Disclaimer: Para desgracia para mí, y suerte para los personajes de Slam Dunk, ni ellos ni la serie me pertenecen.
Sumario: AU. Solo diré que en esta historia Hanamichi es una chica de verdad, ya sabéis con estrógenos y eso. Ruhana. (Sería raro que no lo fuese verdad?)
CAPÍTULO 15
Mientras Hanami tomaba un baño, Kaede y Akira estaban en el salón mirando la televisión.
¿Rukawa tienes el mando? Preguntó Akira.
El otro chico solo arqueó una ceja. Que en su idioma vendría a decir algo así como…Sí, ¿tienes algún problema con eso?
Tranquilo! A mi me encanta el básquet, ya lo sabes, pero podríamos cambiar, ver una peli o algo. Propuso Akira.
Kaede sacó el mando de bajo un cojín y lo puso aún más lejos del alcance del otro chico.
Akira mosqueado se levantó y fue hacia Kaede por atrás, antes de que este se diera cuenta ya le había robado el dichoso mando.
Kaede al enterarse, intentó recuperarlo, forcejeando por el mando, cayeron al suelo los dos, y los canales iban cambiando a toda prisa y entonces…
No sabía que teníais estas…preferencias! Dijo Hanami desde la esquina. Aún iba con el albornoz y la toalla en el pelo.
Entonces los chicos se dieron cuenta de lo ocurrido. Kaede estaba sentado en las caderas de Akira y en el televisor se veía una peli porno. Al segundo se pusieron rojos como un tomate. Kaede al ser tan pálido se le notaba aún más.
¿Hay algo que alguno de los dos desee confesarme? Preguntó Hanami apagando el televisor y mirando a los dos chicos. Disfrutando torturándolos.
Sheesh! Exclamó la pelirroja, al ver que no decían nada. Todo esto por un mando.
Un momento! ¿Cuánto hace que estás ahí? Preguntó Akira reaccionando.
Mm!...Desde que te levantaste para quitarle el mando, creo. ¿Por qué? Preguntó ella.
¿Y por qué no habías dicho nada? Exclamó Akira.
¿Y perderme todo esto? Tú alucinas! Dijo Hanami.
Entonces Kaede vio que Hanami llevaba otro mando en la mano.
Tú pusiste esa película! Exclamó.
Nyahahaha! Río estrepitosamente ella, pero luego salió corriendo y se encerró en su habitación.
Akira se dejó caer en el suelo y empezó a reír. Kaede aún le daba la espalda.
Cuando Akira vio que los hombros del zorro empezaron a temblar, dejó de reír.
Ru…Rukawa, ¿estás bien? Preguntó preocupado.
Entonces Kaede se giró, y Akira vio que el otro se estaba riendo. Y como luego una sonrisa maliciosa se asomaba al rostro del zorro.
El pobre Akira estaba a punto de salir corriendo del pánico cuando…
Sendoh… Llamó Kaede.
¿Sí? Preguntó nervioso el otro.
Mañana no aparezcas por aquí en todo el día. ¿Entendido? Dijo Kaede ahora inexpresivo.
El semblante de Akira cambió. Más te vale tener cuidado con lo que haces, sino estás muerto. Dijo Akira escupiendo veneno con cada palabra. Después se fue a su habitación.
Kaede sintió escalofríos, pero se alegró de que en cierta forma tuviera el "permiso" del "hermano".
Eso no quita que si su padre se entera, te despellejará vivo para hacerse un abrigo. Le dijo una voz en su cabeza.
Lárgate! Contestó Kaede.
No puedo, soy tú. Do'aho! Después de esto la voz se calló, dejando a un zorro de lo más sorprendido.
A la mañana siguiente…
Nada! No se oye nada. Decía la pelirroja, escuchando con la oreja pegada a la puerta. Esto es muy raro.
Intentando hacer el menor ruido posible, salió de la habitación.
Hehe!Será mejor que desayune fuera, con un poco de suerte se les pasará. Se decía Hanami.
