Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore

No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.

AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.

Capítulo 10. Tacticas

Entreri estaba sorprendido.

Drizzt parecía estar tomándose muy en serio lo de recuperar el equilibrio. A menudo el drow se apartaba de ellos para realizar ejercicios en solitario, practicando meditación. Y el resto del tiempo se mostraba bastante correcto en su trato. Aunque desde luego saltaba a la vista que aun le quedaba mucho camino para recuperarse. El maldito vigilante seguía encontrando excusas para estar a su alrededor. Seguía durmiendo invadiendo su espacio personal y hacía lo mismo al cabalgar juntos.

Pero lo cierto era que el viaje hasta Heliogabalus se estaba haciendo mucho mas agradable y llevadero que la primera parte del viaje. Jarlaxle estaba siendo incluso mas sensato que antes y mucho mejor compañero de conversación.

Toda una mejora. Quizá aquella incómoda situación acabaría por arreglarse.

Aunque... no podía negar que cuando Drizzt se recuperase... echaría en falta... Entreri se forzó a abandonar ese pensamiento. Sujetó las riendas de su caballo y fijó la vista en el horizonte.

Forzandose a no reconocer los placenteros hormigueos que le provocaban las cálidas manos de Drizzt en su cadera mientras cabalgaban. Ahora Entreri y Jarlaxle se turnaban mañana y tarde para no cansar demasiado a los caballos. Y Entreri no podía evitar sentirse extraño cuando no tenía al vigilante con él.


Un día y estarían en Heliogabalus. Jarlaxle dio otra vuelta a la cazuela con la cena. Esta noche tomarían conejo a la Jarlaxle, usease, muy hecho y con muchas setas. Era dificil quitarle a una criatura de la infraoscuridad el gusto por las setas, que era casi la única variedad vegetal de las cavernas.

Entreri las detestaba, pero claro, Entreri también tenía sus manías, como lo de poner tantas especias. A veces ponía tanta pimienta, cebolla o ajos que era dificil encontrar la carne de debajo. Y además el olor que dejaba en el aliento era... potente, por no decir nada peor.

Las cosas iban bien, Drizzt estaba haciendo un importante esfuerzo por controlarse y eso era importante. Ahora quedaba otro detalle.

Del mismo modo que Drizzt tenía que controlarse, Entreri tenía que liberarse. Y eso no podía esperar. De hecho iba a intentar un gran paso esa misma noche.

En cuanto Drizzt fue a hacer sus ejercicios y Entreri se alejó un momento para aliviarse, Jarlaxle derramó la mitad de la cacerola caliente sobre su propio saco de dormir.

- Por los cerebros de un illitha¡que torpe soy!.- Exclamó con una sonrisa.


Artemis Entreri estaba tenso como una cuerda de violín.

Nunca jamas había dormido con nadie. En las contadas ocasiones en que habían tenido que compartir una habitación, y no quedaban camas, Entreri había dormido en el suelo y había dejado a Jarlaxle la cama.

Esta vez no existía esa posibilidad, las noches eran frías y no hubiese sido una buena idea dormir cubierto solo por la capa. Jarlaxle había manchado su saco de dormir y tendrían que compartirlo. Dado que Drizzt había insitido en que lo último que iba a hacer si compartía lecho con Jarlaxle era dormir y estaba tratando de meditar. Artemis no había discutido, lo último que quería era otro dueto amoroso de aquellos dos en sus mismísimas narices.

De modo que a causa de aquello tenía a Jarlaxle pegado a su espalda.

Artemis permaneció tenso y alerta, le costó unos minutos bajar levemente la guardia y relajar un poco la espalda, dejando que el cuerpo de Jarlaxle se amoldara al suyo. Lo cierto era que el calor de otro cuerpo resultaba muy agradable en la fria noche.

No obstante Artemis volvió a tensar todos los músculos cuando el mercenario pasó un brazo sobre él y les juntó aun más, amoldando hasta el último rincón de sus cuerpos, espalda contra torso. La noche empezaba a ser mas cálida.

Artemis empezaba a sentir la falta de espacio con bastante aprensión.

- ¿Estas bien?.- Susurró Jarlaxle con voz un poco adormilada.- Pareces algo tenso.

