Cáp.7
Buscaron al vampiro por casi todo el País de Nunca Jamás, el único sitio que quedaba por mirar era el castillo negro, Kati pensó que era especialmente idóneo para un vampiro, pero ya anochecía y dijo:
-Mejor, nos volvamos a casa con Peter. No podemos hacer frente al vampiro cuando está despierto.
-Tienes razón. Pero no estaréis a tiempo.
Un grupo de piratas los aferraron, el capitán se presentó delante de ellos. Estaba muy distinto, más pálido de lo normal, sus ojos tenían el brillo rojo y los colmillos ya tenían un tamaño espeluznante. Los niños temblaron, y Kati aunque intentaba mantener la calma, para que no se asustaran más, ella también estaba aterrorizada.
-Sabía que me ocultabas algo, jovencita- dijo- Pero para mí ya es demasiado tarde, al amanecer yo ya seré como él. E iré a por Peter Pan.
Kati vio al vampiro detrás de Garfio. El vampiro se acercó sonriente a Kati y dijo:
-¿Creo que la mejor manera de empezar la noche es con una buena cata de sangre ¿Qué opina, capitán?
El vampiro agarró a Kati y la arrastró hacia él, aun sujetándola le acaricio en la cara y el cuello. Los niños tragaron saliva, la situación era muy mala. Tottles dijo en tono convencido:
-Peter está recuperado y vendrá
-Pues que venga- dijo el vampiro divertido- Más rápido se transformara
El capitán y el vampiro se rieron. Kati se arrepintió por enésima vez de haberse ido de casa. El vampiro la puso tumbada en una especie de mesa de piedra y le dijo:
-Por fin, eres mía…Una vez escapaste de mí, pero esta vez nadie podrá salvarte. Sujetad a los críos- dijo dirigiéndose a los piratas.
Kati empezó a revolverse ferozmente, para evitar que el vampiro la mordiera, este se mosqueo y dijo:
-¡Voy a tener que atarte!- y la sujeto con unos grilletes oxidados que había.
El capitán Garfio observaba atentamente la escena. El vampiro le aparto delicadamente el pelo y desabotonando un par de botones dejó bien al descubierto el cuello y parte del escote. De pronto se apartó bruscamente y dijo al ver el crucifijo que llevaba:
-¡Quitad esto de mi vista!
Garfio desenganchó el crucifijo con su garfio, frunció el ceño al reconocer el crucifijo de Smee, y lo tiró a un lado. Smee ahogó un gemido de desesperación.
El vampiro se relamió e inclino la cabeza hacia el cuello de Kati mordiéndola. Kati emitió un pequeño chillido de dolor, y los Niños Perdidos apartaron la vista para no ver el horrendo espectáculo. Cuando este terminó, Kati estaba muy mareada, veía ya hasta borroso. Para su horror este dijo:
-Que sangre tan deliciosa. Capitán, venga a probar la sangre humana por primera vez, mañana por la noche ya se alimentará de ella para toda la eternidad.
Se secó la sangre de Kati de la boca con la mano, mientras hacía un gesto a Garfio. Los niños gritaron:
-No, por favor, no le hagan más daño.
-¡Cerrad el pico!- espetó el vampiro. Adelante, capitán.
Los piratas los amordazaron, pero también estaban horrorizados, su capitán se había convertido en un demonio e intuían que ellos pronto iban a convertirse, y por eso no sujetaban a los niños demasiado fuerte, algunos apartaron la vista y Smee rezaba en voz muy baja. El capitán se acercó a Kati sigilosamente en sus ojos había ese brillo rojizo demoníaco. Kati dijo poniendo, débilmente, el brazo como barrera:
- ¡No, por favor ¡No me toque!
-¡Capitán! ¡Vuelva en sí, no lo haga! - oyó decir Kati al
-¡Estate quieta! – dijo este apartándole el brazo con el garfio y sujetándolo con la mano que le quedaba. Por su mirada y de la manera en que le sobresalían los colmillos, parecía ansioso- No te preocupes, intentaré no hacerte demasiado daño- dijo con sorna.
Kati no podía hacer nada, intento revolverse otra vez, pero estaba bien sujeta y no tuvo más remedio que someterse. Garfio rozó su cuello con los colmillos y hundió sus dientes ferozmente en el joven cuello. Kati volvió a chillar, pero al cabo de un rato dejó de resistirse, para su horror le empezaba a gustar y todo. El capitán sorbía su sangre, pero aflojo su presa. De pronto, una voz muy conocida por los presentes, dijo:
-Suéltala, Garfio.
El capitán alzo la mirada, su boca chorreaba sangre y dijo entre dientes:
-Peter Pan...
