Disclaimer: los personajes no son míos, les pertenecen a sus respectivos dueños.

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Capítulo 2: Entre cordedos y lobos

Drake comenzó a moverse en la cama… Pero se acostó en un callejón ¿Qué fue lo que sucedió cuando estuvo inconsciente? Abrió sus párpados y lo primero que vio fueron unos ojos amarillos mirándolo fijamente. Aquella persona, si se le puede decirle de esa forma, rebosaba de una enorme sonrisa. No era maníaca, era de extasiada por tener a un humano en su presencia.

-Eh… ¿Hola?

-¡Wow! Nunca creí ver a una persona de cerca… hm hm… - Hizo una pausa. - Soy Charlotte Magne, princesa del infierno, hija de Lucifer y Lilith.

-Mierda ¿Están aquí contigo? - Drake se sorprendió al escuchar esos nombres. La chica negó con la cabeza, un poco desanimada.

-Estás en mi hotel. No es un hotel como seguramente piensas, es… un proyecto personal. ¿Y como te llamas?

-Me llamo Nathan Drake, agen…

Se supone que es una persona que trabaja en una organización secreta que pelea contra entidades paranormales ¿Estaría bien decir eso en un lugar asi?

-Cazador de tesoros. Si, eso soy. - Sonrió.

-¿Enserio? Pero tu tarjeta dice lo contrario ¿AIDP, qué es eso? ¿Eres como un policía especial? - La chica lo miró un poco molesta.

-... okey, no veo razón para mentirte. Soy agente de la AIDP; y uno de mis trabajos me trajo hasta aquí por error. Te contaría más pero. - Drake miró su torso desnudo. - ¿Dónde está mi ropa?

-¿Creen que sea buena idea?

Vaggie le preguntó al resto. Es una buena pregunta, ya que al tener un humano en los aposentos es una mala imagen para el hotel. El proyecto iba muy mal.

-Lo vio medio infierno, tontita ¿Qué tan mal estamos? - la araña Angel Dust extendió sus brazos, mostrando el mal estado del edificio. - Podemos estar peor.

-Mientras se vaya rápido… - Husk refunfuño. - ¿Y Alastor?

-No lo sé. Lo vi por el corredor, debe estar un poquito nervioso. - Dijo la pequeña Niffty.

-¿Nervioso ese tipo? Hmm. - Agregó Vaggie, cruzándose de brazos.

Pudieron escuchar pasos, y eran Charlie con el humano a su lado. Drake solamente saludó de lejos, agitando la mano. Niffty le respondió de la misma forma, un poco más enérgica. Angel Dust lo apuntó con el dedo y le guiñó el ojo. Husk alzó el mentón y Vaggie, sin dejar de estar cruzada de brazos, levantó sus dedos. Nate entendía la situación.

-Espero que la ropa no se haya achicado cuando la lavé, señor. - Dijo la pequeña demonio.

-¡Ah! Eh gracias…

-Niffty, para servirle. - Mostró una amplia sonrisa.

-¡Oh! El bombón ya despertó. - Angel Dust se mostró curioso.

-¿También hay de esos aquí? - Drake frotó sus manos nervioso.

-Tranquilo, no muerde. - Charlie lo miró fijo.

-¡Jaja! A veces… broma broma. Soy Angel Dust. Así que tú fuiste el que dejó a Cherry Bomb inconsciente ¿Eh?

-¿Es tu amiga? - Preguntó Drake. - Primero: ella me atacó, sólo me defendí.

-Me sorprede que la hayas vencido. Esa perra es dura de roer, y tú debes ser un tigre allá arriba. - Dijo el joven araña posando.

-¿Ellos se tratan así?

-Siempre, Nate. - Le dijo Charlie. - Ese el de allá, se llama Husk, el que está en el bar.

-Muchacho. - El gato lo saludó asentando la cabeza.

-Y ella es Vaggie, la que te encontró. - Continuó presentando la chica.

-Así que a ti te debo agradecer.

-Con que te vayas rápido de aquí, me harías un favor. - Dijo de mala manera.

-Wow, apenas nos conocemos y me odia. - Drake se encogió de hombros.

Ella es así. Y… ¿Dónde está Al..? - La princesa miró para todos lados.

-Aquí estoy, querida.

Tanto Nathan Drake como los demás, veían como el Radio Demon, bajaba de las escaleras. La presencia de ese ser le hizo producir incomodidad al humano. Fue raro ya que tiene de compañero a un demonio, pero éste era diferente. Era lo bastantw alto para alzar la vista. Su vestimenta roja se hacía hacer confusa; que se podría confundir con tela o sangre. Y lo más llamativo era su voz, como una vieja radio de los años treinta.

