Este ff esta hecho por Elísabeth, y aunque Ana no lo escriba "lo ve"
Los personajes principales son los de Rowling, los demas son mios!
Capítulo 3: El paso del tiempo (1ª parte)
Avancemos en el tiempo hasta marzo de 1981.
Sirius se encontraba en un gran despacho lleno de libros en todas las estanterías, al fondo un retrato del dueño de la casa, Linus Lavine. (n/a: se pronuncia "Lainus") Frente al retrato un gran escritorio de estilo señorial, Sirius se acercó y se sentó en una de las sillas, esperando a que Linus llegara para recibirlo.
Siento haberlo hecho esperar señor Black -
Sirius se giró para ver al hombre que acababa de abrir la puerta. Era un hombre mayor, de unos sesenta años, aunque no los aparentaba, al verle a los ojos Sirius pudo ver cansancio en su mirada, como si hubiera vivido y hubiera pasado por muchas situaciones, pero también pudo ver que estaba feliz, una cálida sonrisa se mostraba en su rostro.
No se preocupe - dijo Sirius levantándose y estrechándole la mano.
Bien... ¿y a qué se debe su visita? -
He de tratar un tema importante con usted, le pido total discreción y sinceridad respecto a lo que voy a contarle -
De acuerdo, usted dirá -
Se que es usted el padrino de Elísabeth y... -
Mi tierna Elísabeth - dijo Linus con melancolía - ¿le ha pasado algo? - preguntó preocupado.
Pues vera... ella ha desaparecido -
¿Qué ha desaparecido¿cómo¿cuándo? -
Ella era mi novia y estaba embarazada, ocurrió un desafortunado incidente en el cual ella perdió el bebe, y después de aquello desaprecio -
¿Cuándo ocurrió todo esto? - preguntó más preocupado.
A finales del verano, desde entonces no sé nada de ella, y esto muy preocupado... por eso he venido a verle, se que ella estaba muy unida a usted y a su familia, por eso pensé... que a lo mejor había venido por aquí - dijo Sirius abatido.
Me temo que no tengo buenas noticias, pues Elísabeth no ha aparecido por aquí - dijo Linus seriamente.
¿No sabe nada de ella? -
Nada en absoluto... -
Papa ¿dónde están los papeles...?... o lo siento estas ocupado -
Un hombre de la edad de Sirius había entrado en el despacho interrumpiendo la conversación.
No Patrick no molestas, este es el señor Black - dijo Linus poniéndose de pie y presentando la visita a su hijo.
Patrick se acercó a estrecharle la mano a Sirius. Era un hombre muy atractivo, de pelo castaño claro y ojos marrones oscuros, casi tan alto como Sirius.
Encantado de conocerle señor Black, lamento haberles interrumpido, si me disculpa tengo que llevar estas bolsas a mi esposa -
¿Pañales¿es usted padre? - preguntó Sirius al ver que las bolsas que llevaba eran de pañales.
Si, recientemente nacieron mis hijos -
Si no es mucha molestia... ¿podría verlos? - preguntó Sirius.
Padre e hijo se miraron por unos segundos.
Claro, por que no - contestó Patrick.
Ambos jóvenes se dirigieron a la habitación donde se encontraban los bebes, subieron unas escaleras y anduvieron por un pasillo hasta llegar a una gran puerta, que Patrick llamó a la puerta, abrió y asomó la cabeza.
¿Cariño¿estas aquí? vengo con el señor Black para que vea a los bebes - dijo Patrick entrando en la habitación.
Sirius no escuchó nada por lo que supuso que la mujer no estaba en la habitación.
Pasa - dijo Patrick abriendo la puerta.
Era una gran habitación, como todo el palacio, propia del hijo de uno de los hombre más ricos y poderosos de Viena, con muebles de época que reflejaban la aristocracia de la familia. Al entrar había un pequeño salón, al fondo a la derecha estaba la cama de matrimonio, a los pies de la cama dos pequeñas cunas, a la izquierda se encontraba el vestidor y el baño.
Ambos hombre se acercaron a las cunas, Patrick dejo las bolsas en el sofá, y se aproximó a sus hijos.
Son preciosos - dijo Sirius mirando a los niños.
Si - dijo tiernamente el padre.
