las puertas hacia un mundo en el que descubrió que aún alguien como él tiene cabida, tiene algo que aportar. Se dio cuenta que existe la posibilidad de que las personas confíen nuevamente en él. Y eso debe haber provocado que Severus recordara a su esposa. La ha recuperado a través de ti.
Eso era mucho peor de lo que Tonks hubiera imaginado. Lo que Remus le decía sólo confirmaba que Snape seguía enamorado de un recuerdo y que ahora la estaba utilizando para revivirlo. Sabía que esa no era su intención, pero le parecía cruel que tratara de abrazar el pasado por medio de ella.
- Nunca quise esto – lo decía con pesar – no era mi objetivo que él me identificara... – recordó que había asumido la apariencia de Florence en una ocasión. Se sintió estúpida por eso – con ella.
- Puedes arreglarlo alejándote de él – a Remus esa idea le agradaba, ya que así recuperaría a su amiga. Su relación se había visto seriamente afectada desde que Snape había entrado en la vida de Tonks – ya sabes, poniendo una distancia entre ustedes.
- ¿De verdad crees eso? – A Tonks no se le escapaba la verdadera razón de esa propuesta – ¿O sólo lo dices para que tú y yo volvamos a ser como antes?
- ¿Qué quieres decir con "como antes"?
- Una semi pareja.
La risa de Remus invadió la habitación al verse descubierto.
- No te lo niego, me encantaría que otra vez fuéramos solamente tú y yo. Desde que lo invitaste al club de duelo, se ha ido interponiendo entre nosotros, como una presencia constante que, te confieso, me incomoda. Pareciera que siempre te rondara. Debe ser todo un descubrimiento para él encontrarse con alguien que lo soporta por más de diez minutos sin querer ahorcarlo. Sin embargo, he de decirte que estoy preocupado por ti. No quisiera que Severus terminara enamorado de mi linda compañera sólo porque le recuerda a su esposa.
- Eso no sucederá nunca – era mejor reír que dejarse ganar por el llanto una vez más – primero me casaría contigo que con alguien que me está utilizando.
- ¡Gracias por el lugar en que me pones!
- Sabes que estoy bromeando.
- ¿En serio? ¿Recuerdas cuál es el pago por tomarme el pelo Nymphadora?
- ¡No me digas así!
Un almohadazo golpeó al hombre lobo en la cabeza, y él respondió haciéndole cosquillas a su amiga. Esa era su debilidad, así que terminó cayendo de espaldas sobre la cama, muerta de la risa. La única manera de defenderse era utilizando los movimientos que había aprendido en la escuela de aurores. Cuando logró controlarse, sujetó a Remus por las muñecas y giró sobre si misma, colocándose encima de él.
- Nunca... podrás... con... migo – entre jadeos, la joven apenas podía articular palabra, pero se veía feliz en ese momento. Sus narices estaban casi rozándose y el cabello lila de ella caía desordenadamente sobre el rostro de él – di... que... te... rindes.
Antes que Remus pudiera responderle, el sonido de la puerta al abrirse hizo que ambos giraran su rostro, sólo para encontrarse con el profesor de pociones, quién los observaba desde el umbral; primero con sorpresa y luego con un gesto que fue mezclando cada vez más el enfado y el desagrado. Rápidamente, Tonks se retiró de su amigo, permitiendo que él se sentara en la cama, mientras ella se acomodaba el cabello alborotado. Lo único que se escuchaba era la respiración agitada de ellos dos. Cuando estuvo segura de haber controlado sus nervios levantó los ojos, para toparse con los de Snape, que en ese momento eran fríos y duros como el hielo. Después de una pausa que se le antojó una eternidad, él habló con una calma extrema y peligrosa.
- Señorita... Tonks. Lupin – pareció que pronunciar este nombre le había costado muchísimo – lamento haberlos... interrumpido.
A Remus no le gustó ni el tono ni la intención de las últimas palabras, pero se contuvo cuando su amiga posó la mano en su hombro. Un gesto que hizo que el rostro de Snape se tornara de piedra. Por un breve momento, pensó que golpearía a alguien.
- ¿Desea algo? – la joven trató que su voz sonara tranquila, como si él no los hubiera visto en una situación "comprometedora"
- Yo... solo vine a devolverle esto – con cuidado, el ex mortífago depositó un pendiente en el escritorio de Tonks – lo encontré anoche, en el pasillo.
- Oh, debió caérseme mientras veníamos hacia acá – con una seguridad que estaba muy lejos de experimentar, se levantó y caminó hacia el escritorio. Tomó la alhaja, abrió un cajón y la depositó junto a una taza en miniatura que había allí. Luego lo cerró, y hasta ese momento vio directamente a Snape – Gracias, profesor.
Él no parecía tener intención de retirarse. Eso hizo que ella se sintiera incómoda e inexplicablemente enfadada. Casi podía escuchar los engranajes del cerebro de Snape trabajando, armando extrañas y disparatadas ideas respecto a ella y al hombre lobo. Sus ojos negros expresaban un reproche injusto, pedían explicaciones innecesarias. La molestia que Tonks sentía se transformó en algo parecido al rencor. ¿Con qué derecho la veía de esa manera si la noche anterior la había utilizado para revivir el recuerdo de su esposa muerta?
"Estás siendo injusta muchacha. Nadie te asegura que fue así. No trates de disfrazar tu desilusión con un mal disimulado sentimiento de ofensa. Te duele que él no te haya querido a ti, no que te llamara Florence"
- ¿Algo más? – no pensaba escuchar esa voz que seguramente la haría empecinarse en ese amor torcido. Recordó que quería alejarse de él, así que tal vez la mejor manera era confirmarle las ideas sobre Remus y ella. Al fin y al cabo, Snape siempre había sospechado de ellos – no quisiera ser grosera, pero Remus y yo estábamos en medio de algo importante y nos gustaría continuarlo – con cierta malicia, observó por sobre su hombro al aludido y le dirigió una sonrisa cómplice. El rostro de Remus se tiñó de un rojo intenso, pero no dijo nada para desmentirla – así que si no hay nada más que quiera decirme...
Sin responderle, Snape se dio la vuelta y salió de allí. Tonks empezó a cerrar la puerta lentamente, como si se resistiera a hacerlo. En cuanto la cerró completamente, Remus se puso en pie como un resorte. Estaba totalmente confundido y muy alarmado por la actitud de la metamorfomaga
- ¿Qué fue todo eso? ¿Por qué le dijiste esas cosas? Quién sabe qué ideas tenga ahora Severus en la cabeza, y todo gracias a que tú...
- Remus, tú mismo me dijiste que debo alejarme de él ¿No es así? Bueno, se me ocurrió que la mejor manera de hacerlo es si piensa que tú y yo somos pareja.
- ¡Tú no le insinuaste que seamos eso! ¡Prácticamente le dijiste que somos amantes!
- No exageres.
- Te aseguro que no lo estoy haciendo. Mira, no sé que embrollo te traes tú con él, pero no quiero morir mientras lo averiguo, y tengo la impresión que eso sucederá la próxima vez que nos enfrentemos en un duelo. ¡Y todo gracias a que has decidido mentirle respecto a nosotros! Esa no era lo que yo tenía en mente cuando te mencioné que deberías poner distancia entre Severus y tú.
- Remus, no seas dramático. Pintas todo esto como si el profesor Snape estuviera enamorado de mí y te fuera a quitar del camino sólo para estar conmigo. No es así, tú mismo me dijiste que yo simplemente le recuerdo a su antiguo amor.
- No, yo lo sugerí, no lo aseguré.
- Es lo mismo. No veo por qué ahora me sales con que te va a lastimar.
- Porque si te aprecia lo suficiente como para confundirte con Florence, entonces no va a querer que te separen de él, y eso me convierte en una víctima potencial de su furia. Es un ex mortífago, la clemencia no tiene cabida en su ser.
- Te equivocas. Es un ser humano como cualquier otro, con defectos y virtudes, aunque no pienses que tenga ninguna – se dio cuenta que otra vez estaba defendiéndolo y apartándose del tema. Sacudió la cabeza para centrarse en lo que estaba discutiendo con Remus – Además, yo no mentí; es más, no dije nada comprometedor.
- ¿Y eso de que estábamos en medio de algo no te suena comprometedor?
- No es mi culpa si él imagino cosas que no existen.
- ¡Pero no hiciste nada para contradecir sus ideas! Cualquiera diría que incluso lo alentaste a pensar eso.
- Mira Remus, yo no tengo control sobre lo que otros piensen de mí. Y no pienso ir por la vida justificando mis actos. Lo que el profesor opine ya es asunto de él.
- Pero…
- Escucha – se acercó a Remus y tomó su rostro entre las manos – He descubierto que la vida es demasiado corta para pasarme metida en preocupaciones. Si de verdad le recuerdo a su esposa, lo siento por él, pero no puedo permitir que me utilice para ello. Y si no es así, entonces no hay de que preocuparse por lo que él piensa. Pero como no sabemos exactamente qué le sucede, es mejor cortar por lo sano como me sugeriste – la verdad es que esa había sido originalmente su intención, pero era mejor no decirle ese detalle a su amigo para evitar cualquier clase de explicación – y eso sólo lo conseguiré si cree que estamos juntos, porque, mi querido Remus; a mí me soporta más o menos, pero a ti no. Así que tendrás que perdonarme el que te utilice para ello.
- Tonks, este puede ser un juego muy peligroso – tomó las manos de la joven y las sostuvo entre las suyas – Uno nunca sabe cómo puede reaccionar, ni los comentarios que pueda hacer sólo para molestarte. Recuerda lo que hizo cuando Sirius se escapó de acá. Divulgó a los cuatro vientos mi condición como una forma de revancha.
- Me arriesgaré entonces. Ya de por sí la mayoría piensa que nosotros terminaremos juntos, así que no me alarmo por lo que pueda decir. Y ahora, si me haces el favor, quisiera ducharme – se soltó de él y abrió la puerta nuevamente. Ya era hora de que dejara de pensar tanto y una buena ducha la ayudaría – y no te preocupes por el profesor. Ya se le pasará la rabia de vernos felices a ti y a mí y tendrá que hacerse a la idea de que yo no le pertenezco ni a él ni a ti ni a nadie. Tengo una vida, en la cuál yo decido quién entra y quién sale, y por mucho que no le parezca la forma en que tú y yo nos tratamos, no puede hacer nada al respecto.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Snape caminaba furioso de un lado a otro de su habitación. Lo malo de no tener adornos era el no poder quebrarlos cuando se tenía un ataque de mal humor como el que él tenía en ese momento. Por suerte, no se había encaminado a su despacho, si no, ya podrían irse despidiendo de este mundo todos los especímenes viscosos que tenía en los estantes.
- ¡Ella! ¡Ella me engañó! Me ha visto todos estos meses con esos ojos de colores que me atraviesan cada día, me permite tenerla entre mis brazos y luego voy y descubro que estaba... que está... ¡CON ÉL! – La puerta crujió al recibir el impacto de un hechizo. Era lo único que podía hacer para descargar su furia: lanzar hechizos uno tras otro a la sólida puerta de su habitación. Esta ya tenía muchas marcas y quemaduras, pero no parecía que fuera a dejar de ser atacada pronto. El pasillo retumbaba con cada nuevo golpe que la puerta recibía. Cualquiera que se hubiera asomado por allí, habría tenido la impresión de que Snape estaba peleando violentamente con alguien, y en cierta manera, así era.
- ¿Por qué? ¿Por qué fingió ser mi amiga? ¿Por qué me solicitó ayuda? ¿Por qué me buscó? ¡Hizo que me enamorara de ella como un estúpido mientras se entregaba a ese licántropo! – Las bisagras se quejaron esta vez al soportar una nueva andanada de parte de la varita de Snape. Este se dio cuenta que de seguir así, convertiría la puerta en un montón de astillas. Se dejó caer en el borde de su cama y se llevó las manos a la cabeza. Estaba muy cansado. Su enfado había consumido casi todas sus fuerzas – Justo ahora, cuando ya no puedo vivir sin su aroma, cuando su recuerdo me vuelve loco... ¡Me restriega en la cara que es con él con quién quiere estar! – Sin pensar, tomó la caja de música y estuvo a punto de estrellarla contra el piso. Si no hubiera sido por la voz del espejo (lo único que seguía intacto en la habitación), lo habría hecho.
¿Acaso esperabas algo diferente? Tú, un mortífago que se arrepintió demasiado tarde, un espía… alguien que tiene un pasado lleno de odios y rencores ¿Creíste que la vida te permitiría echarlo todo a perder otra vez? ¿Qué te daría nuevamente el regalo de un amor demasiado bueno, cuando no fuiste capaz de defender el anterior? ¿Realmente llegaste a albergar la esperanza de que una mujer que encarna todo lo que tú has dicho que odias se fijaría en ti? ¿Creíste que ella, teniendo a Remus Lupin, un hombre que la conoce y la acepta desde hace tiempo, lo cambiaría por un engreído y amargado traidor? Ella lo prefiere a él porque te supera.
- ¿Superarme? ¿A mí? – intentó reír por estos comentarios, pero no podía hacerlo. Tenía la garganta seca – No sabes lo que dices. No es que lo prefiera, simplemente, ella siempre ha estado con él. Se me acercó porque necesitaba quedar bien con los mocosos. Demostrar que la gran auror sabía muchísimo. Jamás me vio como un amigo, nunca le interesé como persona.
Oh por favor. Vas a hacer que me eche a llorar. ¿A que viene ese papel de víctima? Sabías muy bien que nadie te ve como algo diferente a lo que eres. Y tú no escatimaste esfuerzos en demostrarle que no eres una persona. Suficientes pruebas ha tenido de ello en todo este tiempo: con tus gritos, tus amenazas, tus desaires…
- Déjame en paz. No necesito tus reclamos ahora.
Yo no reclamo nada. Eres tú el que ahora lo hace, cuando en un inicio te negabas a aceptar que la amabas ¿A qué le gritas, qué dices que fue lo que ella arruinó? Jamás te engañó. Muchas veces me dijiste que ella era torpe, medio muggle, un peligro. Nunca ocultó su naturaleza. Tú sabías muy bien cuales eran las barreras que los separan. ¿Por qué entonces te enfada el que ella haya elegido a alguien más adecuado a su persona? Todos tienen derecho a enamorarse de quién mejor les plazca. Que tú hayas nacido para ser rechazado es diferente. Estás marcado. Literalmente hablando.
Dejó la caja de música nuevamente en su lugar y la abrió. La imagen de Florence y él, divirtiéndose, había sido por mucho tiempo imposible de contemplar, pero ahora podía verla sin pesar porque lo que sentía por Tonks parecía haber quitado el dolor de antaño.
- ¿Habrías seguido conmigo Florence? ¿Me hubieras amado sin importar lo que hiciera?
Sabes que lo hubiera hecho – el reflejo lo observaba con sorna – estaba tan loca por ti que nada la hubiera detenido. En realidad nada lo hizo.
- Si tu amor me protegería siempre, como una vez me dijiste ¿Por qué no impediste que me enamorara nuevamente? ¿Por qué permitiste que te olvidara? Prometiste que estaríamos juntos sin importar que la vida nos fuera arrebatada, que nuestro amor sobreviviría aún cuando no existiera nadie que nos recordara. Y a pesar de ello dejaste que tu recuerdo se desvaneciera de mi mente y de mis sueños, abriéndole la puerta a algo que no tengo derecho. A un sentimiento que sólo había experimentado contigo. ¿Sabes lo que sentí al descubrir que alguien se instaló acá adentro? – se golpeó el pecho con cierta violencia – alguien que se deslizó sin que lo notara, que me conquistó suavemente y sin intención. Y ni siquiera es alguien como tú.
No, no lo es. Es diferente. No es Florence porque tú ya no necesitas a alguien como ella. Necesitas a alguien que te acepte por quién eres, con tus defectos y tu pasado. Que sepa de lo que has sido capaz y aún así te perdone tus errores. Florence sabía quién pudiste ser, pero no tuvo tiempo de encaminarte. Y para ti fue más fácil seguir el camino de la venganza que esforzarte en cumplir con tu promesa.
- No necesito que me cuentes la historia de mi vida o de mi desgracia.
La desgracia tú te la buscaste. Pudiste cambiar, demostrar que Florence tenía razón al confiar en ti.
- ¿Si? Pues es demasiado tarde para cambiar ahora ¿no te parece?
Si piensas eso, entonces no tienes remedio. Y no tienes derecho a lamentarte de nada tampoco. Tonks no es culpable de que te hayas dado cuenta que ella es la única persona que percibes que te aceptaría, porque ha pesar de haber lidiado todos los días con la maldad, no ha sido tocada por esta. No se ha convertido en aquello que combate. Ni siquiera imagina que ha logrado que tu corazón lata de nuevo, al desafiarte, al combatirte y al tenderte una mano. No la culpes por haber sido la única, aparte del señor oscuro, que ha logrado marcarte.
Snape se llevó la mano al hombro, en donde aún tenía la cicatriz de aquella herida.
Debiste saberlo cuando eso sucedió. Nadie más que ella te ha enfrentado y te ha dicho en tu cara lo que eres. Y aún así la rechazaste, te negaste el privilegio de sentirla. La etiquetaste por ser quién es, sin saber que es eso precisamente lo que te ha atrapado.
- Es una Black... hija de un muggle... una auror... sobrina de Sirius... y aún así no consigo arrancarla de mí, no puedo desechar lo que siento.