El humano que no había movido un músculo desde que había anochecido, dedicó unos instantes en hacer que su mandíbula se relajase lo suficiente para hablar.

- Como siempre.- Mintió.

- Aha...- Jarlaxle se apartó un poco y su mano masajeó superficialmente el hombro de Entreri, notando con claridad la dureza del músculo.- Si no estás cómodo, puedo ir con Drizzt...

- Estoy cómodo. No se que estas parloteando.- Insistió Entreri.

- Y yo me lo creo.- Jarlaxle chasqueó la lengua.

Las manos de Jarlaxle fueron a los hombros de Artemis y empezaron a masajear los músculos de la tensa espalda. Tras unos minutos incómodos, Entreri empezó a sentir que se relajaba bajo los expertos dedos, que se trabajan y masajeaban sus músculos, deshaciendo nudos de tensión. Relajándose como pocas veces se lo permitía, Entreri se removió acomodándose y accidentalmente notó la entrepierna de Jarlaxle contra su trasero.

En un segundo las relajantes sensaciones empezaron a tomar connotaciones eróticas que enviaban vibraciones a su propia entrepierna. Artemis volvió a tensarse y oyó un suspiro de exasperación de Jarlaxle, que probablemente estaba comprobando que los nudos de tensión reaparecían.

Entreri se estremeció cuando una de las manos descendió acariciando su espalda hasta apoyarse en su cintura, masajeando con lentitud la zona de la cadera por encima de los pantalones. Toda la atención de Artemis estaba en esa mano, apoyada en el hueco de la cintura y masajeando con firmeza. En ese momento el músculo mas duro del cuerpo de Entreri no estaba en su espalda.

Artemis recordó que necesitaba respirar y exhaló aire con un jadeo. Jarlaxle eligió ese revelador instante para apretarse más contra él, hasta que el notable bulto de su entrepierna estuvo firmemente apretado contra Artemis.

Tenía que hacer algo. La mano de Jarlaxle seguía acariciándole, pues ya no era solo un masaje, haciendo círculos melosos por toda su cintura y colándose por debajo de la camisa. El calor de la mano, su suavidad contra su piel desnuda, los estremecimientos que le provocaban... Entreri apretó las piernas en un gesto inutil, su miembro estaba claramente despierto y deseando que la mano de Jarlaxle se desviase hasta él.

Tenía que hacer algo... pero Jarlaxle no parecía dispuesto a actuar, pasaba el tiempo y la mano del drow seguía en su sitio, y el miembro de Entreri seguía sin acción.

No podía mas. Al cuerno con el autocontrol. No podía apartar de su cabeza la imagen de Jarlaxle después de haber sido sorprendido por el jefe mercenario siendo masturbado por Drizzt. Cuando el drow le había preguntado si hubiese reaccionado igual de haber sido él quien le hubiese acariciado...

Ayer mismo Drizzt y él habían estado besándose y después el vigilante le había hecho una felación memorable... y ahora estaba en el mismo saco de dormir que Jarlaxle, los dos erectos y Jarlaxle acariciándole de forma aparentemente inocente pero claramente erótica en su cercanía...

Entreri tuvo una súbita imagen mental de Jarlaxle y Drizzt acaricíandole y besándole a la vez y su pene casi dio un salto.

Al cuerno con todo. Enteri agarró la mano de Jarlaxle y la puso sobre su entrepierna, ahogando un gemido cuando el drow cerró la mano aferrando el tenso bulto.

- Ya has tardado en dar tu permiso.- Susurró Jarlaxle con una sonrisa para después lamer melosamente el lóbulo de la oreja.

Entreri no dijo palabra, demasiado inmerso en el placer de la boca de Jarlaxle y la mano que liberaba su pene de la prisión de tela, al fín. Cuando Jarlaxle empezó a masturbarle Artemis empujó las caderas ritmicamente, mordiéndose el labio, tratando de ser lo mas discreto posible. ¡Drizzt estaba durmiendo a solo a unos pasos de ellos!