¿Niño y niña¿la parejita? -
Si... fue toda una sorpresa saber que eran gemelos... sólo esperábamos un bebe -
¿Puedo cogerlo? - preguntó Sirius mirando a el niño.
El pequeño niño tenía los ojos abiertos y esbozaba una sonrisa al oír la voz de su padre.
No veo por que no - dijo Patrick con una sonrisa maliciosa que Sirius no llegó a ver.
Sirius se acercó al niño, el cual miraba a todos lados curioso y lo cogió en brazos.
Es precioso y muy grande - dijo Sirius admirando al bebe.
El pequeño lo miraba fijamente mientras Sirius le sonreía.
Si, Mark es mi pequeño campeón -
¿Se llama Mark? -
Si -
¿Y la niña? -
Elísabeth -
Sirius palideció al oír el nombre, miró fijamente a la pequeña que empezaba a despertar del sueño gruñendo.
Elísabeth - dijo Sirius absorto.
La madre de Samantha, mi esposa, se llamaba así - dijo Patrick rápidamente.
Patrick se acercó a coger a la niña que empezaba a sollozar.
¿Puedo cogerla yo? - preguntó Sirius rápidamente.
Es más delicada que su hermano, no permite que le coja cualquiera, pero si quieres probar... -
Sirius le paso al niño y se acercó para coger a Elísabeth en brazos. La pequeña sollozaba removiéndose en su cunita, al sentir los brazos de Sirius dejó de emitir sonido y abrió sus ojos para mirar atentamente al hombre que la sostenía. Mark desde los brazos de su padre también miraba atentamente a su hermana y a Sirius, Patrick se mantenía serio mirando a ambos niños.
No te quitan ojo - dijo Patrick mirando sonriente a sus hijos.
Será una chica preciosa cuando crezca - dijo Sirius mirando absorto a la pequeña niña.
Tan hermosa como su madre - dijo una voz desde el pequeño salón.
Sirius alzó la vista para ver a una hermosa señora, que aunque ya estaba entrada en años, conservaba la belleza de la juventud.
Madre nos has asustado - dijo Patrick - te presento al señor Sirius Black -
Señor Black mucho gusto en conocerlo - dijo la mujer acercándose para estrecharle la mano - mi esposo ya me ha comentado el motivo de su visita... ¿me permite? - dijo cogiendo a la pequeña que Sirius tenía en su regazo - los bebes necesitan descansar y se acerca la hora de su comida -
Cierto... señor Black me acompaña fuera si es tan amable -
Si -
Sirius dedicó una última mirada a los gemelos que ahora reposaban en sus cunas.
Lamento que no hayamos servido de mucho en su búsqueda, señor Black -dijo Linus cuando los tres hombre se encontraron al pie de la gran escalera central.
Yo también lo lamento... aun así me gustaría contar con su ayuda en el supuesto que Elísabeth se acercara a usted -
Por supuesto... si se algo de ella se lo haré saber -
Sirius salio de aquel palacio, se montó en su moto y se dirigió a el Valle de Godric.
Retrocedamos en el tiempo más o menos una hora y media.
Linus Lavine se encontraba en el cuarto de su nuera jugando con el pequeño bebe que sostenía entre sus brazos.
Linus, como sigas poniéndole esas caras te va a coger miedo - dijo la madre de los bebes.
No digas tonterías, Elísabeth... mis nietos no me temerán -
¿Ya les dices tus nietos? - preguntó Eli sonriente.
¿No lo son acaso? aunque sea en el papel... - dijo el hombre tristemente.
Y es ahí donde importa - dijo ella seriamente.
Señor, en el despacho le espera una visita, el señor Sirius Black, señor - dijo uno de los mayordomos.
¿Sirius Black? - preguntó el hombre extrañado.
Si señor -
Elísabeth palideció al oír el nombre de la visita.
Dígale que espere, que enseguida bajo -
Como mande el señor - dijo el mayordomo saliendo por la puerta.
¿Es él? -
Si - dijo Eli en un susurro.
No te preocupes de nada pequeña, no sabrá que estas aquí -
Vale - susurró otra vez la chica.
Linus salió de la habitación para dirigirse a su despacho, meditando muy bien cual sería su reacción al ver al hombre, no podía darle pista alguna de que le estaba mintiendo.