Un silencio pesado cayó sobre él. La imagen de lo que había visto no lograba borrarse de su mente, y lo peor era que sabía que no tenía ningún derecho a sentirse engañado. Al cerrar la caja, sintió un roce en su brazo. Llevaba la túnica que ella le había reparado y podía sentir la costura cada vez que se movía. La recorrió con la punta de sus dedos, como si pudiera experimentar algo de la magia que ella había utilizado en esa ocasión.
Y ahora, Severus Snape... ¿Cómo piensas vivir el resto de tu vida sin ella? Porque, amigo mío – una risa desagradable, su risa, hirió el silencio de la habitación – hoy observaste cuál es tu destino. Verla siempre lejos de ti, en brazos de otro.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Harry no había vuelto a tener otra visión y eso lo alegraba. Ahora que el profesor Dumbledore se había ocupado personalmente de impartirle las clases de Oclumancia (las cuales habían sido suspendidas el año anterior y que Harry no deseaba recordar para evitar ciertos sentimientos con los que aún no podía lidiar) el ojiverde sentía que estaba avanzando. La idea de ser poseído por Voldemort ya no lo despertaba a medianoche y se sentía bastante más seguro que antes de que eso no volvería a ocurrir.
En la clase del día anterior, el director le informó que había transmitido a Snape lo que Harry había visto, pero que éste no se había inmutado al escuchar el relato. No creía que tuviera relación con él, ni siquiera cuando le mencionó la quimera.
"Bueno, si quiere tentar a la muerte, allá él. Yo cumplí con decir lo que había visto"
En ese momento se dirigía al club de duelo, luego de haber terminado las clases ordinarias y haberse duchado rápidamente después de un día particularmente cansado. Hermione y Ron se le unirían allí, ya que en habían tenido que asistir a una reunión de prefectos. Harry sonrió al pensar en su amigo. El amor no lo había cambiado en absoluto. Seguía con ese aire indiferente hacia cualquier cosa que tuviera que ver con autoridad y estudios, a pesar que Hermione lo vivía "atormentando" con recordatorios sobre su comportamiento y su rendimiento escolar
"No se por qué se queja tanto" – le había comentado hacía poco – "No voy por allí metiéndome en líos y provocando problemas con los demás. Me comporto mucho mejor que los gemelos y ahora mantengo un promedio aceptable… ¡Mejor incluso del que he tenido en los últimos cinco años!" – Y tenía razón. A decir verdad, ese promedio era más alto que el de la mayoría de estudiantes de Hogwarts, pero a veces daba la impresión que eso no era suficiente para la castaña, quién consideraba que Ron podía obtener mucho más si lo intentaba.
"Desperdicia su potencial" – decía la joven bruja – "Tiene muchas habilidades que no desea explorar, se conforma"
Este tipo de comentarios generalmente provocaba peleas como la que habían tenido la noche anterior, en la que se habían gritado hasta enrojecer, pero que no los condujo a nada que no fuera un portazo de parte de Hermione y enfurruñamientos de parte del pelirrojo; y todo porque Ron se había negado a escribir una línea más sobre las lunas de Saturno, luego de alcanzar los setenta y cinco centímetros que había pedido la profesora Sinistra. Aún así, la reconciliación debió haber llegado después, porque esa mañana los había visto tomados de la mano.
"Supongo que es más fuerte el amor que los disgustos. Buscas siempre el bienestar de la otra persona y que no se sienta mal, que sepa que agradeces su confianza y valoras su compañía…"
Eso lo llevó a pensar en Ginny. Aún tenía su regalo oculto en el fondo de su baúl. No lograba encontrar el momento adecuado para dárselo, y los días iban pasando rápidamente. Su mayor temor era que cuando al fin se decidiera, ella lo rechazara.
"Lo cuál me vendría bien por no hacerlo de una buena vez. ¿A qué le temo? Ella me gusta y algo me dice que no le soy indiferente. Me cuidó cuando me desmayé, se ofreció para hacerlo en cuanto me llevaron a la habitación de Ron. Bill me lo dijo. Y ni siquiera la señora Weasley se opuso; lo que significa que ellos saben o sospechan algo sobre Ginny y yo o sobre lo que ella pueda sentir por mí. Mientras ellos limpiaban los restos de la fiesta Ginny estuvo al pendiente de que no me pasara nada. Eso quiere decir algo ¿no? Y sé que hablo cuando me estaba durmiendo, aunque no logro recordar qué me dijo. Soñé que me besaba... o... ¿no era un sueño? – se alborotó el cabello inconscientemente – Si tan sólo reuniera el valor de decirle lo que yo siento por ella..."
- ¡Potter!
Ese grito lo sacó de sus ensoñaciones. Con fastidio se giró para enfrentarse a su perseguidor usual.
- ¿A dónde demonios crees que vas, Potter?
- Al club de duelo – Snape se le quedó viendo con el ceño fruncido. Harry se dio cuenta que estaba esperando que terminara la frase – …señor.
- ¿Y entonces por qué vas hacia el patio?
- Allí es donde practicamos... señor – cada vez le costaba más decirle a Snape esa palabrita.
- ¿Acaso estás tan acostumbrado a creer que lo sabes todo, que ni siquiera tuviste la gentileza de leer el anuncio que colocó la profesora Tonks esta mañana?
-¿En dónde? ¿Cuál anuncio?
La sonrisa torcida del profesor de pociones era un indicador de que no le diría nada más, así que Harry le dirigió una última mirada cargada de molestia y luego encaminó sus pasos hacia el gran comedor, con la esperanza de que en el tablón que se encontraba afuera de éste, hallara el anuncio.
Snape lo vio alejarse por unos minutos, y después se giró para observar el pasillo que se ubicaba a su derecha. Era largo y estrecho; y estaba medio oscuro, pero eso no era lo que lo inquietaba (la idea de que la oscuridad le infundiera miedo era risible), sino el hecho de que ese pasillo llevaba directamente al nuevo lugar de práctica de Tonks. Caminó un par de pasos hacia el y se recostó en la pared.
Hacía casi una semana que no le hablaba, o mejor dicho, que la evitaba. No quería verla, porque no estaba seguro de qué iba a decirle o cómo iba a comportarse. Además, estaba molesto con ella. No por lo que había visto (su acostumbrada fatalidad ya había templado la furia que le había producido la escena), sino porque el club de duelo había seguido sin que lo buscara nuevamente para que participara. Eso reafirmaba su idea de que ella sólo lo había buscado mientras lo necesitaba, a la vez que lo hacía sentirse desechado, como un mueble viejo que se tira porque ya no sirve.
"Pero ya sabías eso ¿no? Si no fuera por lo que dominas, nunca se habría acercado a ti"
Movió la cabeza para acallar a esa vocecita impertinente que siempre lo molestaba. No importaba lo que estuviera pensando, siempre se hacía presente para hablarle con crueldad... aunque no debía extrañarse, porque esa voz era la de él y la crueldad era una de sus características.
Resopló con fastidio y cruzó los brazos. Luego observó fijamente el techo. Nunca lo confesaría, pero le gustaba estar en el club, demostrar sus habilidades y ver como los estudiantes dejaban sus torpezas para convertirse en magos merecedores de pertenecer a Hogwarts. Ya no eran los niños temerosos y asustadizos por cualquier cosa que conoció al inicio del curso, sino verdaderos combatientes, ágiles y conocedores de los más difíciles hechizos. El miedo ya no los aprisionaba.
"Ahora la balanza se ha inclinado hacia nuestro lado. Estoy seguro que podremos vencer, porque los mocosos se han convertido en una fuerza que el señor oscuro deberá temer"
El era parte de ese proceso y el que lo hubieran hecho a un lado le dolía. No quería reconocimiento, pero si sentirse útil; no como un espía, sino como un formador.
Volvió a observar el camino que tenía frente a sí y en un arranque de esos que le permitía hacer las cosas sin pensar en los pro y contra, decidió presentarse en el club sin invitación previa y obligarla a que le explicara si ya no lo necesitaría más o si todo esto se debía a algún malentendido entre ellos. A medida que caminaba, la fastidiosa vocecita le decía que estaba cometiendo un error, actuando de una manera irracional y precipitada. Que debía controlarse y seguir como hasta ahora lo había hecho, con su habitual indiferencia. Pero decidió no escucharla. Algo en su interior le decía que su distanciamiento no se debía a que la hubiera sorprendido con Lupin – tragó con dificultad cuando recordó eso – sino que todo se derivaba de lo ocurrido durante la cena; pero desechaba esa idea por temor de que fuera verdad. Se negaba a pensar que su intento fallido de besarla la hubiera ofendido, o por lo menos no quería tomar en cuenta esa posibilidad, porque no creía poder soportar más recriminaciones y burlas de parte de sí mismo.
-------------
Luego de una carrera, Harry logró llegar frente al Gran Comedor y, para su alegría, el dichoso anuncio estaba allí. Indicaba que por la temporada de lluvias, el club se trasladaría a la torre norte, específicamente al salón descubierto. Harry conocía el lugar. Se trataba de una construcción medio en ruinas, que debía su nombre al hecho de que uno de sus lados no tenía pared. Se bajaba por unos escalones y se llegaba fácilmente al patio. Hagrid le había contado en una oportunidad que ese salón había sido utilizado hacía muchos años para impartir el área práctica del curso de defensa contra las artes oscuras, ya que tenía varias columnas derrumbadas y eso proporcionaba muchos lugares para esconderse, pero que había sido descartado al cabo de un tiempo porque varios alumnos habían resultado heridos al resbalar entre los escombros y topar con las piedras filosas.
"Si Tonks eligió el salón descubierto como nuevo centro de operaciones, es porque seguramente tiene en mente alguna especie de práctica de combate algo más difícil que las anteriores. Y conociéndola, nada mejor para ello que un sitio declarado peligroso y completamente inadecuado para recibir clases"
El anuncio indicaba que el club empezaría actividades a las seis en punto y que no se permitiría el ingreso de quién llegara después de esa hora (lo que confirmaba la idea de Harry sobre la importancia de esa clase). Observó su reloj y se dio cuenta alarmado que faltaban diez minutos para la seis, y lo peor era que la torre norte quedaba en el otro extremo del castillo. Se giró, dispuesto a correr tanto como pudiera para lograr llegar a tiempo, pero tropezó con alguien que en ese momento se disponía a entrar al Gran Comedor.
- Lo siento... no quise...
- ¿Por qué el apuro Harry?
Era la maestra Hotch, quién lo observó con curiosidad.
"¡Fantástico! Lo que menos necesito ahora es que me detengan"
- Disculpe profesora, pero voy tarde para el club de duelo...
- ¡Oh si! El club. Me han dicho que las clases que imparte la profesora Tonks son muy buenas. En especial desde que cuenta con la ayuda del profesor Snape.
- Si, así es – Harry estaba demasiado angustiado como para fijarse en lo que la profesora decía o en lo que él contestaba. Empezó a caminar hacia atrás, alejándose de ella – realmente siento no poder seguir contándole cosas profesora, pero de verdad necesito llegar a tiempo.
- Pero... Harry...
- Lo siento – se dio la vuelta, pero antes de que pudiera dar un paso, la profesora lo sujetó de la túnica.
- Harry, si vas por allí nunca llegarás El camino más corto es ir hacia la salida de la torre sur y tomar el pasillo que está a la derecha. Comunica directamente con el salón descubierto.
El ojiverde se quedó boquiabierto. Esa salida era exactamente el lugar en el que se había topado con Snape.
- ¡Claro! Por eso él estaba por allí ¡Se dirigía hacia el salón! – sus ojos relampaguearon al darse cuenta de lo que había sucedido – ¡Y en vez de decírmelo me envió para acá, haciéndome perder tiempo! – Sin darle las gracias a la profesora y dejándola sin explicarle de quién estaba hablando, Harry emprendió como loco su carrera – ¡No importa lo que diga Dumbledore! ¡Ese tipo merece cualquier cosa que le pase!
-------------
Al llegar al final del pasillo, Snape la vio. Se encontraba enfrente del salón, platicando animadamente con Blaise Zabini y algunos otros alumnos de Slytherin que pertenecían al club. Una de las cosas que admiraba de Tonks (incluso antes de descubrir sus sentimientos hacia ella) era que no hacía distinciones entre los estudiantes. Podía ser dura o amable con ellos, pero dejándose llevar únicamente por su desempeño. No la influían prejuicios o preferencias, porque las cosas le pasaban por encima sin afectarla. La contempló por unos minutos más, confiado que ella no sabía que él estaba cerca. Sintió una opresión en el pecho al recordar todo lo que había pasado en estos últimos meses entre ellos. Las veces que la tuvo cerca y no disfrutó del momento. Las palabras hirientes que le había dicho, la rudeza en su trato. Todo lo que había hecho para alejarla de él y ahora que al parecer lo había conseguido resultaba que no quería perderla.
Los alumnos entraron en el aula, lo cual significaba que la clase empezaría pronto, así que lo mejor era hablarle antes de que eso sucediera. No había avanzado mucho, cuando alguien pasó corriendo junto a él, empujándolo levemente.
- ¡POTTER!
El aludido se detuvo, pero había logrado llegar junto a su maestra. Su rostro sudoroso y los jadeos que emitía le indicaron a Tonks que había corrido hasta allí.
- ¿Estas bien Harry?
- Y... yo... yo...
- Cálmate, respira despacio.
- ¡POTTER! – Snape se acertaba a grandes zancadas hasta el chico – ¡¿HASTA CUANTO DEJARAS DE SER TAN ARROGANTE?! ¡¿CUÁNDO APRENDERÁS QUE LOS DEMÁS NO DEBEMOS HACERNOS A UN LADO CUANTO TU PASAS?! – El rostro del profesor estaba casi blanco, parecía que estuviera a punto de darle un ataque – ¡¿NADIE TE HA DICHO...?!
- ¡PROFESOR! – Tonks se colocó entre Harry y él – Tranquilícese. Estoy segura que no fue la intención de Harry... lo que sea que haya hecho.
- ¡¿Y lo defiende?! ¿Sin siquiera saber qué hizo ¿Hasta ese punto llegan sus preferencias? – El anterior pensamiento sobre la imparcialidad de la joven se desvaneció – ¿No se da cuenta que de esa manera sólo refuerza su idea de que las reglas no se aplican a él? ¿Que puede pasarse sobre ellas cuando quiera?
La metamorfomaga observó con frialdad al profesor de pociones. Sus gritos ya no la descomponían como antes, pero no estaba de humor para soportarle uno de sus berrinches. Con toda la calma que pudo reunir, se giró hacia Harry y le habló con dulzura.
- Harry ¿Qué pasó?
- ¡Yo le diré lo que pasó!
- Si no le molesta profesor, quisiera escucharlo de él – el enfado empezaba a hacer presa en ella – me gusta conocer las diferentes versiones de un hecho.
- ¿Insinúa que yo le mentiría o que distorsionaría lo sucedido?
- No insinúo nada – sus ojos comenzaban a oscurecerse peligrosamente. Estaba cansada de la prepotencia de él – Dime Harry ¿Qué hiciste para que el profesor Snape se molestara tanto?
- Creo que... sin querer… lo empuje...
- ¡Ya lo escuchó! ¡Corría como un demonio hacia aquí sin fijarse a quién se llevaba por delante!
"¿Y por empujarlo está armando tanto alboroto?" – Tonks trató que no se reflejara en su rostro lo exagerado que le parecía el enfado de Snape por algo tan simple. Suspiró profundamente y siguió interrogando al joven con naturalidad.
-¿Por qué lo empujaste?
- No lo vi – eso era cierto – sólo pensaba en llegar aquí.
- Ya veo. Pero ¿Por qué corrías?
- No quería llegar tarde. No sabía que habías cambiado nuevamente de lugar el club y fui hacia el patio en vez de venir aquí.
- ¡Si pusieras más atención Potter, habrías leído el anuncio que pusieron en el tablón esta mañana!
- Me habría ahorrado tiempo si usted me hubiera dicho en donde se realizaría la práctica – si las miradas mataran, seguramente Harry habría caído fulminado por la que Snape le dirigió al escuchar esto, pero el ojiverde no se intimidó. Se había hastiado de que Snape lo tratara como un inútil – no le costaba decírmelo cuando nos topamos en el pasillo.
Tonks entrecerró los ojos al escuchar esto. No necesitaba mayores indicios para entender lo que Snape había hecho, y la idea de que hubiera experimentado una insana satisfacción al hacer que Harry perdiera tiempo hizo que pasara rápidamente de la incredulidad al enfado. Se contuvo para evitar que su alumno notara cuan enojada estaba, pero era mejor alejarlo de allí antes que ya no pudiera hacerlo.
- Harry, entra al salón y dile a tus compañeros que empiecen a practicar los movimientos de varita que vimos la semana pasada.
Había algo en la voz de la metamorfomaga que hizo que Harry y Snape la observaran. Pero ella sacudió la cabeza y le dirigió una mirada tranquilizadora al adolescente.
- Está bien – dijo éste, pero aún parecía tener un poco de aprensión. Sin embargo, la sonrisa que ella esbozó disipó sus temores. Seguramente pondría a Snape en su sitio, y eso lo alegraba – como digas.
Al cerrarse la puerta tras él, la sonrisa de ella se borró y se encaró con el profesor, dispuesta a reclamarle por su proceder. No permitiría que tratara de esa manera a sus alumnos.
- ¿Usted se encontró con Harry y no le dijo que habíamos cambiado de salón? – hablaba casi en susurro, mientras su cabello se volvía azul y sus ojos cambiaban a un amarillo desafiante y peligroso – ¿Hizo que perdiera tiempo buscándonos cuando sabía perfectamente en donde estábamos?
