Disclaimer: Para desgracia para mí, y suerte para los personajes de Slam Dunk, ni ellos ni la serie me pertenecen.
Sumario: AU. Solo diré que en esta historia Hanamichi es una chica de verdad, ya sabéis con estrógenos y eso. Ruhana. (Sería raro que no lo fuese verdad?)
CAPÍTULO 9
Hanami estaba sentada en el suelo, recostada sobre el tronco de un árbol. No mucha gente lo sabía, pero le encantaba leer novelas de policías al aire libre y sola. Entonces presintió que no estaba sola, alzando la vista se encontró con el rostro sonriente de Akira.
Hola! Saludó él animado.
Hola! Contestó ella, dejando de banda el libro. Aunque al principio la descolocó un poco cuando se conocieron, ahora Akira, le resultaba agradable. Se sentía bien con él. Normalmente cuando estaba cerca de chicos atractivos algo le decía que no se acercara mucho a ellos, para así no enamorarse. Pero con Akira era diferente, era como su algo el él le dijera que no existía "peligro".
¿Donde están tus guardaespaldas? Bromeó Akira.
¿Huh?
Me refiero a ese amigo tuyo, Youhei Mito; y a Rukawa, obviamente. Explicó Akira.
Hanami ya se había mentalizado, de que aquel chico seguramente sabía hasta la talla de sujetador que gastaba, así que contestó serenamente. Algo bastante inusual en ella, si no se tenía una relación muy estrecha con ella.
Youhei está con sus padres en Tokyo, y el Kitsune debe estar durmiendo o entrenando. Aunque no se porqué dices que el Rey de Hielo es mi guardaespaldas.
Contestó Hanami.
Bueno es obvio que se preocupa por ti.
Hmp! Solo porqué sabe que sin mí tal vez no ganemos el nacional. Esto lo dijo sin la máscara de Tensai.
¿De verdad crees eso? Preguntó Akira.
Supongo que no. Respondió sincera. Pero no has venido aquí a hablar de mí. ¿Por qué tú ya lo sabes todo no?
Tú talla de sujetador no! Bromeó Akira.
Hanami se sonrojó. Tengo la sensación que eso realmente no te interesa. Respondió serena, aunque conservando el rojo en sus mejillas.
Me conoces más bien de lo que me imaginaba. Dijo Akira sentándose a su lado.
Tú me interesas, pero no como mujer. Admitió el chico después de unos minutos de silencio.
Esa impresión me diste. Confesó ella.
¿Por qué crees que hago esto? Preguntó Akira.
Por miedo a que te rechace a ti o al vínculo que te une con mi padre. No se cual es, ni porqué opino esto, solo se que es así. Contestó ella mirándole fijamente a los ojo. Ahora fue el turno de Akira para sonrojarse.
¿Qué opinas de las relaciones entre persones de diferentes edades? Quiso preguntar Akira.
Si burro, tu haz eso y todo se irá a la mierda! Le reclamó una voz en su cabeza. Hanami¿Quieres…quieres ser mi amiga? Preguntó finalmente Akira.
Esto tomó por sorpresa a Hanami. No, y te diré porqué. Es verdad que no siempre se les cuenta todo a los amigos, pero entre algunas cosas y nada, hay un término medio. Aunque no me importa que de vez en cuando no encontremos para hablar, jugar o algo así. Contestó ella.
Akira sonrió, sabía que de momento no podía pedir mucho más.
Entonces Akira vio que Kaede se acercaba a donde estaban ellos, aunque no les había visto. Tengo que irme. Dijo de pronto.
¿Tienes miedo de Kaede? Preguntó Hanami divertida.
¿Ahora es Kaede? Contestó Akira con otra pregunta.
Sabes que lo es desde el principio. Confesó Hanami.
Tienes razón. Hahaha! Espero verte pronto¿conocida?
Conocida! Aceptó Hanami ofreciendo su mano derecha.
Akira la estrechó y luego se fue sin que Kaede lo viera.
Hey Rukawa! Llamó Hanami al chico de ojos zorrunos.
Kaede al verla trotó suavemente hacia ella, cuando llegó se sentó en frente.
Esta mañana no has entrenado en la cancha de casa. Dijo Kaede, casi reprochando.
Me apetecía leer con tranquilidad. Respondió Hanami. Kitsune…Rukawa…
Kitsune está bien. Interrumpió el chico. Al ver la sonrisa tímida de Hanami el también sonrió, cosa que sorprendió a la chica, pero que la alegró.
Tu…Tu sabes…que yo…que tu…Ahhhh! Échame una mano. Pidió exasperada. Y entonces Kaede la besó dulcemente en los labios.
Kaede se arrodilló a escasos centímetros de ella, la atrajo hacia su cuerpo y la abrazó por la cintura. Ella rodeó su cuello con los brazos, y acarició la nuca y cabellos del chico.
En unos segundos, el beso pasó de ser solo labios contra labios, a un beso, apasionado pero tierno, donde el uno exploraba la boca del otro.
Minutos después separaban sus bocas en busca de aire. Pero no sus cuerpos.
Tus admiradoras van a perseguirme hasta el fin de los tiempos. Bromeó Hanami.
Y los tuyos, hasta el fin de la eternidad.
Siempre tienes que tener la última palabra. Dijo ella.
Eso no es verdad. Y entonces Kaede se dio cuenta de que ella tenía razón. ¿Eso es malo?
Si eres tu, no. Contestó ella.
Me alegro!
(Disculpad la autora está indispuesta por sobrecarga de romanticismo. Akira: Como si esa tuviera jamás bastante de eso. Ha!)
Kaede se sentó recostado en el árbol con Hanami entre sus piernas, la espalda de la chica apoyada en su pecho, mientras el la rodeaba con sus brazos.
Unos metros más allá se encontraban un hombre y una mujer observándoles con prismáticos.
Hide-chan. ¿Cuántos nietos crees que tendremos? Preguntó la mujer.
No lo se Kanae, pero seguro que será o serán unos ases del básquet, al igual que sus padres y abuelos. Contestó Hideaki.
Tienes razón. Oye¿Qué crees que pasará con lo de Keisuke?
No se. Parece que Akira va bien. Pero nunca se sabe. Ya sabes que yo opinó que debería decirle la verdad a Hanami, por muy difícil que le resultara. Contestó él.
Si cariño, pero es su vida. Y tienes que respetar su decisión. Somos sus amigos y bebemos ayudarle en todo lo que podamos. Además de consuegros.
Además de consuegros! Coincidió él, riendo.
Continuará…