En la habitación dejó Elísabeth llorando y nerviosa, hacía unos siete meses que había huido del lado de Sirius, el primer lugar a donde se dirigió después de realizar el hechizo fue a casa de Snape para informarle de cómo había salido todo, después se dirigió hacia la casa del que fuera un gran amigo de su padre y además su padrino, Linus Lavine.
Linus era un hombre ya entrado en edad, muy rico, influyente y poderoso, un gran auror en sus tiempos jóvenes, que se había enfrentado a muchas criaturas para salvar la vida y a los que quería. Contrajo matrimonio y tuvo un hijo, uno solo, un varón llamado Patrick Lavine. Patrick y Elísabeth tenían más o menos la misma edad, pero el chico era mayor. Ambos siempre se llevaron muy bien y eran grandes amigos, aunque hacia mucho tiempo que no se veían, puesto que fueron a colegios diferentes, siempre habían procurado mantener la amistad.
La última vez que Elísabeth y Patrick se vieron fue en la boda de el chico con Samantha Valentine, una chica hermosa y educada que Patrick conoció en el colegio, y con la cual se caso nada más cumplir la mayoría de edad. La desgracia fue que tan sólo un par de años después de casarse Samantha moría de una enfermedad, sumiendo al pobre chico en la depresión.
Aunque deprimido, Patrick siguió llevando los negocios familiares y haciendo su trabajo como su padre le había enseñado, también era auror, pero a causa de la baja emocional se retiro durante tiempo indefinido. Pero toda esta desgracia acabo cuando Elísabeth se presentó en el gran palacio que la familia Lavine poseía en Viena. La chica apareció una noche de tormenta, calada hasta los huesos y embarazada. Linus le abrió las puertas de su casa y la ayudo en cuanto pudo, para Patrick tener a una persona de su edad y más a una amiga como Elísabeth le ayudo a salir de esa depresión en la que se veía hundido.
Al poco tiempo de estar allí y antes de que nacieran los bebes, Patrick pidió a Elísabeth que se casara con él, el motivo, darle una estabilidad y un futuro a ella y a su hijo, el cual necesitaba un padre, y él se ofrecía voluntario para ello. Con la llegada de ella Patrick había recuperado la felicidad y las ganas de vivir por lo que ilusionado le hizo esa oferta, ser un marido para ella y un padre para su hijo¿quien mejor que él que la conocía y que no iba a engañarla?. Al principio Elísabeth rechazó la oferta, pero después de recapacitar y meditar mucho la propuesta se dio cuenta de que no iba a encontrar mejor familia ni mejores personas para que quisieran a su hijo, además de que le procuraría un bienestar familiar y económico. Así pues aceptó y en unos días fueron marido y mujer, un mes después nacieron los gemelos, sorpresa para todos puesto que se esperaban a un solo bebe.
Y allí estaba Elísabeth, sentada en la cama, recordando lo que había sido su vida desde que decidió dejar a Sirius, empezó a llorar al recordar el día que nacieron sus hijos, al recordar la ilusión que el habría hecho a Sirius estar allí en el paritorio y saber que tiene dos hijos, pero también recordó a que era Patrick el que estaba con ella, en su cara de felicidad al sostener a los gemelos, en que se había comportado como un verdadero padre con los niños, y aunque fueran marido y mujer y compartieran lecho, se habían respetado mutuamente puesto que no estaban enamorados el uno del otro.
En definitiva Elísabeth se encontraba hecha un mar de lagrimas al saber que Sirius Black, el amor de su vida, padre verdadero de sus hijos y asqueroso hijo de mala madre que le engaño con otra, estaba en el despacho de su padrino y suegro.
De pronto unos golpes la sacaron de sus pensamientos, era Patrick asomando la cabeza por la puerta.
¿Cariño¿estas aquí? vengo con el señor Black para que vea a los bebes - dijo Patrick entrando en la habitación.
¿Qué? - gesticuló Elísabeth al saber lo que le decía su marido mientras palidecía y sus ojos se salían de las orbitas.
Corriendo fue a encerrarse en el baño de la habitación pues no debía permitir que Sirius la viera ahí.
Pasa - dijo Patrick abriendo la puerta cuando vio que Elísabeth estaba bien escondida.