- No es mi obligación decirles a los alumnos qué tienen que hacer o a dónde ir – le contestó de mal talante el mago oscuro. Su genio empezaba a manifestarse antes ese ataque. No le gustaba el tono en que ella le hablaba – me pagan por enseñar pociones, no para hacer de pregonero.
- ¡Claro! El ofrecer una mínima ayuda es demasiado para usted.
- No veo por qué voy a hacerlo cuando ésta es despreciada por los demás –sin querer había dicho precisamente lo que lo estaba molestando – aunque al inicio hayan dicho que era necesaria.
- ¿A qué se refiere?
- Hablo de su club. Cuando me necesitó no dudó en pedirme que la ayudara, pero ahora que sus alumnos han demostrado que aprendieron muchas cosas de mí, me hace a un lado... – "¡Perfecto! Ahora luces como un desesperado" – lo que en realidad no me importa – se corrigió – porque tengo mejores cosas que hacer que servirle de niñera a unos mocosos insolentes y a una maestra incompetente.
Tonks apretó su varita con tanta fuerza que le dolió la mano. Su sentido común le aconsejaba ignorar el comentario y regresar a su clase. Dejar las cosas como estaban para no empeorarlas; pero la vena de los Black le decía en ese momento que le dijera unas cuantas cosas a ese engreído y decidió hacerle caso.
- Si consideraba que sus "exclusivos" conocimientos estaban sobre nuestras pobres mentes, ¿Por qué aceptó mi solicitud? Hubiera sido mejor que no lo hiciera si eso era lo que pensaba.
- Olvida que el director me obligó a ello. Se suponía que era su tutor…
Ella ya se imaginaba algo como eso. Él le recordaría que nunca quiso pasar tiempo con ella y que había sido un fastidio tener que hacerlo
- Eso fue cuando no estaba Remus.
- Es cierto... lo había olvidado – una necesidad imperiosa por dañarla se apoderó de Snape. Tal ver era su propio dolor lo que lo impulsó a hablar sin pensar, a insinuar cosas que se suponía no debían importarle – yo sólo fui útil mientras no estaba su… amigo.
Tonks cerró los ojos y apretó la mandíbula, contando mentalmente hasta diez. Debía haber esperado un ataque por ese lado. Lo mejor era hacer caso omiso de esa indirecta, pensar que él no había dicho nada. De lo contrario, esa discusión podría traer desastrosas consecuencias y no creía estar lista para aguantarlas. Cuando se tranquilizó, abrió los ojos nuevamente.
- Mire, estoy demasiado ocupada para perder el tiempo en peleas inútiles. Si lo que quiere es que le dé el crédito por lo que me ha ayudado, está bien. Reconozco que no hubiera podido llegar hasta aquí sin usted…
- ¡No vine aquí a mendigar sus adulaciones!
- Escuche profesor – su paciencia estaba acabándose – no se que pretende, y si le soy sincera, no me importa. No voy a discutir con usted sólo para que se sienta mejor; y tampoco le permitiré que me restriegue en la cara lo mucho que le debo. No pienso darle motivos para me denigre cuando quiera. Así que, si no tiene alguna otra razón para estar aquí, será mejor que vuelva por donde vino.
La expresión de Snape indicaba que se estaba conteniendo para no hacerle daño. Pero la verdad es que estaba asombrado. Ella nunca le había hablado en ese tono. También a ella le sorprendía su actitud. Tal vez se debiera a que estaba cansada luego de un largo día. Tenía dolor de cabeza, y escucharlo a él haciéndole reclamos y mostrándose tan desagradable como siempre era más de lo que estaba dispuesta a aceptar. Además, no quería tenerlo cerca mientras pudiera sacarla de sus casillas tan fácilmente. Aún no era inmune a él, por mucho que lo intentara o deseara.
- ¿Desea… que me vaya? – era curioso que él no hubiera considerado que ella pudiera pedirle eso.
- Si. Verá profesor, no quiero pelear, no tengo ánimos para eso. Y la verdad, es lo único que usted y yo hacemos cuando nos topamos.
- Eso no es cierto.
- Si lo es. Y ya estoy cansada de eso – se le ocurrió que ese era el momento que ella había estado esperando para cumplir con su propósito de alejarse de él – Pienso que lo mejor es que dejemos de vernos… de trabajar juntos. Saldríamos ganando, al final. Cero gritos, ninguna ofensa gratuita.
"¡Ahí lo tienes! Al fin lo ha dicho. Directo en tu cara. Ya no te necesita. Eres un estorbo para ella"
- Tiene razón – Snape sentía un sabor amargo en la boca – Esto fue un error desde el principio. Debí saber que era imposible que nos lleváramos bien. Las serpientes y las águilas son enemigos naturales.
- ¡Por favor profesor! No se ponga tan elitista.
- ¿Elitista? ¿Aparte de amargado y déspota también soy elitista? ¿Qué le falta aún por decirme?
Tonks se alborotó el cabello con desesperación. Nunca imaginó que le costara tanto deshacerse de ese hombre. Tomaba sus comentarios y les daba otra interpretación para devolvérselos luego con otro significado y cargados de veneno.
- De verdad tengo que hacer profesor. Si desea seguir con esto, lo atenderé después de la cena.
- ¡Que considerada es al hacerme un lugar en su agenda! – Sus ojos brillaban de furia – Recordaré eso la próxima vez que usted me busque.
Quién diría que un comentario tan inocente haría que la paciencia de la joven se desbordara al fin. Pero ella ya estaba harta de que él siguiera con lo mismo.
- ¡No me recuerde eso! Seguramente estaba desvariando cuando lo hice.
- ¡Usted desvaría siempre niña!
Ese era el único apelativo que él podía usar para sacarla totalmente de sus casillas.
- ¡No me hable en ese tono! – Ahora su cabello era blanco y hablaba con los dientes apretados - ¡Ya no soy su alumna!
- ¡Agradezco al cielo por eso! – Snape se giró, dispuesto a irse de allí. Había tenido suficiente
- ¡No me deje con la palabra en la boca! – Él siguió alejándose – ¡Profesor, le estoy hablando! – Casi había llegado al pasillo – ¡Severus!
Se paró en seco al escuchar su nombre y la observó por sobre el hombro.
- ¿Cómo me llamó?
- Como escuchó. Ese es su nombre ¿no?
- ¿Quién le ha dicho que puede decirme así? ¡Para usted soy el profesor Snape!
- ¡Por supuesto que no! – Ella había recorrido el espacio que los separaba con una rapidez asombrosa - ¡Eso era antes! ¡Ahora hablamos de igual a igual! ¡No puede seguir tratándome como si no lo fuéramos!
- ¡No se haga ilusiones! ¡Jamás lo seremos!
- ¿Qué dijo?
- ¡Que no somos iguales!
- En eso estoy de acuerdo con usted. ¡Yo nunca sería una...!
- ¡¿Una qué?! – Snape inspiraba miedo en ese momento – ¿Por qué no lo dice de una vez?
- ¡Olvídelo! – la joven retrocedió hacia el aula arrepentida de lo que había estado a punto de decir, pero no avanzó mucho, porqué él la tomo con violencia por el brazo.
- ¡No pienso olvidarlo! ¡Tú no eres nadie para juzgarme! – Sin darse cuenta, había dejado el tratamiento ceremonioso a un lado.
- ¡Suélteme!
- ¡¿Qué es lo que crees que soy?! ¿Por qué hablas de mí como si me conocieras? ¡No sabes nada de mí!
Con dificultad ella logró separarse de él.
- ¡Sé que eres un traidor! – ella se dejó llevar por sus impulsos y también lo tuteó – ¡Un mortífago! ¡Tal vez un asesino!
- ¡No tienes idea de lo que hablas!
- ¡Tal vez no, pero sé lo que veo! ¡Conozco tu pasado!
- Te equivocas Nym, sabes lo que todos, no lo que en realidad fue. Aceptas ciegamente lo que tus archivos dicen, sin siquiera pensar en que pudieron haber circunstancias...
- Nada disculpa el que te hayas convertido en un seguidor del que-no-debe-ser nombrado – "No lo juzgues, eso es lo que los demás han hecho toda la vida. No uses esas armas"
- No sabes nada, ni siquiera eres capaz de ver lo que hay a tu alrededor.
- ¿Qué se supone que significa eso?
- Nada... olvídalo.
- ¿Olvidar? ¡Por Merlín! Ni siquiera sé de qué estamos hablando.
- Yo sí. De que ya me juzgaste, me condenaste y estás preparando la horca para mí.
- Sólo digo lo que es de conocimiento público, lo que todos saben.
- Querrás decir, lo que los demás quieren ver.
- ¿Acaso te estás justificando?
- ¡¿Yo?! ¿Justificarme? Ante ti, ante una...
- ¿Una qué? ¿Ahora me toca a mí recibir un insulto?
- Yo no insulto, digo lo que es obvio.
- ¿Y que se supone que es eso?
- A una amante de los lobos... o tal vez deba decir... a la amante de un lobo.
Un golpe seco resonó en el lugar, seguido de un silencio sepulcral. Snape sujetaba la muñeca de Tonks, después de haber detenido la mano que la joven había dirigido a su mejilla.
- Necesitas ser mucho más rápido que eso para poder tocarme, muchachita – Soltó a Tonks y no pudo evitar esbozar una sonrisa desdeñosa.
- Lo haría cuando quisiera – ella se frotó la muñeca, que empezaba a dolerle por la fuerza con que él la había presionado. Se sentía humillada y deseaba lastimarlo tanto como él lo había hecho con ella – Soy una auror y tú un simple mortífago.
- ¿En serio? ¿Y si eres tan buena por qué te despidieron?
Jamás se había sentido Tonks tan herida en su amor propio como al escuchar esa frase.
- Me despidieron porque los del Ministerio son unos idiotas.
- ¿De verdad? – Había burla en su voz – ¿No sería acaso porque no dabas la talla?
-¿No me crees? ¿Entonces por qué no te lo demuestro?
- ¿Qué quieres decir?
- Te reto a un duelo Severus. Tú y yo, ahora mismo, sin testigos.
- No me interesa vencerte de nuevo pequeña.
- Esta vez no sucederá.
- Si me enfrentó a ti, entonces si mereceré el calificativo de asesino.
- ¿Tan seguro estás? ¿O simplemente quieres ocultar tu miedo a la derrota?
- Si quieres morir, quién mejor que yo para ayudarte ¿no es así?
- Tú lo has dicho.
Snape reflexionó por un instante en lo descabellado de esa idea, pero su furia era más fuerte que su buen juicio.
- Después de ti… pequeña.
La puerta del salón se abrió con violencia, dando paso a una furiosa Tonks. Los alumnos se giraron, sorprendidos ante la actitud de su maestra, pero hicieron gestos de comprensión al ver que detrás de ella entraba Snape. Nadie podía enfadar tanto a otra persona como el profesor de pociones; quién, por cierto, tampoco lucía muy contento. Harry les dirigió una significativa mirada a sus amigos, a quienes les había contado lo que había sucedido antes de la clase. Lo que fuera que estuviera pasando, seguramente tenía que ver con eso.
- Jóvenes – Tonks procuraba, con poco éxito, que su voz sonara tranquila – siento informarles que no tendremos práctica el día de hoy – Los murmullos no se hicieron esperar, pero la mirada que les dirigió el mago oscuro hizo que todos se callaran casi al mismo tiempo – El profesor Snape y yo tenemos… algunos asuntos que discutir.
Con cierta renuencia, los alumnos empezaron a salir del salón. Estaban decepcionados por no recibir su clase ese día, y rápidamente concluyeron que algo grave tenía que haber pasado entre los adultos para verse tan molestos. La mayoría se inclinó a pensar que seguramente la culpa la tenía el profesor de pociones.
Harry y sus amigos avanzaron algunos metros sin decir nada, pero al doblar una esquina, Ron se apoyó en la pared repentinamente.
- ¡Ron! – Hermione observó con preocupación a su novio – ¿Te encuentras bien?
- No… yo...es… me siento – se llevó una mano a la boca y respiró profundamente para intentar controlarse – tengo… nauseas – murmuró al fin.
- El aire te hará sentir mejor – Harry colocó el brazo de Ron sobre sus hombros – ayúdame Hermione, lo llevaremos afuera.
Aunque con cierta dificultad (el pelirrojo sobrepasaba por algunos centímetros a sus amigos y también era bastante más pesado que ellos, como comprobaron los dos adolescentes al ayudarlo a caminar), lograron conducirlo hasta el patio cercano, hacia una de las piedras que había por allí.
- Siéntate y coloca la cabeza entre las rodillas. Respira fuerte y despacio – le indicó Harry. Hermione lo miró con sorpresa, porque sabía exactamente qué hacer en este caso. Su amigo se encogió de hombros – recibí un curso de primeros auxilios cuando iba a la escuela muggle – explicó.
Se quedaron así un rato, platicando sobre lo que había pasado mientras esperaban que el malestar de Ron pasara.
- ¿Qué crees que se traen esos dos? – Hermione acariciaba distraídamente la espalda de su novio.
- No lo se – Harry había olvidado su preocupación por lo que sucedía entre Tonks y Snape en cuanto vio a Ron enfermo. Pero ahora ya podía pensar mejor en ello – algo me dice que ellos tienen cuentas pendientes que resolver.
- Así es – Ron había levantado su cabeza y los observaba fijamente – y te aseguro no es nada bueno.
- ¿Qué quieres decir?
- Cuando pase junto a ellos, sentí… me sentí enfermo. Era algo… no se… como una mezcla de enfado, molestia, coraje, amargura y... se que no van a creerme, pero podría asegurar que también celos.
- ¡Estás loco!
- Sabía que ibas a decir eso Harry, pero es la verdad. Por eso tengo nauseas. Bill me advirtió que cuando hay sentimientos muy fuertes en el ambiente me pueden afectar, porque mi "empatía" puede sentirlos. Y la rabia entre Snape y Tonks era, o mejor dicho; es, mucha. Incluso ustedes deben haberlo sentido – Harry y Hermione asintieron – porque era muy obvia. La verdad, estoy preocupado por Tonks. No se de que vayan a hablar, pero conociendo a Snape, podría lastimarla. Cuando ese desgraciado se enoja no piensa.
- ¡Ron!
- Perdón por lo de "ese" Hermione.
- Pero ella es una auror – a Harry no le gustaba la idea de que Snape le hiciera algo a su maestra.
- Y él un mortífago – Ron volvió a agacharse al sentir que las nauseas volvían.
- "Ex" mortífago, recuerda que ya no es un seguidor de Vo...Voldemort.
- Bueno – Harry ignoró lo que Hermione había dicho. A veces le molestaba que ella siempre defendiera a Snape –¿Qué podemos hacer?
Los jóvenes se quedaron unos momentos en silencio, hasta que la castaña dio un pequeño brinco, lo que era un indicador de que se le había ocurrido una idea.
- Harry, ¿sabes por qué ese salón se llama "descubierto"?
- Tiene un lado que da a…
- ¡Exacto! Da a este campo. Sólo tenemos que rodear esos pilares – Hermione señaló hacia su derecha – y estaremos allí. Podemos escondernos tras las columnas que aún quedan en pie y asegurarnos que ella esté bien – al ver la mirada del ojiverde se ruborizó un poco – no creo que el profesor vaya a hacerle algo ¿de acuerdo? Pero es una de las mejores maestras que he tenido, aparte de una persona muy agradable, y entre ella y el profesor Snape, es obvio por quién me inclino ¿no?
- Herm, yo no creo que sea buena idea.
La chica lo observó con incredulidad a Ron. Era la primera vez que se negaba a participar en algo semejante.
- ¿Por qué?
- Porque van a enfrentarse en un duelo.
- ¿Cómo lo sabes?
- No sé. Creo que... lo escuché o tal vez lo sentí. Si, eso era. Lo que sentí era mucho enfado y un sentimiento de desquite. Sé que van a batirse.
- Con mayor razón debemos ir – ahora si que Harry se había alarmado – Tonks podría salir lastimada.
- Eso es cierto ¿Recuerdas cuando el profesor Snape se enfrentó al profesor Lockhard? Lo envió directo al muro al primer intento.
- Y no juega limpio. Los enfrentamientos con Remus han sido violentos y no estaban en un duelo real. Si estás en lo correcto, las cosas podrían ponerse violentas.
- Pero ellos dos son magos poderosos – Al parecer, cuando Hermione proponía una idea alocada, era misión de Ron el ser la voz de la cordura – Nosotros no podríamos detenerlos. Lo mejor es avisarle a Remus y al profesor Dumbledore.
- ¡No tenemos tiempo! ¡Podrían estarse peleando en este momento!
La aprensión de Harry era suficiente para convencer al pelirrojo.
- Tienes razón. Debemos ayudarla – con dificultad, Ron se incorporó y respiró varias veces con los ojos cerrados. Al fin sonrió con tranquilidad y abrió sus ojos – ya me siento mejor.
- ¿En serio?
- Por supuesto Herm – alborotó cariñosamente el cabello de la castaña – tu preocupación me curó.
- Perdonen que interrumpa su momento tierno, pero tenemos algo que hacer – Harry no estaba en esos momentos para ver los cariños de sus amigos.
Sigilosamente se fueron moviendo entre las piedras enmohecidas que se encontraban por allí hasta que llegaron a los pilares que Hermione había mencionado. Con cautela caminaron entre ellos hasta que se adentraron en el salón, logrando alcanzar un sitio que les permitía ver a los profesores sin que ellos los notaran. Hermione rodeó un bloque de piedra particularmente grande y tuvo que llevarse la mano a la boca para sofocar un grito.