Y los cerdos vuelan! Exclamó una voz en su cabeza.
Hey! Por intentarlo, que no quede. Se defendió. Mierda! Otra vez estoy hablando sola, y para más INRI me contesto.
Dejando atrás el desdoblamiento de personalidad, Hanami se dirigió a la puerta, mirando a su alrededor. Cuando intentó girar el pomo de la puerta para salir de la casa, se dio cuenta de que estaba cerrado.
¿Te marchas? Preguntó Kaede saliendo de su escondite.
Ehehehe! Es que…mmm…esto… me apetece desayunar fuera. Contestó ella.
¿Sola?
La pelirroja movió la cabeza afirmativamente, de forma estúpida.
¿Me tienes miedo? Preguntó Kaede burlón.
¿Miedo de ti? Sí hombre y que más! Exclamó ella, ahora recostada sobre la puerta con los brazos cruzados.
Ayer, cuando escogiste esa película, ¿intentabas decirme algo? Preguntó Kaede. No hacía falta tener mucha imaginación para ver unas orejas y rabo de zorro en su cuerpo.
Casi era imposible distinguir entre el pelo y el rostro de la chica, bueno en realidad, el pelo comparado con la cara, era albino. Sobreponiéndose contestó con otra pregunta. ¿Querías que lo fuera?
Yo he preguntado primero.
¿Crees que me importa? Le desafió ella.
Yo diría que la estrategia no es la adecuada. Dijo la voz en la cabeza de Kaede.
¿Tú otra vez? ¿Es que no tienes nada mejor que hacer? Preguntó molesto el zorro.
Pues en realidad, no. Y espabila que te están hablando. Baka kitsune!
¿Huh? Dijo confuso Kaede.
Que vayas al grano y te dejes de juegos! Exclamó Hanami, ahora sentada en el sofá.
Kaede se sentó a su lado. Tu sabes que lo mío no son las palabras. Dijo rascándose la cabeza. Desde el principio hemos estado juntos en la misma casa…
Nunca ha pasado nada. Le interrumpió Hanami.
De eso me quejo! No, no espera! No quería decir eso…Bueno si quería decirlo pero no de esa manera…Aahhh! Kaede Rukawa, el tipo más sereno y calmado del universo, estaba al borde de un ataque de histeria total. Era oficial.
Hay que ver que duro es el síndrome de abstinencia, y eso que aún no lo he probado, porqué yo no cuento, claro. ¿Pero que tonterías estoy diciendo? Pensó.
Hanami no sabía si reírse o mosquearse, porqué el chico no se aclaraba. ¿Has hecho que Akira se marchara para hablar o para algo más? Preguntó enfadada, no le gustaba que nadie planeara su vida, y mucho menos ese "tema".
Kaede volvió al planeta Tierra. Supongo que las dos cosas. Aunque la verdad es que hace poco que estamos juntos. Se que te quiero y que tú me quieres, pero…
Por otra parte, también es cierto que si dos personas se quieren, no hay problema es que estén juntos. No se! Terminó suspirando.
Y eso que las palabras no son lo tuyo. Dijo Hanami acariciando el rostro de Kaede.
Este sonrió y recostó su cabeza en la mano de ella.
Hanami se levantó y se sentó a horcajadas en las piernas de Kaede. Empezaron a besarse. Hanami jugaba con el pelo de Kaede, mientras este acariciaba la espalda de ella por debajo del jersey.
Kaede harto de la prenda de ropa, se la quitó, y empezó a besarle el cuello, la clavícula hasta llegar a sus pechos. Donde el sujetador de Hanami se convirtió en su peor enemigo, estaba a punto de enseñarle a ese trozo de ropa quien mandaba cuando sonó el timbre…
Mierda! Dijeron los dos adolescentes a la vez.
Hanami se puso el jersey inmediatamente. Después fue a abrir la puerta, mientras Kaede se quedó en el sofá, pensando las mil y una maneras de torturar hasta la muerte al desgraciad que les interrumpió. Y entonces escuchó un sonido muy familiar…
Continuará…