Jarlaxle gimió en su oido, y era uno de los sonidos mas eróticos que Entreri había oido nunca... cielos... Artemis tiró de sus pantalones, bajándoselos para permitir mayor acceso a Jarlaxle, que captó la idea y pasó el otro brazo bajo su cuerpo, agarrando su miembro con ella al tiempo que la otra le agarraba los testículos.

Cuando la mano de Jarlaxle abandonó su miembro Entreri gruñó su contrariedad pero esto duró poco y el humano pudo volver a sentir aquella magnífica masturbación. Y supo porqué había parado, ahora sentía la erección desnuda de Jarlaxle contra sus nalgas.

Sintió un ataque de pánico, sabía en que consistía aquella penetración y la idea no le agradaba en absoluto. Tuvo el impulso de apartarse inmediatamente pero en ese momento notó como el pene suave de Jarlaxle se acomodaba en la curva de sus nalgas sin violentar en modo alguno su ano, sino frotándose en la hendidura y los muslos.

Entreri ahogó un gemido contra la manta y apretó los muslos en torno a la erección de Jarlaxle, que gimió sonoramente y empezó a embestir a ritmo de su mano.

A los pocos minutos Entreri se corrió con enorme alivio y sintió la humedad de Jarlaxle entre sus muslos... ambos se quedaron así, jadeando un buen rato antes de que finalmente Entreri se apartó y se limpió los muslos con un paño de mala manera, ya se bañaría mañana, en ese momento solo quería dormir.

El drow mercenario le abrazó por la espalda, esta vez Entreri no se tensó y se relajó en el abrazo mientras se sumía en el sueño.

Jarlaxle aspiró el aroma del cabello de Entreri y sonrió, a decir verdad no había estado seguro de su éxito, pero había acertado.

- Caradura egoista.- Oyó susurrar a Drizzt.

Jarlaxle sonrió y se durmió.


Por la mañana Entreri estaba tratando por todos los medios de no parecer nervioso.

Pero estaba nervioso, y mucho. Había... había estado con Jarlaxle, había tenido relaciones sexuales con su socio, con su compañero, con el maldito mercenario... por la noche había parecido una buena idea, pero ahora que tenía la sangre en la cabeza lo percibía como un horror. Iban a seguir viajando juntos... trabajaban juntos... la idea de convertirse en... en amantes, le parecía realmente extraña y desconcertante.

Además Jarlaxle y Drizzt se habían acostado juntos, y además Drizzt y él practicamente habían... y después Jarlaxle...

Y el control y orden que tanto codiciaba en su vida y pensamientos se estaba disolviendo ante sus ojos. Cálmate, Artemis, cálmate.

Montó a caballo y, como tantas veces en los primeros días de viaje, se alejó de sus compañeros para poder pensar con un poco de coordinación.

Drizzt miraba a Jarlaxle con enfurruñamiento. Y el drow sonreía de forma radiante.

- Eres un desgraciado con suerte.- Gruñó Drizzt.

- No, soy un atractivo espécimen con un sobervio control de su líbido.

- ¿Control de líbido?.- Drizzt soltó una carcajada.- Disculpa, vendele ese cuento a alguien que no te haya tenido caliente toda la noche.

Jarlaxle, ya acostumbrado a la nueva alegria de Drizzt, se limitó a mirarle con una sonrisa sobervia.

- Creo que haber conseguido que gritaras a pleno pulmón y suplicaras que te embistiese mas fuerte es una gran prueba de mi control sobre mi líbido.

Drizzt se puso rojo como la grana. Jarlaxle sintió una gran satisfacción por ello, por su victoria verbal y sobre todo porque el atisbo de vergüenza indicaba que Drizzt recuperaba su equilibrio de Yang y Yin.

Perfecto, porque iba a necesitar controlar su... lado salvaje si quería formar parte de la nueva asociacion de Jarlaxle y Entreri.

Nota de la autora: Slash, slash, slash... creo que este es el fanfic con mas slash explicito que he escrito, o al menos me lo parece, quizás porque lo he dejado con un argumento bastante simplón, casi una excusa para juntarlos. Debo tener una etapa slash o algo así, temporada de alta temperatura para compensar que donde vivo hace un frio que pela. Se acerca el final del fanfic, a ver como ando de tiempo.