- ¡Zabini! – murmuró al fin, en un susurro, a pesar de lo cual fue escuchada perfectamente por los jóvenes que la acompañaban. Ellos se acercaron y se toparon con el Slytherin, que estaba escondido tras una piedra.
- ¿Qué haces acá? – preguntó Harry, en el mismo tono de voz que su amiga.
- ¿Tú que crees? – Le respondió igualmente Zabini – ¿Acampando?
- ¡Estás espiando!
- ¿Y tú y tus amigos no?
- Es diferente... nosotros...
Ruidos cercanos hicieron que Harry guardara silencio. Detrás de uno de los bloques habían aparecido Seamus Finnigan, seguido de Susan Bones, Terry Both y varios más del club de duelo.
- ¿Qué demonios...?
- También estamos preocupados por la profesora – contestó Susan a la mirada interrogadora de Harry.
- ¿Cómo llegaron todos aquí?
- Igual que ustedes – respondió con aire de superioridad Zabini.
- ¿Pero por qué..?
- ¿Esa cicatriz en la cabeza también te hizo idiota Potter? Estamos acá por ella. Nos preocupa. El profesor es nuestro jefe de casa, pero ella nos ha enseñado muchísimo. Es muy buena, sabe de peleas y todo eso, pero lamentablemente él es mejor; así que si se enfrentan, las probabilidades de que la sangre corra es muy alta.
- ¿Cómo sabes que van a enfrentarse?
- Porque conozco esa mirada en Snape. Además, yo me encontraba cerca de la puerta...
- ¿Qué hacías allí?
- ¿Acaso crees que estaba escuchando Abbot? – le dirigió una mirada asesina a la joven de Hufflepuff – Fue por casualidad. Se me cayó mi recordadora y rodó hasta la puerta. Me acerqué a recogerla, y logré captar claramente la palabra "duelo" .
- ¿Sólo eso?
- No soy un entrometido, así que no me quedé a escuchar más. Poco después entraron y por sus expresiones deduje que era verdad – Ron tomó nota mental que el Slytherin tenía una recordadora. Serviría por si Malfoy molestaba a Neville por lo mismo – Escuchen, la maestra Tonks parece ser la única que puede contener al profesor. No se ustedes, pero no quiero que la persona que logra mantenerlo a raya salga lastimada. Nos sirve más con todos sus huesos sanos.
- Cuánto amor Zabini.
- Shhhhh – Ron los acalló rápidamente. Con la cabeza señaló hacia el interior del salón. Desde donde se encontraban podían divisar a Snape y a Tonks, que en ese momento se colocaban en posición de firmes.
No se habían dirigido la palabra desde que los alumnos habían salido, esperando pacientemente a que transcurriera un tiempo prudencial. Así no quedaría nadie cerca para escuchar lo que sucedería. Snape esperaba que ella reconsiderara el reto, pero cuando observó que Tonks movía con un hechizo los escombros y mobiliario viejo que había al centro del salón, dejando suficiente campo para el duelo, se dio cuenta que seguía empecinada en su idea.
Con cierto desgano caminó hacia el extremo opuesto a la puerta principal. Ella notó el movimiento e hizo otro tanto, manteniendo la puerta a sus espaldas y de esta manera quedaron uno frente al otro.
- ¿Está segura? – dijo al fin. Ahora que se había calmado, volvían a su tratamiento habitual – aún puede retractarse.
- ¿Para que pueda burlarse de mí cuando quiera? No gracias – ella también utilizaba nuevamente el "usted" – Estoy harta de sus insultos. Le demostraré de una vez por todas que no debe subestimarme.
- No veo por qué arriesgar la vida sólo para obtener respeto. No es importante lo que yo piense, sino lo que usted crea.
Tonks titubeo. Ese era un argumento con una gran carga de verdad, y no podía encontrar nada con qué rebatirlo que no fuera el hecho de que ella en verdad quería era dar por terminado todo eso. Demostrarle que ya no era una niña, como él la había llamado. Que hacía tiempo que había dejado de ser una de sus alumnas. Poder verlo a los ojos sin miedo... y que él la viera como lo que era... como una mujer. "Quieres obtener su respeto y tal vez su estima"
- No estoy arriesgando mi vida, se defenderme...
"Sé que puedes hacerlo Nym. Pero es doloroso el que pienses que tienes que hacerlo de mi"
- ¿Qué modalidad quiere? – Snape se alejó varios pasos, dejando un espacio considerable entre ellos – ¿Un duelo normal o un combate directo?
- El que usted prefiera. No creo que haya gran diferencia si...
- ¡Desmaius!
El ataque llegó sin previo aviso y sólo sus reflejos la salvaron de recibirlo directamente. Se hizo a un lado, pero tropezó con una roca y perdió el equilibrio, cayendo al suelo. Sin embargo, no perdió tiempo y rodó para cobijarse tras una columna. Respiraba aceleradamente, porque Snape la había sorprendido, pero aún se sentía calmada.
- ¡Creí que respetaría las reglas! – Su gritó resonó en el salón pero no obtuvo una respuesta inmediata. Con precaución empezó a rodear la columna, pero un nuevo hechizo golpeó arriba de su cabeza, haciendo que una nube de polvo la envolviera.
- ¡Lo estoy haciendo! ¡Me dejó elegir! ¿Recuerda? – Snape se encontraba oculto tras una pila de escritorios en mal estado, tratando de controlar su adrenalina. Él mejor que nadie se conocía en batalla. Sabía de lo que era capaz y no quería lastimarla – ¡Es usted demasiado lenta! – había planeado un único golpe que la inutilizara y de esa manera acabar el duelo rápidamente, pero ella había sido más ágil de lo que él había supuesto.
Cada vez que Tonks se movía, Snape le lanzaba un hechizo y luego de soportar esto por unos minutos, ella comenzó a responder con la misma velocidad y energía que él, provocando un intenso intercambio de estos. El suelo del salón se lleno rápidamente de escombros y basura; y lo único que se escuchaba eran los golpes de los hechizos al rebotar en los objetos. A ese paso, no quedaría nada en pie cuando ellos terminaran.
Los últimos rayos de sol se estaban retirando y las sombras del anochecer empezaban a envolver el salón. Eso complicaba las cosas para ambos, porque la visibilidad bajó rápidamente. En esas circunstancias, la ventaja estaba de parte del que fuera más sigiloso.
La metamorfomaga cambió de lugar con cuidado, poniendo todo su empeño en no hacer ruido. Acababa de hacerlo cuando un hechizo impactó en el bloque tras el que ella había estado escondida. No sabía si eso era casualidad o si Snape la había escuchado, pero se le ocurrió que podría usar eso para provocarlo. Una buena táctica era hacer perder la concentración al contrincante.
- ¡¿Que pasa Severus?! – Se quitó distraídamente el cabello que se le pegaba al rostro sudoroso. La emoción de la batalla la tenía en un extraño estado de agitación – ¿Acaso no me encuentras?
Snape bufó por lo bajo, exasperado. Entre las sombras no podía distinguir de donde provenía la voz. Tenía una idea aproximada, pero eso no era suficiente.
"¡Demonios! La niña resulto mejor de lo que creí. Nunca imaginé que fuera tan buena, o tal vez nunca se me ocurrió que en realidad siempre lo ha sido"
Dio un par de pasos, y un hechizo hizo saltar polvo cerca de él. Suspiró profundamente y corrió hacia la columna más cercana, mientras ella le lanzaba un hechizo tras otro, aunque sin acertarle con ninguno. Cuando la alcanzó, pegó su espalda a ella y se quedó quieto mientras intentaba pensar en la mejor manera de acabar todo esto lo más pronto posible, pero no se le ocurría nada. Con algo de diversión, se dio cuenta de lo irónico que resultaba el hecho de que ella lo tuviera en jaque y no pareciera darse cuenta de ello. A donde intentara ir, ella se le adelantaba. No podía moverse libremente.
"Las cosas no están saliendo como lo esperado. Tienes que calmarte y pensar. Tú conoces este salón mejor que ella y tienes más experiencia en el combate. Concéntrate y visualiza este lugar"
Snape cerró los ojos y empezó a respirar con calma. Luego los abrió y colocó la varita horizontalmente sobre la palma de su mano. Oriéntame – le susurró, y está giró y señaló hacia su izquierda. Ese era el norte, y en esa dirección quedaba la puerta. Si se dirigía hacia allí, podría llegar a donde se encontraba Tonks originalmente. Ella no podía estar muy lejos, así que se movió en esa dirección, apoyándose en los bloques de piedra y cuidando cada paso mientras intentaba acercarse a la joven. Su túnica ya tenía algunos cortes y empezaba a estorbarle. La de ella no podía estar en mejor estado, y así era, aunque Tonks no parecía darse cuenta de ello, ocupada como estaba en tratar de ver a su oponente e intentar a la vez mantenerse a salvo.
"Piensa Tonks, piensa. Debe haber alguna manera en que esto termine. No puede ser que no hayas podido impactar ni una sola vez en él. ¿Cómo puedes ganarle? ¿Qué es lo que necesitas?"
Lentamente se fueron formando en su mente las palabras que había leído en el reglamento de duelos que el Ministerio mantenía vigente.
"Todo duelo terminará en el momento en que uno de los dos contendientes deje de tener contacto con su varita"
"¡Eso es! Debes quitarle la varita. De esa manera ganarás"
Escuchó un ruido a su izquierda y se movió a tiempo para evitar que un Expelliarmus la golpeara. Se escabulló por detrás de la piedra en la que se había refugiado y logró verlo.
- ¡Embestida!
Snape se hizo a un lado, pero el hechizo logró golpearlo en el hombro, haciéndolo que tropezara con unas bancas y aterrizara en el piso. Una piedra filosa rasgó la manga izquierda de su túnica, atravesando la tela y llegando hasta la piel, provocándole un corte profundo. La sangre empezó a brotar fácilmente.
"¡Idiota! ¡Dejaste que te alcanzara!"
Se quitó lo que quedaba de su túnica y la lanzó a un lado. Luego se levantó la manga de su chaqueta descubriendo la marca tenebrosa, que brillaba por la sangre que la cubría. Escuchó la respiración agitada de Tonks. Estaba demasiado cerca. Se incorporó y corrió hacia el extremo opuesto del salón, poniendo la mayor distancia posible entre ellos. La joven no lo atacó, porque aún se encontraba aturdida y enfadada por haberlo dejado acercarse tanto a ella. Pero se rehizo rápidamente y volvieron al intercambio de hechizos.
La batalla continúo por algunos minutos más, a pesar que ambos estaban cansados. Pero ninguno de los dos parecía darse por vencido.
La luna se había elevado hasta el cenit, llenando el salón con su pálida luz. Los objetos eran despojados de su apariencia habitual, tomando un matiz diferente, como suavizados. Snape observó esto por unos momentos y después el silencio que lo envolvía llamó su atención. Lo estaba cazando. Una sonrisa torcida se dibujó en su rostro. Tonks no era tan torpe como aparentaba. Realmente era buena en su trabajo – "Si te estuviera persiguiendo de verdad, no tendrías muchas oportunidades" – pensó – "Pero yo también soy bueno. Si quiere atraparme, hagámosle las cosas un poco más difíciles"
Se arrastró con lentitud, sin hacer ruido. Los alumnos lo miraban con temor. Habían presenciado todo el duelo y tenían muchos sentimientos mezclados. Por una parte admiración por las habilidades de sus maestros y por otra temor ante la violencia demostrada. Si esto era un duelo ¿cómo sería una batalla real?
Harry asomó la cabeza para ver mejor en donde estaba Snape. Tonks sólo logró distinguir ese movimiento y dirigió su ataque contra esa posición.
- ¡Desmaius!
La mitad superior de la roca voló en pedazos, y uno de los fragmentos golpeó a Harry en la cabeza, haciéndole una pequeña herida. Snape vio la explosión detrás de él y regresó sobre sus pasos para ver a qué le había disparado Tonks. Llegó a tiempo para ver como Harry se incorporaba, y como una flecha se lanzó hacia él, sujetándolo por la muñeca.
- ¡¿Que demonios haces aquí Potter?! – Snape susurraba con furia. Zarandeó con fuerza a Harry, sin importarle que algunas gotas de sangre asomaran bajo el cabello del muchacho - ¡¿Acaso nos estás espiando?!
- ¡Suélteme! – Harry intentó zafarse de Snape y al hacerlo, una de las gotas de su sangre cayó en le antebrazo izquierdo del profesor. Lentamente, ésta empezó a bajar en dirección a la marca tenebrosa.
Tonks escuchaba algunos sonidos, pero no podía distinguir qué eran. Le parecía que alguien estaba discutiendo, pero ¿quién podría ser?
Snape sabía que no podía quedarse peleando con Harry mucho tiempo, así que lo soltó con un gesto de repugnancia.
- Cuando esto termine Potter – su voz susurrante destilaba veneno – desearás no haber estado aquí nunca. Nadie va a salvarte esta vez – empezó a retroceder con cautela – nadie.
"Si tan sólo pudiera ser más rápida que él, si tuviera unos segundos más" – pensaba Tonks – "unos segundos de ventaja... ¡Eso es! Sólo necesito unos segundos para localizarlo"
Snape estaba rodeando las piedras para acercarse nuevamente a la joven, mientras la gota de sangre de Harry se movía peligrosamente hacia la marca. Dos milímetros, uno... y la gota al fin tocó la marca y se mezcló con la de Snape. Este sintió como si un fuego empezara a consumirlo, de una manera tan fulminante que ni siquiera pudo gritar. Cayó de bruces en el suelo y todo a su alrededor se desvaneció. De pronto se encontró cayendo en un pozo profundo hacia una oscuridad aterradora y absorbente...
Voldemort abrió los ojos repentinamente, aturdido por una sensación extraña. Parpadeó varias veces, tratando de adivinar qué había sucedido. Sentía el frío de la piedra en su rostro, y lentamente se incorporó. Se vio en un salón lleno de escombros, metido en un cuerpo que no era el suyo. Observó sus manos y la marca de su antebrazo. Sintió el roce del cabello en su rostro y sonrió con crueldad al comprender en dónde estaba metido exactamente.
"Esto es mejor que el imperiatus, mejor que la legeremancia inclusive. Creí que sólo con Potter era posible, pero ahora... tal vez la suerte me sonríe a mí. Tal vez... he encontrado un camino diferente para lo que quiero"
Cerró los ojos y respiró con fuerza, disfrutando de la sensación de un cuerpo vital, muy diferente del que se había conseguido con el hechizo. No sabía cómo, pero estaba dentro de Snape y eso era sensacional.
El ruido de una respiración agitada llamó su atención y el conocimiento de lo que estaba pasando se le presentó vividamente.
"Te encuentras en un duelo Snape. Con una auror... con una chica que... – la sonrisa torcida apareció otra vez, pero no era como la que Snape solía tener, esta era despiadada y repugnante – no quieres lastimar. ¿Qué más me has escondido vasallo? Ahora que tengo acceso a tu mente puedo averiguarlo... aunque... tal vez sea mejor dejarlo para después. Estoy seguro que estás lleno de muchas más sorpresas"
Sintió un hormigueo en su nuevo cuerpo. Conocía esa sensación. Era la que siempre había tenido cuando alguien intentaba hacer un hechizo en su contra. Y lo mejor era que conocía de cual se trataba. Alzó la varita y dijo al mismo tiempo que Tonks:
- Tempus Fuggi.
Las hojas de los árboles que se veían en el patio dejaron de moverse. Tonks sabía que ese era el momento. Se dirigió hacia la escalera que daba a éste, buscando a Snape. Estaba segura que debía estar por allí, pero no lo encontró. Se giró y el salón se llenó con su grito. Frente a ella tenía al mago oscuro... pero no era él. Su rostro era más pálido de lo habitual y la sonrisa que tenía era de odio contenido. Pero lo peor eran sus ojos, si acaso podía llamárseles de esa manera. Estaban vacíos, literalmente. Allí no había nada, excepto una negrura espantosa. Tonks quiso retroceder pero no podía moverse... estaba aterrada.
- Así que tú eres Nym – Snape alzó la mano y rozó la mejilla de la joven. Ella se estremeció ante ese contacto y se alejó unos pasos del mago... o de lo que fuera ese hombre – Me habría encantado conocerte mejor, seguramente hubiera podido disfrutar mucho de ti – intentó acercarse, pero ella volvió a alejarse – pero me temo que eso no será posible, porque debo borrarte del mapa.
Tonks sintió un frío inmenso instalarse dentro de ella. Lo que estaba hablándole no era Snape. Era una criatura que había tomado su forma o su cuerpo.
- ¿Qu... quién es usted?
- ¿No me reconoces Nym? Soy yo, tu guía, tu maestro, tu... asesor.
- Usted no es él ¿En donde está el profesor Snape? ¿Qué hizo con él?
- Esta aquí... adentro. ¿Quisieras verlo? Puedo llevarte a donde él está. Seguramente se alegrará de verte.
- ¿Qué pretende?
- ¿En este momento? Quitarte de en medio preciosa. Haz arruinado a un buen mortífago. Y eso no suelo permitirlo.
- ¿De qué está hablando?
La sonrisa se acentúo en su rostro. Nunca quitó la mirada de Tonks, ni se movió. Pero él no necesitaba agitar la varita para hacer un hechizo poderoso.
- Em...bes...ti...da
Ella no fue suficientemente rápida esta vez. El hechizo golpeó directamente en su pecho, enviándola por sobre unas piedras hacia una columna, en la que rebotó y luego cayó en las escaleras, rodando por estas hasta detenerse sobre el césped, como una muñeca rota.
