Fighter
Si tienes un porqué para vivir encontrarás casi siempre el cómo. (Friedrich Wilhelm Nietzsche)
La mujer de cabellos ébano con reflejos rojizos dejó de limarse sus manicuradas uñas para mirar al hombre que la contemplaba impávido frente suya. Rei dejó caer los parpados, y sonrió.
-¿Qué pasa querido? -preguntó con aquella voz tan musical que la había catapultado a la fama- ¿acaso he hecho algo que te haya molestado?
El hombre entrecerró sus ojos záfiro y lanzó a la mesa de fino marmol una revista.
-¡Esto! -gritó, la mandibula encajada por la furía.
La mujer miró con interés la revista, sus labios se fruncieron en un delicado puchero. Mientras se ojeaba en la portada de la revista sensacionalista en brazos de uno de los magnates del mundo del espectaculo bastante sonriente, sus rostros fotografiados apenas distanciados el uno del otro por unos escasos centimetros.
-Darien, amor. No sé a que viene tanta pelicula -meneó la cabeza, burlona- Sabes que las revistas dan la vuelta a las noticias.
El hombre cruzó los brazos sobre su pecho, las venas de su cuello inflamandose por la palpitante ira.
-No se puede dar la vuelta a una fotografia, Rei -masculló- Estoy agotado de intentar buscarte entre tanta basura de la que te rodeas. No eres la misma, y la persona en la que te has convertido no me agrada -dijo con sinceridad aplastante.
La furía encendió los ojos carmin de la mujer.
-No seas idiota Darien, soy alguien. Deberias estar orgulloso de mí, en vez de criticar cada paso que hago -en un ataque de ira le lanzó la revista al hombre, y lo fulminó con la mirada- ¡Y tú también hubieras llegado a ser algo más que un estupido medicucho si hubieras tenido algo más de ambición! -chilló.
La mandibula de Darien tembló mientras sus ojos se llenaban de rabía.
-¿Ambición?. -preguntó, siseante- ¡Tu solo vives por esta estupida mierda! -gritó enfurecido tomando de la mesa una preciosa sortija de Diamantes- ¡Esto es tu vida!. Tu maldita y putrefacta vida de estrella, naciste pobre Rei. Y eso parece que se te olvida a la hora de tener algo de decencia. ¿Crees que me molesta que hayas cumplido tu sueño?. ¡Por supuesto que no!.¡Tu apoyé en todo cuanto pude!. Has perdido los valores Rei. Ya no es amor a la musica lo que te mueve, solo es dinero, popularidad, y codearte con la gente cinica de la que ahora te rodeas.
Rei sintió como su pálida piel enrrojecia de vergüenza e ira.
Pero no pudo responder, la puerta de la sala se abrió. Una pequeña criatura de cabellos rosados y ojos rojizos apareció abrazando a un peluche.
-¿Papí? -preguntó la niña, dulcemente.
-¡Vete a tu cuarto, Rini! -rugió Rei señalando con el dedo la salida de la sala.
La niña se agarró a la pierna de Darien, y negó. Rápidamente se escondió trás el cuerpo del hombre huyendo de la mirada rencorosa de la mujer.
-Rei, esta es la última vez que entraré en esta casa como habitante de ella -comunicó Darien sin cariz de emoción en la voz- Eso, o renuncia a esta vida. A esas fiestas... a toda esa basura que te está consumiendo.
Reí lanzó un burlón bufido.
-Llevate a la mocosa contigo, solo me estorbaría en las giras. -dió la espalda a su esposo y a su hija- Habla con mi abogado, él arreglará todos los trámites de divorcio.
La indiferencia que utilizó Rei fue totalmente insultante, Darien sintió ese tono como una bofetada mental.
-Has eleguido -no era una pregunta, sino una dura sentencia- Ven a visitar a Rini, ella necesita crecer con su madre.
Rei no respondió.
Darien tomando a la niña en brazos se fué de la sala.
-¿Papá? -preguntó la niña levemente asustada por todo.
-¿Te gustaría volver a Tokyo? -preguntó Darien con voz amorosa.
La sonrisa de la niña bien pudo haber iluminado toda la lujosa mansión.
-¡Sí! -chilló entusiasta- Me encantaría.
El padre le dió un cariñoso beso en la frente.
Pero la niña mirandolo suspicaz se apartó.
-¿Mamá también vendrá?
-No Rini. -no queria mentirla, a la larga seria peor.