Eli lo vio todo desde la puerta entreabierta del baño. Vio como Sirius cogía primero a Mark y después a Elísabeth, vio como palidecía al oír el nombre de la pequeña, y vio la rápida respuesta de Patrick.
Su corazón se quebraba al ver la imagen, no podía hacer otra cosa que llorar en silencio, llorar por que Sirius tenía en brazos a sus hijos y no lo sabía, por que la buscaba y ella estaba justo detrás de la puerta del baño, no podía hacer otra cosa que llorar.
Al cabo de un rato llegó Farah, esposa de Linus, madre de Patrick y abuela de los niños, para rescatar a los bebes de esa situación. Tanto Linus, Farah y Patrick estaban enterados de todo lo sucedido en cuanto a la relación de Sirius y Elísabeth.
Y así Sirius y Patrick salieron de la habitación. En cuanto la puerta se cerró Elísabeth salió corriendo del baño hacia los bebes, pero se quedó a medio camino, mirando la puerta, dio un par de pasos hacia ella como queriendo ir tras Sirius, pero algo la detuvo.
¡No seas tonta niña! si no cambio ni por ti ni por el hijo que creía tener antes no lo hará ahora, en este momento lo más importante son tus hijos - dijo Farah seriamente con la pequeña Elísabeth en brazos.
Tienes razón - susurró Eli.
Se acercó a Farah y cogió a su hija, le sonrió dulcemente, se acomodó en uno de los sillones y se dispuso a darle el pecho.
Siento que mis palabras hayan sido tan duras... pero compréndeme... eres como una hija para nosotros y queremos tu bien... y el de los niños... ahora mismo estas dolida... tal vez... con el tiempo puedas perdonarle pero sabes perfectamente que ahora no puedes... y acercarte a él ahora lo único que te daría sería dolor - dijo Farah dulcemente sentada frente a la madre y la hija.
No preocuparte tu debes... tus palabras aunque duras... ciertas son - dijo Eli solemnemente.
¿Has vuelto a ver "La guerra de las galaxias"? - preguntó la mujer frunciendo el ceño pero sonriendo.
Si... ayer por la noche... no me podía dormir y Pat y yo bajamos a ver la peli... ya sabes que me encanta Yoda - dijo la chica sonriendo.
No me opongo a los muggle... amigos míos de la alta sociedad son muggle... pero... por favor abstente de seguir los pasos, en cuanto a vocabulario, de un bicho verde que parece un moco con patas -
Al cabo de unos segundos las mujeres se encontraban riendo por la comparación de Yoda con un moco, la pequeña niña terminó de comer y se durmió tranquilamente en los brazos de su madre.
Sirius llegó al Valle de Godric varias horas más tarde, abatido por que la búsqueda de Elísabeth no daba ningún resultado.
¿Algún resultado? - preguntó James abriendo la puerta.
Ninguno... no saben nada de ella - contestó Sirius abatido dejándose caer en el sofá.
A lo mejor si saben pero no quieren decírtelo, fácilmente podían haberte engañado - dijo Kate.
No creo... no parecen de esos... además tienen preocupaciones más grandes que mentirme -
Tu tampoco parecías de los que mentías... y mira lo que has hecho - dijo Lily mirándolo duramente.
¿Y cuál era esa preocupación mayor? - preguntó Remus intentado desviar el tema.
El hijo del señor Lavine ha tenido gemelos... así que es una doble preocupación... -
Eso no quita que seas un cerdo mentiroso y cabrón - dijo Kate.
Desde que Elísabeth había desaparecido y las chicas se habían enterado del verdadero motivo, el engaño de Sirius, no paraban de decirle sus opiniones con respecto al tema, vamos que le decían de todo menos bonito.
¿Por qué no paráis un poco con ese tema? Sirius lo esta pasando mal - dijo Remus.
El hombre sonreía amorosamente al bebe que tenía en sus brazos, hacia apenas un mes que su segunda hija, Ann, había nacido, el matrimonio estaba feliz ante el acontecimiento, pero la que más contenta estaba era Christine, la hija de casi tres años de la pareja. Remus mientras veía como su hija se dormía en su regazo le dio un par de besos suaves para no despertarla, estaba feliz de poder tener una pequeña sana y tan preciosa.
Es que Sirius hizo mal y se merece lo que ha pasado - dijo Lily que sostenía a Harry para que el bebe echara el aire pues acababa de comer.
