Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore
No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.
AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.
Capítulo 6. Medio vacio, medio lleno.
Por la mañana Entreri madrugó y salió del camarote en busca de otra compañía que no fueran drows. Después de la pregunta de Drizzt a medianoche no quería saber que otra necedad se le ocurriría. Se refugió en la misma bodega donde Drizzt y él se habían enfrentado y comenzó a realizar ejercicios de esgrima. Así evitaría a los drows el máximo tiempo posible.
Jarlaxle remoloneó en la hamaca, el vaiven del barco le resultaba maravillosamente arrullador. Aunque en realidad la primera vez que Jarlaxle había hecho un viaje en barco con Entreri había tenido muchos problemas tratando de disimular su mareo, pero un pendiente mágico le evitaba ahora ese problema.
- Buenos días, bello durmiente.
Jarlaxle abrió los ojos y por un segundo estuvo tentado que gritar "¡Veo muertos!" al ver a Drizzt inclinado sobre su hamaca. De cerca, con esa sonrisa, y ese todo de voz, y estando Jarlaxle algo dormido, habría jurado que era Zaknafein resucitado.
- Euh... buenos días Drizzt¿qué tal has dormido?
- De maravilla. Hacía tiempo que no dormía tan bien.
- Me alegro...
Drizzt se subió a su hamaca y sin comentario alguno se tumbó sobre él, balanceando la hamaca. Cruzó los brazos sobre el pecho de Jarlaxle y apoyó la cabeza sobre las manos mirando a Jarlaxle con curiosidad.
Jarlaxle bajó la barbilla mirando a Drizzt con asombro, realmente algo le había ocurrido a Drizzt, y no era solo agresividad, en absoluto.
- Euh...
- Una vez dijiste que mi padre y tu erais amigos, pero nunca me habló de ti.
- Lo cual me ofende.- Rió Jarlaxle.- Pensaría que soy una mala influencia.
Drizzt rió levemente y balanceó la hamaca otra vez, con infantil satisfacción.
- Os ví.
- ¿Eh?
- Una vez, cuando yo era un crio, durante los primeros días de mi entrenamiento. Zak pensaba que yo dormía... pero me escabullí, y os ví.
Jarlaxle frunció el ceño y después comprendió a que se refería Drizzt... les había visto...
FLASHBACK
Jarlaxle se movió en completo silencio, caminando de puntillas hasta la sala de entrenamiento. Corría un gran riesgo colandose de ese modo en la casa Do'Urden, pero hacía casi cuatro meses que no le veía.
Y sabía lo testarudo y obsesivo que era este maestro de armas. No podría convencerle de tomarse un descanso de unos días, cuando se le ponía algo entre ceja y ceja nada ni nadie, ni siquiera el lider de Bregan D'aerthe podía desviarle de su camino.
Finalmente llegó. Allí estaba.
Zaknafein estaba guardando aun los útiles de entrenamiento, las armas y los muñecos de pruebas. Estaba magnífico, Jarlaxle recorrió con la mirada a su amante, Zaknafein. Con la espléndida y espesa melena, la coleta alta sobre el resto del cabello suelto, alto para los cánones drow, con la musculatura de un guerrero de pura cepa.
Atractivo, inteligente y el maestro de armas mas letal que hubiese visto Menzoberranzan. Tenía gracia que Zaknafein le tuviese por un guerrero mejor que él, Jarlaxle sabía que solo la suerte había propiciado su victoria, pero Zak insistía en que la suerte no existía. Y era tan testarudo.
Jarlaxle se acercó más y en ese momento Zaknafein se volvió veloz como un rayo con una espada larga en ristre, apuntando amenazadoramente al intruso, que en este caso era él.
- ¿Jarlaxle?.- Zak suspiró bajando la espada.- Eres imposible.
- Y tu eres la quintaesencia del maestro de amas.
Zak puso los ojos en blanco y terminó de guardar las armas en los armarios. Jarlaxle se acercó y le abrazó por la espalda, besando melosamente el fuerte cuello y masajeando los marcados abdominales. El poderoso cuerpo se estremeció y Zak volvió la cabeza mirándole con una expresión de clara lujuria.
- Tengo un estudiante en la habitación contigua, Jarlaxle.
- ¿Quieres que pare?.- Sonrió Jarlaxle rodeándo el delicioso ombligo con los dedos.
- Si paras, te mato.
Las ideas claras, si algo se podía decir de Zaknafein era que no tenía pelos en la lengua, si quería algo lo decía, y no tenía demasiados tabús, de hecho Jarlaxle le había visto incluso despreciar a la Reina Araña delante de su propia Matrona.
