Disclaimer: Para desgracia para mí, y suerte para los personajes de Slam Dunk, ni ellos ni la serie me pertenecen.
Sumario: AU. Solo diré que en esta historia Hanamichi es una chica de verdad, ya sabéis con estrógenos y eso. Ruhana. (Sería raro que no lo fuese verdad?)
CAPÍTULO 17
Aquella noche los Rukawa, Sakuragi junto con Nanami y Akira, fueron a cenar al restaurante de los padres de Uozumi, del Ryonan.
Rey mono! Esto está de muerte! Dijo feliz Hanami, Uozumi miró de reojo a Akira, quien se rascó la cabeza riendo.
Kaede no le dio importancia, y los otros ocupantes de la mesa sacudieron la cabeza.
Después de cenar fueron a casa de los Rukawa, Keisuke dijo que debían saber algo muy importante, y que era mejor hablarlo en privado, más que nada porqué conocía a su hija.
Keisuke se aclaró la garganta, para llamar la atención. Cuando vio que le escuchaban empezó a hablar. Nanami y yo hemos estado pensando y…
Madre mía, que peligro! Interrumpió Hanami, cuando se dio cuenta de que lo había dicho en voz alta, rió nerviosa.
Como iba diciendo, bueno…lo que pasa es que…esto…Keisuke estaba muy nervioso.
¿Habéis roto? Preguntó Akira.
No, baka! Está embarazada. Replicó Hanami.
¿Embarazada, mi madre? ¿A los 60 años? Preguntó Akira.
No! Mi padre si te parece, y por cierto hay otros casos similares! Pues claro que tu madre, me juego 1.000 yenes. Dijo Hanami sacando el bolsillo.
Yo apuesto mil a que no! Dijo Kaede. Todo el mundo lo miró como un bicho raro. ¿Qué? Son las malas compañías. Se defendió refiriéndose a la pelirroja.
Ya basta! Dejad de decir estupideces. Nos casamos en unos meses. Explotó finalmente Keisuke.
¿De penalti? Preguntó Hanami con la esperanza de no perder el dinero.
Keisuke se golpeó la frente con la palma de la mano.
No, no nos casamos, porqué esté embarazada. Habló finalmente Nanami.
Sheesh! He perdido. Dijo Kanae y le dio 10.000 yenes a Hideaki. Hanami le dio los mil a Kaede.
A Keisuke le salió una vena en la frente. Después de calmarse continuó hablando. A partir de ahora viviremos juntos, así que Hanami volverá a casa.
Kaede dejó de burlarse de Hanami por la apuesta.
Oh! Vaya, que lástima. Dijo Kanae. Pero es comprensible.
Supongo que vendrás a vernos, ¿verdad? Dijo Hideaki.
Claro que sí! Exclamó sonriente la pelirroja.
Kaede sin decir nada a nadie, se levantó del sofá, agarró una pelota y se fue.
Hanami sin dar explicaciones fue a buscarle.
Teniendo en cuenta que no ha intentado matarme, creo que se lo ha tomado bastante bien. Dijo Akira. Keisuke y Nanami arquearon una ceja.
Tranquilo, aún está a tiempo de hacerlo. Dijo Kanae.
Sí, tan pronto tenga el premio de consolación vendrá a por ti. Dijo Hideaki.
Que alivio! Dijo Akira nervioso.
Cuando Keisuke comprendió lo del premio, quiso ir tras ellos, pero gracias a Dios o a quien sea, Nanami como siempre lo detuvo.
Kaede estaba completamente quieto en medio de la cancha de su casa; tenía la pelota en las manos y la miraba fijamente.
Para lo que haces aquí fuera, podrías hacerlo dentro, que se está mucho mejor. Dijo Hanami.
Parece que no te importara lo más mínimo que nos separemos. Dijo Kaede sin darse la vuelta.
Kaede, nos veremos igual que antes, la única diferencia es que cada uno cenará y dormirá en un sitio diferente. Razonó Hanami.
Podrías alegrarte por mí, ¿sabes?
¿Alegrarme de que? Replicó Kaede, dándose la vuelta enfadado.
¿De qué! Casi gritó ella. De que por primera vez en mucho tiempo tengo una familia de verdad. No sabes la suerte que tienes de tener a tus padres. No es que no fuera feliz con Papá, pero…
Ninguno de ellos lleva mi sangre, pero no me importa. Y si de verdad yo significara algo para ti, te alegrarías por mí! Maldito zorro egoísta y egocéntrico. Hanami se dio la vuelta y se fue hecha una fiera, pero también muy dolida.
Kaede corrió tras ella y la abrazó, por detrás. Lo siento!
Estuvieron unos minutos así, Hanami se recostó sobre Kaede, y este estrechó el abrazo.
Está bien…Volvamos dentro. Dijo finalmente la pelirroja.
Aunque la boda no sería hasta dentro de unos meses, Akira y su madre se mudaron enseguida en casa de los Sakuragi.
Kaede en su vida había tenido tantas ganas de ir a clase. Cuando parecía que el chico ya se había acostumbrado a la nueva situación, Kaede cambió, se volvió más distante, siempre tenía alguna excusa para no quedarse con Hanami después del entrenamiento.
Sabiendo que si Kaede no quería hablar, Hanami no le sacaría nada, decidió darle espacio.
Hanami se despertó perezosamente. Mmm…Que sol más…Miró el reloj, y sus ojos se abrieron como platos.
Ahhhh! Gritó, salió de la cama y buscó desesperadamente el uniforme. No se tropezó con más cosas, porqué no las había.
Finalmente cuando estuvo vestida, más o menos; ya que llevaba la camisa desabrochada y debajo el top con el que dormía, además de la falda mal colocada; quiso salir de la habitación pero la puerta estaba atascada.
Maldita Ley de Murphy. Se dirigió a la ventana y miró hacia abajo. Estoy en un primer piso, si salto seguro que no llego muy lejos. Entonces se fijó en el árbol que tenía en frente. ¿Y este pedazo árbol desde cuando está aquí! (Era casi tan alto como la casa, que tenía planta baja, primer piso y terraza).
Después de pensarlo mucho (unas milésimas de segundo) saltó al árbol, para luego utilizarlo como escalera para bajar.
Cuando vio que no le quedaba mucho hasta el suelo, saltó y luego salió corriendo como si le fuese la vida en ello.
Llegó exhausta al instituto, justo a tiempo para…para ver que aquello estaba completamente desierto. Y entonces recordó que era Domingo.
Tras procesar todo lo ocurrido. Le dio un cabezazo mortal al poste de la luz que tenía más cerca. No pudo evitarlo le salió del alma. Luego se dejó caer al suelo.
¿Qué haces aquí? Preguntó Kaede.
Continuará…