No creo que se merezca que Eli haya perdido el bebe, ni ella tampoco - dijo James fríamente.
No eso no... pero de todas formas si no lo hubiera perdido, lo más seguro es que te hubiera abandonado - dijo la pelirroja dejando a Harry en la manta que había en el suelo para que gateara.
En ese momento una pequeña niña salió de la cocina con un par de galletas en la mano.
Tío Siriiiii - dijo Christine.
Sirius abrió los brazos y cogió a la pequeña al vuelo.
Hola preciosa - dijo el hombre sonriente.
Te he echado de menos - dijo la niña dándole un sonoro beso.
Yo a ti también... dime ¿cómo te has portado en mi ausencia? - dijo Sirius seriamente sentándola en sus rodillas.
Muy bien - dijo la niña felizmente.
Christine - le llamó la atención Kate.
Bueno... he hecho algunas travesuras y mama se ha enfadado -
La pequeña se apoyó en el pecho de Sirius mientras hacia un puchero y ponía una carita de tristeza que ablandaba hasta a el corazón más frió.
No te preocupes mi pequeña seguro que a mama se le pasa ¿verdad Kate? - dijo Sirius rápidamente al ver a la niña tan triste.
Te tiene comiendo de la palma de su mano Sirius... los tres hacéis lo que ella quiere - dijo Kate frunciendo el ceño.
No te enfades Kate, todavía es pequeña... pero ella sabe que ahora tiene que dar buen ejemplo a su hermana menor y a Harry ¿verdad Chris? - dijo Remus mirando dulcemente a su hija mayor.
Si papi - dijo la niña recuperando la alegría - ¿puedo coger a la hermana? -
Todavía es y eres muy pequeña para que la cojas - dijo Remus.
La niña hizo una mueca de disgusto y se tumbó en el suelo a jugar con Harry.
Avancemos un poco en el tiempo, concretamente hasta la noche del 31de octubre de 1981.
Un llanto desconsolado rompió la tranquilidad de la noche. Una mujer se levanta de la cama para intentar calmar a su bebe.
Pat, despierta... la niña esta ardiendo en fiebre -
Patrick se levantó, se acercó a su esposa, puso su mano sobre el bebe y rápidamente se acercó a la otra cuna.
Mark también -
No perdieron tiempo y se llevaron a ambos niños al hospital.
Lejos, muy lejos de allí, tenía lugar una de los hechos que más repercusión tendría sobre el mundo mágico. Lord Voldemort estaba asesinado a los Potter, e intentando matar al pequeño Harry Potter, pero no pudo llevar a cabo su cometido por el sacrificio que Lily acababa de hacer.
Era noche de luna llena por lo que Remus no estaba durmiendo junto a su esposa como era costumbre, pero aun así Kate sabía que su esposo estaba intranquilo. Lo estaba oyendo, seguramente todo el barrio estaría oyendo sus aullidos y sus gruñidos de lobo. Algo estaba pasando para que el licántropo estuviera tan intranquilo.
Mami, papi hace mucho ruido - dijo Christine desde el umbral de la puerta.
Lo sé cielo, pero no sé que le pasa, esta nervioso por algo - dijo Kate haciéndole hueco a la niña para que durmiera con ella.
Desde que Christine tuvo capacidad de razonamiento, a muy temprana edad ya que era una niña muy lista, le explicaron la situación de su padre, que era un licántropo y que las noches de luna llena se transformaba en un lobo, también le explicaron que mientras eso sucedía ella no podía acercarse a su padre puesto que inconscientemente podría hacerle daño. La niña lo comprendió a la perfección y al contrario de lo que los adultos pensaban, en vez de asustarse cuando su padre estaba en ese estado, Christine lo aceptó felizmente. A la pequeña le gustaba ayudar a su madre por la mañana a curar las heridas que su padre se hacia en esas noches.
La pequeña Ann todavía era muy pequeña para explicarle la situación, no tenía ni un año de vida, aun así no se asustaba de los aullidos del lobo, cuando el bebe cogía el sueño pocas cosas le despertaban, pero alguna que otra vez había escuchado los aullidos y siempre con la expresión de concentración en su carita, como si estuviese atenta a lo que su padre en esa forma le decía.