-Así que el invitado despertó. Dime, joven amigo ¿Te ofreció algo esta maravillosa pequeña? - Alastor miró con esa sonrisa demoníaca a Charlie.

-Eh… Salvaron mi vida, con eso es suficiente. - Le respondió Drake.

-¡Pon una sonrisa en esa cara! De seguro debes tener hambre ¿Te gusta la Yambalaya?

-Rojo ¿Donde estás?

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Mundo Humano

Latveria. 23:30 hrs

Caminando por la nieve, Hellboy divisó luces que provenían de las casas. Se deslizó por una colina, dejando atrás sus pasos marcados. Al ser de noche, no tenía contacto con ninguna persona. Era lo mejor ya que podrían asustarse con solo verlo. De todas formas no se compraría al que gobierna este pequeño país. Llegó hasta el castillo, que se ubicaba en el medio de la ciudad. No habia señal de guardias. Arriba de una torre, Hellboy observó una capa flamenado junto con el viento; se puso serio al darse cuenta de quién era esa persona.

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-Así que el agente Drake se teletransportó a algún lado.

-Correcto, Vikt… Doctor Doom. La AIDP buscó ese talismán por años, y en manos del diácono Blackfire, podemos esperar cualquier cosa.

-A veces me pregunto por qué juegan con objetos tan peligrosos para los humanos. - Dijo Doom.

-Nuestro objetivo era encontrarlo y guardarlo bajo custodia de personal capacitado. - Le respondió Rojo.

-No si antes lo usen para su propósito. Si estuviera en su lugar, lo destruiría o lo haría desaparecer.

-¿Viniendo de ti? No creo que te guste perderte ese poder. - El demonio sintió una mirada fija de parte del gobernante de Latveria por segundos. - Acudí a ti porque eres el único que controlas magia y tecnología a la vez.

-¿Trajiste lo que te pedí? - Preguntó Doom.

-Pelo de Nate. - El demonio sacó de su gabardina un pequeño frasco con vello cabelludo.

-Comencemos.

La puerta mecánica se desplegó, revelando un laboratorio con la mas alta tecnología jamás vista; junto a libros viejos y escritos antiguos colocados en la pared. Doom se acercó a una máquina creada por su persona. Era un marco metálico de forma circuar; a su lado un tablero con palancas y botones. En una de las esquinas del tablero, había una pequeña caja de vidrio con lectores de adn. El hombre colocó el pelo de cabello, y al instante la pantalla mostró a Nathan Drake, su edad, grupo sanguíneo y fecha de nacimiento.

-¡Increíble! - Hellboy quedó asombrado.

-Con ésto, se puede encontrar a cualquier persona en donde se encuentre. Aún no la probé en distancias largas, y me refiero galaxias o universos.

-Con razón te tienen miedo. ¿Cómo se maneja esta cosa?

-Utilicé libros alquimicos, codex, libros negros y blancos; los comberti en códigos fuente y binarios para la computadora así podría tener una respuesta exacta de la ubicación a donde quisiera ir. Cinco años tomó en contruir todo.

-Esta máquina ayudaría en la hora pico. - Bufó Hellboy.

-Ten.

Doom le arrojó una pulsera y Hellboy la atrapó en el aire. Observó que tiene un una luz parpadeande de color rojo en el centro.

-¿Qué es esto?

-Es como un GPS, puedo localizarte en donde estés mientras tengas esa pulsera en la muñeca. Cuando encuentres al agente Drake, pulsa ese botón y regresarán aquí. Pero primero el portal tiene que encontrar en donde está tu amigo.

Tardó unos minutos; la máquina materializó una entrada al posible lugar en donde Drake está. Ambos notaron que al otro lado, el color rojo aumentaba en abundancia. Doom miró la pantalla y el noventa por ciento de probabilidades era lo suficiente para entrar a ese lugar.

-Tal vez sea un lugar muy familiar para ti, Hellboy. - Dijo mientras se cruzaba de brazos.

-Espero encontrarlo rápido, si es que sea el Infierno mismo.

Recargó su revólver y lo guardó dentro de su funda. Se colocó su cinturón con las balas, y entró. El doctor Doom observó como el cuerpo del demonio se desvanecía en el portal.

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Infierno…

Nathan Drake reposaba en una de las ventanas del hotel. Todos se habían dormido. El reloj marcaban las tres quince de la madrugada. Aunque sean las doce del mediodía, según lo que le dijo Charlie, seguirá a oscuras. No podía dormir, sabiendo que el diácono Blackfire está afuera con una pieza peligrosa. Lo único que pensaba es en irse de aquí junto con ellos dos.

-Ey.

Drake dirigió la vista a su izquierda, viendo a Vaggie entrar en la habitación. No parecía estar con intenciones hostiles, sólo pasó.