- ¡NO! - Hermione no pudo reprimir un grito, pero fue sujetada por Ron para que no se lanzara en su ayuda.
El tempus acababa de romperse, permitiendo que los alumnos vieran cómo su maestra había sido atacada.
Voldemort se giró y vio a muchos alumnos salir detrás de las piedras, dirigiéndose a Tonks unos y otros hacía él. Les lanzó hechizos que ellos desviaron fácilmente hacia las columnas (provocando que algunas se desmoronaran), pero eran demasiados y no parecían temerle. Retrocedió unos pasos y sintió un mareo. Al parecer empezaba a perder el control sobre Snape, pero se rehizo rápidamente. Iba a aprovechar la ventaja que tenía hasta el último momento. Harry y sus dos amigos lograron acercarse lo suficiente como para ver sus ojos y detenerse. Ese no era Snape. Harry sintió que la cicatriz le dolía y en ese momento Ron se llevó nuevamente la mano a la boca y tuvo una arcada. Eso era suficiente para que supieran inmediatamente ante quién estaban.
- ¡TU! ¿Pero...?
- Hola Harry. Volvemos a vernos.
- Voldemort.
Algunos alumnos se detuvieron al escuchar este nombre, pero otros lo ignoraron. En ese momento era más importante ayudar a Tonks, que había quedado bajo los escombros de una de las columnas que se había desmoronado.
- ¿Qué pretendes?
La única respuesta de Voldemort fue una sonrisa cruel y enigmática.
- ¿Cómo lo hiciste?
- Con magia – Había burla en esta respuesta. Voldemort levantó la varita, con clara intención de atacar – Tu amiga sangre-sucia ya no está para defenderte. Y Snape tiene muchos trucos que me pueden ser útiles. ¿Trataras de enfrentarme esta vez Harry?
Antes de que el joven le respondiera, Voldemort sintió que era tirado hacia atrás, como en un traslador. Snape había logrado liberarse de él con mucho esfuerzo. La rabia que había sentido al ver como Tonks era atacada lo había ayudado. Cayó de rodillas con un grito, soltando la varita, que fue recogida por Ron.
- ¿Profesor... Snape? – Hermione dio un paso adelante, pero su novio la detuvo.
El aludido se incorporó, y esta vez sus ojos eran normales. No se detuvo mucho tiempo con ellos, sino que bajó rápidamente hasta donde se encontraba Tonks, seguido por el trío. Los alumnos que se encontraban con ella se retiraron pero sacaron inmediatamente su varita y se interpusieron en el camino de Snape. No iban a permitir que él se le acercara. Ellos sólo habían visto cómo su maestra era lastimada por el mago oscuro.
- ¡No de un paso más profesor!
Snape vio con sorpresa que Zabini y algunos más de su casa, y de las otras tres, lo estaban retando. Pero no tenía tiempo para dar explicaciones.
- ¡Potter! ¡Granger! ¡Weasley!
- Señor...
- Muevan las piedras y despejen el camino.
Por primera vez, para sorpresa de los alumnos, el trío de jóvenes no cuestionó a su profesor, sino que lo obedecieron al unísono sin chistar.
- ¡Acio Varitas! – Todas las varitas volaron hacia ellos, dejando a los demás desarmados y confundidos – Leguardia Leviosá – Las rocas que tenían prisionera a Tonks se elevaron rápidamente.
Snape avanzó hacia ella y la tomó en brazos. Luego se volvió con decisión y se enfrentó a los estudiantes.
- Slytherin – habló en un tono de voz que no admitía réplica – las explicaciones para después. Ahora vayan por Dumbledore y díganle lo que pasó. Ravenclaw adelántense y prevengan a Madam Pomfrey. Hufflepuff, busquen a McGonagall; Griffindor a Lupín. Díganles que estamos en la enfermería. Rápido.
Se abrió paso y se dirigió a la puerta. Harry y sus amigos se apresuraron a devolver las varitas y cumplir con lo que había dicho Snape, lo mismo que demás. Todos hicieron lo que les ordenó.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tonks se movió levemente y una dolorosa punzada en un costado la hizo emitir un gemido. Remus se inclinó hacia ella, con preocupación. La joven parpadeó y luego abrió los ojos, que se encontraron con los del hombre lobo. No supo por qué, pero al verlo observarla de esa manera, empezó a llorar en silencio. Él se inclinó y la abrazó, dejando que se desahogara en su hombro. Se quedaron así unos momentos, hasta que ella se calmó lo suficiente. Remus sacó un pañuelo de su túnica y se lo ofreció con gentileza.
- ¿Te sientes mejor?
Ella se limitó a asentir.
- ¿Deseas contarme lo que pasó? ¿O me quedo con la versión de tus alumnos?
- ¿Los… alumnos? ¿Qué quieres decir?
- Presenciaron el duelo que tuviste con Severus.
- Pero eso no es posible. No se suponía que debían estar allí... ¿Cómo pudieron verlo?
- Se escondieron tras las rocas que hay por allí. Estaban preocupados por ti. Y por el resultado, veo que tenían razón.
- No debieron hacer eso.
- Tú tampoco. Pudiste meterte en un buen lío – el tono de voz de Remus era ahora de reproche – ¿En qué estabas pensando?
- No estaba pensando.
- Eso es obvio. No entiendo cómo pudiste enfrentarte a Severus. No sólo por ser quién es, sino porque los duelos están prohibidos en este colegio desde hace años. Sólo puedes hacerlos con fines didácticos, y dudo mucho que ese fuera el caso del de ustedes.
- Nos ofuscamos… habíamos peleado unos momentos antes.
- Esa no es excusa. Has peleado otras veces con él. ¿Por qué resolverlo esta vez con un duelo? ¿Cómo pudo ser Severus tan inconsciente como para retarte…?
- Yo fui quién lo retó.
Remus se quedó unos momentos cortado con esta respuesta. No sabía por qué, pero la idea de que fuera Tonks quién hubiera propuesto el duelo no le había cruzado por la mente.
- Eso es lo de menos –dijo a fin –Si tú lo retaste, él debió haberse negado. ¡Por Merlín Tonks! Fue muy peligroso. Un combate para demostración o por motivos educativos es comprensible, pero uno real… uno con otro mago en la posesión de todas sus facultades… ¿Cómo se te ocurrió?
- Lo he hecho antes. Y no en un duelo, sino en una persecución. Cuando Harry fue atacado me enfrenté a varios mortífagos. No es la primera vez, y no soy tan vulnerable como al parecer todos creen.
- ¿Todos? ¿O sólo Severus?
- Por favor Remus, no estoy para tus insinuaciones.
- Ya no son insinuaciones Tonks, son hechos. Es público que entre ustedes hay algo…
- ¿Algo de qué?
- ¡No lo sé! Y eso es precisamente lo que me tiene preocupado. ¿Desde cuándo me escondes cosas Tonks? ¿Acaso te hizo algo que te hiciera enfadar? ¿Intentó propasarse contigo en la cena acaso?
- ¡Por supuesto que no! ¿De dónde sacas esas ideas?
- ¡De todos lados! La forma en que ustedes se miran… por como te trata… esas peleas que te hacen salirte de tus casillas. Por mucho que Severus pueda enfadar a las personas, contigo las cosas van más allá de lo "normal". Tal vez te has enfocado demasiado en ser su amiga hasta el punto de olvidar quién es, y cuando te diste cuenta el golpe fue muy duro. Estableciste una retorcida conexión con él, y ahora cuando topan echan chispas. El claustro de profesores lo ha notado también. Incluso murmuran que se odian tanto que pareciera que se quieren.
- ¡Eso es ridículo!
- Ridículo o no, las cosas ya fueron más allá del límite. Casi se matan hoy. Dumbledore está hablando con Severus en este momento y es muy probable que lo sancione por haberte herido de esa manera…
- No fue él.
- ¿Cómo que no fue él?
- Hubo un momento… cuando me atacó. No era él Remus… casi podría decir que era el señor tenebroso.
- ¡Eso…. Eso es imposible!
- Lo sé. Pero no fue Snape quién me atacó. Puedo jurarlo.
- ¿Jurarlo? – La señora Pomfrey se había acercado a ellos y se veía muy enfadada – ¿Ésta vez también tratará de disculparlo?
- Madam Pomfrey, está equivocada. El profesor Snape no tuvo nada que ver…
- ¡¿Nada que ver?! ¿Y por qué está en esta enfermería entonces? No Tonks, esta vez no me convencerán tan fácilmente. El director tiene que destituirlo ¡Ese hombre es un peligro para los alumnos! Lo dije en aquella ocasión y lo repito ahora. ¿O acaso va a esperar que la ataque una tercera vez?
- ¡Él no me atacó!
- ¿De qué habla Madam Pomfrey? – la mirada de Remus iba de una mujer a otra – ¿Ya existe un antecedente de esto?
- ¡Claro que existe un antecedente!
- Lo sucedido hoy no fue un ataque Remus, ella se confunde.
- ¡No estoy confundida! ¡No lo estoy ahora ni lo estuve en aquella ocasión!
- Madam Pomfrey… ¿Severus y Tonks ya habían tenido una pelea antes?
- ¡Le he dicho que sí! – Nunca habían visto a la enfermera tan molesta – ¡Cuando ella era estudiante, él profesor de pociones la envió a aquí por tres días! ¡TRES DÍAS! ¡¿Dónde se ha visto que un maestro lastime a un estudiante?!
Remus se levantó como un rayo al escuchar eso, dispuesto a ir hacia la oficina del director y exigir explicaciones, pero Tonks logró sujetarlo por la túnica y detenerlo.
- No Remus. Eso tiene una explicación razonable… que Madam Pomfrey no ha querido aceptar nunca, aunque se le presentaron todas las pruebas en su momento.
- Fui débil al dejarme convencer. Pero ahora, si el director no hace nada, yo lo denunciaré.
- No lo hará, porque si lo hace yo negaré todo. Será su palabra contra la mía, y siendo yo la víctima tendré más credibilidad que usted.
La enfermera cruzó los brazos en actitud desafiante, pero se notaba nerviosismo en su mirada, y en la de Remus, incredulidad ante la actitud de su amiga..
- No se enfade Madam Pomfrey – Tonks suavizó su tono de voz, hablándole conciliadoramente – Aquella vez fue mi culpa, y esta vez no fue culpa de él. Sé que la idea de que me haya lastimado siendo estudiante la ofende, pero le aseguro que nunca he pensado que lo hizo con malicia. Todo fue un accidente. Créame. Y esta vez los dos fuimos víctimas. Víctimas de nuestro mal carácter y… probablemente de la intervención de algo más. Se lo juro.
Tonks miraba de una manera tan convincente a la mujer que esta no pudo seguir peleando con ella.
- Está bien. Pero que quede claro que si alguien vuelve a aparecer en esta enfermería y el profesor Snape estuvo, aunque sea mínimamente, involucrado; lo denunciaré al Ministerio.
Luego de esto se dio la vuelta y se dirigió a su despacho.
- Ahora, Tonks – Remus se encaró con la joven – Quiero que me cuentes exactamente lo que sucedió en el duelo… y también que pasó entre Severus y tú hace años. Me dirás por qué terminaste en esta enfermería, y no quiero excusas ni adornos. Sólo la verdad.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
- ¿En qué estabas pensando Severus?
- En nada realmente.
- ¿Un duelo? ¿Aquí? ¿Con ella?
- Lo propuso
- ¿Y por qué lo aceptaste?
- No lo sé.
Snape y el profesor Dumbledore se encontraban en el despacho de este último. El director se apoyaba en su escritorio y el mago oscuro estaba reclinado en una silla, con la vista fija en el fuego de la chimenea.
- ¿Te das cuenta que pudiste matarla?
- ¡Jamás le haría daño! – se había puesto de pie como un resorte antes esta insinuación.
- ¿Entonces por qué está en la enfermería? – Snape no contestó y le dio la espalda al director, caminando hacia la puerta y recostándose en ella. Dumbledore hizo un gesto de cansancio – Escucha Severus, acabo de recibir una carta de Andrómeda Tonks. Ni siquiera era una carta, más bien parecía un vociferador. La indignación que siente porque su "pequeña" este herida, y que tú seas el culpable "de nuevo", es comprensible. Y esta vez no hay excusas válidas. Existen testigos de tu ataque – Snape iba a replicar pero el profesor lo detuvo con la mano – porque no puedes negar que eso fue un ataque. Con alevosía y ventaja.
- ¿Cuántas veces tengo que decirte que yo no lo hice?
- No es lo que dicen los alumnos.
- Están equivocados. Ella usó un Tempus, así que no vieron todo lo que sucedió. Las cosas fueron muy rápidas para ellos.
- Aún así no se si pueda salvarte esta vez. Tu puesto y tu cabeza sobre todo, penden de un hilo.
- Pregúntenle a ella.
- Lo haré, pero me temo que su testimonio no sea del todo confiable.
- ¿Qué quieres decir?
- Tratará de defenderte.
- ¿En serio? – Había burla en la voz del mago – ¿Y por qué haría eso?
- Corre el rumor de que ustedes dos se han vuelto "cercanos"
- Claro, tan cercanos como una serpiente y una mangosta.
- ¿Quieres decir que ella puede vencerte? Porque tu eres la serpiente.
- Piense lo que quiera.
Dumbledore no sonrió. Estaba preocupado. Lo del ataque llegaría a oídos del Ministerio a menos que pudiera encontrar una explicación que fuera razonable para los alumnos. Por el momento había logrado evitar todo clausurando la lechucería y colocando un hechizo desmemorizador temporal a los testigos. También se había tenido que encargar de aplacar la ira de la madre de Tonks con una carta enérgica en la que buscaba convencerla de que llegaría al fondo del asunto, aunque eso implicara hacer arrestar a Severus. Había logrado tranquilizarla un poco, pero llegaría junto con su esposo en el tren de la noche para asegurarse que su hija estaría bien y seguramente esperando ver la cabeza de Severus en una bandeja de plata.
- Dime qué pasó.
- No lo sé.
- Has pasado la última hora diciéndome lo mismo. Afirmas no haber sido tú quién le lanzó el hechizo, pero los alumnos te vieron atacar a Tonks.
Snape se acercó a la chimenea, como si el fuego lo atrajera. Se quedó viéndolo fijamente por unos momentos y cuando habló más parecía que lo hacía consigo mismo.
- Lo he estado pensando. No parece una idea razonable, ni probable, pero creo que de alguna manera…. algo o alguien utilizó mi cuerpo… se introdujo dentro de mí. Ellos me vieron atacándola… pero no fui yo – se frotó el cuello con cierto desgano – No lo sé. Todo es muy confuso. La marca empezó a dolerme y luego no recuerdo nada concreto. Tengo la cabeza llena de imágenes extrañas. Sé que estaba cayendo hacia algún lugar, y luego me detuve en una especie de limbo. Me escuché diciendo Tempusal mismo tiempo que ella... pero no era yo. Era otro. Luego hay una mezcla de voces, pero no logro distinguir qué dicen. Comprende Albus, yo peleaba por volver de donde fuera que estaba. Lograba ver por momentos lo que pasaba, pero era como si lo viera a través de una nube. En un momento determinado logré ver como Nym salía volando por los aires. Allí me di cuenta que alguien, al parecer yo, la estaba lastimando.
- Eso te enfureció.
- Si. Y no podía hacer nada, me sentía como atado.
- ¿Qué paso entonces?
- Observé a Potter frente a mí. Me hablaba, pero no se que decía. Y después, como si lograra romper lo que me detenía, salí de ese limbo y caí en el suelo. No recuerdo nada más.
Unos golpes en la puerta interrumpieron su conversación.
- Adelante.
Harry apareció en el umbral, seguido por sus dos amigos. Una pequeña venda en la cabeza indicaba que ya había estado en la enfermería.
- ¡Harry! – El director les hizo señas para que se acercaran – Pasa, pasa. Precisamente estaba por llamarte para que habláramos sobre lo que sucedió esta tarde.
El ojiverde tragó con dificultad. Había dudado sobre hablar con el director, ya que una parte de él quería que destituyeran a Snape, pero otra le decía que no era justo porque él sabía quién era el verdadero culpable de todo ese caos. Sus amigos le habían ayudado a decidirse, porque era más importante lo de Voldemort que lo de Snape.
- Señor Director… Sna… el profesor Snape no atacó a Tonks.
- ¿No? – Los hombres intercambiaron una mirada – ¿Cómo lo sabes?
- Porque – Hermione se adelantó con cierto nerviosismo – quién lo hizo… le habló a Harry.
- ¿De verdad? – Snape vio a su estudiante fijamente – ¿Qué te dijo?
- Que volvíamos a vernos.
- ¿"Volvíamos"? – Dumbledore arrugó el ceño – ¿Entonces sabes quién era?
- Si. Se trataba de Voldemort.
Al escuchar ese nombre los dos hombres palidecieron.
- ¿Estás seguro Harry?
- Si señor. Cuando lo enfrentamos no lo negó. De alguna manera poseyó al profesor, como lo hizo conmigo en el ministerio.
- ¡Eso no puede ser cierto! – Snape parecía querer convencerse de ello.
- Lo es – Ron habló con voz temblorosa. Aún no se recuperaba del todo de haber visto a Voldemort – lo sentí. Era él. Nadie más puede provocar la misma sensación que un Dementor.
- En caso de ser necesario... ¿Firmarían una declaración indicando exactamente lo que me han dicho?
- Si… los tres lo haríamos profesor Dumbledore.
- Gracias Harry. Pueden retirarse.
- Profesor… – Hermione se veía nerviosa – cuando Vol… Voldemort nos habló… sus ojos, los ojos del profesor Snape eran como dos cuencas vacías. Llenas de oscuridad. Y antes de atacar a Tonks creó que también habló con ella.