Sirius que no parada de dar vueltas por su casa se fue a vigilar la guardia de Peter para comprobar que todavía seguía siendo de fiar. Pero su sorpresa fue cuando no lo encontró, nada, ni un rastro de su amigo, ni signos de lucha, nada. Se asustó y corrió hacia la casa de los Potter, aunque llegó tarde.
Hagrid ya estaba allí, con Harry en los brazos que lloraba desconsoladamente. Sirius se acercó y le quitó a Harry de los brazos para calmar su llanto.
Tranquilo pequeño, todo saldrá bien - dijo Sirius mientras arrullaba al bebe.
Tengo que llevarlo con los Dursley -
No, yo me haré cargo de él - dijo Sirius firmemente sin apartar la vista del bebe.
Harry ya estaba más tranquilo y había dejado de llorar, aunque permanecía despierto y atento a la conversación de los dos adultos.
Lo siento Sirius, pero son ordenes de Dumbledore -
Después de un rato de intercambio de opiniones sobre quien debería cuidar a Harry, le semigigante cumplió con el encargo de Dumbledore y llevo a Harry a sus tíos muggles.
Sirius se quedó allí solo, abatido, hacia poco más de un año había perdido a su hijo y a la mujer que amaba, y ahora perdía a su mejor amigo, casi su hermano, a su mejor amiga y al hijo de ambos. Él sabía perfectamente que todo eso que había ocurrido esa noche era culpa de una sola persona: Peter. Con esa idea se dirigió en busca de su, hasta ese momento, amigo.
A la mañana siguiente los gemelos ya estaban en casa, solo había sido un calentón que enseguida se les paso, la sorpresa para la familia llego en torno del medio día, cuando Linus apareció en el salón muy serio y con un ejemplar de periódico en las manos.
¿Qué ocurre papa? - preguntó Patrick al ver a su padre tan preocupado.
Lee - dijo el hombre pasándole el periódico.
Patrick leyó el periódico y palideció al momento, miraba de vez en cuando a su padre atónitamente mientras leía.
No puede ser - murmuró.
¿Qué no puede ser? - preguntaron Elísabeth y Farah entrando en la habitación.
Los bebes ya están durmiendo - dijo la joven sonriente.
Papa podrías dejarnos a solas - dijo Patrick.
El hombre asintió y se llevó a su mujer de allí.
¿Qué pasa Pat? -
Lee -
Patrick le dio el periódico. Elísabeth comenzó a llorar mientras lo leía y miraba horrorizada a su marido.
Esto no puede ser... James y Lily... muertos... Sirius... no Sirius jamás los traicionaría... él no... no... - dijo Eli mientras lloraba.
Escúchame yo sé que es difícil de aceptar que dos de tus amigos estén muertos y aunque lo conocí durante unos minutos y por todo lo que tu me has hablado de él, me cuesta aceptar que Sirius haya hecho eso... pero no nos queda otra opción que aceptarlo - dijo el hombre poniéndose de rodillas frente a su esposa.
No lo entiendes, eran hermanos, estaba demasiado unidos como para traicionarse de esa manera, una cosa es que me engañara a mi con otra, pero ser seguidor de Voldemort y... ayudarlo a matar a James... no eso no es posible¡Sirius jamás haría eso! él odiaba esa forma de pensar, se hizo auror para luchar contra ellos no para unirse y matar a su mejor amigo -
Lo sé, tranquilízate por favor, yo todo eso lo sé, pero no podemos hacer otra, hasta Dumbledore ha declarado que Sirius era el guardián secreto de los Potter... -
Pat no... -
Cielo razona los hecho, todas las pruebas lo culpan a él... -
Pat, compréndeme... me niego a pesar que el hombre del que me enamore ha sido capaz de hacer eso - dijo Eli abrazándolo.
Te comprendo... pero entiende tu también que no podemos hacer nada para cambiar lo que ha pasado... -
Patrick la abrazaba fuertemente mientras ella lloraba.
¿Qué será ahora de Harry? -
No lo sé, aquí pone que lo llevaran con sus tíos -
Los conozco, y no lo querrán -
No se puede hacer ya nada más -
¿Y Sirius¿qué harán con él? -
Lo llevaran a Azkaban -
No... - murmuró Eli mientras lloraba más intensamente.
Continuara...
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