-¿Te cayó mal la Yambalaya a ti tambien? - Dijo Nate.

-Un poco. - Respondió ella.

-No me gusta esa cosa, con los gases de Angel Dust me di cuenta que comen eso sólo por respeto a Alastor. - Vaggie sonrió de lado al escucharlo.

-Charlie lo trajo aquí, asi que… si. Eh quería pedirte disculpas en cómo te traté.

-No todos los días ves a una persona desangrandose en un callejón, yo tendría que pedir perdón. Pero voy a agradecerte en que me hayas encontrado.

-Así que ¿Agente secreto, eh? - Vaggie cambió de tema.

-No soy de esos tipos que se avientan contra una ventana y dispara a los malos; conozco a algunos así, pero no soy uno de ellos. Soy como un, rastreador de objetos peligrosos.

-Pero parece que la acción y tú vienen de la mano. - Dijo ella cruzándose de brazos, y arqueando una ceja intrigada.

-Tengo mis días, si. - Drake rió.

Alastor caminaba por los pasillos del hotel y alzó sus oídos, escuchando murmullos que se volvieron voces al estar más cerca de las habitaciones.

-¿Sabes Vaggie? Conozco a alguien que se parece a ti, lo único que se diferencia es que ella tiene la piel verde.

-¿Verde? - Dijo ella intrigada.

-Es una historia larga y aburrida. Shego y tú son chicas rudas, creo que me agradas por ese lado.

-Entonces ¿Me dices que me enojo por cualquier cosa? - Vaggie al sonreír, no perdió la seriedad.

-Son dos gotas de agua. - Dijo Drake de forma cómica, haciendo sonreir a la chica.

-Poniéndonos serios: ¿Quién es ese Blackfire?

-Sólo es un idiota que se cree la reencarnación de la perfección. Cuando lo encuentre, me iré de aquí junto con ese talismán. Se nos escapó muchas veces.

-Habías mencionado que ese tipo tiene más de un siglo de vida. - Recordó Vaggie.

-Creo que se reveló contra sus pares, que era mucho más que sus jefes. - Dijo Drake.

-Conozco esa historia…

Vaggie y Drake pudieron ver a Alastor detrás suyo, con aquella sonrisa dibujada en su rostro gris y sos teniendo su bastón con sus manos.

-Como la palma de mi mano…

Alastor es conocido como el Radio Demon; ascendió con tratos y engaños, disfrutando de la caída a la desesperación. Desde que pisó el Infierno, cada uno de sus habitantes no sabía con lo que lidiarian. Se acercó al humano que, intentó tranquilizarse al ver esa sonrisa con afilados dientes. Vaggie sólo produjo un gesto de susto y desagrado al descubrir que estaba escuchando la charla.

-Ya que los pequeños se durmieron; a excepción de ella, charlemos mi amigo humano. ¿Quieres mojar tu paladar con alguna bebida? ¿hmm?

-... whisky tal vez. - Dijo Drake.

-Parece que tienes buen gusto. Vamos al bar… seguramente quieres venir ¿No es así, querida?

-Soy una de las socias de Charlie, así que tengo que saber lo que pasa aquí. - Le dijo ella.

-Si me quieren seguir… - Alastor se hizo a un lado.

El Radio Demon se pudo ver mas abierto para charlar, ya que a diferencia en la cena, no musito mucho. Quería charlar de un tema más profundo con el humano que estaba parado cerca de la barra del bar. Usando sus poderes, vertió el whisky en tres vasos de vidrio. Chasqueo sus dedos y la botella desapareció en segundos. Alastor se acercó a la barra bebiendo un pequeño trago.

-Todas las bestias tienen curiosidas, joven Drake; desde la más pequeña hasta las gigantescas. Es lo primero que queremos saber qué hay mas allá de lo que nuestros ojos observan. Yo soy una de esas criaturas llenas de intriga. Hay excepciones en las que ver la verdad, la comprensión que uno tenga no puede entender ni aceptar lo que tiene a la vista.

-Bueno… - Nathan bebió un poco. - Antes de entrar en la AIDP, era cazador de tesoros. Vi cosas que como decías, eran difíciles de creer. Tengo un compañero de trabajo que va muy bien encajado aquí y estoy persiguiendo a un tipo de cien años que porta un talismán poderoso. Aunque ver Júpiter en persona me asustaría muchisimo.

-¿Júpiter? ¿El planeta? - Drake afirmó moviendo la cabeza ante la pregunta de Vaggie.

-A eso es lo que quiero llegar, hay cosas que la mente no está lista para ver. Quiero hacerte una pregunta mi amigo ¿Estás listo para mirar mas allá? - Preguntó Alastor.