Claro que alguien cuyas habilidades amatorias eran tan eficaces como las de combate podía permitirse ser ciertamente pendenciero.
- Entonces solo tenemos que ser extra-silenciosos.- Susurró Jarlaxle mientras Zaknafein se volvía de cara hacia él sin abandonar el abrazo.
Jarlaxle capturó los llenos labios en un ardiente beso, Zak le abrió camino respondiendo a la provocativa lengua y acarició la cabeza afeitada de Jarlaxle con las manos.
Zaknafein no tardó en despertar toda su pasión, sus besos se volvieron mas insistentes, chupando y mordisqueando los labios de otro drow con hambriento deseo. Su boca descendió hasta la suave y sensible piel del cuello, atacando la vulnerable carne, recorriendo cada centímetro, hasta dejar una marca rojiza sobre la clavícula.
Jarlaxle se aferró a la espalda de Zaknafein, gimiendo y frotando sus hombrias.
- Sssh...- Susurró Zak aferrando sus caderas tratando de detenerle, aunque su propia cintura no podía evitar balancearse.- Extra-silenciosos¿recuerdas? No creo que deba dedicar el día de mañana a La Charla de padre a hijo.
- Sería un día tan bueno como cualquier otro.- Replicó Jarlaxle hundiendo los dedos en la melena de Zaknafein.
El maestro de armas aferró sus nalgas y le levantó hasta que Jarlaxle le rodeó la cintura con las piernas. Así fueron hasta la pequeña habitación de Zaknafein en la sala de entrenamientos.
Jarlaxle cayó sobre la cama de forma poco digna, pero no le dio importancia cuando Zak se tumbó sobre él, ya jadeante de deseo. Así era como le gustaba ver a Zaknafein, tan lleno de vida, desatado...
Jarlaxle sentía la dureza de Zaknafein presionando la suya, con solo la tela de los pantalones separándoles. Sin dejar de besar a su amante, movió las caderas, frotando su erección de arriba abajo contra el prominente bulto de los pantalones de Zak. Ambos drows gimieron ahogadamente ante el placer generado por la fricción.
- Zak...- Jarlaxle aferró sus hombros con desesperación.- Vamos...
Su amante no le hizo esperar mucho más, con pura fuerza de voluntad, se incorporó de rodillas entre sus piernas y empezó a desabrocharle los ceñidos pantalones. Jarlaxle he ayudó quitándose el chaleco..
Pronto ambos estuvieron completamente desnudos y sus ropas volaron al suelo sin mucha mas consideración.
Jarlaxle se relajó en la cama, sometiéndose al intenso escritinio de Zak, cuyos ojos se iluminaron de deseo recorriéndole de arriba abajo en su exposición. El guerrero era el drow mas apasionado, en todos los sentidos, que Jarlaxle hubiese conocido. Era diferente a todos los demás.
Zaknafein le cubrió con su cuerpo, duro y cálido. Y Jarlaxle se dejó de filosofías. Tenía entre sus brazos al varón mas atractivo y deseable que hubiese conocido y no era cuestión de estar pensándolo.
FIN DEL FLASHBACK
Drizzt le había visto con Zaknafein.
Jarlaxle se sintió no poco incómodo, otra persona no le habría importado. Pero su relación con Zaknafein había sido especial... no se atrevía a llamarlo amor, pero se le había parecido mucho.
- Ah... creíamos que dormías... vaya.
- Al día siguiente volví loco a Zak con mis preguntas.
Jarlaxle rió de buena gana, no le costaba imaginasr a un jovencito Drizzt de inmensos ojos lilas corriendo alrededor de Zaknafein y bombardeándole con preguntas incesantes.
"¿Y por qué juntabais los labios¿Y por qué os reíais¿Y por qué le tocabas ahí¿Y por qué él te tocaba aquí¿Y por qué se os había levantado¿Y por qué os abrazabais¿Y por qué él estaba de espaldas y tu encima¿Y por qué...?
- Cielos¿te dio La Charla?
- Practicamente le obligué a dármela, era un niño muy insistente.
- No lo dudo.- Murmuró Jarlaxle mientras las manos de Drizzt se deslizaban bajo su chaleco en melosos movimientos.
- Enseñame.
- ¿Eh?
Drizzt se frotó sugestivamente sobre él.
- Lo que hacíais tú y mi padre. Enseñame.
Jarlaxle se quedó sin palabras por primera vez en mucho tiempo.
No podía negar su excitación, desde luego, Drizzt era un elfo oscuro realmente atractivo, incluso más que su padre. Y su actitud actual era muchísimo mas que amistosa.
