Cáp. 8
Mientras tanto, Peter había estado muy aburrido e iba de un lado a otro. No entendía cómo podía ser que una chica se hubiese impuesto a él, y además estaba seguro que algo malo iba a pasar.
-Yo me voy
Campanilla lo sujeto, como diciéndole que no hiciera locuras, pero Peter se la sacó de encima y salió decidido.
-Eres un asno- tintineo Campanilla
Cuando salió, vio que algo resplandecía entre la hierba, era el pequeño crucifijo de plata que había perdido Kati, cuando el vampiro la sorprendió por primera vez, recordando el cuento, se lo guardo.
Volando fue hasta una roca solitaria, a lo lejos el Jolly Roger, el barco pirata de Garfio, estaba casi a oscuras, eso significaba que el capitán no estaba en el barco, sino merodeando por la Isla, y significaba problemas. Pregunto a las sirenas donde estaban los niños, las sirenas en un idioma parecido al de los delfines le indicaron donde estaban los niños, advirtiéndole que Garfio y los piratas también estaban.
Cuando llegó, se ocultó detrás de una roca para esperar el momento preciso para actuar vio que el vampiro jefe había acabado con Kati y le decía al capitán que tomara su sangre, su mano se tensó sobre la espada. Campanilla que le había seguido, le dijo:
-¡Si atacas ahora, estarás perdido¡ Espera, voy por refuerzos!
Cuando volvió a fijar la vista, vio que el capitán sujetaba a Kati aunque esta se resistía como podía, también como su archienemigo clavaba sus colmillos en el frágil cuello de Kati y que esta emitía un chillido de dolor. No pudo contenerse más y dijo:
-Suéltala, Garfio.