-Sería muy tonto en decir que no. - Drake terminó de beber. - Estoy listo.

Tras decir eso, Vaggie tensó sus labios, junto con una expresión intrigante. El Radio Demon sonrió.

Como hizo anteriormente, Alastor chasqueo sus dedos y comenzó a alterar la realidad. Drake junto con Vaggie fueron testigos del gran poder que éste tenía. Todo lo visible se volvió negro; estaban flotando en el vacío. Aparecieron dentro de una mansión, que puede ser hogar del demonio del bastón. Se ubicaban en el estudio, donde reposaban libros, estatuas, pergaminos hasta se podía ver un telescopio apuntando al techo de vidrio.

-Sean bienvenidos a mi hogar, mis queridos amigos.

-Pensé que vivías en otro lugar, como un basurero o algo así.

-¡Jaja! Siempre tan comediante, querida. - Alastor sonrió.

-Puedo reconocer que eres un tipo con cultura ¿De dónde sacaste todo esto? - Preguntó Drake mirando un libro con un lenguaje desconocido.

-Siempre tuve fascinación por el hombre, me parecen muy llamativos y entretienen bastante con sus vidas. Con ese talismán recorrí cada rincón de los multiversos descubiertos.

-Si pero… ¡¿Qué?! - Drake quedó anonadado.

-¿Multiverso? No vengas con tus tonterías, Alastor. - Dijo Vaggie.

El Radio Demon sonrió nuevamente. - Ese talismán ¿Tiene grabado tres círculos entre sí? Del otro lado, tiene dibujos de estrellas. ¿Sabes porque lo se? Porque el Www es mio.

Tanto las expresiones de Drake como de la chica eran que querían saber más de eso. Alastor tomó uno de sus libros y se lo entregó al joven. Al abrirlo, Nathan vio solo dibujos en las hojas. Al tocarlas eran frágiles y muy viejas.

-¿Qué es esto?

-Por tu anterior profesión, mi querido amigo, seguramente sabrás descifrar los mensajes que ese libro tiene. - Le respondió el Radio Demon a Drake.

Junto a Vaggie, comenzaron a mirarlo. En la primera hoja, se mostraba el dibujo de un guerrero alzando su mano derecha con seis piedras de distinto color, y la otra mano sosteniendo una espada; que peleaba contra un ejército. Después de la batalla, dos quedaron en pie y al parecer intentaron detenerlo. La mano derecha del guerrero se iluminó junto a esos dos sujetos a su lado, creando una "Gran Explosión". Drake alzó la vista.

-¿El… Big Bang?

Alastor sonrió. El muchacho continuó mirando el libro.

Después de ese suceso, aparecieron cadenas de estrellas con cometas y mundos, y con las piedras repartidas en distintos puntos de ellos. El guerrero con la compañía de esos dos entes, pelearon contra alguien poderoso que lanzaba rayos rojos de los ojos, con un ejército detrás suyo en un planeta dominado por el fuego. Pasando las hojas, se toparon con un llamativo dibujo: Una nube negra salía de una prisión. El guerrero y sus acompañantes le entregaban las piedras a una figura humana desconocida. Las últimas hojas revelaban una batalla contra esa nube negra haciéndole frente al humano misterioso, que portaba las seis piedras en su mano.

-¿Y que pasó luego? Las hojas están en blanco. - Dijo Vaggie.

-¿Esto es una profecía, Alastor? - Drake cerró el libro. - Espera… ese talismán…. No no no…

-¡Si, ganaste! Ese tipo al que buscas aquí, tiene una de esas seis piedras. Te propongo algo: si encuentras a Blackfire y el talismán, te entrego la lanza mistica que mencionaste en la cena.

-¿Tú la tienes? - Preguntó Drake.

-Siempre la tuve. - Alastor se acercó lo bastante para poner incómodo al humano. - Soy un fan de los objetos mal utilizados. Romanos, Nazis… arqueólogos. No hay mejor persona… o de otra forma, mejor demonio que tenga esa clase de poder. Aunque me gustaría verte que harías con ese nivel de poder… verte caer… - El Radio Demon sonrió. - ¿Tenemos un trato?

La chica se lo llevó a un rincón, lejos de los oídos del demonio.

-Drake, sé inteligente y no aceptes. Charlie pactó con él ¿Quieres que ese tipo tenga tu alma?

-Ella fue inteligente en negociar, Vaggie… Creo que… - Nathan bufó. - Hellboy me matará si hago eso…

-¿Qué?

En algún rincón del infierno, los Exterminadores reconocieron la Santa Cruz. El que los tenía bajo su mando, portaba el talismán en su cuello. ¿Desde cuando los humanos son más peligrosos que los demonios y entidades celestiales?

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Continuará...