- ¿Él le hablo?
- Eso creemos... Harry, Ron y yo lo hablamos y estamos seguros que escuchamos algo parecido a un murmullo, aunque todo fue demasiado rápido.
- Bueno, gracias jóvenes
Al salir los adolescentes, Dumbledore observó con preocupación a Snape.
- Severus, si las cosas sucedieron de esa manera, quiere decir que Voldemort cuenta con un arma poderosísima en este momento. ¿Tienes idea de cómo pudo ocurrir?
- No.
- ¿Hay algo que no me has contado? Cualquier cosa, aunque te parezca insignificante.
- Bueno, sólo sé que me corté y mi sangre llegó hasta la marca. Tal vez lo hizo de esa manera, pero no veo cómo. Otras veces me ha sucedido eso y él jamás utilizó mi cuerpo antes. Puede meterse en mi mente, pero jamás lo había hecho en mi cuerpo.
- ¿Crees que pudo haber averiguado algo?
- No lo sé. No estuvo mucho tiempo dentro de mí cabeza.
- Amigo mío, esto nos pone en una situación muy delicada. Tal vez sea hora de que consideres dejar tu papel entre los mortífagos.
- ¿Y hacer qué? ¿Refugiarme aquí? No tengo costumbre de huir Albus.
- Lo sé. Pero tu vida está en riesgo.
- ¿No lo ha estado en otras ocasiones? Pero eso no me preocupa realmente. No creo que el señor tenebroso me mate pronto. Estoy seguro que no tuvo tiempo de escarbar en mi mente, así que seguramente ahora tiene mucha curiosidad e intentará saber más. Podemos utilizar eso.
- Es demasiado arriesgado. Tom podría matarte sólo por diversión, o jugar contigo para descubrirte. No creo que después de lo ocurrido confíe en ti.
- Él no confía en nadie. Su poder reside en el miedo que inspira. Aún así, no voy a esconderme. La simple idea de que me retire es abominable. Sabes que no lo haré.
- ¿A qué le temes? ¿Acaso a vivir sin tu careta? Se que es difícil, pero te has enfrentado antes a cosas que nadie entendía y las superaste. Tal vez esta sea una señal.
- Olvídalo, no me iré – el director hizo ademán de decir algo, pero Snape no lo dejó – No conozco otra forma de ayudar a la orden.
- A veces creo que el problema es que no conoces otra forma de vida.
- ¡Por favor Albus! Deja para otro momento tus pláticas que resultan siendo sermones.
- En ese caso… hablemos del otro asunto.
- ¿Cuál?
- ¿Por qué se enfrentaron a duelo con Tonks?
- Por estupideces. Empezamos a pelear, una cosa llevó a la otra y terminó retándome.
- ¿Y aceptaste?
- Fui un idiota. No tengo idea ni por qué acepté ni tampoco por qué peleábamos.
- ¿Qué pasó en la cena?
- ¿Perdón?
- Creo que todo se originó allí. ¿Qué pasó?
- Nada.
- Severus...
- Me di cuenta que soy un idiota y todo gracias a ti.
- ¿A mi?
- ¿Por qué pusiste esa endemoniada canción en la radio?
- ¿Tú por qué crees?
- ¡No lo sé y me gustaría que me lo dijeras! No estoy para juegos en este momento. Habla claro y directo, aunque sea una vez en tu vida.
- De acuerdo. Quería que te dieras cuenta que debes dejar tus recuerdos en donde pertenecen. En el pasado. Esa canción es sólo eso, una canción. Algo que representa lo que fue y ya no es. Y no quiero decir que lo olvides, sino que te des cuenta que ya todo pasó. Puedes escuchar esa melodía sin violencia, ni nostalgia. Severus… debes dejar ir de una vez a Florence.
- ¿Cómo se te ocurre?
- Debes aceptar tus recuerdos, pero no aferrarte a ellos. Reconciliarte con tu pasado. Tal vez no te has dado cuenta, pero la vida te está ofreciendo una nueva oportunidad de amar y ser amado. Florence lo hizo y algo me dice que Tonks también siente por ti ese mismo tipo de afecto. Ella no será lo que una vez perdiste sino lo que ahora necesitas.
- Albus… deja las bromas para quienes las aguanten.
- ¿Y quién está bromeando?
- Ella no siente por mí nada más que… nada realmente. Y estoy cansado de escuchar eso de que la necesito.
- ¿Alguien más te lo ha dicho?
- Por supuesto que no, pero no sé por qué se te ocurre que necesito algo.
- Ambos lo necesitan. Tú, alguien que te acepte como eres y te ame. Ella, alguien que la comprenda y no la subestime… Alguien que logre infundirle la confianza necesaria para que termine de crecer.
- ¡Yo no soy una niñera! ¡Y ella no es una planta!
- Perdón, creo que no lo expliqué bien. Tonks ha vivido todo este tiempo tratando de demostrar lo buena que es, primero consiguiendo el puesto de auror, y ahora como maestra. Necesita saber que el ser metamorfomaga no la hace diferente, porque ya bastante tiene con ser hija de un muggle. Saber que tiene un lugar en el mundo mágico.
- Pues me parece que ya lo encontró.
- Remus y ella son sólo amigos.
- ¿Si? Bueno, ¿no dicen los muggles que los marginados se unen?
- Mmmm, creo que el dicho es que los opuestos se atraen.
Un gruñido fue la única respuesta a este golpe bajo.
- Olvídalo Albus. Si ella busca quién le de confianza, te equivocaste de persona. Yo puedo decirte todas las torpezas que ella ha cometido desde que entró al colegio y señalárselas una por una, además de todas las equivocaciones y desastres que la acompañan a donde vaya. Soy experto en inspirar desconfianza, no en lo opuesto.
- Tu particular temperamento y comentarios han logrado muchísimas cosas en ella. La han impulsado a mejorar, todo para que dejes de molestarla.
- No lo he hecho con esa intención.
- Sé que no. La retas y ella responde demostrándote lo que sabe. Se que eres así, pero a veces pareciera que tus ofensas son para que ella no se conforme.
- Has interpretado mal todo lo que ha pasado. El duelo de hoy demuestra que no podemos permanecer en la misma habitación sin que uno de los dos termine tomando una poción para el hígado.
- Eso no es cierto. Cuando fuiste su tutor no hubo peleas...
- Tal vez no las viste.
- Deja de ser tan obstinado. Incluso los demás maestros empiezan a murmurar que hacen una particular pareja.
Snape se puso rojo ante lo que el director había dicho. Que se hablara de él era algo que no soportaba.
- ¡En cuanto escuche a alguien propagando ese estúpido rumor, juro que le corto la cabeza!
- Severus. Deja ya de tratar de ser un ogro. Ya no me asustas a mí, y te aseguro que Tonks ya no le pone atención a tus rabietas. Insisto, ella necesita ser amada totalmente y absolutamente, con devoción. Y yo se que tú puedes sentir eso.
- Estas equivocado, mi corazón… si es que alguna vez tuve, está muerto. Y ella ya encontró quién la amara, te lo aseguro. Junto a mí sólo encontraría dolor, ira y destrucción. No es algo que una mujer como ella necesite. Lo de hoy fue un ejemplo. Si fue el señor tenebroso quién la atacó, sólo demuestra que corre peligro estando cerca de mí. Además, nos hemos ofendido demasiado y demostrado muchas veces lo diferentes que somos. Ya no quiero seguir alimentando esta vana ilusión, Albus. Ella estará mejor sin mí presencia. Se encontrará a salvo.
Con pesadez se levantó de la silla y se dirigió a la puerta.
- ¿Crees que realmente puedas alejarte de ella?
- Si. Soy bueno para auto castigarme.
- ¿Aunque la lleves clavada en tu alma?
- Eso no importa.
Dumbledore no podía creer que Snape estuviera tan vulnerable que no se diera cuenta que estaba aceptando sus sentimientos.
- Una vez me dijiste que siempre serías un mortífago porque llevabas la marca tenebrosa en la piel. Para mostrarte quién habías sido. Pero también tienes una cicatriz en tu hombro que te demostró desde hace años que Tonks era capaz de llegar a ti.
- Fue un rasguño.
- Pero uno que no quisiste curarte. ¿Acaso querías llevar por siempre algo de ella?
- No la amaba entonces.
- Tal vez lo presentías.
- Déjalo ya Albus. Te lo digo aquí y ahora. Me voy a alejar de ella. Jamás permitiré que se me acerque nuevamente, porque traería desgracias para ambos.
Sin decir nada más salió de allí, dejando a Dumbledore con tristeza en su corazón por ver a un hombre como Snape darse por vencido ante la vida.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
- ¿Estas segura que eso fue lo que sucedió? ¿No estarás imaginando cosas? Mira que te golpeaste duro la cabeza.
- Apostaría mi vida que así fue. Algo estaba dentro de él. Algo maligno y cruel. Estoy casi segura que era... el señor tenebroso. Lo único que no sé es por qué me atacó con esa furia. Por qué deseaba destruirme.
- No creo que necesite una razón específica. Si tiene la oportunidad de matar lo hace.
- Muchas veces he sentido miedo Remus, pero esta vez sentí pánico. Uno irracional y primitivo. No se como Harry ha podido enfrentarse a esa… cosa tantas veces.
- Y hablando de enfrentamientos….
- Quieres saber lo que sucedió hace años, ¿verdad?
- Si.
Tonks suspiró profundamente, dispuesta al fin a satisfacer la curiosidad de su amigo.
- De acuerdo
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
La algarabía de los alumnos de Ravenclaw era evidente. Contra todas las expectativas habían ganado el partido de Quidditch disputado con los Slytherin, y eso que las serpientes habían utilizado todas las sucias estrategias que conocían. Aún así, lograron remontar un marcador desfavorable y empatar justo antes de que su buscador atrapara la Snitch. El estadio se quedó unos segundos en silencio para estallar luego en vítores. Incluso los rivales se quedaron de piedra cuando el silbato sonó, dándoles la victoria a las águilas.
Todo había sido emoción, abrazos y lágrimas. Ese triunfo les daba oportunidad de disputar la copa contra los Griffindor, algo que no lograban desde hacía algunos años.
La única nota triste era que el buscador se había lastimado el brazo al lanzarse en picada para atrapar a la evasiva pelotita dorada, así que los festejos tendrían que esperar hasta que la señora Pomfrey curara al herido. El equipo decidió acompañar al joven a la enfermería y los demás Ravenclaw se encargarían de preparar las cosas en la sala común de la casa, ya que se disponían a celebrar la victoria toda la noche.
Ya habían colocado serpentinas azules y doradas en el techo y dispuesto una mesa con ricas viandas cuando se dieron cuenta que no tenían suficiente jugo de calabaza. Tonks se ofreció para ir a buscarlo a la cocina, y sus compañeros estuvieron de acuerdo, no tanto por que les hiciera mucha falta el jugo, sino para alejar a la joven de los adornos, ya que había echado a perder dos cajas de gorritos al sentarse sobre ellas sin querer.
La joven se dirigía a la cocina, por uno de los pasillos descubiertos, cuando unos destellos le llamaron la atención. Provenían de su derecha, cerca del vestíbulo que se encontraba más abajo. Las columnas no le permitían ver bien lo que estaba pasando, pero parecía una pelea. Con precaución fue acercándose y al bajar las escaleras, se encontró con sus compañeros tendidos en el suelo. Algunos aún llevaban puesto el uniforme del equipo. Todos estaban desmayados, con evidencias de haber sido atacados. Ella aún no salía de su asombro cuando un quejido la sobresaltó.
- ¡Timoty! – con rapidez se arrodilló al lado de un joven de ensortijados cabellos castaños - ¿Qué sucedió?
- Las… ellos…
- Cálmate, no te agites – se dio cuenta que tenía el brazo en una posición extraña. Seguramente estaba roto – pronto estarás bien. Iré por Madam Pomfrey – intentó levantarse, pero el joven le tomó de la túnica, con una expresión de miedo en su rostro – No… no vayas. Ellos te atacarán.
- ¿Ellos?
- Slytherin
- Timoty… ¿Esos cretinos fueron los que los atacaron?
- Si... Nos estaban esperando... No nos dieron tiempo de reaccionar…
Ella no necesitó escuchar nada más. Se soltó del joven y empuñando su varita se dirigió escaleras arriba, dispuesta a encontrar a los culpables y hacerlos pagar. Estaba furiosa.
Al llegar al inicio del pasillo tomó hacia su derecha y se topó de bruces con alguien que venía en dirección contraria.
- ¡Ouch!
Por la fuerza del golpe perdió el equilibrio y fue a parar al suelo.
- ¡Demonios! ¿Cuántas veces le he dicho que se fije por donde va señorita?
Frente a ella se encontraba la persona a quién menos quería ver en ese momento. Snape la miraba con un aire de reprobación que la terminó de descomponer.
- ¡Usted! ¿Cómo pudo…? ¡Atreverse a semejante canallada!
- ¿De qué está hablando?
La joven se puso de pie rápidamente y apuntó con su varita al profesor de pociones.
- ¿Qué rayos cree que está haciendo señorita?
-¿Qué diablos le sucede profesor? ¿No puede aceptar una derrota? ¿Siempre tiene que ganar, no importa el precio?
Snape retrocedió un par de pasos. La joven se veía bastante agitada, y eso unido al buen manejo que tenía de la varita la hacía una combinación peligrosa. Intentó parecer tranquilo.
- Señorita Nymphadora, será mejor que se calme...
- ¡Cierre la boca! – Las lágrimas empezaban a empañar la visión de la joven – atreverse a algo tan cobarde, ¡y ni siquiera dar la cara sino enviar a unos estúpidos a realizar su trabajo sucio!
- Niña, no se que paso pero le aseguro que no tuve nada que ver.
- ¡¿Y espera que le crea?! Si usted es un amargado que no puede ver a los demás felices
- Tonks, está extra limitándose. Le aconsejo que baje su varita
- ¡Silencio! Usted no puede aconsejarme, porque de su boca sólo sale veneno.
- ¡Si no baja su varita en este momento me aseguraré de que la expulsen!
- ¡No lo hará! ¡El profesor Dumbledore no seguirá queriendo entre sus maestros a un mortífago después que le diga lo que hizo!
Snape tragó con dificultad al escuchar esto. Creía que nadie más que el director y algunos pocos conocían su pasado, pero debió imaginar que siendo ella hija de Andrómeda y sobrina de Sirius algo tendría que haber escuchado al respecto. Bajo esas circunstancias era mejor evitar un enfrentamiento con la joven.
- No me importa lo que usted crea. O lo que haya sucedido, pero al amenazarme está violando varias reglas del colegio y se arriesga a sanciones importantes, incluso a que su permanencia en el colegio sea considerada peligrosa.
- ¡Y encima me amenaza! ¿Acaso cree que le tengo miedo? – El enfado no le permitió pensar demasiado en lo que estaba haciendo - ¡Desmaius!
El hechizo hizo impacto en el hombro de Snape y éste cayo al suelo. Reaccionando ante este ataque, sacó su varita y antes de darse cuenta sus labios pronunciaron la respuesta.
- ¡EXPELIARMUS!
La joven se encontraba al inicio de la escalera, y cuando el hechizo la golpeó, perdió el equilibrio y cayó rodando por ellas, golpeándose contra el suelo.
Snape se incorporó y fue entonces que se dio cuenta de lo que había hecho. Acababa de atacar a una alumna. Olvidándose del dolor de su hombro, bajo hasta donde la estudiante se encontraba y con cierta alarma notó que tenía una herida en la cabeza de la que manaba sangre.
- ¡Maldición! ¿Qué demonios hiciste Severus? ¿Tienes idea de lo que te hará Dumbledore ? ¡Y todo por no pensar antes de lanzar ese estúpido hechizo!
Hizo aparecer una camilla y con cierta dificultad colocó a Tonks en ella. Luego la hizo avanzar en dirección a la enfermería. Casi podía escuchar los reclamos que seguramente la señora Pomfrey le haría en cuanto se apareciera con la joven.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
- Y así fue. Me golpee la cabeza al caer y sufrí una contusión. Por eso me tuvieron acá por un tiempo. Primero esperando que despertara y luego asegurándose que no tenía nada grave.
- Pero… Severus te atacó.
- Yo lo ataqué primero. La culpa fue mía, y así se lo hice saber al profesor Dumbledore cuando me interrogó.
- No entiendo. Si estabas tan enfadada con él, porque había enviado a los alumnos a atacar a tus compañeros…
- El director me explicó que eso fue idea del equipo de Slytherin, no de Snape. Ellos se lo confesaron cuando Dumbledore los llamó a su despacho. Dijeron que esperaron a que los chicos salieran de la enfermería para "darles su merecido". Pero que Snape no sabía lo que ellos habían planeado. Dumbledore los castigó quitándoles puntos a su casa y haciendo que acompañaran a Hagrid a limpiar el corral de los Teslas y a Flitch a limpiar todos los salones. También les suspendió los partidos de Quidditch y las salidas a Hosmeade.
- Me parece que fue blando.
- Yo también lo pensé en su oportunidad.
- ¿Y qué pasó con Severus?
- Bueno… mientras estuve inconsciente lo suspendieron, y tuvo que escuchar varias amenazas de parte de mi madre.
- ¿No dijo que tú lo habías atacado?
- Creo que se lo dijo a Dumbledore, pero prefirió esperar a que yo diera mi versión de los hechos.
- O sea que tuviste su futuro profesional en tus manos.