¿A quien quería engañar? Jarlaxle cogió una de las manos de Drizzt y con lentitud chupó seductoramente el dedo índice.
- ¿Eres un buen estudiante, Drizzt?
Entreri terminó su cena en solitario y miró a su alredor. No había visto a los drows en todo el día. Ni siquiera a la hora de comer. Cierto que esa había sido su intención, pero no había esperado tener tanto éxito.
Regresó al camarote, bastante cansado después de los solitarios ejercicios de esgrima.
Y se encontró con el resultado digno de una bacanal.
Jarlaxle y Drizzt completamente desnudos, los fuertes cuerpos cubiertos de sudor, brillante carne suculenta que hablaba de desenfrenados ejercicios eróticos. Olía a sexo y sudor. Los drows estaban tendidos sobre un improvisado colchón hecho con las tres hamacas y sus capas, desmadejados en un satisfecho agotamiento.
Jarlaxle gruñó algo y alzó la vista con aire somnoliento.
- Mmmh... hola Artemis.
Por las cuencas sangrantes de Tyr... ¡Jarlaxle se había acostado con Drizzt¡Habían estado todo el día allí!
Drizzt murmuró algo pero no despertó, estaba boca abajo, con una pierna y un brazo sobre Jarlaxle, su rostro estaba medio cubierto por la revuelta melena y a todas luces dormía placidamente.
Entreri sintió una amarga sensación de bilis en la garganta.
Cerró la puerta, buscaría otro sitio donde dormir.
Jarlaxle dio un respingo ante el portazo. Se recostó y cerró los ojos, exhausto, quien tuviera otra vez menos de cien años.
Drizzt le pasó la mano por el pecho y le acarició un pezón.
- ¿Vamos a por otra lección?
- Por los huevos de Ellalaaraña... Drizzt, te doy un sobresaliente, dejame dormir.
El joven drow deslizó los dedos hacía regiones mas al sur.
- Entoces tengo que celebrar la graduación.
Jarlaxle salió a respirar un poco de aire. Amanecía y estaban amarrando en el puerto. Apenas había dado un paseo por la cubierta cuando se encontró con un malhumorado Entreri, que tenía cara de no haber dormido bien.
- ¿Y Drizzt?
- Aun duerme.
Entreri asintió y entonces dirigió a Jarlaxle una mirada tan agresiva que por primera vez el mercenario se estremeció ante ella.
- ¿Te has vuelto loco?
- Vaya, esto ya lo he vivido.- Suspiró Jarlaxle exasperado.
- ¡No te burles!.- Bramó Entreri.
Por un instante Jarlaxle estuvo seguro de que Entreri iba a golpearle. Nunca había visto al humano en un estado de tensión tan evidente, tan al límite.
- Cálmate, amigo mio¿qué es lo que pasa?
- Drizzt y tú, eso pasa¿en qué estabas pensando?
- Artemis, creo que es obvio en que estaba pensando¿puedo saber que es lo que te ofende tanto?
Realmente estaba confuso. Entreri ya sabía que los drows eran asiduos a la bisexualidad, algo habitual en una sociedad matriarcal y fanática donde una hembra podía matarte en pleno acto solo por sadismo.
Entreri se había mostrado incómodo ante aquella realidad, pero no ofendido por ello. Por lo que Jarlaxle no comprendía esta súbita agresividad.
- Drizzt no está en su sano juicio¡has abusado de su estado!
Jarlaxle se quedó a cuadros ante la acusación y la notable ira de Entreri.
- Te aseguro, Artemis, que no fui corriendo a seducirle.
- Me da igual quien lo inició, haberte negado¡maldita sea!
Entreri propinó una patada a una manzana y la lanzó al mar de un puntapie.
- Buen tiro.- Felicitó Jarlaxle.
Pero el humano no mejoraría su humor con un simple halago a su juego de pies.
- No te das cuenta¿verdad?.- Entreri se caló el sombrero con gesto enojado.- Por lo que a mi respecta le has violado, Jarlaxle, y no hay nada que me produzca mas repugnancia.
Dicho esto, Entreri se dirigió a la pasarela recién puesta y abandondó el barco sin mirar atrás. Jarlaxle sintió un nudo en la garganta, un peso en el estómago.
Aquello sonaba de forma horrible a una despedida.
Entreri caminaba sin rumbo por las calles de la ciudad. Estaba enfadado, decepcionado.
No sabía que le dolía mas, que Jarlaxle se hubiese aprovechado de Drizzt en su estado magicamente inducido o que el muy idiota no comprendiese que es lo que había hecho mal.