La niña guardó silencio mientras su padre la llevaba a la planta de arriba.
ooo
Club Diva.
El Paraiso del vicio, oculto en los suburbios de Tokyo. Un reino corrupto.
Un local de Strippers, mujeres hermosas de despampanantes cuerpos que se mostraban como animales admiradas por los hombres que pagaban por ellas.
Entre aquellas despampantes mujeres se hallaba la verdadera Diva del local, aquella por los que los grandes hombres de negocios, politicos, y famosos con el bolsillo repleto de yenes pagaban por ver.
Se hacía llamar Selene, era una mujer inalcanzable, de rostro bello, esbelto cuerpo y mirada de angel. Un verdadero ángel que hacía desenvolsar grandes cantidades a los hombres en una sola noche solo por contemplarla en privado.
Había una regla, aplicable unicamente a ella.
Solo podian verla, nadie podia tocarla.
Subida sobre unos altos zapatos transparantes con un corsél de brillantinas y un pequeño short mostrando el kilometrico talle de sus piernas se movia como una ninfa cimbreando para deleite del espectador cada curva de su cuerpo. A lo único que podían los clientes alcanzar era a meter billetes en el ligero de su media.
Solo bailaba en salas privadas en el local, con cámaras de vigilancia controlando que ningun cliente borracho se propasase con la mejor fuente de ingresos que tenia ese tugurio.
Esa noche un hombre de ojos grises, y pelo plateado sonreía maliciosamente en el sofá casi tumbado, mientras Selene sobre la redonda plataforma se movía a sus ordenes.
-¡Ah, Selene! -sonrió el hombre bebiendo de su bebida Sake- Te tengo golosinas.
La joven se arqueó con gracía felina y miró a su cliente por sobre su hombro, regalandole una hipnotizante sonrisa cargada de malicia femenina.
El hombre sabiendo como trabajaba Selene se apresuró a meter un billete en la liga de su pierna. Descarada se arrodilló lentamente frente a él, relamiendose como una gata los labios.
Abrió la boca enseñando su rosada lengua en gesto muy infantil.
Con una carcajada el hombre se apresuró a meter "la golosina" en la lengua. Una pastilla; drogas.
-Buena chica. Ahora se más buena y hablame. -pidió metiendo un par de billetes más en la liga de la media.
La rubia sonrió.
-¿Tan aburridas son tus noches, Black? -rió mientras se estiraba con placidez sobre la plataforma, satisfecha con los billetes sujetos a su liga.
-Llámame Diamante -pidió con una sonrisa lasciva- Solo vengo por una razón: tú.
-Pierdes el tiempo querido, ya lo sabes. Yo no soy ninguna fulana. -siseó.
-No te pagaría -corrigió- Solo quiero tenerte a mi lado.
-Tus deseos no se verán cumplidos -rebatió- Sabes Diamante, que entre tu y yo solo puede haber una relación de cliente y trabajador. Te consiento demasiado.
-Yo también -y bajó la mirada a los billetes que había puesto en la liga.- Pero te ofrezco una vida digna lejos de esta basura, eres una mujer muy hermosa, puedo hacerte una estrella.
Selene resopló una carcajada burlona mientras saltaba de la plataforma.
-No soy tan ingenua para no saber que nadie da algo a cambio de nada, me ofendes -lo miró ceñuda- No estoy en venta.
-Seriamos socios.
-Trabajo sola -abrió la puerta de la sala, y oyó como el millonario iba a su espalda, añadió;- Conoces las reglas: Tocar, no mirar. No me gustaria que alguien de tu categoria acabara sacado por la puerta de servicio como un vulgar ladronzuelo por la seguridad.
Y sin dejarlo responder se fué.
Cuando Diamante fué a seguirla, un gorila se interpuso en el camino.
Serena bajando la escaleras que la llevaria a los camarinos oyó el bufido exasperado del millonario.
-Cerdo -murmuró con desprecio aléjandose.
Notas de la autora:
Hola a todas! Este fic, lo hacemos dos personas mi amiga May (Alhena Knight) y yo. La idea fue de May, que me pregunto si haciamos un fic a media, y yo acepte sin dudarlo un momento. Este Prologo ha sido escrito integramente por ella, pero a partir del proximo capitulo lo haremos las dos. Espero que nos sigan en este nuevo fic, que es el primero que hacemos juntas y pero espero que no sea el ultimo.
Un Besazo de parte de Alhena Knight y Sere Chiba.