- Si… pero no podía mentir. Dije exactamente lo que había sucedido, incluso mis suposiciones sobre el origen del ataque a mis compañeros. Cuando Dumbledore me explicó como habían sido las cosas, me di cuenta que había cometido un error garrafal.
- ¿Te disculpaste?
- Lo intenté, pero mi madre me aconsejó que no lo hiciera. No consideraba prudente que me acercara a Snape en algún tiempo, a menos que fuera necesario, así que ella se las dio por las dos.
Remus rió por esto.
- Me imagino que eso fue un trago muy amargo para Andrómeda. Después de todo, Severus te lastimó.
- Pero yo comencé todo. La verdad nunca me dijo si él había aceptado las disculpas, pero ese tema no volvió a mencionarse entre nosotras. Yo volví a las clases y él a su despacho.
- ¿Qué dijeron los demás?
- Aparte de Leila, nadie más se enteró.
- ¿Cómo fue eso posible?
- Timoty y los otros estaban desmayados cuando sucedió todo. Así que para evitar habladurías y malos entendidos, mi madre estuvo de acuerdo en que se dijera que yo me había tropezado. No fue difícil que todos creyeran esto, y todo quedó como un pequeño accidente.
- ¿Y Madam Pomfrey?
- Ella si que se enfadó. Dumbledore me contó que fue la primera vez que la escuchó decir semejantes palabrotas. No le cabía en la cabeza que él me hubiera hecho daño. Estaba indignada. Quería que lo despidieran, pero si lo hubieran hecho a mí me tendrían que haber expulsado. Al parecer todo quedó como "defensa propia" de parte de Snape y "locura temporal" de parte mía.
- ¿Y su hombro?
- ¿Su hombro? Pues no sé. Creo que él tuvo que curarse, porque temía que Madam Pomfrey le hiciera algo. ¿Por qué preguntas eso?
- El día que fui a su casa, cuando lo encontré bebido…
- ¿Si?
- Recuerdo que tenía la camisa abierta y le vi dos arañazos en el pecho.
- Eso me lo contaste.
- Acabo de recordar que también observé algo en su hombro. No podría asegurar que era, pero creo que podría ser una cicatriz.
- ¿En el derecho?
- Si.
- Podría ser. ¿Pero por qué me lo dices?
- Por nada. Es sólo que me parece curioso que no haya hecho algo para borrarla.
- Eso es porque siempre quiere tener presente lo que sucede cuando uno es tomado desprevenido – los magos se sobresaltaron al escuchar esto. Dumbledore acababa de entrar a la enfermería y estaba a pocos pasos de ellos – o por lo menos eso es lo que él dice. ¿Cómo estás Tonks?
- Mucho mejor. Gracias.
- Esta es la segunda vez que te visito en la enfermería.
- Lo sé.
- Y por el mismo motivo…
- No exactamente.
- Me refiero a que volvieron a enfrentarse. Y recuerdo que en aquella oportunidad me dijiste que las probabilidades de que eso sucediera nuevamente eran de una en un millón.
- De verdad creí que así sería.
- Severus me dijo lo que sucedió, y me gustaría que tú hicieras lo mismo.
Algo en el tono del a voz de Dumbledore hizo que Remus comprendiera que esa era una conversación privada.
- Ya que ustedes tienen cosas que discutir, yo me retiro – se inclinó y besó a Tonks en la frente. Ella no hizo nada para retenerlo – te veré más tarde.
Cuando el hombre lobo hubo salido, Dumbledore ocupó su lugar al lado de Tonks, quién suspiró fuerte y lentamente y después le contó al director lo que había pasado desde que Snape le lanzó el primer hechizo. No omitió nada, porque él necesitaba saberlo todo.
- ¿Sabes por qué Voldemort te dijo esas cosas?
- ¡Entonces si era él!
- Así es. Harry también habló con él y él le dijo quién era.
- ¿Cómo lo consiguió?
- No lo sabemos. Y eso es lo que nos preocupa. Si fue algo al azar, esperamos que no se repita nuevamente, si no… tendremos que extremar nuestras precauciones.
- Pero…
- Primero me gustaría que me dijeras si tiene significado para ti lo que él te dijo.
- Ninguno. Dijo que yo era culpable de arruinar a un buen mortífago, pero no veo cómo pude yo haber hecho eso. No he capturado a ninguno desde que dejé de trabajar para el ministerio, y si hablaba de Sna… el profesor Snape, entonces entiendo menos. Para mí él sigue siendo y comportándose igual.
- Tal vez se refería a que tú lo has influenciado de alguna manera. Que ocupas algún lugar en sus pensamientos…
Tonks enrojeció ante esta insinuación. El director debía estar bromeando.
- La única manera en que estuviera allí es porque debe de pensar mil y un maneras de matarme.
Al director le divirtió que los dos fueran tan necios como para no creer que podían sentirse mutuamente atraídos y sonrió para sus adentros. Cada vez estaba más convencido de su teoría y eso era algo que lo alegraba.
- Bueno, por lo visto no podremos saber a que se refería Voldemort. Lo que sí sabemos es que debemos mantenernos alerta y esperar que no vuelva ha decidir utilizar a Severus para entrar al colegio.
- ¿Cómo está… él?
- Se siente culpable.
- ¿Por qué? No fue él quién me atacó.
- Bueno, él cree que sí. Que fue su culpa no impedirlo.
- ¡Es un necio si piensa eso! No entiendo esa manía que tiene de creer que todo es su culpa.
- Años de soledad pueden ser malos para cualquier persona. Y si ha eso le agregamos algunas malas experiencias… pues se vuelve algo comprensible.
Tonks no contesto a eso. Dumbledore sacó una bolsita de caramelos de su túnica, le ofreció uno a Toks y luego tomó otro con delicadeza. Permanecieron así unos momentos, que a ella se le hicieron muy pesados.
- ¿Está… herido?
- Aparte de un corte en el brazo está perfectamente. Al parecer eres tú quién lleva la peor parte en sus peleas.
"Y que lo diga. Me acusa de ser peligrosa y él no se ha dado cuenta que la etiqueta le va a él de maravilla"
- ¿Qué va a pasar ahora?
- Bueno… amonestación para ambos, la cual irá a su expediente, y una suspensión de sus labores por tres días, sin goce de sueldo.
- ¡¿QUE?!
- ¿Qué esperabas Tonks? ¿Una felicitación? Rompieron las reglas, varias por cierto. Y se supone que ustedes son los que deben dar el ejemplo. Si hubieran sido dos alumnos estarían a prueba, como maestros debo ser un poco más drástico. Aunque la verdad no lo estoy siendo. Mínimo debería informar al Ministerio, pero como no estamos en las mejores relaciones, es mejor dejarlo así. ¿No crees?
- Supongo que tiene razón. Aunque suspendernos….
- Debes agradecer que sólo será eso.
- Si señor director.
- Además, tendrás que hablar con tu mamá.
- ¿Mi madre? – la idea de hablar con ella no le agradaba a la joven metamorfomaga – ¿Y eso por qué?
- Porque viene en camino. Ella y tu padre quieren que Severus sea despedido. Tendrás que decirles lo que sucedió, y te aseguro que Andrómeda no se conformará como yo con una explicación tipo "nos enfadamos y decidimos batirnos en duelo". Ella querrá llegar al fondo.
- Pues no podrá hacerlo porque no hay otro motivo. Y mi padre me apoyará.
- ¿Y si quiere tomar ella el asunto en sus manos?
- La detendré. Tiene que entender que no tengo cinco años y puedo cuidarme sola.
- No me da esa impresión viéndote en esa cama.
- Bueno… fue un error. Todos tenemos derecho a equivocarnos alguna vez.
- Me agrada que pienses eso. Significa que comprendes que nadie es perfecto.
- Por supuesto.
- Y que no se debe juzgar a las personas.
- Si habla del… profesor, ya lo sé. Pero no creo que a él le interese lo que yo piense.
- ¿Segura?
- ¡Por supuesto! Le importa un pepino si yo vivo o muero.
- Si tú lo dices Tonks, yo te creo. La verdadera pregunta es ¿lo crees tú?
- No se de qué habla.
- Mi querida niña, eres alguien muy maduro en muchos aspectos, pero lamentablemente aún te falta crecer en otros.
- No me gustan los enigmas señor Director, y debo decirle que a usted le gusta muchísimo utilizarlos.
- Yo más bien creo que le doy a las personas la oportunidad de descubrir lo que ya saben.
- Bueno, en este asunto yo sé lo que hay.
- Como quieras – el director se levantó, indicando que la conversación había terminado.
- ¿Y los alumnos? – a Tonks le asaltó un sentimiento de angustia al pensar en lo que tendría que decirles sobre lo sucedido.
- ¿Qué hay con ellos?
- Remus me dijo que presenciaron el duelo. No podrá silenciarlos a menos que les demos una explicación razonable.
- Eso sería imposible. No. Les coloqué un hechizo desmemorizador en forma temporal. Los llamaré a mi despacho y lo haré permanente.
- ¿A todos?
- A Harry, Ron y Hermione no. Creo que es mejor que ellos si lo recuerden. Aunque los prevendré que no lo divulguen. Además me servirán de seguro. Mientras ustedes dos sepan que hubo alguien que sabe lo que sucedió, lo pensarán dos veces antes de hacer otra locura.
Sin decir nada más le dio la espalda, pero lo pensó mejor y se giró para verla. Consideró que era apropiado decirle a Tonks lo que Snape había decidido y ver su reacción.
- Tonks… No tienes que preocuparte más por Severus. Me prometió que no volverá ha acercarse a ti o a cualquier cosa en la que estés involucrada.
No supo porqué, pero repentinamente se le formó un nudo en la garganta. Tomó un poco de agua para disimularlo.
- ¿Usted se lo pidió? – preguntó al fin.
- No. Fue su idea.
- Supongo que es lo mejor – Tonks miró disimuladamente hacia un lado para que el director no viera las lágrimas que se asomaban a sus ojos – no podemos estar juntos.
Dumbledore estuvo seguro que ella quiso decir más con ese comentario de lo que había querido. Aún así, era mejor dejarla sola en esos momentos para que reflexionara. Ya no le parecía divertido todo eso sino desesperante. Pero sólo ellos dos podían decidir el curso que le darían a lo que sentían. Él sólo podía esperar que dejaran a un lado sus diferencias para notar sus similitudes y la forma tan elemental en que se complementaban. Se dirigió a la puerta y salió de la enfermería silenciosamente. Tonks se arrebujó entre las sábanas y mordió su almohada para silenciar su llanto.
"¡Eres una idiota! Lloras porque no podrás seguir junto a ese hombre, pero tú misma pensabas que así debía ser. Y ahora te sientes fatal porque él tuvo la misma idea. Hoy tuviste una prueba de que él no siente nada por ti. De lo contrario nunca habría aceptado el duelo. Casi se matan mutuamente y todo porque quisiste retarlo. Querías ganar con tanto empeño que dejaste que tus sentimientos interfirieran. Y eso será siempre así porque no puedes alejarlo de tus pensamientos. Él no tuvo ese problema Aunque quién-no-debe-ser-nombrado no hubiera intervenido, seguramente él habría realizado algún truco para vencerte. No habían sentimientos de por medio por parte de él. Entiéndelo… No es posible y nunca lo será. Él se ha dado cuenta y ha tenido el suficiente sentido común para alejarse de ti, porque sólo le traes complicaciones. Ahora es tu turno. A veces no se puede tener lo que se desea. Tal vez así aprendas que nada de esto tenía sentido y mucho menos futuro. Él nunca será tuyo"
REVIEW
La-Peye-Malfoy: ¡Hola chica Malfoy! ¿Cómo has estado? Espero que muy bien. Gracias por los halagos, eres muy amable, aunque eso de "Gran escritora" aún se me hace muy grande para mí, pero si es tu opinión, por mí no hay problema (La verdad es que haces que de saltitos de alegría cuando dices eso. Sólo saltitos para que los demás no pienses que estoy loca).
Ya ves que tus deseos se cumplieron, porque este capítulo me salió medio largo. Y que bueno que el anterior lo hayas podido leer rápido, aunque espero que éste no sea el causante de que te de sueño.
Tienes razón, el tiempo se pasa rápido, pero creo que se me fue la mano esta vez, porque fueron ¿Cuántas? Creo que 5 semanas de no publicar nada. Espero que eso no se repita, por lo menos haré todo lo posible que así sea.
Ojalá ya hayas podido escuchar la canción. Realmente es muy bonita y la letra era perfecta para ese baile. Lamentablemente el acercamiento entre ellos se fue por el caño luego de su "pequeña" pelea. Creo que me mande un poco con la tragedia, pero era necesario para que volvieran a alejarse (que ganas de hacerlos sufrir ¿no?). Pero pensemos que las cosas siempre se ven muy negras antes de encontrar alguna solución.
Mmmmmm, me temo que Harry aún tendrá que esperar un poquito más para entregarle el regalo a Ginny. ¿Por qué será que me gusta hacer que la gente sufra? Tal vez un extraño sentido de que eso hará que la felicidad se saboree mejor (Uff, perdón si eso me salió medio cursi). Esa canción también me gusta mucho a mí. Creo que la versión "muggle" del libro musical sería la radio vía satélite, pero me temo que no es algo muy difundido aún.
Que bueno que viste la foto. Si yo hubiera sido Snape también me habría quedado de una pieza al ver a Tonks. Esa imagen me fascina y tienes razón con eso de que posee cierto aire de misterio. Incluso aparecen columnas atrás de ella, lo que hace pensar en un castillo (como Hogwarts).
¿Cómo van tus clases? Me imagino que bien, como toda buena estudiante. Ojalá que el fic no haya salido de tu lista de prioridades después de que deje tanto tiempo de actualizar y de que hayas tenido tiempo de escribir tu también. Recuerda que el estudio siempre es importante, pero también que tengas tiempo para ti y tus gustos. Bye
Kiche ¡Hola señorita! Debo decirte que me encanta conversar contigo por msn y más aún ahora que tenemos ese pequeño "juego". Perdona si no he tenido tiempo, pero el trabajo no siempre me deja. Me tienes con duda sobre lo que va ha hacer al fin Tonks. Espero que decidas dejarla. También quiero disculparme por no haber dejado review en tu historia (para quiénes no la hayan leído se llama 360 grados y es muy buena), pero las cosas están un poco difíciles en el trabajo con eso de no tener acceso a Internet. Trataré de hacer un poco más de tiempo de ahora en adelante, porque no me gusta eso de leer una historia y no decir lo que pienso (que en el caso de la tuya son sólo buenas opiniones).
¿De veras te pareció bueno el capítulo? Oh, no sabes lo feliz que me hace saber eso. Lo de los errores pues... son de dedo como tu dices, y me gustaría poder evitarlos pero pareciera que uno nunca se escapa de ellos (mi idea es que son duendecitos que hacen cosas raras mientras tú no miras).
Si he de serte honesta, yo tampoco hubiera aceptado a Percy, pero es parte de la familia y si esta arrepentido pues... todos merecen una segunda oportunidad (eso es lo que siempre dice mi madre, y creo que tiene razón).
¿Viste que los hermanos Weasley son geniales? Piensan en todo, especialmente en como mantener a su querida madre al margen de sus ideas. La verdad no quisiera pensar que pasaría si no estuvieran con Dumbledore. En ese caso, creo que, repitiendo tus palabras "pobre Harry"
¡Chispas! Gracias por el halago sobre la cena. Jajajajajajajaja, me divirtió eso de que S fuera por allí multando a las mujeres bonitas. Tienes razón, si le quitan a S su rutina, entonces queda como bloqueado y sin saber que hacer (me alegra que eso te gustara). Mmmmm, creo que te confundí. Fue Snape el que pensó en que porqué le estaba advirtiendo, no Tonks (tengo tendencia a escribir de esa manera, y creo que ha veces puede crear confusión y no saber quién piensa que, trataré de corregir eso). Se que es feo que ella le sienta lástima y compasión, pero es que con semejantes anécdotas es un poco difícil no sentir eso (bueno, eso sería lo que yo sentiría, creo).
¿El sueño de Harry? Bueno, la respuesta es: con los dos. Me temo que sí, a S todavía le esperan unas cuantas cosas más (buena parte están en este capítulo. Creo que tengo una vena sanguinaria, aparte dela dramática)
Aunque yo fui quién lo escribió, he de decirte que también me sonrojé al hacerlo. Si me hubieras visto, tenía una gran sonrisa, auque al final más parecía algo maquiavélico cuando corte lo del beso (jejejejeje, mi vena sanguinaria otra vez). Ya veo que te puse en una encrucijada. Pensé en que se lo diera, pero luego me di cuenta que eso hubiera complicado las cosas y me hubiera alejado de la idea que tengo (no me quiero adelantar). Siento que te quedaras con las ganas de que hubiera, pero piensa que en los expedientes X se tardaron siete años para que Mulder y Scully se besaran (que excusa tan patética ¿no?)
Ups, me alegra que no te cayeras de la silla. Eso me haría culpable de daño no premeditado y tendría que purgar condena en algún penal (ya, ya, que me estoy poniendo trágica). ¿Qué puedo decir? No tengo excusa. Soy culpable de crueldad injustificable contra Tonks, y de causarte una conmoción, pero en mi defensa alego que esto último no fue intencional.
Gracias por seguir con los halagos, me haces sentir muy bien la verdad. Y aunque la historia principal son S y T, que bueno que también te guste la de H y G.