Era una violación. Así de claro, y eso le provocaba nauseas. Auque a muchos le resultara extraño en un asesino, Entreri no se sentía moralmente capaz de seguir en compañía de Jarlaxle.
Entró en una taberna del puerto a decidir su rumbo. No volvería a Heliogabalus, no dudaba que Jarlaxle iría allí a entregar los colgantes y averiguar cual era el de Elyue. Además no le agradaba vivir en una ciudad con dos dragones en escena que podían querer volver a contactar.
Estaba en la ciudad costera de Ilmguarda, no muy lejos del Mar de la Luna. Antes había conocido a los Zhentarim, era un grupo poderoso que a menudo gustaba de contratar los servicios de agentes independientes. Claro que desde que les dirigía el Elegido de Bane sus metodos empezaban a ser engorrosos.
Pidió su comida y se refugió en las sombras de la taberna. Se sentía horriblemente decepcionado. Algo que le estaba hiriendo mas de lo acostumbrado.
Artemis Entreri se había acostumbrado a que las personas le fallaran, no podía confiar en ellas. Pero Jarlaxle le había fallado en lo mas hondo, y eso le repugnaba.
Pagó y se marchó, abandonaría la ciudad, contactaría con el Zhentarim, se mantendría ocupado, o se limitaría a viajar. Ya decidiría.
Pasó la tarde por la ciudad, informándose de la zona, se había comprado una capa adecuada al duro clima y ahora examinaba los caballos de una gran cuadra local, necesitaría un ejemplar recio para el viaje.
- Ese es perfecto para ti.
Entreri tensó los hombros y miró a Drizzt por encima del hombro. El drow sonrió abiertamente y el humano volvió la vista decidido a ignorarle. Entreri palmeó el el cuello del excelente corcel negro, elegante, un ejemplar calishita.
- No es adecuado para el frio.- Replicó Entreri.
Drizzt se situó incómodamente cerca. Entreri puso el límite cuando sintió su aliento en la nuca.
Se volvió violentamente dirigiendo su furia y frustración contra el drow.
- ¿Qué quieres?
Drizzt cambió la sonrisa por una expresión depredadora, mirando al humano con intensidad.
- Quiero que me resarzas, Artemis, tienes ciertas cuentas que saldar conmigo.
¿Resarcir? Entreri apretó los puños¿cuentas que saldar? Drow estúpido...
- Espero que Jarlaxle decida arreglarte la cabeza porque vas a conseguir que alguien te mate.
Drizzt gruñó ferozmente y con los reflejos de una cobra agarró la pechera de la camisa de Entreri, que rápidamente desenvainó su daga enjoyada y la puso sobre el cuello de Drizzt.
- Suéltame o te mato, Do'urden.
- Adelante¿no es eso lo que estas deseando, asesino?.- Masculló Drizzt con la respiración acelerada¿era excitación lo que había en sus ojos?
- Suéltame.- Repitió Entreri, su daga cortó levemente la fina piel y el asesino sintió la calided de la fuerza vital de Drizzt pasar a él. Intensa, fresca, como un torrente invernal.
Tras unos tensos instantes, Drizzt le soltó y se echó hacia atrás llevandose una mano a la pequeña herida. Permanecieron en silencio hasta que finalmente, no sin poca aprensión, Entreri envainó su daga.
- ¿A dónde vas? Jarlaxle fue a reunirse con Kimmuriel y tú no estabas por ninguna parte.- Drizzt se cruzó de brazos de forma petulante.
- Me voy, eso es todo.
- Creí que Jarlaxle y tú erais socios.
- Ya no.- Se limitó a contestar. No pensaba discutir con Drizzt lo que pensaba del hecho de que se hubiesen acostado juntos.
- No te vayas. Te quiero conmigo.
No era una petición, ni una súplica ni una confesión. Drizzt le estaba ordenando. Entreri le miró con una mezcla de incredulidad y enfado.
- ¿Disculpa? Me voy, y desde luego tú no vas a detenerme.
- ¿Huyes de mi¿Qué te hace pensar que podrás?.- Replicó Drizzt con una sonrisa pretenciosa.
Jarlaxle esperó repantingado en el sofá a que Kimmuriel regresara con el colgante, había puesto a los magos de Bregan D'aerthe a examinarlo con la máxima urgencia.
Finalmente su lugarteniente salió con el objeto y se lo devolvió.
- Tengo buenas y malas noticias.
Nota de la autora: Suspense suspense... me encanta crear suspense. Drizzt está bastante Out of Character, pero bueno, es por motivos que tienen explicación así que tampoco le voy a dar mas vueltas.