Contra tus deseos, no actualicé en su momento (ni en las siguientes cinco veces que debí hacerlo), pero espero que te sientas medianamente pagada con este. Ya me dirás tu opinión luego. Bye
Tenshi Lain: ¡Hola Tenshi! ¿Qué tal va todo? ¿De verdad ocupan todo eso los tres capítulos anteriores? No me había dado cuenta. A decir verdad no se cuanto ocupa todo el fic, porque lo he dividido en partes. Lo uniré todo y así sabré de que dimensión ha sido mi locura, jejejejeje.
¿Te gustó la declaración de Ron? A mi también. Yo me muero si alguien hace algo semejante para mí (guardo la ilusión de que eso pueda pasar algún día).
¿Sabes? No recuerdo de donde saqué que Ginny se llama Ginebra, porque yo tampoco recuerdo que este en algún libro. Creo que lo leí en alguna entrevista de Rowlin o en su página web. Creo que fue esto último. Y la verdad es que es un nombre bonito y más apropiado que Virginia.
Me temo que la reacción de Ginny ante el regalo aún tendrá que esperar un poquitín más, pero espero que no demasiado.
No eres pesada para nada, tienes toda la razón. Tuve un fallo cuando escribí eso. Tonks es de Ravenchaw, no de Huffepuff, así que tuve que haber dicho que ella era un águila. Lo corregí en este, pero debía una explicación. Me confundí porque Florence fue la que perteneció a los tejones, no Tonks. Me pasó lo mismo que a Snape creo. Gracias por hacérmelo notar.
Mmmmm, nop. Lo de empático lo saqué de los Expediente Secretos X. Tenían un capítulo llamado empatía en el que una chica sentía lo de los demás (¿Se nota que esa serie era mi favorita?). No he visto ese capítulo que tu dices en Charmed, pero es que no veo la serie con regularidad.
La verdad es que Snape no consideró nunca que Tonks pudiera aceptar la invitación. Por eso, según él, su plan no tenía fallo. Aunque no lo reconociera en su momento, sí deseaba estar con ella. La cena fue un buen comienzo, pero todo se arruinó al final y en este capítulo vemos las consecuencias. Ambos estaban sensibles y la pelea fue inevitable e irreversible los daños. Ya verás que pasa de aquí en adelante (odio hacer eso, pero ha veces es simplemente imposible evitar ese afán de hacerme la misteriosa. Espero que me perdones el desliz).
Que curioso, no estaba segura que la pelea de T y R fuera adecuada, pero es bueno saber que te gustó. La verdad es que los hombres son así, unas veces son la madurez andante y otras son como niños malcriados (y a nosotras nos toca a veces balancear eso, lo cuál no es justo, por cierto)
Si Tonks acabó en la enfermería porque se enfrentó a Snape. No hay problema en decírtelo porque en este capítulo lo aclaro (lo cual ya era hora ¿no crees?, a veces me paso de la raya con lo que hago esperar para explicar algunas cosas). Espero que haya cumplido con tus expectativas. Bye
Meilin2: ¡Hola Meilin2! Así que ahora fuiste directo al grano al exponer tus puntos. Ok. Haré lo mismo para responderte. Vamos a ello.
Charlie y Bill son mucho más parecidos a los gemelos de lo que uno creería. Y siempre están dispuestos a ayudarlos, más aún con algo tan especial como los fuegos para su hermanita.
Harry pareciera que está salado (expresión de mi país) porque las cosas no le salen cuando el quiere. Cuando al fin puede acercarse a la mesa, resulta que esta protegida. Irónico ¿no?
Este.... sip. Suelo hacer ese tipo de interrogatorios y pinchar a la gente donde le moleste para conseguir lo que quiero. Me ha funcionado algunas veces. Me imaginé que esa sería la única forma de hacer hablar a alguien como Snape, aunque lo de la frialdad si no lo pude evitar, porque ese hombre es un témpano andante.
Si, aunque ella no lo ha notado, puede manejarlo sin demasiado esfuerzo. Claro que debe ser algo inconsciente, porque si lo hiciera con intención no creo que funcionaría.
Nop, sutileza no es una habilidad del profesor de pociones.
Oh, quién diría que ese comentario te provocaría eso. Espero que no te hayas lastimado. Para evitar la intriga coloqué aquí las razones para que D haya colocado la canción (que son una mezcla de las interpretaciones tanto mías como de Clau, mi beta. Sus apreciaciones siempre son geniales y dan en el punto)
La verdad es que las vacaciones de S nunca fueron muy dulces que digamos. O por lo menos eso imaginé por la escena que Rowlin escribió sobre que S veía a su padre gritarle como un poseso a su esposa. Y alguien así es capaz de dañar tanto verbal como físicamente a otra persona, en especial a su hijo.
Hice que G supiera lo del collar para no tener que explicarle la historia cuando H se lo dé (un caso de pereza mental de mi parte para ahorrarme esa escena. Pido disculpas por ello)
Jijijijijijijiji, yo también quisiera un libro de esos.
Yo creo que S se niega a pensar en cualquier posibilidad que sea buena para él, y por eso se pregunta de manera tan obsesiva las razones de T para mostrarle su apariencia, pero recordemos que él no sabe si es esa la verdadera.
Un beso hubiera sido una bonita manera de terminar el baile, no te lo niego. Pero te aseguro que tiene su razón de que eso no sucediera (en primer lugar, no hubiera sucedido el duelo y en segundo.... pues.... ah si, me hubiera desviado de la historia, jijijijijijijiji)
Me temo que S no estaba muy bien coordinado cuando le dijo Florence a Tonks, y lo más divertido es que ni siquiera lo notó.
Yo ya hubiera roto todos los espejos para evitar que me estuvieran molestando.
Te diré amiga mía. Conozco a alguien que ya ronda por los 30 y aún se pone caprichoso cuando se enferma. Hace unos pucheros tan lindos que no puedes negarle las cosas. Y no creo que G le niegue algo a H viéndolo tan indefenso (después de todo, le gusta)
D le contó a S que Harry había visto todo eso en una visión, pero como siempre, el profesor de pociones se hizo a la idea de que eso no es importante (Que manía la del hombre en ser fatalista ¿no?)
No actualicé tan pronto como hubiera querido, pero espero que eso no te haya desilusionado (ni dado ganas de que me mataras) y que este capítulo también te guste. Bye
Indira de Snape:
¡Una nueva lectora! ¡Hurra! (me pone feliz ver que eso suceda a estas alturas).
¡¿Te leíste todo el fic?! Pues envidio tu paciencia porque ya está bastante
avanzado y no es ninguna baba de perico leerse 26 capítulos. Gracias por
tomarte el tiempo, y más aún en un fin de semana. Ojalá no te haya apagado el
entusiasmo el que haya tardado tanto en actualizar, pero no se porqué las cosas
se me complicaron. En fin, que ya estoy aquí de nuevo y espero que encuentres
este capítulo interesante. Bye
Sami ¡Hola pequeña! ¿Qué tal va el colegio? ¿Todo bien? ¿Tú papá te
sigue restringiendo el Internet? Ojalá no se ponga muy estricto, pero recuerda
que él hace las cosas pensando en tu bien y la red ha veces se puede volver una
gran fuente de distracción. Seguramente tu papá piensa que puedes invertir ese
tiempo en leer, convivir con tu familia y amigos, lo cuál es importante. Trata
de entender eso y te aseguro que las cosas irán bien en cuanto él se de cuenta
que eres juiciosa en las cosas que haces.
Ha sido una lástima no encontrarte más seguido en msn, pero siempre es un gusto hablar contigo.
Mmmmm, gracias por lo de "tener talento especial para hacer sufrir a los personajes" aunque me sentí culpable por eso. Lo bueno es que al final las cosas se arreglarán de una manera.... o de otra (muajajajajaja).
Pensándolo bien, si que me gusta hacerlos padecer, porque eso de que en tu cumpleaños te digan el nombre de otra no es nada bonito. A Harry siempre le pasan cosas raras, como lo del desmayo. Pero siendo el chico que vivió, pues eso parece ser algo normal para él.
La canciones son las que me gustan a mí, aunque "The Reason" y "Everithing" han sido sugerencias de Arshy Moonlight y en cuanto las he escuchado supe que eran perfectas para el fic.
Tus deseos son órdenes para mí, así que aquí esta la continuación (con un poco de atraso, eso sí). Bye
Samara-Snape: ¡Hola Chica! ¿Qué tal va todo por el pozo? Mira que se vienen los meses fríos y no quisiera que te resfriaras, así que procura protegerte de la humedad (aunque eso debe ser difícil en un pozo ¿no?)
¡Chispas niña! Eso de que hayas utilizado todos los adjetivos de adulación que conoces me sonroja (pero que eso no te impida seguir buscando otros, jejejejejeje, es broma, no vayas a creer que soy una pesada)
¿Así que te esperabas algo semejante? Mmmmmmm, creo que vuelves a intentar utilizar la Legremancia conmigo, pero haré todo lo posible por reforzar mis habilidades de Oclumancia (Me buscaré un profesor de cabello negro y nariz grande para que me dé clases particulares)
Tonk si está triste, porque eso de que te digan otro nombre cuando tú acabas de estar medio flotando debe ser feo (aunque cuando lo escribí sabía que así era, la verdad). Yo concuerdo contigo en que S no podía pedir una chica más bonita de la que le tocó (Y eso que sólo utilizó poco maquillaje, jijijijiji)
¿Escribir una historia mia, mia , mia? Suena interesante, y para serte sincera tengo un par de ideas sobre algo así. Ya veré si de medico a eso en serio en cuanto este más desocupada.
Los gemelos tenían que hacer algo especial para su
hermana. Era algo que no podían dejar pasar por alto. Ellos no sabían que Harry
no había puesto su regalo, seguramente habrían ido con Bill para que quitara el
hechizo, pero si así hubiera sido ¿te imaginas a Ginny y su reacción? No, no,
no. Es mejor que eso sea algo entre ellos dos solitos.
¿Matar a S? Jijijijijijijiji, no puedo decirte que sucederá, pero al menos se
que esa probabilidad ya entra dentro de tus cálculos.
Cualquiera diría que seguí tu consejo de no presionarme para escribir, pero
como que me pasé de la raya. Jijijijiji, bueno te dejo con un gran abrazo. Bye
La Dama del Norte: ¡Hola! Que bueno ver que hay otra lectora nueva. (Me siento muy feliz por eso). No seas tan dura contigo misma, si yo hubiera visto que la historia tiene tantos capítulos, creo que también me hubiera tomado tiempo para leerla, porque si son bastantes. Gracias por tomarte el tiempo para leerla toda.
Puedo recomendarte "El misterio del Elixir de Garus" (Que por el momento esta detenida pero que es muy buena), Matrimonio por conveniencia, 360 Grados, Grabado a Fuego… por el momento son las que recuerdo, pero te aseguro que hay algunas otras que son muy buenas. ¿Te gusta la pareja? A mi se me hizo interesante desde que leí el libro 5, porque T me pareció un personaje tan diferente que inmediatamente pensé que haría una pareja curiosa con S. Bye
Amsp14: ¡Hola Ana María! Gracias por el correo, me alegra saber ver que seguimos en contacto. ¿Así que tal vez te des una vuelta por acá? Me hace mucha ilusión que eso se concrete, para ver si podemos conocernos en persona.
Perdón por no dejarte review en tu historia últimamente, pero la verdad con eso de que no tengo Internet se me está haciendo difícil, pero ya voy a empezar a ordenarme para no seguir con este distanciamiento que he tenido con FF.
A mi también me da no se que la idea de que la historia termine pronto, pero que le vamos ha hacer. Lo que no sé es si verdaderamente sólo me queden 3 capítulos o si termine escribiendo algunos más para que todo quede bien. Ya veremos que me resulta al final.
Jijijijijijiji, no se si el desmayo de Harry fue broma cruel del destino, creo que mejor debería decirse que fue una broma cruel mía, aunque si es cierto que el muchachito esta salado. Bueno, la idea era esa, que los fuegos se vieran estando todos presentes, para que pudieran disfrutarse. Y los gemelos no podían dejar pasar la oportunidad de agasajar a su hermana con algo especial, de parte de todos sus hermanos. Los cuales, por cierto, se dan maña para darle la vuelta a la señora Weasley, si no, nunca podrían salirse con la suya.
Mmmmm, si Harry le hubiera pedido a Bill que quitara la protección, habría tenido que dar explicaciones… y eso sería demasiado para el chico. Mejor dejamos que suceda en otra ocasión que sea más adecuada para los dos jóvenes ¿no crees?
Lo mejor de pedir deseos es que a veces no se cumplen, para bien de uno. Y así será al final, ya veras.
La verdad, yo soy de la opinión de los gemelos de que Percy no debería haber sido incluido, pero considerando que era el cumpleaños de Ginny y todo eso, pues consideré que era mejor que no hubiera problema y las cosas quedaran en paz al final.
Creo que para la señora Weasley, Ron sigue siendo un niño y por esa razón no creía que se fijara en las niñas. Así que fue una sorpresa al enterarse que no solo le gustan sino que ya tenía novia. Jejejejejeje.
A Harry siempre le suceden cosas extrañas, y lo malo es que termina sintiéndose fatal. El punto bueno es que G lo consoló en la medida de lo posible. El chico ya debería darse cuenta que ella siente algo por él, pero me parece que salió medio lento para esas cosas. Y Ginny si sufre por él, aunque no quiera aparentarlo.
¿Pudiste ir al final al concierto de Alex Ubago? Ojalá que sí. Esa canción también es una de mis favoritas, pero sobre todo cuando la canta con Amaia Montero. Los dos tienen voces muy bonitas.
Jejejejejeje, no se si se me pasó la mano con lo dulce en la escena de H y G, pero por lo menos se que te gustó y más la frase de al final. Me pareció la más adecuada para ese momento. ¿Por qué será que las personas cuando escuchan algo que les gusta piensan que la otra persona debe estar o bromeando, alucinando o jugando?
Jejejejejeje, creo que el torturar a los personajes se me está haciendo costumbre. Como tú dices, la duda sobre si esa es su apariencia seguirá metida en su cabecita. Y le atinaste exactamente a que es lo que molesta a S en realidad. La razón de que ella le mostrara su rostro. ¿Cuándo le preguntará sobre eso? Mmmmmmm, no lo sé. Creo que no lo hará (ya pronto averiguaras a que me refiero con eso)
Te digo que estuve tentada a hacer que ella le dijera la verdadera razón de porqué quería conocerlo mejor, pero lo pensé y me pareció que no era el momento para que ella se sincerara. No es bueno colocar todas las cartas sobre la mesa cuando aún no sabes si ganarás el juego.
La verdad, T no sabe que desarma a S con su sonrisa. Si lo hubiera notado lo habría hecho más a menudo. Pero me temo que a partir de ahora no van a intercambiar muchas sonrisas que digamos. Es por eso que algunas explicaciones entre ellos quedarán para otro momento, especialmente lo de la razón de la invitación a cenar. S deberá a acostumbrarse a la idea de que R es parte importante de la vida de T y que ella puede mencionarlo cuando desee (aunque fue bueno que ella lo invitara a su casa ¿Verdad?). Yo también creo que S deseaba bailar con T, era la única manera de abrazarla otra vez. No creas, el mensaje si le caló. Por eso es que estuvo a punto de besarla. Jajajajajajaja, yo también lo mato si me hace algo semejante.
¿Casi en el bote? Mmmmm, ¿Eso que quiere decir? Asumo que enamorado… pero no estoy segura. En todo caso, en este capítulo lo confiesa totalmente, y precisamente cuando cree que ella nunca será para él (si los personajes cobraran vida seguro que me matan por hacerlos sufrir tanto).
Bueno, en resume, este capítulo esta a tu disposición para ver todas las nuevas locuras que se me ocurrieron. Jejejejeje, a ver que opinas. Bye
Ceywen: ¡Hola Tony! ¿Qué tal va todo eh? Espero que ya haya bajado tu enojo porque en el último capítulo las cosas entre H y G no se concretaron.
Que bien que te haya gustado lo de la cena, y no te enojes con S, mira que en este ya reconoció lo que siente (algo tarde, pero que le vamos a hacer). Lo del beso tendrá que esperar un poco más, pero no mucho. Bye
Letysnape: ¡Hola Lety! ¡Wow otra lectora nueva! (Acabo de sonreír muchísimo por eso). Es bueno saber que te gusta el fic. La actualización tardó un poco, espero que no te hayas desesperado y que te guste al final. Bye.
pangelik: ¡Hola pangelik! ¡Te agregaste al fic! ¡Chispas! Cada vez mi sonrisa es mucho más grande al ver que aparecen nuevas lectoras. ¿Te gusta esta pareja? Es mi favorita. No se que tenga planeado Rowlin para ellos, pero por lo menos yo ya los "empate" jejejejejeje. Espero te siga gustando después de este capítulo tan…. "violento" jijijijijijijij. Bye
LadyAngelinaJ: ¡Hola My Lady! Es definitivo. Ahora si soy muy feliz. ¡Tantas lectoras nuevas y estando tan avanzado el fic! (Estoy palmoteando de la alegría). ¡Veintiséis capítulos leídos de un solo! Que paciencia niña (por cierto, yo le digo niño o niña a todo el mundo). Lo curioso es que te quedaste justo al finalizar la cena, y encima yo no he actualizado en todo este tiempo (razón por la cual pido disculpas, porque veo que la historia te ha entusiasmado). Si tiene continuación, y espero poder seguir con él nuevamente con regularidad, aunque estoy empezando un proyecto nuevo en mi trabajo y temo que el tiempo me faltará. Pero trataré de robarle trocitos al día para avanzar y no volver a quedarme sin publicar.
Otra vez, gracias por estar tan al pendiente. Espero no defraudarte de aquí en adelante. Bye
